Vol. 43 No. 3
Published by Acción Latina
Febrero 14–27, 2013
Public health approach to eradicating violence Propuesta de salud pública para erradicar violencia
David Campos se dirige a los asistentes a la reunión de miembros de la comunidad y autoridades públicas ‘Mission Peace Collaborative’ en la Escuela Secundaria Everett. David Campos speaks at the Mission Peace Collaborative townhall meeting at Everett Middle School, Jan. 31. Photo Justin Jach Iñaki Fdez. de Retana El Tecolote
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ore than 200 enthusiastic members of the Mission community participated in a collective of local organizations working to “build the plan to address violence epidemic in our community,” on Jan. 31. The initiative, The Mission Peace Collaborative, was created last fall in response to five shootings that occurred in a six-week period, killing four Latino youths. “We’re becoming immune … it’s unacceptable,” said Roberto Hernandez, community activist and organizer of the event at Everett Middle School. “Together we can win this.” According to Hernandez, some 13 grassroots Missionbased organizations serving Latino youth have gradually lost funding in the past few years. Organizations backing the initiative include Latin Zone Productions, Community Response Network, CARECEN, Mission Beacon, Homey’s, Chalk, Mission Graduates, MNC Precita Center and Mission Girls, Arriba Juntos, PODER, Good Samaritan, Horizons Unlimited and Goodwill Industries. The gathering commenced with a native sage smudging ceremony led by Valerie Tulier, director of Mission Beacon Community Center. Various Mission-based political activists, directors of organizations historically connected to the Mission, and city officials figures were among the list of attendees. Participants of all backgrounds projected a promising feeling of solidarity during this initial phase of the planning process. Hernandez opened the debate by commenting on how previous strategies to eradicate violence have failed.
“It’s unacceptable to see how the governor has spent 3.7 million dollars to put 30 names on a list,” he said, referring to the gang injunctions implemented in 2007, which effectively put a number of Mission-based individuals on probation. Sheriff Ross Mirkarimi spoke about “how we should be more dynamic in our approach to creating alternative options.” Meanwhile, District 7 Supervisor David Campos, presented a pilot strategy that frames violence as a public health issue, that is “related to housing, recreational space, public education [and] economic opportunity.” Campos added, “This has yet to happen elsewhere.” After breaking into an energetic “Chicano clap” round of applause, attendees split up into committees. Each committee was led by coordinators, who initiated debates about topics related to public health including: education, employment, economic development, religion, immigration, housing, recreation, culture and politics. According to Hernandez, previous plans failed in large part due to lack of political interest. Hernandez touched on the “Real Alternatives Program,” a program related to street culture during the ‘80s, the “Hope Plan” during Willie Brown’s tenure and the comprehensive plan proposed by Jim Queen during Gavin Newsom’s term. Anecdotally, the organizers of the collaborative apologized for not including the youth committee in the printed program that was distributed to attendees. The youth, applauded by fellow collaborative participants, took advantage of the opportunity to express their concern for the increasing number of liquor stores in the neighborhood, and for violence surfacing through the media.
Iñaki Fdez. de Retana El Tecolote
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Roberto Hernandez se dirige a los asistentes a la reunión de miembros de la comunidad y autoridades públicas ‘Mission Peace Collaborative’ en la Escuela Secundaria Everett. Roberto Hernandez speaks at the Mission Peace Collaborative townhall meeting at Everett Middle School, Jan 31. Photo Justin Jach The Mission Peace Collaborative invites all members of the community to come and participate in the planning process to eradicate violence in the Mission. “With the help of all of the organizations of the community, we will find a long-term strategy,” said Campos.“It’s important to collaborate to prevent acts of violence before they occur, and to have a pro-active attitude towards preventing youth from getting into problems.” Hernandez agreed, saying, “Each one of you will be part of a 5-year-planning process.” The next Mission Peace Collaborative meeting will take place on Feb. 28, from 6 p.m. to 8 p.m. at Everett Middle School, located at 450 Church St. —Translation Gabriela Sierra Alonso
ás de doscientas personas respondieron con entusiasmo al llamado de un colectivo de organizaciones comunitarias bajo el lema ‘Construyendo el plan para solucionar la epidemia de violencia en nuestra comunidad’ el pasado jueves 31 de enero en la Misión. La iniciativa, denominada ‘Mission Peace Collaborative’, nació el otoño pasado como respuesta a cinco balaceras que ocurrieron en un período de apenas seis semanas en el que murieron cuatro jóvenes latinos. “Nos estamos volviendo inmunes… Es inaceptable… Juntos podemos acabar con esto”, declaró Roberto Hernandez, activista comunitario promotor de la reunión que tuvo lugar en la escuela Everett Middle School. Conforme a Hernandez, trece organizaciones sólidas con raíces en la Misión que trabajan con jóvenes latinos han perdido gradualmente subvenciones en los últimos años. Entre las organizaciones que secundaron la iniciativa figuraron Latin Zone Productions, Community Response Network, CARECEN, Mission Beacon, Homey’s, Chalk, Mission Graduates, MNC Precita Center and Mission Girls, Arriba Juntos, PODER, Good Samaritan, Boys & Girls Club, Horizons Unlimited y Goodwill Industries. La velada comenzó con la intervención de la anfitriona Valerie Tulier, directora de la organización Mission Beacon, y una breve ceremonia en la que se quemó incienso para atraer buena energía entre los congregados. Entre los asistentes —activistas políticos de la Misión, directores de organizaciones con larga tradición en la comunidad y autoridades públicas— se apreciaba
un sentimiento solidario, así como sintonía con las autoridades en estas fases iniciales de planificación. Hernandez abrió el debate mencionando cómo no funcionaron ninguna de las cosas que se hicieron para paliar la violencia en el pasado. “Es inaceptable que la alcaldía haya gastado 3,7 millones de dólares para poner 30 nombres en una lista”, dijo refiriéndose al ‘gang injunction’ que se introdujo en el 2007 y limitó a una serie de individuos su libertad de acción en un amplio área de la Misión. Ross Mirkarimi, alguacil de la ciudad, habló durante su intervención sobre cómo “deberíamos ser más dinámicos en lo que se refiere a las alternativas que tenemos para ofrecer”. Mientras que el Supervisor David Campos, representante en la alcaldía del barrio de la Misión, destacó lo pionero que supone reconocer la violencia como un problema de salud pública que “tiene que ver con la vivienda, espacios para la recreación, educación pública, oportunidades económicas…, no se ha hecho en ningún otro lugar.” Tras una ronda de aplausos estilo ‘chicano clap’ para subir la energía del grupo, los asistentes se dividieron en varios comités, cada cual liderado por un coordinador, para debatir respecto a distintos aspectos de salud pública: educación, empleo, desarrollo económico, religión, inmigración, vivienda, recreación, cultura y política. Conforme a Hernandez, planes pasados no prosperaron por desinterés político, como sucedió con el programa ‘Real Alternatives Program’, una alternativa para la cultura de la calle durante los años 80, el ‘Plan Esperanza’ durante el mandato del alcalde Willie Brown y el plan exhaustivo propuesto por Jim Queen durante el mandato de Gavin Newsom. Anecdóticamente, los organizadores se disculparon por haber olvidado incluir al comité de jóvenes en el programa impreso que se distribuyó entre los asistentes. Los jóvenes, ovacionados por los presentes, aprovecharon para expresar su preocupación por la proliferación de licorerías en el barrio y por la violencia presente en los medios sociales y publicitarios. El ‘Mission Peace Collaborative’ extendió su invitación a todos los miembros de la comunidad a participar en este proceso de planificación para erradicar la violencia en la Misión. “Con la ayuda de todas las organizaciones de la comunidad, encontraremos una estrategia a largo plazo”, dijo Campos. “[Es importante] colaborar para prevenir la violencia antes de que suceda y tener una actitud pro-activa para prevenir que los jóvenes se metan en problemas”. “Cada uno de ustedes va a ser parte de un proceso de planificación, un plan a cinco años”, dijo Hernandez. La próxima reunión del ‘Mission Peace Collaborative’ será el 28 de febrero en la escuela Everett Middle School, 450 Church St., de 6 a 8 de la tarde.