Alicia Benitez
ESCRITOS RESCATADOS DE UNA PEQUEÑA AGENDA Subpoesía
Alicia Benitez
ESCRITOS RESCATADOS DE UNA PEQUEÑA AGENDA
Subpoesía
ESCRITOS RESCATADOS DE UNA PEQUEÑA AGENDA Alicia Benitez Transcripción y notas: Gaby Mena Fotografías de tapa e interiores: Aldana Antoni Edición: León Pereyra Buenos Aires, 2015 www.subpoesia.com.ar editorialsubpoesia@gmail.com
INTRODUCCIÓN
Durante la curaduría de los originales de la autora, fueron hallados los restos de una antigua agenda. Se trata de sólo las primeras 6 páginas, que abarcan desde el jueves 1° de enero al jueves 4 de marzo de 1976. Los textos están escritos en birome azul, con letra cursiva apretada y fueron transcriptos textualmente. A nuestro juicio, las palabras alcanzan su dimensión definitiva y toman entidad propia a partir de las fechas al pie de los fragmentos, que a manera de reseña, se abren en múltiples significados.
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1* HABRÁ UN INSTANTE EN EL OTOÑO
Habrá un instante en el otoño una tarde / que te recuerde igual / en su duro resplandor. / O quizás por una hoja / o un pájaro / sobre los altos árboles húmedos / vuelvas a estar conmigo, por hábito lúcido / de la memoria / o ausencia del olvido, todavía.
* Escrito en el inicio de la agenda, previo al jueves 1 de enero de 1976.
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2* Este sol se mete en las gargantas de los pájaros, para los estragos del estío, del vino, de la charla, del amigo que entiende con nosotros y más allá de nosotros; los jardines del bosque que amo y la vertiginosidad de una hoja. Me enloquecen del modo en que quiero. Yo busco desde el comienzo de los siglos una hoja para eternizarla.
* Escrito en la hoja correspondiente al viernes 2 hasta domingo 4 de enero 1976.
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3* Si cada uno de nosotros fuera el total del mundo, si en un ojo pudiesen estar todos los ojos. Si cuando yo te veo, todos viesen también tus infinitas caras que empiezo a descubrir, que comienzan a fluctuar en jugos de flores suaves, y los colores que en el cielo encontramos y si pudiésemos pintar el cielo de noche y si todo, claro, lo fundamental es al menos intentar, bucear en los túneles frescos, oscuros, reticentes, todo, el destino, lo que podamos ser, lo que está en los sentidos ocultos y conocidos.
* Escrito en las hojas correspondientes desde el lunes 5 hasta domingo 11 de enero 1976.
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4* Hay que hacerle acordar a Stella que tome la pastilla a las ocho y media, hay que hacerle acordar que la pastilla no la tome a ella. ¿Por qué? Las pastillas querrán tomar a sus tomadoras. ¿Por qué tenemos que hacerle acordar que la pastilla que tiene que tomar Stella no debe tomarla a ella? ¿Cuál es el secreto fin de las mismas? ¿Contendrán esos tubos reseñas indescifrables que puedan devorarnos o será que el tubo manda a las pastillas? Hay que hacer acordar a Stella que tome la pastilla. FLORESTA. — Hay que hacerle acordar a Juan que las flores se olvidan de que tienen raíces, cada día más a menudo. JUAN. — Tus advertencias no me advierten a la nada, todo debe ser así por muchas razones. EL PEQUEÑO CIRUELO. — ¿Por qué le decís a Juan lo que me tenés que decir a mí? JUAN. — Es inútil, jamás sabrá acomodarse a los 10
tiempos en que le toca vivir. EL PEQUEÑO CIRUELO. — No es cierto, nada de lo que jamás dicen, siempre dicen es cierto. FLORESTA. — Es que mi amor por los literatos me hace ver lo que digo. EL PEQUEÑO CIRUELO. — No es verdad, nada es verdad y no sé por qué hablo con los muertos. JUAN. — Oh! hablar con los muertos, jamás me gustaron esas ñañas espiritistas. FLORESTA. — A mí tampoco, mi madre siempre dijo que eso no era cierto, no, ¡no! ¿Cómo podría serlo? EL PEQUEÑO CIRUELO. — Sólo el desierto me acercará a la gente que no tiene forma y que, sin embargo, no están muertos, ¡por Dios! Claro que no están muertos. FLORESTA. — ¿De qué habla? Creo que adquiere distintas tonalidades, yo no me animo a tocarlo siquiera. JUAN. — No le hagas caso, nunca supo lo que dijo. Desde que llegó acá no hace otra cosa que molestarnos. FLORESTA. — Me voy a ir a dormir, siempre es lo mejor en estos casos. JUAN. — Tomá un Equanil, ayuda a no soñar. EL PEQUEÑO CIRUELO. — Es el desierto lleno de imágenes que me busca, adiós a los muertos, por fin, 11
llegó la hora de emigrar. FLORESTA (A JUAN). — Por fin se fue, era muy molesto, buenas noches. JUAN. — El Equanil, no lo olvides. FLORESTA. — No.
* Escrito en las hojas correspondientes desde el lunes 12 hasta el domingo 15 de enero 1976.
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5* A las siete de la tarde habrán huído todos los pájaros que paseaban en el sol. A las siete de la tarde vienen los pájaros que se endiosan con la noche, son los pájaros que reptan en las lagunas, que surgen de los pozos ciegos, ciegos de miedo y mensajes que sólo algunos descifran, para volverse locos repentinamente, y comprender todo y no comprender nada, vienen los pájaros, hay que prepararse, algunos son tan voraces que invaden la mente.
* Escrito en las hojas correspondientes desde el lunes 16 hasta el domingo 22 de enero 1976.
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Subpoesía
Este pliego se terminó de armar e imprimir en Taller Ambulante Subpoesía en el año 2015