5 minute read

Alergia en perros y gatos: causas, diagnóstico y nuevas terapias

Cada vez es más frecuente en la consulta veterinaria ver a animales que presentan sintomatología causada por una alergia. Los alérgenos más habituales son ambientales, parasitarios y, en otros casos, alimentarios.

Sáez

Los motivos principales de consulta en las mascotas con alergias son el picor y las lesiones secundarias al rascado, entre ellas, por ejemplo, eritema, descamación y liquenificación. Estas lesiones son las que presentó en nuestra consulta un Bichón Maltés debido al insistente lamido del tarso. El paciente tenía dermatitis atópica en un cuadro crónico sin tratar (figura 1).

Causas de la alergia y diagnóstico según su tipología

Cuando la causa es ambiental, ya sea por alérgenos de interior o de exterior/estacionales, en los perros se denomina dermatitis atópica (DA) y en los gatos, síndrome atópico felino (SAF). Si la causa del problema es de origen alimentario se denomina alergia alimentaria, y si el problema está causado por una hipersensibilidad a la picadura de la pulga entonces se conoce como dermatitis alérgica por picadura de pulga (DAPP).

Dermatitis atópica

En cuanto a la DA, no existe una prueba diagnóstica de laboratorio. El diagnóstico se realiza mediante una correcta anamnesis, cuadro clínico, descarte de otras enfermedades que pueden causar picor y respuesta a tratamientos específicos.

Estos animales presentan picor en zona facial, abdominal (ingles y axilas en muchos casos), patas delanteras y traseras. Un lamido excesivo o sacudidas frecuentes de las orejas también indican picor en estos pacientes, aunque los cuidadores a veces no lo relacionan con un tipo de rascado. Las otitis recurrentes con picor a nivel de los conductos auditivos también deben disparar las alarmas de una posible alergia como causa primaria.

Existe una predisposición racial para sufrir esta enfermedad. En nuestra experiencia en la consulta diaria, Bulldog Francés, West Highland White Terrier, Labrador y Pastor Alemán, entre otras razas, son las que con mayor frecuencia la presentan. La edad de presentación suele ser de seis meses a tres años, aunque puede aparecer a edades más tempranas y más avanzadas.

Alergia alimentaria

En el caso de tener la sospecha de una alergia alimentaria, hay que instaurar una dieta específica durante alrededor de doce semanas para ver si desaparecen los síntomas y poder confirmar el origen alimentario de ese picor. Durante este tiempo, y hasta confirmar el diagnóstico definitivo, se debe tener controlado el prurito, ya que, si no, el rascado del animal supondrá un grave problema. La manifestación clínica en estos casos es muy similar a la DA, por lo que solo por los síntomas no podemos confirmar el origen del problema.

Dermatitis alérgica por picadura de pulga

Para el diagnóstico de la DAPP, teniendo en cuenta que el picor y las lesiones tienen una presentación un poco diferente, se debe hacer un control antiparasitario estricto para prevenir que el animal se autolesione a causa del picor intenso que le genera la saliva de la pulga. Además, hay que hacer un buen control del entorno.

Hay que tener en cuenta que los animales con DA presentan una mayor sensibilidad a la picadura de la pulga, un aspecto que no se debe olvidar a la hora de realizar un buen control de la enfermedad.

En bastantes ocasiones, los animales pueden tener varias de estas enfermedades a la vez y la suma de ellas puede agravar el cuadro clínico. Por ello, lo más indicado es acudir al veterinario para que confirme el diagnóstico y establezca el tratamiento más oportuno. Este debe ser individualizado y casi siempre se combinarán diferentes terapias para obtener una mejor respuesta o, en algunas ocasiones, poder reducir la medicación.

Tratamiento de la alergia en mascotas

Las alergias son enfermedades de por vida, por lo que es importante realizar controles periódicos para el manejo de la enfermedad y explicar bien al cuidador que su mascota va a necesitar tratamiento durante toda su vida.

Por suerte, hoy en día existen opciones terapéuticas eficaces y muy seguras sin tener que recurrir a corticoides u otros medicamentos inmunosupresores o con efectos secundarios adversos e incómodos tanto para la mascota como para el cuidador.

El objetivo de las terapias es minimizar los síntomas, principalmente hacer que el picor desaparezca. Es el caso de un paciente felino con síndrome atópico, que presentaba lesiones causadas por su propio rascado (figura 2). A los pocos días de iniciar el tratamiento, logramos controlar el picor y las lesiones poco a poco fueron desapareciendo (figura 3).

Una de las alternativas para el control de la DA es el uso de vacunas alérgeno-específicas. Esta terapia consiste en poner al animal en contacto, mediante vacunas, con los alérgenos causantes del problema, de tal manera que el sistema inmunitario deje poco a poco de reaccionar de manera no deseada. Para solicitar las vacunas específicas en cada individuo, la enfermedad ha de estar correctamente diagnosticada y deben estar determinados cuál o cuáles son los alérgenos que causan el problema. Hoy en día existen laboratorios especializados que pueden hacer un estudio y determinar si el paciente es apto para inmunoterapia y cuáles son esos alérgenos implicados en el problema. Esta prueba no debe ser utilizada en ningún caso para el diagnóstico de la enfermedad.

A diferencia de otros tratamientos, la inmunoterapia no tiene una respuesta rápida, por lo que los primeros meses se debe combinar

A diferencia de otros tratamientos, la inmunoterapia no tiene una respuesta rápida, por lo que los primeros meses se debe combinar con otros fármacos para controlar los síntomas desde el principio.

Acudir al especialista ante cualquier sospecha, clave para el control de las alergias

Es importante que los cuidadores acudan a un buen especialista en cuanto aparezcan los primeros síntomas de alergia en sus mascotas. Además, los ATV tienen una función clave al obtener toda la información del cuidador que servirá al equipo veterinario para llegar a un diagnóstico acertado. Una buena comunicación con el cuidador, y un buen abordaje de la enfermedad, va a dar como resultado una mejor calidad de vida de estas mascotas.

con otros fármacos para controlar los síntomas desde el principio.

Más allá del tratamiento

Una vez identificados los alérgenos, lo ideal sería evitar el contacto con ellos, pero la mayor parte de las veces forman parte del entorno en el que vive el animal, por lo que se debe recurrir a otras alternativas para controlar la enfermedad. Los baños frecuentes, con un champú adecuado en cada caso, pueden ser de mucha ayuda, ya que disminuyen la carga de partículas alérgenas en contacto con la mascota y previenen las contaminaciones secundarias por bacterias o por levaduras. Una buena alimentación enriquecida con ácidos grasos y/o hipoalergénica también puede ser de gran ayuda en estos pacientes. Y es que un animal con picor es un animal estresado, capaz de autolesionarse al intentar aliviar su prurito mediante el rascado. Una piel dañada permite el paso de bacterias, por lo que puede darse una infección secundaria que agrave el problema e intensifique el picor. A veces incluso los animales pueden presentar úlceras corneales secundarias debidas a un rascado en la zona periocular. Es frecuente que estos animales acudan a la clínica por un problema oftalmológico y en realidad la causa es un problema dermatológico. Las otitis recurrentes también pueden tener una atopia como causa primaria, por lo que, en la consulta veterinaria, debemos estar muy atentos a cualquier señal que nos pueda hacer sospechar de esta enfermedad para tratarla de la forma correcta.

Bibliografía

• Ferrer Ll, Carrasco I, Cristòfol C, et al. A pharmakocinetic study of oclacitinib maleate in six cats. Vet Dermatol 2020.

• Laura Ordeix i Esteve, razonamiento diagnóstico en dermatología canina y felina. Consulta de difusión veterinaria 2023.

• Gustavo Machicote, Atlas de dermatología canina y felina, 2.ª edición 2021.

This article is from: