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A borde del precipicio
from Jaim Jadashim #66
Depresión; suena algo emocional, muy común para estos tiempos, cosas de la “mente” e incluso muchas veces lo pasamos por alto o ignoramos, pensando que cambiarán de la noche a la mañana, pero la realidad no es esa y en esta etapa de mi vida en la que me siento en paz y equilibrada quiero compartir con ustedes queridos lectores el borde de precipicio en el que todos hemos estado en algún momento.
Mi vida no era perfecta, pero todo marchaba relativamente bien, tenía a mis hijos, a mi esposo con salud, un negocio del que nos sustentábamos y que gracias a eso nunca nos faltó comida, casa, ni ropa y también pudimos brindarles a ellos educación. Fiestas familiares que siempre terminaban con un buen baile, en resumen, vivía muy bien y feliz. Pero la vida es efímera, la salud incierta y de la noche a la mañana da un giro inesperado, mis hijos se casaron y se fueron, nos quedamos solos mi esposo y yo, pero al cabo de unos meses la salud de él comenzó a faltar y el parkinson llegó, fue más difícil de lo que creí, poco a poco se hacían más difíciles y pesados los días, pues se volvía dependiente de mí hasta que un día no pude más y nos vinimos a Eishel.
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La verdad sí fue un peso menos, pero me sentía sola aún rodeada de mucha gente aquí, hasta que comencé a escuchar consejos de personas cercanas que desde mi sentir creo que me tienen algo de cariño y al darse cuenta de la situación por la que estaba atravesando me decían que no tomara los comentarios Dora Bialostosky
personales y creo que eso es lo que más me ha ayudado, escuchar a todos pero de eso tomar lo bueno y desechar lo malo, vivir la vida como si mañana se fuera a terminar y sí, así es nunca sabemos cuándo será nuestro último día de vida y qué mejor que disfrutarlo con nuestra mejor actitud, ahora veo la vida de otra manera y trato de vivirlo al máximo aunque muchas veces las rodillas duelen, te cansas al caminar, que te duele la espalda, que la cabeza ya no la aguantas y un montón de cosas que la edad no perdona.
Ese es el borde del precipicio en el que yo estuve y sé que muchos como yo también se han sentido así o a lo mejor están atravesando algo similar pero quiero decirles que no están solos, rodéense de personas que les trasmitan cosas buenas y consejos alentadores, aquí en Eishel tenemos mucha gente así solo es cuestión de saber encontrar los correctos, y si escuchas malos comentario o algo que no te aporta, omítelo y sigue tu camino. Amigo que estás leyendo esto, vive, porque mañana quién sabe si aún estemos aquí. Con cariño, Dorita Bialostoski