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La oxigenoterapia en la clínica de pequeños animales
from Ateuves 92
by Grupo Asís
La oxigenoterapia
en la clínica de pequeños animales
La suplementación con oxígeno es un tratamiento esencial en muchos pacientes para incrementar la cantidad de oxígeno en la sangre arterial. En este artículo describimos las diferentes técnicas disponibles y sus beneficios para cada tipo de paciente en particular.
Milagros Nuez García1 y Carles Mengual Riera2
1ATV Responsable del equipo de auxiliares de hospitalización en Aúna especialidades veterinarias 2LV,MSc. Veterinario Senior del servicio de Urgencias y Cuidados intensivos en Aúna especialidades veterinarias Imágenes cedidas por los autores La oxigenoterapia es un tratamiento de soporte utilizado de manera rutinaria en el servicio de urgencias y cuidados intensivos. Mediante la suplementación con oxígeno el objetivo es incrementar la cantidad de oxígeno en la sangre arterial, aumentando la fracción inspirada de oxígeno (FiO2), por lo que es un tratamiento esencial en los animales hipoxémicos o que presentan distrés respiratorio. La FiO2 del aire ambiental es del 21 %. La hipoxemia se define como una disminución de la cantidad de oxígeno arterial y se produce debido a una mala oxigenación de la sangre venosa a su paso por los pulmones. Existen varios métodos para medir la cantidad de oxígeno que contiene la sangre. De entre estos, el método más fiable es la medición de la presión parcial de oxígeno en sangre arterial (PaO2). La medición de la PaO2 requiere la toma de una muestra de sangre arterial, lo que puede resultar difícil en determinados casos (como gatos o
Técnicas disponibles y fracción inspirada de oxígeno que proporciona cada una
No invasivas
Técnicas Flow-by Máscara oxígeno
Incubadora
FiO2
25-40 % ≤60 %
40-60 %
Invasivas Gafas nasales Catéter nasal
25-40 % 37-77 % Catéter traqueal 40-60 % Intubación endotraqueal >60 % animales pequeños), además de ser una fuente de estrés y elevar el coste de las actuaciones. Un método alternativo de medición de la cantidad de oxígeno es la saturación de oxígeno (SpO2) mediante pulsioximetría (figura 1 y 2). Es un método sencillo, de bajo coste en el que se determina el porcentaje de hemoglobina saturada con oxígeno. La medición de la SpO2 puede verse afectada por factores como la coloración o el grosor de los tejidos donde se realiza la medición. Habitualmente se coloca en la lengua, en la superficie de la piel no pigmentada o en las mucosas (belfos, vulva, pene, etc.).
Aquellos pacientes que presenten niveles de PaO2 por debajo de 80 mmHg o SpO2 por debajo del 95 % se clasificaran como hipoxémicos. En el manejo de urgencias la suplementación con oxígeno desempeña un papel muy importante no solo para corregir, sino también para prevenir los problemas que derivan de la presencia de hipoxemia. Se debe suplementar con oxígeno a los pacientes que presenten disnea, taquipnea,
apnea transitoria, cianosis, alteración del estado mental, hipotensión y aquellos que se presentan con anemias o sangrados graves.
Métodos de administración de oxígeno
Existen múltiples técnicas a la hora de suplementar oxígeno a nuestros pacientes y tendremos que escoger la más adecuada atendiendo a razones como el equipamiento necesario, el comportamiento del animal o la necesidad de oxígeno en función de la gravedad del cuadro clínico. Se pueden diferenciar las técnicas en función de si son invasivas o no invasivas.
Técnicas no invasivas Flow-by o flujo directo
Consiste en la colocación de una manguera de oxígeno, o circuito cerrado, directamente en la boca o nariz del paciente (figura 3). La manguera irá conectada al concentrador de oxígeno o a la máquina de anestesia. No se puede obtener la FiO2 exacta que suministramos mediante esta técnica, aunque estimamos que puede estar entre un 25 y un 40 %. Si bien es una técnica sencilla de utilizar, no sirve a largo plazo ya que se necesita una persona sujetando el circuito.
Máscara de oxígeno
Consiste en la colocación de una máscara entre el paciente y la manguera de oxígeno. Esta técnica nos permite obtener una FiO2 más elevada que la técnica anterior, alcanzando hasta una 60 %. También nos permite medir la FiO2 mediante la colocación de un sensor conectado a la máscara. Durante este proceso se puede acumular CO2 y calor en el interior de la máscara, por lo que debemos desconectar al paciente de manera periódica, aunque disminuya la eficacia de la técnica. No todos los animales toleran esta técnica. Es importante la correcta elección del tamaño de la máscara, ya que podemos causar traumatismos corneales.
Figura 1. Monitor multiparamétrico con medición de SpO2.
Figura 3. Paciente con oxigenoterapia mediante la técnica flow-by.
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Jaula de oxígeno o incubadora
Podemos mantener al paciente dentro de una incubadora o cámara cerrada acoplada a una
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manguera de oxígeno (figura 4). Las incubadoras más modernas, además de permitir ajustar la concentración y el flujo de oxígeno, permiten determinar la temperatura y humedad del ambiente. Se estima que mediante esta técnica se alcanza una FiO2 de entre el 40 % y 60 %. Cada vez que se abra la puerta de la incubadora o jaula el oxígeno para manipular al paciente, el oxígeno saldrá al exterior, disminuyendo la eficacia de la técnica. En este tipo de dispositivos además hay que controlar el acúmulo de CO2 y el calor. Entre sus ventajas se encuentra que es una técnica de bajo estrés y muy efectiva en gatos con distrés respiratorio.
Técnicas invasivas Gafas nasales
El uso de gafas nasales (figura 5) es una técnica de fácil colocación y disponibilidad. Su uso es recomendable en animales medianos y grandes, aunque también existen para pacientes pequeños. Generalmente, los pacientes las toleran bien. Con este método no se sabe con exactitud la FiO2 alcanzada (se estima entre el 25 %-40 %).
Catéter nasal
Esta técnica consiste en la colocación de sondas (una o dos) en la nariz para la administración de oxígeno (figura 6). Con ellas se puede alcanzar una FiO2 de hasta un 77 %. Esta técnica nos permite la manipulación del paciente sin necesidad de interrumpir la terapia de oxígeno y puede utilizarse durante largos periodos de tiempo. Colocando un capnógrafo en una de las sondas, podremos estimar también los niveles de CO2. En algunos pacientes será necesaria una leve sedación para la colocación de las sondas.
Catéter traqueal
Esta técnica requiere la colocación, a través de una incisión, de un catéter en la tráquea. Está indicada en aquellos pacientes en los que las otras técnicas de suplementación de oxígeno no son suficientes y no necesitan ventilación mecánica, además de pacientes con obstrucción de vías aéreas altas. La fuente de oxígeno se conecta directamente al catéter a un flujo de entre 50-200 ml/kg/min. No se debe utilizar en aquellos animales en los que se prevea que van a necesitar suplementación con oxígeno durante un tiempo prolongado.
Intubación endotraqueal
Aquellos pacientes que presenten un esfuerzo respiratorio grave o una hipoxemia grave (PaO2 <60 mmHg o SpO2 <90 %) que no responda de manera adecuada a los otros métodos de suplementación de oxígeno, requerirán intubación endotraqueal e iniciar ventilación por presión positiva. La intubación endotraqueal incrementa tanto la mortalidad como la morbilidad debido a la pérdida de los mecanismos de defensa naturales de las vías aéreas, incrementando el riesgo de neumonía en estos pacientes. A pesar de estos riesgos, en los pacientes gravemente inestables, la intubación e inicio de ventilación por presión positiva puede salvar la vida del animal aportando tiempo para su estabilización.
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Humidificación
Sea cual sea la técnica que utilicemos a la hora de proporcionar oxígeno a nuestro paciente, el flujo de gas debe ser previamente humidificado. El envío de gas seco a las vías aéreas puede causar inflamación e irritación de las mucosas, además de aumentar el riesgo de aparición de infecciones.
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Figura 5. Paciente con gafas nasales.
La aplicación de humedad al flujo de oxígeno es una técnica simple y sencilla, en la que se hace pasar el oxígeno a través de un recipiente lleno de agua destilada o estéril. Antes de su administración al paciente, es imprescindible la humidificación del flujo de oxígeno, sobre todo en aquellos pacientes con oxigenoterapia de larga duración.
Monitorización
Es indispensable realizar una correcta monitorización del estado respiratorio del animal para comprobar la respuesta al tratamiento administrado, así como determinar el momento en el que la suplementación con oxígeno deja de ser necesaria. En aquellos pacientes en los que los niveles de SpO2 se encuentren entre 98-100 % de manera sostenida, y que no presenten signos de distrés respiratorio, se deberá considerar la retirada de la suplementación de oxígeno. La oxigenoterapia puede ser dañina para el paciente. La gravedad de la lesión depende de la FiO2 y la duración de la terapia. El daño producido en el epitelio pulmonar es secundario a la liberación de radicales libres producidos por el oxígeno. Para evitar estos efectos indeseables de la oxigenoterapia, siempre que sea posible, deberemos mantener la FiO2 por debajo del 50 % (lo que ocurre en la mayoría de las técnicas descritas) y evitar alargar el tratamiento en el tiempo.
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Figura 6. Proceso de colocación de la sonda de oxígeno.
Bibliografía
• Hopper, K., Oxygen Therapy. En S. J. Ettinger, & E. C. Feldman, Veterinary Internal Medicine. Elsevier. • Mengual Riera, C. (2019). Oxigenoterapia. En P. Muñoz Rascón, M. Granados Machuca, & R. Navarrete Calvo, Anestesiología y Cuidados Intensivos. Elsevier. • Torrente, C., & Bosch, L. (s.f.). Medicina de urgencia en pequeños animales. Servet. • Silverstein, Deborah. Small Animal Critical Care Medicine. Elsevier. 2018.
Conclusión
La suplementación con oxígeno se debe utilizar en todos los pacientes que presenten taquipnea. Para la estabilización inicial se puede utilizar el flujo directo o la mascarilla, ya que son métodos rápidos y no invasivos para incrementar la FiO2. Las jaulas de oxígeno o incubadoras son métodos de elección en aquellos pacientes de pequeño tamaño en los que no se requiera manipulación. Las gafas o las sondas nasales son buenas técnicas de suplementación de oxígeno a largo plazo, mientras que en los pacientes donde estas técnicas fracasen, se deberá plantear la opción de colocación de un catéter traqueal o realizar una intubación endotraqueal con inicio de ventilación por presión positiva. Se debe monitorizar a los pacientes de manera exhaustiva para evaluar la respuesta a la suplementación con oxígeno y determinar el momento óptimo de finalizar la terapia en aquellos animales que presenten una mejoría sostenida en el tiempo.