© Diseño de portada: Matu Santamaría www.matusantamaria.com © Diseño y maquetación: Sol Ravassa www.solravassa.es © textos: sus autores © ilustraciones: Antonio Lorente. (páginas 56, 96) Manuel Vidal. (páginas 14, 89) Matu Santamaría. (páginas 5, 66, 92 y portada) Octavio Martínez. (páginas 35 y 48) Raúl Moreno. (páginas 26, 73, 93 y 107) Imprime Grafo, Basauri-Bizkaia www.grafo.es Esta revista se publica con una edición limitada de 365 ejemplares numerados y 40 ejemplares no venales. Edición Limitada. Abril 2016 Depósito Legal: al 585-2016 ISBN: 978-84-945119-5-0 No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros medios, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual. (Art. 270 y siguientes del Código Penal).
Bienvenidos al Año Uno · la editorial está de fiesta · En marzo de 2015 apareció Soldesol con una idea clara; apostar por la LITERATURA INDEPENDIENTE DE CALIDAD, por los detalles en la edición y el buen diseño. Para este cumpleaños quiero aportar mi grano de arena al fondo cultural con una revista compuesta por una difícil selección de escritores. Y remarco «difícil» porque me siento orgullosa de pertenecer a una tierra con una cantera de grandes artistas y escritores como es Almería. AÑO UNO es una edición limitada y numerada formada por 12 historias; 4 autores de la editorial, 8 autores invitados y 4 ilustradores, todos ellos vinculados a la provincia. ¿Y POR QUÉ PULP? Fueron muy famosas en los eeuu entre los años 30 y 50, con temáticas diversas: acción, misterio, terror, ciencia ficción, policíacas... Famosos autores iniciaron su carrera en estas publicaciones, como el caso de Isaac Asimov o Lovecraft por citar un par de ellos. En España se extendió de la mano del Western —un género muy afín a Almería— con las famosas novelas de Marcial Lafuente Estefanía. Creo que todos guardamos una romántica nostalgia de todo lo que beba de lo vintage y su variedad de temas la hacen adaptable a un amplio abanico de autores. MI AGRADECIMIENTO a la familia, que ha apoyado de todas las maneras posibles esta aventura. A los autores que me confiaron su obra sin apenas conocerme y los cuales hoy son parte de esta casa, y especialmente a los colaboradores de Año Uno, que se mostraron tan entusiasmados como yo con el proyecto y cuya excelente predisposición me ha facilitado tanto la edición. A todos ellos, gracias por hacer de esto un camino de rosas. NOS VEMOS EN EL AÑO DOS. Sol Ravassa
Editora
ABRIL 2015-2016
Las nueve publicaciones al cierre de esta edición
Me querrás en once semanas. Por Fran Cazorla.
[abril]
Una novela romántica juvenil, en la que un chico misterioso intenta conquistar a su amada en 11 semanas.
Seré tus ojos. Por Álvaro J. Vizcaíno.
[julio]
en ohanes, una familia se ve envuelta en un trágico asesinato que desencadena trágicos acontecimientos. Una historia de venganza, superación y fe.
Acción Evasiva. Por David Reche Espada.
[Septiembre]
Recopilación de relatos cortos con un tema de fondo: la huida ante las situaciones que no queremos afrontar, sus consecuencias y sorpresas.
En la otra orilla del Támesis. Por Sarah Thomas.
[Octubre]
Novela de tintes policíacos en torno al robo de un cuadro y varios implicados. Misterio y amor a través de un recorrido por el Londres actual.
La fábrica de disparates disparatados. Por Mª del Mar Saldaña.
[Diciembre]
Poemario infantil ilustrado.
El «Colorao» no es rojo.
Por Carmen Ravassa.
[Febrero]
Un ensayo sobre el grupo de liberales que llegaron a Almería para devolver la Constitución de 1812 a españa.
Los amores que te debo. Por Fran Cazorla.
[Febrero]
Edición digital de una serie de relatos con tintes eróticos y un hilo conductor: desentrañar las historias reales de los amores del protagonista.
Macarrones con tomate.
Por Araceli Sobrino.
[Marzo]
una Comedia sobre cinco amigas en busca de un «tesoro». una obra dedicada a la amistad y la fuerza de la mujeres cuando se unen para lograr un propósito.
Zona Zero. Por Mikel Murillo.
[Abril]
La zona de los Pedroches se ha declarado en cuarentena. Un virus afecta extrañamente a sus habitantes. nadie puede salir de la Zona Zero, pero no todos estaban infectados...
www.editorialsoldesol.com Workspace. Plaza de la Administración Vieja 1, 1ª izq. 04003 Almería
Contenido el betunero 5 Urgencia Z 14 Bloqueo Creativo 22 ladrones de ganado 26 El extraordinario caso de oliver thomas 35 Hurón, Guerrero Silencioso 50 la partida 56 extreme fighters iv «el algarrobico» 65 Princesas en Babia 76 FÉRRICA VIGÍA 89 La garra 93 UN RUIDO EN LA OSCURIDAD DE LA NOCHE 96
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Había finalizado la guerra pocos meses atrás y, como suele ocurrir en esos casos, había sido vencida la dicha y se proclamaba vencedora el hambre.
el betunero k por Álvaro J. Vizcaíno portada de Matu Santamaría
f de noviembre y el frío azotaba a la ciudad con todos sus látigos cuando, el protagonista de nuestra historia salía, como todos los días, a trabajar en la fábrica donde permanecía sin descanso desde que amanecía hasta después de caer el sol, por cuatro perras gordas con las que alimentar a su mujer y a su hijo. Aquella noche, al volver a casa, su mujer le alarmó. El pequeño, de cuatro años, había tenido fiebre durante todo el día. Tras escuchar atentamente a su afligida esposa, se acercó corriendo hasta él. Estaba en el rincón de la diminuta habitación donde debía dormir, acurrucado y temblando de frío. ra un mes
—¿Lo ha visto el médico? —preguntó. —No he podido —se quejó ella, que estaba descompuesta—. Estoy todo el día sola y con este terrible frío... —Avisaré a uno —dijo, justo antes de salir corriendo. Ver a su hijo del alma, tiritando, le descompuso. Cabizbajo, caminaba todo lo rápido que podía en la oscuridad de la noche dejando atrás, a cada paso, el vaho que desprendía al respirar. No tardó en volver. Abrió la puerta, no sin dificultad, alumbrado por un farol que aportaba la tenue luz que le sirviera para introducir la llave en la cerradura. La casa no tenía más de treinta metros cuadrados. Se accedía a la misma por
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la sala de estar. A la izquierda un diminuto cuarto de baño y a continuación la cocina, también, como el anterior, de dimensiones más pensadas para los roedores que la habitaban que para las personas. El pequeño solía dormir con ellos. Atravesaron la sala de estar los dos hombres, sin mediar palabra, mientras el doctor examinaba todos los muebles que contenía; en concreto una mesa y cuatro sillas. También colgaba de la pared un cuadro con un paisaje de unos árboles en tonalidades grises y azules. Era tan triste como el salón, pensó el doctor, quizá serían así todos los cuadros de las casas pobres para mostrarles una realidad que podían permitirse y no avivar, con realidades imposibles, las esperanzas remotas de las almas más inquietas. Solo dos pasos más y llegaron a la habitación. La señora se levantó y, con lágrimas en los ojos, dio paso al doctor denotando en su mirar que dejaba su vida en sus manos. Desde la puerta, ella y su marido, observaron en silencio mientras el pulquérrimo doctor examinaba al niño. Cuando finalizó la exploración les dio su parecer. —Pero doctor —protestó él—. Nosotros somos pobres... —Es todo lo que puedo decir —respondió—. Por esta vez no les cobraré la visita pero les ruego que no me molesten más, no puedo hacer otra cosa... lo siento. No pierdan las esperanzas, si es suficientemente fuerte lo superará.
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Cuando se quedaron a solas se abrazaron y rompieron a llorar. No se podían permitir la calefacción, ni las medicinas y la comida casi ni les llegaba para los tres. —Conseguiré más dinero —aseguró él, abrazando a su amada esposa—. Te lo prometo. Al día siguiente llegó a la fábrica media hora antes de tiempo. Había pasado la noche en vela, con un ojo puesto en su hijo y el otro zozobrando por los nervios de tener que dirigirse a su inhumano jefe. —Señor, le prometo que se lo devolveré —le suplicó tras la primera negativa—. Puedo echar más horas... solo necesito un pequeño adelanto para pagar las medicinas y algo de tiempo para devolvérselo. —Su jefe lo miró y soltó una carcajada. —¿Más horas? ¿Te has visto? ¡Pero si casi puedo ver a través de tu cuerpo! ¡Lárgate de aquí antes de que me arrepienta y te eche a patadas! —le gritó—. ¡La calle está llena de jóvenes más fuertes y dispuestos que tú y que no me dan problemas ni quebraderos de cabeza! No pudo volver a su casa hasta la noche. No había comido nada desde el desayuno para llevarle a su hijo la ración que le correspondía en la fábrica. Un potaje que machacaron con un tenedor para poder dárselo pero que no pudieron calentar y consecuentemente estaba tan frío como aquellas paredes llenas de desconchones por las humedades.
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Urgencia Z k por Bruno Nievas portada de Manuel Vidal
2 de junio de 2013 2:40 horas Servicio de Urgencias del Hospital Clínico. Madrid_
—¡Cojan una vía! ¡Y pásenle suero a chorro! Cuando sintió el pinchazo en la flexura del codo, Antoni Rosell intentó abrir los ojos sin lograrlo, apenas sentía fuerzas. La luz le molestaba, el ruido le incomodaba, todo le importunaba. Quizás por eso estaba tumbado sobre una de esas camillas que tanto odiaba y en las que tantas veces había atendido a pacientes en esos mismos pasillos infestados de azulejos blancos, barandas naranjas y ese olor a enfermedad y desolación que jamás se desprendía de las paredes. Solo que en ese momento el doliente, al parecer, era él. —¡Monitorícenle! ¡Ahora mismo! Sintió cómo le manipulaban y cuando escuchó los pitidos, rítmicos y agudos, él mismo fue consciente de que su frecuencia cardíaca iba de-
masiado rápida. Pensó si habría perdido sangre, eso explicaría la orden de que le pasaran suero salino a toda velocidad, «a chorro», que era como lo decían ellos cuando querían pasar líquidos a toda prisa. Debía de estar sufriendo un shock hemorrágico, por pérdida de sangre. Pero, ¿por qué? ¿Qué era lo que había sucedido? —Está en coma... —escuchó, a lo lejos— ¿Qué hacemos? Trató de luchar contra la negrura pero esta era cálida, húmeda, acogedora. Al menos ahí no había dolor, se dijo, dejando que los párpados se cerraran del todo. Recordó imágenes, luces, retazos. Estaba de guardia, rememoró, una más de las muchas que se veía obligado a hacer para pagar el colegio de sus hijos, uno bilingüe en el Soto de la Moraleja. Exclusivo, selecto, donde estudiaban los hijos de los empresarios más ricos de Madrid. Y caro hasta rozar lo absurdo, por lo que tenía que hacer infinitas guardias que intercalaba con la práctica priva-
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Bloqueo Creativo
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ladrones de ganado k por Carmen Ravassa Lao portada de Raúl Moreno
1 EL CABALLO había apre-
tado el paso unas pocas millas atrás, galopando cada vez más rápido bajo los últimos rayos solares que se perdían en el horizonte. Daba la sensación de que había olido ya la cercanía del grupo de casas y algunos ranchos que conformaban la ciudad de Tombstone. El jinete apenas si podía mantenerse en la silla, iba dando saltos al ritmo del galope, parecía que se iba a caer de un momento a otro. La fiebre seguía subiendo conforme bajaba el sol, a lo lejos se divisaba la línea desigual que perfilaba las casas, destacando entre ellas la torre de la capilla mormona que se encontraba al final de la única calle de la ciudad. Sentado en una silla con la espalda apoyada en la pared y una ramilla masticada entre los resecos labios, se encontraba Chuck, el dueño del almacén situado al comienzo de la calle, sus pequeños ojos semientornados escudriñaban el horizonte bajo
el ala del sombrero, mirando cómo se acercaba un jinete con un extraño cabalgar. El caballo se paró sin indicación alguna, relinchando delante del hombre que de un salto se levantó en auxilio del forastero que se iba resbalando de la silla, y antes de que cayera lo desmontó. El Saloon estaba cercano, por la puerta salía bastante ruido ocasionado por las risas, las discusiones, y la música de un antiguo piano tocado por el viejo Pete. Pero ante el desesperado relincho, todo quedó en silencio y los más cercanos a la salida se asomaron enseguida, al ver a Chuck cargando con un hombre se acercaron a ayudarle y entre dos más, lo llevaron hasta la casa del matasanos que se encontraba a la izquierda. Por debajo de la manga de la camisa, sudada y llena de polvo, se veía el caminillo que había ido formando un hilo de sangre que bajaba desde el hombro donde se apreciaba una gran mancha ya medio reseca, debía
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Una idea original de Óscar Fábrega y Octavio Martínez
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El extraordinario caso de
oliver thomas k por Óscar Fábrega portada de Octavio Martínez
25 de diciembre de 1909 BRECON (PAÍS DE GALES)
Hacía tiempo que no nevaba de aquella manera en el condado de Brecknockshire. Dos días sin parar, lo suficiente como para que el camino que conducía desde la pequeña localidad de Brecon hasta la granja de los Thomas, a unas escasas 6 millas, en la orilla del río Usk, estuviese prácticamente impracticable. Un día de navidad de estampa, pero bastante inoportuno para andar trabajando. Los agentes Adam Smith y Carl Lafayette, que habían pasado toda la noche de guardia en la comisaría local, fueron informados a primera hora de la mañana por el practicante del pueblo, John W. Loft, de la extraña desaparición de Oliver Thomas, el
hijo menor de Owen Thomas, de tan sólo once años de edad, durante la cena de Nochebuena. En un primer momento no le prestaron demasiada atención. Seguro que el joven se había extraviado y pronto aparecería. La historia resultaba tan extravagante como increíble. Además, sabían que no le podían hacer demasiado caso al bueno de Loft, tan aficionado a beber como a contar mentiras. Pero aun así decidieron desplazarse hasta la granja para ver qué había sucedido exactamente. Nada más llegar se encontraron con una escena desoladora y terrible. Marie Thomas, la madre del joven Oliver, lloraba desconsolada junto a sus otros dos hijos, Paul, de doce años, y Patrick, de catorce. El padre, Owen, deambulaba pensativo por el
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Hur贸n Guerrero Silencioso
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la partida k por David Reche portada de Antonio Lorente
1♥
Jugadores A Sus Mesas
♦♥♣ Reconozco que no necesito hacer grandes esfuerzos para ser el típico capullo que tanto atrae a algunas mujeres. No pretendo hacer categoría de mi anécdota, pero tampoco creo que unos pocos siglos de evolución social, y menos décadas de lucha por la igualdad, hayan podido borrar así porque así milenios de evolución para la supervivencia de la especie, aunque nos hayamos salido ya de esa carrera evolutiva. Disquisiciones aparte, les contaré que soy uno de esos afortunados, y no presumo de ello puesto que no
es mérito mío sino de mis padres al concebirme, que tiene ese físico como de hombre de las cavernas, rudo y primigenio, de cuello poderoso, nariz tosca, cabellera poblada, ojos claros como excepción delicada y labios gruesos, casi equinos, que tanto puede nublar el entendimiento de las mujeres que aún tienen grabada en sus genes la rendición a un macho alfa, por muy tóxico que pueda ser para ellas. De todas formas, y no se piensen que soy muy fan de los libros de autoayuda, el físico no sirve de nada si no se tiene la actitud para triunfar con el sexo contrario. A este respecto, no he de dar las gracias a mis padres, sino que he de sentirme orgulloso de
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extreme fighters iv «el algarrobico» La Lucha por la Corona Andaluza k por Miguel Ángel Páez portada de Matu Santamaría
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En estos días de verano de dos mil dieciseis hemos recibido la gran exclusiva de que el primer y explosivo acto público del nuevo presidente nacional del Partido Popular, el Excelentísimo Señor Don Bertín Osborne, tendrá lugar aquí en la provincia, en Carboneras. Será el verano que viene, concretamente el veintidos de julio del dos mil diecisiete. Perdamos la cara de pasmados por unos momentos, y observemos cómo se ha gestado esta inaudita noticia. Así ha ocurrido; Medios nacionales como El País, El Mundo, y cadenas de televisión publicaron sobre la prevista demolición del Hotel Algarrobico en Carboneras el invierno pasado. Aquellas columnas informativas dejaban entrever un cierto no se qué victorioso, ganador, imperial. Esto añadió leña a los ánimos de los carboneros locales, indignados
tras humillantes años de juzgados y de alta política barriobajera madrileña y sevillana. En puridad, los editoriales no dudaron en tomar partido. En escupir hurras por el medio ambiente y por el oso polar, brindar por la foca monje, celebrar la buena estrella del niño paquistaní que trabaja para Zara e incluso de la mosca arborícola de la banana. Hoy podríamos decir que mucho ha llovido desde entonces, pero eso en Almería simplemente no pasa. En este luminoso pueblo pesquero, el ambiente se puede cortar como mantequilla. La tradicional división española, esa del Norte-Sur, del señorito-empleado, del de derechas católico y el de izquierdas progre, se ha tropezado casual pero felizmente con un hecho concreto aquí, un debate físico, real, una razón para existir y volver a sacarse la piel a tiras. En breve el sol achicharrará lo que quede.
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Princesas en Babia
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FÉRRICA VIGÍA k por Matías Fernández Salmerón portada de Manuel Vidal
8 Impresionaba sentirse observado por aquella silueta esbelta, férrica vigía ajena totalmente a las inclemencias del tiempo, y de los tiempos. El altivo ojo en el cielo controlaba todo cuanto ocurría a su alrededor, con la fría serenidad de lo inanimado y con la dulce curiosidad de una amante que ve cómo su amor se acerca a sus pies y penetra lentamente en ella hasta explotar en la cúspide de su vulva. Y yo me sentía como uno más de sus incontables amantes, rendido a su majestuosidad de diosa, a su figura estilizada y altiva, sensual y serena. Un intenso contraste entre el frío de mi piel y el calor de mi alma avivó la tormenta que suele traer consigo recuerdos de un pasado que quieres dejar de recordar, dejar de sufrir. La soledad es tan mala compañera de viaje... Duermes junto a ella. Te
despiertas con ella. Engulles con ella tres comidas; a veces, solo dos. O una. Un amargo café que te empuja a enfrentar el nuevo día a sabiendas que la soledad seguirá aguardándote cuando vuelvas a tu casa, que no tu hogar. Y noche tras noche, con la única compañía de la soledad, van acunándose a tu lado instintos de suicida sentimental. Despiertas, consciente de que apenas ha pasado un segundo, en medio de la marabunta que pulula bajo la retina metálica que todo lo ve. Una mano aprieta la tuya. Una mano que ha caminado junto a ti hasta ese mágico espacio, tantas veces soñado. La misma mano que apretaba la tuya mientras los pies se elevaban del suelo por primera vez en tu vida y echabas a volar más allá de lo inimaginado. La misma mano que te arrebató de
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La garra
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UN RUIDO EN LA OSCURIDAD DE LA NOCHE k por Sarah Thomas portada de Antonio Lorente
z Un policía de uniforme entró
en el café haciendo sonar la campanilla de la puerta. Eran las diez y treinta y siete minutos de la noche. Recorrió con la mirada el lugar y vio a tres personas: una camarera de uniforme rosa con mandil blanco y gorrito a juego; el cocinero que asomaba muy de tarde en tarde por la ventanilla de la cocina con un plato de huevos fritos, patatas y beicon; y al fondo, como cada jueves, un hombre corpulento, bajo, de rasgos mejicanos, con sombrero y gabardina marrones, ese era el detective Manny Martin, que no consideraba importante quitarse el abrigo nunca, ni siquiera a la hora de cenar. La única forma de poder diferenciar si estaba de servicio o no era el cuello de la gabardina, que
å el detective solía levantar cuando comenzaba su jornada laboral. En ese preciso instante, las diez y cuarenta y dos minutos, las solapas de su abrigo se encontraban bajadas. El joven policía tragó saliva y se encaminó hacia el único cliente del establecimiento sentado en la mesa junto al ventanal. El recién licenciado cadete Robert se cuadró como pudo y contuvo la respiración, era la primera vez que interrumpía la cena de un superior. Sus compañeros lo habían enviado pensando que era una buena novatada para un primer día de trabajo, y bien se encargaron de mencionar varias veces el genio imposible del detective, así pues, mientras se acercaba hacia su mesa, tropezó un par de veces contra sus pies y contra la pata de una silla. La camarera, que
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colaboradores alejandro ortega [Páginas 22-25]
Miembro de la Asociación de cómic «La Duna». Colaborador en varias publicaciones. Autor de «Federo», «Señor Roca»...
Álvaro j. Vizcaíno [Páginas 6-13]
Autor de «Seré tus ojos» y otros relatos cortos.
antonio lorente [páginas 56, 96]
Ilustrador editorial y un extenso currículum de exposiciones por todo el mundo. Autor de la «Princesa aburrida».
bruno nievas
[Páginas 15-21]
Autor de varias novelas como «Holocausto Manhattan», «Lo que el hielo atrapa», o «realidad aumentanda» entre otros.
Carmen Ravassa [Páginas 27-34]
Autora de «Historia de una larga construcción: Teatro Cervantes de Almería» y «El ‘Colorao’ no es rojo».
David Reche
[Páginas 57-65]
Autor de «Relatos improbables de la ciudad antropomorfa», «Heroico catálogo de hazañas y estados de ánimo» y «Acción Evasiva».
francisco j. sánchez [Páginas 94 y 95]
Miembro de la Asociación de cómic «La Duna». Colaborador en «La Voz de Almería» o «Mes Terrassa» entre otros.
juan manuel beltrán [Páginas 50-55]
Miembro de la Asociación de cómic La Duna. Autor de «Capitán Perrillo» y «El profesor Épsilon» entre otros.
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manuel vidal [Páginas 14 y 89] Miembro de la Asociación de cómic «La Duna». Dibujante e ilustrador editorial. Autor de «El Viaje de Edgar» entre otros.
matías fernández [Páginas 90-92] Autor de «La luz de la memoria», «El rincón de los sueños» y «Fronteras de arena».
Matu Santamaría [Páginas 5, 66, 92 y portada] Ilustrador y diseñador gráfico. Prolífica producción de estilo pop roto. Colaboraciones en revistas especializadas.
miguel ángel páez [Páginas 67-75] Autor de «Gorgaroth» y otros relatos cortos.
raúl moreno [Páginas 26, 73, 93 y 107] Ilustrador y diseñador gráfico. Miembro de la Asociación de cómic «La Duna». Autor en «Cimmeria», «R.I.P. Culebra», «TBO4Japan»...
santiago girón [Página 76-88]
Prolífico guionista, dibujante y escritor. Miembro de la Asociación de cómic «La Duna». Autor de «La oveja samurai», su más reciente publicación.
Sarah Thomas [Página 97-103]
Poetisa y escritora. Autora de «En la otra orilla del Támesis» y «Steinway».
Octavio martínez [Páginas 35 y 48]
Genio polifacético, ilustrador y Tatuador.
Óscar fábrega [Página 36-49]
Autor de «Prohibido excavar en este pueblo» y varias publicaciones en «Ojo crítico» y «Más Allá».
AÑO UNO 1ª Aniversario de la editorial Soldesol AUTORES
Alejandro Ortega Álvaro J. Vizcaíno Bruno Nievas Carmen Ravassa David Reche Francisco J. Sánchez Juanma Beltrán Matías Fernández Miguel Ángel y Jade Páez Óscar Fábrega Santiago Girón Sarah Thomas ILUSTRADORES
Antonio Lorente Manu Vidal Matu Santamaría Octavio Martínez Raúl Moreno WWW.EDITORIALSOLDESOL.COM