Bosques de chile

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BOSQUES de Chile



BOSQUES de Chile Fotogr afĂ­a s

GuY wenborne



Bosque valdiviano, faldeos volcรกn Osorno



Bosque templado lluvioso, Antillanca



Robles en Alto Huemul



Bosque de alerces, valle Lloncochaigua, Huinay



Robles en oto単o, Altos de Cantillana



Bosque en Cord贸n Caulle, parque nacional Puyehue


Bosques de Chile

Registro de Propiedad Intelectual Nº 221.103 Santiago, Chile I.S.B.N: 978-956-8322-07-6 Rep. Legal: Editorial Travesía S.A. Tel. (56 -2) 8202800 Edición única Octubre, 2012

Autores

Elizabeth Huyghe R. Guy Wenborne H. Fotografía

Guy Wenborne H. Edición fotográfica

Nicole Chiffelle A. Investigación

Elizabeth Huyghe R. Textos

Magdalena Correa B. Diseño

María Isabel Fernández R. Producción

Editorial Travesía S.A. Cartografía

Tomás Sánchez M. www.turistiko.cl Editorial

Travesía S.A. www.editorialtravesia.cl Impreso en:

Quad/Graphics

Mapas y Cartas geográficas “Autorizada su circulación por Resolución Nº 260 del 27 de junio de 2012 de la Dirección Nacional de Fronteras y Límites del Estado. La edición y circulación de mapas, cartas geográficas u otros impresos y documentos que se refieran o relacionen con los límites y fronteras de Chile, no comprometen, en modo alguno, al Estado de Chile, de acuerdo con el Art. 2º letra g) del D.F.L. Nº 83 de 1979, del Ministerio de Relaciones Exteriores.” Prohibida la reproducción total o parcial de este libro. Ninguna parte de esta publicación puede ser trasmitida, reproducida o almacenada en modo alguno sin autorización previa de los autores. Prohibida su venta. Distribución gratuita Este libro tiene un formato de 28,5 x 31 cm y una extensión de 330 páginas. Tiraje de 3.000 ejemplares, impreso en papel Magnomatt 170 gr, a 5 colores. Tapas duras en cartón de 2.8 mm, forrado en papel Nettuno Blue Navy 140 grs, guardas en Nettuno Blue Navy 215 grs, impreso en serigrafía y cuño de bajorrelieve. La encuadernación es costura hilo con HotMelt. Las familias tipográficas utilizadas son Bembo, Scala, Trajan.


Contenido 17

Carta Enersis 20

Mapa 22

B osques xerofíticos Bioregión del Desierto 58

Bosques esclerófilos Bioregión del Centro 118

Bosques templados lluviosos Bioregión del Sur 200

Bosques subantárticos Bioregión Austral 276

Bosques

singulares

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€Árboles

de

Chile

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Bibliografía

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n 2008 asumimos el desafío de retratar 75 árboles, los cuales tienen su distribución principal en Chile continental y países vecinos, todo, bajo el título del libro Arboles Nativos de Chile. Fuimos capaces, en aquella oportunidad, de mostrar un

tesoro que está a la vista de todo el mundo, pero que no nos damos el tiempo de observar y apreciar. Y con orgullo, podemos decir que cumplimos, y que lo hicimos más allá de las expectativas porque recopilamos en un mismo documento fotografías inéditas de cada especie, incluimos una descripción científica y anecdotario, y además, fuimos capaces de incorporar un mapa de distribución. Hoy, asumimos otro reto y damos vida a una idea que comenzamos a trabajar luego de la edición de Arboles Nativos de Chile. ¿Quién no se ha maravillado con la majestuosidad de los bosques que recorren nuestro territorio? ¿Quién no se ha asombrado del colorido paisaje de sus flores en primavera o de sus hojas en otoño? En Chile, cerca del 21% de las 75,7 millones de hectáreas que conforman nuestro territorio están cubiertos por arboledas, es decir, 15,9 millones de hectáreas, de las cuales, 13,3 millones de hectáreas corresponden a bosques nativos. En la presente edición, titulada Bosques de Chile, retratamos cada uno de esos bosques, agrupaciones que conforman un patrimonio biogeográfico inigualable, con una diversidad de flora y fauna, que en algunos casos, resulta endémica dada nuestras características de aislamiento natural. Debido a la compleja y extensa geografía de Chile continental y el aún mayor aislamiento de nuestras islas oceánicas, es posible encontrar una gran diversidad de situaciones ambientales con presencia de árboles y distintos tipos de bosques a lo largo del territorio. Es por ello, que los bosques elegidos se ordenaron en cinco capítulos. Cuatro corresponden a regiones de Chile, cuyos tipos de bosques dependen básicamente de condicionantes geográficos, climáticos y de suelo: bioregión del desierto con sus bosques xerofíticos; bioregión del centro con los bosques esclerófilos; bioregión del sur con los bosques templados lluviosos y bioregión austral con los bosques subantárticos. El quinto capítulo se centró en algunos bosques considerados singulares por su ubicación geográfica o condición de relicto.

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A lo largo de estas páginas, viajaremos por cada una de las unidades enumeradas, buscando reflejar lo particular y los detalles que las hacen únicas en nuestro paisaje. Pero nuestra tarea de colocar en valor el patrimonio biogeográfico de Chile, no sólo se resume a través del desarrollo de este tipo de publicaciones.Va más allá. Por medio de la Fundación San Ignacio del Huinay, entidad sin fines de lucro cuyos socios fundadores son Endesa Chile y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, el Grupo Enersis lleva adelante una decidida acción en pos de preservar y conservar un terreno de aproximadamente 34.000 hectáreas en la comuna de Hualaihué, Región de Los Lagos, la que se extiende entre el fiordo Comau o Leptepu en la Provincia de Palena y el límite fronterizo con la República de Argentina. En este territorio, que corresponde a la Provincia biogeográfica Magallánica y específicamente a un área altamente representativa de los fiordos continentales de la Patagonia Norte, disponemos para su protección de un total de 19.424,9 hectáreas de tipo forestal (un 55,4% del total de la propiedad), de las cuales, 6.502 hectáreas corresponden a bosques de alerce, representando un 18,5% de la superficie del Fundo Huinay y un 34% de la zona de tipo forestal. Le siguen el coihue de Magallanes, con 5.774 hectáreas, y el coigüe de Chiloé con 3.783 hectáreas. Todas estas especies y el ecosistema que conforman, incluyendo flora y fauna endémica de la región, se encuentran salvaguardadas por la Fundación, en un claro acto de preservación y protección de los mismos, en especial, del alerce, especie catalogada “En Peligro”. Con este mismo objetivo, hemos trabajado en la puesta en marcha y operación de un vivero de especies nativas en el Centro Científico de la Fundación, en la misma Huinay, el cual comenzó a funcionar sistemáticamente a fines de 2008. Como resultado, contamos al término de 2011 con 22 mil plántulas de árboles de la zona, principalmente de alerces. Estas especies se emplearán para reforestar áreas que fueron degradadas en décadas pasadas en Huinay, mediante un trabajo de análisis y estudio que está llevando a cabo la Fundación en conjunto con la Universidad Austral de Chile, con el fin de reflejar en terreno la evolución natural de dichas especies.

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En esta misma línea, a principios de 2010, la Fundación y la Universidad Austral de Chile llevaron a cabo un estudio dendrológico de los alerzales presentes en Huinay, encontrando individuos con una edad de hasta 3.381 años, el que vivió entre el año 2.759 AC y el año 622 DC. Estudios como este nos abren grandes expectativas por el alto potencial que muestra el alerce para este sitio en particular como para áreas cercanas, lo que permitiría un análisis más acabado de la correlación de los anchos de los anillos con las variables climáticas y culturales que imperaron en dicho lugar. Este tipo de descubrimientos nos impulsan a mostrar mediante esta publicación, los distintos tipos de bosques que existen en Chile y como nos han ido acompañando en nuestra historia. Esperamos a través de estas páginas acercarlos a un tesoro que muchas veces pasa inadvertido: nuestros bosques.

Pablo Yrarrázaval Valdés

Ignacio Antoñanzas Alvear

Presidente Fundación

Gerente General

San Ignacio del Huinay

Enersis S.A.

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Bosques xerofíticos Bioregión del desierto

D esde la frontera con Perú hasta el río Elqui en la latitud 30° Sur se extiende la llamada bioregión del desierto chileno. Su flora está compuesta por algunas formaciones boscosas de tipo xerofítica (del griego xero: seco, fitos: planta) como, matorrales, cactáceas y geófitas. La denominación xerofítica se refiere a plantas adaptadas a un clima seco, donde la ausencia de lluvias es prácticamente total. Este tipo de desierto hiperárido se encuentra sólo en Namibia y Angola en el continente africano, y en Perú y Chile en Sudamérica. La geografía de esta zona está marcada por distintos pisos altitudinales. En dirección poniente-oriente, el primero consta de un estrecho borde costero a orillas del océano Pacífico. El siguiente corresponde a la cordillera de la Costa, seguido por una gran meseta llamada Depresión Intermedia. Un poco más arriba, entre los 3000 y 4000 msnm, se ubica el altiplano. Finalmente aparece el quinto y último piso, la cordillera de Los Andes, con sus altas cumbres, algunas de las cuales sobrepasan los 6000 msnm. Gran parte de este vasto territorio está dominada por el desierto de Atacama. Cubre unos 105 mil km² y es considerado el más árido del mundo. A pesar de la ausencia de lluvias, existen algunos ríos y quebradas por donde escurre agua y también aguas subterráneas que provienen del altiplano

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Bosque de cha単ares, San Pedro de Atacama

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y afloran en distintos lugares de la pampa. El principal río que atraviesa la región es el Loa que lleva agua durante todo su trayecto de 440 km. Los ríos Lluta y Camarones son más pequeños y tienen agua casi todo el año. La excepción a esta sequía extrema son los pisos altitudinales del altiplano y de la alta cordillera andina, donde en verano acontece el llamado invierno boliviano con sus fuertes precipitaciones, muchas veces torrenciales, que dejan un promedio anual de 150 mm de agua caída. Más al sur, en las tierras aledañas a la costa, la presencia de la extendida y tupida neblina costera (conocida como la Camanchaca), permite el desarrollo de otros importantes tipos de vegetación. Algunos ejemplos son el fenómeno del desierto florido, la flora de Paposo y de algunas quebradas, y la del parque nacional Pan de Azúcar. La vegetación xerofítica del altiplano y fondos de quebradas del borde costero presenta diversas características que le han servido para adaptarse al clima, y así soportar la extrema aridez. En distinto grado, son capaces de absorber, retener o impedir la pérdida de agua. Por ejemplo, las hojas de los árboles son muy pequeñas y a veces están cubiertas de pelos para evitar la pérdida de agua por evaporación. Además, desarrollan sistemas radiculares largos y profundos para llegar al estrato de aguas acumuladas en el subsuelo (aguas freáticas) o simplemente a sectores más húmedos. Aunque el clima se caracteriza por su rigor (intenso calor en el día, temperaturas bajo cero en la noche, tormentas de lluvia y nieve en el verano altiplánico), el hombre siempre ha habitado esta geografía de altura. Fueron los habitantes primitivos quienes primero talaron árboles, sea para tener madera de construcción, para combustible o con el fin de liberar suelos para sus cultivos en el fondo de las quebradas.

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Posteriormente el recurso forestal fue intensamente explotado por las faenas mineras en todo el norte, quedando hoy poquísimas áreas de bosques. Estos bosques sobrevivientes de la actividad antrópica colaboran en la conservación del ecosistema del desierto, proveyendo de hábitat a la fauna altiplánica y protegiendo el suelo de la erosión. Por otro lado, algunas semillas constituyen una fuente importante de forraje para animales. Los principales árboles de esta región son la queñoa, el algarrobo, chañar, tamarugo, tara y pimiento. Debido a la intervención del hombre, hoy sólo crecen en pequeños bosquetes, más o menos densos, en las laderas occidentales de la cordillera de Los Andes, entre los 1800 y 3500 msnm. Más arriba, en el altiplano, también se observan comunidades vegetales. Y a 5000 msnm se desarrolla la singular queñoa de altura. Existen dos especies de queñoa en Chile: la Polylepis rugulosa, árbol que aparece entre los 3000 y 4000 msnm, y la Polylepis tarapacana o queñoa de altura, a partir de los 4000 y hasta los 5200 msnm, siendo uno de los árboles que a mayor altitud se da en el mundo. Sus bosquetes son tan pequeños que en una época se pensó que la especie estaba extinta. Sin embargo, aún se encuentran bosques-parches en la pre cordillera y cordillera de las provincias de Arica y Parinacota. Hoy, la queñoa se encuentra catalogada como especie ‘amenazada’ y existen esfuerzos privados y de Conaf para cultivarla en viveros y luego plantar nuevos bosques. El algarrobo, chañar y tamarugo crecen un poco más al sur en las regiones de Tarapacá y Antofagasta. El algarrobo (Prosopis chilensis) pertenece a la familia de las leguminosas que habita el norte y centro de Chile, sur de Perú y la zona andina del Chaco en Argentina. En Chile se


desarrolla desde la región de Antofagasta hasta la provincia de Chacabuco, entre los 500 y 1850 msnm.Tolera bien la sequía extrema y los suelos salinos y arenosos. Los ejemplares más añosos tienen una corteza resquebrajada. Su madera se utiliza en puertas y ventanas que dan al exterior, ya que responde bien a la humedad, no alterando su dimensión. El chañar (Geoffroea decorticans) es una especie arbórea cuya corteza se desprende, dejando el tono verde del tronco a la vista. Este puede alcanzar 10 metros de altura con un diámetro de unos 40 cm. El área de distribución de esta leguminosa se extiende desde Arica hasta Coquimbo, y desde el nivel del mar hasta los 2300 a 3000 msnm. Existe asimismo en el sur del Perú y norte de Argentina. Debido a su dulzor, el fruto del chañar es usado tanto en postres como en la preparación de una bebida llamada arrope. De su corteza se obtiene tintura y sus hojas y ramas sirven de forraje. Éstas, además de sus flores, poseen propiedades medicinales. Troncos y ramas sirven como materiales de combustión y para construir enseres domésticos. El chañar también cumple un destacado rol ecológico como hábitat del picaflor de Arica. El tamarugo (Prosopis tamarugo) es endémico del norte de Chile. Crece entre las latitudes 19°45’ y 21°14’ Sur, concentrándose en la pampa del Tamarugal, al oriente de Iquique, en una planicie situada a 1000 msnm. Es un árbol de la familia leguminosa, excepcionalmente tolerante a suelos salinos, siendo muy apreciado por su aporte como forraje y combustible. Estos tres árboles se caracterizan por ser muy longevos y capaces de alcanzar gran altura. En el sector de San Pedro de Atacama, especialmente en los oasis, forman pequeños bosques que tienen la particularidad de verse disminuidos

o sumergidos por efecto del viento cuya intensidad levanta mucha arena, dejando los troncos de algarrobos, chañares y tamarugos enterrados en ella. Otros árboles de menor tamaño son el yaro, palo gordo y carza. Ninguno de los tres llega a formar bosques, ubicándose dispersos en fondos de quebradas. Al palo gordo se le encuentra en las quebradas de influencia marina. La mayoría de los árboles de esta región están calificados como ‘vulnerables’ por la Conaf y organismos mundiales dedicados a la conservación de las especies y a la biodiversidad en general. Por esto mismo, y con el fin de proteger los ecosistemas del desierto y altiplano, se han realizado importantes programas de reforestación en los últimos años. El objetivo es asegurar la obtención de leña y forraje para animales - vicuñas, guanacos, llamas, alpacas, zorros y vizcachas se alimentan con las semillas de algarrobos, chañares y tamarugos -, pero por sobre todo asegurar la preservación de la flora y fauna asociada a ella. Entre las iniciativas más destacables está la creación, en 1987, de la reserva Pampa del Tamarugal donde en los años 20 y 30 del siglo pasado se plantaron alrededor de 100 mil hectáreas de tamarugos. Y a partir del 2001, la minera Collahuasi ha cultivado 18 mil plántulas de queñoas de altura en viveros, las que más adelante serán transportadas a su ubicación definitiva. Las hojas, semillas y ramas secas de todos estos árboles colaboran en la formación de materia orgánica que va enriqueciendo el suelo, entregando un indudable valor ecológico a los frágiles ecosistemas del norte, cuyo vecino cercano es el implacable desierto.

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Que単oa de altura, parque nacional Lauca


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Las queñoas de altura (Polylepis tarapacana) habitan el piso altoandino en las provincias de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta, creciendo en laderas rocosas como se aprecia en esta foto tomada cerca del salar de Surire, a 4676 msnm. Esta planta leñosa, por ser muy resistente al frío extremo, es capaz de desarrollarse entre los 4100 y 5200 msnm, siendo el árbol que a mayor altura crece en el mundo.

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Que単oa de altura en el sector de Arabilla, dentro del parque nacional Isluga. La especie le単osa es usada como combustible por las comunidades aymaras del altiplano. A la izquierda, al pie de la ladera se asoma el bofedal de Arabilla.

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Cuesta de Que単oacoyo con el bofedal Mucomocone al fondo


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La queñoa de baja altura pertenece a la familia de las rosáceas. Presenta hojas brillantes y compuestas, con su envés cubierto por pelos blanquecinos (foto derecha, arriba). Sus frutos y flores son muy difíciles de distinguir, ya que se encuentran tapadas por el follaje. El tronco de los ejemplares maduros se torna rojizo y su corteza se desprende en finas láminas (foto derecha abajo).

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La queñoa que crece en el valle cercano al poblado de Belén, a 3700 msnm, forma un bosque bastante denso con ejemplares cuya altura alcanza entre 2 y 4 m. La mayoría de estos bosquetes se encuentra cerca de Belén, Chapiquiña, Pachama, Zapahuira y Putre, entre los 3400 y 4100 msnm.

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Que単oa de baja altura (Polylepis rugulosa)

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Las vizcachas habitan terrenos rocosos en un hábitat similar al de las queñoas de altura. Forman grandes grupos que se comunican mediante silbidos. Aquí se ve la Lagidium viscacia, especie que se encuentra en estado de conservación crítico y cuya veda es permanente.

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Los bosquetes de queñoas, aunque aislados, juegan un importante rol ecológico en el altiplano. Son hábitat para aves como este cometocino del norte (Phrygilus dorsalis), especie poco común de esta zona.

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Algarrobos y cha単ares en el valle de Catarpe


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Desde el desierto, cerca del ayllu de Larache en San Pedro de Atacama, se observa cómo algarrobos, chañares y tamarugos forman un bosque bajo y denso gracias a la humedad subterránea existente. Los habitantes prehispánicos de Atacama sabían que los árboles de estos oasis les proveían de alimentos y madera para combustión. 44


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El algarrobo (Prosopis chilensis) pertenece a la familia de las leguminosas que crecen en Sudamérica. En Chile se desarrolla en las zonas áridas del norte, hasta la provincia de Chacabuco. Es tolerante a la sequía, la arena y los suelos salinos. Aquí aparece un gran árbol, cerca de las dunas de Tulor.

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Cha単ar en oasis de Coyo


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Bosque de cha単ares, ayllU Beter en San Pedro de Atacama


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El Prosopis tamarugo es un árbol de la familia de las leguminosas, endémico del norte de Chile. Es la única especie que puede crecer en el suelo salino de la meseta árida, donde las napas freáticas pueden estar a 20 y 40 m de profundidad. En la pampa del Tamarugal se encuentran algunos árboles primarios como el de esta imagen, pero la mayoría corresponde a plantaciones que inició CORFO en 1964.

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En la pampa del Tamarugal, ‘el corredor de Pica’, nombre común de este lagarto endémico de Chile (Microlophus theresioides), trepa un tronco de tamarugo en busca de las hojas que son parte de su dieta.

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Las semillas verdes de este tamarugo en la quebrada de Aroma, sirven de alimento a las cabras. En épocas prehispánicas fueron vitales para los pobladores originarios que viajaban ida y vuelta del altiplano a la costa. En los años de la conquista y en el período del auge salitrero, se constituyeron en alimento propicio para caballos y mulares.

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Tamarugo centenario en la pampa del Tamarugal

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Bosques esclerófilos Bioregión del centro

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l clima mediterráneo del centro de Chile da origen al bosque esclerófilo, compuesto por árboles siempreverde de hoja dura, adaptados al calor de verano, con períodos muy largos sin lluvia. Pocos lugares del mundo presentan este clima: Australia, Sudáfrica, California, la cuenca del Mediterráneo y la zona central de Chile. En todos ellos los inviernos son fríos y lluviosos y los veranos secos y cálidos, lo que se traduce en grandes diferencias de temperatura entre una y otra estación. El ecosistema mediterráneo en Chile es considerado uno de los 34 hotspots del mundo. Estos se definen como sitios de excepcional biodiversidad con alto endemismo, gran parte de ello en peligro de extinción. En la actualidad existe una evidente escasez de vegetación nativa en esta parte del país, sin embargo no siempre fue así. Con el avanzar de los siglos, el paisaje natural sufrió grandes cambios. Para entender este fenómeno, se debe tomar en cuenta que gran parte de la población vive entre Los Andes y Linares y que todo ese territorio ha estado sometido a un intenso desarrollo agrícola desde tiempos de la Colonia. Incluso antes de la llegada de los españoles, los pueblos originarios talaron árboles para usarlos como combustible y para construir sus viviendas. Por ello, el bosque primario desapareció en los valles, quedando arrinconado a sectores de la cordillera de la Costa, cordones de la pre cordillera y cordillera andina y fondos de quebradas.

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Faldeo suroriente de los Altos de Cantillana

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Hoy, gran parte del bosque esclerófilo está constituido por renovales a partir de tocones que quedaron. De ahí su aspecto de matorral arborescente con algunos árboles de mayor tamaño, que en general son quillayes. La vegetación original ha sido reemplazada casi completamente por cultivos de diferentes tipos, y en lugares donde no hay, existe una sabana de acacia caven, comúnmente conocido como espino. En Chile, el bosque esclerófilo se desarrolla entre los 32° y 38º latitud Sur, límite que para este libro definimos entre los ríos Limarí y Bío Bío, señalando que las fronteras naturales son por lo general áreas de transición, tal como sucede entre el término del desierto de Atacama y el inicio de la flora esclerófila en los valles transversales cerca del Limarí. Camino al sur, el bosque esclerófilo también entra en su fase de transición. Se observan quillayes y peumos en asociación con coihues y otras especies de los bosques templados lluviosos. Tal como sucede en muchas partes del país, en la región central se ve gran cantidad de plantas endémicas; término que significa que su crecimiento está restringido a una única zona geográfica. Entre los árboles se encuentra el belloto, bollén, frangel u olivillo de cordillera, guayacán, lingue, litre, palma, patagua, peumo, quillay y roble de Santiago. La flora arbustiva o rastrera que acompaña estos bosques esclerófilos es numerosa y también con gran predominio de plantas endémicas, como son los corcolenes, baccharis y escallonias. Asimismo crecen numerosas geófitas y plantas anuales de flor bajo el dosel del bosque. Es el caso de al menos doce especies de orquídeas terrestres endémicas, numerosas alstroemerias, mutisias, vinagrillos, mímulos, calceolarias, ajicillos, huilles y muchas otras. En las laderas más húmedas y quebradas profundas es posible encontrar distintas variedades de helechos, musgos, epífitas, lianas y algunas enredaderas como el lorito, soldadito, voqui y la tola blanca.

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La fauna en esta área está constituida fundamentalmente por aves. Las hay en abundancia ya que los árboles son su hábitat predilecto. Se ven tórtolas, chercanes, zorzales, raras, tencas, diucas, jilgueros, loicas, pequenes, tordos, picaflores, chincoles, pitíos, tiuques y halcones. En los bosques esclerófilos, como en el resto de Chile, viven pocos mamíferos. Aquí se divisan principalmente roedores y zorros. Pero además hay numerosos insectos, arácnidos, culebras, sapos y ranas circulando entre la hojarasca del suelo del bosque. En esta extensa zona de clima mediterráneo se distinguen diversas formaciones de bosques cuyas características dependen de la altitud, latitud, cercanía al mar y disponibilidad de agua.

BOSQUE ESCLERÓFILO, pre cordillera y cordillera

Este tipo de bosque presenta significativas variantes según el lugar donde se desarrolla. La vegetación de las laderas que dan al norte (afectadas por la presencia del sol y consiguiente evaporación de agua) es poco densa y está compuesta mayormente por quillayes, litres y, ocasionalmente, guayacanes, todo ello mezclado con matorrales y arbustos como el tralhuén, espino, baccharis, trevo, corcolén, cactus columnar y chagual. En el sotobosque, en primavera, se pueden encontrar orquídeas terrestres, alstroemerias, macayas, huilles, quinchimalíes y otras geófitas mezcladas con helechos que desaparecen en la temporada seca. En las laderas que miran al sur, donde impera más la sombra, el bosque se observa mucho más denso. Las asociaciones más típicas son el quillay-litre, peumo-litre y belloto-peumocanelo. Otras especies que se desarrollan en lugares sombríos son los peumos, canelos, lingues, pataguas, boldos, arrayanes y maitenes. Entre la hojarasca aparecen alstroemerias, orquídeas terrestres, centellas, mitiques, añañucas y helechos.


Otra formación distinta es aquella que se da en los fondos de quebradas, donde corren pequeños cursos de agua. Ahí abajo la sombra es prácticamente total y la humedad mucho más alta, predominando los peumos, canelos, lingues, pataguas y maitenes. Se pueden visitar estos bosques en las reservas nacionales de Río Clarillo, Río Los Cipreses, Los Bellotos del Melado, santuario de la naturaleza Yerba Loca y el monumento natural El Morado.

BOSQUE ESCLERÓFILO, litoral y cordillera de la Costa

Profundas modificaciones ha realizado el hombre en la V Región de Chile en relación con los bosques que antiguamente cubrían su territorio. Hoy sólo quedan pequeñas porciones de bosque nativo en las laderas que dan al mar entre Zapallar y San Antonio, y, más al sur, en contadas quebradas frente al litoral. Estas formaciones boscosas del tipo esclerófilo difieren de aquellas que crecen al interior debido a la humedad que aportan brisas marinas y neblinas costeras. No son muchas las áreas protegidas de esta parte de Chile. Una es la corporación de derecho privado Bosques de Zapallar, preocupada de salvar algunas áreas de foresta, dominada por boldos, bellotos del norte, molles, peumos, petras (que únicamente crecen ahí) e innumerables enredaderas, lianas, helechos y geófitas.

Los palmares - también llamados palmerías - están protegidos en los parques nacionales Cocalán, La Campana y la reserva Lago Peñuelas. En 2006 la UNESCO le dio el status de Reserva Mundial de la Biosfera al parque nacional La Campana por considerarlo sitio prioritario para la conservación en vista de su rica biodiversidad y alto grado de endemismo.

ROBLES DE SANTIAGO Y CIPRESES

Los bosques caducifolios del roble de Santiago se ubican en los altos de la cordillera de la Costa (El Roble, Altos de Cantillana y La Campana), en algunas quebradas de la costa más al sur y en los contrafuertes de la cordillera de Los Andes, entre las latitudes 34º30’ y 36º50’ Sur. En los sectores de menor altura comparte hábitat con ejemplares esclerófilos y en las altas, con el ciprés de la cordillera, única conífera que crece en la zona de clima mediterráneo. Este ciprés se encuentra en bosques pequeños y aislados, desde la cordillera frente a Los Andes hasta el sur de Aysén. En la reserva privada Alto Huemul, este centenario árbol forma bosques puros en las laderas húmedas del sur y suroeste de los contrafuertes andinos, entre los 1000 y 2000 msnm, límite altitudinal de la vegetación en altura.

PALMARES

En los valles y quebradas de los cordones cordilleranos de la costa crece la palma chilena, la más austral del mundo. Comparte su entorno con quillayes, litres, maitenes y espinos, comunidades propias de los bosques esclerófilos.

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Bosque mixto, Alto Huemul

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Parque nacional La Campana


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El palmar de Ocoa, dentro del parque nacional La Campana, alberga la mayor concentración de palmas del país. La Jubaea chilensis es la más austral del mundo y es conocida por su longevidad y altura. Su tronco va acinturándose con el paso de los años, permitiendo calcular su edad. Aunque intensamente explotada por su miel, hoy, gracias a programas de recuperación, se puede disfrutar su belleza al lado de espinos, quillayes y maitenes, todas especies propias del bosque esclerófilo.

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Vista general, parque nacional La Campana

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En el sector El Granizo del parque nacional La Campana, el roble de Santiago (Nothofagus macrocarpa) crece en las laderas altas y escarpadas. Este árbol caduco, endémico de Chile, forma bosques puros sobre los 800 msnm, en la cordillera de la Costa entre Valparaíso y Rancagua. En 1834, en una caminata de dos días, el científico Charles Darwin subió el cerro La Campana, maravillándose ante la presencia de más de 320 especies vegetales. Una placa recuerda su visita en el sector El Granizo.

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El quillay (de la palabra indígena cüllai: lavar) lleva el nombre Quillaja saponaria por la saponina que contiene su corteza. De hoja perenne y endémico de Chile, es uno de los árboles emblemáticos del bosque esclerófilo. Crece en zonas cercanas a la costa, en el valle central y en los contrafuertes cordilleranos. Este ejemplar se encuentra, en esta última zona, correspondiente a Pirque.

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Quebrada La Madera, Pirque

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Quebrada con peumos (Cryptocarya alba), Pirque

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A la salida del invierno los bosques de peumo y quillay se iluminan con la aparici贸n de orqu铆deas terrestres como la Gavilea longibracteata (p谩g. izquierda). Entrada la primavera y verano, quillayes y pataguas florecen en forma abundante, atrayendo abejas y aves que colaboran con la polinizaci贸n.

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Sector Las Azules, Pirque, al atardecer


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Las nieblas venidas del oeste quedan atrapadas en los cerros detrĂĄs de Zapallar, generando condiciones ideales para el desarrollo de este bosque esclerĂłfilo costero. En esta toma de la quebrada Magdalena, se distinguen los distintos verdes de olivillos, peumos, boldos, bellotos, molles y arrayanes que forman un mosaico de especies junto a matorrales como el mayĂş, mitique y lobelia.

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Quebrada El Boldo, Zapallar


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La caminata por el sendero La Ceniza, entre Zapallar y Catapilco, a veces se interrumpe por la presencia de enormes rocas que dan pie a formaciones vegetales escultóricas como ésta, donde se pueden observar bellotos, olivillos, peumos y, arriba del roquerío, un grupo de bromeliáceas.

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En el bosque de olivillos abundan enredaderas como el cóguil (Lardizabala biternata), llamada comúnmente voqui blanco, que destaca en primavera por su flor casi negra. Junto a cissus, mutisias, proustias y pasionarias, son plantas que trepan por los troncos, transformándose, con los años, en lianas leñosas como las que se observan arriba.

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vista desde la copa de un peumo centenario


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Oto単o en la reserva Alto Huemul


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En la cuenca del río Claro, en los contrafuertes de la cordillera, se encuentra este gran robledal de 3000 ha, perteneciente a la reserva privada Alto Huemul, al oriente de Sierra Bellavista. En los esteros de los fondos de quebradas y en las laderas más bajas, los robles (Nothofagus obliqua) crecen acompañados por peumos, lingues, radales y olivillos. Esta ubicación es su límite norte.

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Bosque mixto en suelo volcรกnico


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Dentro de la alta diversidad de especies en Alto Huemul, existen pequeños bosques de ciprés de la cordillera (Austrocedrus chilensis), conífera de lento crecimiento. A pesar de ello, es posible encontrar algunas de gran tamaño.

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El ciprés de la cordillera se ha desarrollado en laderas de tierra volcánica con exposición norponiente. Esta situación ha generado la tortuosa formación de algunos ejemplares añosos.

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La reserva Alto Huemul se encuentra en la zona de transición entre los bosques esclerófilos y los bosques templados lluviosos. La distribución de los árboles depende de la altitud y el tipo de suelo. En los sectores más bajos reinan quillayes, peumos y litres. Un poco más arriba aparecen los coihues y luego los robles. En sectores de suelo volcánico, se desarrollan los cipreses.

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Copas de robles de Santiago, en verano.

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En la zona central se concentra un gran porcentaje de las aves que existen en Chile. Los árboles del bosque son sin duda el hábitat natural para muchas de ellas. A la izquierda se ve un tucúquere (Bubo magellanicus), búho de hábito nocturno, el de mayor tamaño en Chile, cuyo plumaje rayado se mimetiza con las ramas de los árboles. Foto superior: El peuquito juvenil (Accipiter bicolor chilensis) construye su nido donde la vegetación del bosque es más densa. Habita en Chile, desde Atacama hasta Tierra del Fuego, y en Argentina, en Chubut. Se alimenta principalmente de aves pequeñas y en ocasiones de roedores. Fotografías de Jean Paul de La Harpe.

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Alto Huemul al inicio del oto単o


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La reserva privada Altos de Cantillana incluye la meseta de Cantillana, el cerro Horc贸n de Piedra y sus alrededores, abarcando desde la cota 600 hasta los 2281 msnm. La meseta es la mayor altura de la cordillera de la Costa. La reserva fue creada en 2008 a partir de cuatro propiedades privadas. Al a帽o siguiente obtuvo el status de Santuario de la Naturaleza con el objetivo de conservar y restaurar la vegetaci贸n escler贸fila presente en los cajones precordilleranos y, sobre los 1300 msnm, proteger los bosques de roble de Santiago.

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Vista al suroeste desde Altos de Cantillana

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El roble de Santiago (Nothofagus macrocarpa) forma bosques puros que se descuelgan por las laderas de la cadena montañosa Altos de Cantillana; situación que se repite en La Campana y en la roblería del Cobre de Loncha. Más allá del bosque, desde la meseta, se tiene una vista privilegiada que permite distinguir: al noreste la laguna de Aculeo, la ciudad de Santiago y la cordillera de Los Andes con la figura dominante del Aconcagua, y hacia el sureste, los volcanes Tupungato, Marmolejo y San José.

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RoblerĂ­a al amanecer


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Robles con la cordillera de Los Andes al fondo


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Altos de Cantillana al anochecer


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Bosques templados lluviosos Bioregión del sur

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randes extensiones de bosques, tanto en la pre cordillera y cordillera, como en reductos aledaños a la costa del Pacífico, marcan la geografía del sur de Chile. Reciben el nombre de bosques templados lluviosos o templados húmedos; ambos referidos al mismo tipo de formación boscosa. Su límite norte es el río Bío Bío, ubicado en la latitud 38° Sur. El límite sur, algunos autores lo fijan en Puerto Montt, mientras que otros lo extienden hasta la latitud 44°, donde está situada la ciudad de Coyhaique. Para este libro, usaremos el último criterio, haciendo la salvedad que no existen límites categóricos ya que entre un tipo de bosque y otro siempre se presentan zonas de transición. En el hemisferio norte, los bosques templados están formados por árboles de hoja caduca y no evidencian mayor vida en el sotobosque. En Chile, en cambio, estos bosques destacan por su enorme variedad de especies arbóreas, casi todas de hoja perenne, y por la riqueza vegetal que cubre su piso en forma de arbustos, helechos, enredaderas, musgos, epífitas, hongos y otras plantas. El clima a lo largo de la región señalada no tiene mayores oscilaciones. Los veranos son templados, con períodos de relativa sequedad. Los inviernos son lluviosos con temperaturas medias entre 22° y 5°celsius. El promedio de precipitaciones alcanza 2000 mm al año, lo que explica el apelativo de bosques lluviosos o húmedos.

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Alerzal, parque nacional Alerce Andino

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A lo largo de la historia, muchos relatos dan cuenta de las alteraciones que han sufrido estas forestas. Antes de la llegada de los españoles, los antiguos mapuches-huilliches abrieron áreas entre los árboles (probablemente mediante fuego) para destinarlas al cultivo y pastoreo. La vida de esta etnia dependía del bosque y todo lo que éste les entregaba: leña, madera, fibras, plantas medicinales y abundante variedad de frutos y semillas comestibles. La época de la Colonia cambió el estado de cosas. Debido a la llamada guerra de Arauco, gran cantidad de territorio quedó despoblado, generándose un notorio avance de los bosques (cifras estimativas hablan de entre 24 y 29 millones de hectáreas cubiertas por bosques antes de fines del siglo XIX). Terminado el conflicto, y tras la fundación de nuevas ciudades, comenzó una incesante demanda de madera y de suelos para la ganadería y agricultura. Esto significó la lenta, pero sostenida destrucción de los recursos forestales de Chile, reduciéndose drásticamente la superficie de bosques a menos de 16 millones de hectáreas. La situación recién cambió en la segunda mitad del siglo pasado cuando, por diversas razones, se produjo una mayor conciencia ambiental y el deseo de institucionalizar el respeto y la conservación de la naturaleza. Los bosques templados lluviosos se distinguen de la siguiente manera: Bosque andino de araucarias Bosques de nothofagus Bosque valdiviano de la cordillera y de la costa Bosque de alerces Dentro de estas distinciones existen además distintos tipos forestales que corresponden a variadas asociaciones de especies o a condiciones geográficas especiales. Por ejemplo, el bosque de coníferas está representado por bosques de araucarias, aler-

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zales y cipresales. El bosque de especias caducas lo está por la lenga, ñirre, roble y raulí. La selva valdiviana, a su vez, contiene distintos tipos forestales según la predominancia de una u otra especie. Algunas de estas asociaciones más comunes son las del olivillo-ulmo, canelo-coihue y tepa-tineo. Un ejemplo de agrupación según las condiciones geográficas es la de las zonas más pantanosas donde hay hualves, ñadis y tepuales. Los bosques mencionados, salvo algunas excepciones, poseen un estrato arbustivo importante formado por especies bajas como la murta, chaura, taique, michay y zarzaparrilla, todos adaptados a la poca luz solar. También hay gran presencia de matorrales arborescentes como el chaquihue, chilco, helechos, quilas y coligües. En los troncos existe gran variedad de lianas y enredaderas, entre las cuales destacan el copihue - flor nacional de Chile - el coicopihue, voqui, quilineja, medallita, estrellita y muchas otras. En el sotobosque destaca la gran cantidad de hongos, musgos y líquenes que habitan troncos viejos y la hojarasca formada por la permanente caída de hojas y ramas al suelo. Ahí abundan bacterias, batracios, lombrices y numerosos microorganismos que viven de los deshechos vegetales, generando a su vez, nuevos elementos para la vida del bosque. La vida animal del bosque entrega su valioso aporte al ciclo de vida del ecosistema forestal. Aves, insectos y mamíferos se alimentan de plantas y flores del bosque, dejando más materia orgánica a través de sus excretas. No menos importante es el hábitat que ofrece el bosque a la fauna. Un buen ejemplo es el de las aves que habitan los distintos estratos del bosque. Hay aves del suelo - el chucao y el hued hued - que hacen sus nidos en la hojarasca, donde también encuentran su alimento; aves que habitan los troncos - el carpintero -, haciendo sus nidos en las cavidades; aves que anidan en la


copa o dosel de los árboles - la cachaña, bandurria, águila y otras -, alimentándose de los diversos frutos que estos ofrecen; y aves como el picaflor, que liban néctar en las flores de las trepadoras que envuelven los troncos. La presencia de mamíferos es más reducida. En los claros de bosque se puede divisar al pudú, zorro y algunos felinos como pumas, güiñas o el pequeño gato colo colo. Entre las quilas circulan los monitos del monte que son pequeños marsupiales. Al vulnerable huemul ya sólo se le puede ver en sectores destinados a su repoblación, como sucede en la reserva nacional Los Huemules de Niblinto, creada en 1999 en el corredor biológico Nevados de Chillán - Lago Laja, en la provincia de Ñuble.

BOSQUE ANDINO DE ARAUCARIAS

La araucaria o pehuén (Araucaria araucana), también llamada piñonero y pino araucaria, es una conífera de la familia Araucariaceae. El 97 por ciento del total de su población se distribuye en un sector bastante reducido a ambos lados de la cordillera andina, entre los 800 y 1500 msnm, y entre las latitudes 37° y 40° Sur. El resto se encuentra en la cordillera de Nahuelbuta, en las inmediaciones de la cordillera de la Costa, constituyendo una bella y única excepción. Las araucarias crecen en tierras de buen drenaje como son las zonas de arenas volcánicas. Ahí forman majestuosos bosques puros o conviven con diversas especies de nothofagus como coihues, ñirres y lengas. En los parques nacionales Laja, Nahuelbuta, Tolhuaca, Conguillío,Villarrica, Huerquehue y en las reservas Nalcas, Ñuble, Ralco, Malleco, Malacahuello, China Muerta, Laguna Galletué y Villarrica, la araucaria tiene status de protegida.

Anteriormente a 1976, cuando fue declarada monumento natural de Chile y quedó prohibida su tala, fue explotada en forma intensa por el valor de su madera. La gran conífera puede alcanzar 80 metros de altura y vivir cerca de dos mil años. Desde tiempos remotos ha tenido gran importancia para los pehuenches, cuyo nombre deriva del pehuén y cuya alimentación siempre ha incluido su fruto llamado piñón.

BOSQUE ANDINO DE NOTHOFAGUS

Los árboles de la especie nothofagus existen en Sudamérica, Australia y Nueva Zelandia, pero es en Chile donde sus especies caducas y perennifolias están más representadas pues aquí hay al menos siete. Estos bosques se desarrollan en las laderas medias y altas de la cordillera de Los Andes entre el Bío Bío y la región de Los Lagos (38º a 41º latitud Sur). Se caracterizan por su densidad y por la presencia dominante de árboles del género nothofagus. Por un lado están los robles y raulíes, lengas y ñirres, especies caducifolias cuyo hábitat no supera los 2000 msnm, equivalente al límite superior de la vegetación arbórea. En ocasiones, se ven pequeñas formaciones puras de raulí, sobre todo en la región de la Araucanía. Lengas y ñirres también suelen formar bosques puros en las partes más altas de la cordillera, justo antes del inicio de las praderas altoandinas. También se les ve asociados a los bosques de araucarias. Por otro lado están los coihues que en esta zona comprende dos variedades, el coihue y el coihue de Chiloé. Pertenece a la especie nothofagus, pero con la particularidad de tener un follaje perenne de color verde grisáceo. Los coihues, cuyo

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tronco alcanza aproximadamente 45 metros, crecen a partir del nivel del mar hasta los contrafuertes cordilleranos, desarrollándose con mayor frecuencia en terrenos bien drenados. El bosque andino de nothofagus se presenta generalmente mixto, con presencia de algunas especies propias del bosque valdiviano laurifolio como lingues, mañíos y olivillos. La mayoría de los ejemplares nothofagus han sido y son aún muy cotizados por la calidad de su madera. Por ello han sufrido una fuerte explotación. A esto hay que agregar que como el roble crece en zonas bajas, también fue explotado con el fin de ser reemplazado por cultivos. Los nothofagus, parientes de las hayas europeas, están protegidos en los parques nacionales de Villarrica, Huerquehue, Conguillío y Tolhuaca, y en numerosas reservas y parques privados donde comparten el ecosistema con el bosque valdiviano.

BOSQUE VALDIVIANO, andino y costero

A este bosque se le llama comúnmente selva valdiviana debido a su fisonomía tropical a pesar de desarrollarse exclusivamente en tierras frías, ubicadas entre las latitudes 37°y 48° Sur. Son formaciones boscosas que quedaron aisladas durante las últimas glaciaciones hace más de 20 mil años y sólo existen en algunos esparcidos reductos en Nueva Zelandia y el sur de Chile y Argentina, superficies que sumadas alcanzan aproximadamente 300 mil km2. La alta biodiversidad y la presencia de nume-

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rosas especies endémicas que ostenta el bosque valdiviano le otorgan singularidad y gran valor botánico. Por ello mereció ser declarado, el año 2007, Reserva Mundial de la Biosfera por la UNESCO. Anteriormente, en 1998, fue reconocido como punto clave de conservación por el Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wildlife Fund). El bosque valdiviano corresponde a la tipología de bosque siempreverde que en Chile se distribuye tanto en el área cordillerana (derramándose un poco hacia Argentina), como en importantes áreas costeras entre Valdivia y Osorno. Más al sur este bosque entra en transición, comenzando la presencia del alerce. Los parques nacionales Villarrica, Puyehue,Vicente Pérez Rosales, Alerce Andino y Hornopirén, las reservas naturales Mocho Choshuenco, Llanquihue y Futaleufú y la reserva privada Huilo Huilo, se preocupan de proteger el bosque valdiviano. Lo mismo hacen en Argentina los parques nacionales Lanin, Nahuel Huapi y Los Glaciares. La humedad y el aislamiento permiten el desarrollo de especies endémicas como el boldo, ulmo, notro o ciruelillo, tepa, laurel chileno, mañío hembra y macho, luma, melí, belloto del sur, tiaca, chaquihue, palo santo, fuinque, tineo, guindo santo, ruil, espino blanco, olivillo, lingue y varias otras que crecen armando asociaciones verdes de tupida vegetación. En sectores más altos hacia el interior se suman los robles, raulíes y lengas, tres especies de hoja caduca que marcan el paso de las estaciones en los faldeos cordilleranos.


En las zonas costeras, donde el clima es más templado, el bosque valdiviano presenta claro predominio de olivillos asociados a canelos, además de ulmos, coihues, tepas, tineos, mañíos de hoja corta, melís y ciruelillos. En Chiloé se presenta asociado con el coihue de Chiloé y el alerce. Tanto en las localizaciones de la cordillera como en las de la costa, este tipo de bosque se compone por árboles de gran altura (hasta 30 metros), de tamaño medio y mucho matorral arbustivo. Sus troncos, como también el piso del bosque, destacan por su rica exuberancia verde compuesta por epífitas, trepadoras, musgos y gran variedad de helechos de diferentes tamaños.

BOSQUE DE ALERCES, andino y costero

El bosque de alerce (Fitzroya Cupressoides, llamado lahuén o lahual por los mapuches) es otra agrupación perteneciente a los bosques templados lluviosos del sur de Chile. Se presenta de manera discontinua en zonas cordilleranas y costeras entre las latitudes 39º50’ y 43º30’ Sur, lo que equivale a la extensión de tierra que cubre desde Valdivia al sur de la isla grande de Chiloé, donde forma bosques puros o mezclados con otros árboles característicos de la selva valdiviana. El alerce se encuentra en tres distintos tipos de hábitat. El primero corresponde al alerce costero, ubicable en la costa comprendida entre Valdivia y Puerto Montt. La segunda tipología es la del alerce andino que se desarrolla principal-

mente en la región de Los Lagos, donde las precipitaciones suelen alcanzar 4500 mm y donde, más arriba de los 800 msnm, la nieve cubre el bosque durante la época invernal. El tercer hábitat lo conformaban los grandes alerzales de los sectores bajos y húmedos del valle central, que hoy ya no existen. El área fue explotada a tala rasa o quemada hace ya muchos decenios. La excelente calidad de su madera color rojiza (muy buena para hacer tejuelas y postes gracias a su resistencia a la pudrición por causa de la humedad) hizo que este árbol fuera excesivamente explotado, desde la época colonial hasta el siglo pasado. En 1976 se le declaró monumento natural en honor a su longevidad y gran altura (puede vivir más de 3 mil años y su tronco mide 50 metros de largo), prohibiéndose a partir de entonces la tala de ejemplares vivos. Existen varios lugares de conservación del alerce: los parques nacionales Alerce Andino, Hornopirén, Chiloé, la reserva privada Pumalín y en los bosques de San Ignacio de Huinay. En febrero de 2012 se creó el parque nacional Alerce Costero, el último de una lista de 33. Se sitúa en la región de Los Ríos y posee cerca de 25 mil hectáreas.

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Bosque valdiviano andino, parque nacional Puyehue

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Araucarias y ñirres, parque nacional Conguillío


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Lengas en invierno, parque nacional Vicente PĂŠrez Rosales

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Bosque valdiviano en Punta Champihuapi, costa del PacĂ­fico, ChiloĂŠ


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En punta Llesquehue, a la altura de Osorno, el bosque valdiviano de la costa, tal como lo dice su nombre, llega hasta el mismo borde del Pacífico. Este tipo de bosque, que se desarrolla entre las regiones del Bío Bío y de Los Lagos, es considerado un sitio prioritario para la conservación, por ser una de las 25 ecorregiones más valiosas y a la vez más amenazadas del planeta.

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Lago Inexplorado, parque nacional HornopirĂŠn

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Pocas son las personas que han podido llegar al lago Inexplorado en el parque nacional Hornopirén. Su nombre grafica su situación de extremo aislamiento y difícil acceso. Gracias a ello, grandes áreas de bosques permanecen intocadas, como es el caso de estos alerces milenarios a orillas del agua.

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El alerce o lahuán, Fitzroya Cupressoides, es una conífera que se desarrolla en forma discontinua entre los paralelos 39º50’ y 43º30’ latitud Sur, principalmente en Chile (X Región) y en menor proporción en Argentina. Se le considera la segunda especie más longeva del mundo. Mediciones efectuadas en los anillos de sus troncos han revelado la existencia de ejemplares de más de 3000 años. 138


Los troncos de alerces añosos pueden llegar a tener 5 m de diámetro y hasta 40 m de altura. Los alerces de la fotografía corresponden a ejemplares viejos que crecen en el fundo San Ignacio del Huinay. Con los años, los troncos van sufriendo todo tipo de cambios, dejando surcos que otros arbustos, como el coicopihue, aprovechan para apoyarse y trepar hacia la copa.

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Alerces en parque nacional Alerce Costero


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Estero en parque nacional Alerce Andino


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Los parques nacionales Hornopirén (en la fotografía) Alerce Andino, Alerce Costero, Chiloé y las reservas privadas Pumalín y San Ignacio del Huinay han colaborado con la preservación del bosque de alerce, tanto el ejemplar andino como el costero. El árbol fue intensamente explotado a partir de la época de la colonia dado el alto valor de su madera, usada para la construcción de viviendas y embarcaciones. Pero en 1976 fue declarado monumento natural y su explotación quedó prohibida.

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Valle del rĂ­o Lloncochaigua, Huinay


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Parque nacional Vicente PĂŠrez Rosales


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Araucarias en el parque nacional Villarrica


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Frente al volcán Llaima, en las laderas que rodean el lago Conguillío en el parque homónimo, entre lengas y ñirres rojos se levantan las araucarias, árbol endémico de Chile y de parte de Argentina. La Araucaria araucana se desarrolla entre los 800 y 1200 msnm, en suelos de origen volcánico. Se encuentra protegida en este parque como asimismo en Tolhuaca, Villarrica, Nahuelbuta y Huerquehue.

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La araucaria alcanza su madurez recién a los 200 años. Sin embargo puede vivir hasta 2000 años, siendo el segundo árbol más longevo de Chile. Las etnias mapuche y pehuenche la llaman pehuén, nombre de sus piñones o semillas comestibles. Estas fotos corresponden a bosques de araucarias en los parques nacionales Huerquehue (foto izquierda) y Nahuelbuta (foto derecha).

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En el parque nacional Villarrica, un grupo de peque単as araucarias inicia su crecimiento al medio de un bosque de 単irres. Con los a単os, su altura puede sobrepasar los 40 m. Esta especie protegida, al igual que el alerce, fue declarada monumento natural en 1976.

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En el parque nacional Vicente PĂŠrez Rosales, el bosque valdiviano andino se desarrolla en todo su esplendor. Debajo de laureles, coihues y tepas, el sotobosque aparece denso de arbustos y los troncos cubiertos de enredaderas, musgos y lĂ­quenes. Este bosque fue declarado Reserva Mundial de la Biosfera y como tal se encuentra protegido.

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Quilas en el bosque valdiviano, Carhuello, Puc贸n

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Bosque valdiviano, penĂ­nsula Huequi

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A orillas del lago Risopatrón, en la región de Aysén, la fotografía capta el típico tronco de los arrayanes del sur. La Luma apiculata, arrayán chileno, también llamado palo colorado, temú o quetri, es un árbol de la familia de las mirtáceas. Crece en los bosques templados de Chile y Argentina, especialmente en lugares húmedos o al borde de lagos y cursos de agua.

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El bosque templado húmedo se caracteriza por tener un estrato inferior sorprendentemente rico. Su piso está cubierto de arbustos, helechos, musgos, líquenes y hongos; especies que juegan un rol vital en la ecología del bosque: sujetan el suelo, mantienen la humedad y colaboran en la descomposición de los troncos, labor que están realizando los musgos paragua a la izquierda. Foto derecha abajo: una quilineja en flor. Arriba: su fruto en otoño. La Luzuriaga polyphylla es una trepadora que habita los lugares más sombríos del bosque, adhiriéndose a los troncos mediante sus finas raíces.

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Sotobosque, laguna Las Gaviotas, Huinay

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Bosque de lengas, valle Libertador, Huinay

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Ñirres en el parque nacional Villarrica. Son árboles (Nothofagus antárctica) de hoja caduca, capaces de soportar el frío y las nevadas de invierno. Crecen desde la zona cordillerana de Talca hasta Tierra del Fuego. En sectores más australes adoptan la forma de un árbol pequeño con múltiples troncos. Más al norte, en cambio, pueden llegar a medir 20 m. 173


El ulmo (Eucryphia cordifolia), importante árbol del bosque valdiviano, se desarrolla entre las regiones de la Araucanía y Aysén, de preferencia cerca de la costa. Crece bajo los 700 msnm, siempre asociado con otros árboles. Los ulmos se hacen visibles en verano gracias a su hermosa flor blanca que atrae las abejas que producen la famosa miel de ulmo a finales de febrero.

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Coihues y lengas, crรกter del volcรกn Barrancos Colorados


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Cord贸n Caulle

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La erupción del cordón Caulle (junio 2011) dejó una superficie de 500 km2 cubierta de piedra pómez fragmentada, mezclada con más despojo volcánico. Las fotos de estas páginas fueron tomadas a orillas del lago Gris en marzo 2012 y muestran las consecuencias de dicha erupción. A pesar del daño perpetuado a los bosques, las erupciones en general tienen un lado beneficioso ya que le aportan material volcánico al suelo, dejándolo mucho más fértil en el largo plazo.

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Los robles (Nothofagus obliqua) toman distintos nombres según su estado de desarrollo: pellín le dicen a los ejemplares añosos y hualles a los robles jóvenes, cuyos troncos aparecen en esta foto. Son árboles caducos que se distribuyen en las laderas medias y altas de la cordillera, sometidos a temperaturas más bajas en comparación con la de los valles. Su madera es excelente para vigas, durmientes, puentes y postes. Son fáciles de reproducir y su crecimiento es bastante rápido. 183


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En la cima del cerro Oncol, a 715 msnm, se observan renovales de canelo (Drimys winteri) en medio del bosque valdiviano costero. El cerro se encuentra en el parque privado Oncol, dedicado a preservar la alta biodiversidad de esta foresta. Estรก ubicado a 28 km de Valdivia y a 15 km del mar, donde la cordillera de la Costa presenta extensas superficies con renovales que crecen a partir de la corta de los bosques originales de tepa-tineo. El canelo es el รกrbol sagrado de los mapuches. Se le valora por sus propiedades medicinales, entre ellas su alto contenido de vitamina C.

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El copihue (Lapageria rosea) es una enredadera perennifolia, endémica de Chile, que crece en los bosques templados desde la zona central hasta el centro sur del país. La palabra copihue proviene del mapudungun kopiw o kopiwe, nombre mapuche del fruto. Colibríes y abejorros llegan a polinizar, atraídos por el brillante color rojo. El copihue es la flor nacional de Chile.

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En los bosques templados existen muchas flores rojas. Su color y abundante nĂŠctar atraen a aves e insectos. La estrellita (Asteranthera ovata) es una hierba rastrera con raĂ­ces adventicias que le permiten trepar por los troncos en sectores de densa sombra.

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Copihues en la orilla del r铆o Carhuello, Puc贸n

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Los hongos viven sobre materia orgánica en troncos o sobre la hojarasca del bosque. En Chile existe gran diversidad, especialmente en los bosques lluviosos. Los hongos del tipo Mycena, a la izquierda, crecen sobre madera podrida o semipodrida. Los hongos jalea (Heterotextus alpinus) a la derecha abajo, aparecen sobre ramillas de coihues, después de una lluvia. El sapo de Nibaldo (Batrachyla nibaldoi) habita en la hojarasca del bosque. Se puede encontrar bajo troncos, cerca de lagunas y arroyos. En Chile existen relativamente pocos batracios y poco se sabe de su forma de vida. Son en su mayoría endémicos y están en riesgo de extinción por ser muy sensibles a la contaminación y a los cambios climáticos.

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Cascada Los Helechos, Peulla

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Río Quililhue, Región de los Ríos


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El coihue (Nothofagus dombeyi) es uno de los árboles más característicos del paisaje sureño. Forma parte del bosque valdiviano, bosque mixto y bosque de nothofagus. Su tronco puede superar los 40 m de altura. A orillas del lago Toro, en el parque nacional Huerquehue, esta rama luce la reconocida forma de su follaje perenne, dispuesto en delicadas y alargadas capas.

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En Antillanca (foto izquierda), notros y canelos enanos cubren el piso del bosque de robles. Es en estas forestas templadas donde el pudú (arriba), el cervatillo más pequeño del mundo (mide apenas 46 cm de altura), encuentra refugio. El Pudu puda es endémico de Chile y Argentina y se alimenta de hierbas, hojas y otros vegetales.

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Bosques subantárticos Bioregión Austral

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osque patagónico o subantártico son los dos nombres comúnmente usados para referirse a las forestas ubicadas entre Coyhaique (latitud 44° Sur) e isla Hornos (56° Sur). En estricto rigor el concepto Patagonia no corresponde a un ente geográfico o político, razón por la cual hablaremos del bosque subantártico, refiriéndonos al que se concentra en esta bioregión que comprende la provincia de Palena y las regiones de Aysén y de Magallanes. El retroceso de los grandes hielos en la era Cuaternaria generó una peculiar y accidentada geografía al sur de Chile. Campos de hielo, lagos, ventisqueros, canales, fiordos, pampas semiáridas y selvas impenetrable se distribuyen a lo largo y ancho de este territorio, en el cual, claramente, se pueden distinguir tres zonas: la cordillera andina, que en esta parte del continente sudamericano se extiende por el medio; la pampa magallánica y la pampa de Aysén, situadas hacia el oriente de las montañas; y en dirección poniente, el gran archipiélago patagónico, formado por más de cuatro mil islas. Al comenzar a desmembrarse la geografía de Chile, la cordillera comienza a perder altura y cambia por completo su fisonomía. La conforman una extensa y compacta capa de hielo llamada los Campos de Hielo Norte y Campos de Hielo Sur, la cordillera de Darwin y algunas formaciones montañosas que llaman la atención de los geólogos y otros investigadores por su reciente data. El clima de esta zona es polar, presentándose muy seco y frío en las cordilleras Sarmiento de Gamboa y Darwin y en ambos campos de hielo.

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Cordillera de Darwin, parque nacional Alberto de Agostini

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En las pampas, al oriente de la cordillera de Los Andes, el clima es seco, frío y ventoso, con precipitaciones anuales de agua/nieve del orden de 250 a 300 mm con nieve. El territorio insular se caracteriza por la constante presencia de vientos venidos del Pacífico, los que determinan un clima templado y frío con intensas precipitaciones de hasta 3000 mm por año y que incluso, en algunas partes, pueden llegar a 8000 mm. Esta gran diversidad orográfica y climática determina formaciones de vegetación, bastante disímiles entre sí. En ellas también influyen factores como la cercanía a la costa o a los campos de hielo, la exposición a los vientos, la altitud y latitud, entendiéndose que más al sur el frío es mayor y por ende disminuye la variedad de especies vegetales. Las regiones de Aysén y Magallanes presentan una enorme superficie de territorio catalogado como silvestre y protegido. Son aproximadamente 12 millones de hectáreas reservadas (equivalente a más del 50 por ciento del total de estas dos regiones), sean como parque nacional, reserva o monumento natural. A pesar de que no todas corresponden a zonas boscosas, es aquí donde Chile tiene la mayor superficie de sus reservas de bosques. Son dos las distintas formaciones de vegetación que aquí se pueden encontrar.

BOSQUES DEL ARCHIPIÉLAGO

La gran cantidad de islas que forman el archipiélago patagónico se encuentran en su mayoría deshabitadas, hecho que

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explica la existencia de considerables superficies de forestas intocadas. Por esta misma razón, hay poca información referida a la naturaleza de estas lejanas tierras. Se sabe que las formaciones vegetales y paisajes están conformados por bosques, matorrales, turberas, pantanos y marismas. En general, los primeros son del tipo perennefolios de la llamada ‘pluviselva subantártica’, compuesta principalmente por el coihue de Magallanes, mañíos y canelos en los sectores costeros, por tepas y tineos un poco más arriba, y, a mayor altitud, por el ciprés de las Guaitecas. Ocasionalmente, en los archipiélagos más septentrionales, se pueden encontrar ejemplares de lumas, fuinques y ciruelillos. En el extremo sur, en cambio, específicamente en las islas que conforman el Cabo de Hornos, aparecen manchones de coihues bajos y achaparrados y algunos escasos canelos y leñas duras, como se denomina comúnmente al maitén de Magallanes. La alta humedad de estos bosques determina la existencia de un sotobosque con más de veinte especies de helechos, trepadoras y arbustos, numerosas epífitas y gran abundancia de musgos y líquenes. Las forestas ubicadas en las costas de las islas con más exposición al oriente presentan árboles bajos, achaparrados e inclinados hacia un lado. A ese curioso corte se le llama comúnmente ‘forma de bandera’ y es producido por la fuerza del viento arrastrado que proviene del océano Pacífico. Las áreas silvestres protegidas ubicadas en esta zona insular son los parques nacionales Isla Magdalena, Isla Guamblin, Cabo de Hornos, Alberto de Agostini y las reservas nacionales Las Guaitecas, Katalalixar y Alacalufes. Asimismo hay


ciertos sectores de los parques nacionales Laguna San Rafael y Bernardo O´Higgins que son insulares. Una excepción en este tipo de bosque está presente en Tierra del Fuego. Si bien es parte del archipiélago patagónico, factores geográficos y climáticos condicionan formaciones boscosas diferentes, con menos diversidad de especies, entre las cuales predomina claramente la lenga y el coihue de Magallanes.

BOSQUES DE LA PLATAFORMA CONTINENTAL

Se desarrollan en una estrecha planicie costera y en las estribaciones occidentales de la cordillera de Los Andes, donde parte importante de los cerros que la conforman se encuentran cubiertos por las nieves y glaciares de los campos de hielo. El bosque magallánico o andino patagónico, por lo tanto, se desarrolla en una estrecha faja de tierra que no sobrepasa los 350 a 450 msnm, límite de la vegetación arbórea, determinado por las bajas temperaturas y presencia de nieve y glaciares. Se pueden identificar las siguientes asociaciones boscosas: bosques de coihue y canelo en los sectores bajos, cercanos a la costa; bosques de coihue y lenga, y de coihue, lenga y ñirre, hasta los 800 msnm en los parques nacionales Laguna San Rafael, Torres del Paine y la cordillera de Darwin, dentro del parque nacional Alberto de Agostini; y bosques peri-glaciales de coihue y ciruelillos en sectores cercanos a los ventisqueros y glaciares. A medida que aumenta la altitud, los bosques mixtos de lenga, ñirre y coihue pasan a un

bosque puro de lenga. Este último también se encuentra en toda el área sur de Tierra del Fuego. Los bosques puros de lenga o mixtos de coihue y lenga presentan un sotobosque libre de arbustos y trepadoras que ocasionalmente en primavera y verano desarrolla una cubierta herbácea donde, entremedio, brotan orquídeas, centellas, calceolarias, perezias y murtillas, cuyas flores y frutos ponen una nota de color al terminar el crudo invierno. La presencia de numerosos parásitos vistosos es típica en las ramas de lengas. En los bosques magallánicos, especialmente en aquellos que han tenido poca intervención antrópica, todavía se pueden encontrar algunas especies de mamíferos en peligro de extinción.Al huemul, por ejemplo, en contadas ocasiones se le puede divisar en los parques nacionales Bernardo O´Higgins y Torres del Paine. Pumas, zorros colorados y grises, coipos, chingues, huillines y guanacos viven asociados al bosque formando parte de la abundante y visible fauna de las zonas protegidas de Magallanes. Además de los dos últimos parques mencionados, existen otras importantes áreas silvestres que permiten la conservación de estos bosques: los parques nacionales Laguna San Rafael, Padre Alberto de Agostini, Queulat, y las reservas nacionales Palena, Mañihuales, Río Simpson, Cerro Castillo, Lago Cochrane, Lago Jeinimeni, Lago General Carrera, Laguna Parrillar y el parque privado Karukinka.

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Islas Pan de AzĂşcar y Crosslet en el golfo Tres Montes


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La geografía de la zona austral occidental está caracterizada por la presencia de islas, archipiélagos, fiordos y canales, llegando a contar con más de 4000 islas de más de un kilómetro cuadrado. Las islas Guamblin (arriba) y Magdalena (pág. derecha) han sido declaradas parques nacionales en virtud de la rica y endémica flora y fauna que albergan.

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Bosque de lenga al sur de Puerto Natales


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Valle La Paciencia, parque Karukinka, Tierra del Fuego

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En Tierra del Fuego, bosques de coihue de Magallanes, ciprĂŠs de las Guaitecas y renovables de canelo se desarrollan en la turba.

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Con posteridad al último período glacial, ecosistemas anegados, formados por diversos tipos de musgos, fueron acumulando materia orgánica semi descompuesta, llamada turba. En Magallanes, las turberas están principalmente formadas por Sphagnum magellanicum, conocido comúnmente como pompón. Las turberas son consideradas un recurso minero y su explotación está acogida a la ley de minas.

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Interior bosque turba, lago Blanco, Tierra del Fuego

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Parque Karukinka, Tierra del Fuego


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El chunchito (Glaucidium nanum), el más pequeño de los búhos, reside en bosques abiertos y bordes de forestas desde la costa a la pre cordillera, en ambas vertientes de Los Andes. Tiene hábitos nocturnos, pero caza pequeñas aves y mamíferos en el día y al atardecer. Su rasgo más notable es que en la nuca tiene dos manchas negras que parecen ojos, como si tuviera otra cara.

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La isla grande de Tierra del Fuego posee dos sectores bien diferenciados, la parte norte con suaves llanuras y pastizales y la zona sur ocupada por cordilleras y valles cubiertos de bosques. AdemĂĄs de lagos y lagunas, existen numerosos rĂ­os y esteros que atraviesan los bosques y desaguan en el seno Almirantazgo, canal de Beagle y estrecho de Magallanes.

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RĂ­o Manuel, Karukinka


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En el camino entre Balmaceda y Puerto Ibáñez se cruza el portezuelo Ibáñez en la reserva nacional Río Simpson, a más de 1000 msnm. Las grandes lengas (Nothofagus pumilio) del lugar aparecen aquí sin follaje por la época invernal. En bosques puros, estos árboles pueden alcanzar una altura de 30 m. En el límite de la nieve, en cambio, tienen forma achaparrada.

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En las orillas arboladas de fiordos, ríos, lagunas y lagos, el martín pescador (Ceryle torquata) acecha sus presas desde lo alto de una rama. La razón de su nombre común se debe a su dieta a base de peces. Habita desde la región de Bío Bío hasta la isla grande de Tierra del Fuego.

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Entre las especies comestibles de hongos destacan los exquisitos dig端e単es o llao llao. Los hay de dos tipos: los Cyttaria darwinii y los Cyttaria espinosae. Ambos parasitan principalmente en ramas de nothofagus, de preferencia en coihues.

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Renoval de lengas, lago Elizalde, Coyhaique


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Si el huemul (Hippocamelus bisulcus) habitaba antes desde los 35ºS hasta el estrecho de Magallanes, hoy existen sólo tres poblaciones, bastante aisladas entre sí: una en los Nevados de Chillán, otra en el parque nacional Torres del Paine y una tercera en el parque nacional Bernardo O’Higgins, lugar donde fue tomada esta fotografía. Este ciervo, que figura en nuestro escudo nacional, se encuentra en peligro de extinción. Foto de Claudio Almarza.

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Bosque de lengas, Tierra del Fuego


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Lengas en oto帽o, secci贸n Rusffin, Tierra del Fuego


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En Tierra del Fuego, los amaneceres se presentan escarchados, con temperaturas varios grados bajo cero. También suele nevar en otoño y, muy excepcionalmente, en verano. Cerca del río Rasmunsen, un bosque de lengas y ñirres luce sus colores otoñales.

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Las lengas que crecen al borde del bosque, sometidas a la inclemencia del tiempo, se van achaparrando, tomando forma de matorrales para hacer frente a los vientos helados.

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La reserva nacional Río Simpson se creó para proteger su flora, fauna y grandes atractivos turísticos, como son el propio río, famoso en el mundo por la pesca con mosca, y el centro de esquí Monte Fraile. La flora está conformada por bosques de coihue, lenga, tepa, mañío, ciruelillo, canelo y tepú. En la zona más alta se desarrolla el bosque montano de árboles caducos, donde predominan lengas y ñirres por su capacidad de resistir las fuertes nevadas.

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Bosque subantรกrtico, canal Gabriel, seno Almirantazgo

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El coihue de Magallanes (Nothofagus betuloides) es el árbol emblemático de las áreas vecinas a los glaciares. Este tipo de coihue crece desde Chiloé hasta Cabo de Hornos. Aunque puede alcanzar unos 25 m de altura, en los bordes de bosques y orillas de mar, aparece achaparrado y con forma más tortuosa, como es el caso del árbol de la fotografía, tomada frente al glaciar Holanda, en el canal Beagle. Se suele decir que estos coihues parecen verdaderos ‘bonsáis’.

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Canelos y coihues, fiordo Peel, parque nacional Bernardo O’Higgins

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En los cerros que flanquean el glaciar Grey en Torres del Paine, se puede observar cĂłmo se ha reducido el volumen del glaciar, dejando a la vista roca desnuda. MĂĄs arriba, el bosque de lengas -captado en pleno otoĂąo - llega al borde de la nieve, dejando encerrado un bosquete de coihues siempreverde en su interior.

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En su retroceso, el glaciar San Quintín del parque nacional San Rafael, dejó una morrena frontal en la cual se desarrollaron pastizales y un pequeño bosque de coihues de Magallanes. También hay canelos y mañíos, notros y taiques, entre otras especies arbóreas.

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Faro San Isidro, estrecho de Magallanes


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El estrecho de Magallanes se deja ver entre las ramas de los achaparrados coihues. El fuerte viento impide que crezcan en todo su esplendor, sin embargo es el ĂĄrbol que mejor resiste las condiciones adversas, llegando al mismo borde del mar. Se mezcla con canelos, notros y taiques, entre otras especies, presentĂĄndose generalmente acompaĂąado por coirones.

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Golfo Tres Cruces, AysĂŠn


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En el fiordo Quitralco, el bosque siempreverde de coihue, mañío y ciprés de las Guaitecas tapiza todos los cerros, llegando hasta la orilla del mar. Sólo deja descubierto la llamada zona intermareal, donde el nivel del agua sube y baja varias veces al día por efecto de las cambiantes mareas. 257


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Playa Bonita, canal Jacaf, AysĂŠn


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Ranita captada sobre una hoja de helecho costilla en isla Simpson


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La isla Melchor es una más de las numerosas que configuran la reserva nacional Las Guaitecas, con su millón de hectáreas de áreas silvestres protegidas. Los bosques de estas islas están conformados principalmente por ciprés de las Guaitecas (Pilgerodendron uviferum), especie que en el pasado fue explotada de manera intensa. Hoy crece en esta zona junto a tepús, tineos, canelos, mañíos y coihues, bajo los cuales brotan numerosas especies de helechos.

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La diversidad de ecosistemas de bosques hace posible la presencia de gran cantidad de hongos como el Cortinarius magellanicus (fotografĂ­a inferior, izq.) que destaca en la hojarasca por su tonalidad rosa brillante, o la Aleuria aurantia (foto superior, izq.) que crece en la rama de un coihue, luciendo su color naranjo intenso. A la derecha, un ciervo volante (Chiasognathus grantii) que vive habitualmente en troncos podridos de nothofagus, en medio del bosque.

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Salto en el predio Quitralco


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El cerro Mano Negra en Coyhaique es toda una leyenda por su cumbre en forma de mano pidiendo auxilio. AdemĂĄs, su nombre deriva del hecho que siempre destaca la cumbre negra por encima del cerro cubierto por un bosque puro de lengas, que en otoĂąo enciende de rojo el paisaje, mientras que en primavera se torna verde claro.

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Los bosques puros de lenga se desarrollan en la cordillera de Los Andes, desde los 35º35’S hasta el extremo austral. Su distribución altitudinal varía considerablemente. En la zona de Coyhaique, en portezuelo Ibáñez, crecen entre 1300 y 2000 msnm, el límite del crecimiento arbóreo.

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En los bosques de lenga de Tierra del Fuego, sólo crece una cubierta herbácea entre los troncos caídos de los árboles añosos. Estos se van descomponiendo e integrando a la tierra, formando un estrato fértil para nuevas generaciones de lengas.

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Los guanacos de Tierra del Fuego han proliferado gracias a que ah铆 no habita el depredador natural del continente: el puma. Los guanacos prefieren instalarse en el bosque o en sus bordes, cerca de las praderas donde pueden pastar, alejados de la presi贸n de la industria ovina.

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Lengas, bajo las estrellas de Tierra del Fuego


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Bosques singulares

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azones geográficas y climáticas permiten calificar los cuatro siguientes tipos de bosques como singulares. El hecho que sean tan excepcionales como únicos se debe a la extensión de latitud que presenta Chile; 4270 km que recorren desde la latitud 17°29’57’’ Sur hasta la 56°32’, abarcando un territorio que presenta fisonomías en extremo cambiantes - cada una con características individuales -, dependiendo de su latitud, altitud, clima, topografía, pluviosidad, exposición al sol, tipo de suelo, disponibilidad de agua, etc. A pesar de que son varias las tipologías de bosque que podrían entrar en la categoría de singular, para este libro hemos elegido dos bosques insulares - el archipiélago Juan Fernández e isla Mocha - y dos bosques relictos de la cordillera de la Costa nortina - Fray Jorge y Santa Inés -.

JUAN FERNÁNDEZ

Los bosques del archipiélago Juan Fernández, declarado parque nacional en 1935 y Reserva Mundial de la Biósfera en 1977, son realmente únicos por el carácter endémico de su flora. En términos de evolución geográfica, las tres islas y varios islotes que lo conforman son relativamente nuevas en comparación con el resto del planeta. Su data de antigüedad

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Mirador Rebaje La Pi単a, isla Robinson Crusoe

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(aproximadamente 3 millones de años) hace que la comunidad científica mundial lo considere un ‘verdadero laboratorio de la evolución’. (Philippe Danton, “Plantas Silvestres de la Isla Robinson Crusoe”, enero 2004). De las plantas del archipiélago, un 70 por ciento está constituido por especies únicas, esto es, que no existen en ninguna otra parte de la Tierra. Este alto endemismo se debe en parte a que las semillas traídas hace siglos por las olas, el viento y las aves, brotaron, colonizaron y evolucionaron, transformándose, con el correr del tiempo, en los densos bosques con sello propio que hoy llaman la atención de los científicos. Los estudios develan que las islas seguramente estuvieron cubiertas de bosques en los siglos pasados. Pero la actividad antrópica y la introducción de especies exóticas provenientes del continente han hecho retroceder los bosques, provocando una fuerte desforestación. De hecho, uno de los árboles emblemáticos del bosque de Juan Fernández, el sándalo (Santalum fernandezianum), está hoy extinto. A pesar de las transformaciones en la flora, prevalecen bosques de extraordinaria belleza e interés científico ubicados principalmente entre los 450 y 915 msnm. Un ejemplo es el bosque siempreverde mixto, otros son los magníficos bosques de naranjillo o de lumas, cuyo tronco alcanza 20 metros de altura. Algunos árboles, sobre todo los que están en sectores más descampados, adoptan un aspecto achaparrado por efecto del fuerte viento que sopla en el archipiélago. Otros árboles son de menor envergadura, con alturas que oscilan entre los 6 y 12 metros. En general ellos forman bosques mixtos donde se encuentran el peralillo, manzano, canelo de Juan Fernández, luma y el Juan Bueno de preciosas flores

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azules que atraen los picaflores al bosque. En medio de esta foresta sobresale la chonta, palma endémica con largo tronco verde coronado por un frondoso raquis, que crece aislada en medio de la foresta. En las zonas más húmedas, el sotobosque es especialmente rico en helechos endémicos. Los hay de varios tipos: algunos trepan por los troncos de los árboles, otros se presentan en los cursos de agua y otros en lugares abiertos formando hermosos bosques. Otras especies originarias son el pangue, el coligüe y el lactoris. En el archipiélago no existen mamíferos terrestres endémicos que habiten el bosque. Las aves son la principal representante de la fauna, siendo el picaflor rojo de Juan Fernández el más vistoso. Otras son el cachudito y el cernícalo, encontrándose ambos en peligro de extinción.

ISLA MOCHA

La isla Mocha está ubicada 34 km al oeste de la playa de Tirúa, en la provincia de Arauco, región del Bío Bío. Su extensión abarca 42 km2 y cuenta con una angosta plataforma costera y un cordón montañoso con orientación nor-noroeste, cuya altura de 300 msnm domina por completo el paisaje. El clima insular es templado, con precipitaciones de 1225 mm anuales y una estación seca en los meses de enero y febrero. Los asentamientos instalados en la franja costera han producido la degradación de lo que antiguamente fue un bosque. De los pastos y matorrales que hoy crecen ahí, se pasa a una zona de transición donde mayoritariamente crecen chilcos y maquis.


A los pies de la montaña, en forma discontinua se desarrollan pequeños bosquetes puros de boldo. Más arriba, el bosque se densifica con predominio de olivillos, lumas, arrayanes, laureles, tepas, canelos y lingues. Las asociaciones de especies endémicas son ahí bastante similares a las del bosque valdiviano, pero sin la presencia del género nothofagus. Este precioso bosque, con árboles que alcanzan 40 metros de altura, fue declarado reserva nacional el año 1988. Abarca el 50 por ciento de la superficie de la isla, pudiéndose recorrer a pie gracias a la existencia de varios senderos temáticos: sendero Laguna Hermosa norte y sur, sendero Años Dorados y sendero Laguna los Huairavos. La avifauna es variada, destacando el chucao de la Mocha, endémico de la isla, además del churrin, hued hued, rayadito y la bandurria.

FRAY JORGE Y SANTA INÉS

Al retirarse los hielos tras las glaciaciones del Cuaternario, algunos bosques lluviosos, hoy llamados relictos, quedaron atrapados en zonas de gran aridez. En Chile, este fenómeno ocurrió en forma discontinua y su sobrevivencia se debe a las condiciones climáticas especialmente húmedas que generan las neblinas costeras, empujadas hacia el interior por los vientos marinos. Los cerros de la cordillera de la Costa no permiten que la niebla prosiga su camino. Su altura las detiene, condensándose en forma de pequeñas gotas de lluvia que ‘riegan’ los bosques ubicados entre los secos pliegues cordilleranos.

Dos ecosistemas de estas características se encuentran en la región de Coquimbo; el parque nacional Fray Jorge cerca de Ovalle y el bosque Santa Inés en Pichidangui. Cuando la lluvia anual no supera los 120 a 150 mm en las áridas tierras de los alrededores, al interior de estos bosques la precipitación alcanza unos 900 mm al año. En Fray Jorge, el bosque húmedo del tipo relicto se ubica en los cerros Altos de Talinay que tienen entre 350 y 660 msnm. El olivillo es la especie dominante y se le ve asociado con el canelo y el petrillo. También hay arrayanes, yermos, helechos y enredaderas como la medallita, botellita y algunos copihues, cuya presencia es considerada excepcional. En razón de su biodiversidad y singularidad como bosque templado lluvioso inserto en una zona desértica, en 1981 el parque fue declarado Reserva Mundial de la Biosfera por la UNESCO. En la parte alta del cerro Santa Inés (600 msnm), ubicado frente a la bahía de Pichidangui, crece un bosque de neblina en las laderas oriente y suroriente. La permanente condensación permite el crecimiento de boldos, peumos, molles y olivillos, que como en Fray Jorge, es la especie dominante. Asimismo se pueden detectar especies raras y escasas como el naranjillo y, más abajo, un bosque de lúcumos chilenos. Hoy se está estudiando el parque Santa Inés para integrarlo como área silvestre protegida para la conservación de especies vegetales vulnerables o en peligro de extinción. Una de las razones es preservar la Passiflora pinnatistipula, singular trepadora que crece al interior de su bosque.

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Vista desde el mirador Alejandro Selkirk a los bosques de la isla Robinson Crusoe que parecen colgar de las empinadas laderas. En primer plano una nalca y un helecho, parientes de los homĂłnimos en el continente, sin embargo ĂŠstos son endĂŠmicos de la isla.

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Quebrada Puerto FrancĂŠs, isla Robinson Crusoe

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El 70 por ciento de la flora de Juan Fernández es endémica y un porcentaje importante está en peligro de extinción. Los bosques mixtos, como este del cerro Centinela, están compuestos por varias especies. Domina la luma, (Myrceugenia fernandeziana) acompañada por el naranjillo (Fagara mayu) y canelo (Drimys confertifolia). En general el sotobosque de cerro Alto, como se aprecia en la página siguiente, está cubierto de helechos y trepadores rastreros y arbóreos.

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Bosque endĂŠmico en cerro Alto


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Desde el mirador Alejandro Selkirk se ve cómo las siluetas de las chontas (Juania australis), la palma endémica del archipiélago, emergen del bosque. Sólo quedan pequeños grupos en lugares escarpados; tanto en el mirador como en los cerros La Piña y Alto. El endémico picaflor de Juan Fernández (Sephanoides fernandensis) es la ave más célebre de la isla. Presenta dimorfismo sexual, siendo el macho de color rojo anaranjado y la hembra, más pequeña, de tonos azul y verde. Se encuentra en peligro de extinción.

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En el valle bajo el cerro Centinela queda un pequeño bosquete protegido de los fuertes y constantes vientos, destacándose la luma con su follaje nuevo de color rojizo. Es el árbol endémico que más abunda en Juan Fernández. Por lo general crece asociado con otras especies. 291


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Al amanecer, en el cerro Alto se distinguen diversos bosquetes. En los sectores más bajos, la vegetación introducida ha ido invadiendo la isla, mezclándose con árboles nativos, constituyéndose en la mayor amenaza para las valiosas especies de Juan Fernández. En los llamados parches o bosquetes que se ven en los sectores altos, el bosque es 100 por ciento endémico.

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Isla Mocha desde el aire

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Isla Mocha tiene una superficie de 42 km2 con una pequeña cadena montañosa que no supera los 300 msnm. Las tierras bajas aledañas a la franja costera fueron ocupadas por asentamientos humanos, razón que explica la ausencia de bosques. En su lugar, hoy sólo hay pastizales y arbustos bajos. A partir de los 100 msnm se desarrolla el bosque nativo, reserva natural que administra CONAF.

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Del denso bosque en las laderas de los cerros, sobresalen los olivillos (Aextoxicon punctatum), haciendo frente a los fuertes vientos del océano. El bosque de ‘la Mocha’ es similar al valdiviano. Está compuesto por olivillos, arrayanes, canelos, ulmos, lumas, tepas y lingues. Sólo están ausentes los nothofagus.

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Arrayanes en sendero a laguna Bonita


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La bruma salina costera, propia del clima húmedo oceánico, penetra el denso bosque de olivillos. Por el tamaño de los árboles (hasta 40 m de altura) y el diámetro de sus troncos, se cree que éste puede ser un bosque primario, nunca talado ni intervenido por el hombre.

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En la parte inferior del bosque, llegando a la planicie costera, sobrevive un pequeño bosque puro de boldos (Peumus boldo) que se encuentran doblados por la acción del viento. La cubierta herbácea es propia de las zonas más bajas.

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Neblina costera en el bosque Santa InĂŠs

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Ladera suroriente, bosque Santa InĂŠs, Pichidangui


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El cerro Santa In茅s es el de mayor altura en el sector inmediato a la bah铆a de Pichidangui. Este bosque relicto de olivillos se gener贸 por efecto de la condensaci贸n de las neblinas costeras.

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El conjunto de olivillos, naranjillos, molles, litres y boldos forma un bosque mixto de gran atractivo en la zona. Hoy es motivo de estudio para conocer mejor su flora. Entre las especies Ăşnicas por proteger estĂĄn la Passiflora pinnatistipula y la Pouteria splendens, el lĂşcumo chileno.

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Parque nacional Fray Jorge


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El parque nacional Fray Jorge fue nombrado Reserva Mundial de la Biosfera por la UNESCO, en razón de los valiosos bosques relictos que se desarrollan en las cumbres y laderas de los cerros Talinay. Estos bosques, que quedaron aislados luego de las últimas glaciaciones, tienen una composición florística similar a otros más al sur. Los olivillos destacan por su altura, junto a canelos y arrayanes. Crecen entremezclados con arbustos bajos como yermos, baccharis y alcaparras.

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Si en el resto de Fray Jorge la precipitaci贸n media es de 250 mm, al interior del bosque, por efecto de la neblina, cae una fina lluvia que alcanza 800 mm anuales. En los bosques de niebla de la costa, a 600 m de altitud, la humedad permanente permite que se desarrollen estos olivillos.

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Debido a la humedad, el hongo ‘oreja de palo’ (Ganoderma australe), propio del sur, habita los troncos de árboles. (foto izq.) La mayoría de los troncos al interior del bosque se encuentran cubiertos de musgos, helechos y enredaderas como la ‘medallita’ (foto derecha). Incluso, en forma excepcional, se encuentran copihues.

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Vista al mar desde un mirador en el sendero de Fray Jorge. Se aprecia en primer plano un grupo de canelos y boldos y, a lo lejos, los sectores secos que no reciben la humedad que otorga el bosque gracias a las neblinas costeras.

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BOSQUES de Chile

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Árboles de Chile BOSQUES XEROFÍTICOS

Algarrobo.......................................... Prosopis chilensis Algarrobo blanco............................... Prosopis alba Carza................................................. Haplorhus peruviana Chañar............................................... Geoffrea decorticans Pacama.............................................. Myrica pavonis Pimiento............................................ Schinus molle Queñoa............................................. Polylepis rugulosa Queñoa de altura............................... Polylepis tarapacana * Tamarugo........................................... Prosopis tamarugo * Tara.................................................... Caesalpinia spinosa Yaro..............................................Acacia macracantha BOSQUEs ESCLERÓFILOs

Algarrobo.......................................... Prosopis chilensis * Arrayán.............................................. Myrceugenia obtusa * Belloto del norte................................ Beilschmiedia miersii * Boldo................................................. Peumus boldus * Bollén................................................ Kageneckia oblonga * Canelo............................................... Drimys winteri Ciprés de la cordillera........................ Austrocedrus chilensis * Corontillo.......................................... Escallonia pulverulenta Espino............................................... Acacia caven * Frangel............................................... Kageneckia angustifolia * Guayacán........................................... Porliera chilensis * Hualo, roble maulino.......................... Nothofagus glauca Huingán............................................ Schinus polygamus * Lingue............................................... Persea lingue * Litre................................................... Lithraea caustica * Lúcumo............................................. Pouteria splendens * Lun.................................................... Escallonia revoluta Maitén............................................... Maytenus boaria Maqui................................................ Aristotelia chilensis * Mayo, pelu......................................... Sophora macrocarpa * Molle................................................. Schinus latifolia * Naranjillo........................................... Citronella mucronata * Olivillo.............................................. Aextoxicon punctatum * Palma................................................. Jubaea chilensis * Patagua.............................................. Crinodendron patagua * Petra, pitra.......................................... Myrceugenia exsucca * Petrillo............................................... Myrceugenia correaáfolia

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Peumo............................................... Cryptocarya alba Quebracho........................................ Cassia closiana * Quillay............................................... Quillaja saponaria Radal................................................. Lomatia hirsuta * Roble de Santiago.............................. Nothofagus macrocarpa Sauce criollo...................................... Salix humboldtiana * Tayu................................................... Dasyphyllum excelsum * Temu.................................................. Blepharocalyx cruckshanksii *

BOSQUES TEMPLADO LLUVIOSO

Alerce................................................ Fitzroya cupressoides Araucaria........................................... Araucaria araucana Arrayán.............................................. Luma apiculata Avellano........................................Gevuina avellana * Belloto del sur.................................... Beilchmiedia berteroana * Boldo................................................. Peumus boldo Canelo............................................... Drimys winteri * Chaquihue......................................... Crinodendron hookerianum Ciprés de la cordillera........................ Austrocedrus chilensis * Coigüe o coihue de Chiloé ............... Nothofagus nitida Fuinque............................................. Lomatia ferruginea * Guindo santo..................................... Eucryphia glutinosa * Laurel................................................ Laurelia sempervirens Lenga................................................. Nothofagus pumilio Lingue............................................... Persea lingue * Lleuque............................................. Prumnopitys andina * Luma................................................. Amomyrtus luma Mañío macho, mañío hoja punzante .. Podocarpus nubigena * Mañío hoja larga................................ Podocarpus saligna Mañío hembra, mañío hoja corta ...... Saxegothaea conspicua Maqui................................................ Aristotelia maqui * Melí................................................... Amomyrtus meli * Naranjillo, huillipatagua...................... Citronella mucronata Notro................................................ Embothrium coccineum Ñirre................................................. Nothofagus antarctica Olivillo.............................................. Aextoxicon punctatum * Palo santo.......................................... Dasyphyllum diacanthoides Pelú, pilo pilo..................................... Sophora cassioides * Pitrapitra............................................ Myrceugenia planiples * Pillo Pillo........................................... Ovidia pillopillo


Piñol, avellanillo................................. Lomatia dentata Queule.............................................. Gomortega queule Radal................................................. Lomatia hirsuta Raulí................................................. Nothofagus alpina Roble................................................ Nothofagus obliqua * Ruil................................................... Nothofagus alessandrii Sauco del diablo................................. Raukana laetevirens * Temu, palo colorado........................... Blepharocalyx cruckshanksii Tepú.................................................. Tepualia stipularis Tepa................................................... Laureliopsis philippiana Tiaca................................................. Caldcluvia paniculata Tineo................................................ Weinmannia trichosperma Ulmo................................................. Eucryphia cordifolia * *

BOSQUEs SUBANTÁRTICO O PATAGÓNICO......................................................

Alerce................................................ Fitzroya cupressoides Canelo............................................... Drimys winteri Ciprés de las Guaitecas....................... Pilgerodendron uviferum * Ciruelillo, notro................................. Embothrium coccineum Coigüe o coihue de Magallanes.......... Nothofagus betuloides Lenga................................................. Nothofagus pumilio Leña dura........................................... Maytenus magellanica Mañío macho.................................... Podocarpus nubigena Ñirre................................................. Nothofagus antarctica Tepú.................................................. Tepualia stipularis

ISLA MOCHA

Boldo................................................. Peumus boldo Canelo............................................... Drimys winteri Lingue............................................... Persea lingue * Luma................................................. Amomyrtus luma Olivillo.............................................. Aextoxicon punctatum * Ulmo................................................. Eucryphia cordifolia *

BOSQUE SANTA INÉS

Canelo............................................... Drimys winteri * Lúcumo silvestre................................ Pouteria splendens * Naranjillo........................................... Citronella mucronata Olivillo.............................................. Aextoxicon punctatum * Petrillo............................................... Myrceugenia correaefolia * Peumo............................................... Cryptocarya alba FRAY JORGE

Boldo................................................. Peumus boldo Canelo............................................... Drimys winteri * Lúcumo silvestre................................ Pouteria splendens * Naranjillo........................................... Citronella mucronata Olivillo.............................................. Aextoxicon punctatum * Petrillo............................................... Myrceugenia correaefolia * Peumo............................................... Cryptocarya alba * Quebracho......................................... Senna stipulacea *

BOSQUES SINGULARES Juan Fernández * * * * * * * *

Canelo de Juan Fernández ................ Drimys confertifolia Chonta.............................................. Juania australis Juan bueno......................................... Rhaphithamnus venustus Luma ................................................ Myrceugenia fernandeziana Madera dura....................................... Saphora fernandeziana Manzano de Juan Fernandez ............. Boehmeria excelsa Naranjillo........................................... Fagara mayu Peralillo.............................................. Coprosma pyrifolia * Endémico - Sólo crece en Chile.

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Bibliografía • Altamirano, Tomás A; Ibarra, José T; Hernández, Felipe; Rojas, Isabel; Laker, Jerry; Bonacic, Cristián. Hábitos de Nidificación de las Aves del Bosque Templado Andino de Chile - Fondo de Protección Ambiental, Ministerio del Medio Ambiente, Santiago, Chile, 2012. • Araya, Braulio y Millie, Guillermo. Guía de Campo de las Aves de Chile - Editorial Universitaria, Santiago, Chile, 2000. • Armesto, Juan J; Villagrán, Carolina; Kalin Arroyo, Mary T. Ecología de los Bosques Nativos de Chile - Editorial Universitaria, Santiago, Chile, 2005. • Corporación Nacional Forestal. Chile, sus Parques Nacionales y otras Áreas Naturales - Incafo S.A., Santiago, Chile, 1982. • Couve, Enrique y Vidal, Claudio. Aves de Patagonia, Tierra del Fuego y Península Antártica - Editorial Fantástico Sur Birding Ltda., 2003. • Danton, Philippe. Plantas Silvestres de la Isla Robinson Crusoe, Guía de Reconocimiento - Conaf (Corporación Nacional Forestal),Valparaíso, Chile, 2004. • Defensores del Bosque Chileno. El Bosque Chilote - Colección Bosqueduca, Santiago, Chile, 1999. • Elórtegui, Sergio y Moreira, Andrés. Parque Nacional La Campana - Corporación Taller La Era, Santiago, Chile, 2002. • García, Nicolás y Hormázabal, César. Árboles Nativos de Chile - Gerencia Comunicacional Enersis S.A., 2007. • Gajardo, Rodolfo. La Vegetación Natural de Chile: Clasificación y Distribución Geográfica - Editorial Universitaria, Santiago, Chile, 1994. • Hoffmann, Adriana y colaboradores. Enciclopedia de los Bosques Chilenos, Conservación -Biodiversidad– Sustentabilidad - Colección Voces del Bosque, Santiago, Chile, 2001. • Johow, Federico. Flora de las Plantas Vasculares de Zapallar - Edición ampliada por Carolina Villagrán, Clodomiro Marticorena y Juan J. Armesto, 2007. • Otero, Luis. La Huella del Fuego, Historia de los Bosques Nativos - Pehuén Editores, Santiago, Chile, 2006. • Ramírez, Gilmar M. y Pincheira, Daniel. Fauna del Altiplano y Desierto de Atacama - Ediciones Phrynosaura, Santiago, Chile, 2005. • Riedemann, Paulina y Aldunate, Gustavo. Flora Nativa de Valor Ornamental. Identificación y Propagación (Zona Centro) - Editorial Andrés Bello, Santiago, Chile, 2001. • Riedemann, Paulina y Aldunate, Gustavo. Flora Nativa de Valor Ornamental. Identificación y Propagación (Zona Sur y Austral) - Editorial Andrés Bello, Santiago, Chile, 2003. • Riedemann, Paulina y Aldunate, Gustavo. Flora Nativa de Valor Ornamental, Identificación y Propagación (Zona Norte) - Editorial Andrés Bello, Santiago, Chile, 2006. • Sepúlveda, César y Storandt, Hans (Editores). La Palma Chilena y la Palmería de Cocalán - Santiago, Chile, 1996. • Squeo, F.A; Gutiérrez J.R y Hernández, I.R, Editores. Historia Natural del Parque Nacional Bosque Fray Jorge - Ediciones Universidad de La Serena, La Serena, Chile, 2004.

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Se consultaron también revistas especializadas, artículos y la información disponible en Internet. • www.viarural.cl • www.fao.org • www.arbolesornamentales.es • www.laesferaverde.cl • www.memoriadechile.cl • www.chilebosque.cl • www.karukinkanatural.cl Biblioredes: • www.patagoniamistica.info/Flora-y-Fauna.php • islajechica.cl/docs/turberas_y_flora_jechica.pdf • http://www.scielo.cl/pdf/ainpat/v38n1/art2.pdf para ver archipiélagos • www.biouls.cl • www.chilebosque.cl/foro • www.scielo.cl/pdf/ainpat/v38n1/art2.pdf • http://chileensusregiones.blogspot.com/2008/04/zona-austral_10.html • www.mma.gob.cl/biodiversidad • www.fantasticosur.com/torres-del-paine/flora-and-fauna/ • www.arkive.org • www.parquesparachile.cl

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fundaci贸n san ignacio del huinay

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