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Claves de manejo SIN ESTRÉS
from Especies 246
by Grupo Asís
Un gato en la peluquería
Claves de manejo sin estrés
¿Cuáles son las claves de manejo para reducir el estrés? ¿Cómo adaptamos el espacio de la peluquería? ¿Conviene que esté presente el propietario? ¿Sedación sí o no? El gato requiere un manejo especial, ya que muestra una mayor sensibilidad y menor tolerancia y aceptación de lo desconocido.
Ester Catalán Sami’s peluquería
www.samis.cat Imágenes cedidas por la autora
Ya sabemos que el gato es un animal cuyo carácter hace necesario aplicar unas pautas y rutinas distintas en la peluquería que el perro. Requiere una mayor atención y precauciones, dada su sensibilidad, menor tolerancia y aceptación de lo desconocido y menor paciencia para el aprendizaje y educación en comparación con el perro.
El gato quiere sentir que tiene el control de su cuerpo y su espacio. Para él lo conocido es seguro. Reacciona muy mal a la manipulación obligada, bajo presión y estrés. Por eso la labor de un estilista felino puede resultar tan complicada.
El estrés se origina cuando el animal tiene una falta de control sobre sí mismo y el entorno, una situación que no sabe manejar y excede su capacidad adaptativa. Lo imprevisto, y más si es con brusquedad, aumentará ese estado de ansiedad.
Nuestra actitud empática y segura, eficiencia y rapidez a la vez que delicadeza, combinados con algunos recursos externos, nos permitirán iniciar y acabar con éxito el servicio.
Recursos para ayudarle a minimizar el estrés
• Feromonas sintéticas faciales felinas
Las feromonas pueden ser en spray o difusor, aptas para cachorros y adultos. Imitan a las feromonas faciales naturales que los gatos segregan tanto para calmarse, como para sentirse seguros o marcar el territorio. Resultan muy útiles para minimizar la ansiedad y estrés felino gracias a su efecto ansiolítico y tranquilizante. • Ausencia de perros y olores caninos
Es importante disponer de espacios diferentes u horarios de los servicios distintos, y tratar de eliminar el máximo rastro de olor y presencia canina previa. Si no es posible, optaremos por mamparas que eliminen por lo menos el contacto visual. • Ausencia de ruidos estridentes
Deberíamos disponer de secadores ya sean de manguera, manos libres o de mano donde podamos regular tanto la potencia (ruido), como el caudal del aire. • Ausencia de luces frías e intensas
Se trata de intentar que las luces no le hagan sentirse tan al descubierto y vulnerable. Así que procuraremos una estancia con la iluminación mínima necesaria. • Mínima presencia de personal
Hay que reducir la presencia de las personas a las mínimas imprescindibles, para no hacerle sentirse amenazado. • Presencia del dueño
Si le aporta calma, puede resultar positiva la presencia y el contacto de su dueño. Yo recomiendo la colaboración del dueño en el primer servicio, ya que favorecerá su tranquilidad y confianza.
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Acciones en la peluquería
Preparar con antelación el material
Debemos tenerlo todo preparado para cuando nuestro cliente llegue. Es preferible que lo trasladen a la peluquería en un transportín, con una manta y preferentemente tapado, ya que le ayudará a estar más tranquilo durante el viaje.
Al iniciar el servicio
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Abriremos la puerta del transportín y le invitaremos a salir. Para ello se puede utilizar algún premio comestible que su dueño nos dé. Si no, abriremos la tapa del transportín y lo sacaremos sin movimientos bruscos pero con seguridad, una mano en la nuca y la otra en el pecho o sujetando las patas delanteras. Lo colocaremos en una mesa con superficie antideslizante y confortable, una toalla por ejemplo, que previamente hayamos rociado con feromonas.
Figura 3. Las patas, la parte posterior del cuerpo y el abdomen son las zonas con baja tolerancia a la manipulación.
Comenzaremos colocándolo en una mesa con superficie antideslizante y confortable, como una toalla previamente rociada con feromonas.
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Con nuestra voz más tranquilizadora, con caricias y/o premios comenzaremos la manipulación, iniciándose con el corte de uñas, el cepillado, etc. (figura 1).
Propietario presente
Cuando el gato reacciona con miedo o agresividad podemos optar por toallas o bozales de gato que faciliten el proceso.
En ese caso es cuando optaremos por la colaboración de su dueño, encargado de hablarle, distraerle con caricias o premios y sujetándolo en un momento dado cuando el animal no acepta nada bien nuestro contacto.
Figura 2. Un gato tenso pondrá las orejas hacia atrás y moverá con mucha rapidez la cola.
Ermolaev Alexander/shutterstock.com Conocer a los gatos
Deberíamos aprender el lenguaje corporal: antes de una respuesta agresiva el gato se pondrá tenso, echando las orejas hacia atrás y moviendo con mucha rapidez la cola (figura 2).
Debemos conocer las zonas de su cuerpo con baja tolerancia a la manipulación y no forzarla si observamos señales directas continuadas. Estas son: las patas, la parte posterior del cuerpo y el abdomen (figura 3).
Evitar el castigo
El castigo está siempre contraindicado; solo aumentará su ansiedad y miedo, y desencadenará con mucha probabilidad una respuesta defensiva y/o agresiva.
Solo en el caso de aún probando todos estos métodos sin éxito, habría que recurrir a la sedación, pero nunca por iniciativa propia. Y por supuesto, siempre derivando el servicio a un veterinario.
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