Masterchef de la santidad by Editorial San Pablo

MasterChef de la

santidad Santas y santos para ÂŤabrir bocaÂť

Fernando Cordero, ss.cc.

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Fernando Cordero, ss.cc.

Fernando Cordero Morales (Cádiz 1970), ss.cc., es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Ha publicado numerosos artículos sobre la relación entre la Iglesia y los medios de comunicación y ha impartido clases sobre este tema como profesor invitado en el Centro de Estudios Teológicos de Sevilla. Actualmente colabora en la revista 21rs y en diversas editoriales. Es autor de Vía Crucis del corazón traspasado, publicado en San Pablo en 2014.

A Rafael y Antonia, Fernando y Juana: mis queridos abuelos.

© SAN PABLO 2014 (Protasio Gómez, 11-15. 28027 Madrid) Tel. 917 425 113 - Fax 917 425 723 E-mail: secretaria.edit@sanpablo.es - www.sanpablo.es © Fernando Cordero Morales, ss.cc., 2014 Distribución: SAN PABLO. División Comercial Resina, 1. 28021 Madrid Tel. 917 987 375 - Fax 915 052 050 E-mail: ventas@sanpablo.es ISBN: 978-84-285-4455-9 Depósito legal: M. 9.497-2014 Impreso en Artes Gráficas Gar.Vi. 28970 Humanes (Madrid) Printed in Spain. Impreso en España

Presentación

ernando Cordero es religioso de los Sagrados Corazones, además de sacerdote, periodista y escritor. He vivido con él dos años en la comunidad de San Fernando, en Cádiz, donde es actualmente párroco del Buen Pastor y yo he sido vicario parroquial. Una característica suya me llamaba la atención: muy a menudo le ocurrían cosas sorprendentes y divertidas. Nos las contaba a la hora de comer. Siempre tenía una anécdota graciosa que compartir. Ciertamente resultaba muy entretenido, pero con el tiempo aprendí a reconocer en ello un don especial suyo: el saber ver la gracia en lo cotidiano. Creo que tiene relación con su vocación de escritor: fijarse en los tratos ajenos y describirlos con humor y perspicacia. Me atrevo a decir que esto deriva de una forma precisa de mirar a los demás: con confianza, amistad y agradecimiento. Considero que fue su manera de ser lo que le llevó a apasionarse por el Padre Damián de Molokai, ahora ya declarado santo. Ha sido fuente de inspiración en 7

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su vida y su misión como religioso y sacerdote. El héroe de la caridad de los Sagrados Corazones fue el protagonista de su primer libro: Kamiano y yo. ¿Cómo no iba a asombrarse Fernando ante el Padre Damián y descubrir en él tesoros antiguos y nuevos inagotables? No es una casualidad que, a partir de su figura, fuera llevado a interesarse por todos los demás «conciudadanos» del Apóstol de los enfermos de lepra. Más de una vez le he comentado en broma que, gracias a todo el trabajo hecho en estos años sobre los santos, ha ampliado aún más su círculo de amigos. Como nos cuenta a nosotros las gestas cotidianas de sus conocidos, así Fernando cuenta a los lectores las gestas especiales de los santos. Es capaz de destacar los episodios más sabrosos de sus vidas para que disfrutemos y «abramos boca», como indica el subtítulo del libro. Estamos hoy envueltos por los cotilleos sobre la vida de un sinfín de futbolistas, toreros, cantantes y famosos en general. Por otro lado, nuestros hermanos mayores nos recuerdan que hace cincuenta años, mientras comían en silencio en el refectorio, un encargado les leía unas vidas de santos desde el púlpito. No podemos comparar, pero podemos preguntarnos: ¿no son las historias de los santos mucho más nutrientes que las otras? ¿No avivan nuestra fe y nuestro amor por la Iglesia, en vez de satisfacer la simple curiosidad? San Ignacio se convirtió leyendo 8

Presentación

vidas de santos en su cama de convalecencia. Las personas descubren que son parte de una tradición escuchando historias de antepasados comunes. ¿Sabemos los creyentes que estamos acompañados desde el Cielo por hombres y mujeres extraordinarios, modelos de vida, que, encima, cuidan de nosotros? Este libro de Fernando nos hace gustar las historias más deliciosas de los santos que nos son conocidos y también de los que no nos resultan tan familiares. Son abundantísimos los nombres, las citas y las anécdotas. Es de lo más gratificante leer episodios nunca oídos y comprobar cómo estos testimonios pueden cruzar el tiempo y hacerse poderosamente actuales. Su estilo nos permite acercarnos a ellos con gran empatía y frescura sin renunciar al rigor de la documentación. En fin, este libro nos despierta el deseo de responder a la llamada a la santidad, de la mano de los que más saben de Dios porque más le aman1. Damiano Tonegutti, ss.cc. Párroco de San Pablo ( Jerez)

Es una idea de H. U. von Balthasar: «Los que aman son los que más saben de Dios, es a ellos a quienes los teólogos tienen que escuchar», en H. U. von Balthasar, Solo el amor es digno de fe, Sígueme, Salamanca 2006, 19. 1

Los santos ocultos de cada día

l celebrar el 14 de abril de 2013, en las primeras semanas de su pontificado, la eucaristía del tercer Domingo de Pascua en la Basílica de San Pablo Extramuros, el papa Francisco ha invitado a los cristianos a vivir un testimonio callado y escondido en el día a día. «Hay santos ocultos, una especie de clase media de la santidad, como decía un escritor francés, esa clase media de la santidad de la que todos podemos formar parte», señala el Obispo de Roma. Está convencido de que «en el gran designio de Dios, cada detalle es importante, también el pequeño y humilde testimonio tuyo y mío, también ese escondido de quien vive con sencillez su fe en lo cotidiano de las relaciones de familia, de trabajo, de amistad». El escritor francés al que alude Francisco es Joseph Malègue 2, que dejó a medio terminar la

Quienes deseen ahondar en las ideas de Malègue pueden consultar el capítulo 4 de la obra: C. Moeller, Literatura del siglo XX y cristianismo II, Gredos, Madrid 19716, 281-319. 2

novela Las clases medias de la santidad, publicada en 1958. Algunos novelistas franceses lo han definido como el «Proust católico». Para este literato, a la hora de profundizar en los fenómenos religiosos no había que explorar solo el alma de los grandes santos, los «santos de primera», sino que «las almas modestas contaban también; contaban además las clases medias de la santidad». No se trata, pues, de una burguesía espiritual o de una elite sino más bien de la posibilidad de que todos los bautizados, cristianos comunes y corrientes, que tratan de seguir a Jesús en las diferentes dimensiones de su vida (familiar, laboral, orante, comunitaria y de compromiso), tenemos de alcanzar la cima del encuentro con Jesús hoy. Para Malègue, «las clases medias, aunque por debajo de la santidad, están, no obstante, obligadas a practicar su imitación». Se trata de una imitación rudimentaria explicada de una manera gráfica a través de las dos plantas de un edificio. El piso bajo está muy a ras del suelo, pero «el primer piso (el de los santos) domina el piso bajo, lo explica, lo legitima, lo santifica, lo lleva a Dios de la mano». Lo importante es no desanimarse: en el piso de abajo o en el sótano, donde nos toque vivir, no perdamos el tiempo en otra cosa que no sea la de tener como referente a Jesucristo, modelo de santidad. 11

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Los santos ocultos de cada día

Meses después, el papa Francisco en una conocida entrevista3 concedida al jesuita Antonio Spadaro, director de la Civiltà Cattolica, realizaba estas declaraciones que hacen nuevamente referencia al concepto de clase media de la santidad: «Yo veo la santidad en el pueblo de Dios, su santidad cotidiana. Existe una clase media de la santidad de la que todos podemos formar parte, aquella de que habla Malègue».

Luego, continúa: «Veo la santidad –prosigue el Papa– en el pueblo de Dios paciente: una mujer que cría a sus hijos, un hombre que trabaja para llevar a casa el pan, los enfermos, los sacerdotes ancianos tantas veces heridos pero siempre con su sonrisa porque han servido al Señor, las religiosas que tanto trabajan y que viven una santidad escondida. Esta es, para mí, la santidad común. Yo asocio frecuentemente la santidad a la paciencia: no solo la paciencia como hypomoné, hacerse cargo de los sucesos y las circunstancias de la vida, sino también como constancia para seguir hacia delante día a día. Esta es la santidad de la IgleEs una entrevista que ha dado la vuelta al mundo. Fue publicada en el n. 1379 de la revista Razón y fe. El texto recoge un diálogo de más de seis horas que se desarrolló a lo largo de tres sesiones los días 19, 23 y 29 de agosto de 2013. 3

sia militante de la que habla el mismo san Ignacio. Esta era la santidad de mis padres: de mi padre, de mi madre, de mi abuela Rosa, que me ha hecho tanto bien. En el breviario llevo el testamento de mi abuela Rosa, y lo leo a menudo: porque para mí es como una oración. Es una santa que ha sufrido mucho, incluso moralmente, y ha seguido valerosamente siempre hacia delante».

En uno de los capítulos de Razones para el amor4, el sacerdote José Luis Martín Descalzo recuerda la intuición de Malègue, que coincide también con la que acaba de evocarnos el papa argentino: «Si abrimos con más atención los ojos, vemos que además de los santos de primera hay por el mundo algunos santos de segunda y bastantes de tercera. Esa buena gente que ama a Dios, esas personas que, cuando estamos con ellas, nos dan el sentimiento casi físico de la presencia viva de Dios; almas sencillas, pero entregadas; normales, pero fidelísimas. Auténticas clases medias de la santidad». A poco que perforemos la realidad de nuestro entorno descubrimos testimonios de muchos crisHemos manejado la versión en la que se encuentran juntos los cinco libros con las «Razones» del recordado sacerdote y periodista: J. L. Martín Descalzo, Razones, Sígueme, Salamanca 2013. En el capítulo «Las clases medias de la santidad» desarrolla con sugerentes imágenes la intuición de Malègue. 4

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tianos que tratan de vivir su fe de una manera comprometida, generosa, fiel y alegre. Gente con corazón, que camina como Iglesia peregrina que conduce a sus hijos hacia el Padre. Es en la Iglesia donde realizamos la aventura de la santidad, la Iglesia de todos los días a la que dedicó este poema el sacerdote, poeta y profeta chileno Esteban Gumucio Vives5, en proceso de beatificación: «La Iglesia que yo amo es la Santa Iglesia de todos los días. La encontré peregrina del tiempo, caminando a mi lado. La tuya, la mía, la Santa Iglesia de todos los días. La saludé primero en los ojos de mi padre, penetrados de verdad. En las manos de mi madre, hacedoras de la ternura universal. No hacía ruido, no gritaba, era la biblia de velador, y el rosario y el tibio cabeceo del Ave María. La Iglesia que yo amo, la Santa Iglesia de todos los días... Merece la pena leer completo el poema que lleva por título La Iglesia que yo amo. Se puede encontrar fácilmente en Internet. También está disponible en formato papel: E. Gumucio, Canto desde el centro de la libertad, Ediciones Rehue, Santiago de Chile 1989, 83-89. 5

Los santos ocultos de cada día

Amo a la Iglesia de aquí y ahora, la Iglesia pobre de nuestro continente, teñida de sangre, repleta de gente, de pueblos cautivos sin voz y derrotados. Amo a la Iglesia de la solidaridad que se da la mano en santa igualdad. Amo a esta Iglesia que se acerca a la herida de su Cristo. La Iglesia de Puebla y Medellín, de Dom Helder, de Romero y Luther King, que vienen de la mano de Moisés, de David, Isaías y Ezequiel. Amo a la Iglesia que va con su pueblo, sin transigir la verdad, defiende a los perseguidos y anhela la libertad. Amo a la Iglesia esperanza y memoria, a la Iglesia que camina y a la Iglesia de la santa nostalgia, sin la cual no tendríamos futuro. Amo a la Iglesia del verbo duro y del corazón blando. Amo a la Iglesia del derecho y del perdón. © SAN PABLO 2014

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La Iglesia del precepto y de la compasión, jurídica y carismática, corporal y espiritual, maestra y discípula, jerárquica y popular... Amo a la Iglesia de lo imposible, la Iglesia de la esperanza a los pies de la mujer, la Santa Madre María. Amo a esta Iglesia de la amnistía, la santa Iglesia de todos los días. Amo a la Iglesia de Jesucristo, construida en firme fundamento, en ella quiero vivir hasta el último momento».

Los santos: en las orillas del presente y del porvenir

a figura de los santos ha sido, desde el origen del cristianismo, con el sacrificio de los mártires, una realidad muy querida y apreciada en la vida de la Iglesia. El concilio Vaticano II alude repetidas veces a la santidad en la Iglesia: «Dios quiso santificar y salvar a los hombres, no aisladamente, sin conexión alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo, que le confesara en verdad y le sirviera santamente» (Lumen gentium, 9). La vida cristiana en general se entiende como vocación a la santidad: como respuesta a la libre y gratuita elección de Dios para darnos sus dones (Ef 1,3-4). En esta llamada nos situamos en la orilla del presente para lanzarnos, con confianza y en comunión, a la orilla del porvenir. José María Javierre, maestro de periodistas y especialista en vidas de santos, en sus últimos años, aquejado por la enfermedad pero sin parar un momento, afirmaba, en su casa junto al Guadalquivir, que había © SAN PABLO 2014

Índice

Págs.

Págs. Presentación................................................................................................ 7 1. Los santos ocultos de cada día...................................................... 10 2. Los santos: en las orillas del presente y del porvenir.......... 17 En la comunión de los santos.......................................................... 18 En el misterio pascual........................................................................ 22 Profetas del tiempo escatológico................................................... 27 3. Modelos de vida................................................................................... 31 Tras las huellas de Jesús.................................................................... 31 El testimonio de «Fray Ejemplo».................................................. 34 Ofrecer amistad al que está solo.................................................... 38 No aceptar la violencia...................................................................... 42 Sin segundas intenciones.................................................................. 43 Superar las situaciones negativas que producen sufrimiento.. 46 4. Gente con humor: de la efervescencia a la alegría silenciosa..................................................................................................... 49 Una alegría sólida............................................................................... 50 La chispa de la vida............................................................................. 51 Risa para superar la tentación........................................................ 55 5. Martirio rojo y martirio blanco................................................... 58 Un testamento conmovedor........................................................... 60 La lógica del don y del sacrificio..................................................... 64 126

6. MasterChef de oración..................................................................... 67 Orar encima del colchón.................................................................. 68 Alargar la vida...................................................................................... 70 Un cuarto de hora de oración......................................................... 72 En el castillo.......................................................................................... 74 «Centering prayer»............................................................................ 77 7. Un camino en zigzag.......................................................................... 80 No creernos Premio Nobel.............................................................. 81 La última cima..................................................................................... 82 Llamados a ser santos........................................................................ 84 8. La comida de la familia.................................................................... 87 La receta de santa Sofía Barat......................................................... 89 Gastronomía ignaciana..................................................................... 91 Los pucheros de Teresa..................................................................... 94 Ni macarrones ni hamburguesas................................................... 95 ¿Y para los más peques?.................................................................... 96 Con la araña Pepa............................................................................... 99 9. En el retablo de la amistad.............................................................. 103 En torno a Don Bosco....................................................................... 105 Teresa de Jesús y la amistad............................................................. 106 Redes de santidad............................................................................... 107 Nuestros amigos.................................................................................. 108 Un compromiso................................................................................... 111 10. En el coro de los santos.................................................................. 113 Cantemos, oremos con los santos.................................................. 114 Bibliografía................................................................................................... 122 Agradecimientos........................................................................................ 124 127