Desde Sínope... Por: Oscar Acosta Arias
LA PERVESIDAD DE LAS EPSs CON LOS USUARIOS EN FUSAGASUGA
¿Las EPSs verdaderamente están garantizando el derecho constitucional que tenemos los colombianos de procurar el cuidado integral de nuestra salud? ó seguirán en su negocio de intermediación utilizando los recursos del estado para fortalecer intereses particulares en construcción de condominios como lo hizo el expresidente de Saludcoop Carlos Palacino, o patrocinando equipos de futbol, de baloncesto, o creando empresas que fortalezcan su estructura piramidal en servicios de salud, direccionando a todos sus usuarios a sus mismas empresas para hacer el negocio redondo y dejar por fuera a la red pública, en detrimento de un servicio público de carácter obligatorio que debe prestar el estado bajo su direccionamiento y control, con sujeción a unos principios de eficiencia y solidaridad, para garantizar el derecho constitucional y el derecho irrenunciable que tenemos los colombianos a una seguridad social. En Fusagasugá nos estamos viendo abocados los usuarios de las EPSs que tienen sede y por lo tanto su domicilio en nuestra ciudad, llámese Saludcoop, Famisanar, Coomeva, Saludtotal, etc., a la carrera de la muerte con la famosa autorización de servicios y el procedimiento que se viene aplicando para conseguir dicho visto bueno indicado para el usuario, por el profesional de la medicina. No se compadece que en la EPS Saludcoop Fusagasugá, por políticas propias e internas, según expresiones de sus funcionarios, se aplique prácticas perversas para generar una autorización de servicios de un procedimiento ordenado con base a diagnóstico patológico. Se presenta la solicitud de autorización de servicios, y se recibe como respuesta:” venga dentro de ocho días”, y si le va bien, está autorizado, de lo contrario su espera se amplía a quince días. Pero este es el principio, porque una vez lista la autorización al usuario se le direcciona a una entidad de las empresas que ellos crearon para fortalecer su estructura piramidal, que generalmente queda en Bogotá, u otra entidad con quien tengan contrato, en último caso lo envían a una entidad de la red pública, donde el usuario debe pedir la cita para ser atendido lo cual lo consigue con suerte a los quince o veinte días, o en casos al mes y medio o dos meses. Pero ahí no termina el suplicio, si su condición económica no es buena, no se puede desplazar y pierde su cita, porque perfectamente un viaje a Bogotá para un usuario que cuente con unas buenas condiciones físicas o que no lo esté afectando mucho su enfermedad, le cuesta aproximadamente cien mil pesos, sin contar que tiene que volver a viajar para reclamar los resultados o enviar a alguien, y si es un adulto mayor se incrementa porque tiene que llevar acompañante. Este procedimiento va totalmente en contravía de la calidad, calidez y atención, que se le debe brindar al
usuario y de su facilidad de acceder al servicio de salud, porque legalmente, si el servicio o procedimiento se oferta en su ciudad de domicilio, al usuario se le debe enviar a que cumpla su requerimiento de servicio o su procedimiento en su ciudad de domicilio preferiblemente a una entidad de la red pública. Por consiguiente debemos acabar con las siguientes prácticas perversas que aquejan a la Salud Pública, las EPSs y de paso a la Red Pública, en detrimento de los usuarios del régimen contributivo y que fueron contempladas en el debate sobre la salud pública que se dio en la Cámara de Representantes del Congreso de la Republica: Acabar con las barreras de acceso que ponen la EPSs, a los usuarios. Acabar con las auditorias especializadas de las EPSs, que se crearon para glosar las cuentas que presenta la Red Publica en cobro de sus servicios prestados a los usuarios de las EPS. Mantener un buen sistema de calidad, remunerando bien a los profesionales de la medicina. Acabar con la corrupción de los recobros al Fosyga, por servicios que no prestan las EPSs. Se debe acabar con el cartel del nombramiento de directores de hospitales de la red pública, por lo incentivos económicos que dan los que ocupan esos cargos, por eso tiene que ir a robar a los hospitales, expresado por un representante de Boyacá de profesión médico. Depurar la afiliación en el régimen subsidiado, sacando a personas que no tienen que estar, pero por compromisos políticos las incorporan, quintándole la oportunidad a los que verdaderamente lo necesitan. Que la red pública llámese hospitales, no estén sometidos a los caprichos de las EPSs. Que los recursos públicos que llegan a las EPSs, no sean utilizados en proyectos de inversión particulares, condominio campestre Villa Valeria en los llanos, de Carlos Palacino, dueño de Saludcoop Que se acabe con el sofisma, de que es más rentable para las EPSs, que un paciente que tiene cáncer, sida, leucemia etc. , se muera, que invertirle en su tratamiento. Por lo tanto el sistema de seguridad social en Colombia colapsó hace rato, se necesita una reforma total, con derogación de la ley 100 y no paliativos para invertir dinero inútilmente. La ley 1438, de regulación sobre la seguridad social, tuvo los mismos vicios que presentó la Reforma a la Justicia, todo se modificó en la comisión de conciliación, para imponer beneficios personales en favor de senadores, según exposición de integrantes de la comisión séptima de la cámara. Las EPSs se enriquecieron con los dineros públicos, incrementaron su infraestructura, establecieron una estructura piramidal, para ofrecer todos los servicios de salud en las grandes capitales, en detrimento de los usuarios de la provincia y de la red pública.
EDICIONES LA COFRADÍA No. 3