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Arquitectura invernal
Cubierto bajo el blanco de la nieve, el viejo Quebec, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, es una ciudad canadiense que durante el invierno regala opciones de entretenimiento para disfrutar al aire libre; tales como el Carnaval de Invierno, celebrado desde 1894, y el Hôtel de Glace, el único de su tipo en Norteamérica.
Por Mariana RF
Viajar a esta metrópoli conocida como la Cuna de Francia en Canadá, no es únicamente sumergirse en un legado de mezcla cultural, visitarla durante el invierno, cuando las temperaturas alcanzan hasta los -25ºC, es observar el encanto de sus paisajes gélidos y caminar sobre sus adoquines para descubrir sus atractivos.
Se trata de una ciudad —considerada de las más frías de la región— declarada en 1985 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y famosa por representar a la colonización francesa e ilustrar su historia por medio de la lengua, esencia y arquitectura europea.
Galardonada mundialmente por ser designada la ciudad más segura del Gran Norte Blanco para la crianza de hijos debido a su bajo índice de criminalidad, también es una región rica en tradiciones y patrimonio religioso. Por ejemplo, alberga la catedral y basílica de Notre Dame de Quebec, la primera parroquia católica en América del Norte, así como más de 130 iglesias y distintas capillas conventuales.
Más que por su entorno, dicha localidad se revela a través de sus habitantes, ciudadanos orgullosos de conservar sus raíces e influencias heredadas de una poderosa combinación entre dos países derivada por la conquista de sus tierras. El canadiense por excelencia es gente sonriente que disfruta de celebrar fechas importantes, como el 24 de junio —Fiesta Nacional de Quebec—, un homenaje a la antigua celebración del solsticio de verano y el 1 de julio, cuando se honra el Día de Canadá.
W Avenida Quartier Petit Champlain. BONHOMME ES LA MASCOTA OFICIAL DEL CARNAVAL DE INVIERNO
EL CARNAVAL DE QUEBEC ESTÁ CATALOGADO DENTRO DE LOS MÁS INFLUYENTES DEL MUNDO DURANTE LA ÉPOCA DE INVIERNO
Por supuesto, los festivales, teatros y espectáculos no podían quedar atrás, y qué mejor pretexto para los locales que vivir el Carnaval de Invierno, dos semanas de actividades diurnas y nocturnas en el exterior donde los quebequenses muestran al mal tiempo, su mejor cara.
Tras llevarse a cabo de manera intermitente desde 1894, debido a dos guerras mundiales y a la recesión, el Carnaval de Quebec se celebra anualmente desde 1955. Ese año, Bonhomme, la mascota del festival, hizo su primera aparición para animar al público y convertirse en una de las botargas más queridas del territorio. El evento ha reunido hasta un millón de personas y en su edición de 2006 se convirtió en uno de los tres festivales de invierno más emblemáticos del mundo.
Las atracciones más famosas son las resbaladillas de hielo, competencias de esculturas de nieve, desfile multicolor, la visita a un enorme castillo de hielo que se ilumina de distintos colores por la noche y la presencia de la Orquesta Sinfónica de Quebec, mientras se disfruta la carrera inaugural de trineos jalados por perros y las carreras de canotaje sobre nieve.
En 2019 se llevará a cabo la 65a edición del 8 al 17 de febrero donde la invitada de honor es la fresca y abundante nieve que saluda al territorio franco-canadiense desde finales de noviembre, anunciando el inicio de la temporada de abrigos, guantes, bufandas y botas antiderrapantes.
RECORRIDO HISTÓRICO
Para los turistas que visitan esta urbe de antaño por primera vez, la oportunidad de pernoctar en el hotel Fairmont Le Château Frontenac es una experiencia a la que ningún viajero experto puede faltar. Un castillo señorial que acoge entre sus pasillos 611 habitaciones en las cuales se han hospedado personalidades como la Reina Victoria, Grace Kelly, Adolf Hitler y Paul McCartney. También desempeña un papel importante en la historia canadiense, pues durante la Segunda Guerra Mundial
X El distrito histórico del Viejo Quebec enmarca fortificaciones a orillas del río San Lorenzo. alojó y fue sede de la conferencia de Quebec entre el primer ministro canadiense —William Mackenzie—, el primer ministro británico — Winston Churchill— y el presidente de EUA, Franklin D. Roosevelt.
Con motivo de la celebración de su 125o aniversario, Fairmont Le Château Frontenac decidió bautizar a sus ocho suites más lujosas con el nombre de personalidades que se han cobijado ahí; además de las ya mencionadas se encuentra Celine Dion, a quien se reconoce como la cantante canadiense más influyente.
The Celine Dion Heritage Suite incluye características de diseño que reflejan su gusto por el interiorismo y son una mezcla de art decó y un estilo contemporáneo-moderno. En las paredes se observan fotografías que retratan los inicios de su carrera musical, así como copias de sus discografías más vendidas, galardones y detalles estéticos inspirados en su personalidad.
Durante el día, se recomienda a los visitantes de la antigua metrópoli una de las actividades obligadas: la caminata por Terrasse Dufferin, un malecón paralelo al río San Lorenzo, situado a las faldas del castillo, el recinto más fotografiado del mundo, que en 2018 celebró su 125o aniversario.
Sobre esta acera de aproximadamente 600 metros es común, durante los meses cálidos, encontrar a artistas ambulantes y cómicos que reúnen a espectadores al aire libre y disfrutan del horizonte para capturar fotos y realizar un recorrido a bordo del ferry. Otra de las paradas forzadas es el paseo por el funicular del Viejo Quebec que conecta la ciudad alta —Haute Ville— con la ciudad baja —Basse Ville—, en cuyo traslado de cuatro minutos se valoran panorámicas de la calle más representativa del condado francés: Quartier Petit Champlain, llamada así en honor al fundador de la urbe. Se trata de una zona comercial ubicada en el barrio de Vieux-Québec, en el distrito de La Cité-Limoilou, próximo a la Place Royale y la iglesia Notre-Dame-des-Victoires donde la única vialidad es peatonal y los invitados frecuentan cafeterías y restaurantes.
Sin duda, la mayoría de los visitantes de la región la disfrutan más durante el anochecer ya que parte de su propuesta estética es el alumbrado que representa a la Navidad, así como figuras de hielo y una gran sensación de felicidad.
ATRACCIÓN TURÍSTICA
“Si pueden hacerlo en Suecia, podemos hacerlo en Quebec, la capital de la nieve del mundo” fue la lógica de Jacques Desbois, mejor conoci-
W Ice Bar.
do como Mr. Igloo debido a su entusiasmo por el frío y su afán por crear estructuras diferentes, así que viajó al país nórdico para descubrir de qué se trataba.
Hôtel de Glace es un proyecto que nació en 2001 como fuente de una meta en común entre Jacques y tres socios que buscaban regalar a sus compatriotas una aventura sensorial en donde el hielo sería la materia prima, y únicamente se necesitaría de un equipo de expertos y excelente dosis de creatividad.
Situado por primera vez en las cataratas de Montmorency, tiempo después fue trasladado a Village Vacances Valcartier, dentro de la pequeña ciudad de Sainte Catherine de la Jacques-Cartier, cerca del lago Saint Joseph, a 20 minutos de Quebec. Un parque de diversiones al aire libre que se convierte en el hogar del Hotel de Hielo durante los meses de enero a marzo y reúne un promedio de 125 mil visitantes. En el verano este parque transforma sus instalaciones en un lugar acuático para gozar de la plenitud de los rayos del sol.
A principios de diciembre, cuando las temperaturas están por debajo de los cero grados, comienza la construcción del Hôtel de Glace; durante seis semanas, 90 personas se dedican a la creación de este monumento magistral de 3,000 m2 y pulen cada uno de los detalles hasta celebrar la Gran Noche de Apertura.
219
dólares canadienses es el costo por noche, por persona
LA ESTANCIA INCLUYE COCTEL DE BIENVENIDA, EQUIPO TÉRMICO PARA DORMIR, ACCESO AL SPA ESCANDINAVO Y DESAYUNO
Sus plafones rebasan los cinco metros de alto y los muros se encuentran tallados con motivos curvilíneos diseñados por artistas locales, algunos de sus espacios comprenden 45 habitaciones con camas elaboradas de bloques de hielo y suites temáticas distintas entre sí que son ambientadas con iluminación de color y chimeneas eléctricas.
Otras áreas disponibles son el pasillo principal y tobogán para niños y adultos que cada año disponen de una apariencia distinta, dependiendo el concepto establecido.
Basta con caminar por su arquitectura efímera y apreciar la magia polar en su bar de hielo patrocinado por Absolut Vodka donde la barra ofrece capacidad para 300 personas y los exóticos cocteles combinados con jugo de arándano y piña son servidos en originales cubos congelados. También ofrece dos galerías de arte, una sala de cine, pista de patinaje, área nórdica con hidroterapia y una capilla decorada con velas y bancas cubiertas con pieles de animales para una singular ceremonia donde varias parejas han congelado sus corazones y se han unido en matrimonio.
Dormir en el Hôtel de Glace es aventura de una sola noche para aquellos valientes que cierran los ojos bajo los cinco grados; así como el proyecto de invierno más ambicioso de Norteamérica para el cual se necesitan 11 mil toneladas de nieve, 350 toneladas de hielo y varias capas de ropa cálida para combatir el frío. ¿Y tú, te atreverías?
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