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Materiales para NIDOS

rafael ZaMOra padrón lic. ciencias Biológicas esp. zoología loro parque y loro parque Fundación Imágenes cedidas por el autor

Para una correcta cría de psitácidas, es necesario que las aves se encuentren lo más a gusto posible en su entorno, y eso implica una buena elección de materiales.

Se puede usar un bloque de corazón de palmera para que las aves continuen trabajando en el interior.

Lo usual en la cría de psitácidas es que las cajas-nido que se usen sean de madera. La chapa marina es de los mejores materiales que se pueden usar por su resistencia a los elementos y sus posibilidades para trabajarla. Otras maderas más blandas, de reciclaje, de retales de carpintería o pallets pueden servir pero, en la mayoría de los casos, son materiales más blandos que suelen deteriorarse con mayor rapidez, cosa que no sería un inconveniente si se pueden desechar las cajas cada año.

Realmente, lo peligroso de las maderas blandas es lo rápido que pueden dejar al descubierto grapas, clavos y alambres usados en la construcción del nido, y que pueden convertirse en trampas mortales que pueden dejar atrapado a un loro por su anilla o provocarle daños durante un proceso tan delicado como la época de cría.

Las maderas hidrófugas solían contener productos tóxicos peligrosos para un loro que mordisquease su contorno. Muchos de estos componentes se han prohibido con las legislaciones actuales, pero no vale la pena arriesgarse con este tipo de material, que no ofrece tantas ventajas como pudiera parecer.

En países americanos se ha optado desde hace años por chapas metálicas galvanizadas, muy resistentes al tiempo y prácticamente irrompibles ante la acción

Palmeras de Washingtonia muertas ofrecen fibra a los guacamayos o cacatúas para hacer nidos confortables. Casos especiales

Los nidos para especies como los loritos comehigos (Psittaculirostris, Opopsitta), los loros de Pesquet (Psittrichias fulgidus), las cacatúas negras (Calyptor hynchus) o las cacatúas gang-gang (Callocephalon fimbriatum) deben ser preferiblemente en troncos naturales preparados para tal fin.

La palmera Washingtonia, tanto la W. filifera como W. robusta, es de las más adecuadas, por ser consistente y presentar durabilidad. Otras especies se pudren más rápido o pueden ser un refugio atractivo para ratones en un momento en el que lo que menos deseamos son interrupciones. Para las diferentes especies es un deleite trabajar la fibra interna del tronco muerto de estas palmeras. Tal es así, que pueden trabajarlo fuera de la época de cría por simple voluntad. De hecho, es conveniente que lo hagan incluso los juveniles para ponerles en contacto con un material que tendrán que usar en el futuro, cuando sean maduros sexualmente. En el Centro de Cría de Loro Par-

de los picos de los loros. Es curioso ver loros criando en este elemento tan artificial sin que parezca que les afecte demasiado. Igualmente, hay especies americanas o africanas que en nidales metálicos obtienen resultados más que aceptables. Está claro que en climas cálidos estos nidos son una opción y se convierten en difíciles para latitudes donde el frío se hace presente de manera frecuente durante el año.

PVC para nidos

También desde hace bastantes años se viene usando en diferentes criaderos el PVC como material para nidos, dando unas prestaciones bastante satisfactorias. Su manejo es ligero y permite una desinfección minuciosa. Sin embargo, montar este tipo de nidos requiere de habilidad en el bricolaje. El uso de escaleras internas es más importante en este tipo de nido, donde las paredes serán extremadamente lisas. Una zona para trepar mal instalada puede convertir la caja en una trampa mortal si se cayese o los loros pudieran desprender alguna parte.

Las tuberías de PVC permiten naturalización gracias a la llama de un soplete. Usado convenientemente, la tubería adquiere un aspecto rugoso de color marrón muy parecido a la corteza de un árbol.

Muchos de los componentes tóxicos de las maderas hidrófugas se han prohibido con las legislaciones actuales, pero no vale la pena arriesgarse con este tipo de material.

que Fundación se añaden gruesas rodajas de estos troncos en el mobiliario habitual de las jaulas, que permiten a los ejemplares ejercitarse con la madera y la fibra interna de la palmera. Especialmente con las cacatúas, se observa la insistencia y dedicación a esta actividad que les ocupa durante mucho tiempo al día.

Los troncos de diferentes especies de eucaliptos son igualmente aprovechados

del mismo modo. Sin necesidad de que sea la etapa reproductiva, excavan su interior de tal forma que algunos ejemplares llegan a cambiar la coloración de su blanco plumaje, gracias a la tintura que les ofrece el polvo rojizo de los troncos de eucalipto. Es el caso de la Cacatua sulphurea o la Cacatua sanguinea, que perforan los troncos haciéndoles diversas entradas y salidas, sin parecer que tal acción les pueda cansar lo más mínimo.

No hay que olvidar que el serrín se usa en viruta, porque el polvo puede llegar a ser muy perjudicial para las aves, especialmente en ambientes secos.

Materiales en el interior

Teniendo en cuenta que el serrín de carpintería es uno de los más utilizados en el mundo de la cría de loros, no hay que olvidar que no debe ser polvo de serrín, sino viruta. El polvo puede llegar a ser muy perjudicial para las aves, especialmente en ambientes secos.

El serrín debe ser limpio y lo más regular posible en composición. Debemos asegurarnos de que la madera no haya sido tratada con tóxicos previamente.

Si el serrín es la base interna del nido, podemos motivar a los padres poniéndoles trozos pequeños de madera blanda para que trituren y permanezcan más tiempo en el interior de la caja.

Materiales como la turba son muy interesantes para una gran cantidad de especies y, para poder desinfectarla, se puede poner humedecida en pequeñas cantidades dentro de un microondas durante un minuto.

Las ramas frescas de pino o de palmera son útiles para todas las especies que utilizan material verde en la nidificación. No siempre debemos ponerlo en el interior. En los casos de cacatúa rosada Eolophus roseicapillus o de la mayoría de especies de Agapornis, los pájaros precisan trabajar la fibra vegetal y transportarla hasta el interior.

Se deben evitar el heno y la paja, especialmente en regiones donde la temperatura pueda subir de forma repentina. Tanto en el heno como en la paja se de-

La cacatúa rosada, Eolophus roseicapillus, igualmente usa material fresco en el interior. Son recomendables las acículas de pino. En ocasiones transportan incluso pequeñas piedras que aparecen junto a los huevos. sarrolla en grandes cantidades el temido hongo Aspergillus. Se trata de un hongo cosmopolita casi omnipresente en cualquier parte del mundo e inofensivo para cualquier organismo sano, pero letal para cualquier descenso de las defensas o sistemas inmunitarios comprometidos por cualquier fatalidad como una fractura, una agresión o cualquier otro tipo de ataque, tanto vírico como bacteriano.

Otra de las opciones es la de embutir tronco de palmera en el interior de una caja-nido. De esta manera, el material que trabajan es natural y suele ser muy bien aceptado por la pareja. Esta posibilidad es la adecuada para aquellas jaulas que no cuentan con espacio de sobra y el nido de palmera debe ser colocado desde el exterior. Por seguridad, no podríamos utilizar un tronco de palmera, pero un nido preparado para tal propósito con las medidas de seguridad adecuada, sí.

Los Agapornis pullarius

En el caso concreto de Agapornis pullarius, los nidos con relleno son la clave para que la pareja pueda reproducirse. El corcho natural es el material más utilizado y muchos criadores lo ponen en lámina hasta rellenar la caja completa. Uno de los grandes inconvenientes de este sistema es saber dónde está la cámara de incubación fabricada por los padres tras excavar el túnel inicial. Esto complica el manejo de la nidada en caso de que necesiten ayuda por parte del criador. En muchas ocasiones, los pájaros pueden quedar atrapados dentro porque les quede cerrada la salida o porque creen túneles con difícil retorno.

Es imprescindible conocer cómo es el nido del Agapornis pullarius en su interior. De forma instintiva, fabrican un túnel que acaba en una habitación de tamaño un poco más grande que una pelota de tenis. Los mejores resultados se obtienen con un aglomerado de corcho picado a modo de pasta que, cuando seca, queda como una masa compacta y será fácilmente desgranado por la pareja que participará activamente en la fabricación. El túnel y la cámara es mejor definirlos con un pasillo interno de madera, ya que así no se perderán excavando en diferentes direcciones.

Uno de los puntos más interesantes con esta especie es que la entrada va colocada en la parte inferior, ya que la especie excava de abajo para arriba. Y otro detalle asombroso es que esta especie, en todos los criaderos de los que se tienen buenas referencias de reproducción, ha tenido problemas con los ratones, que llevaban al fracaso siempre alguna que otra nidada, cuando no eran todas. Puede que los ratones tengan una afinidad especial por el relleno utilizado en estos nidos o alguna otra simbiosis desconocida. Lo cierto es que los criadores, para poder reproducir los A. pullaria, han tenido que luchar contra los roedores hasta tal punto que el criador de Portugal Pablo Coelho llegó a colgar los nidos del techo cubiertos con carcasas plásticas para poder huir de la temida acción de estos merodeadores.

Con esta especie en concreto también se han conseguido éxitos con troncos de

Deben evitarse el heno y la paja, donde se desarrolla en grandes cantidades el temido hongo Aspergillus.

la inflorescencia del Agave americana con la entrada en la parte baja, aunque el problema de este tipo de nidos es siempre la posibilidad de controlar huevos y pichones o el estado de la hembra.

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