Antitetánica Tomás Chaves Editorial Subpoesía
Antitetánica Tomás Chaves Ilustraciones por Aldana Antoni Editorial Subpoesía Buenos Aires, Agosto 2013 editorialsubpoesia@gmail.com
Has de estar en el infierno para ver el cielo. William S. Burroughs
Prologamia ¿Un niño que se hizo adulto? o ¿un adulto que nunca dejó de ser niño? Quizá los interrogantes estén demás, quizá la miserabilidad de los ojos empañen el sentimiento heredado por nuestras ñustas y caciques. Irracionalmente hablando, ¿cuál será esa verdad? Por ahora solo nada, camina, vuela, se acomoda, piensa, ríe y observa. Los segundos transcurren entre su radiactividad, los poemas, la muerte, sus cariños y la música. El sol sale en Purmamarca, como casi todos los días, pero él no lo ve, sólo lo presiente mientras, paso a faso, baja al subte. Justo ahí, en ese juego antidialéctico, aparece “Antitetánica”. Un emporio de respuestas a las preguntas que el autor, a lo largo de sus 28 años, fue 7
respondiendo mientras jugaba, asaltaba, amaba, compartía y caminaba. Acción de caminar que lo sorprendió a los catorce meses de vida, iniciándolo en un camino hacia la subterránea luz de los que observan sin ver y sienten sin tocar. Así fue creciendo ese hombre-niño, en medio de un territorio, llamado país, donde hasta los sentimientos tenían un “made in ...” Donde lo correcto era estereotiparse y lo anormal era ser uno mismo. En ese interin fue que el sufrimiento, las derrotas, el peso de la ley, la soledad y los “drum drum”, comenzaron a tatuar su rozado corazón. Todo tiene un por qué dicen algunos. En este caso, no hubo ningún por qué para su celo quebradeño. Solo hubo muchos ¡no! Solo hubo mucha violencia, solo hubo ... 8
Así pasaron los soles, las lunas, los lunes, los martes y los miércoles. Pero como todo lo negro alguna vez fue blanco y viceversa, la tierra comenzó a girar de revés y el dolor comenzó a sonreírle. Sonrisa que lejos de buscar el arte, lo halló a su lado. Como un grito que pide auxilio, pero para los demás. Porque no hay más y mejor dolor que el propio. Así creyó entender el menjunje y por eso Tomasito, junto a su chef, decidió condimentar su guiso de pus con un toque de “Antitetanica”. Como se verá a continuación, “vivir solo cuesta vida” (Redondos de Ricota). Dios Negro 9
Antitetรกnica
No te apegues a la idea del no-apego Una Vida humana según las circunstancias no rechaza lo que hace no sigue silencios gritones porque permanece en un vacío interno (vaciopán) mientras se armoniza en un mundo externo (choripán) Sólo así encuentra la paz en lo más frenético donde hay tempestades en las que tuvo que nadar remando mil kilos de mierda millones de palabras que entraron en su ser. Aunque penetren diez mil moscas en su ombligo 11
no te apegues a la idea del no apego no rompas las bolas tal vez seas de un imperio simplón que mata plantas y mata sanos. No te apegues a la idea del no apego no le guardes rencor si tu plato tiene moscas que nadan en minestrón. Y cuando saludes al sol y cuando cruces los dedos recordá: No te arrodilles Sos un camino entre millones de los millones de caminos mi-les de millo-nes de caminos ¿Además? ¿quién sos?… ¿quién?
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Antitetánica No pude evitarlo nadar entre una manada de clavos no pude sostener tanto nadar entre la basura. Caí muy bajo y el hierro se mezcló con el calcio hundido entre la basura de un silencio tapado. No se notó la presencia que caía sobre bolsas y clavos aquella que alguna vez te miraba y se guardaba algo. La imagen. Veo la imagen la luz de la putrefacción se disipa entre clavos adentro de un gabán de basura. 13
No pude evitar seguir y nadar entre clavos bajo la marea del basural en la noche negra, antitetรกnica.
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Sobre vos Superficialmente hundida en tu gaveta perdida por perder lo que ya perdiste. No hay un silencio tan profundo como el de tus ojos cuando duermen. En la avenida de los misterios que se hunden, en la voracidad con la que despertás para empezar a odiar con fuerzas los momentos que se fueron detrás. Nubes de mierda que no queres oír. Los destellos del ser que se aflojan sobre vos como si fueras parte de la lluvia en tu ciudad, como si cada gota fuera cemento que cae sobre vos… 15
Pero ahí estas, humedecida en la ansiedad tratando de superar tu fluctuación. Ese cambio de humor que te persigue y que habla de vos. Sobre vos… No hay momentos para entender como fue. Lo dejaste caer sobre tu cuerpo. No hay momentos para decir basta cuando empezaste a ser tormenta. La tormenta que abraza a todos esos niños que te ven tan grande como vieja. Ya no están con vos y menos sobre vos. Ataste cabezas y labios de gente a tus pies. Como si tu vida fuera una noche interminable 16
llena de líneas blancas. Como si tu vida fuera un imán atrayendo a los tontos sobre vos…
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Compra-Venta de Humo para la Familia La televisión esta quieta entre la metáfora del sistema entre la bazofia de la cual los humanos ríen entre la galaxia inerte de los granos reventados entre el polvo de los huesos que emana la tierra. Todos los días la mira y aspira un Dios entre el humo que sale de su nariz en donde esconde la sonrisa falsa. La muerte y la vida son muecas que miran la pantalla. Ahí adentro, todos bajan rápidos por un tobogán. El cielo es lento y las nubes marcan horas perdidas en tus ojos Mientras tanto, ahí nomás, la superficie brilla encima del control 18
y cuando un Dios aspira a otro. La televisión ríe. La pantalla esta quieta, muda y agazapada mientras todos los demás ríen y esconden la sonrisa falsa.
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Hendija en el sueño Mi sangre se escucha al caer en la mesa. Mientras duermo, mi nariz sangra en el almohadón blanco. Llega un sueño rojo… ¿Quién estará del otro lado? Mi sombra se refleja en paredes. La muerte se despierta a cada paso y en la supuesta realidad, la sombra ya está coagulando.
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Reciente muerte y siguen vastos ¿Qué hay detrás?, ¿qué hay detrás de tu cabeza?, cien pies verdes decías y yo me reía. Re-inventarnos era al fin y al cabo lo mejor que nos salía para evitar esto, ¿Ya estás despierta, o acaso es la parestesia que te adormeció para siempre? ¿Simplemente renunciaste a las mañanas? ¡A la vida! ¿Dónde estás? No me queda más que imaginar y pensar que tu cuerpo no será más que un cuerpo y se pudrirá. No estás porque era inevitable, ineludible, inexorable. Se descomponen tus huesos y ahora viajan en los pensamientos de un cenicero.
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Veinte nubes implantadas Por ahí pasan las nubes, nubes con v corta. Falaces, rápidas, sucias, con procedencia sustancial. Envueltas como choripanes blancos, al mínimo estornudo crean espejismos feroces y se atan a la memoria. Como tildes indispuestos vuelan del espacio hacia mi nariz. Vuelan y se implantan para manejar el títere. Por ahí pasa la mentirita. Por ahí pasa haciéndose la boluda, la que no pasa nada. Sucias nubes químicas que quitan mi Jornal. 22
Pasan las nubes en filas como las líneas de estas palabras ¿Cuántas? ¿19? Son veinte con esta. Snif, snif.
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El pelado copado El pelado una vez golpeo y nunca más volvió de Golpe. Golpe es un mundo donde todos son golpeados. Ser de Golpe es tocar espíritu el espíritu está en el Golpe. Golpean el cuero lo golpean fuerte. Todos lo golpeamos sin parar a veces sin querer… Todos tenemos el miedo… ir a Golpe es inútil. El pelado entendió de grande que de Golpe no se vuelve. Yo lo mire de reojo y después no lo vi más. 24
El otro día me mando un correo diciendo: “los golpes son guerritas, no son más que la externalización egoísta de las cosas” Mira vos el pelado.
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¡Olga! no te asustes Nuestras sonrisas eran suaves. ¡Olga! Tu asombro me dirá sensaciones del más allá. Tantos días y vos te ves decaída, ya sin luz. No brilla tanto tu esplendor que te visitaba siempre a las diez. Ahora brilla tu cosita en un papel. Brilla la cosita en tu espejo y tu ventilador se agota. ¿Qué te pasa Olga? Son las 3, son las 2, son las 10, son las 13, son las 21, son las mil. Las mil y pico…..¡¡¡Olga!!! Perdona si no te espero. 26
Es el fin del mundo ยกOlga! El fin del fin es hoy ยกOlga! ยกOlga!
Nuestras sonrisas son rasposas, Olga. Puedo ver caer tus dientes sobre la blusa blanca. Te veo borrosa Olga, ya no puedo mirarte.
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Helado caliente Helado Caliente Una sonrisa Una seĂąal de bienestar Una luz Una puntita de paz Una geta torcida Grave acidez Un humo negro Un miedo arrugado Un MandarĂn Una quemadura Una Boca sin labios Un diez sin cero. Un balde Unos dientes Una pelota Un gris 28
Unos patos Una pila Un secreto Un viento Unos cajones Un cienpiĂŠs Unas gotas Unas medias Un niĂąo Una sustancia Un beso Un chau Uno igual Uno parecido Unos gritones Un asiento Un sonidito 29
Unas cacas Un juguete Un domingo Una carpa azul Unas Uvas Unos Ă rboles Un heladero prendido fuego.
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Este pliego se terminó de armar e imprimir en Taller Subpoesía en el año 2013