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de Peñafiel 1752
Fiestas de Nuestra Señora y San Roque
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Jesús Hernando Velasco
El Catastro de Ensenada o Magna averiguación fiscal para alivio de los Vasallos, llevado a cabo a mediados del siglo dieciocho es una fuente valiosa de datos económicos y sociales.
Los tributos que se pagaban a la corona eran impuestos indirectos y no proporcionales a la renta o riqueza personal. Eran las rentas provinciales: alcabalas, cientos, tercias, millones y siete rentillas, junto con las aduanas y rentas estancadas o estancos sobre la sal y el tabaco. Lo que se planteaba era superar la injusta distribución de las cargas tributarias con una contribución única que sustituyera a las rentas provinciales, en base a un impuesto directo sobre la renta de las personas, y para ello era necesario conocer la riqueza individual de todos los habitantes de la Corona en base a un Catastro. Asimismo, se quería que los eclesiásticos también estuvieran sujetos al impuesto.
municipio a municipio. La sociedad estamental de Peñafiel la componían los eclesiásticos, el concejo y propios, losjornaleros, los labradores, los menestrales y oficios varios, los profesionales liberales y el colectivo de señores, nobles y mayorazgos.
Las propiedades e ingresos anuales de cada uno de los anteriores estamentos aparecen en los libros maestros del catastro de Ensenada, también llamados libros de lo real, de hacienda, de la raíz o maestro, y aparecen desglosados en dos grandes apartados, de eclesiásticos y de seglares.
En diciembre del 2014 ya publiqué una monografía titulada “Peñafiel 1752, según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada y el Libro del Vecindario”, donde se analiza la sociedad de Peñafiel, y en este año he publicado el segundo trabajo con el título “El Libro Maestro de Eclesiásticos del Catastro de Ensenada de Peñafiel 1752”.
En esta segunda monografía transcribimos el Libro Maestro de Eclesiásticos del Catastro de Ensenada de Peñafiel, cuantificamos la importancia de sus propiedades, y contamos las utilidades asignadas a todos los colectivos para disponer de la riqueza total y la de todos y cada uno de los estamentos de la villa. A continuación, indicamos algunos resultados de interés.
Los epígrafes en los cuales se agrupan los eclesiásticos con propiedades en Peñafiel son: Cabildos, Capellanías, Cofradías, Conventos, Curas y Beneficiados, Diezmos, Estudio de laGramática, Fundación de Misas, Hermandad de San Lázaro, Hospitales, Iglesias, Obras Pías, Patrimonios y Primicias.
La riqueza del concejo y propios asciende a 771 reales de vellón; la riqueza de los 237 jornaleros asciende a 39.869reales de vellón, toda ella procedente de actividades agrarias; la riqueza de los 74 labradores, 4 de Aldeyuso, 32 de Mélida y 38 de Peñafiel, asciende a 83.805 reales de vellón producto de sus actividades agrícolas y ganaderas; la riqueza de los 175 practicantes de oficioso artesanos asciende a 183.987 reales de vellón, 140.400 reales de vellón de los oficios que ejercen (un 76 por ciento) y 43.587 reales de vellón de procedencia por actividades agrarias (un 24 por ciento); la riqueza de los 31 titulares de profesiones liberales asciende a 94.888 reales de vellón, 61.150 reales de vellón de su profesión (un 64 por ciento) y 33.738 de origen agrario (un 36 por ciento); la riqueza del colectivo de 41 señores y nobles, 18 residentes en Peñafiel y 23 foráneos, asciende a 78.022 reales de vellón por sus actividades agrarias y de préstamo.
Por otra parte, lariqueza delcolectivo eclesiástico calculado en esta monografía asciende a 173.878 reales de vellón para el conjunto de sus actividades financieras, agrarias, industriales y religiosas. Así, tenemos que la riqueza total anual de Peñafiel en 1752 asciende a 655.220 reales de vellón, y la de los eclesiásticos representa un 27 porciento del total, por detrás de la de los artesanos con un 28 porciento y por delante de la de las profesionales liberales y labradores con un 14 por ciento y un 13 por ciento, respectivamente.
Al proceder de esta manera, ponemos a disposición del público una herramienta imprescindible para conocer las relaciones socioeconómicas del antiguo régimen.
Que esta monografía sirva para conocer mejor la estructura y la importancia de los eclesiásticos de Peñafiel, y para rastrear el origen de nuestro casco urbano y nuestras fincas rústicas, pues tal y como se describen en el Libro Maestro de Eclesiásticos, con linderos y parajes, parece como si estuviéramos recorriendo el pueblo y el campo de la villa de Peñafiel en nuestrosdías.