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La voz de Peñafiel

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El castillo

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Fiestas de Nuestra Señora y San Roque

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El 16 de agosto de 1906 ve la luz “La Voz de Peñafiel”, semanario regional independiente, bajo la dirección de Ángel Barroso, médico, y la administración de Enrique de la Villa, farmacéutico. Su publicación era semanal, saliendo los jueves al precio de 5 céntimos, aunque quien lo deseara podía suscribirse trimestralmente, por 0,75 pesetas, semestralmente, por 1,50 pts, o por un año, pagando la cantidad de 3 pesetas. En su primer número se establecían los principios que regirían la vida del nuevo semanario: “el deseo de contribuir con nuestro esfuerzo al progreso moral y material de esta Región castellana, patria de nuestros amores”. Persigue, desde el primer momento, erigirse en órgano de opinión de Peñafiel, presentando en todo momento todo aquello que sea “preciso hacer para contribuir a su engrandecimiento”, con especial atención a la importancia de la agricultura.

Hasta el nº 6, publicado el 20 de septiembre de 1906, figura como semanario regional independiente. En este número se da cuenta de la celebración el 16 de septiembre, en Aranda de Duero, de una asamblea de agricultores de la Ribera del Duero. A esta Asamblea fueron llamados representantes de todos los pueblos de la Ribera, alcaldes, diputados provinciales, miembros de los sindicatos agrícolas, gremios de labradores, etc… También fueron invitados corresponsales de diversos medios de prensa de Valladolid, Burgos, Soria, Segovia y Palencia. La Voz de Peñafiel estuvo representado por su director, Ángel Barroso, y por el redactor técnico agrícola, Enrique de la Villa. De esta asamblea surgió la Asociación de Agricultores de la Ribera del Duero, comprendiendo todos los pueblos desde Tudela a El Burgo, y se decidió que La Voz de Peñafiel pasase a ser el órgano oficial de la nueva asociación. Con el número 7, publicado el 27 de septiembre, La Voz de Peñafiel ya se presenta como “Órgano Oficial de la Asociación Regional de Agricultores de la Ribera del Duero”.

Durante la vida del semanario fueron muchas las plumas que firmaron sus artículos, teniendo siempre como centro Peñafiel y su comarca. En sus páginas se incluyeron noticias de Peñafiel, de partido judicial, de la Ribera del Duero; pero también se contaron historias de nuestro pasado, historias de interés para los peñafielenses, quien nos visitaba, y quien partía por negocios, quien había contraído nupcias y quien había fallecido, el precio del trigo…

Don Enrique de la Villa nos contó en sus páginas muchos datos de interés para los agricultores, con buenos e interesantes consejos fitosanitarios. Don Tomás Barroso, alias Tebea, nos deleitó con sus interesantes cartas al director.

Fiestas de Nuestra Señora y San Roque

Don Fernando Gil Mariscal, quien fuera juez de instrucción en nuestra villa, firmó varios artículos, pero, además, llevó a nuestro pueblo a sus destinos posteriores, llegando a dar conferencias sobre nuestra historia y nuestro castillo.

Pero si hay alguien que llama poderosamente la atención es Don José María Pazos y Vela-Hidalgo, a quien nosotros, en Peñafiel, recordamos como ”historiador Pazos” y que, en los textos de derecho civil se recuerda como el gran hito del testamento ológrafo, al conseguir que, mediante sentencia de 8 de junio de 1918 del Tribunal Supremo, se admitiera como testamento de Matilde, su esposa, una misiva escrita en el reverso de su primera carta de amor, fechada en marzo de 1873 , y que literalmente decía : “Peñafiel, a 24 de octubre de 1915. Pacicos de mi vida: en esta primera carta de novios va mi testamento, todo para ti, todo, para que me quieras siempre y no dudes del cariño de tu Matilde”. En las páginas de La Voz de Peñafiel desgranó sus afanes literarios, no solo su faceta de historiador, que ya había demostrado con la publicación de “Peñafiel. Memoria Histórica” en 1880, también destacó su faceta lírica con diversos poemas a lo largo de las páginas del semanario. rique de la Villa

La vida del semanario siguió su trayectoria con mayor o menor éxito, con sus noticias del pueblo, sus preocupaciones por el mundo agrícola, sus dificultades financieras … hasta 1916, año en que empezó a fallar su salida. En 1917 La Voz de Peñafiel deja de publicarse, aunque en mayo de 1918 verá la luz el número 530, en el que se anuncia que su publicación es momentánea y responde a una necesidad específica, volviendo a dormir hasta que, de nuevo, sea necesario su concurso.

Muchos de los números publicados se perdieron, pero hasta nosotros ha llegado gran parte de ellos gracias al tesón de los padres pasionistas del Convento de San Pablo de Peñafiel, donde, durante años, atesoraron los números de esta publicación reunidos en tres tomos, bajo la custodia del padre Heraclio Merino.

El estado de los tomos y del papel no aconsejaban su manipulación, por lo que la Biblioteca de Castilla y León, en su afán por conservar y facilitar el acceso a la ciudadanía de los fondos bibliográficos y documentales de autores y temas castellanos y leoneses procedió a principios de este año 2017 a la digitalización de toda la colección existente. De esta forma se garantiza la preservación de nuestro patrimonio.

De las páginas de la Voz de Peñafiel podemos sacar datos de hechos que ni siquiera los interesados conocen. Tal es el caso de la creación en Peñafiel de la asamblea de Cruz Roja Española. Siempre se creyó que la fecha aproximada de creación rondaría en torno a 1916. En 26 de septiembre de 1913, se da cuenta de la celebración el 19 del mismo mes, del solemne acto de toma de posesión de la Junta Directiva de la sección de Cruz Roja en Peñafiel. El acto fue presidido por el delegado de la Asamblea Suprema Sr. Fernández Corredor y Chicote, quien nombró como Presidente Honorario a Don En-

Todo aquel que quiera consultarlo está disponible en http:

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