Nuevos usos que no enamoran, precisamente Por Graciela Melgarejo Si nos dieran la posibilidad de elegir, ¿cuáles serían las palabras de nuestro amado idioma que más nos irritan? Sí, así como hay palabras más populares, más lindas o más simpáticas que otras -por eso los concursos que hacen cada tanto el Instituto Cervantes y la Fundéu-, cada uno de nosotros tiene su propia lista de las que nos suenan mal, esas que desearíamos no ver escritas ni pronunciadas cada dos por tres. Las que nos caen "gordas", para usar una deliciosa expresión del español de España. Quien esto escribe recordaba que el año pasado contundente fue un adjetivo privilegiado, quizá como hace algunos años lo había sido robusto. Este año, ¿lo será nutritivo? Para un colega del diario, excelente crítico y traductor, el adjetivo por excelencia en las contratapas de los libros de las editoriales españolas es trepidante: "Todas las novelas son trepidantes", ejemplificó con cierto fastidio. Al lector Miguel Ángel Crespo hay una palabra, mejor dicho, la acepción de un verbo, que le molesta sobremanera: "En un artículo vinculado con la explotación sexual, del 10/1, se lee: «La red criminal cooptaba mujeres en situación de vulnerabilidad...». El error también lo observé hace pocos días en un programa de televisión conducido por el periodista Joaquín Morales Solá, en el que la doctora Elisa Carrió utilizó el mismo vocablo mal empleado. Intuyo que, en el afán de querer florearse, se lo usa erróneamente". Intuye bien el lector Crespo. A tal punto que en Línea directa ya se había tratado el tema, el 12/8/2013, en la
columna "No siempre es sabio lo que traen los años" (http://bit.ly/13uTkJE), en la que se citaba otra columna anterior, del 16/11/2006, de la profesora Lucila Castro. En "Diálogo semanal con los lectores", el titulado "Unos son captados y otros, cooptados" (http://bit.ly/17Cyp8L), la profesora Castro explicaba: "...captación es correcto, como 'acción de captar', tomando captar en el sentido de atraer a alguien, ganar la voluntad o el afecto de alguien'. Las voces cooptar y cooptación son empleadas como «tecnicismos», en lugar de captar y captación, por algunos sociólogos y politólogos. De ellos las tomaron ciertos políticos y de los políticos algunos periodistas, que las han puesto de moda en los medios. Pero cooptar y cooptación significan propiamente otra cosa. La cooptación es un procedimiento para cubrir vacantes característico de las corporaciones, en que los integrantes eligen a los miembros que se incorporan. "Posiblemente de una errónea interpretación de la idea de incorporar un grupo a una persona, y sobre todo de la similaridad fonética -prosigue Lucila Castro-, haya nacido la confusión entre estos términos. Y a la generalización de la moda también debe de haber hecho su aporte la siempre peligrosa tentación del «tecnicismo», supuestamente más preciso que las voces del lenguaje corriente como son captar y captación". Por el momento, el Diccionario de americanismos no recoge esta acepción, pero su edición es de 2010. Podemos suponer que en algún momento sea también incorporada, como de hecho lo hacen en su uso cotidiano no sólo los periodistas, sino muchos lectores.