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El papel del médico de familia

Unidad de Medicina General Dra. María de Hoyos Llorente

Actualmente se utilizan los términos “médico general”, “médico de familia” o “médico de atención primaria” para referirnos a los profesionales de la medicina responsables del cuidado de la salud y del restablecimiento de la misma en caso de enfermedad.

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Hasta no hace mucho tiempo, la forma común para referirse a estos profesionales era con el término “médico de cabecera”. Este nombre se debe a la posición en la que se colocaba el médico cuando iba a visitar a un paciente: en la cabecera de la cama, lugar desde el que podía llegar a pasar largas horas vigilando la evolución del enfermo. Desde entonces ya es palpable el compromiso del médico no solo con la enfermedad del paciente sino con su situación personal, atendiendo al paciente teniendo en cuenta las necesidades individuales de cada uno.

En la actualidad el médico general o de familia es el primer contacto con la atención sanitaria, prestando atención médica primaria, continua e integral, tanto a individuos como familias.

Esta atención integral del paciente incluye la habilidad de gestionar simultáneamente múltiples problemas y patologías, tanto agudas como crónicas, procurar una educación sanitaria para promover la salud y prevenir las enfermedades y, además, gestionar la atención, las curas, la rehabilitación y los cuidados paliativos; es lo que nos diferencia del resto de las especialidades, que tratan la enfermedad en el caso concreto. Todo esto dentro de un enfoque global, biopsicosocial, teniendo en cuenta las dimensiones cultural, existencial y espiritual de cada persona.

El médico general tiene la responsabilidad de tomar las decisiones iniciales en todos los problemas que se presenten, requiriendo la consulta de especialistas cuando lo considere necesario.

Los médicos especialistas deben actuar como consultores, en coordinación con el médico de familia; su atención generalmente es episódica y deben ceder el seguimiento del paciente al médico de familia.

La Medicina General es esencial, y es el primer recurso al que debe acudir el paciente. El paciente debe establecer el primer contacto con su médico de familia y acudir a su consulta para conocerse e iniciar la relación médico-paciente que tan importante es para ambos. En ese primer contacto el médico realizará la historia clínica para lo cual realizará preguntas relativas a las enfermedades pasadas, hábitos saludables y así poder tener una visión general inicial del paciente. Desde esta primera cita se inicia una relación de empatía, llegando a ser en muchas ocasiones confidente y consejero del paciente.

A partir de esta primera cita el paciente debe acudir a su médico de familia ante cualquier patología aguda o cualquier duda sobre el cuidado de su salud. El médico realizará una valoración inicial, decidirá la necesidad o no de pruebas diagnósticas y nos planteará un plan de tratamiento. En las ocasiones en las que lo necesite solicitará la consulta de un médico especialista, al cual comentará el caso y establecerá un plan de seguimiento conjunto e individualizado para cada paciente.

Las enfermedades crónicas, tras realizar el diagnóstico inicial requieren un control y seguimiento durante toda la vida. Se realizarán diferentes pruebas diagnósticas y seguimiento de las mismas, se podrá consultar con diferentes especialistas, pero siempre bajo la supervisión del médico de familia que, al conocer la enfermedad en su conjunto y, lo más importante, al paciente en su contexto, nos ayuda a entender los resultados, las pautas de las diferentes pruebas y consultas, explica el tratamiento, apoyando y comprometiéndose con el enfermo en todo el recorrido de su enfermedad estando con él y con su familia durante todo el proceso.

El médico de familia conoce bien a los pacientes, tanto en el sentido médico de salud, como personal. A menudo, atiende a varias generaciones de una misma familia. Este conocimiento tan amplio resulta muy valioso, ya que permite adaptar los tratamientos a las características del paciente y explicárselos del modo más apropiado. De esta forma se consigue que el paciente siga el tratamiento correctamente, acuda a las revisiones y asuma su enfermedad con la tranquilidad del compromiso y apoyo de su médico.

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