Regeneración hedonista

Con una vista inspiradora hacia la cordillera del Tepozteco, Amomoxtli es un hotel boutique que se funde con la riqueza ancestral de este Pueblo Mágico, en donde prevalecen chamanes que a través de sus dones realizan limpias espirituales a aquellos que buscan paz y energía que revitaliza.

Por Mariana RF

Consagrado por una geografía que seduce a los visitantes, Tepoztlán es tierra de misticismo, artesanías, relajación y buena vibra que envuelve a todo aquel que se adentra en sus angostos callejones para descubrir su esencia y realizar la actividad estrella: escalar el cerro del Tepozteco.

El nombre de este pueblo, considerado el más atractivo del estado de Morelos, rinde honor al dios Ometochtl Tepoztecatl, dios del pulque y la fertilidad; también conocido como el gran escultor de montañas y adorado por las antiguas civilizaciones por brindar refugio a los pobladores toltecas, aztecas y chichimecas.

En la actualidad es famoso por su oferta turística, gastronómica y artesanal, un lugar distinguido para la meditación y contemplar el cielo indefinidamente. Un escape para leer o escribir un libro, para respirar e introducirse en su esencia esotérica y descubrir curanderos que ofrecen sus poderes para contactar a seres pasados quienes les indican cómo sanar el alma por medio de temazcales, cantos y rituales con hierbas.

Situado en el valle del río Atongo, a quince minutos en coche del centro del pueblo, se encuentra Amomoxtli, un elegante hotel boutique de 37 habitaciones, donde predomina la vegetación y los huéspedes que se alojan buscan privacidad y convivir con el ecosistema. Se trata de un concepto mexicano que concluirá su fase final en enero de 2019 y se compone de un restaurante, jardines, piscina con carril de nado y dos jacuzzis. También exhibe un spa que incluye la experiencia de temazcal y cuatro opciones de habitación: estándar, de lujo, premium y cottage. La esencia del recinto se rige por la casa principal del inmueble, cuya corriente pertenece a la escuela del arquitecto Luis Barragán, una quinta original que conserva su sabor de casa de descanso. Este espacio ofrece televisión, bar, biblioteca y terraza que apunta hacia el área de los estanques, en donde, durante el día, se aprecian peces, flora autóctona y árboles de bugambilias y tabachines, por nombrar algunos.

SAZÓN Y PLACER

Con la intención de complementar una estadía sensorial, la propuesta gastronómica que se AMOMOXTLI SIGNIFICA “LUGAR DONDE SE HACE MAGIA ENTRE DOS RÍOS”

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menús al año prepara Mesa de Origen basados en los productos de temporada y costumbres tradicionales de Tepoztlán

W La habitación premium ofrece una cama king size, jardín privado y chimenea eléctrica con vista hacia la alberca. W Baño Mayahuel.

degusta corre a cargo de Mesa de Origen, un restaurante que rescata las recetas tradicionales basadas en la tierra y semillas del campo. Se caracteriza por su concepto de cocina de recolección, productos que se obtienen de acuerdo a la estación del año y que principalmente provienen de la milpa. Flores comestibles oriundas de la propiedad, hongos levantados de la montaña, trucha de Morelos, cecina, guajolote con mole y frijoles acompañados de tortillas hechas a mano de maíz blanco, amarillo, azul y rojo, son algunas de las opciones que se pueden ordenar a la carta para comer y cenar.

EN LAS LIMPIAS ENERGÉTICAS REALIZADAS JUNTO AL TEMAZCAL, EL CURANDERO UTILIZA COPAL, PLUMAS DE AVES Y PIRULES

Durante el alojamiento en Amomoxtli, es común escuchar el sonido de un caracol trompeta, un instrumento de cerámica prehispánico que evoca bienestar y anuncia el inicio de cada tratamiento de spa y a través de su sinfonía, se percibe una resonancia de energía en el viento.

El tratamiento insignia del spa es el Baño Mayahuel, un servicio en pareja de 45 minutos impartido al aire libre donde el pulque es el protagonista; un elixir hidratante que ajusta el ciclo del sueño. Al finalizar la ducha, se unta un gel de sábila que aromatiza y suaviza la piel cuya textura se percibe por varias horas.

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FOTOS: CORTESÍA AMOMOXTLI