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Aromas mágicos
El incienso es empleado para armonizar y generar un flujo positivo dentro de espacios cerrados. Comúnmente se encuentra en delicadas varitas de resina y es una herramienta aliada de la meditación que proporciona conexión entre distintas culturas y religiones con el mundo místico.
Derivado del latín “incensum”, que significa encender, el incienso es una resina vegetal a la que se le añaden aceites esenciales florales y de especias que incitan a equilibrar las emociones y transformar cualquier atmósfera en un ambiente de sanación.
Es un complemento para renovar el estado de ánimo, obtener paz interior y lograr la relajación por medio del olfato. Este método despierta la conciencia y, según la fragancia elegida, eleva las frecuencias psíquica y psicológica hacia la sensibilidad que se pretende alcanzar.
El incienso atrae e induce la energía, encuentra la aspiración a la divinidad, es un equilibrador de pasiones y un estimulante mental que clarifica y aleja la negatividad. Un alto porcentaje de personas recurren a su uso terapéutico debido a los efectos que provocan sus propiedades —científicamente comprobadas— al activar los canales iónicos del cerebro y alterar las emociones según el perfume percibido.
Otra de sus grandes connotaciones y quizás más conocida, es la religiosa. Tanto en el pasado como en la actualidad, el incienso se ha consumido como forma de adoración en la iglesia católica y ortodoxa, así como en confesiones cristianas. Por Mariana RF
EL HUMO DEL COPAL, ELEMENTO FAMOSO EN LA TRADICIÓN MÉDICA Y DEVOTA DE MESOAMÉRICA, ERA USADO EN RITUALES PARA CURACIONES Y SACRIFICIOS CLAVO, JAZMÍN, LAVANDA Y MIRRA SON ALGUNOS DE LOS OLORES PREDOMINANTES
Desde la Edad Media hasta nuestros días, las grandes basílicas utilizan el botafumeiro —enorme incensario— como instrumento purificador de olores, siendo el de la Catedral de Santiago de Compostela, en Galicia, uno de los más icónicos de la historia debido al alto número de peregrinos que la visitan.
También se inhala como medio de introspección, terapia espiritual, con carácter estético —almizclar hogares—, durante masajes corporales o como símbolo de ofrendas hacia los dioses para mostrar agradecimiento.
TRADICIÓN TIBETANA La historia plasma que esta usanza proviene de culturas ancestrales de la tierra: Egipto, Israel, India y China. Fueron los antiguos monjes budistas quienes se encargaron de esparcir la práctica a otros países en Oriente, hasta infundirla en Japón, que ha convertido a este producto en un lujoso objeto de calidad con aromas exóticos y especializados para cualquier ocasión.
La quema de incienso para los budistas no sólo es símbolo de ofrecimiento, sino también de purificación a través de pensamientos y acciones morales. Permitir y dejar que el entendimiento ganado a través de las enseñanzas del Dharma — protección suprema para mejorar la calidad de vida— perpetúe como la esencia en el camino recorrido.
EL SÁNDALO ES EL AROMA MÁS USADO POR LOS BUDISTAS DEBIDO A SU CAPACIDAD DE EXPANSIÓN POR VARIOS KILÓMETROS
El uso de estas varillas en los rezos y cantos de dicha doctrina filosófica simboliza la promesa a Buda —a través del humo— de no interrumpir el camino hacia el desapego, compasión e iluminación. De igual manera, funge como un tributo a los maestros iluminados que partieron de la dimensión terrenal.
El incienso goza de un simbolismo y debe saberse interpretar. Cada barra representa una vida, etapa, acontecimiento, realidad y unidad completa de experiencia.
Aparte del uso que se le procure, su quema nos envuelve de magia, conecta al alma con los aromas de forma consciente o inconsciente y hace evolucionar el estado de ánimo.