En el transcurso de nuestra vida aprendemos que no sólo la escuela educa, sino también lo hacemos en la casa. La familia es por excelencia la que forma a las niñas y a los niños. Por ello es importante que los hábitos, actitudes y valores que fomentemos diariamente en nuestros hijos se enriquezcan para ayudarles a entender y enfrentar mejor el mundo en que viven. Los libros de Mamá y Papá fueron elaborados por profesionales y especialistas en los temas que tratan; asimismo, se consideraron opiniones y sugerencias de madres y padres de familia. Estos libros son parte de los esfuerzos que la Secretaría de Educación Pública lleva a cabo para poner en sus manos información que los ayude a enriquecer los conocimientos y experiencias que ustedes aplican todos los días en la educación de sus hijas e hijos. Las madres y los padres de familia, mediante su enseñanza y ejemplo son los primeros responsables de la formación de sus hijos, ya que influyen fuertemente en la visión que éstos tienen del mundo. La información que se ofrece en estas páginas busca apoyar a las madres y a los padres en su gran responsabilidad respecto a la educación de sus hijas e hijos.
Los Libros de
mamรก y papรก
Este libro fue elaborado por el Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe (CREFAL).
DINACIÓN GENERAL ESPECIALISTAS
Juan Francisco Millán Soberanes Luz Irene Moreno
UIPO PEDAGÓGICO
Graciela Galindo Orozco y Bernardo Lagarde
IRECCIÓN DE ARTE
Rafael López Castro
NACIÓN EDITORIAL Y DISEÑO GRÁFICO
Marta Covarrubias Newton
FOTOGRAFÍA OYO INSTITUCIONAL
Jesús Sánchez Uribe Rafael Camacho Solís, SSA / María Emilia Rosello Soberón, SSA / Lucero Rodríguez, SSA / Maricarmen Campillo, SEP / Lilian Álvarez Arellano, SEP / Óscar de la Borbolla, SEP/ Carlos López Díaz, SEP.
D.R. © Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe, Pátzcuaro, Michoacán. ISBN 970-18- 5742-9 Impreso en México por la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos en los talleres de la Editorial Offset, S.A de C.V. Durazno 1 esq. Ejido, Col. Las Peritas C.P. 16010 Tepepan, Xochimilco, México, D.F. Noviembre de 2000.
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PARA EMPEZAR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 1. LOS GRUPOS DE ALIMENTOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .6 2. VARIAR Y COMBINAR. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 3. NUTRICIÓN Y CRECIMIENTO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 4. ADOLESCENCIA Y NUTRICIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70 5. CUANDO SOMOS ADULTOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80 ANEXOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
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amá y papá: este libró cuenta la historia de Lola, Catalina, Socorro y Ramiro, quienes están interesados por sentirse mejor y por la alimentación de sus hijas e hijos. Ellos conocen a Claudia, una promotora de orientación alimentaria, quien los ayuda a reflexionar acerca de la manera en que comen sus familias y de cómo mejorar su alimentación para mantenerse sanos. Acompáñenlos en sus aventuras para entender el valor de la nutrición. La intención de esta historia y de las actividades que se presentan en cada capítulo es invitarlos a reflexionar sobre sus propios hábitos alimentarios, además de proporcionarles información que les pueda ser útil para revisar su dieta diaria y mejorarla, de acuerdo con sus posibilidades económicas, para atender lo mejor posible las necesidades de su familia. Es importante tener presente que la mayor parte de los alimentos necesarios para una correcta nutrición están a nuestro alcance, y en general para adquirirlos no se necesita mucho dinero. Una alimentación correcta facilita el buen éxito en las actividades que niñas, niños y adolescentes emprenden, como sus estudios o la práctica de algún deporte. No es necesario cocinar platillos costosos y complicados para estar bien alimentados y más sanos. Se puede proporcionar una nutrición balanceada a bajo costo si se conocen los principios básicos de la buena nutrición.
1. LOS GRUPOS DE ALIMENTOS
En la escuela L
as señoras Lola, Catalina y Socorro y el señor Ramiro son amigos porque sus hijas e hijos tienen
la misma edad y se encuentran todos los días cuando van por ellos a la escuela. —¿Cómo está, Socorro? —preguntó Catalina. —Más o menos, pues en los últimos días me he sentido muy cansada y sin ganas de trabajar —respondió Socorro. —A mí me está pasando lo mismo —dijo Lola—. No he comido bien los últimos días. Pero, ¿qué creen? El otro día conocí a Claudia, una promotora de orientación alimentaría. Ella estaba platicando con otras señoras sobre los grupos de alimentos y de lo importante que es comer de manera completa, variada y equilibrada para sentirse bien; también comentó algo acerca de la alimentación de los niños. Dijo que, si nos interesa, puede platicar con nosotros. —Para luego es tarde. ¿Qué les parece el viernes a las cinco en mi casa?—propuso Catalina—. No nos vaya a fallar, Ramiro.
Somos lo que comemos E
l viernes, todos llegaron puntuales a casa de Catalina. Una vez hechas las presentaciones,
Claudia repartió una hoja y un lápiz a cada uno y les pidió que apuntaran todo lo que habían comido el día anterior en el desayuno, en la comida, en la cena y también entre comidas.
Por ejemplo, Lola comió:
DESAYUNO 1 huevo, 1 bolillo 1 taza de café
CENA 2 quesadillas de queso 1 taza de café
COMIDA Sopa de pasta , pollo frito 3 tortillas
ENTRE COMIDAS 1 sope, 1 refresco
DESAYUNO
CENA
COMIDA
ENTRE COMIDAS
Ustedes también anoten todo lo que comieron ayer.
—Y esta lista, ¿para qué nos va a servir?—preguntó Ramiro. —Para revisar cuál es la dieta de cada uno de ustedes y si es correcta o no— respondió Claudia. —Pero yo nunca me he puesto a dieta—dijo Lola—. Con lo flaca que estoy, para que quiero adelgazar. —No se trata de eso— explicó Claudia—. La palabra dieta muchas veces está mal empleada. En realidad, la dieta es lo que comemos todos los días, no importa si es mucho o es poco; si se come un solo alimento o varios; si son frijoles o frutas. —Entonces, ¿cómo ve usted nuestras dietas?—preguntó Lola. —¿Está bien o está mal lo que como? Tal vez mi dieta no me da la fuerza que necesito — comentó Ramiro.
—Yo siempre estoy cansada, ¿será que no como bien? —dijo Catalina. —Puede ser que sus dietas no sean completas, que varíen poco o no estén equilibradas. Pero eso lo vamos a descubrir cuando hayamos aprendido a clasificar los alimentos—respondió Claudia.
Nuestra dieta la hacemos con lo que comemos todos los días. Cada persona tiene la suya y depende del lugar donde vive, de la época del año, de las costumbres de su familia, de su economía, de su religión, de las fechas especiales y de sus gustos. En familia aprendemos a conocer, a preferir y a consumir ciertos alimentos. Los hábitos alimentarios se aprenden en casa.
¿Qué hacemos... qué comemos? —Les voy a pasar estas hojas para que escriban todo lo que hicieron hoy, desde que se levantaron hasta ahora —dijo Claudia. Después pidió a Catalina y a Ramiro que leyeran sus listas. —Bueno, ahí les va —dijo Catalina:
1. Preparé el desayuno. 2. Me bañé. 3. Fui al mandado. 4. Guisé. 5. Limpié la casa.
6. Fui por los niños a la escuela. 7. Comimos. 8. Lavé los trastos. 9. ... Y vine a la plática.
—La mía es un poco diferente porque yo trabajo en la noche como velador en una fábrica, y en la mañana ayudo a mi compadre a despachar en la tienda—dijo Ramiro—. Así que mi lista es la siguiente:
1. En la mañana caminé de la fábrica a la casa. 2. Desayuné lo que me preparó mi esposa. 3. Dormí un poco para recuperarme de la desvelada. 4. Ayudé a descargar un montón de costales de azúcar y de harina que llevaron a la tienda de mi compadre. 5. Acomodé los costales en la bodega. 6. Fui por los niños a la escuela. 7. Comimos. 8. Ayudé a mi esposa a lavar los trastos. 9. ... Y también vine a la plática.
Ustedes también hagan una lista de las actividades que realizaron hoy. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. —Todas esas actividades son parte de nuestro trabajo —explicó Claudia-. ¿Qué creen que necesitamos para hacerlo? —Pues comer —respondió Socorro. —Yo creo que más que comer necesitamos nutrirnos —dijo Ramiro. —Exactamente, Ramiro. Todos sabemos lo que es comer, pero no todos sabemos lo que es nutrirnos —aclaró Claudia. —A ver, a ver. ¿Cómo está eso? —preguntó Lola. —Cuando comemos, nuestro organismo toma los nutrimentos de los alimentos y los convierte en la energía que nos ayuda a llevar a cabo las actividades de todos los días, a evitar enfermedades y a reponernos del desgaste diario. En las niñas y en los niños comer también les ayuda en su crecimiento y desarrollo. A todo este proceso se le llama nutrición —explicó Claudia. —¿Entonces con comer ya la hicimos? —preguntó Socorro. —Yo creo que no debe ser tan fácil —opinó Ramiro. —Tienen razón los dos. Se necesita comer, pero de manera correcta —dijo Claudia—. Los invito a reconocer y clasificar los alimentos.
Aprendemos a clasificar Los alimentos se clasifican en tres grupos que debemos combinar para estar bien nutridos. Si una persona come alimentos de un solo grupo, su alimentación no es variada, y su nutrición será desequilibrada. Por eso, para saber si nos estamos nutriendo bien, tenemos que revisar si nuestra alimentación es equilibrada, si hay alimentos de los tres grupos en cada comida y si tienen la mayor variedad posible. Al final del libro encontrarán listados de verduras y de frutas ordenados por temporada, así como sugerencias de menús para sus hijos. Para saber en qué grupo se encuentra cada alimento, Claudia les mostró en las siguientes cartulinas algunos de los más conocidos.
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2. VARIAR Y COMBINAR Cómo usamos los grupos de alimentos Esa tarde, al llegar a casa de Catalina, Claudia vio los siguientes alimentos sobre la mesa: mantequilla, chocolate, miel, aceite, manteca, mayonesa y algunos dulces, y dijo: —¡Qué bueno que los separaron! Estos alimentos los debemos comer con medida porque tienen altas concentraciones de energía. Si comemos demasiado de todo esto, le damos energía en exceso a nuestro cuerpo más de la que necesita para realizar el trabajo de todos los días. ¿Saben qué puede pasar si guardamos más energía de la que necesitamos? —¡Pues engordamos! —contestó Socorro. —Así es —afirmó Claudia. —A mí lo que no me queda claro es para qué nos sirve co nocer todo eso de los grupos de alimentos — comentó Lola.
—Pues nos sirve para saber si nos estamos nutriendo bien o no —dijo Claudia—. ¿Se acuerdan que la semana pasada les pedí que anotaran todo lo que habían comido el día anterior? Bueno, pues ahora vamos a revisar sus dietas.
Primero veamos la dieta de Lola. Marquen con color amarillo los alimentos del grupo de cereales y tubérculos, con verde las verduras y las frutas, y con café las leguminosas y los alimentos de origen animal. DESAYUNO 1 huevo
COMIDA sopa de pasta
1 bolillo 1 taza de café
pollo frito 3 tortillas
CENA 2 quesadillas de queso 1 taza de café
ENTRE COMIDAS 1 sope 1 refresco
Terminen el ejercicio y escriban en las siguientes columnas los grupos de alimentos que hay en la dieta de Lola. Recuerden que las correctas se encuentran al final del libro. DESAYUNO
COMIDA
CENA
ENTRE COMIDAS
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1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1. Verduras y frutas
2. Cereales y tubérculos
3. Leguminosas y alimentos de origen animal
Las señoras y Ramiro revisaron las dietas de todos y se dieron cuenta de que en algunas, como la de Lola, únicamente había dos grupos de alimentos: cereales y tubérculos, y alimentos de origen animal. Claudia les explicó que para lograr una dieta completa es necesario que en todas las comidas esté presente por lo menos un alimento de cada grupo para que sea variada y equilibrada. —Pero, ¿qué pasa con algunas comidas como el pozole, las tostadas, las tortas, la sopa de pasta con verduras, los tamales, las enfrijoladas, las enchiladas o las quesadillas? ¿En qué grupo las ponemos? —preguntó Catalina. —Ésa es muy buena pregunta —dijo Claudia—. Existen algunos platillos que se preparan con dos o más grupos de alimentos. Por ejemplo, veamos los ingredientes de una rica torta: bolillo o telera, frijoles, jamón, jitomate, lechuga, chile y cebolla. —Si se fijan bien, esta torta contiene los tres grupos de alimentos; lo mismo el pozole, las tostadas o los tacos. A éstos los vamos a llamar platillos sabios —explicó Claudia. —Eso quiere decir que comerme una torta no está nada mal —dijo Ramiro. —¡Claro que no! —contestó Claudia. —Pero las quesadillas y los tacos no siempre tienen alimentos de los tres grupos —afirmó Socorro. —Tiene mucha razón. A ver, díganos de qué hace sus quesadillas —preguntó Claudia. —Bueno, pues a veces las relleno con nopales encebollados o con hongos que son del grupo de las verduras y de las frutas y, claro, las hago con tortillas que pertenecen al grupo de los cereales y tubérculos —explicó Socorro. —Entonces en esas quesadillas tenemos dos grupos de alimentos: el verde y el amarillo. Todos los platillos que se cocinan con dos grupos de alimentos se llaman combinados —dijo Claudia—.
Para una alimentación correcta necesitamos complementar esos platillos con algún alimento del grupo faltante.¿Qué le parece si a sus quesadillas también les pone frijoles? —¡Qué buena idea, hasta me pueden quedar más sabrosas! —exclamó Socorro. Recuerden que ... Una dieta correcta es aquella en que se consumen alimentos de los tres grupos en el desayuno, en la comida y en la cena. Los platillos sabios son aquellos que tienen ingredientes de los tres grupos de alimentos, es decir: verduras y frutas, cereales y tubérculos, y leguminosas y alimentos de origen animal. Los platillos combinados son aquellos que tienen ingredientes de dos grupos de alimentos, por ejemplo: cereales y tubérculos + leguminosas y alimentos de origen animal, o bien verduras y frutas + cereales y tubérculos.
Pero estos platillos necesitan complementarse con alimentos del grupo que falta. Es importante comer alimentos de temporada que son más baratos y están más frescos.
Antes de terminar, Claudia les propuso que cuando fueran por los niños a la escuela observaran a don Toncho, el que vende las jícamas enchiladas. Les pidió que se fijaran en sus uñas, en el agua que usa, en el trapo con que se seca las manos, en el cuchillo y la tablita donde parte la fruta. También les sugirió que vieran si después de tocar el dinero sigue despachando. —Nos vemos la próxima semana —dijo Claudia.
La preparación de los
alimentos En la siguiente reunión... —¡Qué bárbaro!, don Toncho no cuida la limpieza al manejar los alimentos, es un cochino —dijo Catalina. —¿Por qué dice eso? —preguntó Claudia. —Bueno, para empezar, don Toncho trae las uñas largas y llenas de mugre. Se seca el sudor y limpia el cuchillo con el mismo trapo sucio que se amarra al pantalón, y no vi que se lavara las manos en ningún momento —contestó Catalina. —Además, el agua que usa está muy sucia y con ella no sólo remoja el trapo, sino que también rocía la fruta —agregó Ramiro. —Lo peor es que cobra y, sin lavarse las manos, atiende a los otros chamacos —dijo Lola. —Todo eso está muy mal. Pero tal vez en sus casas ustedes pueden estar cometiendo algunos de estos errores sin darse cuenta. A ver, díganme: ¿qué es lo primero que hacen cuando llegan del mercado y se preparan para guisar? —preguntó Claudia. —Me lavo las manos con agua y jabón —dijo Socorro. —Me parece muy bien. Pero a veces puede suceder que no nos lavemos bien. Les voy a dar unos consejos para que estén seguros de que al lavarse las manos les queden bien limpias: 1. hagan espuma con el jabón y el agua, 2. tállense las palmas, los dedos y las uñas, y 3. por último, enjuáguense y séquense con un trapo limpio.
Es recomendable que todos los días cambien el trapo con que se secan las manos por uno limpio, y que traigan las uñas cortas y limpias. —Pero no es suficiente tener las manos limpias para preparar los alimentos con higiene; también es necesario evitar otras causas de contaminación de los alimentos como son el polvo, los microbios, la tierra, los detergentes y los insecticidas —continuó Claudia. —Si no fuera porque el otro día me puse a picar lechuga para el pozole y me encontré con un gusano, no lo creería. ¡Y eso que según yo la había lavado muy bien ! —dijo Ramiro. —Y los peores contaminantes son los que no se ven —explicó Claudia—. Por eso, además de lavarnos las manos antes de preparar los alimentos es muy importante lavar y desinfectar las verduras y las frutas. Lavar es quitar la mugre visible como la tierra, y desinfectar es matar a los microbios que no podemos ver, ya sea con gotas de cloro o de yodo disueltas en la cantidad suficiente de agua.
—Entonces, lavar y desinfectar las verduras y las frutas es muy importante porque los microbios, la mugre y las sustancias químicas nos causan enfermedades —comentó Catalina. —También enfermamos cuando comemos alimentos descompuestos —afirmó Lola. —Así es. Una infección se produce cuando los alimentos están contaminados por microbios como los que producen amibiasis, cólera o disentería. En cambio, una intoxicación se da por comer alimentos que tienen toxinas, es decir, sustancias que nos envenenan —aclaró Claudia. —Una vez leí que cuando las latas están infladas, seguramente su contenido está descompuesto —dijo Lola. —¡Cierto! —comentó Claudia—. Si comemos un alimento así, nos intoxicamos. Este tipo de intoxicaciones son muy graves, pueden causar la muerte. Siempre que compremos productos empacados o enlatados es recomendable leer las etiquetas para conocer sus ingredientes, información nutrimental, modo de uso, precauciones de manejo, conservación y fecha de caducidad o de consumo preferente. Si encontramos una lata inflada, abollada u oxidada, debemos abrirla y tirar su contenido para que nadie se lo coma y se intoxique. —Bueno, me queda claro que en nuestra casa sí podemos preparar los alimentos con higiene, como dice usted. Lo que me preocupa es el caso de don Toncho, porque con sus manos sucias y su agua mugrosa contamina los alimentos y por eso se enferman los niños —dijo Ramiro. —¡Y... cuántos puestos como el de don Toncho hay cerca de la escuela! — exclamó Socorro—. ¿Qué podemos hacer? —Lo importante es que ustedes platiquen con sus hijas y con sus hijos y les enseñen la importancia de la higiene en la preparación y en el consumo de cualquier alimento, ya sea en la casa o fuera de ella. Sólo así podrán evitar que se enfermen —concluyó Claudia.
Recuerden que... Es muy importante la higiene en la preparaci贸n de los alimentos para prevenir enfermedades, por lo que les recomendamos: Lavarse las manos con agua y jab贸n antes de preparar los alimentos. Lavar y desinfectar las verduras y las frutas. Las verduras con hojas, lavarlas hoja por hoja en el chorro de agua y desinfectarlas. Limpiar los granos y semillas secos, y lavarlos bien. Evitar toser o estornudar sobre los alimentos,. Hervir o clorar el agua y guardarla en trastos limpios y bien tapados. Hervir siempre la leche bronca. Lavar y cocinar los alimentos de origen animal. Cocer o fre铆r bien los pescados y mariscos. Asimismo es recomendable mantener la higiene en nuestra casa: No es conveniente tener animales en los sitios donde preparamos los alimentos. Es necesario cuidar la limpieza de los utensilios. Almacenar los alimentos en lugares frescos y secos o en el refrigerador en trastos limpios y bien tapados.
3. NUTRICIÓN Y CRECIMIENTO Embarazo y lactancia —Claudia, yo tengo una duda —comentó Ramiro. ¿A poco las mujeres y los hombres adultos debemos comer lo mismo? —Sí Ramiro, no debe haber diferencias. Definitivamente, las personas deben comer de acuerdo con sus necesidades sean hombres o mujeres, trabajen en el campo o en su hogar, realicen o no trabajos físicos agotadores. Sin embargo, no se nos debe olvidar algo muy irnportante, las mujeres adultas pasan por dos procesos biológicos que requieren de muchos cuidados, y deben alimentarse correctamente. ¿No adivinan? —les preguntó Claudia. —Pues muy fácil, el embarazo y la lactancia —dijo Lola. —¡Claro! Cómo no se me ocurrió antes —dijo Catalina. —Bien, pues hoy hablaremos del embarazo y la lactancia. Antes que nada, debemos saber qué pasa en el cuerpo de la mujer cuando está embarazada. Para que lo entendamos mejor, traje este cuadro —les dijo Claudia.
A partir de la octava semana de embarazo aumenta la cantidad de sangre en el cuerpo de una mujer embarazada. La mujer embarazada comienza a aumentar de peso, lo cual es normal. Durante el embarazo el cuerpo de la mujer se encarga de crear reservas de grasa para amamantar a su hijo. En estas condiciones la mujer necesitará más energía.
—¿Tienen alguna duda sobre este cuadro? —preguntó Claudia.
Sabían ustedes que... es recomendable que las mujeres de menos de 20 y mayores de 35 años no se embaracen, ya que tienen más posibilidades de dar a luz hijos prematuros, con bajo peso al nacer o con malformaciones congenitas, además de que ponen en riesgo su salud. Para lograr su recuperación, se sugiere que la mujer no se embarace hasta que pasen por lo menos dos años de su último parto.
—No, ninguna, todo está muy claro. Me imagino que las mujeres embarazadas necesitarán comer algo especial, o hacer algo para no tener algún problema con eso de la sangre —dijo Catalina. -—Durante el embarazo y la lactancia, la mujer pierde hierro y con frecuencia presenta anemia. Por ello es importante consumir alimentos que contienen dicho mineral. ¿Lola, nos podría mencionar alimentos que contienen hierro? -—A ver si no me falla la memoria, son: hígado, carne, yema de huevo, cacahuate, tortillas de nixtamal, frijoles, lentejas y también espinacas, berros, acelgas y otros más —dijo Lola. —¿Y con eso es suficiente? —preguntó Socorro. —También es muy importante que la mujer embarazada acuda al médico para llevar un control prenatal, es decir, que el aumento de peso sea el adecuado, que la presión sanguínea sea normal, y que el crecimiento del niño sea el correcto. Si la mujer embarazada tiene presión alta o hinchazón, es recomendable que disminuya su consumo de sal, así como de enlatados y embutidos y comida chatarra, pues contienen mucha sal. En algunos casos es necesario que la mujer embarazada consuma hierro en tabletas, pero eso lo debe decidir un médico, pues él sabe qué cantidad debe recetar. El médico cuida la cantidad de hierro que consume cada mujer, ya que en ocasiones causa estreñimiento o náuseas —aclaró Claudia. —¡Qué horror! —dijo Catalina. Yo sufrí mucho con el estreñimiento, las náuseas y los mareos, no quiero ni acordarme. —Sí, esos síntomas suelen aparecer durante el embarazo, pero pueden disminuirse. Antes de hablar de cómo reducirlos, vamos a platicar sobre la alimentación de la mujer embarazada. Primero, deben incluir un alimento de cada grupo en cada comida. Como ya dijimos, las necesidades de energía de una mujer embarazada aumentan, lo que se recomienda que a la hora de la comida, si aún tiene hambre, consuma más leguminosas y alimentos de origen animal. Con un plato extra de guisado será suficiente.
—Si la mujer embarazada combina los tres grupos de alimentos y los incluye en cada comida, cubrirá las necesidades de algunos minerales como son hierro, calcio, ácido fólico y zinc —dijo Claudia. —¿Y qué otras recomendaciones puedes hacer? —preguntó Catalina. —Algo esencial es que traten de cubrir sus necesidades de energía con alimentos que existan en su comunidad, alimentos de temporada, que no sean muy caros, que sean variados y sobre todo que les gusten; que eviten tomar bebidas alcohólicas, y que no tomen mucho café, un máximo de dos tazas es lo recomendable. Para aminorar las náuseas pueden consumir aquellos alimentos que mejor toleren o se les antojen, sin exagerar en estos últimos, pues a veces si se cumplen todos los antojos, pueden aumentar mucho de peso y no es lo más recomendable. Una mujer que inició su embarazo en un buen peso debe aumentar durante el embarazo de nueve a doce kilogramos, ni más, ni menos. Es bueno que consuman comidas secas fáciles de digerir, que no consuman platillos o alimentos muy grasosos y que no se sirvan platos abundantes. Hacer varias comidas al día con menos alimentos puede ser una solución. Algo que también contribuye a disminuir las molestias es que coman galletas saladas antes de levantarse —recomendó Claudia. —Se te está olvidando algo muy importante: el estreñimiento —dijo Socorro. —Es cierto. Bueno, para el estreñimiento, debido frecuentemente a que la mujer embarazada deja de realizar la misma actividad física y a que su intestino se mueve más lentamente, se recomienda aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra y tomar más agua. —Bueno, ¿pero qué alimentos son ricos en fibra? —preguntó Ramiro. En la siguiente tabla encontrarán algunos —les mostró Claudia.
Ventajas de la leche materna Proporciona las defensas necesarias para proteger al bebé de infecciones respiratorias y de enfermedades del estómago y del intestino. Es de fácil ingestión y no causa alergias. No necesita preparación. Tiene todos los nutrimentos para que el bebé crezca. Siempre está disponible y a la temperatura ideal. Estrecha los lazos de afecto entre la madre y el bebé. Disminuye el riesgo de que la madre padezca cáncer mamario.
—Claudia, ¿y qué nos puedes decir sobre la mujer que amamanta a sus hijos? —preguntó Catalina. —La lactancia es otra parte muy importante dentro de todo este proceso. La mujer empieza a preparase para amamantar desde el primer mes de embarazo. Ya dijimos que la mujer aumenta de peso para tener en su cuerpo reservas de grasa que darán energía a la leche. Después del parto se inicia la secreción de leche que es fomentada por la succión que hace el recién nacido —comentó Claudia. —¿Es suficiente con la grasa que acumula la mujer durante el embarazo para formar la leche? —preguntó Socorro. La mujer lactante requiere mucha más energía que una mujer embarazada, por lo que es necesario que consuma un alimento de cada grupo en cada comida, y se recomienda que en las comidas coma dos platos más de guisado —agregó Claudia. —¿De qué depende la cantidad de leche que produce una madre? —preguntó Lola.
—Bueno, eso depende del niño y del número de tetadas; a más succión y más tetadas, más leche. También es importante que la mujer en este periodo tome mucha agua —aclaró Claudia. —¿Es necesario tomar atoles, pulque o cerveza? —preguntó Catalina. —No, la mujer lactante debe comer como ya les dije antes, abstenerse de bebidas alcohólicas y preguntar al médico antes de tomar cualquier medicina. Si en la familia hay casos de alergia, debe evitar aquellos alimentos que las causan —aclaró Claudia. —Bueno, para mí todo ha quedado muy claro —dijo Ramiro. —Entonces nos podemos ver la próxima semana —terminó Claudia.
Como alimentar a los recién nacidos La siguiente reunión fue en casa de Ramiro. Ya habían llegado Lola y Socorro. Claudia y Catalina llegaron un poco después, todos se sorprendieron cuando junto con ellas llegó Tinita, la hermana de Catalina. Tinita estaba de visita y lo mejor de todo fue que traía con ella a su hijo, un bebé de dos meses. Al entrar a casa de Ramiro, las exclamaciones no se hicieron esperar: —¡Qué grande está el niño! —exclamó Lola. —Mira nada más qué cachetón y qué bonito color tiene —dijo Socorro. —¡Hola!, ¡qué gusto! Tenemos una visita —comentó Claudia. —Claudia, le platiqué a mi hermana Tinita que estábamos aprendiendo mucho contigo y como acaba de tener a su bebé, y es primeriza tiene muchas dudas. Le dije que tú podrías ayudarla —dijo Catalina. —Claro que sí, pero antes que empiece a hablar y hablar, estoy segura que ustedes se acuerdan de muchas cosas. No he sido madre todavía, así que su experiencia podrá ayudar mucho a Tinita. Señora Lola, usted ¿de qué se acuerda? —Bueno Claudia, ahorita que me lo preguntas me acuerdo de muchas cosas, pero más de lo rápido que crecían, de una semana a otra la ropa ya no les quedaba. —Exactamente —dijo Claudia—, ésa es una característica muy importante, desde recién nacidos, y en realidad durante todo el primer año de vida, los niños crecen muy rápido. Imagínense, cuando el bebé tiene cuatro meses debe pesar lo doble que pesó cuando nació, y al cumplir un año pesa tres veces más. Lo mismo pasa con la estatura en ese mismo año, crece alrededor de 25 centímetros.
—¡Caramba! por eso comen tanto. A ver Claudia, dígame, ¿qué es lo mejor para alimentarlos? —preguntó Tinita. —Dinos tú Tinita, ya eres responsable de la alimentación de tu hijo. ¿Cómo lo estás alimentando? —le preguntó Claudia. —Bueno, lo estoy alimentando con mi leche, pero tengo algunas dudas —dijo Tinita. —Tinita, algo que debes vigilar mucho es que tu hijo esté creciendo bien; si así es, puedes quedarte tranquila, tu leche es el mejor alimento —dijo Claudia. —Pero, ¿cuánto tiempo debo seguir alimentándolo con mi leche? —preguntó Tinita. —Pues yo le di pecho a mis hijos hasta el año y medio —dijo Lola. —Eso depende de cada mujer. Pero antes de seguir con lo del tiempo, déjenme platicarles algo importante: la leche humana tiene muchas cualidades, una de ellas es que va cambiando de acuerdo con las necesidades de los bebés. Por ejemplo, los primeros cinco días después del parto las nuevas madres producen un líquido un poco más claro que la leche «madura»; ese líquido se llama calostro y es rico en proteínas y otros nutrimentos —explicó Claudia. —¡Imagínense! —dijo Lola—. Mi abuela decía que eso no servía para alimentar a los recién nacidos, que la leche buena venía después. —Eso piensa mucha gente —dijo Claudia—. Pero una buena parte de las proteínas del calostro protegen al niño de enfermedades, por ejemplo, de infecciones. Esto no significa que la leche «madura» no las tenga, sí las tiene, aunque en menor cantidad. —No lo puedo creer —dijo Ramiro—. ¡Todo esto es muy interesante! Bueno, Claudia, dinos por fin cuánto tiempo debe alimentarse a un niño con leche materna. —Como dije antes, eso depende de cada mujer, pero se recomienda que la lactancia dure de cuatro a seis meses; si la madre quiere amamantar a su hijo más tiempo, ésa es su decisión. —¿Es suficiente con la leche durante un año? —preguntó Catalina.
—No Catalina, para un año no es suficiente, pero sí lo es hasta los cuatro meses. La leche materna cubre las necesidades de energía y todo lo que el niño necesita para crecer fuerte hasta los cuatro meses. Por eso se recomienda como único alimento hasta esa edad. Recuerda algo importante Tinita, debes fijarte que tu hijo esté aumentando constantemente de peso y de talla —dijo Claudia. —Todo eso ya me quedó muy claro, pero tengo otra duda: ¿cuántas veces al día debo darle de comer? —Yo ya mejor ni opino —dijo Lola—. A ver si esto estuvo bien o mal. Yo les di de comer a mis hijos cada vez que me pedían. —¡Correcto! —exclamó Claudia—. Eso se llama alimentar a libre demanda y está muy bien. Generalmente al niño que se alimenta de la leche de su madre le dará hambre cada dos horas, por lo que comerá unas diez veces al día, si el pequeño lo pide. Si quieres ser
muy estricta Tinita, y quieres marcar un horario puedes darle de comer cada tres horas, por lo que estarías dándole ocho veces al día. Poco a poco irá prolongando el lapso entre tetada y tetada, y quedará satisfecho si lo alimentas cada cuatro horas. —Bueno, pues para ser primeriza no lo estoy haciendo tan mal —dijo Tinita. —Claudia, todo eso suena muy bien, pero siempre he tenido muchas dudas sobre los primeros alimentos que se debe dar a los niños cuando dejan de alimentarse de la leche de su madre. Te voy a ser muy sincera, a mis hijos lo primero que les di fue caldito de frijoles, luego yema de huevo con azúcar y mucho jugo de naranja —platicó Catalina. —Catalina, yo creo que muchos de nosotros fuimos alimentados así. Antes de hablar de la introducción de alimentos distintos a la leche, tenemos que hablar del destete. No se nos debe olvidar algo: la leche materna es indispensable durante los primeros cuatro meses de vida. Después sigue siendo importante, cuando menos hasta los nueve meses, pero no debe ser la única fuente de energía, proteínas, hidratos de carbono, lípidos, vitaminas y minerales. Los nuevos alimentos tendrán ya un papel importante en la nutrición del pequeño. El destete comienza cuando se introduce en la dieta un nuevo alimento. Se recomienda hacer esto entre los cuatro y seis meses, lo cual no significa que deba interrumpirse la lactancia totalmente. Se irán introduciendo nuevos alimentos poco a poco, alternando con la lactancia. —A ver si entendí —dijo Tinita—. Entre los cuatro y seis meses, el único alimento de mi hijo debe ser la leche, después introduzco nuevos alimentos y le sigo dando pecho, aunque no sea tan frecuente como al principio, hasta que coma lo mismo que come toda la familia. Ahora, ¿con qué alimentos debo empezar? —Eso era, lo que quería saber Catalina, les voy a dar una tabla de introducción de alimentos durante el primer año de vida —les dijo Claudia.
INTRODUCCIÓN DE ALIMENTOS DURANTE EL PRIMER AÑO DE VIDA EDAD (MESES)
ALIMENTO NUEVO Y PRESENTACIÓN
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Cereales con hierro, en papilla. Verduras o frutas coladas, en puré, cocidas o ralladas, crudas, raspadas con cuchara. Jugos de fruta. Yogur, requesón, carnes, aves, frijoles, lentejas en puré, combinados con las verduras para formar papillas. Pan seco. Destete definitivo, cambio a la leche de vaca pasteurizada, evaporada o en polvo. Sopas de pasta guisadas con poca grasa, pescados, carnes y aves servidos naturales o combinados con otros alimentos, queso blando y cereales. Pedazos pequeños de carne, ave y pescado. Vegetales cocidos en rebanadas o pedazos pequeños. Yema de huevo. Variedad de comidas regulares de la mesa: carnes, aves, pescados y queso, platillos caseros, frijoles, frutas, vegetales y pan, cuidando la textura de los alimentos. Alimentos en trozo o como bolillo, galleta o tortilla. Si se dan pedazos de manzana, zanahoria o alimentos duros, es importante la supervisión cercana para evitar que se atraganten o asfixien. Huevo entero tibio, revuelto o estrellado, con poca grasa. Consumo de la dieta familiar. Jugo de naranja, leche de vaca.
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—Espero que todo esto te sirva mucho, Tinita —comentó Catalina—. Yo no sabía que puede dárseles de comer así, pero bueno, seguro que Claudia nos va a enseñar cómo debemos alimentar a los que ya no son tan pequeños.
—Ése es mi trabajo, Catalina —dijo Claudia—. Sólo tengo que agregar algunos otros consejos para Tinita. Debes introducir un solo alimento nuevo cada vez, y darte cuenta si le cae bien al pequeño o lo enferma del estómago. Pregúntale a tus papás, a tu esposo y a los papás de tu esposo si son alérgicos a algún alimento; si es así, no debes introducir, sino hasta después del año de edad, huevo entero, pescado, fresa, naranjas, toronja, limón, guayaba o chocolate. Recuerda que, como nosotros, los niños no siempre tienen mucha hambre, así que no debes preocuparte si un día come más y otro menos. No mezcles alimentos en el biberón, recuerda que es sólo para leche o líquidos. Enséñale a tu hijo a comer de todo, no lo mimes mucho colándole los alimentos, pues debe aprender a conocer diferentes texturas. Recuerda que al consumir otros alimentos el niño disminuirá la cantidad de leche que toma. Incrementa poco a poco la cantidad de los nuevos alimentos, pero no lo obligues a comer todo. Y por último, algo muy importante, debes ser muy paciente, dejarlo comer a su ritmo y enseñarle a hacerlo solo.
Busquen las palabras clave de la plática de Claudia en esta sopa de letras
ALERGIA CALOSTRO CUATRO MESES INFECCIONES LACTANCIA LECHE MATERNA DESTETE NUEVOS ALIMENTOS PACIENCIA TETADAS
c u u p a c i e n c i a
i n q a y l r o c s a ñ
n a k ñ k j i i u y t c
u e u p l h o e a l r a
e b h d e s t e t e q l
v z g o ñ p p z r c x o
o x i i ñ p ñ r o h s s
s c n u s i d a t e t t
t v f y m c l q m z x r
a l e r g i a s e m s o
l b c y m a k e s a d c
i n c u n n j g e t f r
m m i r b c h t s e u j
e a o e v e e l l r i k
n e n w c t g ñ p n f l
t s e m a f o t r a u c
o s s d z s d a e i o u
s d a l a c t a n c i a
h s y g a x z u i o n t
La alimentación de las chiquitas y de los chiquitos Lola organizó una tamalada para festejar el cumpleaños de Tomás, su hijo. Cuando estaban haciendo los tamales, Socorro se quejó de lo mal que come Josefina, su hija. —No se queda sentada ni un minuto y no se acaba la comida porque prefiere ir a jugar. No sé qué hacer, porque aunque ya tiene año y medio, y ocho dientes, tampoco quiere masticar —se lamentó Socorro. —Pues me pasa casi lo mismo con Tomás. Hoy cumple tres años y tampoco quiere comer ni probar alimentos nuevos —dijo Lola. —No se alarmen tanto, eso es normal a esa edad —dijo Claudia. A la hora de cenar, las niñas y los niños se sentaron a la mesa después de haber jugado. Claudia les pidió que le enseñaran las manos, las mamás y los papás empezaron a reír. Tanto cuidar la higiene en la preparación de los tamales y del atole para que los niños no enfermaran, y con esas manos mugrosas era seguro que todos pescarían alguna infección. Claudia les pidió que se lavaran las manos antes de sentarse a cenar. Todos los niños devoraron los tamales y se pararon a jugar; hasta Josefina, que era la más pequeña, comió de maravilla y todos se sorprendieron. Tomás dejó la mitad del atole y sólo se comió un tamal de los dos que le sirvió su mamá. En cuanto se pararon los demás, también trató de levantarse, pero Lola no lo dejó y le insistió que se tomará el atole y se comiera el otro tamal. Le dijo: «si te apuras y te lo acabas, te doy un dulce y te vas a jugar». Tomás se atragantó con todo, se puso a llorar y acabó por vomitar.
Es probable que ustedes hayan pasado por lo mismo. A continuación encontrarán cinco diferentes situaciones de la fiesta. De cada una se dan tres opiniones. Pongan una palomita en la que consideren correcta. Recuerden que pueden comparar sus respuestas con las que se presentan al final del libro. 1. Lola le sirvió a Tomás mucho atole y dos tamales a) Está bien, las niñas y los niños tienen que comer mucho. b) Las niñas y los niños tienen un estómago grande y les cabe todo. c) Las niñas y los niños tienen un estómago pequeño y por eso hay que darles poco alimento en varias porciones al día. 2. Tomás se comió un solo tamal y medio vaso de atole. a) Las niñas y los niños no siempre pueden acabarse todo lo que se les sirve; ellos saben cuánto pueden comer. b) Es necesario que las niñas y los niños dejen el plato limpio. c) Si no se acaban toda la comida, seguramente están enfermos. 3. Tomás trató de pararse de la mesa, para jugar con todos los niños. a) Es imposible que a una niña o a un niño le interese más jugar que comer. b) Una niña o un niño prefiere jugar que comer, eso es normal. c) una niña o un niño no se debe parar de la mesa hasta que se acabe su comida. 4. Lola lo obligó a tomarse el atole muy rápido y a comer más tamales. a) No importa que una niña o un niño se atragante con tal de que coma rápido. b) Una niña o un niño puede comer muy rápido. c) Se debe tener mucha paciencia con las niñas y los niños porque no pueden masticar y tragar rápido.
5. Lola usó el dulce como un premio. a) Los premios son buenos, no afectan los hábitos del pequeño. b) Cuando le dan premios, la niña o el niño aprende a comer solamente lo que le gusta y no lo que necesita. c) Los alimentos que se usan como premio son los más nutritivos. Éste es el caso de los chocolates, los dulces o las paletas.
Los invitamos a leer las siguientes frases y a poner una paloma junto a las que consideren correctas, y un tache en las que no estén bien. Recuerden que pueden comparar sus respuestas con las que se presentan al final del libro. — Una niña o un niño de dos años tiene ocho dientes que ya le ayudan a masticar algunos alimentos. — A las niñas y a los niños les interesa descubrir el mundo, prefieren jugar que comer. — Los de seis años comen solos, usan el tenedor, el cuchillo, la cuchara y no se ensucian. — Una niña o un niño de preescolar puede tomar pequeños tragos y masticar bocados chicos. — El estómago de los chicos, es tan grande como el de los adultos, por lo que comen mucho. — Las niñas y los niños de dos años no pueden masticar rápido, pues sus músculos no son fuertes. — A los tres años ni ellas ni ellos tienen dientes. — Una niña o un niño de preescolar distingue los sabores
Recuerden que... Los menores están aprendiendo a comer, por lo cual es importante que conozcan texturas, colores, olores y sabores diferentes y variados. Asimismo, es necesario que comprendamos sus expresiones de saciedad. Quien se encarga de la alimentación de las niñas y de los niños debe procurar que: Sus alimentos estén preparados con higiene, la combinación sea completa, variada y equilibrada, es decir, que contenga alimentos de los tres grupos, exista un ambiente tranquilo y cordial en compañía de la familia, tengan horarios regulares para comer, se laven las manos antes de cada comida, y después de ir al baño, se laven los dientes después de comer y de acuerdo con su gusto y preferencia, consuman lo razonable. Si se conocen los principios de la buena nutrición, puede ofrecerse a los menores una dieta completa, equilibrada, higiénica, suficiente y variada que les ayude a crecer, desarrollarse y mantenerse sanos.
La anemia, un problema frecuente En la siguiente reunión, Ramiro se veía preocupado, y Claudia le preguntó por qué tenía esa cara. —Es que la semana pasada Mariquita, mi esposa, llevó a Pepe a la clínica porque el niño está muy pálido y últimamente se duerme en la escuela — explicó Ramiro. —¿Y qué le dijeron? —preguntó Catalina. —Que le teníamos que hacer unos análisis de sangre; así que se los hicimos y después regresamos con el doctor. Nos dijo que el niño tiene anemia — respondió Ramiro. —Ramiro, no se preocupe tanto —dijo Claudia—. En estos casos lo que hay que hacer es resolver el problema. ¿Le mandó alguna medicina? —Sí, unas pastillas de hierro y vitamina C. El doctor nos explicó que cuando hay anemia, el cuerpo no puede formar suficiente sangre y que ésta se vuelve delgada y débil. También nos dijo que el hierro es un mineral que ayuda al cuerpo a formar los glóbulos rojos, y que el hierro y la vitamina C son como el agua y el jabón, que uno ayuda a que el otro funcione mejor —les contó Ramiro. —Tiene razón el doctor, y seguramente las pastillas le van a servir mucho a Pepe. Pero mejorar su alimentación también lo ayudará —afirmó Claudia. —Hay muchos alimentos ricos en hierro y en vitamina C —continuó Claudia—. Nos alimentamos de hierro cuando comemos carne, víceras y moronga, también cuando consumimos huevo, aves, pescados, vegetales muy verdes y leguminosas como los frijoles o las lenteja. Podemos encontrar vitamina C en las frutas cítricas como la naranja o el limón, también en el jitomate, los vegetales verdes, y en la guayaba, la piña, el melón o las fresas.
—Pues a mí me suena muy raro eso de que tengamos que comer hierro, ¿no nos hará daño? —dijo Catalina. —Por supuesto que no. El cuerpo humano necesita de muchos minerales y vitaminas para funcionar como debe ser. Éste es el caso del hierro y de la vitamina C, pero también de la vitamina A, del
calcio, del zinc y de otros más. Cada mineral es útil para algo. Por ejemplo, comer alimentos con zinc ayuda al crecimiento de las niñas y los niños. Por su parte, el calcio es necesario para que los dientes y los huesos sean fuertes y sanos —explicó Claudia.
—Dicen que la tortilla tiene mucho calcio —dijo Ramiro. —Sí, siempre y cuando el maíz se ablande con cal para preparar el nixtamal o la masa. Otros productos con calcio son la leche, el queso, el yogur y el pescado como los charales, los boquerones y las
sardinas. También algunas verduras como los quelites, los quintoniles o los huauzontles tienen calcio —aclaró Claudia. A continuación tenemos algunos ejemplos de alimentos ricos en zinc y en calcio.
La vitamina A es importante para reparar tejidos como la piel, para protegernos contra las enfermedades y para tener una buena vista de día y de noche —agregó Claudia.
Losdientes de
Tomás
El siguiente viernes Lola llegó muy desvelada. Tomás, su hijo, se había pasado toda la noche llorando porque le dolía un diente. En la mañana llevó al niño a la clínica, y la doctora le dijo que no había más remedio que sacarle el diente porque estaba muy picado. Claudia aprovechó la historia de Lola para hablar de la importancia del cuidado de los dientes, y preguntó: —A ver, Socorro, ¿usted le ponía bebidas muy dulces al biberón de su hija y dejaba que lo chupara por horas? —Yo sí. Todavía ahora le doy a mi Josefina agua con azúcar o miel porque da mucha lata y es la única manera de tenerla entretenida —respondió Socorro—. Yo creo que el agua le sabe tan buena que a veces hasta se queda dormida con el biberón en la boca. —Y usted, Lola, ¿deja que Tomás coma muchos dulces o postres? —Pues sí. —Y todos ustedes, ¿les cepillaban los dientes a sus hijas e hijos cuando eran bebés?, ¿los enseñaron a lavarse los dientes después de cada comida hasta formarles el hábito?, ¿periódicamente los llevan al dentista aunque no les duelan los dientes? —La mera verdad, yo ni idea tenía de que a los bebés se les lavaban los dientes —confesó Ramiro. —Pues yo sólo los llevo al dentista cuando se sienten mal —respondió Socorro. —Y yo igual —dijo Lola. -—Entonces, es muy fácil saber por qué Tomás tiene problemas con sus dientes. Lo más probable es que las hijas y los hijos de otros vecinos y amigos suyos tengan problemas parecidos —comentó Claudia.
Recuerden que... Las principales causas de las caries dentales en las niñas y en los niños son las siguientes: 1. Cuando toman dulces y no se lavan los dientes, el azúcar se les queda en la boca y hace que las bacterias crezcan, se reproduzcan y destruyan el esmalte de los dientes. 2. Si no se cepillan los dientes después de cada comida, las bacterias crecen y provocan caries. Por eso, es necesario fomentar en ellos el hábito de lavarse los dientes tres veces al día y después de comer dulces o cualquier otro alimento, así como llevarlos al dentista cuando menos una vez cada año.
Cuando van a la primaria Un día Claudia citó al grupo en la escuela. Cuando llegó, las señoras y Ramiro estaban platicando de que veían a muchos niños pasados de peso. Catalina comentó que Adriana, su hija de ocho años, había engordado más de lo normal en los últimos meses. Claudia le dijo que la gordura es un problema generalmente relacionado con los hábitos alimentarios y que de ella dependía solucionarlo. —Pero, ¿qué puedo hacer para que Adriana adelgace? —preguntó Catalina, preocupada. —Usted puede ayudarle dijo Claudia—. Empecemos por revisar los hábitos de Adriana.
Al igual que el grupo, en el siguiente ejercicio ustedes pueden ayudar a Catalina. Unan con una línea los hábitos de Adriana y las posibles soluciones. Las respuestas correctas se encuentran al final del libro.
HÁBITOS 1 Adriana pasa mucho tiempo sentada viendo la televisión.
SOLUCIONES 1 Es importante promover que las niñas y los niños hagan ejercicio. La familia debe ser un buen ejemplo.
2 Adriana no sale a jugar, no corre ni hace ejercicio.
2 Si en la familia hay casos de sobre peso, se debe tener más cuidado con los hábitos alimentarios.
3 Cada mes ha subido de tres a cuatro kilos. Al principio su mamá pensó que al subir de peso estaría más sana.
3 Se debe establecer un horario razonable para ver la televisión.
4 Adriana pesa 50 kilos y tiene ocho años. A esa edad una niña debe pesar alrededor de 35 kilos.
4 Es normal que las niñas y los niños suban un poco de peso en esta etapa, pero no es sano que aumenten en exceso.
Después de hacer el ejercicio, Claudia le dijo a Catalina: —Espero que usted ayude a Adriana a cambiar sus hábitos para que ya no suba de peso de manera excesiva. Recuerde que con los niños en edad escolar se debe seguir las mismas reglas de alimentación que tenemos para las chiquitas y los chiquitos. Además —dijo Claudia— los niños entre seis y doce años tienen inclinación hacia algunos alimentos con sabores dulces, salados o ácidos, y a golosinas industrializadas que no los nutren y sí los engordan, por lo que debemos insistir en que su consumo sea moderado. ¿Recuerdan algunas reglas? —Sí, la que más recuerdo es la combinación de los tres grupos de alimentos —dijo Ramiro. —Sin descuidar la variedad en los alimentos —agregó Catalina. —Yo creo que otra es cuidar que las niñas y los niños adquieran el hábito de desayunar antes de ir a la escuela y que hagan de cuatro a cinco comidas diarias y, como nos dijo Claudia, es importante que coman alimentos de los tres grupos en cada comida para que así tengan la energía que necesitan para que su cuerpo funcione bien y se asegure su crecimiento —comentó Socorro. —Y que haya variedad en esos alimentos para que coman todo lo que necesitan —insistió Catalina. —No debemos olvidar que al igual que los niños en edad preescolar, los más grandes deben comer alimentos que sean una buena fuente de calcio, hierro, zinc y vitaminas A y C —afirmó Lola—. Todo esto ayudará a que tengan mejores resultados en la escuela. —Claro, siempre se ha hablado de la necesidad de que las niñas y los niños estén bien alimentados para que puedan rendir en sus estudios —dijo Catalina. —¿Ustedes creen que las niñas y los niños deben comer lo mismo y en igual cantidad? —preguntó Ramiro. —¡Claro! Las niñas y los niños tienen las mismas necesidades y están creciendo, por lo que no debemos hacer diferencias por ningún motivo —afirmaron a coro las señoras.
—Y por último —dijo Claudia—, recuerden que debemos fomentar el ejercicio físico en nuestros hijos e hijas. Esto es muy importante, ya que es la manera de mantener el buen funcionamiento del organismo. El ejercicio los ayudará a crecer fuertes y sanos, y además, es una oportunidad para realizar actividades con ellos. Es recomendable hacer ejercicio cuando menos 30 minutos al día de manera continua. Por ejemplo, caminar, andar en bicicleta, jugar a la pelota o alguna otra actividad. Para evitar lesiones hay que comenzar con periodos de cinco a diez minutos, incrementar poco a poco, y evitar sofocarse. Su respiración debe adecuarse gradualmente a su ejercicio —concluyó Claudia.
4. ADOLESCENCIA Y NUTRICIÓN Los hábitos alimentarios de los jóvenes En la siguiente reunión, al escuchar la primera pregunta de Claudia: ¿se acuerdan de cuando eran adolescentes?, todos empezaron a recordar sus viejos tiempos. —¡Qué tiempos aquellos! —dijo Ramiro—. Recuerdo muy bien que en esa época empecé a trabajar repartiendo leche; la verdad, era agotador. Sin embargo, me daba mi tiempo para hacer ejercicio; mis amigos y yo formamos un equipo de futbol y jugábamos los domingos, nadie nos podía ganar. Tampoco se me olvida que siempre tenía hambre y comía todo lo que me pusieran enfrente. —Yo me acuerdo que siempre tenía mucha necesidad de comer dulces. No me importaba si no tenía otras cosas, pero mis dulces no podían faltar — comentó Catalina. —Mis amigas y yo platicábamos sobre las modas. Cuando podíamos comprábamos revistas o las pedíamos prestadas y las hojeábamos hasta casi deshacerlas. Además, siempre estábamos oyendo música y éramos admiradoras de muchos cantantes y artistas. Queríamos parecernos a ellos y cambiábamos nuestra forma de hablar y de arreglarnos. ¡Nos convertíamos en nuevos personajes! —suspiró Socorro. —A mí me costó mucho trabajo esa época porque no me sentía a gusto. Ya no era una niña, pero tampoco era una mujer. Eso me preocupaba, aunque nunca se lo dije a nadie —platicó Lola.
—Ustedes acaban de describir a los adolescentes —dijo Claudia—. Es una etapa en la que hay muchos cambios y se crece muy rápido, por lo que también es importante la alimentación. —En eso estoy de acuerdo Claudia, pero ¿qué podemos hacer para que coman bien? —preguntó Socorro. —Lo primero es no olvidar que, al igual que todas las personas, la dieta de los adolescentes debe basarse en la combinación de los tres grupos de alimentos y en su variación. Ustedes pueden enseñarles a combinar y a variar sus comidas, y si de niños lo aprenden bien, no creo que tengan muchos problemas cuando sean adolescentes. —Pero yo pienso que se debe hacer algunos ajustes en su alimentación — dijo Lola. —Así es —contestó Ramiro, y comentó que cuando era chico hacía mucho ejercicio y que los jóvenes deportistas y quienes hacen trabajos pesados deben comer más y cuidar que en su dieta existan alimentos que sean una buena fuente de energía, como son la tortilla, el bolillo, el arroz, la papa o el plátano. También necesitan alimentos del grupo rojo como son los frijoles, las lentejas y las habas; o de origen animal, los cuales los ayudarán a formar sus músculos. —Y supongo que las niñas necesitarán más hierro, con eso de que empiezan con la regla —agregó Catalina.
Recuerden que ... Al llegar a la adolescencia, las muchachas y los muchachos ya pueden colaborar en la selección, higiene y preparación de sus alimentos. Ésta es una etapa de cambios y de búsqueda. Lo importante es apoyarlos lo más que se pueda y cuidar que coman lo mejor posible porque es un periodo de crecimiento rápido.
—Es necesario que en la adolescencia, sobre todo las mujeres, coman alimentos con ácido fólico —explicó Claudia. —¿Y ése para qué sirve? —preguntó Ramiro. —El ácido fólico es importante para el adecuado funcionamiento del organismo, para prevenir la anemia y, en algunos casos, malformaciones del sistema nervioso en recién nacidos —respondió Claudia. Ahora conozcamos algunos alimentos ricos en ácido fólico
Recuerden que... Además del hierro y del ácido fólico, los adolescentes también necesitan calcio, zinc y vitaminas que los ayuden a que su cuerpo funcione de maravilla. Todo esto lo obtendrán si su dieta es correcta.
Antes de terminar la reunión, Claudia preguntó si había alguna duda o si alguien quería comentar algo. —Yo sí —dijo Socorro—. La moda es estar muy, pero muy flaca. Esto lo ven las jóvenes todos los días en la tele y en las revistas, muchas veces dejan de comer para estar como las artistas o las modelos. Es como cuando los muchachos, por razones de moda, quieren estar exageradamente musculosos a cualquier costo, poniendo también en riesgo su salud. —Es un problema muy serio cuando las jóvenes sienten que están gordas, sea o no cierto, y dejan de comer. Algunas sólo comen una manzana al día. Pasa exactamente lo mismo cuando las niñas son bailarinas o practican algún deporte donde se les exige que tengan una delgadez exagerada. Hacen muchísimo ejercicio y dejan de comer para mantener un peso muy bajo. A esta enfermedad se le conoce como anorexia nervosa y daña mucho la salud, sobre todo en la adolescencia —explicó Claudia. —Yo ya había oído hablar de eso, parece que se presenta más en las mujeres que en los hombres —dijo Catalina. —Así es —comentó Claudia—. Pero también los muchachos tienen presión para modificar sus cuerpos por medio de la alimentación o el ejercicio excesivos. —Yo he oído de otros problemas en que las muchachas comen y comen, y luego se arrepienten y vomitan para devolver todo lo que comieron —dijo Lola.
—Ése es otro problema y se llama bulimia nervosa —aclaró Claudia—. Lo más importante de todo esto es el cuidado que las madres y los padres debemos tener con las adolescentes. Estas enfermedades demuestran que los jóvenes pasan por fuertes problemas emocionales. Hay que cuidarlos y apoyarlos, y tener los ojos muy abiertos. —Claudia, ¿nos podrías decir cómo podemos saber si nuestra hija es anoréxica o bulímica? —preguntó, Socorro. —Bueno, pues no es tan fácil, sobre todo al principio, ya que las personas con este padecimiento parecen normales. En general son exitosas en muchos aspectos de su vida, por lo que muchas veces los padres no se dan cuenta hasta que el problema ya es grave. —Pero debe de haber alguna forma de reconocerlo —comentó Ramiro. —Desde luego —continuó Claudia—, un primer paso es estar muy pendientes
de la alimentación de sus hijos. Si se preocupan mucho por la comida y nunca están conformes con su talla, si buscan controlar su peso, se pesan todos los días o varias veces al día, puede ser un primer aviso. Comúnmente, para controlar su peso disminuyen en forma rápida y drástica la cantidad de alimentos que habitualmente consumen, también se brincan comidas o ayunan constantemente, buscan alimentos mágicos que «no engordan» o que «engordan menos». —Bueno, pero todas esas señales las puede presentar cualquier adolescente y no ser anoréxica forzosamente —dijo Catalina. —Tiene razón Catalina —dijo Claudia—. Por ello es necesario darnos cuenta de si con frecuencia comentan que comen mucho pero en realidad comen menos que el resto de la familia; si evitan comer acompañados poniendo como pretexto que ya han comido; si usan laxantes en forma excesiva; o si esconden la comida y hacen demasiado ejercicio. Algo muy importante: las jóvenes generalmente se ven gordas cuando se miran en el espejo, y se sienten gordas cuando en realidad a simple vista uno se da cuenta de que su peso es muy bajo. Cuando las adolescentes han bajado mucho de peso ya no menstrúan o su menstruación se vuelve irregular, pues su nutrición se ha alterado seriamente y eso afecta el funcionamiento de su organismo. —¿Y estas señales son las mismas para las chicas que vomitan todos los alimentos? —preguntó Lola. —Bueno, en el caso de la bulimia nervosa vomitan casi todo lo que comen —aclaró Claudia—, también hacen viajes frecuentes al baño y se tardan mucho tiempo. Al vomitar tantas veces se les inflama la garganta, puede sangrarles la nariz y les duele el estómago. En ocasiones se les hincha la parte inferior de la mandíbula y el cuello, lo que las hace verse cachetonas. El esmalte de sus dientes se deteriora. En cuanto a algunos hábitos, esconden comida o algunas veces podemos encontrar envases de alimentos en el basurero de la casa, en su cuarto o en su mochila. Generalmente se encargan de tomar comida del refrigerador o de la despensa, ya que en algún momento y a escondidas comen en forma exagerada.
—En serio que es un problema —comentó Socorro—. Nosotros los padres debemos estar muy pendientes de nuestras hijas y ayudarlas a evitar estos problemas que afectan severamente su nutrición y, por tanto, su desarrollo. Muchos padres se dan cuenta cuando ya está afectada la salud de sus hijas — aclaró Claudia. —Bueno, pues tendremos que estar muy atentos —dijo Lola. —Pero no sólo debemos estar atentos a su alimentación. Precisamente en esa edad, los adolescentes pueden empezar a fumar y a tomar bebidas alcohólicas, conductas que además de crearles adicción les hacen mucho daño. Por eso, tenemos que estar muy al pendiente de su manera de relacionarse con los demás, así como de la relación afectiva en casa, y procurar que se sientan queridos y aceptados sin necesidad de llamar la atención y de afectar su salud —concluyó Claudia.
5. CUANDO SOMOS ADULTOS Alimentación de las personas adultas —Oye Claudia, antes de empezar a comer quiero preguntarte: los adultos ¿qué podemos hacer para mantenernos en nuestro peso? —preguntó Ramiro. —¡Ay!, ya nos vas a hacer sufrir. Y eso que todavía no le damos ni una mordida al taco —dijo Lola. -—Es buena pregunta la de Ramiro, pues los adultos, además de ser un ejemplo para los niños debemos procurar mantener un peso saludable —comento Claudia. —¡Pero eso es muy difícil, yo no puedo evitar estar picando mientras preparo la comida! —exclamó Socorro. —Les voy a dar unos consejos muy sencillos que toda la familia puede aplicar —dijo Claudia—. El primero es —ya lo saben —incluir al menos un alimento de cada grupo en cada una de las tres comidas y comer la mayor variedad posible de alimentos. Debemos consumir muchas verduras y muchas frutas, de preferencia crudas y con cáscara. —A mí me dijeron que era peligroso comer las verduras crudas —comentó Lola. —Claro que es peligroso si antes de comerlas no las lavamos bien o las desinfectamos —aclaró Claudia. —Pero, ¿qué diferencia hay si las comemos cocidas? —preguntó Ramiro —¿Recuerdan que les comenté sobre la importancia de algunas vitaminas — dijo Claudia—. Pues algunas se deshacen cuando se cuecen. Además, algo
muy importante que nos dan las verduras y las frutas es la fibra, que también se pierde en parte cuando las cocemos. Procuremos consumir verduras y frutas de temporada, pues son más baratas y de mejor calidad —concluyó Claudia. —Es cierto, ayer que fui al mercado, no me van a creer, pero el aguacate estaba casi tan caro como la carne, además no estaba maduro —comentó Lola. —Hablando de carne, los adultos debemos comer pocos alimentos de origen animal, preferir el pescado, el pavo y el pollo sin piel a las carnes de res, cerdo o borrego. Recordemos que los niños, los adolescentes y las mujeres embarazadas o que estén amamantando necesitan más de estos alimentos que nosotros, por eso hay que darles la mayor parte —explicó Claudia.
—Oye, ¿y es malo guisar con manteca? —preguntó Lola. —En realidad debemos consumir lo menos posible de grasas, aceites, manteca, mantequilla y margarina, pues contienen grandes cantidades de colesterol y grasas saturadas o ambos; en cambio los aceites de cártamo, girasol, maíz y olivo son menos dañinos. ¿Han escuchado hablar del colesterol y de las grasas saturadas? —preguntó Claudia. —¡Claro! Si ahora resulta que lo que más me gusta comer tiene colesterol o grasa «mala»—dijo Ramiro. —Bueno, no es que sea grasa «mala», de hecho nosotros necesitamos colesterol y grasa para poder vivir, el problema se presenta cuando lo consumimos en exceso, porque se deposita en las arterias y venas, lo cual nos hace más propensos a que nos dé un infarto —explicó Claudia. —De ahora en adelante voy a guisar con poquita grasa, o al horno, a la parrilla o al vapor —dijo Socorro. —Me parece muy bien, pero también recuerden que el consumo excesivo de azúcar y de sal nos hace más propensos a enfermarnos de diabetes o de presión alta. Por eso les recomiendo que cocinen con poca grasa, que no usen el aceite quemado, que utilicen poca sal y endulcen con poca azúcar, y que para evitar tentaciones no pongan estos condimentos en la mesa —comentó Claudia. —También hay productos que contienen sal, azúcar o conservadores en exceso, y debemos moderar su consumo —dijo Lola. —¿Como cuáles? —preguntó Socorro. —Los refrescos, los dulces y las golosinas industrializadas —dijo Ramiro. —Las botanas —dijo Lola. —Además hay otros como los embutidos, los consomés en cuadritos, los aderezos y en general los alimentos enlatados. Como ya comentamos, algo esencial para mantenernos sanos es realizar actividad física por lo menos 30 minutos al día. Pueden caminar rápido, bailar, pedalear una bicicleta, lo que más les guste —explicó Claudia.
—¡Qué buena idea!, cada vez que vaya por los niños a la escuela, en lugar de irme en el camión, me voy a ir caminando, al fin que son sólo unas cuadras —dijo Lola. —¡Yo voy a subir por las escaleras en mi trabajo! —exclamó Ramiro. —Oye Claudia, aprovechando que nos estás dando consejos acerca de la alimentación correcta del adulto, fíjate que desde hace un tiempo mi mamá, que ya es una persona mayor, casi no quiere comer; ¿cómo le hago para que coma bien? —preguntó Socorro. —Es normal que los adultos mayores disminuyan el consumo de alimentos, pero se debe vigilar que coman todo lo que necesitan en cantidad suficiente y que su dieta sea variada. Algunas veces nos olvidamos de la comida que más les gusta y que pueden comer fácilmente, con las limitaciones que su propia edad les va poniendo; por ejemplo debemos recordar que, en algunos casos, su dentadura ya no está completa ni es tan buena como antes, o que pueden padecer alguna enfermedad, la cual les impida comer ciertos alimentos — aclaró Claudia. —A mí me ha funcionado con mi papá, quien también ya es mayor, ofrecerle porciones más pequeñas de alimentos, pero más veces al día. Procuro que el plato se vea colorido y que los alimentos sean de consistencia blanda — comentó Lola. —También procuremos brindarles apoyo y sobre todo mucho cariño, que se sepan parte importante de la familia —dijo Claudia. —Como quien dice, hay que tenerles cariño, mucha paciencia y procurar que coman tranquilos, sabroso, en compañía y de preferencia en familia —exclamó Ramiro. —¡Exactamente!—comentó Claudia—. Ahora les voy a dar una serie de sugerencias para mejorar sus propios hábitos alimentarios y su salud: Procuren llevar una alimentación equilibrada y visitar al médico por lo menos una vez al año para evitar problemas de salud.
Si debido a su trabajo deben permanecer sentados por mucho tiempo, traten de efectuar una pausa para hacer ejercicio como subir y bajar las escaleras y, en general, procuren no utilizar los elevadores. Al realizar ejercicio aeróbico como caminar, correr, andar en bicícleta, pedalear bicicleta fija, nadar, bailar, hacer aeróbicos, etcétera, mínimo cuatro veces por semana durante 45 minutos, lograrán un corazón sano y mejor circulación sanguínea. El ejercicio les ayudará a mantenerse en su peso saludable. Es importante que hagan por lo menos tres comidas al día, pues así evitarán gastritis y úlceras. De igual manera, al realizar tres comidas al día no tendrán ataques de hambre y no comerán lo primero que encuentren en su camino como dulces, chicles, chocolates, pastelillos, entre otros, que son alimentos que no nutren. Eviten tomar bebidas alcohólicas con frecuencia. El alcohol es alto en energía, no les brinda ninguna sustancia nutritiva y consumirlo con frecuencia y en exceso daña su salud. Eviten tomar refrescos, café o té con azúcar, jugos de fruta industrializados y agua de fruta endulzada con azúcar, ya que son ricos en azúcar simple y su contenido de energía es muy alto. Traten de tomar café, té o aguas de fruta sin azúcar, así como jugos naturales. Moderen el consumo de crema, tocino y chorizo, productos de origen animal que son ricos en colesterol y grasa. Disminuyan o moderen el consumo de cacahuates, nueces, almendras, pepitas, y demás semillas que contienen grasa vegetal y por lo tanto son ricos en energía. Procuren consumir pescado por lo menos una vez a la semana. En el mercado pueden encontrar pescados a buen precio y prepararlos
Prefieran el consumo de cereales con granos enteros, como el arroz integral, los cereales integrales, el pan integral y las tortillas de maíz nixtamalizado a los cereales refinados como el pan de caja blanco o las tortillas de harina integral, pues los primeros son una buena fuente de fibra y de minerales. Aumenten el consumo de verdura y fruta, son buena fuente de vitaminas, minerales y fibra. No importa dónde coman, no olviden incluir un alimento de cada grupo en cada comida. Si la forma de su cuerpo se asemeja a una manzana, es decir, el tejido graso se ha depositado principalmente en el abdomen, están en riesgo de desarrollar enfermedades crónico-degenerativas como colesterol alto, presión alta, diabetes y padecimientos del corazón. —Me queda muy claro que debemos prevenir problemas de salud causados por la mala nutrición, y la única manera de hacerlo es adoptando hábitos saludables —dijo Catalina.
—Bueno, no sé a ustedes, pero a mí ya me dio mucha hambre —dijo Lola— . ¡Buen provecho!
Para terminar —Claudia, como sabíamos que hoy era la última reunión quisimos hacer una despedida y preparamos una taquiza —dijo Lola. —Es una lástima, porque con este tema de la nutrición siempre hay de qué hablar, ¿verdad? —comentó Ramiro. —¡Claro! Por eso les quiero proponer que nos sigamos reuniendo y que organicemos un grupo de orientación alimentaria con más padres y madres de familia —sugirió Claudia. —Podríamos hablar con el director de la escuela —dijo Socorro. —¡Eso me encantaría! —exclamó Claudia. —Se me ocurre que podríamos juntar muchas recetas, clasificarlas de acuerdo con los grupos de alimentos y hacer un recetario. Yo creo que a mis vecinas les gustaría participar. Ellas tienen a sus hijos en la misma escuela —dijo Catalina. —¿Qué les parece si platicamos con los maestros de nuestros hijos? Creo que las niñas y los niños también deben saber de nutrición —propuso Ramiro. —Ellos aprenden en sus libros de texto gratuitos, pero yo creo que nosotros necesitamos aprender todavía más —dijo Socorro. —Claro, por eso Claudia nos seguirá apoyando, ¿verdad? —preguntó Lola. —¡Por supuesto! —exclamó Claudia—. Pero también pueden obtener más información en el centro de salud o en la clínica... Entonces no pensemos en despedirnos, sino en trabajar juntos. ¡Celebremos un nuevo inicio! —¡Celebremos! —respondieron todos.
A lo largo de nuestra vida, la nutrición es algo muy importante. En gran medida, de ella dependen nuestra salud y nuestro desempeño en el trabajo, en la escuela y en el hogar. El tema de la nutrición es tan amplio que no lo podemos agotar en este libro y por ello los invitamos a buscar mayor información. Sin embargo, los consejos prácticos que aquí se presentan les proporcionan conceptos e información básicos, tales como las cualidades nutrimentales de los alimentos que consumimos a diario y algunas combinaciones sencillas y económicas, para que puedan mejorar la nutrición de todos y cada uno de los miembros de su familia. No olviden que una alimentación correcta puede también ser sabrosa, y que disfrutarla en compañía de la familia hace la vida más agradable.
AYUNO temporada
PREESCOLAR 1 ración pequeña 1 vaso
ESCOLAR 1 ración mediana 1 vaso
ADOLESCENTE 1 ración grande 1 vaso
1/2 pza.
1 pza.
1 pza.
rijol
1/4 de taza
1/2 taza
3/4 de taza
ueso
20g (1 reb. pequeña)
30g (1 rebanada mediana)
30g (1 rebanada mediana)
1/4 de taza
1/2 taza
1 taza
1 ración pequeña
1 ración mediana
1 ración grande
eche
1 taza
1 taza
1 taza
vena
1 cdita.
1 cdita.
1 cdita.
zúcar
1 cdita.
1 cdita.
1 cdita.
a mexicana uevo
1 pza.
1 pza.
1 pza.
tomate, ebolla,chile
1/4 de taza
1/2 de taza
1/2 de taza
ceite
1/2 cdita.
1 cdita.
1 cdita.
rijoles
1/4 de taza
1/2 de taza
3/4 de taza
ortillas
1/2 pza.
2 pzas.
3 pzas.
olillo
xicana , cebolla o picados ón
temporada avena
REFRIGERIO Jícamas con zanahoria rallada Galletas de sal Agua de frutas
PREESCOLAR
ESCOLAR
ADOLESCENTE
1/2 taza
1 taza
2 tazas
4 pzas. 1 vaso
6 pzas. 1 vaso
8 pzas. 1 vaso
Ensalada de frutas Galletas dulces
1/2 taza 2 pzas.
1 taza 4 pzas.
1 taza 1 pza.
Agua de fruta
1 vaso
1 vaso
1 vaso
COMIDA Sopa de pasta con verduras Albóndigas Arroza blanco
PREESCOLAR
ESCOLAR
ADOLESCENTE
1/2 taza
1 taza
2 tazas
1 pzas. 1/2 taza
2 pzas. 1taza
3 pzas. 1 1/2 taza
.... Sopa de frijol Ejotes con huevo
1/2 taza 1/2 taza
1 taza 1 taza
2 tazas 2 tazas
Tortillas
1/2 pza.
1-2 pzas.
2-3 pzas.
CENA Fruta de la estación Quesadillas Tortilla de maíz Queso fresco Salsa Leche con chocolate Leche Chocolate ... Licuado con fruta de la estación Fruta Leche Azúcar Torta de jamón con queso y jitomate
PREESCOLAR 1/2 taza o una ración
ESCOLAR 1 taza o una ración
ADOLESCENTE 2 tazas o una ración
1/2 pza.
1 pza.
2 pzas.
1 taza 1 cucharada
1 taza 1 cucharada
1taza 1 cucharada
1/2 pza. o ración 1 vaso 1 cdita. 1/2 pza.
1 pza. o ración 1 vaso 1 cdita. 1 pza.
1 pza. o ración 1 vaso 1 cdita. 2 pzas.
Enero acelga ajo berenjena betabel calabaza cebolla chile poblano col
coliflor elote espinaca jitomate lechuga rábano zanahoria
Abril acelga ajo apio calabaza cebolla coliflor chayote chícharo
ejote espinaca jitomate lechuga nopales papa pepino zanahoria
Julio ajo apio calabaza cebolla col coliflor chayote chícharo chile poblano
ejote elote jitomate lechuga nopales pepino rábano verdolagas zanahoria
Octubre acelga espinaca berenjena jitomate betabel lechuga calabaza papa col pepino chile tomate poblano verdolagas ejote zanahoria elote
Febrero acelga chícharo ajo chile apio poblano berenjena ejote betabel espinaca calabaza jitomate cebolla lechuga col nopales coliflor papa chayote pepino rábano Mayo acelga chile ajo poblano apio elote berro espinaca calabaza jitomate cebolla lechuga coliflor nopales chayote pepino chícharo verdolagas zanahoria
Agosto apio betabel calabaza cebolla col coliflor chayote chícharo
chile poblano ejote elote jitomate papa pepino tomate zanahoria
Noviembre acelga ejote betabel espinaca calabaza jitomate calabaza papa de castilla tomate col zanahoria camote
Marzo acelga ajo calabaza cebolla col coliflor chayote chícharo ejote
elote espinaca jitomate lechuga nopales papa pepino rábano romeritos zanahoria
Junio acelga ajo apio berro calabaza cebolla coliflor chayote chícharo
chile poblano ejote elote espinaca jitomate lechuga nopales pepino verdolagas zanahoria
Septiembre acelga ejote berenjena elote betabel espinaca calabaza jitomate cebolla lechuga col papa coliflor pepino chícharo tomate chile zanahoria poblano Diciembre acelga espinaca betabel jitomate calabaza lechuga col romeritos camote zanahoria
Enero cate mandarina ña naranja apote papaya moya piña co plátano sa tejocote a china toronja yaba tamarindo ma uva limón zapote negro Abril sa naranja ábana papaya wi piña ón pitahaya mey plátano ngo sandía lón toronja tamarindo
Febrero aguacate mamey coco melón chirimoya naranja fresa papaya granada china piña guayaba plátano guanábana toronja limón tamarindo mandarina Mayo chabacano ciruela higo kiwi limón mamey mango
Marzo aguacate coco chicozapote fresa guanábana limón mamey mango
melón naranja papaya piña plátano sandía toronja tamarindo
Junio melón papaya pera piña pitahaya plátano sandía
aguacate mango chabacano melón ciruela amarilla papaya ciruela roja pera durazno perón granada roja piña higo pitahaya kiwi plátano limón sandía mamey uva Julio Agosto Septiembre ulín manzana capulín manzana capulín manzana acano melón chabacano melón chabacano melón ela membrillo ciruela amarilla membrillo ciruela amarilla membrillo arilla papaya ciruela roja papaya ciruela roja nuez de castilla a roja pera durazno pera dátil papaya átil perón granada roja perón durazno pera azno piña guayaba plátano granada roja perón da roja plátano higo sandía guayaba plátano go sandía limón tuna lima sandía ón tuna mango uva limón toronja ngo uva mango tuna uva Octubre Noviembre Diciembre cate manzana aguacate limón aguacate limón moya naranja caña limón real caña limón real apote nuez de castilla chirimoya mandarina chirimoya naranja átil papaya chicozapote naranja chicozapote papaya azno pera dátil nuez de castilla dátil plátano yaba perón granada china plátano fresa tamarindo ma plátano guayaba tejocote granada china tejocote ón tejocote jícama toronja guayaba toronja n real toronja lima zapote negro jícama zapote negro arina uva lima
Página 23 DESAYUNO
1. Verduras y Frutas 2. Cereales y tubérculos 3. Leguminosas y alimentos de origen animal
COMIDA
1 bolillo
CENA
Sopa de pasta 3 tortillas Pollo frito
1 huevo
ENTRE COMIDAS
2 tortillas (quesadilla) queso (quesadilla)
1 sope
Página 46 c u u p a c i e n c i a
i n q a y l r o c s a ñ
n a k ñ k j j i u y t c
u e u p l h o e a l r a
e b g d e s t e t e q l
Página 49
v z d o ñ p p z r c x o
O s t X c v I n f u y ñ s m p i c ñ d l r a q o t m h e z s t x s t r
a l e y g i a s e m s o
l b c y m a k e s a d c
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m m i r b c h t s e u j
Página 50
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s d a l a c t a n c i a
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Página 66
1. c)
Una niña o un…
1 con 3
2. 3. 4. 5.
A las niñas y a…
2 con 1 3 con 4 4 con 2
a) b) c) b)
Los de seis… Una niña o un…
X X
El estómago… Las niñas y los… A los tres años… Una niña o un…
Los libros de Mamá y Papá es una colección que invita a las ma dres y a los padres a reflexionar respecto de las relaciones en las parejas y en las familias actuales, haciendo hincapié en el cuidado, la educación y el amor que los hijos y las hijas necesitan para tener un buen crecimiento y desarrollo afectivo, físico e intelectual. Sugiere medidas preventivas y alternativas de solución a diferentes problemas que se pueden presentar en la vida cotidiana. La colección está integrada por ocho libros que se complementan entre sí y cuyos títulos son los siguientes: El amor en la familia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Brinda información para apoyar la formación de niños y niñas durante las principales etapas de su crecimiento y desarrollo físico, emocional y afectivo. La sexualidad de nuestros hijos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Plantea la importancia de considerar la sexualidad de nuestros hijos como un proceso natural y de disfrutar de una vida sexual plena y con responsabilidad. Su realización satisfactoria y amorosa contribuye al bienestar de las personas, las parejas, las familias y de la sociedad. Violencia en la familia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Rechaza la violencia como forma de vida y promueve un proceso de búsqueda de relaciones armónicas en la familia, en las que prevalezcan la confianza, la comunicación, el afecto y la seguridad. Propone la cultura del respeto y el rechazo de la violencia. Cuidado con las adicciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Propone a madres y padres permanecer alerta ante posibles cambios de comportamiento de sus hijas e hijos y les ayuda a prevenir que los niños y jóvenes caigan en la adicción. La nutrición de la familia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Promueve la reflexión respecto de los hábitos alimentarios de las personas y proporciona información a madres y padres para revisar la dieta diaria de su familia y mejorarla de acuerdo con sus necesidades y posibilidades. La salud de nuestros hijos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Proporciona información a madres y padres sobre aspectos de prevención de accidentes y enfermedades en sus hijas e hijos, así como acerca de la vacunación y las prácticas higiénicas mínimas para tener una vida sana. Los medios masivos de comunicación y la familia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Contiene información para ayudar a madres y padres a intensificar la comunicación con sus hijas e hijos a partir de la reflexión y el análisis conjunto de los mensajes que transmiten los medios masivos, sobre todo a través de la televisión. La escuela y la familia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Ofrece sugerencias a madres y padres para lograr una mejor comunicación entre la escuela y el hogar, de modo que los niños y las niñas aprovechen y disfruten más sus estudios.