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Datos históricos escritos sobre Javea Antigua
Jose Cardona Bisquert
Muchos datos se han escrito sobre Jávea, desde tiempos o siglos pasados, los ciudadanos de Jávea y mayormente los más jóvenes, ignoran su pasado, hasta ahora por medio de esta revista he ido dando detalle por fechas, una colección de efemérides que ocurrieron en nuestra Villa, desde el año 1090 hasta nuestro tiempo. Ahora trasladare los datos de que dispongo sobre nuestra Villa de Jávea. Contando que también será, una entrega por años, hasta completar los datos.
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JAVEA, es villa Real por privilegio concedido por el Rey Felipe III, el día 2 de Septiembre de 1612, cuyo documento no satisfizo a Denia, que le negaba el derecho de villa de Jávea, aunque sin documento fehaciente, probaba que lo era desde tiempos remotos, pues ya en 19 de Diciembre de 1492 se le otorgo esta gracia por el Duque Real de Gandía, Don Alfonso de Aragón, opinión que prevaleció en la sentencia favorable de 8 de Julio de 1701. El Rey Felipe V en 5 de Noviembre de 1710, la llamo Lealisima y en 16 de Enero de 1711, le permitió pudiese usar en su escudo la simbólica Flor de Liz.
Otras personas reales la han concedido honores y gracias a esta Villa laboriosa, así como la concesión del Titilo de Ciudad. Bien se lo merece el pueblo que respetuoso con las leyes, estuvo siempre al lado de los poderes constituidos y en las horas aciagas para la Patria, supo dar su sangre en holocausto de nuestra independencia. Hay un hecho en su historia moderna, que es digno de que no se olvide. Durante los días aciagos de la semana trágica de Barcelona en 1909, cuando los revoltosos realizaban toda clase de desmanes y de crímenes, Cataluña permanecía incomunicada con el resto de España. Sin embargo, gracias a la cordura de los Javienses, el Gobierno recibía noticias de la Urbe Barcelonés, por el cable que partiendo de Jávea, llega a las Baleares y enlazaba con el de Barcelona. Y si las turbas hubiesen intentado cometer un desafuero en esta playa para dejar al gobierno sin medios de que valerse para saber lo que ocurría en Barcelona y tomar medidas con que sofocar la insurrección, los Javienses hubiesen cooperado con sus vidas a la causa del orden. Así lo han hecho siempre, por eso la divisa de Jávea ha sido en todas épocas Fe, Nobleza y Lealtad.
Jávea está situada a los 38º 40º 6N, de latitud y 6º 20º 10E de longitud del meridiano de San Fernando, sus lindes son, por el Norte el monte Mongo, que se yergue soberano prolongándose hacia el mar y formando el Cabo San Antonio. Los Romanos le llamaron “Caon” y el Rey D. Jaime, “Montegaone”, alcanzando un altura de 760 metros, Por el Sur limita a Jávea otro monte no tan alto, pues solo mide 440 metros y es llamado Puig por los moradores de este valle y también “Montaña Lorenza”, aunque los marinos la denominaban “Isabela”. Prolongase también hacia el mar y forma los cabos de la Nao, Negro y de San Martin.
Los geógrafos antiguos llamaban a esta macizo el “Promontorium Sarturu”. Dicen algunos Historiadores que en la plana de San Martin se dio una batalla entre las fuerzas guerreras de Mételo Y Sertorio y que este ultimo en las postrimerías de su vida se escondía en las cuevas de la Nao, que son interesantísimas por su grandiosidad y que murió en ellas asesinado por el traidor Parpenna.
Entre estos dos montes, el Mongo y el Puig, derivaciones respectivamente del Moratalla y del Bernia, todos ellos del Benicadell, como este de la cordillera Celtibera, está enclavado el término Municipal de Jávea, con una extensión de 68 millones y medio de metros (6.850ha.). Es un valle que en suave declive viene desde Gata de Gorgos y termina en la magestuosa ensenada que forman los cabos San Antonio y San Martin. Esta campiña fertilísima fue llamada por los Árabes “Beni-hacim” y cruza por ella el rio seco Gorgos, llamado también Xaló en nuestros tiempos (los Romanos lo llamaron rio Cani) que nace en el valle de Catá, en la cabeza Faro, vertiente del célebre barranco Malafí, cerca de Benichembla terminando en la bahía de Jávea, con un recorrido de unos treinta Kilómetros. Dice un geógrafo que sus aguas, se pierden en el subsuelo después de pasar mansamente por Jalón, tienen la singularidad de templar bien el acero. Cree un geógrafo que las aguas perdidas de este rio son las del Almorach, manantial de agua dulce que brota en el mar la pié de la montaña Lorenza.
El geógrafo Romano Rufo Avieno, dice que hubo un pueblo Ibero que se llamaba Ilerda, y según Marden, Idera, coincidiendo con Estrabon, que sitúa la colonia Ibera al pie del Caon donde fluye el rio Cani. Ptolomeo pone en tiempos romanos aquí como Saetabicula, contra los que creen que se trata de Alcira o Játi-
va, el Sr. Fernández Guerra afirma que se trataba de un pueblo situado en Cabo Martin y por lo tanto, dentro de término de Jávea. Quizá los restos de esta población desaparecida, fuesen hallados para gloria del arte y de la ciencia histórica si un puñado de hombres de buena voluntad realizasen excavaciones bien dirigidas.
En tiempos de los Visigodos hubo en Jávea un célebre Monasterio llamado de San Martin, del que no existen indicios. Fue fundado en tiempo de Lliuva por monjes de África reunidos con San Donato. Este Monasterio fue refugio de San Hermenegildo, cuando huida de las furias de su padre Leovigildo. Así lo afirma en una crónica San Gregorio el Turolense. Fue Abad de este Monasterio Eutropio, que asistió a uno de los celebres concilios de Toledo.
El Caudillo Almorávide Davud-ben-Aixa, desembarco en Jávea para atacar a Denia con los Árabes que le seguían, y muchas gentes de estos valles siguieron a los hijos de Mahoma, llegando a la vecina población y desposeyendo del mando de la plaza al Valí almohada Abu-Monead, y proclamando por Valí al Almohade Aben-Geaf, en quien reconocían mejores dotes de gobernante. Ímprobo trabajo nos cuesta lograr los datos que anteceden; es difícil hacer luz sobre épocas remotas, en el breve espacio y de tiempo de que disponemos para ello.
Conforme avanzamos hacia la época presente, las noticias que hallamos son más abundantes y verídicas.
El siglo XIII fué fecundo en acontecimientos para Jávea. El Rey D. Jaime de Aragón, pensó y realizo la conquista del reino de Valencia, de Baleares y de parte del Reino de Murcia. Es un periodo de gran agitación, de rudas luchas entre Moros y cristianos.
Los moros de la comarca se insurreccionaron contra su rey Zayan y este desapareció después de su entrevista con el Conquistador. Sin embargo, sostenía la agitación de los Arabes contra los caballeros de conquista, los templarios y los nobles Aragoneses y Catalanes, un moro llamado Addalla-ben- Hudzail, más conocido por el sobre nombre de Azul. Se puede asegurar que la conquista de Jávea se realizó por año 1244 al 1258, dirigiendo las operaciones el caballero D. Bernardo de Abella, que encontró aquí un pueblo llamado Xabea por Mosén Feber, e Isabela por el Rey D. Jaime, El mismo Rey D Jaime en posteriores documentos llama a nuestra Villa Exabeam.
Los Javienses edificaron para defensa de la plaza una fortaleza y en 16 de noviembre de 1304, mando derribarla D. Jaime, sin perjuicio de ordenar en documento fechado días después” que la torre no se derribe sino que se fortifique más”, y que tampoco sea derribada la torre de Juan Cayrat. Dicen algunos historiadores que esta última edificación es la torre que existe en el convento de Monjas Agustinas, y en la que guardan las reliquias de la fundadora del Monasterio.
En 1306 ordena D. Jaime, se construyan murallas para la defensa de la población y dice que han de ser de cinco tapiadas de altas y de cinco palmos de gruesa y una tapiada de antepecho de dos palmos de anchura. Adamas dice que la muralla ha de partir del atrio de la Iglesia hasta las casas de En Cayrat. En el repartimiento de tierras no aparece este nombre, vemos en cambio otros de individuos que serian personalidades distinguidas, como el de Miguel Segarra, a cuyas instancias concedió el Rey Justicia a Javea.
En 1323 concede D. Jaime a su hijo D. Pedro, Conde de Ribagorza, el Señorio de Jávea y Denia. El Juramento de Villa se celebro en Murviedro, en el Palacio del Obispo y represento a Jávea, Tomas Carrasquer. El Infante D. Pedro caso con Dª. Blanca de Tarento, de cuyo matrimonio nació D. Alfonso, el Duque Real de Gandía.
Hizo en 1732 una visita Pastoral a Jávea, en nombre del Arzobispo de Valencia, D, Juan F. Navarro y Getaber, Obispo de Albarracín. Se hicieron fiestas en su honor.
En 1734, falleció en Benicarló el Javiense Dr. José Alberola, del habito de Montesa y S. Jorge de Alfaura. Esta enterrado en la Iglesia del temple, en Valencia.
Despees del Duque de Segorbe, que murió en 1738, ocupo el señorío su hijo D. Antonio, duque de Alcalá y de Medinaceli.
En 1753, Jávea recibió con solemnes fiestas la visita del Arzobispo de Valencia D. Andrés Mayoral.
En 1768, ocupo el señorío D. Pedro Fernández de Córdoba, marqués de Priego, hijo del anterior, sucediéndole en 1789 su hijo el Duque de Carinona, (cuyo señorío llego hasta 1806) que ordeno se abriera la puerta Norte sobre la muralla que se llamaba Portal Nou. El último señor fue D. Luis Joaquín, Duque de Santisteban, en cuya época las Cortes de Cádiz, dieron al traste con los señoríos.
En 1774 ordena el Duque que sea construida la casa Ayuntamiento, y se edificaron entonces las esbeltas arcadas de la plaza del mercado. Durante este señorío tuvo lugar la última tentativa de los corsarios moros contra Jávea. Dos barcos catalanes, destrozan, ayudados por los Javienses y una carabela mora. El combate fue horroroso.
Jávea, también sufrió desventuras durante la guerra de la Independencia. El día 20 de enero de de 1812 penetraron en la villa cien soldados Franceses montados, al mando del Capitán Rosier, del ejército del General Abert. Por la tarde del mismo día regresaron a Denia con 2000 raciones. A mediados del mes siguiente, realizaron de nuevo la visita, entregándoles el Ayuntamiento la mitad de lo que pedían. Al retirarse por la plana de San Jerónimo se llevaron un ganado de corderos. Ante este estado de cosas, surgieron en Jávea hombres dispuestos a contrarrestar los abusos de los franceses. Formaron grupos patrióticos, para defender la Villa, sus vecinos llamados El Campanero, el Degollat, el Pansit, y Groc de Sala, que realizaron hazañas verdaderamente épicas.
En agosto del mismo año llegó a la bahía una escuadrilla Inglesa, cuya tripulación fue recibida con júbilo
por el vecindario. Al día siguiente, llegó a la Villa media compañía de Infantería Francesa y la población se opuso a su entrada. Esto produjo una lucha violenta contra los invasores, que fueron derrotados por los ingleses y Guerrilleros.
Repitieron la acción, horas después los franceses, atacando por diferentes partes. Los de Denia lo hicieron por la puerta del Mar, guardada por los Ingleses y los venidos de Benisa y Calpe, atacaron por la puerta de San Vicente, defendida por los Javienses. Fueron rechazados nuevamente los franceses, y los ingleses se reintegraron a sus buques. Al amanecer del día 28 del mismo mes de agosto, Jávea apareció nuevamente sitiada por los franceses. Los Ingleses intentan desembarcar nuevamente, pero los soldados Napoleónicos lo impidieron, sosteniendo ambos bandos continuo tiroteo. A media mañana, los Franceses el ataque a la Villa, y tras heroicos esfuerzos de los bravos Javienses, lograron apoderarse de ella. Entraron a degüello, ensangrentado las calles de la población.
Los ingleses, al anochecer, después de volar los dos fuertes que Jávea tenía en su bahía, zarparon sus buques con rumbo norte. Temerosos los franceses de que fuese Denia atacada por los Ingleses dejaron en paz a Jávea, pero volvieron a ella dos días después, realizando nuevamente el saqueo. Hicieron robos de importancia, se llevaron caballerías, ganados de todas clases, multitud de cahices de trigo, alhajas, ropas etcétera, y los caudales de la casa de la Villa.. Desde la torre de la Iglesia arrojaron al Dr. Vicente Catalá, que acababa de celebrar misa y al sacristán Francisco Blasco, destrozaron además la sacristía y el archivo. Una religiosa escribió con su sangre una página gloriosa de la historia de Jávea. Al ser asaltado el convento de religiosas Agustinas, un oficial Francés requirió de amores a Sor Luisa de San Agustín, joven monja de esbelto talle y extraordinaria hermosura, que con gesto heroico apostrofó al cobarde que intentaba manchar su honor. Después de bárbara lucha con el francés, logró escapar, arrojándose al pozo del jardín y muriendo ahogada.
El día 5 de Febrero de 1841, fue elegido diputado a las Cortes por el distrito, el Ilustre Javiense D. José Antonio Bolufer Cruañez, que falleció en 1841. Las obras de la hermosa Capilla del Calvario, se comenzaron a principios del año 1848, en el mismo lugar que ocupaba la antigua de la Inmemorial cofradía de la Cruz. Costo unas 75.000 pesetas.
En 1º de enero de 1853 se enciende por primera vez el faro construido sobre la torre y ermita de San Antonio, en el cabo del mismo nombre.
En 1860 se inauguró la estación telegráfica y se tendió el cable de Jávea a Ibiza y de Ibiza a Palma. En este mismo año fue construida la carretera de Jávea a Gata de Gorgos. En 1861, se construyó el atrevido puente sobre el Gorgos, en el barrio de Triana.
En 1870 fueron derribadas las antiguas murallas de la población y al año siguiente fue construido el embarcadero.
En 1887 fue ascendido a Teniente Coronel del ejército D. Francisco Montaval Serralta, hijo de familia modesta que supo encumbrarse por su heroicidad combatiendo contra los Carlistas y los moros. Conquisto muchos Lauros y falleció en 1904.
En 8 de Febrero de 1887 falleció en Jávea D. Cristóbal Cholbi Bañuls y en 29 de julio de 1893 su hermano D. Carlos. Legaron su cuantiosa fortuna para crear en establecimiento de beneficencia exclusivamente para los hijos de Jávea y pobres indigentes, cuyo establecimiento se sostiene del legado. El edificio es preciosísimo, y en la actualidad figura al frente de la Junta administrativa el cumplido caballero D. Leonardo Ferrando Albi, notable abogado Javiense. Los demás cargos los desempeñan hoy los señores D Fabián Fluixa, cura; D Julio Cruañez, D. José Albi, D. Pedro Benimeli y D. Jaime Casabo. Cada dos años, por elección entre los patronos, son nombrados los señores que han de desempeñar durante el bienio los cargos respectivos, sin retribución alguna. En la actualidad (entonces) hay treinta y dos asilados, la mitad de cada sexo, cuidadosamente atendidos por ocho religiosas de la Inmaculada Concepción. En la preciosa Capilla del establecimiento hay un elegante sarcófago de mármol de Carrara, destinado para guardar los restos de los fundadores.
En 1894 fue inaugurada la estación semafórica. En 1898, con motivo de la guerra con los norteamericanos, se produjeron ruidosas manifestaciones patrióticas. En aquellos días se concentraron en Jávea una Compañía del Regimiento de Tetuán y otra de artillería del octavo montado, Guardia Civil y carabineros para custodiar, según se dijo, el cable de las Baleares, pues corrían noticias de que los yanquis se proponían cortarlo. En 1913 falleció el Ilustre Javiense D. Jaime Pajarón Ripoll, canónigo de Segorbe y vicario capitular de aquella diócesis en 1899.
Estos son los datos más salientes de la historia de Jávea, que han llegado a nuestras manos. Hemos omitido, para sujetarnos a las dimensiones de este trabajo, aquellas noticias menos interesantes para la curiosidad pública. En todas las épocas Jávea ha sido un pueblo eminentemente religioso, y en sus grandes tribulaciones, ha acudido lleno de fe, a las plantas de Jesús de Nazareno.
Recopilación de “Bosquejo histórico de Jávea” Pons Albi 1919