El Colorao no es rojo [Extracto]

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EL «COLORAO» NO ES ROJO Autora: Carmen Ravassa Lao 1ª Edición enero de 2016

© Textos: Carmen Ravassa Lao 2016 © Fotografías: La autora, salvo indicación expresa. © Editorial: Soldesol www.editorialsoldesol.com © Diseño de portada y maquetación: Sol Ravassa www.solravassa.es Impreso en España

DEPÓSITO LEGAL: AL 1695-2015 ISBN: 978-84-943873-5-7 Esta obra utiliza imágenes de dominio público con la mención oportuna. Si considera que se está vulnerando el derecho de alguna propiedad intelectual, agradezco que se pongan en contacto con esta editorial. No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros medios, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual. (Art. 270 y siguientes del Código Penal).


carmen ravassa lao

EDITORIAL SOLDESOL



A todas las personas que se sienten espa単olas y que aman la libertad.



Mi más sincero agradecimiento A Paqui Papis Ramón (Técnico Auxiliar de Archivo y Biblioteca) y María del Pilar Rodríguez Navarro (Ordenanza) del Archivo Municipal de Almería, donde he pasado muchas y largas horas bus­can­do y estudiando todos los documentos y que con tantísima gentileza y simpatía me han facilitado. Al sacerdote Francisco Escámez, del Archivo Catedralicio, por haberme atendido con tanta amabilidad, permitiéndome que buceara en las actas capitulares, en busca de la información deseada. A José del Pino Fernández, investigador par­ ticular, que muy cordialmente me hizo confi­ dencias de cuanto sabía sobre estos temas.



HOMENAJE A LOS MÁRTIRES FUSILADOS POR SU LUCHA POR LA LIBERTAD

24 de agosto de 1824 Juan Lux, (Teniente Coronel ) Antonio Guerrero y Gallardo, (civil) Bernardino Bustamante, (Oficial retirado) José Rojas, (civil) José Gandía, (civil) Cugnet de Montarlot, «Carlos Massoff», (General francés) Francisco Paules, (civil) Tomás Reis, (civil de Irlanda) Luis Rute, (Capitán de Voluntarios de Aragón) Ramón Manzano, (Sargento 1º de Milicias) Benigno Morales, (editor de El Zurriago) Carlos Hoyos y Mier, (Capitán del Regimiento de Málaga) Guillermo Huiti, (Oficial del Gobierno de Gibraltar) Miguel Giménez, (Sargento 2º de Infantería) Evaristo Fernández, (Teniente del Ejército) Ángel Garay, (Teniente) Nicolás González, (Capitán del Ejército) José López, (Cabo 1º del Ejército) Juan González, (Teniente del Ejército) Francisco González, (Teniente del Ejército) Jorge Navarrete, (Subteniente) Juan Pérez Balverde, (marinero civil)


28 de agosto de 1824 José Pascual, (paisano de Huécija) José María Belvis, (Teniente de Infantería) José Rodríguez, (marinero civil) Juan Bautista Peti o Pechu, (civil)

24 de sept iembre de 1824 José Bustamante, (Teniente Coronel de Caballería)

Ahorcados en Madrid el 25 de agosto de 1825 Pablo Iglesias González, (Registrador del Ayto. Constitucional de Madrid y Jefe de Milicias Naturales) Antonio Santos, (Teniente de Caballería)

Cast igados con carreras de baquetas por ser menores de edad Juan Francisco Navarrete, (civil) Francisco Rojas, (civil) José Rodríguez, (civil de Gibraltar) José Gaverino, (civil, hijo del cónsul inglés de Gibraltar)


En homenaje tambiĂŠn a aquellos otros que sufrieron la tortura, la cĂĄrcel o la muerte, bajo la t iranĂ­a del monarca absolut ista.



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PRÓLOGO Carmen Ravassa Lao ha recogido en este libro uno de los episodios más importantes para en­ tender la historia contemporánea de Almería. La necesidad de potenciar la historia local, de investigar en nuestros archivos municipales y provinciales, de inmiscuirse en los entresijos políticos, sociales y culturales de una de las épocas más agitadas e inestables resulta de vital importancia para la comprensión de la identidad almeriense. En ese sentido, cabe des­ tacar el trabajo de profunda indagación que la autora ha llevado a cabo y su presentación en una estructura que ofrece primero una breve biografía de los principales protagonistas para dar paso a la profundización del episodio en concreto de los Coloraos.


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Iniciarnos en el estudio concreto de un epi­ sodio de nuestra historia local contemporánea nos obliga a realizar una previa visión global de las circunstancias que inevitablemente llevaron a él. El calado de las ideas ilustradas durante el siglo xviii buscarán la fe en la razón y el progre­ so humano, y en esa línea se asentaron las ba­ ses de nuevas doctrinas políticas y económicas que detonarán las posteriores revoluciones. La ruptura con un Antiguo Régimen trasnochado y el absolutismo que lo representa es una cons­ tante en este periodo. Paralelamente, el triunfo de independencia de las colonias americanas o el estallido de la Revolución Francesa no ha­ cen más que dibujar un marco explícito de lo que sucederá en el primer tercio del siglo xix. La Constitución francesa de 1791 y el posterior éxito napoleónico dejaban clara la inminente expansión de las ideas revolucionarias por toda Europa. La estrategia, el posicionamiento y ocu­ pación de las tropas francesas estaba servida. Mientras tanto en España, se respira el desin­ terés monárquico, la deficiencia en la gestión, la desidia y delegación de responsabilidades reales. El movimiento liberal cada vez toma más fuerza hastiado de las negligencias bor­ bónicas. Durante el gobierno de Carlos IV la


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sombra de su hijo Fernando VII y de su valido Manuel Godoy tomarán tanta importancia que no harán sino fortalecer la escisión entre el li­ beralismo y el absolutismo. El detonante final será la ocupación francesa. El Tratado de Fon­ tainebleau encendió la llama que dinamitaría definitivamente la paciencia del pueblo espa­ ñol resquebrajando así la poca armonía interna que quedaba en nuestro país. La trágica Guerra de Independencia estaba servida y Andalucía iba a presentarse como escenario principal. A raíz de tan fatídico acontecimiento el posi­ cionamiento de los españoles quedará dividido, entre los partidarios de una monarquía anclada al Antiguo Régimen y otros que, deseosos de libertad y cambio buscan la redacción de una Constitución que recoja la división de poderes y la identidad fundamentada en los derechos y deberes de su pueblo. El reinado de Carlos IV se caracterizó por dejar patente que, el entusiasmo patriótico que latía con euforia en el corazón del pueblo, parecía estar ausente en el del monarca. Si bien las Cortes de Cádiz establecen con firme esperanza las bases de la convivencia en paz, la posterior derogación de la Constitución de 1812 por parte de Fernando VII evidenciará la traición del rey a una gran parte de su pueblo


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esta­ble­ciendo así la separación definitiva entre absolutistas y liberales. La ilegitimidad y la fuer­ za del movimiento subrepticio era ya inevitable. Figuras como Rafael Riego o Pablo Iglesias son esenciales para entender la historia contempo­ ránea de nuestro país, más aún la de Andalucía y Almería. De igual manera la actitud y la de­ terminación que Fernando VII adoptará hacia ellos tras el fracaso en nuestra ciudad retratará con exactitud su personalidad. Absolutistas y liberales comenzarán a vivir continuos enfrentamientos y persecuciones ci­ viles que mancharán de sangre y dolor las pá­ ginas de nuestra Historia. Como consecuencia, la clandestinidad, la pobreza, la injusticia y el miedo dejarán su sello de fatídica inestabilidad política a lo largo de todo el siglo xix y princi­ pios del xx. En la narrativa de este volumen encontra­ mos la recopilación de numerosos datos, refe­ rencias y biografías de interés para la amplia­ ción o consulta en posteriores trabajos, y sin embargo, no deja de recordarnos constante­ mente el vigor y la valentía con la que los már­ tires se rebelaron al absolutismo, abanderando Justicia y Libertad con la ausencia del miedo a la muerte o a la traición.


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La detallada y prudente aportación de Car­ men, nos ayudará a entender la sintonía y la complicidad de los personajes que protagoniza­ ron el trágico episodio hasta el punto de em­ patizar y comprender las virtudes y las miserias humanas. Emotiva búsqueda con ahínco de localizaciones y reseña eficiente a las trágicas muertes, ajusticiamientos y enterramientos. Hilvanando los distintos hechos documen­ tados la autora destaca con inteligencia las re­ ferencias a la Sociedad de los Caballeros Co­ muneros o a los Carbonarios. En este sentido resalta de este episodio histórico la necesidad del secretismo y el asociacionismo oculto de la vida pública para poder transmitir y alimentar la doctrina del movimiento liberal. Un referente más sin duda de todos aquellos hombres con­ vencidos de los ideales por los que lucharon hasta el punto de entregar su vida a ellos. La historia del desembarco de los Coloraos, al igual que otras tantas historias coetáneas (como la de la propia Mariana Pineda) está teñida de traición, nocturnidad y rencor. Desde los fusilamientos del 24 de agosto de 1824 hasta la declaración del general Montarlot este trabajo no deja más que introducirnos y sensibilizarnos en las luces y las sombras de la naturaleza humana.


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El episodio de Los mártires de la Libertad es de suma importancia histórica y, sin embargo, hubo un interés ex professo por su olvido du­ rante el siglo xx. La supervivencia del cenotafio o Pingurucho levantado en honor a las vícti­ mas nos hace darnos cuenta, una vez más, que debemos mirar con otros ojos y mayor agra­ decimiento nuestro patrimonio, nuestros mo­ numentos, e incluso, la fisonomía que dibuja nuestra ciudad según qué periodo histórico se estudie. Que personas como Carmen estén más que involucradas e ilusionadas con el conoci­ miento y la investigación de la historia de Al­ mería evita sin duda que se pierdan este tipo de episodios y, lo que es mucho más importante, evita que se olviden los motivos por los cuales muchos hombres se convirtieron en mártires, muchas ideas removieron conciencias y, a día de hoy muchos otros, casi sin darnos cuenta, hayamos heredado un Estado de Derecho que ha nacido de la lucha por los ideales de tantos siglos, que ha costado mucha sangre, guerra y dolor de nuestros antepasados. A día de hoy siguen existiendo constantes intereses, ocultos y no tanto, en olvidar deter­ minados pasajes de la historia. Rescatar del olvido, refrescar la investigación, divulgar el


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conocimiento es la obligación que tenemos como ciudadanos hacia nuestra historia local si no queremos morir en la pobreza moral y humana que arrastra la ignorancia y el olvido. Mi sempiterno agradecimiento a Carmen Ravassa, por conocer su trayectoria, su ilusión, su trabajo y, por supuesto de hacerme partícipe en este libro que tanto he disfrutado, de una ciudad que amo profundamente, de un perio­ do histórico con tal riqueza del que nunca dejo de aprender. David Lenguasco Ruiz Licenciado en Humanidades Director del Colegio Ave María de Albolote, (Granada).



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INTRODUCCIÓN Sobre los Coloraos, se ha escrito en distintas ocasiones y siempre visto desde el prisma polí­ tico del propio autor. Si era realista (seguidores del Rey) muy negativamente por considerar que atentaban contra la Monarquía y contra la Iglesia. Un franquista los acusaría de masones y sectarios. Sin embargo un republicano o liberal trataría el tema con una visión positiva sobre ellos.

Plaza Vieja 2015. Adagio Chroma.


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Pero pese a formar parte importante de la his­to­ria almeriense, no ha sido un tema estu­ diado en los colegios, por lo que en la actuali­ dad muchos ignoran lo que representa el «Pin­ gurucho» de la Plaza del Ayuntamiento o lo relacionan con la guerra civil de 1936. Estos hombres que fueron llamados los Coloraos, no iban contra el Rey ni contra la Iglesia, sino contra el absolutismo real, pretendiendo que Fernando VII acatara la Constitución de Cádiz de 1812, promulgada por las Cortes Ge­ nerales españolas mientras éste se encontraba cautivo en Francia por Napoleón Bonaparte. Ese fue el pecado cometido por estos héroes: que el pueblo volviera a gozar de una libertad constitucional, implantada doce años antes y que disfrutaron sólo dos al ser abolida por el propio Rey Fernando VII. Por ello pensé contar lo sucedido ciñéndome prácticamente a los documentos hallados en el Archivo Municipal, y así quizá ayudar a que la historia se ajustara lo más posible a los actos que en realidad sucedieron. También he tomado alguna información de otros libros escritos con anterioridad tanto de la parte realista como liberal, de cuyos párrafos nombro sus fuentes.


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Pero reconozco humildemente que esta in­ tención de ser lo más neutral posible, no me ha sido fácil llevarla a cabo, ya que conforme he ido estudiando los mencionados documentos, de los cuales aquí se aportan algunos de ellos, me he ido sintiendo unida a estas víctimas que lo dieron todo, incluso la vida, por liberar a su país de la esclavitud absolutista que había mantenido oprimidos a los españoles. No obstante, debo de decir que a pesar de esto, lo vertido en estas páginas es lo que he encontrado en mi búsqueda sobre la verdad. Sólo al final del libro me involucro en opinión y sentimiento.



Los antecedentes (1808-1823)



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FERNANDO VII Años de 1784 a 1814 El Escorial vio nacer a Fernando VII un 14 de octubre de 1784. Su padre, el rey Carlos IV, lo tomaría de los brazos de su mujer María Luisa de Parma sin sospechar las malas relaciones que mantendría éste con su hijo cuando creciera. La tensión padre e hijo se hizo evidente cuan­ do, siendo príncipe de Asturias, conspiró contra él formando su propio partido, el fernandista.

Retrato de Fernando VII. Francisco de Goya. (Museo del Prado)


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Aprovechó el descontento de la gente con la política que llevaba a cabo el valido Godoy para contar con el apoyo de las cortes y el pueblo. La cons­piración quedó al descubierto y fue llevado preso y condenado, pero en cuanto Fernando pidió perdón a su progenitor y el rey se lo con­ cedió, volvió a las andadas con el famoso Motín de Aranjuez, logrando arrebatar el poder al rey y a Godoy. Ya era el año 1808. Fernando había estado en contacto con Na­ poleón para que le ayudase a obtener el trono. Sin embargo ese mismo año que lo consiguió de 1808, el emperador francés tenía otros pla­ nes e invadió España. Envió a Fernando VII a conocer Bayona en calidad de preso y le obli­ gó a devolver la Corona a su destronado padre, con la única intención de presionarle después para que abdicara en favor del hermano de Na­ poleón, José Bonaparte. Joaquín Murat, cuñado de Napoleón y Co­ mandante del Ejército francés, entró en Madrid atacando a una ciudad completamente desar­ mada. Debido a esto, al cambio de regente y a la incertidumbre política que existía, el pueblo ya cansado decidió levantarse en armas. Quie­ nes lo hicieron fueron brutalmente reprimidos


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y fusilados. Estoy hablando de los tristemente famosos fusilamientos del 2 y el 3 de mayo. La abdicación que Fernando VII hiciera des­ de Bayona, fue a anulada por el Consejo de Castilla tres meses después de los fusilamien­ tos del 2 de Mayo, así que días más tarde, el rey volvía a reinar aunque desde la ausencia. El tiempo que el monarca permaneció re­ cluido en Francia, fueron los propios españoles quienes se encargaron de resistir a la ocupa­ ción francesa, lo que se conoce como Guerra de la Independencia. El Consejo que actuaba en lugar de Fernando VII, reunió las Cortes en Cádiz y declaró «único y legítimo Rey de la na­ ción española a don Fernando VII de Borbón», así como nula y sin efecto la cesión de la Coro­ na a favor de Napoleón.


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«Mientras en España se luchaba y se moría en nombre suyo, él estaba muy tranquilo y satisfecho reconociendo por soberano a Napoleón, y adulándolo del modo más bajo, vil y rastrero» —Gloriosa vida y desdichada muerte de Riego.

«El 2 de Mayo. Defensa del Parque de Artillería de Monteleón en Madrid». Joaquín Sorolla. Biblioteca Museo Víctor Balaguer.


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RAFAEL DEL RIEGO Años de 1784 a 1819 Nació dentro de una noble familia asturiana en octubre de 1785. Llegado el momento, se gra­ duó en Leyes en la Universidad de Oviedo y en Cánones por el Diocesano. Visto que ni el dere­ cho ni la iglesia eran lo suyo, la tercera carrera profesional era la Militar. Se trasladó a Madrid en 1807 y se alistó en la Guardia de Corps. Cuando los franceses invadieron España al año siguiente, el general francés Joaquín Murat le envió prisionero a El Escorial de donde logró escapar. Se fugó a Asturias, su tierra natal, pues su padre había sido nombrado miembro de la Junta Suprema de Asturias y allí se unió a los voluntarios de la resistencia contra Napoleón. Iniciada la Guerra de la Independencia —o Guerra de los Seis Años— en agosto de 1808 fue ascendido a ayudante de campo del general Acevedo. En Espinosa de los Monteros, Burgos, los españoles fueron derrotados tras dos días de batalla desigual. Con un ejército de diez mil sol­dados menos que los fran­ceses, cansados,


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sin apenas armas, con hambre y frío, fueron vencidos pero no se entregaron. El general cayó herido, sólo Rafael permaneció a su lado en sus últimos momentos mientras el resto de compañeros se daban a la fuga. El enemigo terminó con la agonía del general Acebedo, que yacía herido en el suelo y Rafael respondió a aquel acto del enemigo de forma tan enérgica que, impresionados, reconocieron su valor y no le hicieron correr la misma suerte que Acebedo. Fue deportado a Francia donde permaneció en prisión durante casi todo el pe­

«Rafael del Riego había descabalgado de su caballo, con el uniforme destrozado, negras de pólvora las manos, descubierta la cabeza y sostenía entre sus brazos al general Acebedo. Era el único que no lo había querido abandonar apelando a la fuga. A su lado, tratando de calmar sus dolores, llevando la cantimplora de agua a la boca febril, lo encontraron los franceses» —Gloriosa vida y desdichada muerte de Riego. Página siguiente retrato de Rafael del Riego. Autor desconocido.


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riodo de guerra. Allí conoció las teorías liberales más radicales y también conoció la realidad de su rey. Se volcó en aprender todo lo que estuvie­ ra a su alcance para importar ese conocimiento a su regreso a España y cuando le liberaron en­ tró en contacto con la masonería en Francia. Napoleón había sido derrotado en 1813 y de­ bido a los problemas que le surgían en otros puntos de Europa, concedió la paz a España. El imperio que éste había creado se desmo­ ronaba mientras Rafael viajaba por Alemania e Inglaterra, empapándose de teorías. En 1814 pudo volver a su España, el mismo año que



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ÍNDICE

Agradecimientos HOMENAJE A LOS MÁRTIRES FUSILADOS POR SU LUCHA POR LA LIBERTAD PRÓLOGO .........................................................................................

15

INTRODUCCIÓN........................................................................

23

los ANTECEDENTES (1808–1823) ......................

27

Fernando VII (1784-1814) ............................................................... Rafael del Riego (1784-1819) .........................................................

29 33

GUERRA DE LA INDEPENDENCIA (1808-1814) La Constitución de Cádiz de 1812 ............................................. Recuerdos de Napoleón sobre Fernando VII........................

37 41

EL REGRESO DEL REY CAUTIVO Y EL ABSOLUTISMO (1814-1820) Fernando VII (segunda parte 1814-1820) ............................... 45 Claudio Francisco Cugnet de Montarlot (1778-1820) ..................................................................................................................... 50 El Pronunciamiento de Riego (1820) ........................................ 52


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TRIENIO LIBERAL (1820–1823) La Constitución (Segunda Parte) ............................................... Pablo Manuel Iglesias González (1792-1822) ....................... Cugnet de Montarlot (segunda parte 1820-1823) .............

59 63 66

LA DÉCADA OMINOSA (1823-1833) Los Cien Mil Hijos de San Luis ..................................................... El final de Rafael del Riego (1823) ..............................................

69 76

LOS COLORAOS en almería (1824-1825) .........

81

La sociedad secreta «La Santa Hermandad» ....................... El ataque a Tarifa «el suceso de los Cigarreros» ................ La expedición de «los Coloraos» ............................................... El ataque a Almería ........................................................................... Rosa María Zamora Escribano .................................................... Iglesias y Santos arrestados en Cúllar-Baza .........................

83 89 90 92 98 103

FINAL DE LOS COLORAOS Fusilamiento del 24 de agosto de 1824 .................................. Declaración del General Montarlot ........................................... Testamento de Juan Bautista Pechú ....................................... Carta de Benigno Morales ............................................................. Últimos días de Pablo Iglesias ..................................................... Certificaciones Eclesiásticas ........................................................ Francisco Javier Joaquín Bustamante .................................... Cuatro presos condenados a baquetas ..................................

107 110 113 114 118 123 129 134

RECONOCIMIENTO A LOS COLORAOS (1837-1855) .............................................................................

139

CENOTAFIO Solicitud de un Cenotafio .......................................................... Colocación del Cenotafio .......................................................... Celebración del primer Aniversario ..................................... Solicitud de la Condecoración ....................................................

141 147 153 158


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Arreglos en el Cenotafio ................................................................ La epidemia de 1855 ........................................................................

167 169

MONUMENTO A LOS COLORAOS (1868-1930) Proyecto del monumento de Baldó ......................................... Colaboración popular ..................................................................... Colocación del nuevo mausoleo ............................................... Nuevo traslado del mausoleo a la Plaza Vieja .................... Las procesiones cívicas .................................................................. Desaparición del monumento durante 45 años (19431988) .....................................................................................................................

171 177 180 185 190

192

UN NUEVO MONUMENTO (1979-1988) Pasos para su colocación .............................................................. Reconstrucción del nuevo monumento ................................ Montaje definitivo del monumento (1988) ............................ Inauguración ....................................................................................... Mi búsqueda de los restos de los Mártires ............................

199 205 211 218 221

apéndice documental ............................................

229

Certificaciones Eclesiásticas ........................................................ 231 Manifiesto Circunstanciado de lo ocurrido en la ciudad de Almería tras la conspiración de los enemigos del Rey y del altar ..................................................................................................................... 243 Carta de Benigno Morales a su amigo Félix Mejías .......................................................................................................................... 247 BIBLIOGRAFÍa ..........................................................................

261







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