Como una brisa suave. Oraciones al Espíritu Santo

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COMO UNA BRISA SUAVE Oraciones al Espíritu Santo


Equipo Paulinas

COMO UNA BRISA SUAVE Oraciones al Espíritu Santo


PRESENTACIÓN El Espíritu Santo no llega a ser el divino desconocido en nuestras Iglesias occidentales, pero aparece mucho menos, a todos los niveles, que en las Iglesias hermanas orientales, donde sí que tiene una preeminencia mucho mayor, tanto en la oración litúrgica como en la cotidianidad de sus distintas comunidades cristianas. Por eso queremos contribuir a un mayor conocimiento y cercanía al Espíritu, que nos anima, fortalece y ayuda a encarnar en nuestra existencia la vida de Jesús, a comprender mejor la buena noticia del Evangelio para hacerla realidad, siempre de una forma nueva, en el mundo actual. Y creemos que no hay mejor forma de acercarnos al Espíritu Santo que por la oración, por la relación íntima con la Ruah, el Aliento, el Ardor, la Presencia de Dios en toda su creación y en lo más profundo de cada ser humano. Ofrecemos oraciones muy variadas, para ser usadas tanto en la plegaria personal, como familiar o comunitaria. En muchas de ellas aparece debajo de cada oración el autor o la procedencia de las mismas. En otras hemos buscado afanosamente su autoría, pero nos ha sido imposible encontrarla. 5


Si el autor de alguna de estas oraciones ve que está en este libro, sin que figure su nombre, rogamos nos lo comunique a Editorial Paulinas para, en una próxima edición, hacer la debida rectificación. Que Dios Padre, junto a Jesús su Hijo, nos ayuden a vivir cada día más unidos a su Espíritu de Amor y de Vida.

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ORACIONES AL ESPÍRITU SANTO Diversos autores


Oh, Espíritu Santo, Amor del Padre y del

Hijo, inspírame siempre lo que debo pensar, lo que debo decir, cómo debo decirlo, lo que debo callar, cómo debo actuar, lo que debo hacer, para gloria de Dios, bien de las almas y mi propia santificación. Espíritu Santo, dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facultad para aprender, sutileza para interpretar, gracia y eficacia para hablar. Dame acierto al empezar, dirección al progresar y perfección al acabar. Amén. (Cardenal Verdier) *

Espíritu Santo, inspíranos,

para que pensemos santamente. Espíritu Santo, incítanos, para que obremos santamente. Espíritu Santo, atráenos, para que amemos las cosas santas. Espíritu Santo, fortalécenos, para que defendamos las cosas santas. Espíritu Santo, ayúdanos, para que no perdamos nunca las cosas santas. (San Agustín) 9


Espíritu Santo, eres el alma de mi alma,

te adoro humildemente. Ilumíname, fortifícame, guíame, consuélame. Y en cuanto corresponde al plan eterno, Padre Dios, revélame tus deseos. Dame a conocer lo que el Amor eterno desea en mí. Dame a conocer lo que debo realizar. Dame a conocer lo que debo sufrir. Dame a conocer lo que con silenciosa modestia y en oración, debo aceptar, cargar y soportar. Sí, Espíritu Santo, dame a conocer tu voluntad y la voluntad del Padre. Pues toda mi vida no quiere ser otra cosa que un continuo e incesante Sí a los deseos y al querer del eterno Padre Dios. (P. José Kentenich)

O

*

¡ h llama de amor viva, que tiernamente hieres de mi alma en el más profundo centro!; pues ya no eres esquiva, acaba ya, si quieres; rompe la tela de este dulce encuentro. ¡Oh cauterio suave! ¡Oh regalada llaga! ¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado!, 10


que a vida eterna sabe y toda deuda paga; matando, muerte en vida la has trocado. ¡Oh lámparas de fuego, en cuyos resplandores las profundas cavernas del sentido, que estaba oscuro y ciego, con extraños primores, calor y luz dan junto a su Querido! ¡Cuán manso y amoroso recuerdas en mi seno, donde secretamente solo moras, y en tu aspirar sabroso de bien y gloria lleno, cuán delicadamente me enamoras! (San Juan de la Cruz)

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Oh Espíritu Santo, divino Paráclito, Padre de

los pobres, Consolador de los afligidos, Santificador de las almas, heme aquí, postrado ante tu presencia. Te adoro con la más profunda sumisión, y repito mil veces con los serafines que están ante tu trono: ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! Tú, que has llenado de inmensas gracias el alma de María e inflamado de santo celo los corazones de los apóstoles, dígnate también abrasar mi corazón con tu amor. Tú eres el Espíritu divino, fortaléceme contra los malos espíritus; Tú eres fuego, enciende en mí el fuego de tu amor, Tú eres luz, ilumíname, hazme conocer las verdades eternas; Tú eres una paloma, dame costumbres puras; Tú eres un soplo lleno de dulzura, disipa las tempestades que levantan en mí las pasiones; Tú eres una nube, cúbreme con la sombra de tu protección. En fin, a ti que eres el autor de todos los dones celestes, te suplico: vivifícame con la gracia, santifícame con tu caridad, gobiérname con tu sabiduría, adóptame como tu hijo por tu bondad, y sálvame por tu infinita misericordia, para que no cese jamás de bendecirte, de alabarte y de amarte; primero en la tierra durante mi vida, y luego en el cielo durante toda la eternidad. (San Alfonso María de Ligorio)

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Dios Todopoderoso,

has hecho conocer generosamente a los seres humanos los misterios de tu vida a través de Jesucristo, tu Hijo, en el Espíritu Santo. Ilumina mi mente para conocer estos misterios que tu Iglesia atesora y enseña. Mueve mi corazón para amarlos y mi voluntad de vivir de acuerdo con ellos. Dame la habilidad de enseñar esta Fe a otros, sin orgullo, sin ostentación y sin beneficio personal. Permíteme darme cuenta de que soy simplemente su instrumento, para llevar a otros al conocimiento de las cosas maravillosas que has hecho por todas tus criaturas. Ayúdame a ser fiel a esta tarea que me has confiado. Amén. (San Carlos Borromeo)

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Ven, Creador, Espíritu amoroso,

ven y visita el alma que a ti clama y con tu soberana gracia inflama los pechos que criaste poderoso. Tú, que abogado fiel eres llamado, del Altísimo don, perenne fuente, de vida eterna, caridad ferviente, espiritual unción, fuego sagrado. Tú te infundes al alma en siete dones, fiel promesa del Padre soberano; tú eres el dedo de su diestra mano; tú nos dictas palabras y razones. Ilustra con tu luz nuestros sentidos, del corazón ahuyenta la tibieza, haznos vencer la corporal flaqueza con tu eterna virtud fortalecidos. Por ti nuestro enemigo desterrado, gocemos de paz santa duradera, y siendo nuestro guía en la carrera, todo daño evitemos y pecado. Por ti al eterno Padre conozcamos, y al Hijo, soberano omnipotente, y a ti, Espíritu, de ambos procedente con viva fe y amor siempre creamos. (Fray Diego González)

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ÍNDICE Presentación................................................... 5 Oraciones al Espíritu Santo. Diversos autores................................... 7 Otras oraciones al Espíritu Santo................... 37 Ven Espíritu.................................................... 51 El Espíritu Santo y la Familia........................ 65 El Espíritu Santo y la Iglesia ......................... 71 El Espíritu Santo y los Papas......................... 77 El Espíritu Santo y María............................... 87 Dones y Frutos del Espíritu Santo................. 93 Consagración al Espíritu Santo................... 101 Letanías al Espíritu Santo............................ 107 Novena del Espíritu Santo........................... 111

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