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Urge un plan de contingencia
Todos los involucrados en las reuniones debemos saber cuál es el procedimiento a seguir, en conjunto con autoridades, pues todos estamos expuestos a vivir en carne propia una situación de emergencia.
Por Joaquín Armenta Gómez*
Un tema de gran importancia e imperante tener en mente, es la manera de enfrentar situaciones inesperadas a causa de fenómenos naturales o sociales, en cualquier destino. Todos deberíamos saber cómo enfrentar el impacto negativo a la actividad turística, a la economía e industria local, y por supuesto a las reuniones e incentivos.
A nivel federal existe el conocido Plan DN-III en el cual los miembros de las Fuerzas Armadas de México operan acciones específicas coordinadas para atender situaciones de crisis y afectaciones por eventos naturales, el cual incluye el apoyo a la actividad turística. Algunos de los esfuerzos se centran en brindar información a los mercados receptivos sobre la situación de los destinos.
Por otro lado, dependencias de gobierno, a través de sus áreas de comunicación social, también difunden información precisa y oficial para enterar a la población sobre la realidad que afronta el destino. Pasado el momento de crisis, a menudo esto se convierte en parte de la estrategia de promoción para ayudar a recuperar los mercados afectados; un ejemplo fue el caso de Los Cabos con el slogan “Unstoppable”, que tuvo eco a nivel internacional y un efecto positivo. Sin embargo, estas acciones no son suficientes ante una crisis.
LA SECRETARÍA DE TURISMO FEDERAL, EN COORDINACIÓN CON GOBIERNOS ESTATALES Y MUNICIPALES, PROPONE ACCIONES QUE CONTRIBUYEN A MINIMIZAR EL IMPACTO EN DESTINOS QUE SE HALLAN EN DESGRACIA POR FENÓMENOS NATURALES.
A esto se suman acciones de la iniciativa privada a fin de evitar mayores efectos económicos. Tal vez no todos en la industria de reuniones sabemos esto pero, en la mayoría de los casos de crisis en destinos turísticos, gobierno e iniciativa privada participan en la evaluación de infraestructura turística afectada, apoyan a viajeros para retornar a sus lugares de origen, dan seguimiento a postulaciones que pueden perderse y auxilian a meeting planners con eventos en riesgo de cancelación.
Además, los recintos actúan como albergues, algunos hoteles apoyan a sus clientes (hasta donde la situación se los permite), las aerolíneas otorgan, sin costo, cambio de fechas o envían alimentos para damnificados. Las asociaciones de reuniones empiezan a sumarse recientemente en esta dinámica de manera muy proactiva y organizada. Prácticamente todos los actores de la cadena de valor aportan y saben que tienen que absorber el efecto económico ante la crisis. Pero a pesar de estas buenas acciones hasta el día de hoy no existe un Gran Plan de Contingencia Turística y para la Industria de Reuniones. Por ello pongo sobre la mesa la urgencia de crear un plan de crisis integral para la industria a nivel nacional y en cada destino, independientemente de que existan acciones muy concretas en el ámbito turístico.
Destinos, asociaciones, hoteles, organizadores de eventos y todos aquellos involucrados en la industria, debemos saber perfectamente quién coordina las acciones ante una emergencia, qué debe hacer un expositor, un congresista o quien lidera un grupo de 500 participantes; cuál es el plan de acción del gobierno, si es que existe uno, cuáles son los números de emergencia, etc. Las respuestas a estas preguntas deben plasmarse en un documento con la finalidad de que todos, como en una orquesta, sepamos cómo actuar y lo hagamos de manera organizada. Deseo estar equivocado y que ya exista un plan integral de contingencia para la industria de reuniones.
*Asesor en la industria MICE, ex subdirector de Desarrollo de Turismo de Reuniones en la Secretaría de Turismo de México. Fue responsable del área de Reuniones, en el Consejo de Promoción Turística de México. @Jagturismo