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DERRUMBANDO OPORTUNIDADES, CREANDO BARRERAS
Melgarejo
EL PRONÓSTICO que le dieron era trágico, inclusive sin un diagnóstico. Su hijo no va a poder hablar, ni leer, ni escribir. No, no se quedaron conformes, porque a ellos nadie les dice qué puedes y qué no puedes hacer.
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Notaron que en Cancún, lugar donde viven, no había mucho apoyo. Sin embargo, encontraron terapias, abrieron puertas donde no había ni una rendija de esperanza, y fueron logrando lo que les dijeron que era imposible.
El diagnóstico, Asperger, tardó en llegar. Conforme su hijo fue creciendo trabajó en su disciplina. Hace ejercicio, cuida su alimentación, estudia y con adecuaciones, cumple de manera excepcional con lo que le piden en el colegio.
Está por terminar la preparatoria con más de 9.6 de promedio.
Escogieron la universidad más importante de Cancún, porque encontraron que se declaraba inclusiva con el lema: creando oportunidades, derrumbando barreras.
Decidieron ser transparentes en cuanto a su condición y no realizar el proceso en línea como los demás o aprovechar el acceso directo por promedio. Eso complicó todo.
Las innumerables citas y la falta de respuesta de la universidad eran un aviso de lo que venía. Con un machote cualquiera, les avisaron que no había pasado el examen y quedaba fuera de cualquiera de los campus de la red.
Les quitaron todas las oportunidades en una cuartilla. Eso tampoco los va a detener. En México sí existen universidades preparadas de verdad para recibir a chavos con neurodivergencias y no solo en su publicidad.
Tendrán que mudarse a la Ciudad de México para ingresar a un programa inclusivo y, Arturo, irá logrando sus metas, porque, sí, él tiene metas y sueños que no deben truncarse con machotes. No se van a mudar callados, sentarán las bases para que el siguiente niño que busque una oportunidad, la encuentre.
Soy Ana Melgarejo, la orgullosa tía de Arturo. Ingresa a capysac.com para más información sobre estos programas.