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FORMACIÓN CONTINUA
from Argos 225
by Grupo Asís
La utilización de dietas específicas para el manejo de la enfermedad renal crónica (ERC), tanto en gatos como en perros, es una de las medidas más importantes de su tratamiento y está incluida en las recomendaciones de la IRIS.
GEMMA BACIERO
Veterinaria, Acre. GTNC AVEPA Comunicación Científica Royal Canin
Los objetivos de la nutrición para gatos y perros con ERC, además de cubrir sus necesidades energéticas y aportar los nutrientes necesarios, son: por un lado, frenar la progresión de la enfermedad y, por tanto, aumentar el tiempo de supervivencia1 y, por otro, manejar los signos clínicos mejorando así la calidad de vida del animal2 .
Modificaciones nutricionales para frenar la progresión de la enfermedad
Restricción de fósforo
Las alteraciones en el metabolismo del fósforo tienen un papel central en la fisiopatología de la ERC. La retención de fósforo secundaria a una menor filtración glomerular y la hiperfosfatemia consiguiente dan lugar al desarrollo de hiperparatiroidismo secundario renal3. La hiperfosfatemia también se ha asociado a una menor supervivencia en gatos y perros con ERC4,5,6 .
Actualmente se ha demostrado que la restricción de fósforo en la dieta es clave para enlentecer la progresión de la enfermedad renal, mediante la reducción de la hormona paratiroidea plasmática (PTH) 7 , y para prevenir lesiones renales, como la mineralización y la fibrosis8 .
Antioxidantes
El daño oxidativo se ha sido considerado como un factor que contribuye a la progresión de la ERC en humanos, y en un reciente estudio se demostró que también lo es en gatos con ERC11. Se cree que el daño9,10 oxidativo desempeña un papel importante en la progresión de la enfermedad renal favoreciendo la glomeruloesclerosis y la fibrosis intersticial. Los radicales libres pueden generarse por la hiperfiltración glomerular y por el hipermetabolismo tubular como consecuencia de la pérdida de nefronas funcionales; de ahí que las dietas renales se suplementen con antioxidantes.
Suplemento de EPA y DHA
Estudios en perros con enfermedad renal crónica demostraron que la suplementación con EPA y DHA permite reducir la proteinuria y reducir la glomeruloesclerosis, enlenteciendo la progresión y aumentando la supervivencia de estos pacientes. Este hecho es probablemente debido a la reducción de la hipertensión glomerular y la reducción de eicosanoides inflamatorios a nivel renal12 .
En un estudio retrospectivo se sugería que en el caso de gatos con ERC también se daban estos beneficios13 .
Estrategias dietéticas destinadas a aliviar los síntomas
Proteína de elevada calidad
Se ha establecido que limitar la ingestión de proteínas mejora algunos de los signos clínicos relacionados con la uremia. Por el contrario, cuando el aporte de proteínas supera en gran parte las necesidades deficiencia de potasio, como debilidad muscular generalizada.
Como regla general, se debe realizar un seguimiento regular del potasio sérico en todos los pacientes con ERC con el fin de ajustar adecuadamente la prescripción dietética. Hay que tener en cuenta que los fármacos que pueden influir en la excreción de potasio también se deben tener presentes (p. ej., los IECA pueden dar lugar a retención de potasio) y que diferentes dietas renales comerciales pueden tener distintos niveles de potasio en general enriquecidos.
Equilibrio ácido-base
Los riñones desempeñan un papel importante en el mantenimiento del pH sanguíneo, en particular a través de la reabsorción neta de bicarbonato y la excreción de iones hidrógeno. Por lo tanto, la acidosis metabólica es frecuente en la ERC, por lo general, en los estadios finales19. Esto da lugar a un mayor catabolismo de las proteínas del músculo esquelético, altera el metabolismo intracelular y favorece la resorción ósea a largo plazo. Con el fin de corregir o prevenir la acidosis metabólica, se recomienda asegurar el aporte de agentes alcalinizantes en la dieta (bicarbonato, carbonato, citrato).
mínimas, se genera una mayor cantidad de productos de desecho de nitrógeno, que se acumulan en los fluidos corporales cuando la capacidad de excreción renal está disminuida. Una ingestión elevada de proteínas en gatos con ERC se correlaciona con una mayor morbilidad y una mayor frecuencia de crisis urémicas14 .
Sin embargo, hay que tener en cuenta que las necesidades mínimas determinadas para los animales sanos puede que sean mayores en pacientes con ERC15, y la excesiva restricción proteica puede derivar en malnutrición proteica.
La calidad de la proteína (perfil de aminoácidos esenciales y digestibilidad) también es importante para evitar deficiencias en aminoácidos esenciales o cargas de nitrógeno innecesarias.
Sodio
La hipertensión sistémica es frecuente en pacientes con ERC y contribuye a la progresión de la enfermedad. Existen varios estudios sobre los efectos del sodio en la presión sanguínea16,17 aunque, como se menciona en las guías de la IRIS, no hay evidencia de que la reducción de sodio de la dieta reducirá la presión sanguínea. Por otro lado, la restricción excesiva de sodio provoca la activación del sistema renina angiotensina aldosterona. Por tanto, el consenso actual es evitar tanto las dietas con niveles muy bajos como aquellas con niveles muy altos de sodio.
Potasio
Los pacientes con ERC pueden tener una concentración de potasio en sangre normal, alta o baja. En los gatos con ERC es más frecuente la hipocalemia como resultado de una menor ingestión y una mayor pérdida por el aumento de la diuresis18. La suplementación con potasio garantiza la prevención de signos propios de la En las fases más avanzadas es frecuente que estos animales no tomen de forma voluntaria suficientes calorías y haya que recurrir a la administración por sonda.
Cubrir las necesidades energéticas
El objetivo es proporcionar suficiente energía como para que el paciente alcance y mantenga una buena condición corporal (de 5/9) y para prevenir el catabolismo proteico endógeno que provoca malnutrición y exacerbación de la azotemia.
Elevar el contenido de grasa aumenta la densidad energética de la dieta, lo que permite al animal obtener sus requerimientos nutricionales de un volumen de alimento menor, que a su vez reduce la posibilidad de náuseas y vómitos.
Por otro lado, muchos pacientes sufren falta de apetito, anorexia e incluso aversión, por lo que la palatabilidad es un factor muy importante en estas dietas. Contar con distintos perfiles aromáticos y texturas diferentes supone tener más probabilidades de ofrecer al paciente una dieta que le resulte atractiva.
Aun así, en las fases más avanzadas es frecuente que estos animales no tomen de forma voluntaria suficientes calorías y haya que recurrir a la administración por sonda de una dieta renal, que con una presentación líquida será más fácil de utilizar.
Bibliografía disponible en www.grupoasis. com/argos/bibliografias/RoyalCanin225.docx
Uso de Omnicardio en un caso de valvulopatía cardiaca crónica
Concurso Casos de Éxito Omnicardio
La primera edición del concurso organizado por Hifarmax permitió compartir casos clínicos de éxito, que demuestran el valor añadido de Omnicardio en el tratamiento de las enfermedades cardiacas, en concreto las valvulopatías en perros. La ganadora del concurso ha sido VetPlus Clínica Veterinária (Portugal), con el caso seguido por la veterinaria Elisabete Pais.
Omnicardio representa un valor añadido en el tratamiento de las valvulopatías: ayuda a retrasar la progresión de la enfermedad cardiaca, promueve la reducción de la dosis y/ o la frecuencia de los fármacos, favorece un control superior de los signos cardiacos, es compatible con medicación cardiaca, bien tolerado y muy seguro.
Primera consulta
Se presenta en consulta una hembra canina, mestiza, de 15 años de edad y 6 kg de peso, correctamente vacunada y desparasitada.
Anamnesis
El paciente acudió a consulta con historial de tos, intolerancia al ejercicio y anorexia desde hacía una semana, pero sin historial de soplo cardiaco ni antecedentes familiares de patologías cardiacas. Según los propietarios, era la primera vez que mostraba la sintomatología referida. El animal ya estaba siendo monitorizado en la clínica por enfermedad renal crónica, que estaba controlada.
Examen físico
El animal presentaba mucosas rosadas, TRC<2, condición corporal reducida, taquicardia, pulso regular, taquipnea/disnea con aumento de los sonidos respiratorios y presencia de auscultación de soplo cardiaco holosistólico grado IV/ VI. No había más cambios dignos de mención.
Exámenes complementarios
Se realizó un hemograma completo y una bioquímica general, cuyos resultados no mostraron cambios significativos. La evaluación cardiopulmonar se realizó mediante radiografía de tórax (figura 1), en la que se evidenció: aumento de la silueta cardiaca, elevación de la tráquea y congestión vascular con edema pulmonar. Debido a la imposibilidad del propietario, no fue posible la realización de otros exámenes complementarios.
Diagnóstico
Los signos presentados y los exámenes complementarios realizados apoyaron el diagnóstico de valvulopatía cardiaca en el estadio crónico C de la clasificación ACVIM: presencia de soplo cardiaco y remodelación cardiaca con signos de insuficiencia cardiaca congestiva, cuyo abordaje terapéutico se realiza de forma ambulatoria.
Protocolo terapéutico
En función de los signos y el diagnóstico realizado, se prescribió el siguiente tratamiento: furosemida 2 mg/kg TID 3 días, pimobendán 0,4 mg/ kg BID crónico, benaceprilo 0,4 mg/kg SID crónico y espironolactona 3 mg/kg SID crónica.
Primera revisión
Tras una mejoría inicial, un mes después de la primera evaluación el animal volvió a consulta con empeoramiento del cuadro clínico. Volvió a presentar tos e intolerancia al ejercicio, taquipnea/disnea y taquicardia. Se revisó el protocolo y se añadió Omnicardio: medio comprimido BID, de forma continua. Se mantuvo la medicación crónica, en las mismas dosis y frecuencias, y se prescribieron 3 días de furosemida a una dosis de 2 mg/kg TID.
Segunda revisión
Un mes después de la introducción de Omnicardio, el animal mostró una mejoría médica muy favorable: se mostró más activo, ya toleraba el ejercicio físico, la tos disminuyó progresivamente y se observó una mejoría en la condición corporal. La imagen radiográfica revela ausencia de congestión y edema pulmonares, lo que demuestra la evolución positiva del caso clínico (figura 2).
Figura 1. Aumento de la silueta cardiaca, congestión vascular con edema pulmonar.
Figura 2. Silueta cardiaca aumentada, ausencia de otros cambios como edema pulmonar.
Evolución
Desde la última evaluación, el animal se mantiene estable, sin cambios del protocolo terapéutico prescrito previamente y con buena calidad de vida.