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La osteoartrosis canina y su manejo nutricional
from Ateuves 59
by Grupo Asís
La osteoartrosis es un proceso degenerativo y progresivo de la articulación que se caracteriza por el dolor y el deterioro de la calidad de vida.
articular. Además del ácido eicosapentaenoico (EPA), ácido graso omega-3, con un efecto modulador de la inflamación, hoy conocemos otros nutrientes que también se pueden incluir como: la curcumina, el colágeno hidrolizado y los polifenoles.
Curcumina La curcumina es el extracto de la cúrcuma, que desde los años 70 es conocida por sus propiedades antiinflamatorias. Hoy día se sabe que además tiene efecto antioxidante, anticatabólico y curativo para las heridas. Los estudios realizados en perros con OA han puesto en evidencia una mejoría en la evaluación clínica de la cojera y del dolor a la manipulación.
Colágeno hidrolizado El colágeno constituye una parte importante de la matriz extracelular, junto con el agua y los proteoglicanos. Después de diversos estudios in vitro se ha demostrado que el colágeno hidrolizado tiene un efecto anabólico y estimula la síntesis de los componentes del cartílago, como colágeno tipo II (el más abundante en el cartílago articular) y proteoglicanos. En estudios in vivo con perros con signos de OA se ha observado una mejoría en la actividad, la tumefacción y la rigidez.
Polifenoles de té verde El té verde es muy rico en polifenoles flavonoides, en concreto en catequinas, cuyo interés reside en su potente efecto antioxidante y en sus propiedades antiinflamatorias. Aunque no se dispone de estudios en perros, las investigaciones en otras especies muestran que la suplementación con catequinas puede reducir la inflamación, proporcionar un efecto protector del cartílago y aliviar el dolor. Además de las propiedades de la curcumina, el colágeno hidrolizado y los polifenoles por separado, se ha demostrado en distintos estudios que, en conjunto, ofrecen un efecto sinérgico mucho más potente, demostrando una mejora muy significativa en estos pacientes.
Ácido eicosapentaenoico Mediante la modificación de la dieta, aumentando los niveles de ácidos grasos omega-3, es posible alterar los lípidos de membrana, y como consecuencia, las respuestas inflamatorias. Por eso se suplementan los alimentos para problemas articulares con aceite de pescado, rico en EPA y DHA. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las moléculas realmente efectivas son las de EPA, por lo que incluir fuentes de ácidos grasos omega-3 precursores, como el aceite de linaza, no es tan útil, ya que su transformación a EPA es muy poco eficaz en el perro (y menos aún en el gato).
Si un perro presenta osteoartrosis y es obeso, la primera medida no farmacológica en su tratamiento es la pérdida de peso.
Conclusión
El tratamiento de la OA se basa en un enfoque multimodal, en el que el manejo nutricional es importante tanto por el control de sobrepeso como por el efecto de algunos nutrientes como la curcumina, el colágeno hidrolizado y los polifenoles, que logran mejorar la movilidad y la calidad de vida de los perros afectados.
Inmunodeficiencia felina
en 3 pasos
Esta enfermedad felina (FIV) es muy importante y peligrosa, sobre todo en los gatos que viven en libertad o semilibertad. No supone un riesgo para el hombre: no hay riesgo de contagio entre especies diferentes.
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Entrada del virus a través de una mordedura principalmente
La saliva de un gato infectado de FIV contiene una gran cantidad de virus y con una sola mordedura se puede contagiar la infección. El contagio también es posible a través del contacto social cercano, sin necesidad de que haya agresiones entre los miembros del grupo: durante el acicalamiento o por compartir comedero y bebedero.
Los cachorros pueden contraer la enfermedad durante la gestación y la lactación.
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Se debe realizar una prueba en sangre (ELISA) a los 15 días y a los 2 meses después de que un gato haya sido mordido.
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Esta infección vírica se transmite fundamentalmente por saliva o sangre a través de mordeduras. Una madre infectada puede transmitirla a un 50 % de su descendencia durante la gestación y la lactación.
Natalia Sagarra • Imágenes extraídas del Atlas de información al propietario. Especie felina. Revisado por Marisa Palmero. Editorial Servet.
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Multiplicación en linfocitos y macrófagos (fase de viremia)
El virus ataca a las células del sistema inmunológico, las destruye y provoca el deterioro progresivo de las defensas.
Puede no haber signos visibles de enfermedad.
Los gatos infectados por el virus de la inmunodeficiencia felina presentan un alto riesgo de contraer enfermedades e infecciones causadas por otros virus, bacterias y parásitos.
Los gatos que viven en el exterior (callejeros), los que conviven con gatos de exterior (de interior con acceso a la calle) y los que se extravían, son más propensos a contraer esta enfermedad que los gatos de interior que no tienen acceso al exterior.
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Diseminación e infección de células del sistema inmunitario
El virus se distribuye por todo el organismo y produce la infección que en esta fase ya afecta a médula ósea, bazo, tracto intestinal, pulmones, riñones y cerebro. En consecuencia aparecen los síntomas propios de la inmunodeficiencia.
Diagnóstico
• Detección de anticuerpos en sangre en gatos mayores de 6 meses (mediante técnica ELISA) y PCR en gatos menores de 6 meses. • Todo resultado positivo debe confirmarse con
PCR.
Signos clínicos
1º. Cuando se produce el contagio hay fiebre, aumento ganglionar, apatía y anorexia. 2º. Le sigue un periodo asintomático que puede durar años. 3º. Cuando el sistema inmunitario se debilita aparece una fase de inmunodeficiencia (similar a la propia del SIDA) durante meses con fiebre, anorexia, aumento ganglionar, infecciones secundarias (diarrea, otitis, conjuntivitis, rinitis, abscesos cutáneos), gingivoestomatitis, anemias inmunomediadas, alteraciones neurológicas y tumores.
No hay un tratamiento que elimine la infección producida por el virus FIV, así que lo que se intenta como objetivo primordial es estabilizar al paciente de inmunodeficiencia felina y proporcionarle una buena calidad de vida.