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DUELO prohibido?
from Especies 248
by Grupo Asís
La sociedad en la que vivimos sigue teniendo dificultades con la muerte. Se reconoce el éxito, la productividad, la ganancia, pero nadie quiere ver la pérdida. Y la muerte no es otra cosa que la pérdida de la presencia de un ser querido. Ayuda a tus clientes en duelo por su mascota.
Natalia Sagarra
especies@grupoasis. com
Montserrat Lacalle, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) define el duelo prohibido como “el que ocurre cuando la propia persona cree que su dolor no es pertinente, en un intento de racionalizarlo, o bien cuando su entorno no entiende ese sufrimiento porque, socialmente, no es lo que corresponde”.
Experimentar dolor
El duelo por una mascota puede traducirse en un duelo prohibido si el contexto social resta valor a la importancia del vínculo afectivo. Según Enric Soler, tutor del grado de Psicología de la UOC y experto en duelo de alta complejidad, “la pérdida de una mascota es un duelo de primera magnitud, pero las personas a las que no les gustan los animales, o no han tenido una mascota, no pueden imaginar el dolor que se siente al perderla”.
De hecho, hay numerosas investigaciones en las que se estudia cómo afecta esta pérdida. Concretamente, en la Universidad de Hawai (Estados Unidos), se determinó el porcentaje de personas que reportan síntomas significativos de duelo complicado y/o trastorno de estrés postraumático en respuesta tras la muerte de animales de compañía. El estudio sugiere que muchas
Olivier Le Moal/shutterstock.com Addrenn/shutterstock.com
personas experimentan un apego importante por sus mascotas y experimentan características significativas de reacciones de duelo (alrededor del 20 %) tras su muerte. Sin embargo, el porcentaje de personas que experimentan una alteración patológica importante por fortuna es relativamente bajo. El 30 % de los dueños sienten dolor seis meses o más, mientras que para un 12 % supone un suceso muy traumático en sus vidas.
Los más pequeños de la casa y las personas mayores que viven con la única compañía de su perro, son habitualmente las personas más vulnerables y afectadas por su pérdida. Hay que evitar dejarlos solos y estar atentos a su estado emocional.
Consecuencias del duelo no manifestado
• Trastornos de conducta • Dificultades para concentrarse • Cambios en los patrones alimentarios • Alteraciones del sueño • Fatiga y apatía • Negación de la pérdida • Sentimiento de culpa • Hostilidad patológica con aislamiento social • Ansiedad • Depresión
Qué podemos hacer
No hay una solución mágica, pero es importante transitar cada una de las etapas del duelo y reconocer las emociones en cada momento sin cuestionarlas.
Lo cierto es que influye mucho la manera en que se pierde a la mascota a la hora de llevar el duelo: eutanasia, accidente, en casa, de repente... Y por supuesto, afecta el vínculo creado con ella, de tal modo que puede suponer uno de los momentos más difíciles en la vida de una persona.
A pesar de los avances que se están haciendo en cuanto al estatus de los animales de compañía en la sociedad, todavía hay muchos que no son capaces de empatizar ni reconocer el impacto emocional y anímico que puede suponer para una persona que lo sufra.
Como profesionales del sector debemos procurar que quien pase por la pérdida de su animal de compañía pueda hablarlo libremente y sentirse escuchado y comprendido. En determinados casos podemos recomendar la realización de un acto conmemorativo para la mascota, en formato de carta, plantar un árbol, hacer una excursión a su lugar favorito, etc. Resulta positivo recordar también los buenos momentos vividos juntos.
No hay una guía para pasar el duelo, pero es necesario darse tiempo.
Fases del duelo
• Negación • Enfado • Culpa • Depresión • Aceptación
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