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Página Royal Canin: EL TIEMPO ES ORO

El tiempo es oro

Si el día tiene el mismo número de horas para todos, ¿por qué hay algunas personas que parece que aprovechan la jornada mucho más?

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“El tiempo es oro”. Todos hemos pronunciado esta frase alguna vez. Todos asentimos con la cabeza y estamos de acuerdo cuando alguien la pronuncia en nuestra presencia… y lo malgastamos y se nos escapa de las manos como si fuera arena. Y además es mentira. El tiempo es mucho más valioso que el oro porque, en realidad, “el tiempo es vida”.

El tiempo es un recurso tremendamente democrático. Las personas muy eficaces tienen cada día el mismo número de horas que tú y que yo.

Un día cualquiera

Abro la tienda, enciendo las luces y el ordenador, aparece Nacho el dependiente y le saludo. Abro el email. El administrador me reclama unas facturas… Le contesto que se las enviaré a lo largo de la mañana, “cuando tenga un hueco”. Sigo mirando el correo y mi mejor amigo me invita al futbol este domingo. Le contesto: cuenta conmigo. ¿Dónde está Nacho? Salgo del mostrador y me doy una vuelta por la tienda. Perfecto, ya lo veo: está ordenando el expositor del “picoteo”, como yo lo llamo, es decir, premios para perros, juguetes, golosinas para roedores, barritas para pájaros, etc., que ayer un cliente de última hora toqueteó uno por uno para luego no comprar nada. Nacho pregunta: “¿Quieres algo?”. “No, no, continúa”, contesto. Nos ponemos a comentar la historia del cliente mientras le ayudo a colocar las cosas. Entra un cliente y Nacho se acerca para atenderle. Continúo ordenando y a través del escaparate veo a Manuel, el del banco, que, tras saludarme, hace un gesto para que me acerque. Salgo.

Las personas eficaces planifican, priorizan, organizan, delegan.

—Tómate un café y comentamos lo del seguro. —Vale. ¿Te reconoces? Tal vez exagero un poco pero yo sí que me veo.

De momento, has solucionado lo del seguro. Eso sí, a iniciativa de Manuel: él ha decidido en qué empleas tu tiempo. Si, también has ayudado a Nacho. Un gran gesto por tu parte que dice mucho de ti como persona. Pero, en realidad, estabas comentando la anécdota de ayer y te has puesto a hacer su trabajo para aprovechar (?) un poco más el tiempo.

Y las primeras horas suelen ser tranquilas. A media mañana uno de los grandes “ladrones de tiempo” ya está hiperactivo y no va a parar hasta el anochecer: el móvil. Tu mujer te recordará la reunión en el colegio del niño… de la que tú no te acordabas. Manuel te llamará para decirte que ya tiene los papeles y que necesita tu firma. Tú amigo, el del futbol, querrá no sé qué cosa… Y, por supuesto, a última hora de la mañana te llamará el administrador para recordarte lo de las facturas porque, naturalmente, no has tenido “un hueco”… Y Twitter, y la página de la tienda de mascotas en Facebook…

Hacer bien las cosas

La cuestión no es hacer más cosas y más rápido, sino hacer sólo lo más importante y hacerlo bien. A veces no tenemos tiempo para hacer las cosas bien, pero sí tenemos tiempo para hacerlas dos veces.

Las personas eficaces planifican, priorizan, organizan, delegan.

Reformar la tienda, aumentar las ventas, correr la maratón de tu ciudad… tienes objetivos, proyectos. Profesionales y personales. Haz una lista con ellos y prioriza. Si la lista es muy larga elige, el tiempo es finito. A los que te quedan, ponles plazos realistas ¿Voy a realizarlo en una semana, un mes, todo el año?

Ya sabemos dónde vamos. ¿Cómo vamos? “Este año aprendo inglés”, un clásico, ya tengo un proyecto. Por cada proyecto debo concretar una serie de tareas. Sin tareas el proyecto no es más que la carta a los Reyes Magos. Tengo que buscar un profesor particular o un curso online, recabar opiniones de gente que lo ha hecho, etc. Debo descomponer cada uno de mis proyectos en tareas: los proyectos no se pueden pasar a la agenda diaria, las tareas sí.

Antes de empezar el día, organiza tu jornada. Define y escribe las tareas más importantes del día. Intenta empezar el día trabajando sobre estas tareas, las primeras horas de la mañana son más productivas, ya que hay menos interrupciones y estamos más descansados.

Sin planificación nuestra tendencia es la de hacer aquello que nos agrada o nos resulta fácil, y por ello no es mala idea realizar las tareas complejas y desagradables en estos periodos de mayor productividad. Piensa que si lo vas posponiendo llegará el día en que además de complejas y desagradables serán urgentes. Y la urgencia genera ansiedad y estrés.

Las tareas agradables y sencillas déjalas para los momentos de más bajo rendimiento.

Ser optimista en la vida está muy bien, pero no con los tiempos, así que procura que tus plazos sean realistas. No sobrecargues tu agenda, deja tiempo para los imprevistos y los retrasos. No somos máquinas y además somos mediterráneos, cuenta con el café y los minutos de charla distendida. Cada dos horas descansa al menos 10 minutos y recarga las pilas.

Debo descomponer mis proyectos en tareas: los proyectos no se pueden pasar a la agenda diaria, las tareas sí.

Consejos

Para terminar unos pequeños consejos. Cuando empieces una tarea termínala. Interrumpir y reanudar una tarea la alarga improductivamente. Con las tareas complejas desconecta el móvil.

Delega. Tu equipo de la tienda de mascotas puede hacer tareas sencillas o complejas que no conllevan una gran decisión que dependa de ti.

El email e Internet son tremendamente adictivos. No abras el email al principio del día y consulta tu buzón en horarios determinados (a las 11:00 y 17:00, por ejemplo). Si tu tienda de mascotas tiene página en Facebook o similares, lo mismo. Insisto: son adictivos y, por tanto, te roban tiempo.

El administrador, el del banco, el comercial del proveedor de alimentación animal… Márcate un tiempo para ellos y, muy educadamente, házselo saber. No dejes que los demás organicen tu tiempo.

Termino, ahora sí, con unas palabras de Steve Jobs: “Tu tiempo es limitado, así que no lo malgastes viviendo la vida de otro. Vive tu propia vida. Todo lo demás es secundario”.

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