NICOLA MAGGIARRA
FÁBULAS
EN BANDOLERA Ilustraciones de
Fabrizio Zubani
La cucaña de la garduña Ya era la hora de comer y una garduña, con más hambre que Carpanta, estaba en lo alto de un árbol mirando quién andaba por abajo. A todo el que pasaba por allí, le gritaba: «¡Eh, los de ahí abajo! ¡Estoy viendo cosas maravillosas, muy ricas y sabrosas, del otro lado del monte!». La mayoría ya conocía sus trucos y tretas, por eso nadie se detenía; es más, todos apretaban el paso y se iban corriendo. Pero, en un determinado momento del día, dio en pasar por allí una gallina de Guinea, bien rellenita, y se detuvo. «¿Cuáles son esas cosas maravillosas de las que hablas?», le preguntó. «Querida amiga», le dijo la garduña, «¿a ti te parece justo tener que trabajar tanto y esforzarte para poder vivir? Si subes aquí arriba, verás las maravillas del mundo del otro lado».
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«¡¿De verdad?! Porque, ¿qué es lo que estás viendo?». «¡¿Que qué es lo que estoy viendo?!, exclamó la astuta garduña, fingiendo admiración. «Veo árboles gigantescos con toda suerte de cosas sabrosas colgando de sus ramas: jamones, quesos y embutidos». «¡Caramba!», exclamó la gallina, «¡parece la cucaña del país de Jauja!». «¡Tú lo has dicho: “son cucañas”! Me lo has quitado de la boca». «Pero…», se lamentó la gallina de Guinea, «¡a saber cuánto cuesta la visita!». «Pero, ¿qué dices? ¡No hay que pagar entrada!». «Entonces, ¿es gratis? ¡Qué bien, qué bien! ¡No me lo tienes que decir dos veces!». La gallina de Guinea subió a la copa del árbol y, entonces, la garduña se abalanzó sobre su cuello y ya tuvo lista la comida. Si alguien astuto y listillo dice que quiere hacerte rico, no seas un crédulo tontorrón: ya sabes cómo terminan esas cosas.
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El pulpo y el calamar Un pulpo se quejaba diciendo: «Las sardinas cada vez son más listas y salen zumbando apenas ven mis tentáculos». Un calamar que andaba por allí lo oyó y le propuso lo siguiente: «Yo puedo enturbiar las aguas con mi tinta y, mientras, tú coges todas las sardinas que puedas: el botín nos lo repartimos a medias». Y, con este acuerdo, empezaron su cacería. En las aguas que el calamar enturbiaba con su tinta, las sardinas escapaban, pero no distinguían los tentáculos del pulpo y, por eso, acababan directamente en su boca. El calamar lo contemplaba con admiración mientras se frotaba las manos. Se relamía saboreando por adelantado su parte del botín cuando, de repente, notó cómo lo apretaban muy fuerte los mortales tentáculos del pulpo.
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«Amigo mío», protestó, «¿a qué estás jugando? ¡Yo soy tu socio, no un bacalao!». «¡Es verdad, tienes toda la razón!», exclamó el pulpo. «Pero, mira, el agua está tan turbia que ya no distingo entre mi socio en los negocios y las sardinas». Y sin decir nada más, se zampó a su antiguo socio de un solo bocado. El que espera pescar en aguas revueltas, que tenga cuidado no lo acaben pescando a él.
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La salamanquesa y las monas Una salamanquesa amante de la tranquilidad había tenido la mala suerte de vivir en la misma casa que tres ruidosas monas, tres pestilentes hermanas que rivalizaban en armar jaleo. El dueño les pedía, por favor: «No deis guerra, os lo ruego. Estad tranquilas y no molestéis al vecindario» «¡Sííí!», gritaban las tres a coro. Pero apenas había salido el casero, volvía a estallar el griterío en la casa. Una vez, viendo que la salamanquesa no participaba en su jolgorio, una de las tres monas la recriminó diciendo: «Tú es que estás deprimida o sufres de melancolía». «¿Deprimida yo? ¡En absoluto, hermanita!». Entonces intervino la segunda con su desagradable voz de pito: «¡Pues peor aún! Si no
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estás deprimida, entonces es que eres una insociable. Tú odias a la humanidad». La salamanquesa protestó: «¡Claro que no! ¡Qué insociable ni qué porras! Al revés, ¡yo amo a la humanidad!». Entonces saltó la tercera mona como si fuera una víbora: «¡Qué más da, que dará lo mismo! Si no estás deprimida ni eres una insociable, como dices, entonces es que eres una estirada y una presuntuosa. ¡Te crees superior y por eso no quieres jugar con nosotras!». La salamanquesa tenía otras buenas razones para rebatirla, pero las tres monas no le dieron tiempo: ya habían vuelto a montar jaleo. Valora tu diversidad: no quieras parecer igual a los demás.
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Dos gorilas delante del fuego En la noche de los tiempos, cuando aún no se conocía el fuego, dos gorilas gemelos vivían con sus familias en dos cavernas separadas, una frente a otra. Una vez, hubo una tormenta y cayó un rayo exactamente en medio de las dos cuevas; había por allí unas matas secas, de modo que se prendió fuego. Los dos gorilas corrieron a verlo. El primero, movido por la curiosidad, tocó la llama con la mano; al quemarse, salió corriendo asustado, sin dejar de gritar. También el segundo estiró la mano y se quemó. Pero no salió corriendo, sino que se quedó reflexionando. Cuando volvió a acercar la mano, lo hizo con mucho cuidado. Poco a poco se fue habituando a la llama; progresivamente fue entendiendo que él tenía el poder de hacer que el fuego creciera o disminuyera; hasta que descubrió que
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también podía llevar las llamas de un lugar a otro. Fue en ese preciso instante cuando el gorila valiente tomó con cuidado unas brasas y las llevó a la caverna. Y allí dentro… se produjo la magia: el fuego, por primera vez, le iluminó a él y a su familia y los mantuvo calientes durante la noche. ¿Qué pasó con el otro? El otro gorila, el gemelo que había huido a causa del miedo, siguió durante mucho tiempo comiendo alimentos crudos, sin dejar de tiritar por las noches. No puede haber progreso sin una mezcla de valentía y prudencia.
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Índice El que se conforma, disfruta más
La cucaña de la garduña...................................... 4 El cerdito y el jabalí............................................... 6 La oveja listilla....................................................... 8 El autillo que quería la luna................................. 10 Un cabrito delante del espejo............................... 12 La culebra que fue más allá de sus límites........ 14 Un milano demasiado atrevido........................... 16 Los banquetes del burro....................................... 18 El pez martillo y la pequeña araña..................... 20 Donde las dan, las toman
El pulpo y el calamar............................................ 24 La lagartija y los mosquitos................................. 26 Las luciérnagas y la zorra..................................... 28 La langosta traidora.............................................. 30 La vaca y las ruinas............................................... 32 El presumido suele acabar mal
El mulo y el camello.............................................. 36 El rinoceronte y el ratoncillo................................ 38 El cuello de la jirafa............................................... 40 Los cuernos más valiosos..................................... 42 Un murciélago cabeza arriba............................... 44 La salamanquesa y las monas............................. 46 La anguila que sabía escabullirse....................... 48 La hormiga en la competición............................. 50
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El caracol ridiculizado.......................................... 52 El lebrato impaciente............................................ 54 El que engaña, se condena
Los negocios de los ratoncitos............................. 58 La anaconda, guardiana del pozo....................... 60 El jabalí en la viña................................................. 62 El amigo del joven zorro...................................... 64 El macho cabrío y el cabritillo............................. 66 Los dos burros....................................................... 68 La zorra «altruista»............................................... 70 La locura del león.................................................. 72 La cola de la zorra................................................. 74 Tres monas muy virtuosas................................... 76 El piojo que se había vuelto rico......................... 78 El león que se quedó sin garras........................... 80 El leopardo en el desierto.................................... 82 El oso poeta............................................................ 84 El ave lira y las cornejas....................................... 86 El águila embalsamada........................................ 88 La mosca en la telaraña........................................ 90 Cosas mágicas y asombrosas
La araña y la canica............................................... 94 La corneja liberada................................................ 96 Los loros del sultán............................................... 98 El monstruo............................................................ 100 La mona adivina.................................................... 102 Dos lámparas hechizadas.................................... 104 Dos gorilas delante del fuego.............................. 106 El tesoro de la ardilla............................................ 108
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