Paz en Medio del COVID Existe una realidad y es que estamos viviendo tiempos difíciles, el covid-19 apareció sin avisar. Solo Dios sabía que llegaría, me hace pensar cuando a Jesús le estaba llegando la hora de morir en la cruz y fue al monte a orar. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú (Mateo 26:38-39) No está mal estar triste, llorar y hasta sentir miedo. Jesús siendo Dios lo sintió, quienes somos nosotros para no sentirnos tristes? Veamos la enseñanza que nos deja: “yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando…” Jesús hizo este acto 3 veces porque una vez no le fue suficiente, no creas que por ir a orar una vez por esa tristeza o dolor que sientes ya lograras salir de ese hoyo. Viví momentos muy difíciles en mi vida, puedo decir que me sentí como Jesús “mi alma estaba muy triste hasta la muerte” y fue la oración la que me sostuvo, recuerdo que iba a mi closet unas 15 veces diarias a orar para pelear con ese dolor, luego bajaron a 10, 5, 3, 2, cuando llegue al número 2 ya Dios me había fortalecido y levantado. No te conformes a orar una vez, orar hasta que seas fortalecido.
Jienni Ramos.
Ayer mientras dábamos una clase de enmiendas, logré prestar atención a varios testimonios. Desde ese momento no he dejado de meditar que no soy la única que ha pasado situaciones difíciles y ellos tampoco lo son. Entendí que Dios permite situaciones difíciles en cada uno con un gran propósito y es poder ir ayudándonos unos con otros, para darnos cuentas que no somos los únicos con heridas y que existen personas que quisieran tener mi situación porque es más llevadera que la de ellos. El problema está en que nos enfocamos en nosotros mismos creyendo que nuestro problema es el más grave y no, lamento decirte que existen personas con ganas de tener un hijo en problemas porque ya a ellos se les murió, otros quisieran tener mi enfermedad porque tienen a alguien muriendo en un hospital, que tal el que tiene problemas en el matrimonio cuando otros están en el desconsuelo del divorcio o la viudez. Recordemos al Rey David que también pasó tormentas muy fuertes, pero no se dejó vencer. “Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificaras; Contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano, Y me salvará tu diestra. Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh, Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos. (Salmo 138:7-8)
@Elcamino0
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