El Otro Cine - EDOC13

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amores, adioses, encuentros, hallazgos, besos, agonías, luchas, hecatombes, renacimientos, apuestas, duelos, exilios, retornos, confesiones, susurros, tropiezos, levantamientos, rememoraciones, silencios alemán, árabe, awajún, aymara, bambara, bayaka, bengalí, butanés, catalán, criollo haitiano, checo, español, euskera, farsi, francés, francés acadiano, gallego, holandés, indonesio, inglés, japonés, lingala, mandarín, nepalí, portugués, rumano, ruso, tamil, wayuunaiki, xavante fotografía, cómic, manga, película hallada, animación, nota de prensa, libro, testimonio, dibujo, seña, muñecos, color En los EDOC13 escucharemos voces en 30 lenguas, en 120 documentales que nos presentan 120 versiones del mundo fundadas en dichos idiomas, en un sinnúmero de lenguajes construidos con una infinidad de archivos y recursos.

NO. 11 MAYO 2014 ECUADOR

¿En qué (lengua) pensamos mientras besamos? ¿En cuál hacemos duelo? ¿Cómo nombramos a nuestros muertos? ¿Cuánto dura el amor, cuánto la lucha? Con 120 maneras de estar en el mundo, los invitamos a acoger estos itinerarios para celebrar la vida y el cine. ¡Bienvenidas, bienvenidos, bienvenides!


CÓMO NOS VEN, CÓMO NOS VEMOS

El Otro Cine-EOC El periódico de los EDOC Director ejecutivo: Manolo Sarmiento Directora artística: María Campaña Ramia Editora EOC: Cristina Burneo Salazar Asistente de edición: María José Gutiérrez Jiménez Articulistas 2014: Pocho Álvarez, Ramiro Ávila Santamaría, Marion Berger, Carlos Bonfim, Francisco Burdiles, Santiago Carrión, Iván Carvajal, Orisel Castro, Alexandra Cuesta, Jorge Flores Velasco, Gustavo Hidrovo, Dolores Lima Vales, Daniela Merino, Marie Miqueu, Pablo Mogrovejo, Alfredo Mora Manzano, York Neudel, José Peña Loyola, Olga Rodríguez Ulloa, Lynne Sachs, Alejandra Santillana Ortiz, Manolo Sarmiento, Raquel Schefer, Carla Valencia Dávila Foto de portada: Alicia Cahuiya, Fotograma de Secretos del Yasuní, Carlos Andrés Vera Diseño y diagramación: Catalina Pérez Correctora de estilo: Cristina Marchán Publicidad y logos: Martha Játiva, Santiago Carrión Impresión: El Telégrafo Una publicación de Corporación CinememoriaEncuentros del Otro Cine Av. de los Shyris s/n y Pasaje Rumipamba, Quito Ecuador Teléfonos: (593) 3330994; 3332722

ÍNDICE Editorial 2

¿Y ahora? Recuérdame

El grill de César

María Campaña Ramia

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Película de apertura EDOC13

La cámara es un arma

Daniela Merino

Sección: La Rusia de Putin

Escribir Películas

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El Conejo, ese talismán

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Iván Carvajal La fragancia de la cosecha

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Sección: Los años mozos, historias de juventud

Espacios en ruptura Cine experimental de Los Ángeles y Nueva York 14 15

Pablo Mogrovejo

Retrospectiva de Helena Trestíková

La amistad y la posibilidad de vivir

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Sobre Asier y yo Derechos ambientales: derechos humanos

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Secretos del Yasuní: bosquejo de un conflicto en desarrollo

8

Santiago Carrión El escándalo de lo cotidiano

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La izquiera enfocada

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Terapia de parejas

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Manolo Sarmiento

Sobre Patricio Guzmán y la censura

Panorama: coincidencias y tendencias en el otro cine

La muerte de Jaime Roldós y El grill de César,

Orisel Castro

premiados en Toulouse

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Sobre Suitcase of Love and Shame

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Marie Miqueu Storyhunter 26

Orisel Castro 20

Las mujeres en los EDOC

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Estrenos ecuatorianos EDOC 2014,

Sección: Paisaje

próximamente en salas 21

antigua del mundo

Gustavo Hidrovo

Cristina Burneo Salazar 21

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Subtítulos hechos en los EDOC. La profesión más

Documental animado Color de piel: miel

El registro de las pasiones

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Francisco Burdiles V.

Sección: Ancho y ajeno, panorama del mundo

El trazo que marca lo real

Daniel Avilés

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24

Carla Valencia Dávila Vivir en ninguna parte

Raquel Schefer 10

16-17

El almanaque, Return to Homs, Poder e impotencia

Sección: La divina pareja

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Christian León En primer plano

York Neudel En la salud y en la enfermedad

II Coloquio Internacional de Cine documental 16-17

Sección: Retrato

Cine y paisaje

Alejandra Santillana Ortiz

Carta Blanca al Festival de Cine Africano de Córdoba

Sección: Palabra política

Clínica y poética

Olga Rodríguez Ulloa

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Alexandra Cuesta y Lynne Sachs

Jorge Flores Velasco Destacados del cine político

Manolo Sarmiento

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Marion Berger

María Campaña Ramia No hay cine sin ideología

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Carlos Bonfim

Alfredo Mora Manzano Helena Trestíková: la cineasta del tiempo 6

Punto y aparte Aprender con Eduardo Coutinho

York Neudel

Programación EDOC para la “sub 18”

Cristina Burneo Salazar

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Gabriel García Márquez (texto de 1948)

Sección: Cómo nos ven, cómo nos vemos Satán vino al Edén

Maneras de narrar la vida Homenaje a Gabriel García Márquez

“En frente de las sombras, de espaldas a la aurora”

Pocho Álvarez

Sobre Awake in a bad dream

www.festivaledoc.org

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Del Sur al Sur

Largometraje animado

Documentales ecuatorianos en BAFICI

María Campaña Ramia

José Peña Loyola

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Dolores Lima El grill de César, Darío Aguirre

Fotograma: Acoso a Íntag, Pocho Álvarez

editorial ¿DE QUIÉN ES ESTA IMAGEN?

La historia de la memoria fue por mucho tiempo la historia de sus soportes; desde ahora tiende a convertirse en la historia de los derechos que la poseen. Emmanuel Hoog ¿De quién es la imagen del Presidente de la República? ¿A quién pertenece ese retrato, esa voz, ese performance de líder y go-

bernante? Los archivos nacionales, aquello que nos dice quiénes somos y a dónde pertenecemos, esos links que circulan en el espacio virtual, ¿de quién son? Ocurre que hay una empresa denominada Ares Rights que está dedicada desde hace algún tiempo a retirar de Youtube y de otros servicios de Internet los contenidos que incorporan esa imagen cuando éstos no le complacen, con el argumento de que esa imagen es propiedad privada: “infracciones de copyright”. La película Acoso a Íntag, del cineasta Pocho Álvarez, en la que se replican algunas afirmaciones descorteces del presidente Correa acerca del activista Carlos Zorrilla, fue retirada del Internet por esta causa.

El argumento de la propiedad privada nos parece inquietante. Es obvio que se trata de un subterfugio legal, que lo importante es evitar que ese contenido se difunda, que es una estratagema de la lucha informativa que se libra. Pero, ese subterfugio es inquietante por sus implicaciones, pues, ¿quién puede dudar que la imagen de nuestro presidente es nuestra y de que la podemos interpretar, citar e interpelar? Alegar que esa imagen es propiedad privada implica suponer que una parte de nuestra propia memoria no nos pertenece. Se trata de un tema central porque el Presidente del Ecuador no es el único que alega este derecho de propiedad privada. La legislación de propiedad intelectual, por cuya reforma muchas voces del mundo claman a fin de destrabar la arteriosclerosis de la web, es también el argumento central de los grandes detentadores de contenidos del mundo. La memoria de la humanidad tiene dueños y esos dueños defienden con garras su propiedad privada. ¿Qué clase de sociedad seríamos sin imágenes? ¿Es posible pensarnos fuera del universo visual que hoy nos constituye? Una sociedad con imágenes censuradas es una sociedad opresora porque no nos permite imaginar, dijo alguna vez Octavio Paz. Es verdad. Sin esa libertad, la narrativa de lo que concebimos como realidad será siempre mutilada. Esta décimotercera edición de los EDOC va como un homenaje a la libertad de imaginar ese universo visual que nos constituye.

Sedes

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Quito mayo 22 a junio 1

Sala Alfredo Pareja Diezcanseco, CCE: 6 de Diciembre y Patria, esquina

Guayaquil 24 de mayo a 3 de junio

Ocho y medio: Valladolid N24-353 y Vizcaya, La Floresta

Flacso cine: Calle San Salvador E7-42 y Pradera

MAAC Cine: Malecón Simón Bolívar and Calle Loja, Guayaquil, Ecuador

INCINE: Lugo N24-298 y Vizcaya, La Floresta

Cinemática: Paseo San Francisco, Cumbayá

El GRILL DE CÉSAR Daniela Merino

El grill de César, de Darío Aguirre, película inaugural de los EDOC13, es una producción germano-ecuatoriana que tuvo su estreno mundial en el festival Visions du Réel, en Nyon, Suiza, en 2013. Desde entonces ha estado presente en 15 festivales del mundo donde ha obtenido seis premios. Hoy, por fin, la película ha llegado a casa.

Carne. Carne en palito. Papas “Cecilia”. Pasteles. De caramelo. De durazno. Un restaurante y sus deudas. El dueño: un padre. Quien hace los pasteles: la madre. Quien salva el negocio: el hijo. El hijo vegetariano, el hijo ausente, el que ha vivido fuera por largo tiempo y que debe regresar. El grill de César es un documental sobre la reconstrucción de un pequeño negocio del padre de Darío Aguirre, director de este trabajo. Esta es solo la capa externa de una cinta que nos conduce sutilmente al mundo de las relaciones, de los sentimientos, de las heridas sin sanar. Se trata de un documental personal y por ello su naturaleza es aún más arriesgada: la historia no es de los otros, es autobiográfica y es la propia desnudez la que se exhibe en la pantalla grande, para el deleite o la censura de quienes la vemos. Nos cautiva porque, desde lo más íntimo, atraviesa la piel de lo ajeno, y desde lo más profundo, abarca lo universal. Esta es la magia de este tipo de filmes: hablan de mí, de ustedes, de nosotros, de todos, y después de unos minutos el autor hasta pareciera ser irrelevante. Su historia individual pasa a segundo plano, porque la fibra que se toca es la que nos hace humanos y en ese territorio todos somos parte del mismo tejido. Hace pocas semanas tuve el privilegio de entrevistar -con las limitaciones de la distan-

cia pero con las ventajas de la tecnología- a Darío Aguirre. Él es uno de esos directores que se desnudan para exponerlo todo, o casi todo. Darío es de Ecuador, pero vive en Hamburgo desde hace poco más de doce años. Debido a esta distancia, lo más conveniente resultaba hacer una entrevista por skype. Lamentablemente, por la agenda tan intensa que Darío tiene ahora, no la pudimos hacer. Justamente se encontraba de gira por Europa con El grill de César. Sin embargo mantuvimos una cálida correspondencia por correo electrónico y el cineasta pudo contestar a mis preguntas. Fue extraño mirar a Darío en su película, ser una voyeuse de un pedazo de su vida y luego mantener correspondencia con él. Siempre tuve la sensación de estar hablando de una tercera persona, de un director desconocido, de la vida de otro, cuando en realidad Darío me estaba hablando de él, de su película, de esta cinta que ahora era un espejo que reflejaba una parte muy significativa de su vida. Entonces me di cuenta de que es esta misma cercanía la que provoca su cámara, es decir, su mirada: esa mirada que es testigo y creadora de su propia intimidad. Esta distancia y cercanía que produce la película viene de la honestidad, no de la pretensión. Es la distancia sensible, callada, que sabe hasta dónde llegar y cómo hacerlo para poder ahondar en el mis-

terio de la intimidad, de un viaje que comienza en un continente, termina en otro, pero que en realidad solo es un viaje hacia el interior de la historia que tenemos con nuestros padres, con nuestra patria, con nuestro pasado. De Hamburgo a Ambato hay más que un Atlántico y catorce horas de vuelo. Hay doce años de por medio, un restaurante que está quebrando y una relación fragmentada y llena de silencios entre un padre y su hijo. El puente entre todo esto es una madre tierna, inteligente y observadora quien, de alguna manera, puede sanar las heridas de su familia. La historia da un giro inesperado que deja al padre y al hijo en una confrontación de intereses personales. Hay una batalla silenciosa entre ellos dos. Una batalla llevadera, pero punzante. A medida que pasan los minutos descubrimos quién es Darío y cómo es su padre: dos almas opuestas que, en realidad, buscan lo mismo. Ambos quieren el afecto del otro, la aprobación del otro, la reafirmación en el otro, pero ninguno sabe cómo pedir lo que en realidad necesita. La carne, los pinchos, los pasteles, los empleados, la pintura o la extensión del restaurante son la excusa perfecta para evadir la intimidad entre padre e hijo y, al mismo tiempo, son la excusa necesaria para la reconstrucción de su relación.

Darío, quien se fue de su querido Ecuador a los 19 años siguiendo a una mujer alemana, comenzó este documental con una llamada de su padre. Sin darse cuenta, se fue convirtiendo en un asesor a control remoto. Pero había algo más en esas llamadas cotidianas, eran en realidad un “llamado a la cercanía”, me cuenta. Darío debía volver al Ecuador. Esta sería su nueva historia, su nuevo documental. Este tipo de cine es conmovedor y cautivante, pero para quien lo realiza es exponerse muy íntimamente -quepa la paradoja. Y esto implica un crecimiento personal que “llega de muchas direcciones”, dice Darío, derrumbando la imagen que uno tiene de la verdad. El grill de César es una historia hecha de muchas capas; para llegar a su centro hay que adentrarse en los sutiles detalles de la vida cotidiana de un restaurante, en la manera en que se corta la carne, en la forma de atender a los clientes, en una pared que está demás y que hay que derrumbar...metáforas de los vericuetos de una historia familiar, única, que nos habla a todos. -edoc13

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CÓMO NOS VEN, CÓMO NOS VEMOS

Escribir películas Pocho Alvarez W., 13 de abril de 2014

La historia de la izquierda en Ecuador es lo que relata este vasto documental de Pocho Álvarez, cineasta constante y reconocido por sus más de cien trabajos a lo largo de su carrera. El personaje central es el mítico Conejo Velasco.

Cuando Cristina Burneo, después de que viéramos juntos el documental del Conejo Velasco, me propuso escribir desde el yo profundo una reflexión sobre esa época, el tiempo de conejos que me habita, no pensé que este ejercicio de inmersión en la piel de adentro me resultaría tan complejo…Sin embargo, avocado a cumplir con la palabra, divagar sobre el significado de escribir fue el principio de este reto. “Escribir películas” es una forma de oración, es conocer al otro nosotros que nos hace ser, me dije en un primer momento. Luego, intentando profundizar, pensé: Es un develar del silencio que uno guarda, una forma de revisar el tiempo y sus calendarios… es la memoria y sus recuerdos y ese yo social que, en el andar, se fue dejando o quedó enredado en las páginas, en los cajones de los calendarios y sus fechas… “Escribir películas”, en fin, es mostrar el yo más profundo desde los silen-

cios que habito y ando. Es compartir la luz de la cámara que mira y que hizo la película documental El Conejo Velasco, y algunas otras, antes. En esta película, el escribir es también un recorrer la memoria de una época, un mirar los tiempos de esperanza y de ruptura, de construcción y cambio de un país en tránsito, embriagado en ese entonces por el aliento del petróleo, el crudo de las dictaduras y el llamado desarrollo de los azarosos años sesenta y setenta del siglo XX. “Escribir películas”, el documental del Conejo, es volverse colectivo, quimera de unidad y abrazo de utopía, es soñar la revolución como la esencia más profunda de esa generación y su tiempo peregrino. Es también recuerdo que a veces duele, no solo por la timidez y limitación de la palabra escrita, sino también por la condición humana, por el sentimiento que cruza a estos trazos llamados letras y su ritual de olvidos. “Escribir películas”, a la larga, es una cita-desafío

a la memoria que es historia de un nosotros. Por ello, cuando Hernán Rodas nos dijo, durante la filmación del documental, que “recordar es traer al corazón…” ahora, terminada la película y su proceso creativo, comprendo que la película El Conejo Velasco fue, en efecto, esa reflexión de Hernán: traer el corazón de una generación que soñó con la revolución y que, en ese latido, lleva su memoria y sentimiento, su pensamiento crítico, para que dé cuenta del mañana que estamos construyendo. Porque mirando hacia atrás, desde este ahora verdeflex, autoproclamado tiempo de revolución, la vida del Conejo es una luz de wipala que rasga oscuridad y, como toda luz arcoiris, es esencial. Su brillo multicolor, que no se extingue, regresa como un cometa para iluminar y nutrir este calendario gris que nos habita. Volar de cometa para mostrar el sur, para saber que el tiempo horizontal que no alcanza se extiende en la vertical infinita de

CÓMO NOS VEN, CÓMO NOS VEMOS

los sueños, volar de Conejo para saber que la utopía de la revolución sigue siendo un pendiente de la historia de este Ecuador andino que, como lo escribió Jorge Enrique Adoum, “es un país donde el gallo canta siempre cuando hemos negado tres veces a quien vale”. Memoria y recuerdo escriben películas, recuerdo y memoria hacen historia, pertenencia e identidad. Zurcen el alma colectiva. En ese sentido, la evocación en cámara del significado y la importancia de la coherencia, la humildad y el compromiso como construcción y principio de la utopía, como la que compartió con nosotros en su testimonio Estuardo Gallegos, a partir de su contacto con el Conejo, traza un principio: “…No cualquiera puede leer los signos de los tiempos, creo que el Fernando Velasco tenía el privilegio de leerlos académicamente, con lo cual su palabra era más respetable, porque nuestro pueblo sencillo así es, al leído y escribido le da un poco más de atención y creencia, y si ven que duerme también en la chocita y come el platito de sopa, ya no solo es la creencia sino la confianza. Entonces la palabra del académico se hacía también palabra runa para motivar…” El Conejo Velasco, “palabra runa para motivar”, bajó temprano, demasiado temprano a la tierra de sus ancestros y desde entonces, para muchos compañeros de andares y sueños, el futuro no fue el mismo. Sin embargo y a pesar del dolor y la derrota, la luz del tiempo del recuerdo calendario nos revela su ejemplo como una huella a seguir. Hoy más que nunca, en este tiempo ajeno y falso que nos coopta, la coherencia de su palabra con su acción, el compromiso con la organización política de los pobres, con sus saberes y valores es un camino vivo. Por eso escribo películas, porque es necesario romper el cerco de la memoria del olvido que nos hace país unicolor cada cuatro años… Por eso se escribe cine: para romper el silencio y la oscuridad que, desde el poder, construyen servidumbres. edoc13

Quince películas conforman la sección “Cómo nos ven, cómo nos vemos”, dedicada a los trabajos relacionados con el Ecuador. Varios títulos convergen en torno a las maravillas de nuestro paisaje natural, pero a diferencia de la campaña All You Need is Ecuador, aquí la maravilla se torna infierno -como en El affaire Galápagos- o yacimiento -como en Yasuní- o conciencia -como en La clara y oscura. Memoria, imaginación y afecto en quince miradas sobre el Ecuador

Iván Carvajal, marzo de 2014

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La fragancia de la cosecha Pablo Mogrovejo Documentalista. Director del largometraje Ecuador vs. el resto del mundo

El Conejo, ese talismán

Ha pasado medio siglo. Nos conocimos en unos debates estudiantiles que organizó un gran maestro de literatura, Hugo Larrea Benalcázar. Fuimos compañeros en una academia de inglés y competimos en el concurso escrito del libro leído. Cuando terminamos la secundaria, él se fue a la Católica y yo a la Central, los dos a estudiar Economía. No sé sus razones, yo creía que así leería El Capital. Nada que ver. Él estudiaba, yo solo leía a Kafka y Joyce. Apenas graduado, fue nombrado profesor de Sociología de la Central. Aunque yo estudiaba Filosofía, mis amigos estaban en Sociología. Ahí se vivía un periodo febril de debates y asambleas. Nos creíamos los herederos del Che, de Mayo del 68, de Allende. Nos habíamos formado leyendo a Camus y a Sartre, viendo los filmes de Bergman, Fellini, Pasolini, escuchando a los Beatles y los Rolling Stones. Teníamos que “hacer la revolución”, pero para ello primero debíamos renovar la izquierda, lo que nos exigía un enorme esfuerzo intelectual. El Conejo fue de los primeros en adentrarse en el estudio de la teoría de la dependencia, en plantearse la urgencia de una revisión de la historia del Ecuador. Él y Alejandro Moreano comenzaron a trabajar en una historia económica del Ecuador, que lamentablemente se interrumpió. Mientras tanto, con otros amigos sacamos La oveja negra, un periódico que nos costó algunas palizas de nuestros adversarios estalinistas. El Conejo nos apoyaba. Farreábamos en casa del Conejo y Rosa María. Buena música, buen humor, alegría. Por entonces, me dio a leer los tres tomos de la biografía de Trotsky escrita por Deutscher y una joya de la literatura satírica, El elefante de Stawomir Mozek, una crítica surrealista del socialismo burocrático.

Comuna Engabao, Libertad Gills

El Conejo Velasco, Pocho Álvarez

Me fui a trabajar en Babahoyo, Guayaquil, Cuenca. Cuando regresé a Quito, nos volvimos a encontrar como profesores de Sociología. Militábamos en movimientos hermanos. Estábamos entregados al activismo. Él tenía demasiada prisa. Yo siempre fui más lento y quizá también más escéptico. Yo ya no podía detenerlo para conversar largo, como solía suceder unos años antes. Él tenía mucho que organizar. Hasta que un día se descargó sobre nosotros todo el peso del absurdo: el Conejo había muerto, víctima de esa enfermedad que teníamos los jóvenes intelectuales de izquierda, el activismo, la “disciplina”. ¿Qué sentido tenía esa premura que lo llevó a precipitarse en medio de la noche por una carretera de montaña, ese afán por llegar a alguna reunión que de todas maneras ya nunca tuvo lugar? Tantos años han pasado y no se me pasa la ira cuando pienso en esa absurda pérdida de uno de los mejores de mi generación. Sin embargo, como muchos, lo llevo en mi memoria, como un talismán… -edoc13

Es caprichosa y tarda mucho. Al tiempo hay que sumarle varios intentos de acierto y error. Luego, mucha ciencia. Y después de eso, todo el control de las condiciones precisas para el florecimiento. Genética, tierra, agua, temperatura, sol, humedad, abono, esquejes, la música, hablar o callar en los días y las horas que marquen las fases de la luna; el premio de tantos años y de tanta perseverancia será siempre la fragancia de la cosecha. Los EDOC y su sección de estrenos nacionales y sobre Ecuador, conocida por CÓMO NOS VEN, llegan a la madurez de ese celo jardinero. El festival se ha nutrido de varias tendencias o subgéneros del cine documental, desde los más tradicionales hasta los más heterodoxos. A fuerza de varias ediciones y de una programación muy bien concebida, ahora mismo los EDOC ofrecen, desde el ADN local, un salto generacional. Se tensa aquí un arco entre la madurez y el rigor de varios años junto a la frescura e innovación de nuevos directores y directoras. Algo nuevo está pasando en el documental ecuatoriano. La denuncia política siempre tendrá un

espacio reservado en todo festival de documental. El desarrollismo, desde sus varias dimensiones y aristas, es cuestionado por dos generaciones de documentalistas ecuatorianos. Este año, Pocho Álvarez trae la extraordinaria historia de Fernando Velasco Abad, El Conejo Velasco, la figura precoz y lúcida que reinventó a la izquierda ecuatoriana contemporánea. Pepe Yépez llega con La deuda, su cuarto largometraje -todos los anteriores fueron estrenados en los EDOC- y su primera coproducción internacional que narra la historia de dos pueblos hermanados por la tragedia y el engaño de la construcción de la presa Daule-Peripa. Carla Valencia marca un punto alto con Vicenta, el primer documental que recurre a la técnica de animación y que complementa la historia de Abuelos, una de las obras clásicas del documental ecuatoriano. En este recorrido, tres documentalistas presentan una puesta en escena que se aproxima a lo político en una relación armónica y gentil, entre voces y silencios, entre lo dicho y lo sobreentendido, entre la cámara y sus personajes. La clara y la oscura, de Andrés Corne-

jo, hace una visita al pueblo de Salango y al trastoque en la vida de sus habitantes tras la aparición de una fábrica de harina y procesados de pescado. Con Comuna Engabao, la directora Libertad Gills logra registrar la extraña simbiosis de los comuneros y su lucha por conservar la propiedad colectiva de unas tierras, frente a la ambición multimillonaria de varios magnates y avivados criollos. En Comuna Engabao sorprende una mirada que se deleita en lo cotidiano y en la sabiduría de sus personajes. La importancia de llamarse Satya Bicknell Rothon, por su parte, es de lejos el mejor documental universitario presentado en los trece años del festival. Entre sus virtudes está una intimidad orgánica con sus personajes, en donde la cámara sirve a manera de escudo protector o de interlocutor espejo. Khalifé también logra consolidar un documental de género en Ecuador, en donde dos heroínas británicas colocan un hito en la lucha por la dignidad y la ética por vivir y actuar de acuerdo a sus principios. En conjunto, este grupo de obras consiguen cuestionar la sociedad ecuatoriana actual, para redibujar aquella frase acuñada por la obra de Francisco de Goya: el sueño de la razón crea monstruos. Otra cantera de la producción documental local ha sido la relación y el descubrimiento del otro. Esta es una cepa típica en las señales particulares de la programación general de los EDOC. Incluso muchos títulos con vocación de denuncia política, como Comuna Engabao y La clara y la oscura, tienden exitosamente puentes de empatía y conocimiento del otro. Este ejercicio se repite con calidez y profundidad en otros títulos de la sección CÓMO NOS VEN, en donde es reconocible un genuino respeto por sus personajes. Cometa en órbita, por ejemplo, coloca a su personaje como una verdadera experiencia humana de descubrimiento lúdico, sonoro y visual. Víctor Foto Estudio establece esta misma premisa, pero desde el encuadre de un anciano y oficioso fotógrafo, en donde la realizadora -en base a aperturas de obturador y de flashes de

estudio- va traduciendo el lenguaje nostálgico y agonizante de un arte perdido. Carlitos, de José Guayasamín, es aún más intenso en esa exploración, al punto de conectar al espectador de manera efectiva y gentil con los gestos y movimientos de su personaje, que desde su comunicación verbal ha sido aislado del mundo. Hay que agradecer a estas obras por devolver una dimensión humana que normalmente se agota entre lo virtual, lo mediático y lo trivial. De entre las diez y seis obras de las sección CÓMO NOS VEN, hay tres que se destacan por un nivel extraordinario, desde lo formal hasta el riesgo creativo que ha supuesto su realización. The Galápagos Affair: Satan Came to Eden está ya entre los mejores relatos cinematográficos sobre las islas, y en particular, sobre la mítica y corta colonización alemana de la isla Floreana, en los años treinta del siglo pasado. En su extensa y bien lograda investigación documental, los directores Daniel Gellar y Dayna Goldfine dosifican la narrativa con momentos de un thriller policial, para rematar con una reflexión sobre las posibilidades reales de un paraíso terrenal. Tito Molina vuelve a sorprender con Silencio en la tierra de los sueños, donde la precisión del encuadre y la luz llegan a tono con la complicidad que tiene con su personaje. Finalmente, El grill de César es un verdadero acto de fe de Darío Aguirre, en donde el reto por salvar un negocio familiar va abriendo la posibilidad de un postergado encuentro entre padre e hijo. El grill de César es un verdadero triunfo para el propio Darío, al superar aquel viejo axioma de género, en donde los hombres ni son vulnerables ni son capaces de compartir entre ellos su intimidad. Para el público que en su momento disfrutó de clásicos contemporáneos como Boris Ryzhy o La mujer de los cinco elefantes, la producción nacional de este año promete muy pronto dar esas mismas satisfacciones. Esas que hacen del cine documental nuestra fragancia y cosecha favorita. -edoc13

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CÓMO NOS VEMOS, CÓMO NOS VEN

CÓMO NOS VEMOS, CÓMO NOS VEN

Satán vino al Edén Cristina Burneo Salazar Editora EDOC

Cate Blanchett es la voz de uno de los personajes de este filme sexual, intrigante e histórico de alto perfil que ha sido caracterizado como un encuentro entre Darwin y Hitschcock. Imperdible historia de las Galápagos desde el drama y el suspenso

Asier y yo, Amaia y Aitor Merino

El affaire Galápagos, Dan G. y Dayna G.

Eloísa von Wagner

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En las islas Galápagos, habita una piratesa en una cabaña apartada de la civilización. Esta es la trama de una película filmada en la Isla Floreana en los años 30. La actriz que protagoniza esta breve historia es, a su vez, un verdadero personaje de película: se trata de Eloísa von Wagner, la famosa Baronesa de las Galápagos, austriaca que desembarcó en este territorio con dos amantes más jóvenes que ella, decidida a construir un hotel de lujo destinado a los viajeros que se aventuraban a las Islas Encantadas. Wagner, en efecto, fue actriz de este trabajo del Capitán Hancock, marino que decidió filmar esta película así como la vida cotidiana de la Baronesa. Este cine dentro del cine es cine de lo real. La Baronesa, en efecto, vivió en las islas Galápagos, actuó para el Capitán Hancock, y de hecho andaba revólver en mano por Floreana, como una Doña Bárbara, no de la sabana americana, como la heroína de Rómulo Gallegos, sino como una pionera europea sui géneris en el territorio escasamente habitado que eran las Galápagos de los años 30. Hancock y la prensa de ese tiempo también registraron en película a la fascinante comunidad alemana y austriaca que había habitado las islas, lo que hoy resulta en un espectacular delirio del cine. Hancock pudo captar ese periodo histórico de las islas, el nacimiento de la segunda generación, la construcción de los hogares y la relación entre el ser humano y una naturaleza alejada de todo, hasta de la música, como lo relata la película. Lo increíble, además, es que los directores de este documental lograran localizar en California la película original de esta historia, restaurada por ellos cuadro a cuadro para ser incluida en su filme. Como lo relatan los directores, a mediados de los 2000 recibieron la llamada de un amigo, que les contaba “sobre un archivo oculto en la Universidad de California del Sur, donado décadas antes por Allen Hancock, un rico industrial de ese lugar. El rumor decía que este archivo contenía pietaje en 16mm de los 1930 con todos los protagonistas del misterio de Floreana”. A lo largo del documental, dicho misterio crece hasta ser un verdadero thriller.

Así, en este affaire podemos ver, por primera vez, a la Baronesa, sus amantes y otros personajes igualmente importantes de este tiempo, como los Ritter, los Widmer, aventureros que pensaron en las Galápagos como su lugar fundacional. Además de película restaurada que jamás se ha visto, El affaire Galápagos incluye artículos de prensa de la época en donde las Galápagos y sus personajes europeos figuran como Adanes y Evas, practicantes del poliamor, donde Nietzsche aparece como su profeta, titulares donde se habla de ellos como excéntricos, parias, filósofos, reconstruyendo un archivo que merece ser reimpreso y releído pues contiene una historia del Ecuador y de las Galápagos inesperada y riquísima. Así, resulta que nuestras islas fueron territorio nudista, laboratorio de ensayos nietzscheano, estampa del Edén y versión del Infierno, al mismo tiempo, pues cada una de estas vidas se ve envuelta en crímenes, misterios e intrigas, que hacen de este documental, además de una fuente excepcional, un irresistible thriller. Lo impresionante es que sus baronesas, poliamores, pioneros y momias son todos reales. En efecto, y como lo han llamado sus directores, aquí hay un encuentro entre el cielo y el infierno. Esta película nos dice también que los archivos de nuestra Historia son parciales, inconclusos, inestables, que el tiempo siempre guardará un as bajo la manga para mostrarnos otros lados de nuestro pasado, que el documento siempre se renueva, se relee y se descubre de las maneras más inesperadas. En este trabajo, descubrimos, además, toda una literatura ecuatoriana escrita por estos pioneros, en alemán, en tránsito, entre lenguas, que nos obliga a expandir los límites de nuestra idea de lo nacional, concepto que resulta insuficiente para pensar en esta realidad. Entre el cielo y el infierno, nuestros affaires al descubierto. -edoc13

LA AMISTAD Y LA POSIBILIDAD DE VIVIR Manolo Sarmiento, director EDOC

Ganadora del Premio Irizar al Cine Vasco en el pasado Festival Internacional de Cine de San Sebastián, donde tuvo lugar su estreno mundial, Asier ETA Biok (Asier y yo), el filme de Amaia Merino –Amaia es ecuatoriana hace dos décadasy su hermano Aitor también estuvo en BAFICI y FilmFest de Múnich. Hoy tiene su estreno ecuatoriano en los EDOC.

1. Siempre puede haber una buena razón para matar. Para Aitor Merino, la causa de la independencia vasca no es una de ellas. Su amigo de infancia, Asier, piensa lo contrario. Esta discrepancia de los dos amigos, que gira en torno al tema tabú de los españoles, ha dado origen a una película entrañable sobre la amistad y la política. Sentado en su mesa de montaje, como en un making of del pensamiento, Aitor habla frente a la cámara y nos transmite con un tono candoroso la historia que lo ha acompañado en tanto vasco desde siempre y los episodios en que apoyó a su amigo en las causas que consideró justas, como la rebelión contra el servicio militar obligatorio, por la que Asier cumplió su primera condena en prisión. Pero después Aitor entra en la duda. Su amigo sale de prisión y él lo va a buscar. Lo filma. Sus coidearios celebran su libertad. Aitor asiste a una celebración patriótica que corea: “¡Viva ETA militar!” Las palabras prohibidas de España. Tan prohibidas que en la película los rostros de quienes las cantan aparecen borroneados para evitar su imputación criminal. Palabras que ofenden, además, a los familiares de las víctimas de los atentados de ETA. Es el punto de giro. Aitor detiene la imagen en su sala de montaje. En ese momento descubre la distancia que lo

separa de su amigo. La distancia que prueba que son amigos. 2. Asier y su madre celebran por primera vez en diez años la cena de Navidad. Estamos allí, en los ojos de Aitor, brindando por la libertad del hijo –que ha pasado en prisión todo ese tiempo– y sintiendo la tensión de la madre que se niega a aceptar la adhesión de su hijo a ETA en nombre de una causa que a ella le parece que no justifica asesinar. Asier da su alegato: la dominación nacional, la libertad, los vascos oprimidos por la bota real española. La madre insiste: no. Durante la guerra era diferente. Ahora no. Aitor interrumpe varias veces la cena en su sala de montaje y finalmente vuelve a ella para mostrarnos la imagen que hizo de Asier disfrazado de diablo carnavalesco a través del cristal de una copa. Su amigo aparece como un demonio cómico. Es una imagen irónica, pero es una imagen de afecto. Aitor intenta contagiar el humor a su amigo fundamentalista. Y a la vez hablarnos de todos los cristales y filtros que conforman la imagen. Una vez más nos habla de la distancia. ¿Qué resta de la proximidad de antes? 3. Aitor parece buscar lo imposible: la película es una invocación al diálogo entre quienes defienden la indivisibilidad de España y quienes reclaman el derecho a la autodeter-

minación de los vascos. Ese diálogo, que está clausurado por la razón de Estado y la violencia, sería posible si los dos bandos se pudieran mirar como se miran los amigos. ¿Pero, es eso posible? ¿Es posible que nosotros seamos amigos de Asier, que comprendamos lo que ocurre entre ellos en el encuentro que tienen en ese bosque de niebla en el que conversan sobre sus recuerdos y se miran? Su proximidad, su afecto, es incomunicable. Dice Blanchot que la amistad, “esa relación sin dependencia, sin episodio y donde, no obstante, cabe toda la sencillez de la vida, pasa por el reconocimiento de la extrañeza común que no nos permite hablar de nuestros amigos, sino sólo hablarles, no hacer de ellos un tema de conversación...” Aitor y Amaia intentan levantarse sobre dos pies: el pie de la amistad, de la proximidad, y el pie de la distancia inquebrantable, para proponer la posibilidad del diálogo. Su película es una poderosa quimera. 4. El tema es entonces la aproximación al mal y a la banalidad de dicho mal, ese “eje”, ese mal político que nos parece tan extraño e incomprensible y que sin embargo tan fácilmente albergamos en ciertas ocasiones. El terror no es remoto ni incognoscible, nos plantea este filme. El terror puede habitarnos, seducirnos y aun justificar nuestra existencia. El terror

puede enajenarnos y hacernos suponer que toda conciliación es imposible. La amistad de Aitor y de Asier nos lleva a pensar que la conciliación sólo es posible en el reconocimiento de la diferencia, de la distancia. La diferencia es, precisamente, la posibilidad de vivir. Post-data: de forma paralela al estreno en salas de cine de España de esta película, Asier fue nuevamente detenido bajo la acusación de pertenencia a banda armada. Según nos cuenta Amaia, fue interpretado así el trabajo de mediación que Asier emprendió entre el colectivo de presos políticos vascos (EPPK) y distintos actores, nacionales e internacionales, que tienen a cargo avanzar en el proceso de normalización y convivencia. Esta nueva acusación sólo tiene la consecuencia de alejar el diálogo. Nos dice Amaia: “la justicia española aplica sistemáticamente el ‘todo es ETA’ y cada vez abre más y más el espectro, por lo tanto, cualquier cosa puede ser ETA. Asier cumplió una condena de diez años de prisión en el estado francés por haber sido militante de ETA, y nunca lo negó, asumió su responsabilidad con la sociedad y cumplió su pena. Ahora los motivos por los que está encarcelado son meramente y únicamente políticos: España es una e indivisible.” -edoc13

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FRONTERA SUR: DOCUMENTALES DEL PERÚ

CÓMO NOS VEN, CÓMO NOS VEMOS

Escándalo de lo cotidiano

Derechos ambientales: derechos humanos

Olga Rodríguez Ulloa criticalatinoamericana.com / Columbia University Desde Nueva York para EDOC

Los EDOC nos traen cinco filmes peruanos. Alejandra Santillana -militante de izquierda ecuatoriana y peruanacomenta el trabajo de Pancho Adrianzén sobre la izquierda en los 70 mientras que Olga Rodríguez Ulloa, peruana radicada en Nueva York, colaboradora del sitio criticalatinoamericana.com, lo hace con los trabajos que completan esta sección

Santiago Carríón Comunicación EDOC En Ancón, Andrea Franco Batievsky

Las películas La clara y oscura, de Andrés Cornejo, y Deuda, de Pepe Yépez, nos dan a conocer causas ambientales que han pasado por mucho tiempo silenciadas. El trabajo de Carlos Andrés Vera sobre el Yasuní nace del mismo compromiso en torno a los pueblos no contactados de la Amazonía La clara y la oscura, Andrés Cornejo

La idea de que la Naturaleza, con sus ríos, árboles, montes y mares puede ser sujeto de derecho suena utópica. Por eso, cuando el Ecuador ratificó, en su Constitución de 2008, un capítulo entero llamado “Derechos para la Naturaleza”, esto se consideró como una acción política de avanzada. En ese texto, se aprecia de forma clara que la naturaleza no debe tener el estatus de propiedad legal, sino que tiene el derecho de “existir, persistir, mantener y regenerar sus ciclos vitales”. Sin embargo, somos nosotros, los seres humanos, los que tenemos la autoridad para hacer cumplir estos derechos como representantes legales de los ecosistemas naturales. Irónicamente, la naturaleza depende de nosotros para sobrevivir, a la vez que nosotros dependemos de ella.

En Ecuador hay cientos de casos desconocidos de individuos que se arman de herramientas conceptuales, discursos y argumentos para defender estos derechos y, con ellos, los suyos propios de llevar una vida sana y equilibrada. Gracias al documental La clara y oscura, del director ecuatoriano Andrés Cornejo, algunos de ellos salen a la luz. Allí, Jimmy Vaque, un ex-pescador de Salango, Manabí, decide dejar de ser un “extractor” para luchar por la preservación de los tesoros naturales de su hogar. En su camino se enfrenta a la empresa Pesquera Polar, fabricante de harina de pescado que contamina el mar y el aire de Salango desde hace décadas. En otro trabajo que aparece este año en la sección COMO NOS VEN, el enfoque es inverso. Se trata de La deuda,

de Pepe Yépez. Con una mirada reflexiva, Yépez se centra en los efectos de la construcción de la reserva Daule-Peripa, que empezó en 1983. Con la excusa de proveer de electricidad y agua potable a la ciudad de Guayaquil, cerca de 15 mil campesinos fueron desplazados y cuatro poblados enteros acabaron sumergidos. Hoy en día, las comunidades deben vivir y subsistir en un terreno de difícil acceso, con menos tierras y aguas contaminadas. Si hay algo que queda demostrado con estas películas, es lo que sabemos hace mucho pero que hemos olvidado en la sociedad contemporánea: que la naturaleza y las personas están inseparablemente ligadas, y que en los derechos ambientales están comprendidos los humanos. -edoc13

Secretos del Yasuní: bosquejo de un conflicto en desarrollo

Los documentales peruanos de esta edición de los EDOC ofrecen miradas sobre la realidad nacional de Perú desde distintas tonalidades fílmicas e intensidades críticas. Los dos cortos, En Ancón, de Andrea Franco Batievsky, y Solo te puedo mostrar el color, de Fernando Vílchez, observan a través de facturas diversas la conflictividad social producto del racismo y la implantación de políticas extractivistas neoliberales, respectivamente. Los dos largos, el peruano-belga Sobre las brasas, de Mary Jiménez y Bénédicte Lienard, y Sigo siendo (Kachkaniraqmi), de Javier Corcuera, poseen temáticas y ritmos también muy particulares. El primero trabaja alrededor de la cotidianidad de una familia que produce carbón, mientras el segundo plantea un recorrido territorial a través de la música popular. En las décadas del 50 y el 60, Ancón era el centro de veraneo de una clase alta que edificó complejos inmobiliarios y encalló sus embarcaciones sin prever que, años después, la playa y el puerto se convertirían en espacios de recreo y de empleo de la clase trabajadora. Franco Batievsky ahonda en esta diferencia racial y de clase mediante estrategias fílmicas sencillas pero potentes a través de una perspectiva intimista en la que abunda la cámara en mano. La documentalista no oculta su pertenencia de clase sino que devela su lugar (el edificio, el yate), dando así cuenta de una circulación privilegiada. El lente se detiene en lo racial: filma fuera de foco a las chicas rubias que veranean y a las trabajadoras del puerto. Hace evidente una división primigenia que

separa sensiblemente la vida del balneario: el ocio y el trabajo. La imagen ondulante de las olas, la cámara en mano en los yates, las escenas con skaters, la barrendera del malecón, presentan un mundo de movimientos repetitivos en el que el racismo y el clasismo se reproducen completamente naturalizados. La cineasta bordea tranquila, reflexivamente, los contornos ideológicos de un escándalo social cotidiano. Solo te puedo mostrar el color, de Fernando Vílchez, explora también un territorio en disputa: la localidad de Bagua en la selva norte de Perú. Pero mientras Ancón testimonia la continuidad de relaciones coloniales desde su lado más doméstico y aparentemente inocuo, Bagua fue escenario del lado más brutal de la violencia biopolítica del neoliberalismo. Entre abril y junio de 2009 se producen enfrentamientos debido a las tentativas gubernamentales de implantar políticas de minería, deforestación, venta de terrenos comunitarios y utilización del agua para proyectos privados. Distintos frentes indígenas se organizaron en lo que fue el proceso de resistencia civil más importante de los últimos años. Vílchez nos presenta un corto compuesto por material de archivo de estos sucesos contrastado con tomas contemporáneas -algunas tomadas por jóvenes awajún, producto de un taller de video que el cineasta facilitó a la comunidad. La belleza del sonido del viento y de las imágenes del agua, los árboles, el cielo, la lluvia se contraponen al dolor experimentado en esta zona. Así, Vílchez ensaya un ángulo en el cual

el color prevalece sobre el dolor. Una similar persistencia de la vida se experimenta en Sobre las brasas. Jiménez y Lienard documentan las labores de las matriarcas familiares Theolinda Isuisa y Nancy Angulo, quienes producen carbón en las orillas del río Ucayali, el cual es importado a las pollerías de Lima. Con primeros planos y planos secuencia entramos en la rutina de una familia que trabaja duramente con su cuerpo para recibir muy poco. Proliferan las imágenes en las que ellos palpan la huella del trabajo: espaldas cansadas de cargar, pies quemados por las brasas, músculos entumecidos y manos endurecidas por la madera. Al igual que los dos filmes anteriores, esta colaboración peruano-belga trabaja un documental alejado del periodismo, escaso en entrevistas e insistente en resaltar la subjetividad de cada encuadre. Jiménez lo llama “ficción documental” y, con ella, explora la efectividad fílmica de la cercanía con los protagonistas y la convivencia entre cineastas y pobladores, fenómeno que presenta no pocas interrogantes éticas. Mediante este proceso, las documentalistas logran transmitir la riqueza afectiva y gestual de la experiencia de las matriarcas. Sigo siendo (Kachkaniraqmi) se aleja de este procedimiento para presentar una serie de testimonios que refieren un sentimiento de resistencia colectiva a través de la música popular y el canto, tomando como emblema la famosa frase de José María Arguedas. Así, el cineasta juega con la división territorial (selva, sierra, costa) para destacar tres aproximacio-

La izquierda enfocada

Alejandra Santillana Ortiz

Secretos del Yasuní, Carlos Andrés Vera

El Yasuní no es solo un lugar. No es una selva ancestral ni un potencial campo petrolero: es una compleja maraña de relaciones profundas, un campo de lucha. No es ni un símbolo de vida de los ecologistas ni el Olimpo desarrollista que publicita el Estado. Por todas las implicaciones y conflictos que tienen lugar en estos momentos alrededor de esta geografía, este hábitat y esta realidad, incluso para gente alrededor del mundo que nunca pisará su suelo, el Yasuní ya no puede ser únicamente el hogar de las tribus indígenas que lo habitan. El pasado jueves 17 de abril, todas estas tensiones salieron de manera flagrante a la superficie, cuando el colectivo Yasunidos se dirigió al Consejo Nacional Electoral a hacer entrega oficial de las 800.000 firmas que recolectó para exigir una con-

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sulta popular que le pregunte a la población ecuatoriana si está de acuerdo con mantener el petróleo de esta zona bajo tierra. De forma agresiva, rodeados de policías y militares, agentes del gobierno se llevaron cajas selladas con más de 700 mil firmas que el colectivo Yasunidos había empezado a reunir, a pesar de los muchos obstáculos que se le fueron presentando, varios meses atrás. De esta forma, el Consejo Nacional Electoral del Ecuador atentó contra la legitimidad del proceso de consulta popular llevado adelante por el colectivo Yasunidos, un derecho amparado por la constitución, que autoriza a la ciudadanía a emprender acciones que cuestionen y protesten contra la explotación del Yasuní.

Por estas razones, Secretos del Yasuní, de Carlos Andrés Vera, es una película fundamental para comprender no solo la polémica de vieja data que rodea a la selva, sino la actual complejidad política del Ecuador. Mediante una serie de entrevistas a profundidad con abogados, activistas, dirigentes indígenas y pensadores políticos, Vera va bosquejando los diferentes apartados del conflicto: la colonización de la selva, las contradicciones insalvables del desarrollo y el extractivismo, las violentas luchas entre grupos indígenas y, sobre todo, el doble discurso de un gobierno preocupado únicamente por sus intereses económicos. (SC) -edoc13

Soy ayacuchana, huamanguina, y nací en 1979. Como yo, muchxs empezamos la vida en un punto que podríamos llamar quiebre, cambio, generación vaso de leche, inflación, coche bomba, tele blanco y negro, cine de barrio, señorita Laura, caída del muro, Fujimori. El punto justo entre una etapa de dictadura velasquista y de izquierda peruana -que inicia a finales de los 60 y culmina en 1978- y una época donde la guerra interna, que comienza en 1979 y que arroja la espeluznante cifra de 69 mil muertxs, transforma profundamente no solo a la izquierda sino a la sociedad peruana. La historia de nuestra generación es otra. Sin embargo, es imposible entenderla -como impensable mirar todas las sangres de este Perú actual- sin adentrarnos en lo que lxs luchadorxs de la década revolucionaria hicieron para transformar el país. El documental de Francisco Adrianzen, Desde el lado del corazón, que cuenta con el aporte en la investigación de Carlos Alberto Adrianzen, su sobrino, es sin duda la primera iniciativa en el Perú que habla desde el documental sobre la izquierda. Solo posible cuando las sombras de la guerra amainan

Desde el lado del corazón, Francisco Adrianzen

la memoria y la condena a Fujimori nos hace pensar que no todo está perdido. Y solo pensable ahora que el esfuerzo por construir organizaciones de izquierda y avanzar en el difícil camino de una opción unitaria se vuelve, hace algunos años, presente concreto en el Perú. A la izquierda, donde está el corazón, es el lugar desde donde se recogen 64 entrevistas a militantes de varias agrupaciones políticas de los 70, entregándonos una mirada sobre una generación peruana que, al igual que el resto de la izquierda de América Latina, construía sus vidas imaginando la revolución posible. Las voces sobre la militancia, el machismo presente

en las estructuras, la vinculación o ruptura con la dictadura, el contexto nacional y las revoluciones en otros países, las discusiones internas y la importancia de la dictadura de Velasco Alvarado marcan el ritmo de este documental. Se muestran recortes de prensa, fotografías, música y audios no explorados en el relato audiovisual ni mostrados antes al público. Queda pendiente el diálogo pedagógico con el público que no conoce a la izquierda -la revolucionaria de los 70-; falta aún generar mediaciones para una mayor comprensión sobre los debates y diferencias internas, sobre la posibilidad o no de la unidad, sobre cuáles otros

nes musicales: los cantos shipibos (mashas o ícaros); el violín, el huayno, la danza de tijeras; y la música criolla. Corcuera no resalta esta división, sino que yuxtapone imágenes, cantos y música, generando un ambiente de comunicación y expresión a través del arte. Recorre así, espacial y sonoramente un territorio al que se le agrega temporalidad: la memoria sobre Arguedas contada por su amigo el violinista Máximo Damián, los recuerdos de la niñez y la migración del también excepcional violinista Andrés “Chimango” Lares, las historias sobre el conflicto armado interno. Pero no solo se trata de los músicos, sino también de los músicos como oyentes y de los oyentes: los amigos del zapateador Amador Vallumbrosio, la vecina de Damián. Aunque esta es una visión de la música popular que solo toca expresiones nacionales ya consagradas, da cuenta diestramente -a través del testimonio del músico Carlos Hayre- del proceso de marginación y aceptación de la música que acompaña a la clase trabajadora. El criterio de lo nacional queda corto ante obras que expresan una gran complejidad en su tratamiento cinematográfico de la imagen, el movimiento y las relaciones sociales. La idea es, entonces, verlas panorámicamente desde sus variadas posibilidades fílmicas, teóricas y afectivas para establecer conexiones significativas que rehúyan la arbitrariedad de las divisiones nacionales. Esta es justamente la alternativa que los EDOC ofrece a sus espectadores.-edoc13

fenómenos se estaban cocinando internamente y que luego parieron décadas de guerra; hace falta también una mayor profundización sobre el contexto internacional y el despliegue imperialista de la época; y quizás sea necesario, también, escuchar voces más allá de las dirigencias estudiantiles y obreras para tener una perspectiva más completa sobre el aporte fundamental de lxs militantes de base, de lxs campesinxs, de lxs otrxs que en provincia también libraban lucha y apuntaban a la revolución. Mostrar a la izquierda de una época es finalmente indagar sobre qué fue y qué es la izquierda. En unos contextos donde las palabras “revolución, cambio, proceso” aparecen como parte del lenguaje oficial, preguntarse por la izquierda se vuelve sin duda una interrogante que invita a que desde varias miradas, apuestas y relatos vayamos desanudando lo que la izquierda histórica fue dejando en el camino, y nos da pequeñas luces para continuar en esa búsqueda, que es para algunos y algunas todavía un proyecto posible, una realidad en construcción. -Fueron importantes para esta nota las conversaciones con mi compañero Enver Aguirre y con mis amigos peruanos Irma Pflucker y Jose Luis Matta, todos, como yo, militantes de izquierda.- edoc13

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LA DIVINA PAREJA

LA DIVINA PAREJA

El registro de las pasiones

Terapia de parejas

Dolores Lima, ensayista, profesora de Catholic University of America, desde Wáshington, D.C. para EDOC

York Neudel Fotógrafo alemán, documentalista y profesor universitario

El amor mueve montañas y cuenta historias. El encuentro amoroso con la pareja, así como los desencuentros, son el elemento que comparten estas historias de la sección que hemos llamado DIVINA PAREJA, en honor del centenario de Octavio Paz Partes de una familia, Diego Gutiérrez

Todos hemos sufrido alguna vez por un corazón roto cuando, de repente, el otro ya no responde a un “te quiero”, cuando simples conversaciones se convierten en permanentes disputas o cuando llega el momento de expresar lo implícito que nadie se había atrevido a decir. Al estar en el borde, uno titubea un instante pensando en las consecuencias de expresar que sería mejor vivir solo: romper la pareja. Algunos no pueden cruzar esta línea roja -aunque quisieran hacerlo- para escapar de la jaula de la costumbre. El pronóstico de una vida sin casa o comodidad, sin compañía, sin protección u orden regular les parece inimaginable, así que prefieren mantener el status quo de depresiones, soledad e incomprensión en lugar de seguir adelante. Otros sí pueden liberarse, pero dejan al compañero en un estado de destrucción total, incapaz de entender lo que pasó y con una inseguridad creciente y progresiva que se traga cualquier esperanza de poder vivir un futuro en pareja. Esta sección de los EDOC acompaña a quienes han estado en este borde del precipicio. Los mexicanos Gilberto y Beatriz nos cuentan, curiosamente juntos y abrazados delante de la cámara, sobre su matrimonio roto y

sobre la impotencia, a la vez, de dejar al otro después de más de cuarenta años de convivencia, en Conversaciones de un matrimonio, de Gilberto González Penilla. Gina y Gonzalo, los protagonistas del largometraje Partes de una familia, de Diego Gutíerrez, comparten el mismo destino. Él duerme solo, sueña únicamente con la publicación de su primera novela autobiográfica y reprime sus sentimientos fúnebres con pastillas. Ella, convertida en ama de casa, quisiera derribar la mansión que se transformó en su prisión y que simboliza el matrimonio de 48 años de una vida tranquila y acomodada, pero sin amor ni pasión. Ambas parejas nunca pudieron dar el paso decisivo y sufren ahora la frialdad, indiferencia y falta de perspectivas. Por otro lado, en la película Sleepless in New York, del suizo Christian Frei, podemos sentir de una manera desgarradora los efectos de la separación. Rosey, Alley y Michael fueron abandonados recientemente y comparten su incomprensión, su dolor y su desesperación con nosotros. Rosey creyó en las promesas de Richy, quien la dejó; Alley fue reemplazada por una jóven de 23 años, y la mujer de Michael lo abandonó después de mucho tiempo de vida en pareja. El documental muestra

cómo los tres, independientemente, intentan superar la situación y describe la lucha contra su deseo de reanudar el contacto con sus ex, que se parece al proceso de deshabituación de drogadictos. Ellos oscilan entre el sano juicio de que no hay una posibilidad real de recuperar la relación y la necesidad de poder confiarse una última vez al aliado íntimo. La mayoría de las parejas del documental 112 Weddings, de Doug Block -conocido como director de “The kids grow up” y “51 Birch Street”-, no han experimentado estos dolores. La película resume y de cierta manera condensa todas las anteriores de esta rúbrica, y se acerca a varias relaciones después de muchos años de vida conyugal. Para ganar dinero, el realizador documentó a lo largo de mucho tiempo 112 bodas como videofotógrafo. En la película, contrasta este material de archivo con las tomas de hoy y nos permite ver qué sentimientos quedaron cuando las repercusiones del momento mágico de casarse van gradualmente extinguiéndose. Aunque también esta obra subraya la tendencia al distanciamiento en las relaciones, nos muestra algo sumamente importante: las esperanzas y expectativas de una vida futura de los recién casados.

Estas cuatro películas (más Suitcase of Love and Shame, en esta misma página) comparten una pasión dolorosa desincronizada y una cercanía asombrosa entre la cámara y los protagonistas que tímidamente nos dejan mirar en las profundidades de su vida privada. El predominio de monólogos enfatiza esta ausencia de sincronía. Los miembros de las parejas -juntos o no- hablan con la cámara, pero apenas entre sí de manera directa. Las almas abandonadas en Nueva York, en Sleepless in New York, usaron la cámara como un catalizador y una herramienta de autoayuda. Y mientras Gilberto y Beatriz, en Conversaciones de un matrimonio, nos muestran en conjunto su incapacidad de comunicarse entre ellos delante de la cámara, la película Partes de una familia divide a la pareja por el encuadre y muestra a los cónyuges separados por cristales, rejas, paredes o split-screens, con un nivel de comunicación terriblemente precario. Nuestra tarea como espectadores es la del terapista que escucha y analiza. Pero el juicio que emitamos ya no les sirve a las parejas en la pantalla, sino a nosotros mismos. Es una terapia purificante a la cual deberíamos someternos con nuestro compañero. Veamos, suframos y lloremos, pero juntos, para abrazarnos después. -edoc13

En la salud y en la enfermedad…

Formas inusuales del amor aparecen en estos dos destacados de la sección DIVINA PAREJA Suitcase of Love and Shame, Jane Gilloly

En marzo tuvo lugar el Annapolis Film Festival en la capital del estado de Maryland. Se proyectaron 70 películas independientes, entre ellas, Suitcase of Love and Shame, de Jane Gillooly, ahora presente en EDOC. En el 2009 se ofrece en remate, en la página de eBay, una maleta por un costo inicial de cien dólares. La maleta no está vacía. Contiene sesenta horas de grabación. Se trata de las voces de Tom, un hombre casado, y de Jeanne, su amante. Jane Gillooly decide trabajar con este material para recrear la aventura amorosa. En el filme, la maleta contiene también otros objetos: una caja de fósforos de un hotel de paso, anotaciones y mensajes de amor en letra manuscrita, huellas de lápiz labial. Son los vestigios y los trazos de una historia de amor; también la evidencia irrefutable de una relación adúltera y deshonrosa para la sociedad estadounidense del midwest de los años sesenta.

Las cintas funcionan a modo de intercambio epistolar. En ellas, los amantes declaran su amor, sus deseos y fantasías eróticas, pero también sus miedos y frustraciones. Algunas grabaciones registran la intimidad de sus encuentros amorosos, que no sólo documentan, sino también rememoran y celebran. En cualquier caso, las cintas son el vehículo de una experiencia; un material marcado y hendido por las voces, como el cartón lo está por los labios pintados de una mujer, o el papel, por la caligrafía del amante. Como los cuerpos de Tom y Jeannie, las cintas girando en las grabadoras –que ocupan el lugar de los personajes– están atravesadas por pasiones e intensidades. ¿Cómo representar la intensidad? La propuesta del filme consiste en recrear la historia de amor a partir de los restos “arqueológicos” encontrados en la maleta. De este modo, el relato queda a cargo de la referen-

cia: las voces y los sonidos que acompañan las grabaciones, las imágenes de los objetos y de los espacios que fueron o pudieron ser testigos de esta historia. No hay, en ningún momento, una imagen de los protagonistas, a excepción de algunos fragmentos de fotografías en donde sólo se alcanzan a ver un torso masculino o unos tacones altos. Las cintas son, como lo afirma Roland Barthes en relación con la fotografía, la evidencia de lo que ha sido, y poseen la fuerza del referente, pero un referente que ofrece “algo más que un complemento de información”, pues también conmueve y abre una herida. Luces verdes, ocres y ámbar giran sobre un fondo oscuro. No sólo giran, sino también varían de intensidad. Cambios de foco efectúan contrapuntos entre lo nítido y lo nebuloso. O entre lo claro y lo oscuro: lámparas que se encienden o se apagan, una puerta que se cierra llevándose la luz. Los cambios lumí-

nicos forman parte del mismo ritmo lento y acompasado de los movimientos: la sucesión lenta y rítmica de los números del contador de la grabadora, la suave agitación de las hojas de un árbol, el movimiento pendular de las bolitas metálicas chocando entre sí o las vueltas de las cintas de la grabadora desde donde surge la particular modulación del acento midwest de los amantes. Lo interesante es la operación que la directora efectúa sobre el referente: en los contrapuntos entre la luz y la oscuridad, en los cambios de foco, en los sonidos regulares que acompañan los movimientos y en las voces de Tom y Jeanne se produce un ritmo, un ritmo que no es solo regularidad o compás, sino la tonalidad afectiva de la experiencia. Como si la directora ejecutara o interpretara las cintas a modo de partitura para expresar en el ritmo el registro de las intensidades y los modos de ser de la pasión. -edoc13

¿Y ahora? Recuérdame… María Campaña Ramia

Awake From a Bad Dream Daniel Avilés Director de fotografía enviado IDFA 2013 para EDOC

Podría resumir: Awake in a Bad Dream es una película sobre tres mujeres con distintos cuadros de una misma enfermedad, el cáncer de mama. Un retrato de cine directo, casi omnipresente y sutil. También es la última película de los entrañables Petra y Peter Lataster; con ella, el pasado noviembre en la última edición de IDFA, ganaron el premio al mejor largometraje documental holandés. Una película respetuosa e íntima, tierna y triste y, sobre todo, humana. Eso es, más o menos, el resumen. Vaguísimo, en todo caso. También podría escribir un artículo pseudo-científico sobre este cáncer, cargarlo con estadísticas y tratar de asociarlo con nuestra realidad. Podría hablar del cine directo, de la

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técnica y de la ética al filmar. Podría, incluso, hablar de los Lataster, su filmografía y su estilo. Pero la verdad, no puedo. Hay algo que puede mucho más que todo eso: mi conexión emocional con la película. Pienso mucho en Ingrid, Vicky y Sabrina, en su lucha personal y en su integridad ante la enfermedad. Pienso, aún más, en los gestos y rostros de las parejas de cada una de ellas: tres hombres. Pienso desde esa mirada: la del hombre que está junto a esas mujeres, en esos momentos. Y como el buen cine le hace pensar a uno en la vida propia, pienso en la mujer que amo, en mi mamá, en mi hermana, en las cosas que yo haría, en cómo reaccionaría ante una situación como esa.

Awake in a Bad Dream, Peter

Los hombres, bueno, este hombre, ignora demasiadas cosas del universo femenino. Pero hay algo que esta película me permite: ser sensible con ese particular universo, no para comprenderlo, nunca para arreglarlo o -y mucho menos- para validarlo. El documental me permite aprender, desde la mirada masculina, que a pesar de las cosas que no comprendo, los momentos de la vida en que es necesario estar ahí y ser amigo, confidente, generoso, paciente, son muestras de verdadero compromiso.

Awake from a Bad Dream es una película que finalmente me hace pensar en el amor de estos hombres hacia sus respectivas mujeres; de los hombres a las mujeres, porque es ahí donde me conecta: en el papel que ellos desempeñan dentro del dolor que ellas atraviesan, la incertidumbre, la frustración, la impotencia y, aún más, por el coraje de la pareja ante un momento tan difícil. Definitivamente, la película me hace pensar en la pareja como la forma ideal de compartir nuestra humanidad. -edoc13

EDOC presenta una de las películas más comentadas de la temporada. Se trata de E agora? Lembra-me, documental autobiográfico de Joaquim Pinto —además de realizador, uno de los más experimentados sonidistas portugueses, colaborador de cineastas de la talla de Serge Daney, Raúl Ruiz, Derek Jarman, Robert Kramer y João César Monteiro, entre otros—. Con este, su filme más ambicioso y personal, Pinto ha sido reconocido con el Premio Especial del Jurado en el Festival de Locarno; Mejor Película en el Festival de Valdivia; Gran Premio en el RIDM de Montreal y Mejor Película en el Doclisboa. E agora? Lembra-me es uno de aquellos documentales donde la mi-

rada introspectiva adquiere una envergadura colosal. ¿Cómo describir un filme tan grande como el cine y la vida misma? Pinto es portador de VIH y VHC desde hace veinte años. Durante los meses en que se somete a una serie de tratamientos experimentales con medicamentos no probados lleva un diario filmado. La intimidad con su marido Nuno —colaborador del filme, pilar de la narración, fuente de amor e inspiración y a quien el título parece estar dedicado—, el intercambio de cariño con sus perros grandes, el agreste paisaje de las islas Azores, el devaneo entre el presente y el pasado ante la incertidumbre del futuro, los amigos que están, los que ya se fueron, los

E agora Lembra-me, Joaquim Pinto

viajes en tren, las noches de soliloquios en un hotel de Madrid donde ocurre el tratamiento, los incendios que queman el bosque y el alma del director, enfermo y atribulado: todo se junta en un filme que es diario, relato de pareja y ensayo. Supongo que el mayor reto fue convertir un enfoque teórico y formal en una experiencia completamente compartida entre Nuno y yo”, afirma Pinto en una entrevista concedida al festival Ambulante. “De hecho, el filme se convirtió en el punto de encuen-

tro de nuestras sensibilidades, experiencias, percepción del tiempo y del espacio… Podría decir que muchas secuencias son las posibles cartas de amor que nos ofrecemos el uno al otro en forma de imágenes y sonidos. El filme se convirtió en esta área común donde estábamos abiertos al mundo, tal vez también en la omnipresencia de esa “mano invisible” que trasciende al uno mismo. “’Mi’ filme de hecho se convirtió en “nuestro” filme y nos acercó el uno al otro”. -edoc13

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LOS AÑOS MOZOS: HISTORIAS DE JUVENTUD

LA RUSIA DE PUTÍN

Tomorrow, Andrey Gryazev

Winter, go away!, Elena Khoreva, Denis Klebleev, Dmitry Kubasov, Askold Kurov, Nadezhda Leonteva, Anna Moiseenko, Madina Mustafina, Sofia Rodkevich, Anton Seregin, Alexey Zhiryakov

La cámara es un arma York Neudel Desde la Rusia de Putin llegan tres películas estridentes. Jóvenes insurrectos contra el poder autoritario, los artistas-anarquistas de Voina y un banco de sangre de San Petersburgo que desafía la compostura clínica habitual

Char... The No-man’s Island, Sourav Sarangi

“En frente de las sombras, de espaldas a la aurora…” por Alfredo Mora Manzano

Últimamente, Rusia está en boca de todos. Los periodistas no cesan de escribir sobre asuntos como la crísis de Crimea y en Ucrania, la repartición del Polo Ártico, el asilo de Edward Snowden, las nuevas leyes homófobas, el encarcelamiento de las miembras del grupo Pussy Riot o los juegos olímpicos de invierno en Sochi que, por su magnitud y carácter superlativo, fueron capaces de distraer a la opinión pública por un breve tiempo. Esto evoca en algunos políticos occidentales cínicos recuerdos de la época de un dictador europeo, que también auspició un gran evento deportivo en Berlín en 1936, documentado por Leni Riefenstahl. Comparaciones de tal índole revelan un debate marcado por la polémica, los clichés y visiones estereotipadas, supuestamente dejadas atrás con la guerra fría pero que aún existen subliminalmente. Tres películas en la programación de los EDOC de este año pueden ayudarnos a aclarar la confusión. Hemos dado vida a la sección Rusia no solamente por el extendido uso de los nombres Lenín y Stalin en Ecuador, sino también por el creciente interés del mundo en la política rusa. Las películas Winter, go away, Tomorrow y Blood nos brindan imágenes de una sociedad agitada por una tensa situación económica y política. Aunque cada una de las obras tiene otra aproximación al tema, las une una mirada crítica frente al protagonista en el juego mediático: Vladímir Putin, el presidente de la Federación Rusa. Su presencia ha dejado rastros en el escenario global y en la sociedad

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rusa que hoy en día está profundamente dividida entre seguidores y opositores. La película Winter, go away nos cuenta de los contra-movimientos que desafiaron al presidente en las últimas elecciones de marzo 2012. Varios cineastas acompañaron a los diversos grupos de políticos, periodistas o artistas en su campañas contra la próxima reelección de Putin, reprochándole fraude y coartación de la libertad de prensa y de opinión. Por otro lado, la película no nos oculta que también hay mucho respaldo por parte de la población, especialmente entre los religiosos y nacionalistas del país, que ven en Putin la personificación de un nuevo comienzo para salir de una época de debilidad nacional. La fama del presidente anterior, Boris Yeltsin, tristemente se redujo a su alcoholismo, mientras el antecesor de éste, Mijaíl Gorbachov, acabó con la Unión Soviética solo con el fin de hacer luego publicidad para Pizza Hut y cuya preocupación actual es la reiterada negación de las frecuentes noticias necrológicas sobre su salud rebosante – travesuras que muestran su impopularidad. El éxito de Putin en las elecciónes de 2012 fue espectacular. Unió las fuerzas nacionalistas y llevó a su país a una prosperidad como nunca. Sin embargo, el oso ruso es lento y flemático. Muchos no pudieronn sacar provecho de los beneficios logrados y cayeron en pobreza y depresiones. Blood nos cuenta de algunos de éstos últimos haciendo colas masivas para donar san-

gre. Lo que, a primera vista, parece muy solidario, en realidad se convierte en un acto de autoconservación. Los donantes necesitan los pocos rublos que les pagan para aumentar su salario mensual precario. Por eso, algunos se ponen en riesgo cuando dan su sangre en un estado de agotamiento por trabajar toda la noche, o en casos extremos ponen en riesgo a los demás porque sufren de VIH, de hepatitis o de otras infecciones. El documental acompaña a un equipo de enfermeras en los afueras de San Petersburgo, una región de un eterno invierno, y nos revela su afecto, pero también su cinismo ante esta situación difícil. Blood nos acerca a la mentalidad rusa, contrastando lo profesional con lo privado de una de las enfermeras en busca de autodeterminación, de amor y de diversión. Así, la película logra esbozar una imagen más humana al otro lado de la política. La tercera obra, Tomorrow, mezcla con destreza los asuntos políticos, artísticos y humanos cuando nos cuenta del grupo Voina (guerra) que ganó fama a nivel mundial por sus acciones artísticas en las calles de San Petersburgo, que filmaron y distribuyeron en internet. La cámara acompaña al grupo cuando roba comida en los supermercados, cuando riña con los guardias de seguridad o cuando sabotea los coches de la clase media-alta en la ciudad nocturna. Siempre en el medio está Kasper, un infante de apenas dos años de edad, que no solamente tiene un papel protagónico en esta película, sino en la obra de arte del grupo mismo. Tomorrow emociona y agi-

ta, especialmente por la presencia de un niño en un ambiente violento, y nos deja en una “montaña rusa” de sentimientos que oscilan entre rechazo y apego hacia la idea revolucionaria y anarquista del grupo. La cámara es parte integral e inherente de las acciones de este grupo. La fijación en una cinta permite la existencia de su arte. Por eso, Voina está muy pendiente de dónde, cómo y cuántos aparatos deberían filmar la obra. Esta omnipresencia permitió al realizador del documental usar material de muchos ángulos diferentes para mostrarnos un retrato del grupo impresionantemente continuo. La ubicuidad de las cámaras también se siente en Winter, go away, donde son las acompañantes de la mayoría de los manifestantes contra Putin. Sirven de protector y testigo de los actos violentos de la policía, que interviene frecuentemente con mano dura. Los videos que quieren denunciar, revelar y despertar se convierten en un arma ideológica. Naturalmente, tienen el fin de parecer objetivos y de ocultar que se trata de una mirada subjetiva, un problema del documental político en general. El espectador finalmente decide qué puede creer y qué componentes le faltan para construir su versión de la verdad. Blood, Tomorrow y Winter, go away pueden ser parte de estos elementos, complementar la imagen de la Rusia contemporánea y dar un impulso para aprender más sobre una sociedad tan desconocida. -edoc13

El paso de la niñez a la adultez tiene algo de por medio: el adolecer. Estas películas de la sección LOS AÑOS MOZOS nos cuentan varias historias de juventud

El paso a la adultez es una línea indefinida. ¿Qué nos convierte en adultos? Cuando un niño es obligado a contrabandear entre dos países sólo para comer, cuando luego de su primera menstruación una niña es encerrada durante meses para que se convierta en mujer, cuando el encierro es en una mente que a veces no responde como la de los demás o cuando se debe trabajar para conseguir un galón de combustible para que se convierta en una nave de carreras, ¿se puede decir que se sigue siendo niño? En CHAR… The No Man’s Island, de Sourav Sarangi, Rubel -que tiene 14 años- es obligado a contrabandear arroz en la frontera entre India y Bangladesh; si un día no lo hace, ese día no come. Esta indefinición entre niñez y adultez tiene un retrato geográfico: Rubel y su

familia viven en Char, una isla de arena que se formó luego de que el pueblo donde vivían fuera arrasado por una crecida del Ganges. La isla es una tierra de nadie, no pertenece a ninguno de los dos países pero es patrullada por guardias fronterizos de ambos lados. Cuando regrese la temporada del monzón, quedarán desprotegidos de nuevo. El filme se estrenó en la Berlinale y fue selección oficial en IDFA, el público del festival se reencontrará con el trabajo de Sarangi, de quien ya presentamos Bilal un poderoso registro de un niño ciego. Si Char... nos mostraba un amplio lugar geográfico, El cuarto desnudo lo reduce a su mínimo: una sola habitación, el consultorio de un hospital infantil de la ciudad de México. Nuria Ibáñez, a través de entrevistas entre niños, padres y doctores, nos enseña no sólo los diferentes aspectos de abuso y trauma de preadolescentes mexicanos sino una serie de perspectivas claves sobre la fragilidad de la naturaleza humana. Fuera de foco, también situada en México, surge de un taller impartido a la Comunidad de Tratamiento Especializado para Adolescentes de San Fernando, al sur de la capital mexicana. Los internos, adolescentes considerados ‘problema’, encuentran un escape de la que llaman ‘perrera’ a través del arte. Con mucha precisión, cuidado y respeto, los directores construyen un microcosmos de libertad dentro del aislamiento. Mariana Otero, de quien ya disfrutamos Historia de un secreto en los EDOC4, nos trae À ciel ouvert, rodada en un instituto médicopedagógico para niños y adolescentes en la frontera entre Francia y Bélgica. Se trata de niños que, mientras crecen, son diagnosticados con sufrimiento psíquico -en algunos casos, se habla directamente de psicosis-. A ellos los acompaña un equipo de especialistas que sostienen su método en el psicoanálisis. Es fascinante ser testigo del momento en que estos niños grandes empiezan a descubrir su visión particular del mundo, en los juegos, en el encierro parcial, en el primer descubrimiento de

su sexualidad. La palabra “locura” pierde su definición en este sitio único en el que el subconsciente se presenta “a cielo abierto”. Los EDOC vuelven a presentar un trabajo de Alejo Hoijman, de quien ya vimos Unidad 25 y Dinero hecho en casa. Su nueva película El ojo del tiburón nos muestra a dos amigos, Maicol y Bryan, que están a punto de dejar la adolescencia y deben decidir si serán cazadores de tiburones como sus antepasados o si buscarán un camino más moderno: tratar de salir de su pueblo rodeado de mar y selva. Algunos amigos se han convertido en narcotraficantes; el momento de la decisión final deberá llegar pronto. La decisión en La eterna noche de las doce lunas no la puede tomar su protagonista, ha sido ya tomada por ella por sus padres y su gente. Filia Rosa, una niña Wayuu, debe encerrarse luego de su primera menstruación en una pequeña cabaña durante un año (o doce lunas), ya que ese es el rito por el que debe pasar para convertirse en mujer. Su abuela le explica que si no lo hace se convertirá en una burra o una perra y que los hombres “no la respetarán”. Este documental nos lleva ante el límite entre las prácticas culturales legítimas de comunidades no occidentales, o de los extremos de Occidente, y lo chocante de esas mismas prácticas desde la mirada de Occidente o de género. La reina, cortometraje que formó parte de la selección oficial en IDFA y BAFICI, nos muestra el sufrimiento que trae la belleza en una niña que tal vez es demasiado joven para sentirlo. La Memi será la Reina del Chocolate en el carnaval y su corona pesa mucho más de lo que ella puede, ¿o debe?, soportar. El galón es, en mi opinión, la cereza del pastel en esta sección. Podríamos perfectamente describir este mundo que se sucede en el cortometraje como de un cuento de hadas: un pueblo en medio del agua, donde los niños tienen que nadar de casa en casa para trabajar y jugar. Se trabaja como adulto y se juega como niño, un galón vacío y viejo puede transformarse en un bote para competencias. ¿Será

que en este bote pueden salir de este pueblo flotante? La sección LOS AÑOS MOZOS en los EDOC es una invitación a reflexionar sobre esos lugares fronterizos entre la niñez, la adolescencia y la adultez; a pensar en esos procesos de crecimiento desfasados a través de una serie de situaciones que los cineastas de lugares tan diversos como la India, Venezuela, México o Francia han encontrado para retratar a sujetos que se han visto obligados a crecer más rápido o a quedarse en ese limbo indefinible entre la edad y el desarrollo personal, un limbo tan difícil de explicar como el que existe entre la locura y la cordura. -edoc13

Stop the Pounding Heart Sin lugar a dudas uno de los documentales imperdibles de los EDOC13. Estrenada como presentación especial de la Selección Oficial de Cannes, podemos ser testigos no sólo de la indefinición de la frontera entre la adolescencia y la responsabilidad de crecer, sino de una novedosa apuesta cinematográfica que borra la línea entre la realidad del quehacer documental y la narrativa de ficción sin guión. Sara vive con su familia, criadores de cabras y devotos cristianos. Sus padres y sus 11 hermanos leen la biblia en el desayuno y han trazado la vida de su hija mayor a través de los preceptos cristianos que ellos consideran justos y divinos. Cuando Sara conoce a Colby, un vaquero de rodeo amateur, la duda existencial llega a su nivel de quiebre: Sara y Colby se interpretan a sí mismos, en su espacio real en el sur de Texas, pero en una puesta en escena por parte del director Roberto Minervini que los obliga a reflexionar respecto a su rol en la sociedad en que viven, el respeto a sus padres, a sus tradiciones y a su religión. (AMM)

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HELENA TRESTÍKOVA: LA CINEASTa DEL TIEMPO

EDOC para la sub 18 Cinefilia joven

A World Not Ours, CHAR... the No-Man’s Island, El cuarto desnudo, Fuera de foco, Stop the Pounding Heart, Cometa en órbita, La Reina, Vicenta, Approved for Adoption, Rougarouing: historias de cuando nos convertimos en quienes somos. Los EDOC abren sus

puertas a todo público y, en especial, a la audiencia joven. Realidades de jóvenes de todo el mundo van en un viaje por Francia, Bangladesh, Estados Unidos y los países latinoamericanos. Aquí una muestra.

Helena Trestíková, la cineasta del tiempo María Campaña Ramia Documentalista, periodista y directora artística de los EDOC

www.planv.com.ec

Rougarouing - Michael Palmieri, Donal Mosher

Char... The No-man’s Island - Sourav Sarangi

Stop the Pounding Heart, Roberto Minervini

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PERIODISMO ANÁLISIS LIBERTAD EXPRESIÓN INVESTIGACIÓN CRÓNICA INFORMACIÓN FOTOGRAFÍA CULTURA

“Debo ser la única persona que está feliz de que el tiempo pase”, bromeaba Helena Trestíková en una entrevista concedida a la Academia de Cine Europeo en 2008. Durante su juventud, ella mantenía un diario. Lo escribió durante más de diez años. Le parecía interesante volver a él y observar, en perspectiva, cómo la vida cambia. Finalmente este principio se convirtió en su método, al que ella misma denominó “de observación a largo plazo”. “Pienso que puedo definir este método como una conexión entre documental e historia. Si puedo observar a alguien durante un tiempo mayor significa que puedo observar exactamente lo que es especial, lo que es único de esta persona. Mi idea general es que cada vida es interesante. Mi objetivo es encontrar el tema especial de esa vida, la clave de esa vida. Yo busco el tema y mi película es el resultado de aquella búsqueda. Es muy interesante y es una gran aventura. Todos tenemos nuestra historia. No puedes descubrir esa historia la primera vez que encuentras a una persona. Tienes que trabajar en ello por un largo plazo y después hallas la idea”. Trestíková es la gran documentalista de la República Checa. Su nombre se asocia con el de los realizadores más prolíficos y perseverantes de nuestros tiempos, la fina estirpe de cineastas como Alain Resnais o Wang Bing que han sabido filmar el tiempo como pocos otros. Ha realizado alrededor de sesenta películas entre series para televisión, largometrajes y cortos, en las que acompaña a sus personajes por períodos prolongados. El denominador común de su obra es su fascinación por el paso del tiempo y cómo éste nos forma a nivel íntimo, social y político. Un perfil realizado por la Biblioteca de Información Pública del Centro Pompidou, en

París, señala tres ingredientes como los principios activos del cine de Trestíková: “un personaje observado con respeto y empatía, un contexto social constantemente evocado y por supuesto el tiempo que pasa, como elemento revelador de una vida y de los cambios de una sociedad”. La meticulosa observación de uno o varios personajes a través de los años coincide con su interés en mostrar las transformaciones políticas e históricas de la República Checa. Las películas de Trestíková generalmente están puntuadas por archivos de noticieros que ponen en paralelo vidas privadas con los grandes acontecimientos históricos: las Espartaquiadas, la Revolución de Terciopelo, la entrada a la Unión Europea. Para intentar comprender los motivos del aumento en la taza de divorcios, la cineasta decide escoger al azar a seis parejas que están a punto de casarse en el Registro Civil de Praga y filmarlas regularmente durante sus primeros años de matrimonio. El resultado son dos series de seis capítulos que cubren por separado un lapso de seis años en la vida de cada pareja: Marriage Études (1987) y Marriage Études After Twenty Years (2006). Una de las perlas de la selección es la historia de Ivana y Václav. De hecho fue esta película y el constante interés que Trestíková deposita en las relaciones sentimentales a través de su obra, una de las fuentes de inspiración para dedicar una sección de nuestro programa a las relaciones de pareja. La retrospectiva de Helena Trestíková incluye también dos películas realizadas para la Televisión Checa en las que la cineasta explora los horrores del nazismo y el comunismo a través de la historia íntima de varias supervivientes: Sweet Century (1997) y Hitler, Stalin and I (2001).

Trestíková nos regala cuatro fabulosos retratos en time lapse —para mayor información sugiero leer las sinopsis detalladas y revisar el extenso palmarés en el catálogo del Festival—; siguen a continuación, resumidos in extremis: veinticinco años en la vida una mujer que no deja de soñar aunque la vida sólo le dé golpes (Marcela, 2007); la historia de un joven delincuente, brillante y conflictivo, a quien la cineasta acompaña durante veinte años (René, 2008); trece años en la existencia de una tóxico dependiente que deambula por las calles de Praga extinguiéndose por su adicción a la heroína (Katka, 2010); dieciséis años de la lucha de un músico y activista romaní que no cesa en sus esfuerzos por alcanzar un lugar en la sociedad checa que hasta ahora segrega a la minoría gitana (Vojta Lavicka, Ups and Downs, 2013). La lista se completa con la magistral Private Universe (2012), donde la historia íntima de una familia registrada a lo largo de 37 años termina por convertirse indefectiblemente en el retrato de todo un país. Private Universe tuvo su génesis en Miracle (1975), cortometraje en el cual la cineasta acompañaba el embarazo de su amiga Jana hasta el nacimiento de su primer hijo, Honza, quien se convertirá en el personaje central del filme. Me pregunto cuánto metraje habrá filmado Trestíková durante esos 37 años, en cuántos soportes diferentes, como los habrá sincronizado, editado. También me queda la duda de por qué Private Universe termina siendo una película relativamente corta (90 minutos), considerando todo el material que la cineasta debe haber tenido guardado. Al final siento que la vida es así mismo, fugaz, que vista en perspectiva es una colección de momentos

cotidianos, errores y devaneos que forman la obra maestra.

Addendum “Cuatro casetes valorados en 197 Coronas checas (CZK), un encendedor valorado en 20 CZK, un foco halógeno valorado en 80 CZK, una etiqueta adhesiva de Alfa Romeo, 3 Coronas y una cantidad de dulces valorada en al menos 8 CZK, dando un total de al menos 308 CZK.” El botín no supera los 15 dólares. René va preso nuevamente por extraer todo aquello del auto de un turista holandés. Como ya tenía antecedentes, la condena es más larga. Esa nueva experiencia en la cárcel es definitivamente trágica y a partir de ahí su vida se echa a perder. ¿Qué clase de justicia es esa? ¿Cuál es el concepto de rehabilitación? La imagen me afecta, me enoja. Todo en la vida funciona por asociación y así vuelve a mí Didi-Huberman, autor de una de las reflexiones que más atesoro. Aprender a lidiar con esa cólera es otra de las razones por las que hacemos este festival. En el ensayo “Remontar, reabrir, restituir”, el filósofo francés reflexiona sobre el montaje en el cine de Harun Farocki y sugiere: “Elevar su visión de las imágenes a la altura de un pensamiento. Elevar el pensamiento a la altura de una cólera (combatir). Regresar por la cólera a un cierto pensamiento de las imágenes. Elevar, finalmente, la cólera a la altura de una paciencia, de un conocimiento modesto y metódico, tomando la forma de un ensayo siempre recomenzado (reaprender)… ¿Pero cómo elevar la cólera a la atura de una paciencia? ¿Cómo reaprender sin enfadarse frente a la violencia del mundo?” (Georges Didi-Huberman, “Remonter, Refendre, Restituer”, Les Carnets du Bal 01, 2010). -edoc13

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DOSSIER


PALABRA POLÍTICA

PALABRA POLÍTICA

No hay cine sin ideología Sobre un posible cine político: un cine de las conversaciones interminables Jorge Flores Velasco Realizador, programador e investigador de cine

Asier eta biok, Amaia Merino, Aitor Merino

La aplicación cinematográfica de la dialéctica materialista, que podría ser considerada como la base formal del cine político, remonta al cine de vanguardia soviético (Vertov, Eisenstein) y al cine moderno (Godard, Gutiérrez Alea, Straub-Huillet, Solanas). Si, en el primero, la dialéctica materialista emerge sobre todo como concepción de montaje, en el segundo, la lógica dialéctica ha sido declinada principalmente como efecto de distanciamiento, en la línea de Brecht. Ahora, si conceptualmente la dialéctica materialista culmina en la transformación y la humanización del mundo a través de un proceso dinámico y revolucionario, el escepticismo generado por el fracaso anunciado de las utopías y la implantación casi integral del capitalismo a nivel mundial conlleva el cuestionamiento sobre la efectividad del sistema dialéctico como forma de pensamiento y principio de representación, interrogación que conduce necesariamente a una segunda pregunta -¿El cine político existe todavía? Sí, existe y esta sección lo muestra ampliamente. Al analizar la estructura formal de las ocho películas que componen esta sección, obras representativas de un estado del cine, nos damos cuenta, no obstante, de que el gran cine moderno basado

en la dialéctica materialista como instrumento formal de transformación ha reculado. De hecho, en este conjunto de películas, encontramos la dialéctica en su forma más antigua -aunque no por eso menos potente y útil-, la de confrontación discursiva. La palabra “dialéctica” deriva del verbo griego “dialektiké” y del sustantivo “téchne”: literalmente “técnica de la conversación”. El cine político contemporáneo desarrolla la técnica de la conversación o, en términos cinematográficos, las técnicas de entrevista y de la autopuesta en escena, donde el realizador pregunta, indaga. La voz en off reflexiva constituye una conversación interior en búsqueda de respuestas a través de la confrontación de ideas opuestas. Es una dialéctica suspendida, en la cual la síntesis revolucionaria de la dialéctica materialista está ausente: el cine documental de esta sección es un cine de preguntas y no un cine de respuestas. Las películas de la sección conforman un panorama de la representación cinematográfica de diferentes conflictos. Asier ETA biok (2012), de Aitor y Amaia Merino, es una coproducción ecuatorianoespañola que aborda la lucha por la independencia de País Vasco y las acciones del grupo ETA. Allí, la conversación es un método de búsqueda de consensos. Aitor y Amaia Merino procuran respuestas

LOS REFERENTES DE LA MEMORIA

El almanaque, José Pedro Charlo

a la militancia de su amigo Asier en la organización vasca. Lo político, como suspensión dialéctica, irrumpe precisamente en las conversaciones de ambos o en la de Asier y su madre en la cena de Año Nuevo. Sin embargo, al final del documental las diferencias son encausadas a través de una conclusión dada por los realizadores: España debería ser pacífica y unificada como lo simboliza la selección de fútbol, campeona del mundo. A World Not Ours (2012), de Mahdi Fleifel, muestra, en la misma línea estilística, la vida en el campo de refugiados palestinos Ein el-Hilweh (en castellano: el ojo de lo hermoso), en Líbano. El punto de vista del realizador (sus reflexiones en voz en off) y las conversaciones con su amigo Saïd hacen surgir las grandes interrogantes políticas de la diáspora palestina. Los diálogos entre los dos amigos trazan perspectivas separadas: la del realizador exilado, residente en Dinamarca, y la de Saïd, que ha vivido toda su vida en el campo de refugiados. En un registro documental más clásico, El almanaque (2012), de José Pedro Charlo, y Poder e impotencia, una tragedia en tres actos (2013), de Anna Recalde Miranda, recurren a la entrevista como forma de acercamiento a lo político. En estas conversaciones, la huella del entrevistador es

casi borrada. En El almanaque, Charlo entrevista Jorge Tiscomia, preso político de la dictadura uruguaya, quien escribió minuciosamente un diario secreto para conservar la memoria de su experiencia carcelaria. Charlo, realizador y compañero de Tiscomia en el penal, nos muestra al personaje a través de un ritmo pausado que surge de las largas conversaciones sobre la vida en la cárcel. Acompañadas también por una voz en off, las largas entrevistas muestran lo político desde su lado más humano. Poder e impotencia sorprende desde el inicio por el libre acceso para registrar y entrevistar al presidente derrocado de Paraguay, Fernando Lugo, y a sus altos funcionarios. Las conversaciones entre funcionarios nos muestran los intrincados caminos del ejercicio político en pleno devenir y la importancia de la palabra en ese proceso. La conversación está ausente en L’image manquante, de Rithy Panh: el diálogo ocurre en esta película entre el realizador y la historia de Camboya. Las cuestiones históricas que han marcado la filmografía de Panh son trasladadas a la esfera familiar. El hambre y la deshumanización de los campos de trabajo de la dictadura de Pol Pot se presentan a través de una escenificación con pequeñas figuras talladas en madera de la vida en la sociedad de los Jemeres Rojos. El documental confirma que no hay política sin palabra, incluso si monológica. L’image manquante es una película indispensable para entender la historia de Camboya. La conversación, la querella si se quiere, es la esencia misma de lo político y lo que llamamos aquí dialéctica suspendida es su forma más circular, donde la imposibilidad de conseguir soluciones políticas alternativas genera una interrupción del ejercicio de la palabra. The Act of Killing, de Joshua Oppenheimer (2012), Os dias com ele, de Maria Clara Escobar (2012), e Iranien, de Mehran Tamadon (2014), son ejercicios más extremos de esa imposibilidad comunicativa. The Act of Killing es el intento de comprender -e incluso de humanizar- el genocidio indonesio a través de la reconstitución de los asesinatos cometidos por los personajes del documental, asesinos a sueldo de la organización paramilitar Pascasila Youth que cazaron “comunistas” durante la dictadura de Suharto y que aquí encarnan las peores aberraciones del capitalismo. A través de conversaciones interminables, los personajes intentan inútilmente justificar sus actos, mostrándonos que la palabra, cuando confrontada con lo visible, resiste a la mentira y a la falsedad. En Os dias com ele, Carlos Henrique Escobar, comunista inquebrantable, torturado durante la dictadura brasileña y luego sistemáticamente apartado de la sociedad en consecuencia de sus ideales, es el opuesto de Anwar Congo, el protagonista de The Act... María Clara, hija de Carlos Henrique, lo interroga sobre aquello que pasó en Brasil con la aparición de las “izquierdas progresistas” (el Partido dos Trabalhadores), que vino justamente a conciliar la utopía política y las concesiones al capitalismo y en la que, según Escobar, solo los estalinistas tuvieron cabida. Por último, Iranien es un juego consciente del poder de la palabra que busca idear una sociedad perfecta, donde todos tenemos las mismas oportunidades y donde todos conservamos nuestras libertades. El realizador iraní, ateo residente en Francia, invita a tres religiosos a instalarse en la casa de su familia con el objetivo de compartir el mismo espacio y así poner a prueba la posibilidad de mantener conversaciones largas y profundas que puedan resultar en las normas de una convivencia ideal. Ejercicio por excelencia de la dialéctica suspendida, el filme es un logro inédito de la política de la palabra y de la imagen. -edoc13

SIRIA: GEOPOLÍTICA E INFIERNO

CUANDO SE JUEGA DE BUENA FE

Return to Homs, de Talal Derki. Producida por Orwa Nyrabia

Poder e impotencia, una tragedia en 3 actos de Anna Recalde Miranda

Ganadora del Gran Premio del Jurado del Festival de Sundance en enero pasado y película de apertura de IDFA 2013, Return to Homs es una estremecedora película que nos conduce a la ciudad siria de Homs entre agosto de 2011, durante las primeras protestas contra el régimen de Bashar al-Assad, hasta el sitio de la ciudad decretado en agosto de 2013. Basset, futbolista de 19 años, y Ossama, camarógrafo y activista de 24, protagonizan la degradación de la lucha desde la política hacia la guerra. Encarnada en un ejército que se ha convertido en su enemigo, la Historia los devora, convierte a la ciudad en una trinchera de escombros humeantes y a ellos en harapientos milicianos de una causa inexplicable, frente a la cual el mundo permanece impasible. Orwa Nyrabia, el productor del filme –hoy exiliado en Alemania–, nos acompañará en los EDOC. -edoc13

El derrocamiento del presidente paraguayo Fernando Lugo, ocurrido el 22 de junio de 2012 a manos de una mayoría parlamentaria que lo procesó de forma sumaria, es objeto de un seguimiento minucioso en el filme de Anna Recalde Miranda, quien tuvo acceso de primera mano al mismo Lugo y a sus colaboradores más cercanos. El resultado no sólo describe los detalles de la confrontación y el distanciamiento entre Lugo y sus antiguos aliados, sino que ofrece un extraño retrato del juego de la política, de los intereses que la constituyen y de la impotencia que experimentan a veces los jugadores de buena fe. Anna Recalde Miranda, directora de este filme, estará presente durante la proyección. Poder e impotencia, una tragedia en tres actos se presenta en estreno mundial en los EDOC. -edoc13

Return to Homs, Talal Derki

Poder e impotencia, una tragedia en tres actos, Ana Recalde Miranda

MANOLO SARMIENTO

La película que José Pedro Charlo trae esta vez a los EDOC –el cineasta nos visitó en 2009 con su filme El círculo– aborda también una historia sobre el encierro en el contexto de la dictadura uruguaya (1973-1985). El punto de partida es una anécdota que por sí sola encierra un gran simbolismo: durante su confinamiento de doce años en el penal La Libertad, José Tiscornia se dio modos para escribir y conservar en secreto un diario en el que registró las actividades más importantes de su presidio. El diario iba escondido en unos suecos en los que Tiscornia había tallado un agujero secreto. Charlo, quien también estuvo detenido por 9 años en el mismo penal, nunca conoció a Tiscornia pero recuerda claramente el sonido de esos suecos cuando recorrían los pasillos del presidio. El almanaque ganó el premio al Mejor Documental en el 6to. Festival de la Memoria, en México y una mención especial en el festival latinoamericano de Trieste. -edoc13 El almanaque, José Pedro Charlo

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DOSSIER


ANCHO Y AJENO: PAMORAMA DEL MUNDO

ANCHO Y AJENO: PAMORAMA DEL MUNDO

Panorama: coincidencias y tendencias en el otro cine

De clínica y poética Orisel Castro

Orisel Castro Documentalista, investigadora de cine documental

Este año, la sección PANORAMA presenta más de 30 filmes de todo el mundo. Aquí las tendencias

Sin pasar por el filtro de un tema específico, los filmes de PANORAMA este año han sido escogidos por acercar a los espectadores de los EDOC a cinematografías de latitudes diversas, a los trabajos más recientes de directores habituales en el festival y a las primeras obras de autores emergentes con propuestas interesantes y hallazgos insólitos. 29 películas. Más de 19 países, temas y estilos diferentes. Sin embargo, hay constantes que usaré para pensar las tendencias del cine documental actual, según esta pequeña muestra y según mi ojo. El nombre es la presentación y es el síntoma. Como espectadora en un festival siempre me fijo en los títulos de las películas y luego leo las sinopsis. Los nombres sugerentes siguen resonando en mi memoria, tanto cuando han expandido su sentido con la experiencia cinematográfica consumada, como cuando se han quedado en el enigma resentido de las que nunca fui a ver. El idioma en que se enuncia también influye en la atracción que ejercerá sobre mí, por hacerlo más o menos familiar o sugestivo. En este sentido, encuentro la primera constante en el panorama de este año:

Días y noches Son palabras que remiten al tiempo, a la eternidad, a la repetición y a menudo devienen símbolo de contraste, de lo claro y lo oscuro, la cordura y la locura, la vigilia y el sueño. Le jour a vaincu la nuit trata justamente de esa alternancia entre la ensoñación y lo real. El sentido se va construyendo por acumulación de relatos personales de sueños crípticos, eróticos, monstruosos o tiernos. Cada sueño en un plano secuencia inmóvil, frontal, que no empieza con la palabra sino con el silencio incómodo, donde en algunos se mete una música de fondo que marca el ritmo y a veces se toma el protagonismo. El contraste se va acentuando en la medida en que se abre el encuadre y empezamos a dilucidar el lugar en que se encuentran los personajes, que es la motivación de esos sueños y algo que tienen en común. Awake in a Bad Dream (Despiertos en un mal sueño), es otro de esos filmes que remiten a la luz y la oscuridad; en este caso, la pesadilla que implica la consciencia de tener cáncer. Pero por la grandeza con que se cuentan las historias de las tres protagonistas de este título, se lo mencionará muchas veces más en este periódico. Otra cinta de las más importantes es Your Day is my Night, de Lynne Sachs, donde el día y la noche tienen que ver con el espacio que habitan unos migrantes chinos en Nueva York. Como un “qué hora es allá” desde el otro lado, explora la cotidianidad de unos personajes en-

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trañables a través de las impresiones sensibles de una cámara de 16 y 8mm y revelado casero. Las palabras de Lorca en la voz de una joven actriz puertorriqueña se tejen con las imágenes avant garde del final que sugieren el sueño, el insomnio de los personajes retratados. Cesó la horrible noche es un cortometraje colombiano que cuenta con metraje encontrado y manipulado en el montaje, y la mirada del abuelo del cineasta, una historia sobre su sociedad, especialmente sobre los sangrientos acontecimientos que tornaron las calles de Bogotá en ruinas y a los transeúntes en flâneurs de la muerte, entre el 8 y el 11 de abril de 1948.

Muerte y recuerdo La muerte es uno de los grandes temas del cine y, en este panorama, se enlaza con el del recuerdo en cintas como Ashes, en que la directora sigue a su protagonista japonesa desde Francia, donde se ha cremado a su madre, hasta Japón, donde deberá compartir las cenizas con algunos familiares y ofrecer una ceremonia ritual cerca de Hiroshima. El libro de cabecera de la fallecida echará luz sobre el encuentro de la hija con una versión de su madre, ilustrada por el alucinante material de archivo de las películas que hizo con su compañero francés en tiempos de la Nueva Ola. La heroína experimenta el contraste entre visiones distantes sobre la muerte, la vida y la maternidad, en su intento por seguir los pasos de la desconocida adorada. Réquiem NN es otra cinta que llega desde Colombia con el tema de los desaparecidos, o mejor dicho, aparecidos “No Name”: cadáveres sin identificación que la gente adopta como protectores espirituales y hacedores de

Réquiem NN, Juan Manuel Echavarría

milagros a cambio de un poco de atención y unas flores en la tarja sin nombre. Por otro lado, Calles de la Memoria, de Carmen Guarini, se articula alrededor de un taller sobre documental y del significado de la creación de baldosas con los nombres de los desaparecidos durante la dictadura en Buenos Aires. Reality 2.0 es una breve etnografía animada a propósito del fenómeno snuf -videos de ejecuciones reales en internet-, a los que el realizador se confiesa adicto y cuestiona las causas desde la distancia. El espectáculo de la muerte está también en We, de Petra y Peter Lataster, en donde, sin más explicación que la yuxtaposición de imágenes de archivo de todas las épocas y de cualquier parte, se construyen sentidos chocantes en un montaje intelectual que cuestiona la mirada a lo largo de la historia del cine, desde el etnográfico hasta el de entretenimiento y documental, en un despliegue de contrastes y emociones fuertes para un espectador que desconfíe de las imágenes.

“Etnografía” Finalmente, una categoría en la que me aventuro a incluir todo lo pintoresco no-occidental, a riesgo de caer en el estereotipo, con la certeza de que sí se evidencia un interés de directores europeos y norteamericanos por seguir retratando lo extraño, lo lejano y supuestamente diferente que caracterizó al cine documental desde su estreno con Nanook. De modo reflexivo, se trata explícitamente este tema de la representación en O Mestre e o Divino, en donde se contraponen los estilos de documentar de un misionero alemán que se fue a vivir décadas atrás con los xavante

en Sangradouro, Brasil, y los de su discípulo, el cineasta indígena que tiene una propuesta diferente de cómo grabar a su pueblo. Happiness, de Tomas Balmés, sigue a Penyaki, un niño y aprendiz de monje en Bután, en su viaje hacia el descubrimiento de occidente cristalizado en la televisión. La gente en su pueblo cuenta en yaks y sueña con el momento en que el aparato que han traído desde la ciudad irradie la luz verdosa por primera vez. El pequeño monje se enfrenta a la decisión entre la vida tradicional y las luces de neón, entre el ascetismo budista y los placeres de la gente común. La cámara de Balmès se mantiene en silencio y a distancia para dibujar unos cuadros grandilocuentes y románticos del entorno de Penyaki, que se alternan con el rostro del niño en la intimidad de un cuarto en penumbras. Como el maestro en la película brasileña, el protagonista de Song From the Forest ha elegido quedarse entre sus informantes africanos. Louis se siente parte de ese silencio en la multitud, el de vivir en una cultura ajena. La musicalidad de sus nuevos hermanos bayaka lo sedujo dos décadas atrás, cuando empezó a grabar sus canciones en su ambiente natural. Michael Obert, el director, cuenta desde la familiaridad de los amigos de Louis en Nueva York cómo se produjo el cambio, y Louis emprende el viaje de regreso con su hijo bayaka, Samedi, para seguir la aventura en sentido contrario. Quedan muchas películas de las que hablar por fuera de los patrones que encontré, como la cubana ¡Bello, bello, bello! de Pilar Álvarez, que muestra el particular ambiente del Museo de Bellas Artes de La Habana a partir de la mezcla de sonido y una voz que comenta fuera de cuadro las obras que exclusivamente ocupan la pantalla. La voz asocia lo que ve con su propia forma de pensar y con su vida, confesando los más íntimos motivos de su obsesión y nos deja imaginando al final de los 24 minutos. Corta es otra propuesta experimental que juega con el tiempo de planos largos y el montaje interno de la coreografía de un ballet en el que los cortadores de caña se alejan lentamente del espectador y, en cámara, cambian el escenario con su machete rítmico y parsimonioso a la vez. Por otra parte, The Joycean Society se acerca a ese tono cómico postmoderno al desplegar una sesión de análisis de Finnegans Wake, en la que los estudiosos devotos de Joyce se entregan a la odisea de encontrar 70 sentidos para cada palabra -o tantos como lleguen a encontrar- en discusiones llenas de humor, asociaciones asombrosas y la angustia implícita de la vida que queda fuera de la sala, expectante.-edoc13

DOSSIER

El síntoma, la enfermedad y su relación con nuestra psiquis son el rasgo común de estos documentales de la sección PANORAMA

El diario de Mónica, Priscilla Aguirre, Alejandra Zolezzi

Parece curioso, a primera vista, pensar en una relación entre la frialdad clínica, científica, de un diagnóstico médico y la poesía. El cine tiene muchas caras y el cine documental tiene una larga tradición cientificista, así como poética, pero solemos diferenciar esas caras como irreconciliables. La muestra que nos ofrece el Panorama de EDOC de este año habla de lo contrario. Varios filmes me hacen pensar ahora en esa relación, no porque traten sobre el malestar, la discapacidad o hasta la muerte en lo temático, sino porque lo hacen de un modo poético, con una poesía sin excesos, con la dureza de lo documental, que se atreve a retratar asuntos cada vez más ásperos y más incómodos para buscar la belleza de esa incomodidad. Clínico, aunque viene de “cama”, nos recuerda un tratamiento frío, desapegado de la realidad, mientras a lo poético, de poiesis (creación), solemos asociarlo con lo extremadamente subjetivo. Ambos tratan de algo íntimo, de alguna manera oculto y fuera de lo normal, categorías en las que bien podría incluirse filmes como Awake in a Bad Dream; The Claustrum; El método Arrieta y El diario de Mónica, por sólo dedicarnos a las de la sección Panorama. En El método Arrieta, dos hermanas con problemas de habla conversan en un café con el método que han inventado: hablar con los ojos, con una expresividad única que nos hace reproducir sus movimientos faciales. Levantamos las cejas y las comisuras de los labios mientras intentamos entender lo que se dicen al dibujar las letras en el aire. La poesía no está en lo que se dicen ni en lo que cuenta el narrador sobre las fotos de la infancia, sino en esos rostros expresivos de un modo muy especial, que desborda los sentidos y se aferra al afecto y a la cercanía profunda que implica una relación así de extraordinaria. Awake in a Bad Dream comienza con un de muchos pechos femeninos examinados por

las manos de un médico. Se ven cicatrices, uno de los pechos ya no está. Los rostros exhiben con doloroso realismo la incomodidad, la incertidumbre y la angustia. Desaparece el médico y estamos a solas con cada una de las tres protagonistas, esperando resultados. La sobriedad con que se desenvuelven esas mujeres en una situación límite nos desborda de admiración. El voice over es un recurso corriente en el documental, pero el uso que hacen de ella los directores de The Claustrum y de El diario de Mónica tiene mucho de particular. Ambas películas se valen de imágenes de found footage para contar. En El diario de Mónica, se reconstruyen los últimos días de una joven diagnosticada con esquizofrenia a través de su diario. Lo que vemos son videos caseros en los que aparece Mónica 10 años antes, o imágenes de la familia pensando en ella 10 años después. El espectador asume el rol del psiquiatra que debe interpretar las palabras escritas por la paciente para encontrar la motivación que atormenta a los seres más cercanos. “Es curioso, ¿no?, que una persona tenga miedo de la propia imaginación”. Algo semejante ocurre en The Claustrum, de Jay Rosenblatt. Las imágenes vienen de fuentes disímiles: bisturíes cortando un encéfalo, el masaje a un bebé, patinadoras, bailarinas, el espacio sideral. Sin embargo, es la voz la que teje una continuidad y se articula a partir de los apuntes de tres casos psicoanalíticos de mujeres reales. La escritura oscila entre los términos médicos y la estetización -como el psicoanálisis mismo-, entre clínica y poética; por eso es ésta la película que inspira y condensa el espíritu de esta selección, y de un modo alucinante. “Hasta este momento él había sido dominado por su visión del mundo racional y científica (…) ahora se imaginaba que estaba contenido en un vientre con innumerables mundos y posibilidades infinitas”. -edoc13

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paisaje

DOCUMENTAL ANIMADO

Cine y paisaje

Raquel Schefer

Investigadora, realizadora y programadora de cine

El cine imagina los mapas que transitamos. De eso trata esta selección de filmes, cuyas superficies, cautivantes y diversas, son el personaje, junto con el movimiento. La aparición tardía, en la primera mitad del siglo XVI, del término “paisaje” en las lenguas románicas y germánicas, expresa la elaboración de nuevos modelos de relación del hombre con el espacio. Por entonces, la percepción espacial se trastoca -lo sugieren la invención previa de la perspectiva y el desarrollo de la tradición pictórica paisajista. La raíz terminológica del término, derivando tanto en la primera como en la segunda familia de idiomas de la palabra “país”, remite a la naturaleza esencialmente geopolítica del acto de delimitación de un paisaje, y a los procesos de observación subjetiva que a él conducen. Las variaciones terminológicas del sustantivo, que pasa a englobar, a partir de finales del siglo XIX, el paisaje urbano y no sólo el paisaje rural o “natural”, así como el paisaje humano, muestran hasta qué punto se encuentran en él sedimentadas un conjunto de formaciones histórico-ideológicas. Así, Benedict Anderson considera que el sistema colonial procuró crear “un paisaje humano de perfecta visibilidad”, mientras que Edward Said desarrolla el concepto de “geografías imaginarias”, opuesto a la intangibilidad de la geografía real, para referirse al modo como el espacio es percibido a través de ciertas imágenes y enunciados que conforman un “territorio intelectual e imaginario”. El cine es una de las más poderosas instancias de conformación y proyección de las geografías imaginarias. Como en el cuento de Borges, ciertas películas son “mapas desmesurados” de la geografía real. Estas problemáticas hacen que, en el cine, la representación del paisaje sea siempre una cuestión de naturaleza simultáneamente estética y ética. Yuri Lotman afirma que “la Geografía se ha convertido en una forma de ética, añadiendo que cada movimiento del espacio geográfico es significante, en el sentido religioso y moral del término”. La representación del paisaje en el cine no reproduce simplemente la relación entre un sujeto y un objeto de representación, o ciertas modalidades de interacción cultural: ella implica siempre una toma de posición sobre la naturaleza de la representación. Tras

Sopro, Marcos Pimentel

Sanã, Marcos Pimentel

los paisajes del cine experimental, como las panorámicas expandidas de La région centrale (1971), de Michael Snow, o las aperturas espaciales de la filmografía de James Benning, ¿qué formas asume hoy el encuentro de la imagen en movimiento con el movimiento del paisaje? ¿Y en qué medida la espacialización del cine -arte del tiempo-, sobretodo en la producción cinematográfica de la última década, no es síntoma de la emergencia de nuevos modelos, sensibles y afectivos, de relación del hombre con el mundo? En las seis películas de esta sección, la representación del paisaje es indisociable de una toma de posición -ética y estética- sobre la naturaleza de la representación. Trazando un estado del mundo, ellas levantan también un mapa del cine y sus problemáticas. El cortometraje Sanã (2013) y el largometraje Sopro (2013), ambos del director brasileño Marcos Pimentel, se construyen alrededor de una legibilidad poética del lugar y de una inserción sensorial-corporal en el paisaje. Son películas hechas de sutilezas, de no-dichos, de cosas imposibles de decir. La sinopsis de la segunda la define como un filme entre el inventario y el imaginario y, si es cierto que Sopro constituye una exhaustiva descripción cinematográfica de un pueblo del Brasil

Cochihza, Khristine Gillard

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rural, la representación de la naturaleza, casi virgen y exuberante del lugar, va al encuentro de la geografía imaginaria nacional. Los planos de depredación del inicio, sus ángulos muy bajos, apuntan a un “devenir-animal” del hombre, lo que, inscribiéndola en la tradición literaria brasileña (Conversa de Bois, de Guimarães Rosa, por ejemplo), la aproxima a la vez a otro título de la sección, Manakamana (2013), de Stephanie Spray y Pacho Veléz. Ya no es el hombre el que ocupa el paisaje, sino éste quien lo ocupa: la figura humana es casi elidida en el comienzo de Sopro para que luego aparezcan cuerpos presos de una inquietud, de una pertenencia al tiempo. Ese movimiento en suspenso atraviesa también Cochihza (2013), de Khristine Gillard, documental filmado en la Isla de Ometepe, en Nicaragua, cuyo subtítulo -Despertar a aquel que duerme, dentro de la golondrina cuicuitzcatl- anuncia desde luego su hoja de ruta: la representación audiovisual de un estado intermedio, aún bajo el sortilegio del ensueño, entre el dormir y el acordar, el mundo diurno y el nocturno, lo humano y lo animal, y las cristalizaciones de estos estados. Los infra-planos y los planos sinestésicos de Cochihza reviven un género pictórico, el bodegón, mientras la película, como un todo, apunta a un giro etnográfico del documental de creación. Manakamana fue, como Leviathan (2012) de Verena Paravel y Lucien CastaingTaylor - exhibida en la edición anterior de los Edoc-, producida por el Harvard Sensory Ethnographic Lab. El laboratorio de antropología visual de la Universidad de Harvard busca producir representaciones, combinando la antropología y la estética, de “la praxis corporal y del tejido afectivo de la existencia humana y animal”, como descrito en su sitio web. Manakamana contiene once planos-secuencia fijos, de una duración aproximada de 9 minutos cada uno, filmados en 16 mm en un teleférico en Nepal. Cada plano-secuencia corresponde a la subida hacia o a la bajada desde Templo de Manakamana. Si la implantación de un dispositivo controlado en un espacio heterotópico conjuga, efectivamente, dos tradiciones, una experimental y la otra científica,

llevando a cabo una crítica de los modos de percepción, Manakamana fuerza de diferentes maneras los límites de la ética documental. Por un lado, el filme replica la unidireccionalidad y la ausencia de contra-campo de la mirada colonial (la secuencia de los helados es de eso paradigmática). Por otro lado, un doble movimiento estructura Manakamana: uno, la dimensión estética que contrarresta las intenciones científicas, como, entre otras cosas, la ocultación del montaje, velando la condición de la cámara como dispositivo epistemológico y barajando la intención comunicativa de la película; dos, la dimensión científica, mitigando posibles acusaciones de formalismo o de imposición de la estética “occidental”, en la medida en que el aparato crítico-científico que rodea el filme imposibilita (o dificulta) la censura externa. Asimismo, la indeterminación de la enunciación hace olvidar que no hay legítima observación del otro sin observación del mismo. Costa da Morte (2013), de Lois Patiño, convoca otra figura: ya no la del etnógrafo-artista, sino la del artista-geógrafo. Cartografía de la Costa da Morte, en Galicia, la película cruza motivos de la pintura paisajista británica con formas del cine documental y experimental para producir un doble recorte de lo visible. Lois Patiño traza un retrato geopolítico y geoestético de la Galicia rural e industrial mientras retoma ciertas problemáticas del cine contemporáneo aquí referidas: la indeterminación del punto de vista y de la enunciación, el retorno del animismo, el giro etnográfico del documental de creación, la disolución creciente de las fronteras entre el cine de proyección y el cine de exposición como trazos, quizás, de la emergencia de nuevos modos de relación del hombre con el mundo y las tecnologías de representación. -edoc13

El trazo que marca lo real Gustavo Idrovo Animación Digital, Universidad San Francisco de Quito

Tres documentales animados se presentan este año en los EDOC

El cine de animación como recurso fílmico para recrear sucesos pasados se origina en los inicios del siglo XX, cuando Winsor McCay documenta “The Sinking of the Lusitania” (1918), el hundimiento del enorme transatlántico inglés por parte de la marina alemana. Por medio de una serie de dibujos, McCay proyecta la cobarde agresión y logra una secuencia de movimiento impactante del momento del ataque, creando un documental de mucha fuerza Desde sus inicios, la animación ha buscado representar, por medio de una secuencia de dibujos, acciones que no se pueden filmar, que solo se encuentran en la imaginación de quien las concibe y quien, muchas veces, logra que el espectador penetre sus fronteras y perciba esa serie de imágenes en movimiento como una realidad. En esta edición de los EDOC, se presentan dos documentales en técnica de animación.

Vicenta Carla Valencia Dávila presenta Vicenta, un cortometraje documental animado con indicios de técnica clásica. Se trata de una serie de dibujos realizados en grafito sobre papel, con buena calidad artística. La mano ilustra secuencias con dibujos limitados, porque todas

Vicenta, Carla Valencia

las acciones se escogieron para trabajarlas en ciclo. Se evidencia la preparación de los encuadres con un storyboard bien planificado, ya que cada plano funciona en composición, y se ha elegido el contraste como componente dramático. De los recuerdos de Carla, solo queda un documento fotográfico. Ella elige la animación para que Vicenta nazca y vaya contándose sola. Son estas referencias fotográficas las que constituyen el único móvil para que las ilustraciones vayan formando el lenguaje animado, porque no existe ningún recuerdo filmado en el que la directora se pueda apoyar. Cuando la animación deja de ser ficción, se convierte en un documento veraz. Es por eso que Vicenta se presenta, además, en color sepia: para adentrarnos aún más en el tiempo que la autora necesita y evoca por medio de dicha cromática. Quizás el único inconveniente de Vicenta sea su exagerada vibración en algunos planos, lo que impide un enfoque relajado de la imagen. Pero este propósito en la técnica pudo haber sido para ayudar al movimiento y apoyar mejor el ciclo de las animaciones. Una vez terminada la obra, el discurso se expone de una manera sugestiva, con una poética que -al final- se funde acertadamente en un solo documento fotográfico para constatar el hecho histórico: una fotografía aparece a partir de uno de los dibujos.

Reality 2.0

Victor Orozco crea Reality 2.0 con la técnica del rotoscopio, inventada por los hermanos Fleischer en 1914. El rotoscopio se basa en el calco de una imagen filmada al natural, que será transformada en ilustración. Reality 2.0 ha sido trabajada para despertar en el espectador el interés por la imagen fantástica y el realismo del documental. Lo interesante de este trabajo es que no se presenta al público el documento filmado tal y como es, sino que se busca el medio gráfico para unificar todo el contenido en una sola técnica y se maneja el color digital para aumentar el punto focal del encuadre cinematográfico. La cromática es cálida, con fugaces tintes fríos que vibran dentro de la línea perfilada cuando la imagen se halla en movimiento. Todo el colorido del documental nace de la misma cultura del autor. Hay barridos y líneas que se destruyen para ayudar a la sensación de velocidad, y eso es un recurso de exageración válido en el lenguaje animado. Aunque muchos autores consideran al rotoscopio como una actividad nula dentro del cine de animación, para mí funciona como una forma de entender -por medio del pulso y la mente- cómo se mueve la imagen real, conciente de que nos alejamos de los verdaderos principios de la animación. Esto, desde sus inicios, ha sido un valioso aporte para lograr que los personajes se muevan con mayor veracidad; desde Blancanieves (1937), cuando el príncipe besa a la doncella, pasando por Wal-

king Life (2001) hasta la espectacular Historia de Chico y Rita (2010), está la tentación de usar esta técnica para formalizar el realismo. Una vez más la animación demuestra que está destinada a comunicar relatos verosímiles, y aunque su nacimiento es de naturaleza ficticia, muestra caminos que pueden ser apropiados para contar hechos históricos y recrear una realidad vital. El dibujo animado posee eso: un efecto de movimiento real. A medida que el espectador se va adentrando en la imagen, encuentra que sus sentimientos se van afectando y sincroniza sus emociones con aquello que sucede en pantalla. El gran Norman McLaren (1914-1987) dijo en alguna ocasión: “La animación no son dibujos que se mueven, son movimientos que se dibujan, y no es tan importante lo que sucede en cada uno de ellos, sino en los intermedios invisibles que están entre cada dibujo”. Esta definición abstracta juega un papel muy importante en lo que está sintiendo el animador al momento de animar, porque sabe que al visualizar dos fotogramas en movimiento, su creación será el resultado emocional de lo que pretende comunicar. Estos dos documentales animados tienen como resultado eso: el trabajo consciente de despertar los sentidos, de llevarnos a un viaje temporal con su discurso y de deleitarnos visualmente con su cromática y con el movimiento de sus imágenes. -edoc13

Color de piel: miel Largometraje animado, autobiografía, animación, manga y samurais

Couleur de peau, Miel - Laurent Boileau, Jung Henin

DOSSIER

Año 1971. La guerra ha terminado en Corea del Sur. Jung es uno de los miles de niños entregados en adopción alrededor del mundo. A los seis años, llega a Bélgica para vivir con su nueva y numerosa familia. Crece entre la disciplina férrea que le imponen sus padres, los mimos ocasionales de su mamá, los juegos y la convivencia afectuosa con sus hermanos. Lleva dentro de sí el conflicto interno del desarraigo, el recuerdo distante de la tierra donde nació y sus rasgos faciales lo delatan como extranjero en una sociedad que lo rechaza a la vez que lo acoge. Jung es muy pequeño para tener que lidiar con todo esto, pero la vida es así. Un día, descubre la cultura japonesa, se apasiona por el manga e inventa un alter ego para él: “Seré un Samurai”, decide. Al llegar a la juventud perfecciona su talento de dibujante, hasta convertirse en un fabuloso ilustrador. Es esta la técnica con la que Jung, hoy convertido en cineasta, nos cuenta su vida. Mezclando animación, archivos e imágenes captadas en el proceso de creación de esta maravillosa autobiografía, Jung logra transmitir el amor, la ternura, las risas, el dolor, la duda y esa gama amplia de emociones propias de una historia personal de enorme magnitud. (MCR) -edoc13

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homenaje

Maneras de narrar la vida Los EDOC en memoria de Gabo

Después de Cervantes, Gabriel García Márquez. En el homenaje de Días de cine para Gabo, la inconfundible voz de su narrador nos invitaba a colocar Cien años de soledad al lado del Quijote a fin de honrar al escritor colombiano en el panteón de nuestros estantes. Alrededor del mundo, se multiplicaban los gestos para dejar sentados los adioses. Gabriel García Márquez había muerto. En otro gesto, este de 1998, un amigo del festival recordaba que le regaló a Gabo una guía telefónica de Manabí, porque sabía por su padre que al escritor le gustaban las guías para mirar nombres de personajes. Seguro que en los nombres manabas Gabo encontró posibilidades inesperadas. Quizás en el nombre de alguno de sus personajes haya una evocación manaba, montubia, cercana de Los Sangurimas, novela precursora de Macondo y Cien años de soledad. La haya conocido García Márquez o no, ambas sagas de familia, tan poderosas, nos permiten sentir a Macondo más cerca de La Hondura, de nosotros, con una guía telefónica de por medio. Gabo escribió crítica de cine en El espectador, escribió guiones y colaboró en adaptaciones de sus cuentos. También actuó junto a Luis Buñuel en el filme En este pueblo no hay ladrones. “Hice cine por lo mismo por lo que hice cuento y novela: para narrar la vida de otra manera”, decía el escritor, y afirmaba que “no se puede ser cineasta sin ser un loquito

Aprender con Eduardo Coutinho Carlos Bonfim U. Federal de Bahía / Latitudes Latinas, Brasil Desde Salvador de Bahía para EDOC

“Estive no fundo de cada vontade encoberta” (Força Estranha, Caetano Veloso)

Tenía 80 años y lo mató su hijo. Realizó más de veinte películas. Muchas de ellas consideradas obras maestras del cine documental en Brasil. Ésta podría ser una de las historias que solemos escuchar en sus documentales. Las noticias sobre la muerte del cineasta brasileño Eduardo Coutinho destacaron fundamentalmente este dato. Los titulares repitieron

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ESPACIOS EN RUPTURA: LOS ÁNGELES Y NUEVA YORK

del cine”, sin ser fanático, y por eso cofundó la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano. El escritor también es el centro del documental Buscando a Gabo (Luis Fernando Bottía, 2008). Su relación con el cine, por otro lado, aquí apenas esbozada, nos lleva de vuelta a sus textos. En su labor como periodista del diario El Universal, Gabo publicó un texto sobre la sangrienta jornada del 9 de abril de 1948 en Bogotá, conocida como el Bogotazo. En EDOC13, presentamos el filme Cesó la horrible noche, del director Ricardo Restrepo, trabajo sobre los mismos sucesos. Así, quedan enlazados el documental histórico, la escritura de García Márquez, el cine y la literatura.

Epístola Este-Oeste

Espacios en ruptura Documental experimental de Nueva York y Los Ángeles Lynne Sachs y Alexandra Cuesta

Punto y aparte

rada profética. Sobre sus párpados han empezado a crecer las violetas del espanto, pero en su vientre hay otra violeta de plomo que busca, en la sombra de la noche perpetua, el rumbo de su estatua. En la turbia comarca de la muerte lo veo adiestrando sus pájaros clarificados. Tiene la voz desatada y transfigurada del continente. El viento del eterno norte sacude sus cabellos eternizados. Un aire frío, helado por el soplo continuo de la muerte, golpea con puños metálicos su rostro inquebrantable. Está acaudillando sus ejércitos, ordenando sus legiones agrarias, unido al grupo de los libertadores que claman justicia, que piden paz, concordia y comprensión, para que no desaparezcan los hombres de buena voluntad. Su nombre tiene ahora sabor de piedra. Braulio Henao Blanco, ciudadano de la eternidad.

digital. (María José Gutiérrez)

Recto, empinado y magnífico, ha caído Braulio Henao Blanco bajo el llameante soplo de la violencia. La fuerza de sus ideas, de sus convicciones ideológicas, de su palabra relumbrante, hicieron de su voz una clarinada que estremecía las consignas arbitrarias. Desde el momento en que la tierra de la patria empezó a sentir en su vientre las raíces desacostumbradas del odio, de la persecución y la muerte, Braulio Henao Blanco salió a la calle con sus lámparas encendidas a esperar el tormentoso arribo de la niebla. Ahora, sobre este sitio que sintió en las espaldas el crecimiento de su reciedumbre, ha caído con los brazos tumbados y con la mirada vuelta hacia la gloria. En la misma ciudad donde edificó sus barricadas de justicia, donde sus palabras aceradas defendieron a golpes de claridad la recia anatomía de la democracia, aquí cayó su cuerpo derrumbado y se levantó su último grito como una llama-

con escasas variaciones lo mismo: Eduardo Coutinho había sido asesinado por su hijo. Es cierto: no deja de desconcertar el hecho de que un realizador que se había dedicado tan intensamente a indagar, a desvelar el alma humana haya muerto precisamente en manos de su hijo. Podemos acercarnos al cine de Eduardo Coutinho desde los temas que abordó (la muerte, la política, la religión, la soledad, el envejecimiento, las relaciones interpersonales, etc.), pero entiendo que antes que los temas está el método. Si en el cine prima fundamentalmente la mirada, Coutinho nos ha enseñado - más que a mirar con detenimiento - a escuchar. Una de sus últimas películas, As canções [Las canciones] (2011, EDOC11), resulta especialmente ilustrativa en este sentido. “¿Qué canción te marcó la vida?” fue la pregunta disparadora de esta película. Y una sucesión de cantantes anónimos alternan cantos, risas, relatos y lágrimas a lo largo de los noventa minutos que dura este tributo cantado a la sensibilidad humana. Por mantenerse abierto a lo que puede brindar el azar, rechazaba trabajar con guiones. Esto ha establecido una suerte de método de trabajo que ha creado escuela. Entre las muchas cosas que nos ha enseñado Coutinho está la ineludible y estrecha relación entre lo estético y lo ético. Lo sencillo. Escuchar a la gente. No ceder jamás a la siempre tentadora preocupación por decir cosas, sino crear condiciones para el diálogo, para la escucha. Cou-

tinho declaró reiteradas veces su profundo y prioritario interés por la palabra, por el diálogo con la gente, por las historias que tenemos todos por contar. Él las escuchaba. Sin juicios. En este sentido, por su apuesta por la sensibilidad, por su ejercicio permanente de una escucha atenta, su cine nos ha enseñado (y sigue enseñando) mucho. Aprender a esperar, a mirar, a escuchar, a plantear(nos) las preguntas más triviales. Coutinho nos ha enseñado a tener siempre presente que quizás de esos pe-

queños, discretos gestos pueden brotar posibilidades de diálogo en su sentido pleno. Y de esos diálogos, rumbos posibles para nuestras indagaciones. Quizás por eso, el posible epitafio para Coutinho salga de uno de los versos de una composición de Caetano Veloso, a quien Coutinho admiraba y a quien deseaba haber incorporado a Las canciones: “Estuve en el fondo de cada voluntad encubierta”. -edoc13

Gabriel García Márquez, para El Universal 23 de junio de 1948

García Márquez confiaba en que el periodismo le ofreciera una nueva forma de contar la vida. Diario El Universal fue su punto de partida para realizar lo que calificó como “el mejor oficio del mundo”. Sus notas periodísticas le permitieron romper la línea que dividía la literatura del periodismo e incorporar éste dentro del trabajo literario. Entre tantos de sus artículos, encontramos uno escrito durante el “Bogotazo” en 1948 y publicado en diario El Universal de Cartagena. Con la autorización que nos ha concedido el diario para esta edición de EOC, reproducimos la nota completa de su portal

Las cineastas Alexandra Cuesta y Lynne Sachs no se conocen, así que cuando los EDOC les pidieron que curaran conjuntamente un programa en dos partes para expresar las experiencias y puntos de vista de los productores de medios alternativos de sus respectivas ciudades, no tenían ni idea si iban a verse “cara a cara”. Lynne vive en Nueva York. Alexandra vivió en Los Ángeles durante varios años. Ambas cineastas sienten un profundo aprecio por las ciudades que llaman hogar. También sienten una fascinación por la forma en que los artistas de estas metrópolis de renombre mundial fragmentan, distorsionan y perforan las monolíticas representaciones del cine convencional de sus amadas ciudades. Después de “visitar” la Gran Manzana y la Ciudad de los Ángeles a través de estos breves poemas ciné, los espectadores descubrirán su propia y complicada relación con dos de los lugares más emblemáticos de la Tierra. Estas dos cartas que las cineastas han abierto para El otro cine revelan sus intenciones al armar el programa Espacios en ruptura. Your day is my night, Lynne Sachs

Nueva York, 8 de marzo, 2014 Querida Alexandra, Algunas personas creen que el mundo se ve mejor a través de “lentes de color de rosa”. No estoy segura de si la expresión tiene algún significado en el idioma español, pero en inglés implica que estos lentes son capaces de engañarnos y hacernos pensar que las cosas malas en la vida no son tan malas realmente. Es una suerte de falso optimismo causado por un efecto óptico. He vivido en Nueva York durante dieciocho años, y debo admitir que, desde que llegué, me negué a ponerme los proverbiales lentes color de rosa. Siempre quise ver el polvo, la suciedad y el brillo de esta gran metrópoli por lo que eran, al igual que prefiero ver a la gente sin maquillaje y creo que las líneas de expresión son mucho más convincentes que la superficie lisa de los cosméticos. Supongo que esta es la razón por la que hago películas experimentales. No quiero ocultar las sorpresas brillantes, aterradoras e intimidantes que el mundo ofrece, sino que prefiero mirar de frente con los ojos abiertos. Para este programa, he seleccionado una serie de cortometrajes que considero mostrarán, tanto a ti como al público de los EDOC, un lado de Nueva York que rara vez es representado en esas grandes películas de Hollywood que con tanta facilidad atraviesan fronteras. Para comenzar el programa nos sumergiremos en un mundo subacuático. Living Fossil revela una próspera “comunidad” de cangrejos a orillas del mar, cariñosamente depositados en nuestras costas locales por el Océano Atlántico. Luego, en Fulton Fish Market verás las actividades nocturnas de los trabajadores en el renombrado, aunque ahora tristemente desaparecido, mercado de South Street Seaport. Luego visitaremos las abarrotadas y coloridas calles de Manhattan a través de la animación de objetos en Early 12 New York Song. Aquí veremos cómo los magníficos desperdicios en las aceras transforman la basura de nuestra ciudad en un tesoro arqueológico. Después de eso, vamos a tomar un desvío pastoral al Central Park, donde, lo creas o no, serás testigo del ritual navideño de SantaCon. Extinction Becomes Us es un exquisito retrato fílmico de un evento anárquico anual en el que miles de neoyorquinos se pavonean por la ciudad vestidos -lo adivinaste- como Santa Claus. Ah, y debo añadir, ¡todos están borrachos! De esta absurda ensoñación apolítica, nos trasladamos a algo mucho más dialéctico. Capitalism: Child Labor es radical en todos los sentidos de la palabra. La película es una agresiva diatriba visual contra todo lo que Nueva York ha llegado a representar en la escena mundial. Las siguientes dos películas en nuestro recorrido visual nos llevan al centro del Barrio Chino. A través de Chinaman’s Suitcase seremos testigos de una fascinante interpretación, llena de humor negro, en la que un viajero sombrío del Barrio Chino camina hasta el Midtown y luego de vuelta. Como culminación de su discreta aventura peatonal, nuestro protagonista ofrece uno de los finales cinematográficos más extravagantes que jamás he visto. Después, Night Scene New York nos lleva en alfombra voladora a través del mismo barrio, en un viaje impresionante y contemplativo a la vez. Desplazándonos unas pocas cuadras al norte, hacia el tan contrastante Lower East Side, Bitch Beauty nos ofrece un retrato sincero de una mujer artista del Downtown que ha vivido una vida llena de angustia, decepción, creatividad y revelación. Nuestra última imagen de la ciudad de Nueva York es mi propio Drift and Bough. Tuvimos un invierno extremadamente frío y largo esta temporada, y creí que la única manera en que podría lidiar con sus retos era hacer una película. Espero que disfrutes de este viaje cinematográfico por el lugar que llamo hogar. Sin duda me divertí mucho diseñando tu itinerario.

Quito, 9 de marzo, 2014 Querida Lynne, Gracias por tu carta. Tengo mucha curiosidad de ver a Nueva York a través de los filmes que has escogido. Me identifico con tu mirada porque, al igual que tú, pienso que la esencia de un lugar esta detrás de lo que se percibe en el exterior. Como dices, hay infinitas perspectivas desde donde explorar una ciudad, y en mi caso el entendimiento de Los Ángeles está ligado a mi contexto personal. Viví ahí durante siete años, siendo este el tiempo más largo en que he vivido en un solo lugar. Desde temprana edad me he trasladado de ciudad en ciudad, llevando conmigo diversas culturas. Por esto, mi relación con el lugar es una experiencia simultánea entre pertenecer y ver desde afuera, adaptarme y observar, siempre desde algún lugar en la mitad. Es desde ahí desde donde construyo mi descripción de esta gran urbe. Una mirada que se fija en los márgenes, en los intersticios y en lo invisible. Paradójicamente también es la razón por la que mi práctica e interés en el cine están enraizadas en lo experimental, justamente porque este proceso permite construir perspectivas permeables y abrir significados. Al no disponer de un centro definido en un amplio territorio, una de las características más impactantes del imaginario urbano de Los Ángeles es el urban sprawl, “esparcimiento urbano”. Partiendo de esto, el espacio de la ciudad y de sus habitantes no se puede definir con fronteras trazables. Es así que he creado un programa de obras poéticas y personales que crean una descripción abierta y ambigua, proponiendo una oportunidad para imaginar a la ciudad. Además, esta selección servirá como una introducción a las diversas tradiciones experimentales en el cine. El primer filme en el programa, My Tears Are Dry, es un homenaje al cineasta experimental Bruce Baillie y también una oda al ideal californiano: palmeras y el cielo azul en una tarde de descanso. Después, observaremos la decadencia suburbana en un paisaje nocturno donde imágenes de películas viejas evocan al pasado en el filme Vineland. Continuando con un paisaje diurno, estaremos visualmente estimulados con la gran cantidad de vallas, sonidos, música y letreros que aparecen en Get Out of the Car, una sinfonía de ciudad del gran cineasta Thom Andersen, quien describe la nostalgia en el presente y visibiliza el maquillaje multicultural de la ciudad. Seguimos con The Electric Embrace, un estudio formal y estético filmado en película blanco y negro de alto contraste, sobre estructuras eléctricas e industriales particulares en las afueras de la ciudad. Continuamos con Everybody’s Nuts, un filme-ensayo sobre la presencia forzada de corporaciones agrícolas en la tierra de un trabajador mexicano, en un filme altamente personal. Regresamos a la urbe con mi película Piensa en mí, que incluí porque visibiliza a la gente que utiliza el transporte público mientras recorre la ciudad de Este a Oeste en una trayectoria visual. Finalmente, salimos a la frontera y nos encontramos en el muro que separa a Estados Unidos con México en Crossings, una obra altamente experimental del cineasta Robert Fenz. Este es el recorrido. Por supuesto, es una pequeña muestra en un inmenso territorio. Siempre habrá más que mostrar y quedan infinitas miradas por incluir. Sin embargo espero que disfrutes de este fragmento y que te dé una idea de esta gran ciudad. Con mucho cariño, Alexandra Cuesta

Mis mejores deseos, Lynne Sachs

DOSSIER

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CARTA BLANCA AL FESTIVAL DE CINE AFRICANO DE CÓRDOBA

RETRATO

RETRATO

Desde Córdoba para EDOC

Carla Valencia Dávila

Marion Berger Programadora del FCAT

En octubre del año pasado, la décima edición del Festival de Cine Africano – FCAT, celebrada en Córdoba, acogió una selección de películas de gran calidad presentadas en ediciones anteriores de los EDOC, en torno a la temática de los afrodescendientes en América Latina. A cambio, el Festival ecuatoriano nos invitó a proponerles una pequeña muestra de cine documental procedente del continente africano. Para el FCAT-Córdoba es un honor colaborar con los EDOC,

a quienes agradecemos la oportunidad de poder presentar estas seis películas. Consideramos fundamentales estas colaboraciones entre festivales ya que permiten abrir ventanas inesperadas hacia “otros cines” excluidos de los circuitos comerciales. El género documental en África representa una alternativa a los problemas endémicos de producción de ficción al necesitar menos medios. Ofrece una visión inmediata de la realidad

cuando el sistema de financiamiento para producir ficción impone, en numerosos países, plazos larguísimos de realización. El cine documental, ahora en pleno desarrollo, se hace cada vez más profesional y ofrece películas siempre más alejadas del mero reportaje, pruebas del talento creativo de sus autores. Los seis títulos que les proponemos son otras tantas formas de realizar un documental, con seis visiones acerca de la realidad histórica o contemporánea. -edoc13

Dolce vita africana, Cosima Spender

Atalaku, Dieudonné Hamadi

Cuba, una odisea africana, Jihan El Tahri

Jai tant aimé, Dalila Ennadre

Mille Soleils, Mati Diop

Ya Man Aach, Hinde Boujemaa

II Coloquio Internacional de Cine Documental Christian León, Catedrático de la UASB

Este año, la sección CÓMO NOS VEMOS, CÓMO NOS VEN de los EDOC tiene 18 filmes. Anualmente, en Ecuador, la producción profesional de documentales supera las 20 producciones. Es innegable la calidad de nuestra producción documental; los premios internacionales conseguidos por filmes como Con mi corazón en Yambo, La muerte de Jaime Roldós, El grill de César, entre otros, son una muestra clara. En esa medida, ¿qué tanto se ha reflexionado sobre lo que producimos? ¿cuánto sabemos sobre las tendencias que se van consolidando en nuestro cine? El su segunda edición, el Coloquio Internacional de Cine Documental trata de dar respuesta a estas preguntas. La temática central del evento tiene como eje los últimos 10 años del cine documental ecuatoriano. A través mesas de discusión, el evento propone reflexionar sobre las tendencias, temáticas y desarrollos históricos del documentalismo reciente así como analizar las películas emblemáticas de este periodo. Las mesas de discusión estarán integradas por: Juan Martín Cueva, François Laso, Alejandro Aguirre, Pablo Fiallos, Libertad Gills, Armando Salazar, Manolo Sarmiento, Álvaro Muriel y Christian León. Por otro lado, el coloquio mantiene su preocupación por los debates contemporáneos sobre el documentalismo a escala global. Para esta ocasión hemos invitado a tres conferencistas internacionales a reflexionar sobre la relación entre documental y otredad. Ellos son Lynne Sachs (EEUU), Gustavo Aprea (Argentina) y Antonio Weinrichter (España). Adicionalmente, el coloquio mantiene abierto su espacio para que documentalistas invitados de los EDOC reflexionen sobre su propia obra y sus formas de hacer. En esta línea están programadas dos clases magistrales con el cineasta español Lois Patiño y con el cineasta sirio Orwa Myrabia. -edoc13

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Hombres y mujeres que se reconstruyen. Mujeres como Salma o Isabel, hombres como Ariel, Rodrigo, Ricardo o Carlos son los protagonistas de estos retratos que llegan desde la India y varios puntos de América Latina.

PROGRAMA Lunes 26 de mayo

Martes 27 de mayo

9h00: Acreditación 9h30: Conferencia Lynne Sachs 11h00: Conferencia Gustavo Aprea

9h30: 11h00: 14h00: 15h30: 17h00:

14h00: Mesa 1. Estados del cine documental ecuatoriano Expositores: Juan Martín Cueva François Laso Alejandro Aguirre Moderador: José Laso 15h30: Master Class con Lois Patiño

Conferencia Antonio Weinrichter

Mesa 2. Relatos alternos: lo popular, lo comunitario, lo militante Expositores: Pablo Fiallos Libertad Gills Armando Salazar Moderador: Edgar Vega

Mesa 3. Historia, política y derechos humanos Expositores: Manolo Sarmiento Christian León Álvaro Muriel Moderador: Alex Schlenker Master Class con Orwa Myrabia Presentación del libro El documental en la era de la complejidad

DOSSIER

La realizadora Kim Longinotto, a quien el púbico de los EDOC debe recordar por Pink Saris y Rough Aunties, nos trae una vez más un retrato femenino conmovedor y vibrante. Salma es una joven musulmana de un pequeño pueblo del sur de la India a quien, a la edad de trece años, con el inicio de su menstruación, se le prohíbe seguir estudiando y salir a la calle cuando su familia la encierra durante lo que serán 25 largos años. En este contexto, este no es un caso aislado, muchas jóvenes musulmanas pasan por este encierro para casarse posteriormente con hombres que se ha elegido para ellas. Salma, desde su universo íntimo y sensible, se rebela contra las tradiciones conservadoras

de un país y una religión, da un paso inmenso hacia su libertad y se convierte en una reconocida poeta. Esta es una historia de valor que se traza en silencio, dejándonos una sensación melancólica de esta mujer que escribe en secreto y en soledad. Otra mujer gigante que nos acompaña es Isabel. Ella es, en Isabel sin vuelta, una gitana española arrestada en Venezuela tratando de volver a su país cargada de droga. En ese momento está embarazada y da a luz a su hija Rosita dentro de la prisión. El director George Walker Torres hace un retrato cercano de una mujer apasionantemente fuerte quien, luego de tres años de reclusión, vive en Caracas con su hija cumpliendo una condena que la obliga a presentarse y dormir en prisión cada noche.

Ricardo Bär, de Nele Wohlatz y Gerardo Naumann

Rosita, de tres años, es también protagonista de esta historia y tal vez la fuerza propulsora que determina el desenlace de este documental. Esta es una historia de exilio y de lucha cotidiana, protagonizada por la fuerza monumental de una mujer como Isabel. Rodrigo es el hombre que protagoniza A onda traz, o vento leva. Padre soltero de una niña pequeña, afectado por la sordera, trabaja reparando equipos de sonido. Es un documental de Gabriel Mascaro, director y reconocido artista visual brasileño que nos trae un trabajo bellamente fotografiado y editado con agudeza en imagen y sonido. Esta es una jornada marcada por vibraciones y ruidos que rodean al protagonista. Avanzamos sutilmente en la construcción de este personaje y, paso a paso, vamos descubriendo detalles conmovedores de su vida actual. Desde Argentina nos llegan dos largometrajes documentales que se suman a la sección RETRATO, son Ariel y Ricardo Bär. Ambos, respectivamente, le dan el nombre a las películas que protagonizan. Ricardo Bär es una ópera prima codirigida por Nele Wohlatz y Gerardo Naumann. La idea parte en una comunidad bautista en la región de Misiones , en Argentina. El objetivo es retratar a Ricardo, un joven descendiente de alemanes que estudia para convertirse en pastor bautista. Las evasivas de una comunidad conservadora y cerrada frente a las negociaciones para llevar a cabo la filmación de este documental se convierten en el hilo conductor del relato. Entre secuencias de observación documental y otras en apariencia ficcionadas se desarrolla esta película que es una suerte de diario de un rodaje. Ariel es de Mendoza y es el protagonista de la ópera prima de Laura Bari, directora argentina radicada en Canadá. Ariel ha perdido la parte baja de ambas piernas en un accidente laboral. La realizadora, en un retrato íntimo, nos muestra su lucha activa por idear e intentar construir unas prótesis ortopédicas revolucionarias. En este filme se percibe la cercanía de la directora, hermana de Ariel Bari, quien filma los diez últimos años de la vida del protagonista. Es un documental que avanza entre secuencias que metaforizan sueños y la realidad de una familia que atraviesa crisis emocionales, muchas veces debidas a un hombre obstinado por resolver por sus propios medios todas las dificultades.

El paciente interno se llama Carlos Francisco Castañeda de la Fuente, un hombre de la tercera edad que vive en las calles de la ciudad de México. A medida que avanza esta historia, vamos descubriendo un pasado inimaginable para este personaje aparentemente simple y marginal. Este documental dirigido por Alejandro Solar Luna está construido bajo una rigurosa e interesante investigación que devela que Carlos Castañeda estuvo encerrado por 23 años en el hospital psiquiátrico Samuel Ramírez Moreno sin identidad. Su nombre resuena en la historia de México como el protagonista de un atentado al Presidente Gustavo Díaz Ordaz, mandatario responsable de la famosa matanza estudiantil de Tlatelolco que ocurrió el 2 de Octubre de 1968. Carlos Castañeda estuvo presente en la plaza de Tlatelolco cuando esto sucedió y decide, por iniciativa propia, prepararse para la venganza. Este documental se enmarca en una época política que hace eco en el resto de América Latina en momentos en los que las dictaduras y la represión nos eran comunes. Se trata de una ópera prima en la que se siente un trabajo meticuloso por parte del director mexicano, una construcción narrativa que no se puede dejar de seguir apasionadamente, de la mano de un protagonista entrañable. Llegamos finalmente a una sorpresa que nos tiene preparada el festival en esta sección. Es el cortometraje llamado Da Vinci, dirigido por el italiano Yuri Ancarani. Este trabajo es el último de una trilogía que cuenta con Piatafforma Luna y Il Capo, sin duda, uno de los cortometrajes recordados por el público de los EDOC. En esta serie de obras se destaca el interés de este director y artista visual por la coreografía de las máquinas, manejadas con absoluta precisión por la inteligencia del ser humano. Da Vinci es un robot con tecnología de punta que se utiliza para operaciones delicadas. Y aunque este retrato no sea a un personaje de carne y hueso, es cierto que Da Vinci, con todas sus extremidades robóticas, cumple un papel humano que no deja de ser impresionante. La sección RETRATO, en singular, nos habla en definitiva de mujeres y hombres que individualmente, en su mundo y en su contexto, viven y nos hacen vivir sus historias de resistencia y reconstrucción, mujeres y hombres indudablemente inolvidables. -edoc13

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LAS MUJERES EN LOS EDOC

Vivir en ninguna parte Francisco Burdiles V. historiador, Universidad de Chile Desde Santiago de Chile para EDOC “Los que tienen memoria son capaces de vivir en el frágil tiempo presente, los que no la tienen, no viven en ninguna parte” .-P. Guzmán

En el año 2013 se cumplieron 40 años del Golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende y el proyecto de la Unidad Popular en Chile. Ese mismo año, el día 28 del mes de julio, la cadena de televisión estatal, TVN, trans-

La muerte de Jaime Roldós y El grill de césar, premiados en Toulouse Marie Miqueu-Barneche Equipo de programación EDOC 2013 Desde Toulouse para EDOC

mitió el documental Nostalgia de la luz (2010) del reconocido documentalista Patricio Guzmán. ¿Lo particular? Se transmitió a eso de la medianoche, sin títulos iniciales, sin nombre de la obra, sin introducción y con algunas partes alteradas y repetidas. En dicha obra, el director no solo busca dialogar y discutir con las formas tradicionales de hacer y pensar el formato documental –¿qué se documenta?, ¿quién y cómo se realiza?– sino también, y por sobre todo, reflexionar en torno a la(s) memoria(s) de la dictadura a partir del cruce entre la arqueología y la astronomía como disciplinas que se juegan en/con el tiempo. Como era de esperar, Patricio Guzmán no tardó en escribir una carta dirigida al director ejecutivo de la estación televisiva, denunciando, públicamente y sin sutilezas un acto de sabotaje. La respuesta por parte del “canal de los

chilenos” llegó rápidamente, arguyendo que fueron errores técnicos de la transmisión automática, y que la acusación de sabotaje no tenía lugar, pues ya habían transmitido su filme en marzo del 2012. Si bien podría indagar en los supuestos errores técnicos, prefiero dejar planteado mi derecho a la duda. Ahora, en lo que sí me importa detenerme es en la segunda respuesta que entrega la cadena televisiva. ¿Es lo mismo transmitir una obra documental en un contexto cualquiera, que hacerlo en uno cargado de fuerza y potencia rememorativa? ¿Conocerán acaso los altos ejecutivos de TVN el sentido del documental que Patricio Guzmán nos ofrece como una tierna bofetada a la memoria? Incluso, ¿habrán visto siquiera la obra del director chileno? Pienso dos cosas sobre este pequeño error del canal nacional y ninguna de ellas deja de

alarmarme. Primero, que tanto aquellos que buscan el olvido de la tortura y el genocidio de la dictadura pinochetista, como los que queremos que el resentimiento y la rabia no se diluyan en los tiempos futuros, estamos conscientes del importante papel que tiene la memoria en las disputas políticas futuras. Segundo, y en relación con lo anterior, ambas partes sabemos del poder que tiene la imagen para ejercer acción –sin preparación alguna– sobre otras almas, en otros corazones, y eso, pese a todas las barreras del sentido común. El acto de TVN fue, ante todo, un acto político. El gesto y la obra de Guzmán, también lo fueron. La reflexión puede ser obvia, pero no por ello menos significativa. ¿Acaso no es el cine y la televisión uno de los campos de batalla político más complejos y controversiales en nuestro continente?

En marzo, tuvo lugar la edición 26. Festival de Cine Latinoamericano de Toulouse, Francia. Este festival es uno de los más grandes en lo que se refiere a programación de cine latinoamericano en Europa. Tres largometrajes ecuatorianos se presentaron en secciones competitivas. En la sección de largometrajes de ficción, fue seleccionada Saudade, primera película de Juan Carlos Donoso. En la sección de documentales, fueron seleccionadas y premiadas ex aequo como mejores obras El grill de César, de Darío Aguirre, y La muerte de Jaime Roldós, de Manolo Sarmiento y Lisandra I. Rivera. Tres de los directores asistieron para presentar sus producciones y charlar con el público de Toulouse. Como se subrayó en es-

tas presentaciones, hace más de cuatro años que ninguna cinta ecuatoriana había sido seleccionada en competencia por el festival. Al premiar estos dos documentales, no solo era la intención mostrar el desarrollo del cine ecuatoriano, sino premiar dos películas de calidad. El documental de Darío Aguirre provocó risas, llantos y ovaciones por parte del público. Esta vuelta personal a las raíces ecuatorianas, mostrada a través de una tragicomedia entrañable, convenció al público. En cuanto a La muerte de Jaime Roldós, reveló en Francia -aún en quienes conocen algo de la historia de Latinoamérica- acontecimientos absolutamente conocidos. Nos hizo descubrir, como a muchos ecuatorianos cuando se estrenó la

película en su país, unazona gris de la historia ecuatoriana. Las reflexiones presentes en ambos trabajos y la visión del Ecuador -país poco conocido por nosotros- explica en parte el reconocimiento a estas dos películas. Pero el consistente trabajo de archivo de Sarmiento y Rivera y la calidad de fotografía y de edición de Aguirre fueron elementos relevantes en la elección del jurado. Tener dos películas ecuatorianas premiadas como mejores documentales en Toulouse fue algo excepcional para los tres directores, para el festival, para el cine ecuatoriano, pero fue también un orgullo particular para mí.

Storyhunter: plataforma que revoluciona producción de video global En los últimos años, hemos presenciado un cambio dramático en el modo en que recibimos las noticias. Hoy, un ciudadano puede filmar con su teléfono móvil un acontecimiento más pronto que un medio de comunicación. Decenas de empresas han cerrado sus corresponsalías extranjeras. Abundan los agregadores de noticias, que repiten la misma historia una y otra vez. La tecnología avanza a velocidades vertiginosas y el antiguo arte de contar historias queda atrasado. Hay muchísima gente tuiteando y compartiendo información, pero no hay suficientes personas generando contenido que importe. Fundamos Storyhunter para que video-periodistas y documentalistas tengan la posibilidad de publicar las historias más importantes del mundo que aún no han sido contadas. Creemos que las mejores ideas surgen de las personas en el campo, y no de los editores en otros continentes. Creemos que las voces de los ciudadanos comunes son más veraces que las de un político o experto. Creamos un nuevo modelo para la producción de videos que combina los mejores aspectos del periodismo ciudadano, el acceso y la autenticidad, con las mejores prácticas del perio-

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dismo profesional: alta calidad y credibilidad. Nuestra plataforma web conecta una red global de documentalistas y video-periodistas independientes, profesionales y locales, con los medios digitales con mayor proyección a futuro. Vemos un sitio web hoy del mismo modo que nuestros ancestros veían las paredes de una cueva: un lienzo en blanco para comunicar nuestros miedos, sueños y esperanzas de la forma más genuina posible. Queremos completar este lienzo moderno con historias verdaderas contadas por personas reales y que reflejen la experiencia humana del modo más preciso posible.

Si eres un documentalista o videoperiodista, conoce más nuestra plataforma y únete a nosotros en www.storyhunter.tv. Nuestra red ha producido más de 130 informes originales en más de 30 países diferentes. Nuestros videos han sido publicados por Yahoo, AOL, The International Business Times, PBS, Newsweek, The Economist, Fusion and MSN, entre otros.

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Kyoko

Isabel y Rosita

Anne

Salma

Filia Rosa

Nancy

Kyoko y Akiko, de Cenizas

Salma

“(Mi amigo Koïchi y yo) acabábamos de graduarnos y sólo soñábamos con una cosa… ¡París y la Nouvelle Vague! Él admiraba a Truffaut por sobre todas las cosas, y yo estaba fascinada por las mujeres irresponsables y caprichosas que veía en sus filmes. Jules et Jim, A bout de souffle, L’amour fou...Envidiaba a esas mujeres que fumaban y tomaban amantes en busca de su libertad”. Es lo que escribe Kyoko Gaisseau, antes Kyoko Kosaka, en su diario. Kyoko es una actriz japonesa que viaja a estudiar a París para convertirse en una heroína de la nueva ola del cine y vivir la liberación femenina de los sesenta. En una de las escenas de A bout de souffle (Sin aliento), de Jean Luc Godard (según un argumento original de François Truffaut), aparece Jean Seberg “liberada”, con un libro de Faulkner en la mano, del que quiere leerle un fragmento a su amante. Fuma, lee, viaja. Esa es la idea que tiene Kyoko de lo que debe ser una mujer, y por eso se va de Japón a París. Es innegable que esos íconos de los 60 sirvieron como paradigmas de la liberación de las mujeres y se llamaron feministas. Una vez en París, Kyoko se convierte en actriz de Godard. Pero verse convertida en su personaje no le complace: “esos cineastas en busca de libertad sólo me presentaban con la clásica imagen de la mujer sumisa japonesa. La misma imagen de la que yo intentaba escapar”, relata en sus diarios. “La mujer japonesa se ve como una pintura de Manet”. Kyoko sale del cuadro que le pinta este cine y vuelve a Japón. Allí, paradójicamente, conoce a Pierre-Dominique Gaisseau, explorador y documentalista francés. Gaisseau gana el primer Oscar a mejor documental de la historia, en 1962, con Le Ciel et la boue (El cielo y el fango). Cuando se casa con él, Kyoko sigue en el mundo del cine, pero en otro de sus reinos. Todo lo que descubrimos sobre Kyoko y su vida en la Nouvelle Vague lo sabemos por sus diarios, que Akiko, su hija, encuentra en el departamento de su madre tras su muerte. La hija decide ir a Japón a honrar a su madre y llevando sus cenizas a su lugar natal, cerca de Hiroshima. Las cenizas cobran su sentido. Son restos que se agitan para que Akiko descubra quién fue su madre durante su luto y junto a las otras mujeres de la familia. Las mujeres reconstruyen la historia para que Akiko tenga un lugar natal, dicen. El hogar está en la memoria. La factura poética y delicada de este filme nos da hermosísimos retratos de estas mujeres japonesas que se dedican a hacer despertar el pasado en un coro que evoca ecos del nuestro. (Cristina Burneo Salazar)

“No escribas”, gritaba su esposo cada vez que encontraba uno de sus poemas apuntado en un pedazo de papel. Pero Salma persistía en su escritura secreta: “Dormimos juntos aunque podríamos matarnos.” La escritora más famosa del sur de la India recorrió un largo camino hasta poder publicar sus trabajos. Siguiendo la tradición musulmana local, sus padres la sacaron del colegio y la encerraron en su casa cuando Salma tenía 13 años. Aún después de ser casada por su familia, Salma siguió encerrada. La vida aislada que estaba forzada a llevar la animó a escribir poemas que, una vez publicados, se convirtieron en una sensación en la India. La directora Kim Longinotto retrata la vida de una mujer extraordinaria que se convirtió en modelo de muchas de sus compatriotas, pero quien, aún hoy en día, lucha para que su pensamiento y su escritura sean reconocidos como tal en la sociedad. (Rebecca Zehr)

Isabel, de Isabel sin vuelta Isabel se encuentra cocinando para a su hija de 3 años mientras los disparos suenan no muy lejos. Se trata de un disturbio usual en la vida de los cerros de Caracas, donde ambas suben y bajan escaleras siempre de manera apresurada. Isabel es gitana y cumple una pena de libertad condicional que no le permite salir del país ni dormir con su hija, pues debe volver a la prisión por las noches. Pero esta tenaz mujer se empeña en buscar trabajo, sobrevivir, y con ello nos muestra un valor y una fuerza sorprendentes. Este retrato filmado por George Walker Torres, en sintonía con su filme anterior,María y el Nuevo mundo (EDOC10), logra acercarse y acompañar a una mujer en situación límite que transita bajo presión, pero que conserva su dignidad. (Albino Fernández Bardehle)

Filia Rosa, de La eterna noche de las doce lunas El pueblo wayuu es hijo de la tierra y la lluvia. Siendo la tierra lo femenino, dio a luz a los hombres wayuu, mientras que la lluvia, masculina, creó a la mujer. No una mujer cualquiera, sino una mujer con dientes en el sexo, incapaz de procrear, hasta que el hijo de la tierra se unió a ella, permitiendo que su sangre fluyera, dando paso al rito sagrado que posibilita el nacimiento de otro ser. Como esta primera mujer de la mitología wayuu,

en la Guajira colombiana, Filia Rosa Uriana debe dar paso a su primera menstruación, a lo sagrado, a aquello que la define como mujer. En este proceso, el tiempo es el acompañante de los wayuu, que esperan la primera menstruación contando lunas y soles. Así, doce lunas es el tiempo que Filia deberá pasar en encierro absoluto cuando llegue su primera menstruación, en un espacio totalmente retirado de su mundo, silencioso y aislado. Doce lunas en las que su palabra irá perdiendo sonido. Umbral complejo, la espera de la primera menstruación es un aislamiento del mundo. (María José Gutiérrez Jiménez)

Anne Hanavan, de Bitch-Beauty Anne Hanavan vivió la escena clandestina en el East Village de los años ochenta. Durante sus años como prostituta en las calles de Nueva York, empezó a filmarse y a registrar y recrear escenas de riesgo, de adicciones y de su trabajo en la calle. El retrato de Hanavan es una cápsula que refleja de manera explícita y cruda su experimentación, a través de la cual que emprende en una renovación de sí misma a través de la autoexpresión catártica.

Nancy, de Sobre las brasas Las pirámides de madera y aserrín que se levantan en las orillas del río Ucayali parecen grandes hormigueros. Después de quemar la madera durante 15 días, se puede cosechar el carbón, que luego usarán las pollerías en las ciudades. Nancy y su familia viven de la producción artesanal de carbón en la Amazonía peruana. Es un trabajo duro, y en esta época no hay compradores. Las directora peruana Mary Jiménez y su colega belga Bénédicte Liénard siguieron la vida de Nancy y su familia durante seis semanas en su lucha diaria por la sobrevivencia. El resultado, relata Mary Jiménez, es “una película que ya no sé si es ficción o documental. Y eso me encanta porque eso es imposible de inventar”. Una narración poética, heroica y digna sobre el mundo del trabajo, la pobreza y los sueños. (Rebecca Zehr) -edoc13

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ESTRENOS ECUATORIANOS EDOC 2014, PRÓXIMAMENTE EN SALAS

Junio 2014

Junio 2014

Agosto 2014

Subtítulos hechos en EDOC La profesión más antigua del mundo Cristina Burneo Salazar Traductora literaria, editora de EDOC

En la décima edición de los EDOC, en el 2011, el festival presentó La mujer con los cinco elefantes, de Vadim Jendreyko. Su protagonista es la maravillosa Svetlana Geier, traductora de la obra de Dostoievski al alemán. Este filme nos abre un mundo en tránsito, en donde, de lengua a lengua, la traducción nos guía hacia nuevas realidades -el año pasado, en cambio, EDOC presentó la conmovedora First Cousin Once Removed, de Alan Berliner. Edward Honig, su protagonista, fue poeta y traductor de poesía. EDOC ha subtitulado documental hace años como parte de su compromiso con la difusión de este ámbito del cine. Por esa razón, surgió hace un año la iniciativa conjunta de formar un equipo de traducción especializado, con traductoras y traductores en formación, formados y de oficio. EDOC y la subespecialización en Traducción de la Universidad San Francisco organizaron un primer equipo con cuatro estudiantes y tradujimos más de 10 películas.

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Este año, hemos traducido casi 20 películas con un equipo de 10 personas: estudiantes de traducción, de cine, traductoras y subtituladores. Además, editamos traducciones marcadas por la variante argentina o mexicana para traerlas a un contexto más afín. La traducción de películas completas se hizo casi siempre del inglés, lengua internacional del cine, en la que circulan la mayor parte de listas de diálogos que recibimos, aunque hayamos traducido películas rusas, checas, francesas o alemanas. Entre las traducciones más gratificantes, en tanto textos, estuvo The Claustrum, de Jay Rosenblatt, traducida por Valentina Bravo como Claustrum, en donde la psicoanalista Susanne Chassay escribe un bellísimo e intenso texto sobre tres mujeres analizantes y su fantasía. La versión al español es, igualmente, un texto muy poético que acompaña las siempre poderosas imágenes de Rosenblatt.

El mundo gitano aparece de cuerpo entero en Vojta Lavicka: Altibajos. Durante la documentación de su traducción, y antes de ver el filme, María José Gutiérrez ya se había compenetrado con Vojta y con su conflicto de identidad dentro y en los márgenes del mundo gitano en la sociedad checa. Con Vojta, descubrimos todo un lenguaje en español para hablar de lo gitano. Jean Racines se convirtió en detectivesco traductor de thriller con el texto de El affaire Galápagos, trayendo al español pasajes escritos por los pioneros alemanes que vivieron en las islas en los años 30. Mi primera experiencia como traductora de soft porn fue con Valija de amor y pudor (Suitcase of Love and Shame), en donde los encuentros amorosos entre Tom y Jeannie, registrados en cinta de audio, se acercan a ese talante, pero con un erotismo y una intensidad de la que carece lo pornográfico. Igualmente, Bitch-Beauty (Belleza puta), de MM Serra,

nos obligó a pensar en equipo en nuestro propio arte de la procacidad cuando trabajamos con la versión mexicana del explícito y potente documental sobre dos mujeres que deciden filmar su actividad como prostitutas en Nueva York. La línea que se despliega frente a nosotros en la parte inferior de la pantalla nos acompaña para vivir la imagen y seguir el ritmo de la historia que vemos desarrollarse. Ese texto es nuestra escucha y, a la vez, nos trae la voz de los personajes que vamos a conocer, su intimidad o su distancia. Detrás de estos textos, hay alguien que recrea esas voces dentro de sus mundos y les da vida y volumen en español. Cual Cyranos de Bergerac, compartimos nuestras versiones de esas historias, que hemos disfrutado de imaginar y poner en marcha para los EDOC. -edoc13

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Silencio en la tierra de los sueños, Tito Molina

Del Sur al Sur Tres películas ecuatorianas en BAFICI, y ahora en los EDOC

José Peña Loyola Desde el equipo de Talent Press BAFICI, Argentina para EDOC

Silencio en la Tierra de los sueños El jueves 10 de abril se estrenó en BAFICI la película ecuatoriana dirigida por Tito Molina Silencio en la tierra de los sueños. Ese día hubo también un paro general en Buenos Aires. Pensé que eso afectaría la afluencia normal en el BAFICI, pero no ocurrió. También tenía en la mente la conversación que, para una nota para el diario del festival, había entablado pocas horas antes con Steve Anker, de la facultad de Cine de CalArts. Hablamos sobre la necesidad de un cine honesto, capaz de desafiar conceptos hegemónicos a partir de una mirada íntima y una voz propia. Eso era lo que me esperaba de Silencio en la tierra de los sueños mientras hacía la fila para ingresar a la sala. Este filme tiene una historia simple. Una anciana espera, en soledad y silencio, el final de la vida. Esa espera transita entre la vigilia y el sueño. La tierra de los sueños no tiene garabatos ni saltos temporales, es igual de silenciosa y perturbadora que la vida diaria, pero así mismo es un refugio. El cine, dice Buñuel, parece haberse inventado para expresar la vida subconsciente, que tan profundamente penetra por sus raíces la poesía. Sin embargo, no siempre se recurre al cine para ese fin. Tito Molina es fiel a estas raíces de las que habla Buñuel, se agarra fuerte de ellas, abraza la poesía y crea un relato que queda enredado en rincones desconocidos de la memoria, se topa con los recuerdos y los miedos que escondemos. Yo mismo vi a mi abuela transitando por su

soledad, cocinando solo para ella y viendo Tres Patines en la televisión, al igual que la mujer de la película. Silencio en la tierra de los sueños es una película que cala en las capas profundas de la piel. Después de verla, resulta difícil no dejar escapar una lágrima, presionada por el flujo de recuerdos que no siempre terminamos de entender. Hay una mezcla de angustia, nostalgia, tristeza y alegría que cuesta descifrar. Son películas a las que hay que dejar que terminen de hacer todo lo que tienen que hacer dentro de cada uno, dejar que dejen nudos, que desaten otros, que den caricias y que golpeen. Es lo que pasa con este trabajo de Tito Molina: tenemos la certeza de haber visto una película con una voz no sólo propia, sino única. Una película capaz de hacer estallar el mundo desde el silencio, la honestidad y la lentitud.

Carlitos El documental ecuatoriano Carlitos, dirigido por José Antonio Guayasamín, se estrenará a mediados de este año en las salas de cine de Ecuador. Antes de eso, su estreno nacional tendrá lugar en EDOC13. La película fue proyectada internacionalmente por primera vez en la edición 16 del Festival de Cine Independiente de Buenos Aires, BAFICI y formó parte de la competencia internacional. Cuando vi el filme, Carlitos ya había tenido dos proyecciones y se encontraba en el segundo lugar del voto del público. Una vez en la sala, bastaron cinco minutos para conectarme con Carlitos, un joven quiteño de veinte años con discapacidad intelectual y dificultad para articular frases, que trabaja en una fábrica de salchichas, vive en Guápulo junto a su madre, su abuelo y su hermano pequeño, y de a poco trata de involucrarse en el espacio que lo rodea. La cámara toma una distancia precisa y respetuosa para no caer en el sentimentalismo ni en la condescendencia. José Antonio observa a Carlitos como observó a Baltazar, con la diferencia de que ahora se niveló el terreno. No hay una mirada jerarquiza-

da ni desigual hacia el otro, hacia el diferente. En una escena de la película en la que la familia está merendando, el abuelo pregunta: “¿Y él no va a comer nada?” “No, él es invisible”, responde la madre. José Antonio Guayasamín opta por ser invisible y al mismo tiempo estar presente, no intenta anular su mirada ni anularse a sí mismo para crear una falsa objetividad. Es claro, por las imágenes y por el ritmo que éstas tienen, que el Guápulo que se construye en la película es el barrio de ambos, el de Carlitos y el de José Antonio. En el foro posterior a la película, José Antonio contó cómo había conocido a Carlitos y a su familia: la Mamá de Carlitos trabajaba limpiando la casa de su familia, y un día llegó a pedirles ayuda porque “Carlitos le pegaba a ella y el abuelo le pegaba a Carlitos”, en consecuencia, el ambiente familiar resultaba insoportable. José Antonio decidió ayudar sin saber que de ahí saldría una película. Ayudó a Carlitos a conseguir trabajo en una fábrica de salchichas y le inscribió en cursos de terapia de lenguaje. Con el tiempo y la cercanía que se generó entre José Antonio, Carlitos y su familia, surgió la idea de un documental. José Antonio contó que varias veces había pensado en abandonar el proyecto, que al principio sentía que la película no iba para ningún lado, que no había conflicto, que nada podía pasar. Sin embargo, la sensación de que en algún momento Carlitos pudiera llegar a hablar sostuvo el rodaje. Así es que se logra construir un documental de largo aliento acerca de un hombre que de alguna manera está fuera del mundo, acerca de sus momentos de soledad y de sus silencios; y también de la relación con su entorno: su familia, su barrio y el remanente de bosque que lo rodea. Al salir de la sala me quedé con la sensación de haber estado en Guápulo, en un Guápulo que yo no conocía pese a haber ido muchas veces.Veía la reacción de la gente: conversaban entre ellos, se acercaban a felicitar a José Antonio, le daban abrazos sentidos. Parece que to-

das esas personas también estuvieron en Guápulo durante una hora en que toda esa gente acompañó y se dejó acompañar por Carlitos.

13 Puertas Son trece puertas las que se necesitan para llegar desde la calle hasta las aulas del CUSAM, un programa educativo de la Universidad San Martín que funciona dentro de una cárcel de máxima seguridad de la provincia de Buenos Aires y que no está dirigido solamente a los reclusos, sino también a los guardias. Hay que esperar en cada puerta hasta que se autorice la entrada y alguno de los guardias la abra. Este documental explora la vida en reclusión desde la idea del conocimiento como camino de liberación. Trece puertas es el segundo largometraje documental del ecuatoriano David Rubio, actualmente radicado en Buenos Aires. Fue producido por Imaginada Films y la Universidad San Martín, de la provincia de Buenos Aires. La película, resultado de un largo proceso de acompañamiento al CUSAM, formó parte de la Competencia Argentina del BAFICI y se ubicó en el tercer lugar del voto del público. Leí varias críticas y escuché algunos comentarios sobre la película. Casi todos resaltaban la precisión del documental. La observación cuidadosa, el trabajo minucioso. Todo eso se halla presente, en efecto, en la película y es digno de mencionar. Pero el documental va más allá de ser un ejercicio cinematográfico muy bien ejecutado. Trece puertas habla sobre la posibilidad de generar espacios donde las jerarquías se difuminen y los guardias y los presos se reconozcan como iguales. Al final del encierro, el de la jornada de trabajo para los guardias y el de la condena para los reclusos, todos regresarán a las mismas condiciones de marginalidad y desigualdad en las que crecieron. En ese reconocimiento, en ese verse humanos, está la posibilidad de revertir la injusticia. -edoc13


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