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en Peñafiel y comarca

“El Estudio de la Gramática. Poderío Territorial de una Fundación en Peñafiel y su comarca”

Jesús Hernando Velasco

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La desamortización de los bienes en poder de las manos muertes fue un proceso que tuvo lugar en varios países a lo largo del siglo diecinueve, aunque en el nuestro adquirió dimensiones y características específicas. En lo que respecta a Peñafiel y su comarca, fue la nacionalización y venta de los bienes en poder de los eclesiásticos, de los concejos y propios, y de los señores, nobles y mayorazgos.

La finalidad prioritaria de las desamortizaciones en España fue conseguir unos ingresos extraordinarios para amortizar los títulos de deuda pública. Asimismo, se pretendía crear una burguesía y clase media de labradores que fuesen propietarios de las parcelas que cultivaban.

El proceso desamortizador español fue largo y discontinuo, aceptándose que abarca desde el año 1798 hasta 1909. En la historiografía sobre el mismo se considera que existen cuatro periodos desamortizadores o momentos en los cuales las necesidades de la hacienda pública apremiaban y la desamortización recibía un fuerte impulso desde los partidos en el gobierno de la nación. Estos cuatro periodos son: el reinado de Carlos IV y su ministro Godoy hasta la guerra de la independencia; el trienio liberal de 1820 a 1823; la desamortización de Juan Álvarez de Mendizabal de 1836 y el proceso general desamortizador de Pascual Madoz de 1854-1856. Existe consenso en aceptar que el proceso desamortizador de mayor envergadura fue el de Madoz, seguido del de Mendizabal y ya a más distancia los otros dos.

Los bienes de manos muertas desamortizados en Peñafiel y su comarca aparecen a lo largo de los cuatro periodos considerados.

De todos los bienes desamortizados resulta un caso digno de análisis especial los del Estudio de la Gramática de Peñafiel, pues sufrieron un doble proceso desamortizador, en 1798 pasaron a poder de la Universidad de Valladolid parte

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de las tierras de su propiedad y posteriormente durante el proceso desamortizador de Madoz, al año, el fundador había destinado para el mantenimiento del Estudio los derivados de la explotación de las tierras, censos, casas, corrales y molino ubicadas en Peñafiel y en

pasaron a particulares.

La Obra Pía y el Estudio de Gramática de Peñafiel fueron fundadas por el Licenciado Miguel Velaste con la finalidad de impartir la enseñanza de las primeras letras y los rudimentos de Gramática y Latinidad a los jóvenes de la villa de Peñafiel y sus alrededores.

El personal del Estudio de la Gramática era docente (Preceptory Repetidor) y no docente (cuatro patronos, escribano y administrador). Como patronos estaban los dos alcaldes ordinarios de la villa, el abad del Cabildo y el párroco de Nuestra Señora de Mediavilla. La misión de este patronato consistía en la administración de los bienes legados para el mantenimiento del Estudio, en el pago de los salarios del profesorado y en la vigilancia– dos veces al año por Navidad y San Juan- los pueblos de Padilla de Duero, Manzanillo, Langayo, Rábano y Quintanilla de Arriba.

Los bienes patrimoniales en poder del Estudio aparecen recogidos en los Libros Maestros de Eclesiásticos del Catastro de Ensenada de 1752 como propiedad de la Fundación Eclesiástica para el Estudio de la Gramática de la villa de Peñafiel, cuyo patrono es Don Manuel de Casas, vecino de ella, los cuales relacionamos a continuación.

En Peñafiel: una casa en la Plaza Mayor para vivienda del personal docente, de 100 metros cuadrados y una utilidad de 200 reales; 39 censos con unos réditos anuales de 1.409 reales; el Molino de Palacios con una utilidad de 3.085 reales y una tierra de secano de media obrada de 7 reales. En total 4.701 reales al año.

En Langayo: seis parcelas de regadío de una obrada de cabida y 193 parcelas de tierra de secano de una cabida total de 745 obradas, dadas en aparcería con una renta de 1.444

del cumplimiento de las tareas docentes, constatando el aprovechamiento de los escolares matriculados.

Además de los ingresos proporcionados por las matrículas de los alumnos, cuatro reales reales; tres corrales con una renta de doce

reales y una casa con una renta de 20 reales. En total 1.476 reales al año. En Manzanillo: dos tierras cañameras de regadío con una cabida de 0,2 obradas y 72 parcelas de tierra de secano con un total de 142 obradas, dadas en aparcería y que rinden al año 391 reales.

En Padilla de Duero: 124 parcelas de tierra de labor de secano con una cabida de 173 obradas y dadas en aparcería que rinden al año 369 reales.

En Quintanilla de Arriba: tres parcelas de labor secano con una cabida de 3 obradas, dadas en aparcería y rinden al año 9 reales.

En Rábano: trece parcelas de tierra de labor de secano con un total de 25 obradas, dadas en aparcería y rinden 77 reales al año.

El total de los ingresos del Estudio al año procedentes de su patrimonio territorial asciende a la cantidad de 7.023 reales, siendo de destacar el patrimonio de Peñafiel (un 67 por ciento) y el de Langayo (un 21 porciento).

Con lo que rentaba todo este patrimonio se pagaban los salarios del profesorado, que a finales del siglo dieciocho se había incrementado, pasando a estar compuesto por un Preceptor de Mayores o de Latinidad, otro de Menores o de Gramática, un maestro de primeras letras y un Repetidor de Arte o Filosofía. También los derechos del administrador de los bienes de la Obra Pía y del Estudio y los de los cuatropatrones.

Para hacernos una idea cabal de la gestión de este inmenso patrimonio, añadimos las cargas anuales soportadas por el Estudio de la Gramática tal y como aparecen reflejadas en el Libro Maestro de Eclesiásticos del Catastro de Ensenada de Peñafiel 1752. Ascienden a un total de 4.089 reales por razón de trece conceptos que relacionamos de mayor a menor importe: 1.400 que perciben los Preceptores de Mayores y Menores de este Estudio; 1.100 el Lector de Artes; 660 el Administrador; 450 los Patrones de este Estudio; 200 por conducir el trigo desde el lugar de Langayo a esta villa; 162 que percibe el Escribano por la formación de las cuentas; 30 reales de Colación para los Patrones; 26 reales de Papel; 20 reales el Portero del Estudio; 18 reales de gastos en la ofrenda por los Fundadores; 12 reales al Escribano al vencimiento; 6 reales que percibe el Pregonero por los bandos que da para la venta de los granos y 5 reales de la Misa de Aniversario.

Si comparamos los gastos anuales de 4.089 reales con los ingresos anuales de 7.023 reales, procedentes de la gestión del patrimonio territorial, nos hacemos una idea de la alta rentabilidad del Estudio de la Gramática.

Durante el primer proceso desamortizador, entre 1804 y 1805, la Universidad de Valladolid remata por 247.500 reales las 179 parcelas de labor y tres corrales, más una casa granero en 630 reales, todo en Langayo. Dos años después de la compra obtenía unos ingresos incapaces de justificar su adquisición. La ley general desamortizadora de 1855 las incluyó entre sus objetivos desamortizadores junto a las demás propiedades del Estudio.

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