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Receta

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PAN DE ZANAHORIA

INGREDIENTES

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90 g de mantequilla derretida s/sal 4 huevos ½ taza de aceite vegetal 1 cdta de polvo para hornear 2 g de sal 2 cdtas de esencia de vainilla ¾ de taza de leche 2 tazas de harina de sarraceno 1 taza de azúcar 2 tazas de zanahoria rallada

PREPARACIÓN:

1.Precalentar el horno a 200 °C 2.Derretir la mantequilla en microondas o baño María 3.Cernir las dos tazas de harina, la sal y el polvo para hornear 4.En un bowl batir los cuatro huevos por dos minutos 5.Agregar media taza de aceite y la taza de azúcar y seguir batiendo 6.Agregar mantequilla derretida y las dos cucharaditas de vainilla, seguir batiendo 7.Agregar la mitad de los 3/4 de taza de leche, mitad de la harina y la mitad de la zanahoria rallada e incorporar en forma envolvente 8.Agregar el resto de la harina, resto de la leche y el resto de la zanahoria 9.Engrasar y enharinar el molde con mantequilla a temperatura ambiente verter la mezcla en el molde a ¾ de capacidad 10.Hornear a 180 °C por 45 minutos, revisar con un palillo de madera el bizcocho, si el palillo está seco esto nos indica que está cocido 11.Dejar enfriar y desmoldar

UNA CENA LLENA DE ESPERANZA

CHEF: AL SAR TENORIO Este diciembre, en particular, elijo la esperanza como sentimiento y como el ingrediente motor de inspiración en mi cocina… y en la vida en general

Diciembre es un mes complicado. En realidad nunca estoy seguro de lo que traerá, si melancolía o felicidad, es un misterio el estado de ánimo que muchos de nosotros tendremos y más siendo chef.

Este año en particular creo que es complicado, por un lado está la felicidad de saber que estamos vivos al final de la locura que ha sido 2020; eso hace que me den ganas de celebrar con un pavo ahumado y brindar con vino blanco espumoso de nombre francés.

Creo en el fondo de mi corazón que ese es el sentimiento que debe imperar, pero habría que aderezarlo con un toque de humildad. Este año ha sido de grandes pérdidas también, de seres humanos entrañables, grandes amigos, nuestros familiares… y el mundo ha perdido también grandes cocinas.

Muchos de mis amigos chefs tuvieron que cerrar sus restaurantes, algunos se quedaron sin opciones para reabrir, ocho meses de restricciones causadas por el coronavirus son difíciles de resistir, otros más perdieron sus empleos, guardaron sus cuchillos y buscaron nuevas formas de sobrevivir. Confío en que nos adaptaremos, los seres humanos hemos pasado de comer frutos silvestres a cazar grandes mamíferos, hemos domesticado plantas y animales y sé que también domesticaremos a este minúsculo bicho que nos ha venido a patear el trasero hasta nuestras cocinas.

Soy chef y me solidarizo con mis colegas de todo el mundo, desde los que venden tacos en la esquina hasta los que tienen estrellas Michelín porque nadie ha sido inmune al hambre, no sólo de comida, sino el hambre de cocinar para nuestros clientes, incluso a muchos se nos ha privado del placer de cocinar para nuestras familias.

Este diciembre en particular elijo la esperanza como sentimiento y como motor de inspiración en mi cocina, donde he decidido que celebraré con sándwiches, tamales y espagueti rojo, una combinación clásica que aquí en casa, y estoy seguro que en muchos hogares, nos hace felices a todos.

Les deseo esperanza esta Navidad.

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