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VUELTA A MALLORCA

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HISTORIA

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Expedicionaris.

VIAJE AL FUTURO DEL TURISMO PASANDO POR EL PASADO El poder evocador del libro “9. Diario de la expedición santañinera alrededor de Mallorca. 1899”

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Texto: Miguel Seguí Llinás*

Fue leyendo el libro “9. Diario de la expedición santañinera alrededor de Mallorca. 1899” que un montón de ideas pasaron por mi mente. Es increíble el poder del recuerdo. Estoy en un momento que, como analizador del fenómeno turístico en Baleares desde hace muchos años, me llegan un montón de solicitudes para exponer, mejor adivinar, cómo será el futuro del turismo en Mallorca después de la pandemia del coronavirus. No soy adivino, y por esto, mi mente intenta analizar las pequeñas señales que se vislumbran en el horizonte para escribir algunas ideas futuribles. Nada brillante aparece en mi mente y creo que la pregunta está mal planteada. Será en este momento de dudas, reflexiones y presión por parte de muchas revistas, y solicitud de conferencias o cursos, que aparecerá un viejo, olvidado, amigo, con un libro en la mano. Sí, el del título, y todos sabéis cómo trabaja la mente. Hice mi tesis doctoral ya hace 30 años, con el curioso título de “El descubrimiento de las islas olvidadas. Córcega y las Baleares vistas por los viajeros del siglo XIX”. Os podéis imaginar que, con

estos antecedentes, el título del libro me revolviera el cajón de los recuerdos. Jamás había leído que los mallorquines realizasen un viaje alrededor de la isla en 1899. Me los imaginaba más como campesinos, recogiendo almendras o algarrobas, sembrando cereales o legumbres, que viajando alrededor de su isla. Abrí el libro y me encontré con una edición magnífica, muy cuidada, con un texto central rodeado de notas manuscritas, unos dibujos muy seleccionados, complementado con una serie de artículos que narran todos los aspectos que me pudiera imaginar, relacionados con la temática: gastronomía, vocabulario náutico, literatura temática, etc. Y ahí mi pregunta: ¿estoy ante un libro de viajes? No, rotundamente no, fue mi respuesta. El libro de viajes narra un viaje de un extranjero a un lugar lejano, exótico, con el que presume de su descubrimiento, narra sus anécdotas, imparte sus consejos ante lo que ve. Es para ser leído por sus paisanos y presentarse como descubridor de un lugar, de un país, nuevo, desconocido, para la mayoría de sus coetáneos: es un descubridor, un viajero, un aventurero. Un osado. El libro que comento nos habla de un viaje que no hizo UN viajero, sino NUEVE. Ya mal andamos con el esquema estereotipado del libro de viajes. Eran de la isla, por tanto, de visitar a un lugar lejano, exótico, nada de nada. No escribieron un libro, sino notas sobre su viaje que jamás vieron la luz en su momento. Por tanto, nada de libro de viajes. En cambio, cuando uno remueve estas páginas tan llenas de colorido, con estas imágenes que lo ilustran, se da cuenta de que los autores, también se querían presentar como descubridores, por el mar, de su tierra, también desconocida para ellos desde este punto de vista. Nos narran sus aventuras, sus anécdotas, su viaje. Y curiosamente, cuando llegaron a un lugar, fueron tildados de turistas, cuando la palabra aún era un exotismo en nuestra tierra. Eran de los raros turistas a verse por los pueblos mallorquines de la costa, como ahora (tiempos extraños donde los haya), también son mallorquines los raros turistas que nos encontramos en el litoral.

También podemos ver algunos británicos, y alemanes; algún suizo, o francés, pero, ¿todos han llegado en avión estos días? Seguramente que no, muchos son residentes. Ya no es aquella Mallorca donde sólo vivían mallorquines. Ahora viven mallorquines, peninsulares, franceses y alemanes, suecos y británicos, marroquíes y ecuatorianos, chinos y argentinos, …. ¡qué multisociedad! ¡Cómo han cambiado los tiempos! Los turistas tampoco son los mismos, unos vienen, como casi siempre, para tomar el sol y disfrutar de la playa, pero, otros muchos, vienen para practicar senderismo por la Serra de Tramuntana, o tomar la bicicleta y llenar las carreteras, acompañando a los autóctonos en este desfilar por las rutas isleñas, en el campo hay otros que disfrutan del turismo rural y en los restaurantes nos encontramos con verdaderos especialistas gastronómicos. En las iglesias y los museos también se codean con los insulares, en los conciertos destacan las múltiples lenguas que se escuchan entre el público. En los puertos deportivos, con sus yates, ¡parece una Torre de Babel!. ¿Qué se hizo de aquella isla única y uniforme? ¿qué se hizo de aquella Mallorca tan bien definida en su cultura, su lengua y sus costumbres? Pasó, como el trabajar únicamente la tierra, ir a jornal de sol a sol, sin tiempo libre para disfrutar de sus hermosos paisajes. Son tiempos pasados. Si actualmente la sociedad local es muy heterogénea, los turistas también son muy distintos. Los motivos por los que vienen a Mallorca también. Todo ha cambiado, los locales y los turistas. Todo es consecuencia de este mundo globalizado e intercomunicado. ¿Cuál será entonces el turismo del futuro post pandemia? Simplemente, la continuación de esta multisociedad y estos multituristas. Cada uno distinto, pero todos enamorados de esta Mallorca, buscando su felicidad y bienestar, y para esto debemos luchar. Que como aquellos nueve hombres del “llaüt” podamos todos disfrutar de contemplar una isla que nos enamora a todos, de unos paisajes idílicos, de una convivencia en armonía, de una sociedad integrada e integradora. ¡Cuánto da de sí leer “9. Diario de la expedición santañinera alrededor de Mallorca. 1899”! Espero que os haga reflexionar, disfrutar y amar a esta isla en la que estamos todos, como a mí me ha hecho volar por el mundo de los recuerdos y la imaginación.

Dibujo de Fausto Morell, homenaje al turista extranjero, que encabeza el tomo del libro de visitas de las Cuevas de Artà correspondiendo a la época en que fueron visitadas por los expedicionarios del San Miguel (Cortesía Coves de Artà).

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