1 FRENTE AMPLIO DEMOCRÁTICO GOBIERNO DE COALICIÓN 2018 Tras décadas de una intensa lucha por construir una sociedad de bienestar con justicia y democracia, las mexicanas y los mexicanos estamos arribando en un momento crucial de nuestra historia, de cuyo desenlace dependerá el rumbo de la Nación. La elección presidencial del 2018 debe ser el inicio de una nueva etapa del país en la cual el Pueblo de México empiece a superar el sistema político y el modelo económico actuales, que se encuentran en su crisis más profunda y de carácter terminal. Después de 35 años, la agenda neoliberal se ha agotado. La inflación se ha desatado, el déficit fiscal aumenta, la deuda asfixia las finanzas públicas, el crecimiento económico es raquítico, disminuye la inversión productiva, no hay nuevo empleo y se debilita, cada vez más, el salario. Todos estos problemas han ocasionado el más grande rechazo a un gobierno en los últimos 50 años, y la mayor indignación popular contra todas las instituciones del Estado. Hoy México vive uno de los momentos más delicados de su historia contemporánea. El gobierno está desprestigiado, el actual sistema de representación política está desgastado, la autoridad electoral desacreditada y los partidos políticos pierden credibilidad. El Estado ha sido debilitado en grado extremo y es vulnerable ante los intereses más ilegítimos, sean éstos públicos o privados. Se evidencia una constante violación a los derechos humanos; campea la impunidad y la corrupción en los diversos órdenes de gobierno. El crimen organizado ocupa importantes áreas y territorios de la nación. La economía muestra una gran fragilidad. La concentración de la riqueza causa una gran desigualdad que lastima a la mayoría de los y las mexicanos. Nos encontramos al mismo tiempo ante una situación política mundial de grandes riesgos, exacerbada por los efectos nocivos de la globalización neoliberal que ocasionó una profundización de la desigualdad social, una concentración obscena del ingreso en unos cuantos; la erosión y atomización de las organizaciones sindicales; el debilitamiento de los programas de protección y seguridad social; el abandono de las políticas fiscales progresivas, todo lo cual en su conjunto, debilitó a los Estados-Nación y convirtió a los grandes consorcios trasnacionales en los verdaderos factores de poder en el mundo. El Gobierno del Presidente Peña Nieto no ha estado a la altura de las circunstancias, por el contrario, las ha agravado. En un entorno tan complejo y volátil la reacción del grupo gobernante ha sido tan torpe como ineficiente; sin posibilidad de un rumbo que conduzca al país a resolver sus grandes problemas. La crisis que padecen las instituciones del Estado alienta el escepticismo de la población. Se trata de que sepamos construir los consensos sociales y políticos para edificar la Nueva República, con instituciones del Estado y representantes que garanticen el pleno