IOSHUA Yo no soy un héroe Editorial Subpoesía
Yo no soy un héroe Ioshua www.pijabirrafaso.blogspot.com Foto de tapa: Joao Moojen Editorial Subpoesía Buenos Aires, Junio 2013 editorialsubpoesia@gmail.com
Partido al medio en el medio de la noche.
Tu casa es apenas el hueco donde crees tener una familia. Tu cuerpo es apenas el hueco donde crees tener una vida. Este trago aún no será suficiente para olvidar. Mierda, el mundo se incendia y todo se derrumba adentro nuestro. Las cosas sólo empeoran y esta enfermedad ya nos está pudriendo los huesos. No, aún este trago no será suficiente para olvidar. Jodimos el sueño, ¿verdad?. Sí, vaya que verdaderamente lo jodimos. ¿Quedó algo bueno de lo que dañamos? No mucho… realmente nada, sabes. Entiendo, sírveme un trago más, por favor que me muero de hambre.
Y este furioso morir de hambre sólo me aviva el odio de hacerme un banquete. Sí.Claro que sí. Condenado furor. Maldito morir de hambre. Así que sí, sí me haría un buen banquete… Arrancando de cuajo y poniendo en una puta bandeja todos esos dedos que señalan todas esas lenguas que murmuran todos esos ojos que husmean todos esos corazones que juzgan todas esas manos que lastiman… Me haría un maldito banquete servido en una puta bandeja. Que ya estoy furioso de morirme de hambre. Y ver como tantos otros mueren de hambre. Y que aún este trago nunca es suficiente. En las calles. Entre la mugre.
Madres famélicas cargando sus crios esqueléticos. Dopados para no molesta cuando piden monedas durante horas. Envueltos en trapos sucios. Viejos enfermos y derrotados que apenas pueden caminar para juntar basura. Y dormir en algún rincón cuando llueve. Cagando en las calles hasta morir de frío. Mujeres agotadas por la frustración y los golpes de sus maridos. Cansadas del trabajo y la postergación y el silencio. Rendidas llorando a escondidas cuando vuelven a sus casas. Niños y niñas corriendo sucios por las noches.Evadiéndose de todo robando tonterías.Pidiendo huyendo por la madrugada. Solos. Pibes sin motivación ni ganas de soñar el futuro. Enloquecidos por los latigazos de
la demencia y el sinsentido. Golpeados hasta quebrarse por las órdenes de este maldito mierdero: Compra, vende, adelgaza, ve al gimnasio, se exitoso, compra más ropa, no tengas personalidad, compra más electrodomésticos, compra más relojes, compra, golpea a tu mujer, emborráchate sólo para olvidar que eres un infeliz obrero, no escuches a tus hijos, gasta tu pequeño sueldo en créditos y putas, jubílate, enférmate y muere de una maldita buena vez.
Chicas entregadas a cualquier promesa de ser “una mujer” buscando noviecitos que les prometen amor eterno y ya luego empiezan los golpes y la humillación y las violaciones cargando sus embarazos entre miserias y locura. Solas en la noche ofreciéndose a cualquier tipo por unos billetes. Limpiando la mierda de otros por un poco
de dignidad. Vaciadas emocionalmente por la degradación. Castigadas con la obligación de ser bonitas. Olvidadas de todo. Aguantando golpes y llorando en silencio tener que seguir adelante por sus hijos. Mientras los gusanos engordan comiéndote el alma traficando el cinismo de lo que podes pagar con tu sueldo. Mierda, el mundo se incendia y todo se derrumba adentro nuestro. ¿Cómo pudimos joderla tanto? No nos queda nada, lo sé. Y yo también perdido por la desesperación. A veces apenas puedo sostener con firmeza mi botella. Ni yo ni nadie quiere saber de estas cosas. Pero es lo que me tiene partido al medio en el medio de la noche.
El Silencio.
Yo no soy un héroe, mi cuna fue de cartón, mi sangre la mugre, mis sueños imposibles, mis noche largas, mis vicios solitarios, mi pija ansiosa, mi culo hambriento, mi voluntad ciega, mi furia tenaz, mi deseo enloquecido, mi abandono oscuro, mi pobreza insaciable y mi corazón terco y cruel. Pero qué importa que te duela el estómago de hambre… qué importa que te duela el culo cuando te cogen… qué importa todo eso si ya no te duele el corazón cuando te besan. Qué importa la pobreza cuando tenés la pija bien dura… qué importa la pobreza cuando tenés el culo hambriento… qué importa la pobreza cuando salís enloquecido a buscar por las calles, por los rincones, por las oscuridades, por los ojos, ese poco de amor furioso que te aturde y te
hace olvidar un rato de la pobreza… Qué importa chupar pijas por Ciudadela, Merlo o Quilmes… qué importa si al cabo todas tienen ese mismo sabor furioso que te aturde y te hace olvidar un rato de la pobreza… Qué importa el nombre que le pongan a mi enloquecimiento… qué importa el desprecio con que aparten a mi enloquecimiento… qué importa la burla con que se rían de mi enloquecimiento… ¡Mi corazón es más terco! ¡Mi voluntad es más ciega! ¡Mi deseo es más enloquecido! Qué importa la pobreza si al menos hay una esquina oscura, una mirada perdida y un deseo claro.
Aunque no haya una cama limpia, ni una luz, ni una manta. Nosotros cogeremos acá para iluminar y poner calor a esta pobreza. ¡Nuestra calentura es más terca! ¡Nuestra locura es más ciega! ¡Nuestro abrazo es más enloquecido! Qué importa la pobreza si al menos hay una cerveza fría, una pija caliente y una bolsa de cocaína para seguir. Qué importa que nos duela el estomago de hambre… qué importa que nos duela el culo cuando nos cogen… qué importa todo eso si ya no nos duele el corazón cuando nos besan. Qué importa si no nacimos para héroes… qué importa si no nos miran ni nos desean… qué importa si estamos rotos y per-
didos… qué importa todo eso si tenemos la calentura terca y furiosa que nos aturde y nos hace olvidar un rato la pobreza. Yo tengo las manos duras, la pija bien dura y el corazón mas duro aún. Yo solo tengo más noches que lagrimas y qué me importa. Qué me importa el barro, el frío y el hambre… qué me importan los días que pasé arañando las veredas, mordiendo en los baldíos y llorando en los vagones. ¡Mi corazón es más cruel! ¡Mi furia es más tenaz! ¡Mi destino es más claro! Qué importa la pobreza… qué importan los delincuentes que me cogieron, los vagos que me cogieron, los traidores que me cogieron, los perdidos que me cogieron…
qué importa todo ese abandono… si siempre al menos hay una cerveza fría, una pija caliente y un culo hambriento que halagar. Pero no, yo no soy un héroe. Yo no tengo ni edad, ni hermanos, ni padres, ni casa, ni trabajo, ni generación. Yo nunca me esconderé en la infamia de un nombre que me ponga en boca de los que me han negado. Yo no soy un héroe. Yo soy solo yo y eso no es mucho. Yo soy solo yo y tampoco alcanza. Yo soy mi propia manada. Yo soy mi propio furor y al menos eso mantiene mi cerveza fría, mi pija bien dura y mi culo hambriento. Yo soy solo yo y eso apenas sostiene mi esqueleto. Yo soy mi propio furor y a veces
eso tampoco es suficiente. Yo soy solo yo y mi miedo. Yo soy solo yo y mi destino. Yo soy solo yo y apenas es muy poco. Yo soy solo un grito desencajado obsesivo desnudo enloquecido. Yo soy solo yo y basta. Pero yo tengo miedo. Mucho miedo. Yo estoy huyendo desencajado obsesionado desnudo y enloquecido del silencio.
Este pliego se terminó de armar e imprimir en Taller Subpoesía en agosto del año 2013.