GPL Magazine Unlimited, Agosto 2020 Vol 1 No. 4

Page 22

LA SEXUALIDAD Por Guadalupe García Sánchez

Este tema es complejo y en casi todos los espacios se torna difícil de abordar, mi caso no es la excepción. Sin embargo, como dicen sabiamente los psicólogos, hablar para sanar, la efectividad de la terapia está en la palabra. Así que en esta ocasión tomo esta oportunidad que se me ha presentado para compartirles mi historia, esperando crear comunidad y que sepas, lectora/lector, que todos somos parte de una misma historia. Mi vida fue quizás como la de muchas personas, estuvo llena de tabúes sexuales con un padre de ideas demasiado rígidas acerca de la educación de sus hijas e hijos, dominante, controlador, ¿saben? de los que dominan con la mirada, se molestaba y nos dejaba de hablar, era machista y albergaba grandes miedos de que nos pasara algo malo. Evitaba al máximo que saliéramos de casa, o incluso que fueran nuestros amigos para visitarnos. Cabe mencionar que somos una familia numerosa, tengo 5 hermanas y 2 hermanos, y debido a esa infancia llena de control y temores de mi padre llevados al máximo, mis hermanas mayores se casaron muy jóvenes de 17 y 19 años buscando escapar de casa. Personalmente, fue en mi adolescencia donde sentí los límites más marcados. Recuerdo que a los 9 años, mi papá le dijo a mi mamá que no le gustaba que yo usara short, nunca se me dijo el porqué de su comentario (ahora infiero que tal vez se debía a una sexualización de mi cuerpo, fenómeno común en el mundo en el que vivimos), pero desde ese momento empecé a vestir como niño con pantalones, evitaba al máximo que se me notara el cambio y crecimiento de mi cuerpo usando ropa muy holgada y me cubriera aunque el calor fuera muy fuerte. Sentía pena, como si evitara ofender a los hombres con mi desarrollo, no sentía seguridad o libertad de vestir como me sintiera mejor ni siquiera en casa, mi lugar seguro. En casa mencionar la palabra sexo era un pecado, incluso para mi abuela, quien nos decía que “eso era malo”, que nuestra menstruación “debía ser un secreto”, porque en esos días éramos sucias y

22 | REFLEXION I GPL MAGAZINE UNLIMITED

PARA HABLAR DE SEXO ES NECESARIO DERRIBAR LOS VIEJOS TABÚES EN TORNO AL TEMA Y NO SOLO EN LA PAREJA, SINO EN EL NÚCLEO FAMILIAR, LA IGLESIA Y LA ESCUELA.

En casa mencionar la palabra sexo era un pecado, incluso para mi abuela, quien nos decía que “eso era malo”, que nuestra menstruación “debía ser un secreto”, porque en esos días éramos sucias y nadie debía enterarse, ni mi padre o mis hermanos. Recuerdo que cuando salía un comercial en la TV sobre las toallas femeninas, mi hermano de 6 años preguntaba qué eran, y mi mamá le decía que eran productos para limpiar los muebles porque eran absorbentes. Haciendo memoria, no nos permitían comer cebolla hasta que hubiéramos hecho la primera comunión… tiempo después me enteré de que podían ser afrodisíacas y ese era el motivo de la prohibición, para evitar el pecado. ¿Cuál es la principal consecuencia de una educación así? La represión que tuve por mi padre y la sumisión de mi madre, me llevaron a ser una mujer insegura y permisiva durante muchos años. He convivido con muchas mujeres que han permitido que sus esposos reciban su sueldo, o incluso se los arrebaten sin su consentimiento. Una de mis hermanas llevaba las finanzas de una empresa, y nos contaba en casa que algunas mujeres le pedían que les hiciera 2 cheques para separar su dinero y evitar que sus esposos les quitaran todo. Esto también es agresión… Considero desde mi experiencia, que la misma historia puede parecerse en muchos tenores a la de otras mujeres; sin embargo, el resultado que muchas vivimos es bastante similar, y es un reflejo de la sociedad en la que vivimos. Por ejemplo, está mal entendido el que una mujer sea amable con un hombre, ya que algunos piensan que pretenden otra cosa. Y cuando las mujeres sufren abusos, muchas veces las culpan, y además de sufrir por los ataques sexuales, viven con la culpa, no son apoyadas y además las llegan a casar con sus propios agresores. Incluso en esta época, el que seamos gobernadas y gobernados por hombres sin interés en estas agresiones, provoca que se les de tan poca importancia a este tipo de delitos, no es de extrañarse que los feminicidios aumenten de forma tan exponencial. Esto se resume a la falta y decadencia en la educación, cultura y fe en Dios, regalos que deben cultivarse desde la familia, sabiendo que a Dios es a quién se le debe rendir obediencia en su palabra y dejar que sea él quien guíe nuestras vidas.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.