1
Alfonso Esponera Cerdán, op Facultad de Teología San Vicente Ferrer Valencia (España)
Novena a san Vicente Mártir
Perfil biográfico Han llegado hasta nosotros varias redacciones de la Passio Vincentii, escritas en diversas épocas. De una atenta lectura del relato martirial se pueden destacar algunos datos históricos. Y así Vicente, diácono de la Iglesia de Zaragoza en tiempos del Obispo Valero, fue arrestado en la señalada ciudad por el gobernador Daciano, a causa del segundo edicto persecutorio del emperador Diocleciano, a finales del año 303. Trasladado 4
a la ciudad de Valencia por orden del gobernador, se le aplicó la tortura en virtud del tercer edicto persecutorio, porque se negó a abjurar de su fe y a sacrificar a los dioses de Roma. Sufrió una serie de crueles tormentos ‒de acuerdo con la disposición imperial que mandaba «atormentar con todo género de torturas» a los que persistiesen en la fe cristiana‒, a causa de los cuales murió el día 22 de enero del año 304. Esta es la base histórica esencial, si bien hay detalles de la misma que plantean dificultades o exigen aclaraciones por parte de los estudiosos, tales como: las peculiares circunstancias del arresto, la figura del 5
gobernador Daciano, la del Obispo Valero, el traslado de Zaragoza a Valencia, los tormentos en vida que se le aplicaron y los tormentos post mortem infligidos al cadáver del mártir, etc. Es Patrón de las ciudades de Valencia (España), de Lisboa (Portugal) y de otras muchas localidades.
6
Día segundo Palabra de Dios Hermanos: Estoy persuadido de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las cosas presentes ni las futuras, ni las potestades, ni la altura ni la profundidad, ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor (Rom 8,38-39).
Reflexión «De dos maneras ataca el mundo a los soldados de Cristo: los halaga 12
para seducirlos, los atemoriza para doblegarlos. No dejemos que nos domine el propio placer, no dejemos que nos atemorice la ajena crueldad, y habremos vencido al mundo. En uno y otro ataque sale al encuentro Cristo, para que el cristiano no sea vencido. La constancia en el sufrimiento que contemplamos en el martirio que hoy conmemoramos, es humanamente incomprensible, pero la vemos como algo natural si en este martirio reconocemos el poder divinoÂť (San AgustĂn, SermĂłn 276 sobre el martirio de san Vicente).
13