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Ruta por el corazón de T udela

ruta por el cora z ón de Tudela

Para el visitante que llega por la carretera que viene de Pamplona, el recorrido comienza en el puente sobre el río Ebro. Tiene 17 arcos ojivales de medio punto, algunos de influencia gótica, y una longitud de 360 metros. Tras atravesarlo y pasar bajo un arco se llega a la iglesia románica de la Magdalena. Construida sobre un templo mozárabe, es Bien de Interés Cultural y su torre es una de las pocas románicas que hay en Navarra. En el interior conserva un bello retablo renacentista, cuatro lienzos de Vicente Berdusán y un órgano barroco. Por la calle del Portal se llega a la más antigua de las tres portadas románicas de la catedral, la de la Virgen.

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La catedral fue construida hacia 1180 sobre los restos de una antigua mezquita siendo declarada monumento nacional en 1884. Destaca en su conjunto la Portada del Juicio Final, situada en la fachada occidental, de una gran monumentalidad y en la que ocho amplias arquivoltas apuntadas narran los premios a los justos y los castigos a los pecadores tras el Juicio Final. Escenas esculpidas sobre el infierno y los demonios que en él habitan y su tormento a los condenados, plenas de imaginación medieval que deleitarán a todo turista curioso que se detenga a observarlas.

El claustro está constituido por cuatro arquerías formadas por arcos de medio punto que se apoyan de forma alternativa en columnas dobles y triples. Dichos arcos reposan en 40 capiteles esculpidos y 10 capiteles modernos lisos que representan escenas de la Infancia, Vida Pública (entre

los que destaca el capitel de la Resurrección de Lázaro), Pasión y Resurrección de Jesús, así como la Muerte de la Virgen, vida y martirio de diversos santos o bien capiteles de carácter decorativo. También es espectacular la gran torre elevada a finales del siglo XVII y principios del XVIII, el coro, el órgano barroco, la sacristía, la sala capitular y las obras de orfebrería y pintura expuestas en el Museo Diocesano, ubicado en el Palacio Decanal o Casa Decanal, anejo a la catedral. Este edificio, de principios del siglo XVI, tiene un pórtico de estilo plateresco, una singular galería de arquillos y conserva parte del torreón mudéjar.

En las cercanías de la seo se encuentran el Museo Muñoz Sola de Arte Moderno y el Ayuntamiento, del siglo XV, reformado en los siglos XVIII y XIX; y el palacio del Marqués de San Adrián, del siglo XVI, un edificio renacentista que recuerda a los palacios italianos, y del que destacan el alero tallado por Esteban de Obray y las pinturas de las escaleras al oleo en grisallas, atribuidas a Pietro Morone de tema mitológico.

Cerca de la calle Rúa está la casa del Almirante (1550), que posee una bonita balconada plateresca, y al lado se encuentra la casa Ibáñez Luna (XVI), renacentista pero con un magnífico tímpano románico.

Claustro de la Catedral

ruta por el cora z ón de Tudela

Tras retroceder unos metros, el visitante entra en la calle Pasaje, rincón en el que es fácil imaginar cómo era Tudela en la época en la que convivían judíos, moros y cristianos. Desde aquí se llega a la plaza del Mercadal donde se ubican el centro cultural Castel Ruiz y la iglesia de San Jorge, construidos en el siglo XVII por la Compañía de Jesús como sede de la Escuela de Gramática y convento.

Puerta del Juicio, Catedral

Torre Monreal Palacio de San Adrián

En la calle Herrerías se levanta el palacio del Marqués de Huarte, construcción barroca del XVIII. Habilitado como Archivo y Biblioteca, conserva una bonita escalera y la cúpula central, y guarda una berlina rococó, una armadura del siglo XVI y restos arqueológicos. En la misma acera está la casa de los Condes de Heredia Espinola, neoclásica con decoración rococó.

Otros puntos de interés: En el ámbito de la arquitectura civil, también destaca la Torre Monreal, de origen medieval y reconstruida en diferentes etapas. Imagen del Sagrado Corazón, situada sobre un altozano, desde el que se obtiene una hermosa perspectiva de la ciudad.

Cabe señalar la Torre Monreal, antigua torre-atalaya, situada en un cerro al sudoeste de la ciudad, considerada tradicionalmente de origen árabe aunque no existe noticia escrita de ella hasta el siglo XIII. Según las excavaciones arqueológicas pertenecería a una atalaya de vigilancia situada sobre un cerro que domina la ciudad en el sentido opuesto al del Cerro de Santa Bárbara, donde se situaba la Alcazaba o Castillo de Tudela. Se trata de un edificio octogonal de ladrillo en el que se integra el aljibe de época medieval. La última reforma acometida lo ha convertido en la primera Cámara Oscura de Navarra. Así, un dispositivo que gira 360 grados proyecta una imagen viva y en movimiento de lo que está ocurriendo en ese mismo instante en el exterior. Se trata de un principio óptico relativamente simple que existía ya en tiempos de Leonardo da Vinci. Consta de una pantalla blanca, un espejo y unas lentes de aumento. La luz entra a través de una ventana, incide sobre el espejo, y pasa por las lentes haciendo que la imagen se refleje en la pantalla. En cada sesión de una media hora, se revelan secretos sobre la historia, la evolución y curiosidades de la ciudad, permitiendo al visitante descubrir la ciudad de una manera diferente. El recorrido turístico finaliza en el centro neurálgico de la ciudad, la plaza de los Fueros, punto de transición entre la Tudela antigua y moderna. Construida en 1687, fue utilizada como plaza de toros. Dispone de quiosco en el centro y está decorada con escenas taurinas y escudos heráldicos de las poblaciones que forman la Ribera de Navarra.

Tudela

ruta j udía

Las primeras comunidades israelitas se establecieron en Tudela desde los primeros momentos de la fundación, probablemente procedentes de Tarazona ante la necesidad de los servicios de artesanos. Judería Vetula: Casi desde el mismo origen de la Ciudad, a mitades del S. IX, parece ser que los judíos se agruparon en una zona al sureste de la muralla, en las proximidades del río Queiles, donde hoy se extienden las calles de Benjamín de Tudela, Plaza de la Judería, Hortelanos, Fuente del Obispo y la desaparecida calle de las Vueltas. Los callejones de esta zona y la actual tipología de casas estrechas y altas aún recuerda lo que fue vivienda de judíos. En este barrio primitivo parece que existieron tres sinagogas: una probablemente en la calle de San Julián, otra en las inmediaciones de la Puerta de Zaragoza (al terminar la calle Verjas) y la tercera adosada al tramo este del Claustro de la Catedral. Este recinto es actualmente una capilla conocida como La Escuela de Cristo y su singularísima morfología recuerda las formas de las sinagogas: planta rectangular, cabecera plana, coro sobreelevado reservado al rezo de las mujeres, cubierta de madera a dos aguas profusamente decorada con pinturas, y otras decoraciones de celosías de madera y esgrafiados de inspiración almohade en las paredes. Judería Nueva: En el año 1170 el rey de Navarra Sancho VI el Sabio decreta el traslado de la Judería a un nuevo emplazamiento, junto a los muros del castillo, cuya custodia y reparaciones les encomienda a cambio de exenciones de impuestos y concesión de otras prerrogativas, además de facilitarles una mejor protección. El nuevo barrio parece que se articulaba en torno al actual Paseo del Castillo, extendiéndose hacia abajo por la paralela calle de San Miguel y también hacia arriba, acostando sus casas junto a la muralla del castillo real. El barrio de los tejedores judíos estaba junto a la Plaza de San Miguel, donde hubo una iglesia dedicada al santo arcángel la cual pudo ser en un primer momento sinagoga.

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