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Patrimonio H istórico
from Tudela Turismo 2017
by editorialmic
patrimonio h istórico Tudela
La fundación de Tudela obedeció a la necesidad de proteger las tierras llanas y fértiles del curso medio del Ebro, contra las incursiones de vascones y francos hacia los territorios musulmanes. Tudela reunía otras razones que, según los musulmanes, debía poseer una ciudad para su progreso: agua corriente, tierras fértiles, leña en los sotos y murallas sólidas; lo que unido al incipiente comercio que el puente favorecía, determinó que la ciudad creciese en población e influencia llegando a ser la tercera ciudad en importancia dentro de la Marca Superior de Al-Andalus, pasando a depender de la taifa musulmana de Zaragoza bajo el dominio de los Banu Hud. La prosperidad económica de la ciudad propició su riqueza intelectual, formándose en ese ambiente destacados personajes entre los que cabe destacar: Sem Tob Ibn Saprut (Célebre médico y filósofo del S. XIV), Yehudah Ha Levi (Prestigioso poeta hebraicomusulmán S. XI-XII), Abraham Ibn Ezra (poeta S. XI-XII, transmisor del saber andalusí entre los judíos de Europa) y Benjamín de Tudela (S. XII el más famoso de los viajeros medievales), Ahmad abd-Allah Hurayra al-Tutili (S. XIII, conocido como el Ciego de Tudela, autor de las más bellas moaxadas de al-Andalus) Guillermo de Tudela (S. XIII, clérigo-juglar que escribe en provenzal “La Canción de la Cruzada”). La decadencia militar de los reinos de taifas y la presión ejercida por el rey aragonés Alfonso I el Batallador, ocasionó la toma de Tudela en el año 1119, produciéndose una cesión mediante pacto por el cual los musulmanes debían crear un nuevo barrio extramuros de la ciudad (la morería). La figura del rey Sancho VII el Fuerte (1194-1234) ha sido siempre muy querida en Tudela, se dice que aquí nació y murió, siendo enterrado temporalmente en la iglesia de San Nicolás. En 1212 participó junto con otros reyes cristianos en la crucial Batalla de las Navas de Tolosa trayéndose como botín las cadenas que protegían la tienda de Miramamolín y que hoy son elemento distintivo del escudo de Navarra, y de las cuales se puede admirar un fragmento en la parte baja del retablo de la Catedral. Pasó sus últimos años recluido en el Castillo de Tudela. Carlos III el Noble concedió a la entonces villa de Tudela el título de Ciudad. En 1512 Fernando el Católico entra en Tudela, toma obediencia al Concejo, jura los Fueros, confirma los privilegios de la ciudad y toma posesión de ella que desde ese momento es incorporada a la corona de Castilla junto con el resto del ya extinguido Reyno de Navarra. Este monarca, le otorgó el título de Muy Noble y Muy Leal. El s. XVI será época de grandes cambios. En 1498 se expulsa a los judíos, aunque la mayoría permanecerán, convirtiéndose, falsamente, al cristianismo. Poco después, en 1516, se expulsa a los musulmanes. El
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La “Crónica del Moro Rasis” describe que Tudela fue fundada por Amrús, fiel muladí a las órdenes de alHakan I, hacia el año 802, instalando en ella de manera permanente a su hijo Yusuf con una fuerte guarnición.
Cardenal Cisneros ordena la demolición de los muros del Castillo. El despoblamiento y decadencia de la actividad económica marcan unos difíciles comienzos de siglo, estimándose su población en unas 7000 almas. En esta época existen en activo más de 20 iglesias donde practicar el culto cristiano. La importante influencia de la iglesia se dejará notar en la economía y en el arte, con la edificación de nuevos conjuntos conventuales (Santa Clara, San Francisco, San Antón, La Merced, Santo Domingo, el Hospital de Nuestra Señora de Gracia) y una racionalización de la agricultura. La figura más singular de este período fue el Deán don Pedro de Villalón y Calcena, quién, con la ayuda del escultor francés Esteban de Obray, remodeló el Palacio Decanal para convertirlo en un palacio renacentista. La mentalidad barroca, con su gusto por el espectáculo, los efectos dramáticos y espacios públicos hacen de la nueva calle de Herrerías el nuevo centro de Tudela abriendo nuevos palacios y casonas sus puertas a este nuevo espacio, dígase el Palacio de Huarte. Sin embargo, la decisión más audaz de este siglo
y una de las más influyentes en el desarrollo urbano de Tudela es la construcción de la Plaza Nueva, sobre el cauce del río Queiles, extramuros del recinto medieval. A finales del S. XVIII se cultiva el Rococó y Tudela no fue ajena a ese ambiente intelectual y social ilustrado, celebrándose tertulias y cenáculos en los palacios del Marqués de González de Castejón, del de Montesa, o de San Adrián. En 1778 se crea La Real Sociedad Económica Tudelana de Amigos del País y Deseosos del Bien Público. Se construye la Real Casa de Misericordia. De esta época cabe reseñar a Juan Antonio Fernández gran erudito en Historia (1752-1814). A comienzos del S. XIX Tudela fue saqueada por los ejércitos de Napoleón y en 1808 tuvo lugar la batalla de Tudela. Siglo de turbulencias políticas y sociales: guerra de la Independencia, Guerras Carlistas, Desamortización de Mendizabal... A finales de siglo se levantarán tres nuevos conventos: El de Capuchinos, las Siervas de María y el Colegio-Convento de la Compañía de Jesús. Como construcciones públicas destacan
Iglesia de la Magdalena
el Cementerio y el Mercado Público. La economía de sus aproximadamente 8.000 habitantes era básicamente agrícola y artesanal y quedó arruinada a consecuencia de las guerras. En 1847 aparece el primer periódico local (El Avisador Tudelano). El segundo hito crucial que marca el S. XIX es la inauguración de la línea de ferrocarril Zaragoza-Alsasua en 1861. A principios del S. XX se construye el Canal de Lodosa, que asegurará los riegos de buena parte de la Ribera, cuyo impulso se debe en gran medida a nuestro Diputado en Cortes don José Méndez-Vigo. Se construye la Fábrica Azucarera con maquinaria importada de Alemania y que contenía la tecnología más sofisticada y vanguardista del momento y que propició el cultivo de la remolacha azucarera y el perfeccionamiento de las técnicas de producción agrícola y recolección. El gusto por la música llevó al municipio a construir el kiosko de la Plaza de los Fueros en 1921. En 1955 se fundaría el Coro de Tudela por el insigne músico tudelano don Fernando Remacha. En 1936 se construyó el teatro Gaztambide. En 1954 el jesuíta Padre Lasa iniciaría la construcción de las primeras “casas baratas”, viviendas dignas para los más desfavorecidos que se acabarían convirtiendo en el actual Barrio de Lourdes. En 1966 se proyecta la creación de un Polígono Industrial propiciando el establecimiento de importantes empresas como Sanyo, Piher y SKF, produciéndose a partir de entonces un rápido y descontrolado desarrollo urbanístico.
Tudela
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