Abiertos al encuentro

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Paolo Curtaz

ABIERTOS AL ENCUENTRO Cuando el Evangelio transforma nuestra vida


Para empezar Cuando menciono a «Jesucristo», sabrás a quién me refiero, ¿no? Has oído hablar de Él desde pequeño, cuando no eras más que un niño o una niña. Incluso es muy probable que hayas ido a catequesis, que hayas hecho la Comunión y te hayas confirmado; incluso te habrás confesado alguna vez; seguro que también has rezado… O a lo mejor, no, a los tuyos no les interesaban mucho estas cosas; pero, en todo caso, sabes perfectamente de quién se trata. Luego, como sucede con todas las cosas hermosas de la vida, llega un momento en el que se produce un parón, la hora de replantearse las cosas, una situación de hastío y aburrimiento o, tal vez, de ruptura. Es algo que suele suceder en esa etapa magnífica, luminosa, inquieta, desestabilizadora, que es la adolescencia. Cuando dejas de ser un niño, pero nadie te ha dado las instrucciones de cómo se llega a ser adulto. Y si alguien te las ha dado, no le has prestado la menor atención, precisamente porque es otro el que te las ha dado. 5


Es un momento magnífico, pero también lleno de tropezones y caídas, es un tiempo lleno de esfuerzo y de cansancio. Y, en medio de este marasmo, como decimos, la fe no es precisamente el primero de los problemas, ni mucho menos. Hoy Decir, hoy, que uno es cristiano no es algo que esté muy de moda. Vamos a ver: el papa Francisco es un cristiano excepcional y a lo mejor ‒¡ojalá!‒ en tu camino has conocido a alguien realmente estupendo: un monitor, un cura, un catequista. Pero, aparte de eso, un aburrimiento mortal, cosas de niños, del pasado. Es difícil ver a alguien que haya triunfado, a un famoso que reconozca públicamente que es creyente. Y entre tus compañeros, en el Instituto o en el Colegio, en la Universidad, decir abiertamente que uno es creyente no es algo muy recomendable: corres el riesgo de que te tomen el pelo. Sería una heroica temeridad. Pero, aquí, la cuestión es: ¿qué tiene todo esto que ver con tu vida real, concreta, de cada día? ¿La fe, el Evangelio, las cosas de la Iglesia? ¿Realmente tiene Jesús algo que ver con tu felicidad? 6


Yo pienso que sí. Y no te lo digo para convencerte o venderte una aspiradora. Lo creo realmente. ¿Y si ‒una posibilidad entre un millón‒ fuera todo cierto? ¿Y si Jesús fuera de verdad quien dice ser y tuviera en su mano la llave de la felicidad y nos la hubiera entregado? No debemos quedarnos en cómo hemos llegado a conocerlo y quién nos lo ha contado, a lo mejor alguien que no es precisamente muy creíble. Pero, aunque solo hubiera una remota posibilidad, insisto, ¿la dejarías pasar de largo? ¿Renunciarías a un camino que te lleva a la felicidad? ¿De verdad? Francisco El papa Francisco le ha pedido a la Iglesia que reflexione sobre los jóvenes y sobre el anuncio del Evangelio. Este ha sido el tema del Sínodo de octubre de 2018. En la carta de presentación a los jóvenes, escribe lo siguiente: Deseo también recordarles las palabras que Jesús dijo un día a los discípulos que le preguntaban: «Rabbí […] ¿dónde vives?». Él les respondió: «Venid y lo veréis» (Jn 1,38). También a ustedes Jesús dirige su mirada y los invita a ir hacia Él. 7


¿Han encontrado esta mirada, queridos jóvenes? ¿Han escuchado esta voz? ¿Han sentido este impulso a ponerse en camino? Estoy seguro que, si bien el ruido y el aturdimiento parecen reinar en el mundo, esta llamada continua a resonar en el corazón de cada uno para abrirlo a la alegría plena. Esto será posible en la medida en que, a través del acompañamiento de guías expertos, sabrán emprender un itinerario de discernimiento para descubrir el proyecto de Dios en la propia vida. Incluso cuando el camino se encuentre marcado por la precariedad y la caída, Dios, que es rico en misericordia, tenderá su mano para levantarlos1.

«Discernimiento»… Y eso, ¿qué es? Discernere es «separar dos veces». Es pensarlo bien, entender, analizar, decidir, elegir. Hoy en día vivimos sometidos a un bombardeo de estímulos, algunos hermosos e interesantes; otros, no tanto. Descubrir si las cosas que dijo Jesús tienen que ver o no con tu vida, es algo que también va contigo, te afecta, si tú quieres. 1. Papa Francisco, Lettera ai giovani in occasione della presentazione del documento preparatorio della XV Assemblea generale ordinaria del Sinodo dei vescovi, 13 de enero de 2017, Libreria Editrice Vaticana, Ciudad del Vaticano 2017. [*Cita por: Carta del Santo Padre Francisco a los jóvenes con ocasión de la presentación del documento preparatorio de la xv Asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos, en <http://w2.vatican.va>.

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Entonces He querido tomar del Evangelio2* la historia de algunas personas que cambiaron su vida después de conocer a Jesús. Y la cambiaron radicalmente: le dieron la vuelta; la pusieron patas arriba; fueron a ver; buscaron y encontraron. Mira a ver si te reconoces un poco en ellos también tú, como me ha sucedido a mí. Es algo que te deseo de todo corazón.

2. * Para las citas de los textos evangélicos, seguimos aquí la versión a cargo de Evaristo Martín Nieto (dir.) que publica el grupo editorial San Pablo [N. del T.].

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BARTIMEO El auténtico discípulo Fueron a Jericó. Y al salir de Jericó con sus discípulos y mucha gente, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Al oír que pasaba Jesús el Nazareno comenzó a gritar: «¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!». La gente le reprendía para que se callase, pero él gritaba con más fuerza: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». Jesús se detuvo y dijo: «¡Llamadlo!». Y llamaron al ciego diciéndole: «¡Ánimo! Levántate, que te llama». Él, tirando su manto, saltó y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: «¿Qué quieres que te haga?». El ciego respondió: «Maestro, que vuelva a ver». Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha curado». Inmediatamente recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino. (Mc 10,46-52)

Jesús, en el Evangelio de Marcos, ha llegado a Jericó, el lugar habitado más bajo de todo el globo terrestre: algo más de doscientos metros por debajo del nivel del mar. Es la representación plástica de su abajamiento, de su abatimiento, de su despojamiento, de su humillación y vaciamiento. 95


Ha bajado hasta lo más hondo, para salvar también a quien cree que ha caído demasiado bajo. Veintisiete kilómetros lo separan de Jerusalén; veintisiete kilómetros lo separan de su muerte. Jericó es la primera ciudad que encontraron los Israelitas cuando, tras un largo peregrinar como fugitivos, entraron en la tierra prometida. Una ciudad derrotada no con las armas, sino con la oración, que fue capaz de echar abajo sus murallas. Y aquí, en Jericó, Jesús encuentra al auténtico discípulo. No los apóstoles que, durante el camino, venían discutiendo a ver quién era el más grande. No el joven rico, incapaz de dar el salto compartiendo lo que es y lo que tiene con los pobres. El verdadero discípulo es un mendigo ciego. Bartimeo. Al margen Jesús está saliendo de la ciudad hacia Jerusalén. Tiene por delante una larga jornada de viaje a través del desierto de Judá, un camino polvoriento y cuesta arriba, que recorren los peregrinos que suben al templo.

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Entonces sí, puedes ser un discípulo. Y descubrir la inmensidad de Dios. Hoy Está generalmente extendida la idea de que los jóvenes, necesariamente, tienen que ser siempre felices. Como si la juventud implicara automáticamente la felicidad y la despreocupación. Pero no, no es así, y lo sabes. Lograr que te acepten los demás, abrirte camino en los estudios o en el mundo del trabajo, vivir en un contexto, el nuestro, en el que los adultos no saben qué hacer con los jóvenes y los tienen aparcados sin hacer nada, es difícil y, en ciertos momentos, se impone el desánimo. ¿Quién soy? ¿Qué puedo hacer con mi vida? ¿Alguien se ocupa de mí? ¿Alguien me ama? ¿Sabré yo amar? Son preguntas que, en un determinado momento, oprimen nuestra vida. Y, si extendemos nuestra mirada, la creciente violencia a nuestro alrededor, las injusticias sociales, la economía que enriquece a los ricos y empobrece a los pobres, la contaminación, el egoísmo de los poderosos… ¡No es para estar muy alegres! 104


Por eso Bartimeo es tan importante en el Evangelio de Marcos: viene prácticamente a representar la suma de todos los caminos que recorremos. Y el Señor lo manda llamar. Y también manda llamarte a ti: ¡Vamos! ¡Ánimo! Reacciona, levántate, el Señor te llama a cambiar el mundo. Para reflexionar Ser discípulo de Jesús es una aventura que dura toda la vida. Gozosa, intrigante, fuerte, desestabilizadora, grandiosa. En absoluto insulsa, en absoluto santurrona y meapilas, en absoluto meliflua y empalagosa. Y siempre parte de una exigencia, de un deseo, de la conciencia de un vacío existencial. Como Bartimeo, el discípulo menos probable de todos los discípulos. ü Hay momentos en los que nos sentimos al margen de la vida. ¿Qué haces en estos casos? ¿Te repliegas sobre ti mismo? ¿Vas de víctima y no dejas de lamentarte para llamar la atención? ü Cuando te quieren «normalizar», cuando te dicen qué es lo que tienes que hacer o quién tienes que ser, ¿te resignas? ¿O gritas más fuerte? ü ¿Tienes alguien cerca que, en el nombre de Cristo, te diga: «¡Ánimo! ¡Levántate, que te llama!»? 105


DESPEDIDA Espero que estas breves reflexiones te hayan ayudado a adentrarte en el Evangelio de una manera un poco distinta. Precisamente porque somos cristianos, nos cuesta aceptar el anuncio sobre Jesús: ¡estamos convencidos de que ya lo sabemos todo! A veces olvidamos que, detrás de aquellas páginas, hay historias de personas como nosotros, de chicos y chicas, de jóvenes y adultos que, igual que nosotros, tenían sueños, proyectos, dificultades, una familia, un itinerario de vida. Luego llegó Jesús y lo puso todo patas arriba. ¡Qué simpático! Porque, cuando llega el amor, se lo lleva todo por delante. Si pasa algo así cuando te enamoras, imagina cuando llega Dios. Las historias que hemos contado son historias de amor. Ser discípulo, ir a ver dónde vive el Señor Jesús, sin conformarse con lo que dicen los demás o con la cansina costumbre, sin creer que se cree 119


o creer que no se cree, a veces es lo que marca la diferencia. La vida con Dios y la vida sin Dios son diferentes. Con Dios florece nuestra alma, nos damos cuenta de que, si queremos, formamos parte de un gigantesco proyecto de salvación y de amor, el mundo deja de parecernos un conglomerado caótico de violencia y de abusos, para ser como la batalla entre la luz y las tinieblas, en la que Dios pronunciará la última palabra. Y aceptando su invitación, yendo a ver, podemos experimentar realmente la fraternidad que habita dentro de la Iglesia, la pertenencia a un pueblo de salvados que anuncia los cielos nuevos y la tierra nueva que el Señor, también a través de nosotros, está creando. Feliz camino, si quieres. Feliz vida.

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Índice Para empezar................................................. 5 María La primera de los discípulos........................... 11 ¿Nazaret?.................................................... 13 María.......................................................... 15 El encuentro............................................... 17 Suspense..................................................... 19 «La dejó».................................................... 21 Hoy............................................................. 22 Para reflexionar.......................................... 24 Los discípulos de Juan Un día para recordar...................................... 27 El más grande............................................. 29 ¿Qué queréis?............................................. 31 ¿Dónde vives?............................................ 33 «Venid y lo veréis»..................................... 35 Las cuatro de la tarde................................. 36 Hoy............................................................. 37 Para reflexionar.......................................... 39

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La Samaritana Una sed insaciable.......................................... 41 Mediodía abrasador.................................... 43 ¡Atentos!..................................................... 45 ¿Un profeta?............................................... 47 Cántaros...................................................... 49 Hoy............................................................. 50 Para reflexionar.......................................... 53 Marta y María Actuar y escuchar........................................... 55 Welcome!................................................... 57 Sexismo...................................................... 58 Escucha y acción........................................ 59 Los sufrimientos......................................... 62 Hoy............................................................. 63 Para reflexionar.......................................... 64 Pedro El tortuoso camino de un discípulo................ 67 ¿Quién soy yo? ¿Quién eres tú?................. 68 Favor por favor........................................... 71 Sí, pero después…...................................... 73 Hoy............................................................. 76 Para reflexionar.......................................... 78

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El joven rico La falta de valor.............................................. 81 Chicos buenos............................................ 83 Más sobre el deseo..................................... 86 ¿Eso es todo?.............................................. 88 ¡Atrévete!................................................... 89 Hoy............................................................. 91 Para reflexionar.......................................... 92 Bartimeo El auténtico discípulo..................................... 95 Al margen................................................... 96 La multitud................................................. 98 ¡Ale hop!.................................................... 101 Si................................................................ 102 Hoy............................................................. 104 Para reflexionar.......................................... 105 El grupo de los discípulos............................. 107 ¿La Iglesia? No, gracias............................. 108 ¿Para qué sirve la Iglesia?.......................... 109 Aquellos Doce............................................ 111 Pero, ¿entonces?......................................... 112 Hoy............................................................. 115 Para reflexionar.......................................... 116 Despedida....................................................... 119 123


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