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RD FEBRERO 2019
PALABRAS MAYORES
Gerardo en el centro de mayores El Parque, donde acude a la actividad Juntos para cantar. P.C.
Gerardo Martín: de niño republicano a una vida laboral entre libros El veterano vecino recuerda con detalle la proclamación de la Segunda República, las innovadoras clases de su colegio o las consecuencias de la guerra en su barrio madrileño de Cuatro Caminos Texto: Patricia Campelo
n su memoria ha quedado nítido el recuerdo de una excursión frustrada. Se acercaba el verano de 1936 y su colegio, el Grupo Escolar Cervantes, de la glorieta de Cuatro Caminos en Madrid, había organizado una visita a Toledo y otra a Cuenca. Eran los tiempos de la escuela republicana que llenó de avances pedagógicos un país, aún en su mayoría, analfabeto. Pero aquel estío del 36, Gerardo Martin (Madrid, 1925) se quedó en casa, en la calle de los Artistas, 3, sin saber que la experiencia escolar que tanto le ilusionaba estaba a punto de concluir para siempre. La represión franquista que siguió a la Guerra Civil acabó con la vanguardia educativa en España.
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Hoy, Gerardo es un vecino de Rivas de 93 años y usuario del centro de mayores El Parque, donde acude
con su mujer, Teresa Colás, al taller Juntos para cantar dos días por semana. En la sala de la televisión, entre el bullicio que desprende este centro municipal un jueves a media mañana, echa la vista atrás y se trae a 2019 episodios de hace décadas. Los que tienen que ver con su colegio los expresa con mayor emoción. “Teníamos una piscina y nos bañábamos juntos chicos y chicas. También hacíamos talleres de arte, dibujo o carpintería, además de las clases. Era una enseñanza muy moderna”, apunta. “Una vez nos visitó Alcalá Zamora [presidente de la República]. Y una de las profesoras, Justa Freire, y el director Ángel Llorca tienen hoy calles en Madrid”, relata orgulloso. Su grupo escolar, vinculado a la Institución Libre de Enseñanza y con un claustro que fue depurado y encarcelado tras la guerra, cerró en 1937 y volvió a abrir en el curso
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39-40, reconvertido en escuela franquista, segregada y con materias como Formación del Espíritu Nacional. Gerardo no volvió a pisar sus aulas como alumno. PASEOS ENTRE LAS BOMBAS A sus 6 años, este veterano ripense vivió acontecimientos de la historia del país como la llegada de la Segunda República, de la que recuerda: “Venía la gente cantando y gritando encima del techo de los tranvías. No sabía bien lo que pasaba pero me lo explicaron mis padres”. Hijo de una familia de izquierdas, en su hogar vivió el fragor político. “Un hermano de mi padre era miliciano de la CNT y siempre quería liarnos para que nos apuntáramos a un partido. Mi madre le decía que nos dejara en paz. Un día se marchó y no supimos nunca más de él”, cuenta. Su familia afrontó la Guerra Civil en el piso de Cuatro Caminos, una