THE MISSION’S ‘CRISIS’ WON’T BE SOLVED WITH MORE POLICING
LA ‘CRISIS’ DE LA MISIÓN NO SE RESOLVERÁ CON MÁS VIGILANCIA POLICIAL
Mara Cavallaro y Alexis Terrazas
El Tecolote
Mara Cavallaro es miembro de Report for America y reporta para El Tecolote sobre la salud mental y la desigualdad en la atención médica en la comunidad Latinx.
La Misión, con su legado de marginalización y resiliencia frente a ola tras ola de gentrificación, ha sido durante mucho tiempo un vecindario con una desigualdad económica discordante. La gente vive en las aceras, afuera de nuevos edificios lujosos con apartamentos vacíos; los dueños de las tiendas barren sus pertenencias en la calle por las mañanas.
Con frecuencia, esta realidad es explotada por las empresas, los medios corporativos y los políticos por igual para descartar la política progresista: sacar a las personas en lugar de albergarlos, y vigilar en lugar de apoyar. “Lo que hemos visto una y otra vez es que las personas sin hogar en San Francisco son utilizadas como chivos expiatorios políticos”, dijo Jennifer Friedenbach a El Tecolote, directora ejecutiva de la Coalición para las personas sin hogar.
El mes pasado, líderes comunitarios de más de una docena de organizaciones de la Misión se reunieron para pedir el estado de emergencia luego del asalto perpetrado a la maestra Yolanda Melara, de 78 años, quien se dirigía hacia su trabajo cuando un hombre le agarró el bolso y la tiró al suelo. Pero la manifestación, organizada originalmente en apoyo a Melara, rápidamente se convirtió en una condena no solo de la violencia que sufrió, sino también de algunas de las personas más marginadas de la Misión y las consecuencias visibles de la desigualdad extrema.
mar a la policía es una invitación a más violencia estatal. “La vigilancia es peor que inútil, es dañina”, dijo a El Tecolote Peter Calloway, un defensor público adjunto de San Francisco. Cuando la policía se acerca a las personas sin hogar, “hemos visto varios casos en los que la policía mata a esa persona, [como en el caso de] Luis Góngora Pat…” Y si no es eso, dice Calloway, “lo que sucede muchas veces es que se menosprecia a la gente, se la trata mal, se le falta el respeto, a veces se la empuja, se la maltrata un poco. He visto a la policía simplemente patear las pertenencias de las personas por toda la acera... Tengo clientes a los que los agentes les han amenazado, instancias en las que los agentes tienen mágicamente apagadas las imágenes de su cámara corporal hasta que se lleva a cabo el arresto. La rutinaria deshumanización y violencia que constituye la vigilancia policial estadounidense… ocurre en San Francisco”.
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Aquí en la ciudad, las personas negras tienen 9.7 veces más probabilidades de ser asesinadas por la policía que una persona blanca, según los análisis de Police Scorecard de 20132021. Los latinos tienen 4.3 veces más probabilidades de ser asesinados que sus homólogos blancos. En los casos en que el Departamento de Policía de San Francisco (SFPD, por sus siglas en inglés) mató a alguien, los oficiales prácticamente no han tenido que rendir cuentas y las familias quedan buscando una justicia aparente durante años.
El Tecolote
Mara Cavallaro is El Tecolote’s Report for America Corps Member who reports on mental health and healthcare inequality in the Latinx community.
The Mission — with its legacy of redlining and resilience in the face of wave after wave of gentrification — has long been a neighborhood with jarring economic inequality. People live on the sidewalks outside new luxury buildings with vacant apartments; store owners sweep their belongings into the street in the mornings.
Too often, this reality is exploited by business, corporate media, and politicians alike to dismiss progressive policy — to remove people from spaces rather than house them, and to police rather than support. “What we’ve seen over and over again is that unhoused people in San Francisco are used as political scapegoats,” Jennifer
Friedenbach, the Executive Director of the Coalition on Homelessness, told El Tecolote Last month, community leaders from over a dozen Mission organizations gathered to call for a state of emergency following the assault of 78-year old teacher Yolanda Melara, who had been walking to work when a man grabbed her purse and pushed her to the ground. But the rally, organized originally in support of Melara, quickly became a condemnation not just of the violence she suffered but of some of the most marginalized people in the Mission, and the visible consequences of extreme inequality.
Speakers repeatedly generalized and scapegoated unhoused people, sex workers, people struggling with substance abuse, and street vendors for a perceived neighborhood “crisis.” And to deal with it, leaders like Roberto Hernandez, who is rumored to be running for the Board of Supervisors, and William Ortiz-Cartagena, a city Commissioner for Small Business, called broadly on the police for
help. “SFPD … get out and do your job!” Ortiz-Cartagena demanded. For many, though, to call on police is an invitation for more state violence. “Policing is worse than unhelpful — it’s harmful,” Peter Calloway, a San Francisco deputy public defender, told El Tecolote. When police approach unhoused people, “we’ve seen a number of instances where police kill that person [like in the case of] Luis Góngora Pat …” And if not that, Calloway says, “what happens a lot of the time is people are belittled, treated poorly, disrespected, sometimes shoved around, roughed up a little. I’ve seen police just kick people’s belongings all over the sidewalk … I have clients who have had threats made against them by officers, instances where officers magically have their body camera footage turned off until the arrest has taken place. The routine dehumanization and violence that constitutes American policing … happens in San Francisco.”
Los oradores participantes en esta manifestación, generalizaron y usaron como chivos expiatorios a las personas sin hogar, las/los trabajadoras/ es sexuales, las personas que luchan contra el abuso de sustancias y los vendedores ambulantes de una “crisis” percibida en el vecindario. Y para lidiar con eso, líderes como Roberto Hernández, quien se rumora se postulará para la Junta de Supervisores, y William Ortiz-Cartagena, Comisionado de Pequeñas Empresas de la ciudad, pidieron ayuda a la policía.
“Policía de San Francisco…¡sal y haz tu trabajo!”, exigió Ortiz-Cartagena.
Para muchos, sin embargo, lla-
Esta semana, hace nueve años que la policía mató a Alex Nieto. Se comió un burrito en Bernal Hill antes de su turno como guardia de seguridad, llevaba consigo un taser que portaba como parte de su trabajo, un detalle que el SFPD sabía antes de llegar a la escena, porque quien llamó al 911 les informó que tenía un taser y no un pistola.
Aún así, cuando llegaron los cuatro oficiales, dispararon 59 tiros contra Nieto. En el juicio, los cuatro fueron absueltos. Incluso en uno de los casos con la evidencia más condenatoria de brutalidad policial, uno de los pocos que llegó a juicio, los oficiales no enfrentaron repercusiones.
Para la familia de Luis Góngora Pat, quien fue asesinado por la policía en 2016, el proceso de búsqueda de justicia ha sido desesperadamente lento y desmoralizador. El año pasa-
Vea POLICÍA, página 9
-Cat Brooks, cofundadora del Proyecto Anti Terrorismo Policial
Mara Cavallaro and Alexis Terrazas
FREE//GRATUITO PUBLISHED BY ACCIÓN LATINA March 23-April 5, 2023 Vol. 53 No. 6
See POLICING, page 8
Manifestantes en San Francisco reunidos en las escalinatas del Ayuntamiento el 16 de febrero para pedir justicia para Tyre Nichols y otras víctimas de la brutalidad policial. San Francisco demonstrators gather on the steps of City Hall on Feb. 16 calling for justice for Tyre Nichols as well as other victims of police brutality. Photo: Christian Balanzar
“Las comunidades seguras son comunidades donde las personas tienen una casa, atención médica, alimentos de calidad, apoyo para la salud mental y los traumas, y una educación de calidad que los refleje, a sus vidas y a la historia de su pueblo”.
THE SHELTERWOOD COLLECTIVE: A QUEER, TRANS, AND BIPOC-LED HEALING AND RESTORATION LAND PROJECT
COLECTIVO SHELTERWOOD: UN PROYECTO DE SANACIÓN Y RESTAURACIÓN DE LA TIERRA LIDERADO POR PERSONAS QUEER, TRANS Y BIPOC
Mariana Navarrete
Tecolote
El
Nestled in the middle of the Sonoma County Forest — in what is unceded Southern Pomo and Kashia territory — is where the Shelterwood Collective calls home.
This community-driven land stewardship 900-acre project, co-created by Layel Camargo and Nikola Alexandre, seeks to heal interconnected ecosystems and mitigate climate change.
“What we are doing here is decolonial work on stolen land, and creating new pathways forward for future generations,” Camargo said.
In 2017 Camargo and Alexandre met at a radical farming workshop and shared dreams of creating a climate project centering on BIPOC communities. Then in 2020, coinciding with the uprisings for Black lives in the wake of George Floyd’s murder by police, Camargo and Alexandre received funding to make their climate project a dream come true. Their collective is on the site of a former church camp, which was at risk of being sold to a logging company.
“As far as we know, it’s one of the queer and BIPOC-led land projects in the U.S. where we can exist outside, or at least a little bit more removed from the systems of oppression we all grew up under,” Alexandre said. “White supremacy isn’t as present in our lives as it is if we were outside of this space.”
It will be three to four years until Shelterwood is fully open. But in 2023, Shelterwood’s team is in the process of fundraising for operations and is open to volunteers.
As of now, Shelterwood has two renovated staff residences, a near completion on three additional cabins, and two tiny houses. The goal is to renovate the deteriorating former church camp buildings into a multifunctional retreat and community center. The buildings are currently on septic systems and are connected to the PG&E electrical grid. Alexandre mentioned they have plans to transition them off of the grid and are working to build a renewable energy system.
“The paint just went up in one of the cabins that will be available to people who do not traditionally have access to the outdoors,” Alexandre said. “It’s a bright yellow cabin intentionally colored that way to make it inviting to our communities that do not often see themselves outside or in these spaces.”
Shelterwood is committed to social equity, cultural change, indigenous sovereignty, democratic peer governance, and antiracism. As they center natural relationships over natural resources, they hold themselves and others accountable.
“Many people in the conservation movement are usually managing or dictating how to use the environment, separating people from nature. However, what we are doing here is looking at the rest of nature as part of our family,” Alexandre highlighted.
During Shelterwood’s early years of creation, a diverse board grounded their growth in frameworks of Just Transition, Queer and Indigenous land stewardship, Afro-Indigenous food systems, cultural strategy, narrative change, and environmental anthropology. The collective’s members put into practice these by living communally, having horizontal decision-making, and mutual accountability.
“In order for us to survive climate change, we really need to get back to a strong relationship with Earth, looking at nature not as something we have to control or use to fight climate change, but looking to work together to help restore habitat, clean waters, bring clean air back; help mitigate it,” Camargo said.
The collective seeks to nurture the next generation of BIPOC and Queer land stewards through fellowships, stewardship residencies, and volunteer workshops.
One of Shelterwood’s main programs is forest restoration. With State support from CalFire, they are returning good fire to the land, removing invasive species, and controlling erosion.
“There are a lot of threats to our environment and to BIPOC and queer individuals. So Shelterwood is a place of care for each other and land in very intimate ways that cross traditional boundaries,” Alexandre said.
In December 2021, Camargo and Alexandre invited 150 people such as local residents, climate and social justice organizers, and artists to a community vision workshop. One of the four days of the workshop was fully dedicated to BIPOC people.
“Within 10 minutes of the event, there were six people crying because they never felt safer outdoors,” Alexandre pointed out.
For Camargo, that specific workshop was a pivotal moment in the process of building Shelterwood, because they felt and learned how excited communities are for something like Shelterwood.
“The fact that [Shelterwood] existed was enough to bring them to tears. This is why we are doing all the work. It’s all for these community members,” Camargo said.
Shelterwood contributes to new climate solution narratives through art, content production and cultural organizing as well. The collective will host underrepresented artists who create content focused on climate activism with
See SHELTERWOOD, page 8
Mariana Navarrete
El Tecolote
Enclavado en medio del bosque del condado de Sonoma, en territorio no cedido de los Pomo y los Kashia del Sur, se encuentra el hogar del Colectivo Shelterwood.
Este proyecto comunitario de administración de 364 hectáreas de tierra, creado conjuntamente por Layel Camargo y Nikola Alexandre, pretende sanar los ecosistemas interconectados y mitigar el cambio climático: “Lo que estamos haciendo aquí es un trabajo decolonial en tierras robadas, para crear nuevos caminos para las generaciones futuras”, explica Camargo.
En 2017 Camargo y Alexandre se conocieron en un taller de agricultura radical y compartieron el sueño de crear un proyecto climático centrado en las comunidades BIPOC. Luego, en 2020, coincidiendo con los movimientos de protesta tras el asesinato de George Floyd a manos de la policía, Camargo y Alexandre recibieron financiación para hacer realidad su proyecto climático.
Su colectivo se encuentra en el emplazamiento de un antiguo campamento eclesiástico, que corría el riesgo de ser vendido a una empresa maderera: “Por lo que sabemos, es uno de los proyectos de tierra dirigidos por personas queer y BIPOC en los EEUU en el que podemos existir al margen o al menos un poco más alejados de los sistemas de opresión en los que crecimos”, afirmó Alexandre y continuó: “La supremacía blanca no está tan presente en nuestras vidas como lo estuviéramos fuera de este espacio”.
Pasarán de tres a cuatro años hasta que Shelterwood esté abierto. Pero en 2023, su equipo está recaudando fondos para su funcionamiento y está abierto a voluntarios.
Por el momento, cuenta con dos residencias renovadas para hospedar al personal, tres cabañas adicionales casi terminadas y dos casitas. El objetivo es renovar los edificios deteriorados del antiguo campamento de la iglesia, para convertirlos en un centro comunitario y de retiro multifuncional. Los edificios disponen actualmente de sistemas sépticos y están conectados a la red eléctrica. Alexandre mencionó que tienen planes para desconectarse de ese servicio y están trabajando para construir un sistema de energía renovable.
“Se acaba de pintar una de las cabañas que estarán a disposición de las personas que normalmente no tienen acceso al aire libre”, explicó Alexandre. “Es una cabaña de color amarillo brillante, intencionadamente pintada así para que resulte atractiva a nuestras comunidades que no suelen verse al aire libre o en estos espacios”.
Shelterwood está comprometida con la equidad social, el cambio cultural, la soberanía indígena, la gobernanza democrática y la lucha contra el racismo. Al centrarse en las relaciones naturales por encima de los recursos naturales, se responsabilizan a sí mismxs y a lxs demás.
“Mucha gente del movimiento conservacionista suele gestionar o dictar cómo utilizar el medio ambiente, separando a las personas de la naturaleza. Sin embargo, lo que hacemos aquí es considerar el resto de la naturaleza como parte de nuestra familia”, subrayó Alexandre.
Durante los primeros años de creación de Shelterwood, un consejo diverso basó su fundación en marcos de transición justa, administración de tierras indígenas y queer, sistemas alimentarios afroindígenas, estrategia cultural, reforma en los discursos y antropología medioambiental. Lxs miembros del colectivo los pusieron en práctica viviendo en comunidad, tomando decisiones horizontales y responsabilizándose mutuamente.
“Para que podamos sobrevivir al cambio climático, tenemos que volver a tener una relación sólida con la Tierra, no ver la naturaleza como algo que tenemos que controlar o utilizar para luchar contra el cambio climático, sino trabajar juntos para ayudar a restaurar el hábitat, limpiar las aguas, recuperar el aire limpio; ayudar a mitigarlo”, dijo Camargo.
El colectivo pretende formar a la próxima generación BIPOC y Queer de administradores de la tierra a través de becas, residencias en administración y talleres de voluntariado.
Uno de los principales programas de Shelterwood es la restauración forestal. Con el apoyo estatal de CalFire, están devolviendo el buen fuego a la tierra, eliminando especies invasoras y controlando la erosión.
“Hay muchas amenazas para nuestro medio ambiente y para las personas BIPOC y Queer. Por eso Shelterwood es un lugar donde cuidamos unxs de otrxs y de la tierra de una forma muy íntima que traspasa las fronteras tradicionales”, explica Alexandre.
En diciembre de 2021, Camargo y Alexandre invitaron a 150 personas, entre residentes locales, organizadores climáticos y de justicia social y artistas, a un taller de visión comunitaria. Uno de los cuatro días del taller se dedicó íntegramente a las personas BIPOC: “A los 10 minutos de comenzado, había seis personas llorando porque nunca se habían sentido más seguras al aire libre”, señaló Alexandre.
Para Camargo, ese taller fue un momento crucial en el proceso de construcción de Shelterwood, porque sintieron y aprendieron lo emocionadas que están las comunidades por Vea COLECTIVO, página 8
WWW.ELTECOLOTE.ORG 2 El Tecolote COMMUNITY • COMUNIDAD March 23-April 5, 2023
(Desde la izquierda) Miembrxs del Colectivo Shelterwood Nikola Alexandre, Julia Velasquez y Layel Camargo. (From left) Shelterwood Collective members Nikola Alexandre, Julia Velasquez and Layel Camargo. Courtesy Photo
El Colectivo Shelterwood es un proyecto comunitario de administración de 364 hectáreas de tierra, que busca sanar ecosistemas interrelacionados y mitigar el cambio climático. The Shelterwood Collective is a land stewardship 900-acre project that seeks to heal interconnected ecosystems and mitigate climate change. Courtesy Photo
PUERTO RICO SERIES PART 1:
PUERTO RICANS AND A LEGACY OF SECOND-CLASS CITIZENSHIP
Galicia Stack Lozano
El Tecolote
Puerto Rico, la Isla del Encanto, Borinquén, is a magical place. There is nothing like its warm, humid and sweet air. The sound of the coqui frogs echo in your ears like a lullaby. The lush green hillsides rise up beside their white sand beaches. The sounds of salsa, bomba, and reggaeton playing in the streets of Viejo San Juan, or the aroma of sazón and adobo wafting throughout the island.
My mom is Puerto Rican. I have family and friends on the island and try to visit often, but the last time I was there, things had changed. This was due to Hurricane Maria, which hit the island in 2017.
I still have a clear memory of that day. I was on my way to school and my mom stopped to tell me about the hurricane barreling toward the island. It was difficult to fathom the idea that while I was sitting inside my bright warm classroom, my family would be huddled in their dark houses, storm shutters on windows, listening to the whooshing wind, pouring rain, and the sound of destruction.
After we learned just how strong the hurricane was, we worked hard to aid my family on the island. We sent hand crank chargers and lanterns, a generator, food, and anything that would help them — not knowing at the time that it would take months for them to receive any of it.
My mom worried daily. When would we hear from our family? Were they OK? What could we do to help? Time passed, and fortunately, my family was safe. But as the news slowly revealed, many on the island were not so lucky.
Maria, a Category 4 hurricane, cut off 100 percent of the electricity on the island and caused $94.4 billion in damage. Of the island’s crops, 80 percent were wiped out and 130,000 residents were forced to leave their homes. The death toll, which took almost a year to release, stood at 2,975, making it one of the deadliest storms in U.S. history.
On average, after Maria, houses went 84 days without power, 64 days without water, and 41 days without cell service. Many struggled for years without adequate healthcare and basic services. Even today — six years later — most are still affected by Maria, and today regular power outages are considered normal.
As time went on, I continued to hear about the outrage from fellow Puerto Ricans for the mishandling of the disaster relief fund that had been set aside for them and never received.
After Maria, I vowed to educate myself and others to find ways to uplift Puerto Ricans however I could.
In the same year that Maria struck, Hurricane Harvey affected residents in Texas, and Hurricane Irma — the hurricane that arrived as a precursor to Maria and also hit Puerto Rico — struck Florida.
Why is it that the aid for hurricane Maria — which caused much more damage — was half of what Texans and Floridians received? Both Harvey and Irma survivors received $100 million from FEMA, while Puerto Rican survivors of Maria received $6 million.
To add insult to injury, Trump, who was president at the time, showed total disregard for Puerto Rico and its residents by visiting the island after Maria and tossing paper towels into a crowd of needy Puerto Ricans.
The President of the United States threw paper towels at people in dire need of aid and supplies.
Growing up in California, we are used to natural disasters, from wildfires to earthquakes to droughts. These have become a part of our lives. Hurricanes are the same for Puerto Ricans.
But for every minor wildfire and earthquake or hurricane, there is often one that hits hardest, causing huge amounts of damage. The difference is that when a wildfire ravages homes and communities in California, everyone knows about it and works to aid those in need, with local, state, and federal governments providing support.
Americans fight to help fellow Americans.
When a crisis strikes Puerto Rico, we somehow seem to forget that Puerto Ricans are Americans, too.
Galicia Stack Lozano is a Junior in high school in San Francisco. She has a Puerto Rican mother and an Irish father.
Stay tuned for Part 2 of this commentary, which will be published in our April 6, 2023 issue.
este
PUERTO RICO SERIE PARTE 1:
LOS PUERTORRIQUEÑOS Y UN LEGADO DE CIUDADANÍA DE SEGUNDA CLASE
El Tecolote
Puerto Rico, la Isla del Encanto, Borinquén, es un lugar mágico. No hay nada como su aire cálido, húmedo y dulce. El sonido de las ranas coqui resuena como una canción de cuna. Sus exuberantes laderas verdes se alzan junto a playas de arena blanca. Los sonidos de la salsa, la bomba y el reggaetón recorren las calles del Viejo San Juan, así como el aroma del sazón y el adobo que flotan por toda la isla.
Mi madre es puertorriqueña. Tengo familia y amigos en la isla y procuro visitarla a menudo, pero la última vez que estuve allí, las cosas habían cambiado. Esto se debió al huracán María, que azotó la isla en 2017.
Aún tengo un recuerdo nítido de aquel día: me dirigía a la escuela y mi madre se detuvo para hablarme del huracán que se acercaba. Me resultaba difícil imaginar que, mientras yo me encontraba sentada en mi cálida y luminosa clase, mi familia estuviera acurrucada en sus oscuras casas, con contraventanas en las ventanas, escuchando el silbido del viento, la lluvia torrencial y el presagio de la destrucción.
Cuando nos enteramos de la intensidad del huracán, nos pusimos manos a la obra para ayudar a mi familia en la isla. Enviamos cargadores de manivela y linternas, un generador, comida y todo lo que pudiera ayudarles, sin saber entonces que tardarían meses en recibirlo.
Mi madre se preocupaba a diario. ¿Cuándo sabríamos algo de nuestra familia? ¿Estarían bien? ¿Qué podríamos hacer para ayudar? Pasó el tiempo y, afortunadamente, mi familia estaba a salvo. Pero, conforme
las noticias lo fueron revelando poco a poco, muchos en la isla no tuvieron tanta suerte.
María, un huracán de categoría 4, cortó el servicio de electricidad de la isla y causó daños por valor de 94,400 millones de dólares. El 80% de los cultivos de la isla quedaron arrasados y 130 mil residentes se vieron obligados a abandonar sus hogares. La cifra de muertos, que tardó casi un año en hacerse pública, ascendió a 2,975, lo que la convierte en una de las tormentas más mortíferas de la historia de los EEUU.
Tras el paso de este fenómeno meteorológico, las casas estuvieron 84 días sin electricidad, 64 días sin agua y 41 días sin servicio de telefonía móvil. Muchos permanecieron durante años sin atención sanitaria adecuada ni servicios básicos. Incluso hoy, seis años después, la mayoría sigue afectada y la periodicidad en la suspensión del servicio de electricidad se ha vuelto normal.
A medida que pasaba el tiempo, seguí escuchando sobre la indignación de otros puertorriqueños por la malversación del fondo de ayuda para desastres que nunca se recibió. Después de ese huracán, comprometí a educarme a mí misma y a otras personas para encontrar formas de ayudar a los puertorriqueños en la medida de mis posibilidades.
El mismo año que María, el huracán Harvey afectó a residentes en Texas, e Irma —el huracán que llegó precedió a María y también golpeó a Puerto Rico— azotó Florida.
¿Por qué la ayuda para el huracán María —que causó muchos más daños— fue la mitad de la que recibieron los tejanos y floridenses? Tanto los supervivientes de Harvey como los de Irma recibieron 100 millones
de dólares de FEMA, mientras que los puertorriqueños solo 6 millones. Para colmo de males, Trump, el entonces presidente, mostró un desprecio total por Puerto Rico durante una visita a la isla después del paso de María cuando en un acto comenzó a arrojar toallas de papel a una multitud de puertorriqueños necesitados. El presidente les arrojó toallas de papel a personas que urgentemente necesitaban ayuda y suministros. Al crecer en California, estamos acostumbrados a las catástrofes natu-
rales, desde incendios forestales hasta terremotos y sequías. Se han convertido en parte de nuestras vidas. Los huracanes son lo mismo para los puertorriqueños. Por cada incendio forestal menor y por cada terremoto o huracán, suele haber uno que golpea con mayor fuerza y provoca enormes daños. La diferencia es que cuando un incendio forestal arrasa hogares y comunidades en California, todo el mundo lo sabe y trabaja para ayudar a los necesitados, y los gobiernos local, estatal
y federal prestan su apoyo. Los estadounidenses luchan por ayudar a sus compatriotas. Pero, cuando una crisis golpea a Puerto Rico, parece que olvidamos que los puertorriqueños también son estadounidenses.
Galicia Stack Lozano es estudiante de penúltimo año de secundaria en San Francisco. Es de madre puertorriqueña y padre irlandés. La segunda parte de este comentario, será publicada en nuestro número del 6 de abril de 2023.
WWW.ELTECOLOTE.ORG Marzo 23-Abril 5, 2023 t El Tecolote 3 COMMENTARY • COMENTARIO
La autora de
artículo, Galicia Stack Lozano (a la derecha), con su padre Michael Stack y su hermano menor Santiago Stack Lozano, frente a La Bombonera en San Juan, Puerto Rico. The author of the article, Galicia Stack Lozano (right), poses for a portrait with her father Michael Stack and her younger brother Santiago Stack Lozano in front of La Bombonera in San Juan, Puerto Rico. Courtesy
Photo
Imagen desde un dron sobre la destrucción en Comerío posterior a los huracanes María e Irma. A drone shot of the destruction in Comerío, post Hurricane Maria and Irma. Courtesy photo/We Still Here
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AWARD-WINNING NONPROFIT AIDS
BLACK WOMEN WITH FINANCIAL LITERACY TO AVOID STUDENT DEBT
ORGANIZACIÓN NO LUCRATIVA BRINDA EDUCACIÓN
FINANCIERA A MUJERES NEGRAS PARA PREVENIR LA DEUDA ESTUDIANTIL
Galicia Stack Lozano El Tecolote
“Our mission is to resolve the now $2 trillion student debt crisis while also leveling the playing field for those that are impacted the worst, which are Black women,” said Briana Franklin, CEO of the Prosp(a)ity Project.
The Prosp(a)rity Project, created by Franklin during the COVID-19 pandemic, is a nonprofit dedicated to aiding Black women with student debt.
“This came about because of my lived experience. I graduated with about $100,000 in student debt principal, and then by the time I hit repayment, two years later, that number was $116,000,” Franklin said. “Because I didn’t have any financial guidance growing up, and I was oblivious to predatory lending and debt traps, it set me up for a lot of financial distress. As a result, I made a lot of bad decisions with money. This nonprofit is my way of responding to that and making sure that we do more to help empower young people and build them up.”
Franklin believes that she was one of the few people who were able to benefit from the circumstances that COVID created. Before the pandemic, Franklin was working in the fitness industry looking to be a personal trainer. When the lockdown came, the personal training industry was wiped out.
“About three months into the pandemic, when Black Lives Matter started to really come back with full force and we saw people rioting and protesting in response to George Floyd and Breonna Taylor’s murders, was when I knew I needed to do something,” she shared.
Utilizing her experience of having started a business, she started her nonprofit. She surveyed her community with over 1,000 data points across race and gender background to understand how people were doing
Galicia Stack Lozano
El Tecolote
“Nuestra misión es resolver la actual crisis de deuda estudiantil de $2 billones y al mismo tiempo nivelar el campo de juego para aquellos que se ven más afectados, que son las mujeres negras”, dijo Briana Franklin, directora ejecutiva de Prosp(a)ity Project.
The Prosp(a)rity Project, creado por ella durante la COVID-19, es una organización sin fines de lucro dedicada a ayudar a las mujeres negras a pagar deudas estudiantiles.
“Esto surgió debido a mi experiencia. Me gradué con alrededor de $100 mil en capital de deuda estudiantil, y luego, cuando llegué al pago, dos años después, ese número era de $116 mil”, compartió Franklin, y agregó: “Debido a que no tuve ninguna orientación financiera mientras crecía, y no estaba al tanto de los préstamos depredadores y las trampas de la deuda, me puso en una gran cantidad de dificultades financieras. Como resultado, tomé muchas malas decisiones con el dinero. Esta organización sin fines de lucro es mi forma de responder a eso y asegurarme que hacemos más para ayudar a empoderar a los jóvenes y fortalecerlos”.
Franklin cree que fue una de las pocas personas que pudo beneficiarse de las circunstancias que creó
physically, mentally, and financially.
The results revealed that Black women were doing the worst and that they had the least savings with the most debt. Because of this, the Prosp(a)rity Project was born. Franklin brought in three other people, Cori Lopez, Matthew Morales, and Ashley Wells to create a founding team for the nonprofit.
“The most deeply rewarding thing is knowing that our work and my perseverance has been able to positively impact people’s lives. We really consider ourselves a rescue mission,” Franklin told El Tecolote. “We’re not just helping people with student debt by giving them some sort of handout.”
la COVID-19. Antes de la pandemia, trabajaba en la industria del fitness buscando ser entrenadora personal. Cuando llegó el confinamiento, la industria del entrenamiento personal desapareció.
“Cerca de tres meses después de la pandemia, cuando Black Lives Matter realmente comenzó a regresar con toda su fuerza y vimos a la gente amotinarse y protestar en respuesta a los asesinatos de George Floyd y Breonna Taylor, fue cuando supe que tenía que hacer algo”, compartió.
Utilizando su experiencia de haber iniciado un negocio, comenzó su organización sin fines de lucro. Encuestó a su comunidad con más de mil puntos de datos de raza y género para comprender cómo les iba a las personas física, mental y financieramente.
Los resultados revelaron que a las mujeres negras les estaba yendo peor y que tenían menos ahorros y más deudas. Por eso nació el Proyecto Prosp(a)rity. Franklin trajo a otras tres personas, Cori Lopez, Matthew Morales y Ashley Wells para crear un equipo fundador para esta organización no lucrativa.
“Lo más profundamente gratificante es saber que nuestro trabajo y mi perseverancia han podido impactar positivamente en la vida de las personas. Realmente nos consideramos una misión de rescate”, dijo Franklin a El Tecolote. “No solo estamos ayudando a las personas con deudas estudian-
Last year’s first graduating class supported by the Prosp(a)rity Project shared with Franklin that they felt thankful to the organization for investing in them and had found a sense of empowerment. The students also expressed not feeling trapped by money and escaped a ‘scarcity mindset.’
This feedback emphasized the importance of the nonprofit and its success. When starting the Prosp(a) rity Project, Franklin faced many hurdles in finding donors.
“[Finding donors] was the most challenging thing because all I knew was how to reach people, but I didn’t know how to exactly find people who were specifically in the philanthropic
tiles dándoles algún tipo de dádiva”.
La primera clase de graduados del año pasado apoyada por Prosp(a)rity Project compartió con Franklin que se sentían agradecidos con la organización por invertir en ellos y habían encontrado una sensación de empoderamiento. Los estudiantes también expresaron no sentirse atrapados por el dinero y librados de una “mentalidad de escasez”.
Esta retroalimentación enfatizó la importancia de la organización y su éxito. Al iniciar el proyecto, Franklin enfrentó muchos obstáculos para encontrar donantes: “[Encontrar donantes] fue lo más desafiante porque todo lo que sabía era cómo llegar a las personas, pero no sabía exactamente cómo encontrar personas que estuvieran específicamente en el espacio filantrópico. Mi enfoque inicialmente fue llegar a todos a lo largo y ancho, tratando de convertirlos en donantes, en lugar de buscar personas con un historial establecido de donaciones. Ser capaz de navegar esa curva de aprendizaje me tomó un tiempo”.
Aunque el Proyecto Prosp(a)rity originalmente estaba operando completamente en forma virtual debido a la pandemia, este año la organización busca pasar a un modelo más presencial. Franklin, quien recientemente se mudó a Washington, D.C., ahora espera con ansias la primera cohorte en persona. La cohorte se alojará en el
space,” Franklin said. “My approach initially was reaching out to everyone far and wide, trying to turn them into donors as opposed to seeking out people with an established history of donations. Being able to navigate that learning curve took me a while.”
Although the Prosp(a)rity Project was originally completely online due to the pandemic, this year the nonprofit is looking to move to a more in-person model. Franklin, who recently moved to Washington, D.C. is now looking forward to the first-ever in-person cohort. The cohort will be hosted in the Washington, D.C., Maryland and Virginia area. To par-
See PROSP(A)RITY, page 9
área de Washington, D.C., Maryland y Virginia. Para participar en la cohorte, se debe completar una solicitud en su página en internet.
“Nosotros… buscamos las cualidades más suaves, como ¿qué es lo que quieren sacar de esta experiencia? ¿Qué los está frenando? Realmente estamos tratando de averiguar quiénes son los próximos agentes de cambio que podemos desarrollar, invertir y eliminar esa carga de su camino para que puedan tener ese impacto”.
Franklin compartió con El Tecolote consejos que le daría a las mujeres negras que actualmente están luchando con la disparidad financiera: “Confía en tu instinto, porque mucha gente intentará decirte cosas como que la deuda estudiantil es una buena deuda y que deberías estar agradecido de tener un título, [pero] la deuda ahora es una fuente de trauma psicológico, crea ansiedad, crea inseguridad alimentaria, incluso conduce a la falta de vivienda, al suicidio, así que si sientes que es aplastante, tienes toda la razón para sentirte dolido por eso y arrepentirte incluso”.
Franklin alienta a las mujeres negras a postularse al programa. Actualmente, Prosp(a)rity Project está buscando expandir los capítulos a todas las ciudades importantes dentro de los próximos cinco a siete años. A medida que el proyecto sigue creciendo, también lo hacen las aspiraciones de
Vea PROYECTO, página 9
WWW.ELTECOLOTE.ORG FINANCIAL LITERACY • EDUCACIÓN FINANCIERA 4 El Tecolote March 23-April 5, 2023
(Desde la izquierda) Brandea Turner, Briana ‘Bri’ Franklin y Sabrina Michelle Evans, presentes en la reunión de El Proyecto Prosp(a)rity del 8 de diciembre de 2021. (From left) Brandea Turner, Briana “Bri” Franklin and Sabrina Michelle Evans pose for a portrait during a The Prosp(a)rity Project gathering on Dec. 8, 2021. Courtesy photo
A TREE FALLS UN ÁRBOL CAE
Carlos Barón
El Tecolote
Afew days ago, during yet another windy and rainy storm, a large part of a tree fell. With its fall, it brought down some power lines and a few cars. Luckily, no human was hurt. At least not physically. Emotionally, is another story. Many of us are grieving.
It was still a young sequoia tree that had been living on the popular Garfield Park, in the heart of the Mission District. Some say that the tree was almost 200 years old, perhaps more. Perhaps as old as Garfield Park itself, or maybe as old as the City of San Francisco. Or even older.
As far as sequoia trees are concerned, it was a young adolescent, barely in the dawn of its potency. Sequoia trees can live up to 2,000 years and can reach up to 300 feet in height. Although the planet Earth is 4.543 billion years old, the origins of the sequoias are also respectably old — they go back 7,000,000 years ago. Dinosaurs used to roam around them!
In 1847, a German botanist named Stephen Endlicher named the coastal redwood trees “Sequoia sempervirens.” Most likely in honor of the Cherokee Chief Sequoya or Sikwayi, who invented a phonetic alphabet of 86 symbols for the Cherokee language.
The sequoias symbolize well-being, health and security. They have a natural capacity to resist fires and other types of decomposition. That, in part, accounts for their longevity.
“De un árbol caído, todos hacen leña”
In spite of all that, according to community organizer Brooke Oliver, “The SF Parks Department decided to take it all down because it might fall and hurt someone. A very short sighted and ugly perspective. Many of us think that this complete hack job was not necessary. These kind of trees are proud and grow again after losing a branch. The center portion possibly could have been reconnected to save it.”
By cutting down the remaining trunks of the tree, the SF Parks Department perhaps decided on the side of caution, most likely also worried about economics. Today, on the corner of 25th and Harrison, only the large bottom of the tree trunk remains, still beautiful in its demise.
I will share portions of a wonderful remembrance, written by T Dea Robertson-Gutiérrez, long-time resident of the Mission District. “Since the third grade (in 1959) going home from school at Saint Peters Elementary, I stopped by often to visit our old friend, the tree. I could scurry to the top in less than two minutes! The tree was a fountain of magical powers. (…) I invited my two brothers and our friends. (…) Up there, stories were told and the tree was an excellent listener, never interrupting, criticizing or condemning us for passing our time there. (…) Search parties went out, trying to retrieve us back to reality .They never did find us! The tree has two brothers in the same park and we often visited them. But this guy was our favored respite from daily grief, earning our respect. I would have given my life to save it if I only
¿Y quién no tiene en su alma uno, dos, muchos árboles caídos? ¿Quién no vio en cada árbol caído la simbólica imagen de un hombre abandonado sin fuerza ni ilusión?
Carlos Barón
El Tecolote
Hace pocos días, durante otra fuerte tormenta e intensos vientos, cayó parte de un gran árbol. En su caída, arrastró a cables eléctricos y aplastó algunos carros. Por fortuna, en lo físico, no hubo pérdidas humanas. Lo emocional, es otra historia. Mucha gente está de duelo.
Era un joven árbol secoya, que vivía en el popular Parque Garfield, del Distrito Misión. Algunos dicen que tenía casi 200 años de vida, tal vez más.
A lo mejor tenía la edad del mismo
Parque Garfield, tal vez tenía la edad de la ciudad de San Francisco o más. Comparado a otros árboles secoya, era un adolescente en la alborada de su potencia. Los secoyas pueden vivir hasta 2 mil años y pueden alcanzar casi 100 metros de altura. El planeta Tierra tiene 4.543 billones de años de vida, pero los orígenes de los secoyas también llegan a una edad venerable: se remontan a casi 7, 000, 000 años atrás. ¡Daban sombra a los dinosaurios!
En 1847, un botánico alemán llamado Stephen Endlicher, nombró como Sequoias sempervirens a los árboles de madera roja de las costas. Seguro en honor del Jefe Cheroki Sequoya, o Sikwayi, quien inventó el alfabeto fonético de 86 símbolos del lenguaje Cheroki. Los secoyas simbolizan la salud, el crecimiento y la protección. Tienen una capacidad natural para resistir el fuego y otros tipos de descomposición. Eso explica, en parte, su longevidad.
A pesar de todo esto, según la activista comunitaria Brooke Oliver:
“El Departamento de Parques de San Francisco decidió cortar todo el árbol, pues podía caer y herir a alguien. Una perspectiva fea y muy miope. Muchos pensamos que este descuidado trabajo no es (era) necesario. Este tipo de árboles es muy orgulloso y vuelve a crecer, después de perder ramas. La parte central tal vez pudiera haberse reconectado y así, salvarlo”.
Al cortar lo restante del árbol, tal vez el Departamento de Parques de San Francisco decidió ser cauteloso, aunque de seguro hubo consideraciones económicas. Hoy día, en la esquina de la calle 25 y Harrison, solo queda la gran base del árbol, aún bello, más allá de la muerte.
Compartiré porciones de un maravilloso recuerdo, escrito por T Dea Robertson Gutiérrez, residente de larga data en el Distrito Misión: “Desde mi Tercera Elemental (en 1959) volviendo a casa después de mi Escuela Elemental San Pedro, muchas veces me detenía a visitar a nuestro viejo amigo, el árbol. ¡Podía trepar a su cima en menos de dos minutos! Ese árbol era una fuente de poderes mágicos […]. Invitaba a mis dos hermanos y a otras amistades […]. Allá arriba, contábamos historias y el árbol era un excelente escucha, nunca interrumpiendo, criticándonos ni condenándonos por pasar nuestro tiempo allá arriba […]. Se organizaban grupos de búsqueda, para devolvernos a la realidad… ¡pero nunca nos encontraban!
El árbol tiene dos hermanos en el mismo parque y a veces los visitábamos. Pero este árbol era el refugio favorito para nuestros diarios embrollos, ganándose nuestro respeto. Si hubiera oído que estaba enfermo, ¡entregaría mi propia vida para sal varle!”
knew it was dying.”
In 1960, Amadou Hampâté Bâ (1901-1991), a Malian writer and ethnologist, said before UNESCO (United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization) “En Afrique, quand un vieillard meurt, c’est une bibliothèque qui brûle.”
(“In Africa, when an old man dies, it’s a library burning.”)
The cutting of that tree, which fell by a mix of natural and human reasons, makes me think of that African proverb. The death of that sequoia tree, as many have said before, it is also much more than the end of a single tree. It is also the death of many habitats for birds, insects, worms, fruits…and humans. When the tree goes away, a protecting shade also leaves, a gathering space for a vast variety of memories, good, not so good, or terrible. The intermingling of life and death which that tree witnessed and shared during its lifetime.
As we get older, there comes an urgency to share our stories, our lives, especially if we have lived a rather long life and we have many wonderful experiences. If we have the time and the necessary health…and a tribune like this newspaper column provides, that urgency almost becomes a duty. Not because we are terribly special, but perhaps because we want to share the good, the bad and the ugly that is beautifully commonplace.
“Hey, friend! Hey, stranger! Let’s get under that tree and let’s share some stories! Have you heard about that fallen tree?”
I will leave you with a thought that is pecking on my brain the way
José Santos Chocano
En 1960, Amadou Hampaté Bá (1901-1991), un escritor y etnólogo de Malia, Creta, hablando en la UNESCO, dijo: “En Afrique, quand un vieillard meurt, c’est une bibliothèque qui brûle” (“En África, cuando muere un viejo, es como si se incendiara una biblioteca”).
El corte de ese árbol, derribado por una mezcla de razones humanas y de la naturaleza, me recuerda ese proverbio africano. La muerte de ese árbol secoya es más que la muerte de un solo árbol. Es también la muerte de muchos hábitats para aves, insectos, gusanos, frutas… y humanos. Cuando desaparece, también desaparece su sombra protectora y el espacio que reunía una gran variedad de memorias. Buenas, no tan buenas o terribles. La interconección de la vida y la muerte del que ese árbol fue testigo o participante durante su existencia.
Al envejecer, nos asalta la urgencia de compartir nuestras historias, nuestras vidas, especialmente si hemos vivido largamente y hemos tenido experiencias maravillosas. Si tenemos el tiempo y la salud necesaria. Y una tribuna como la que esta columna me provee, esa urgencia se transforma en deber. No porque seamos muy especiales, sino porque tal vez queremos compartir lo bueno, lo malo y lo feo. Todo eso, que es bellamente común.
“¡Amiga! ¡Extraño! ¡Sentémonos debajo de ese árbol y contemos historias! ¿Has escuchado acerca de ese árbol caído?”
Les dejo con un pensamiento que picotea en mi cerebro, como un pájaro carpintero picotea la corteza de un árbol: “¿Por qué aceptar que árboles y humanos fallen, pero los bancos no?
a woodpecker pecks on a tree: “Why let trees and people fail, but banks are too big to fail?”
“From a fallen tree everyone makes firewood”
Who does not keep in the soul one, two, many fallen trees?
Who has not seen on each fallen tree the symbolic image of an abandoned human lacking strength and illusion?
José Santos Chocano
Illustration: HarryartsFreepik.com
WWW.ELTECOLOTE.ORG Marzo 23-Abril 5, 2023 El Tecolote 5 THE DEVIL’S ADVOCATE • EL ABOGADO DEL DIABLO
El Tecolote Columnist Carlos Barón
”
A fines de febrero, San Francisco fue azotada por una serie de fuertes vientos que derribaron muchos árboles, incluido el amado árbol secoya gigante ubicado en el Parque Garfield en la Misión. In late February, San Francisco was battered by a series of strong winds, which felled many trees, including the beloved giant sequoia tree in the Mission’s Garfield Park. Photo: Fátima Ramirez
¡VIVA EL MARIACHI!
Luego de 3 años de pausa, cientos de familias asistieron a la novena edición del concierto ¡Viva el Mariachi! en la Preparatoria Misión. La maestra de ceremonias fue Fátima Ramírez, Directora Ejecutiva de Acción Latina.
El evento inició con la actuación del conjunto de ballet folclórico Cuicacalli de la Misión, dirigido por Jesús Cortés. Luego, el escenario se llenó con trescientos estudiantes de varias escuelas primarias, secundarias y preparatorias del programa bilingüe español del Distrito Escolar de San Francisco quienes participaron en la exhibición musical especial, incluidas las escuelas primarias Dolores Huerta, César Chávez, Bryant, Cleveland, El Dorado, Spring Valley, Junipero Serra, Longfellow, Buena Vista Horace Mann, Secundria Everett, y las preparatorias Misión, Escuela de Artes Ruth Asawa y la Marshall.
El evento fue organizado por varios maestros de música del departamento de Artes del SFUSD, el artista residente de ese distrito, Eduardo García, del Mariachi Nueva Generación, junto con artistas docentes y administradores del Centro Comunitario de Música, incluidos Ariane Cortés, Martha Rodríguez-Salazar y Chantel Hernández. El evento también contó con un invitado especial, el Mariachi Ocelotlán de la Universidad del Pacífico, ubicada en Stockton, bajo la dirección de Luis Talamantes.
JEREMY WORD
After a 3 year pandemic hiatus, hundreds of families attended the return of the in-person 9th Annual ¡Viva el Mariachi! Concert at Mission High school on Friday, March 17th. The master of ceremonies for the evening was Fátima Ramírez, Executive Director of Acción Latina.
The event opened with a dynamic performance by Mission-based Cuicacalli ballet folklorico ensemble led by Jesús Cortés. The stage was then filled with three hundred students ranging from various elementary, middle and high schools across the San Francisco School District’s Spanish bilingual program participated in the special musical showcase including Dolores Huerta Elementary, Cesar Chavez Elementary, Bryant Elementary, Cleveland Elementary, El Dorado Elementary, Spring Valley Elementary, Junipero Serra Elementary, Longfellow Elementary, Buena Vista Horace Mann, Everett Middle School, Mission High, Ruth Asawa School for the Arts, and Marshall High School.
The event was organized by several music teachers in the SFUSD Arts department, SFUSD Artist in Residence, Eduardo Garcia from Mariachi Nueva Generación along with teaching artists and administrators from Community Music Center including Ariane Cortes, Martha Rodriguez-Salazar and Chantel Hernandez. The event also featured special guest Mariachi Ocelotlán from the University of Pacific located in Stockton, under the direction of Luis Talamantes.
WWW.ELTECOLOTE.ORG PHOTO ESSAY • ENSAYO FOTOGRÁFICO 6 El Tecolote March 23-April 5, 2023
MUXERES KEEPERS OF CULTURA
El 11 de marzo, Acción Latina y KQED organizaron el más reciente Paseo Artístico, “Muxeres Keepers of Cultura”, destacando a las latinas de diferentes generaciones que mantienen viva nuestra cultura en la Misión. La programación incluyó a la bailarina y cantante venezolana, Andreina Maldonado y su proyecto centrado en las trabajadoras domésticas y jornaleros “Nuestro trabajo, nuestra dignidad”; la bailarina y coreógrafa salvadoreña-estadounidense Jessica Recinos, Rising Rhythm Dance Company, así como la bailarina y cineasta Vanessa Sánchez y “Pachuquismo” de La Mezcla, y mucho más.
On March 11, Acción Latina and KQED hosted the latest Paseo Artístico, “Muxeres Keepers of Cultura,” highlighting Latinas from different generations who keep our cultura alive in the Mission. The programming included Venezuelan dancer and singer, Andreina Maldonado, and her project focusing on domestic workers and day laborers “Our Work, Our Dignity,” Salvadoran-American dancer/choreographer Jessica Recinos, Rising Rhythm Dance Company, as well as dancer/filmmaker Vanessa Sanchez and La Mezcla ‘s “Pachuquismo,” and much more.
KATHERINE CASTILLO
5 persons-$82,300
Applications must be received by 5PM on Friday, April 21, 2023. Apply online through DAHLIA, the SF Housing Portal -DAHLIA at housing.sfgov.org. Please contact the Imagine That Consulting for building information at (916) 686-4126 or 603tennesseebmr@ gmail.com
Units available through the San Francisco Mayor’s Office of Housing and Community Development and are subject to monitoring and other restrictions. Visit www.sfmohcd. org for program information.
WWW.ELTECOLOTE.ORG PHOTO ESSAY • ENSAYO FOTOGRÁFICO Marzo 23-Abril 5, 2023 El Tecolote 7 ¿Inmovilizaron su auto? Obtenga Ayuda Hoy SFMTA.com/Boot
Market Rate (BMR) Rental Apartments Available 603 Tennessee at 603 Tennessee Street, San Francisco, California 94103 3 Below Market Rental Units Available One-1 bedroom rental unit available at $1,436.00 per month Two-2 bedroom rental units available at $1,597.00 per month
parking spaces available to BMR renters for an additional $100 a month and will be offered to households in lottery rank order. Must be income eligible and must not own a home. Households must earn no more than the maximum income levels below:
AMI (MOHCD)
person-
persons-$60,950
Below
Two
55%
1
$53,350 2
3 persons-$68,600 4 persons-$76,200
Here in the city, Black people are 9.7 times more likely to be killed by police than a white person, according to Police Scorecard analyses from 2013-2021. Latines are 4.3 times more likely to be killed than their white counterparts. In cases where the SFPD killed someone, officers have faced virtually no accountability, and families are left fighting for some semblance of justice for years.
It was nine years ago this week that police killed Alex Nieto for existing. He ate a burrito on Bernal Hill before his shift as a security guard, with a taser he kept with him for work — a detail the SFPD knew before arriving on scene, because the 911 caller informed them he had a taser, and not a gun.
Still, when the four officers arrived, they fired 59 shots at Nieto. At trial, all four were cleared of any wrongdoing. Even in one of the cases with the most damning evidence of police brutality — one of the few that made it to trial — officers faced no repercussions.
For the family of Luis Góngora Pat, who was killed by police in 2016, the process of seeking justice has been desperately slow and demoralizing. Last year, with Chesa Boudin at its helm, the District Attorney’s office reopened Góngora Pat’s case and issued grand jury subpoenas — but when Brooke Jenkins took over following his recall, that momentum was lost. In the fall, the families of Góngora Pat, Keita O’Neil, who was killed by the SFPD in 2017, and Sean Moore, who was killed by the SFPD the same year, demanded that Jenkins prosecute the police officers who killed their loved ones. But earlier this month, Jenkins announced she would drop the charges filed by Boudin against the officer who killed O’Neil. As DA, Boudin had also filed charges against the officer who killed Moore, but under Jenkins the case has been delayed. Moore’s mother, Cleo, wrote in the SF Chronicle: “Since Jenkins became the district attorney last year, I have received zero updates about the case and I am in the dark about whether she plans to pursue the charges filed in 2021. When she took office last year, Jenkins fired the attorney who had been working with me and keeping me updated on my son’s case. Now, I have no idea who, if anyone, from the District Attorney’s Office is working on this case.”
The officers who killed Mario Woods in 2015 never faced any discipline.
“Brooke [Jenkins], [Mayor London] Breed, and the billionaires [are] calling for increased law and order in San Francisco while at the same time — and this is what is dangerous — all but assuring the SFPD that they can kill, rape, maim, [and] harm with impunity because Brooke [Jenkins] is not going to do anything about it,” Cat Brooks, co-founder of the Oakland-based Anti Police-Terror Project, told El Tecolote
And while public officials make assurances of impunity, police finances are going up. Last summer, San Francisco increased its police budget by $50 million (more than the entire annual budget for the city’s Public Defender’s Office). This month, Mayor London Breed introduced legislation that would increase starting police salaries by 10.75 percent over three years, and later proposed a $27.6 million increase to police budgets on top of that to “fund police overtime.” Both policies have been pushed as responses to “staffing shortages” — but San Francisco has more officers per capita than 76 percent of police departments in California. The report that first documented understaffing was done with the SFPD, not independently — and crime researchers note that it “relies on a number of assumptions” and does not “show how an increase in officers could translate into improved public safety,” the Chronicle reported. Studies have repeatedly shown that structural changes—like accessible housing and access to education—have much greater impact on crime rates than police.
In terms of safety, “we need to make sure that we recognize that folks who have the greatest safety risk are folks who don’t have doors to lock, [or] beds to sleep in — because they are so susceptible and vulnerable to anyone walking by who wants to commit acts of violence,” Friedenbach said. “The reason that we have so many people living without housing is because of high rents. It’s not any more complicated than that … if [people] had housing that they could afford, they would not be unhoused.”
As far as drug usage, decriminalization and safe sites, not law enforcement, have kept people alive. “There’s no evidence to support the assertion that you can reduce drug use, or even sales, by deploying police to attack the problem,” Calloway told El Tecolote. “It’s something that’s been tried for 50 years; it’s some-
thing that has never worked.”
When Mayor Breed ended funding for the Tenderloin Center, a space where people could be connected to housing services and use drugs with medical supervision, average monthly overdose deaths in San Francisco went up by 16 percent.
Like criminalization of drug use, the policing of sex work makes it less safe, because it pushes people into a less regulated underground economy. In response to the rally demand for an “end to prostitution,” Lisette Sanchez, a sex worker in the crowd, asked in Spanish: “Why aren’t you listening to community voices? Sex work doesn’t have anything to do with [this] … I’m a sex worker by choice. It’s my option. Sex work is not the same as human trafficking — I work by choice, it is my decision.” If the goal is improving our community, the government needs to provide people with “options and services,” she continued, instead of “criminalization.” +++
Last year, Mayor Breed declared a state of emergency in the Tenderloin, continuing a push for sweeps of encampments and increasing police patrols. During the holidays in Union Square, visitors noted a visible increase in police officers. As a result, both neighborhoods were “cleaned up,” Hernandez said. “... There’s people that used to be [in the Tenderloin and Union Square] who are coming to the Mission. And nothing is being done…We’re being terrorized. We’re a neighborhood that’s become a free for all.”
He also lamented that the SFPD overtime proposal, which was approved at $25 million, would go mostly to officers operating out of Central Station “to protect the rich.”
But despite demands for police support in the Mission, Hernandez recognizes that police have killed people, and has called for the creation of a “community safety plan.” “We know that the other extreme is [what happened to] Alex Nieto, Mario Woods,” he told El Tecolote
In a press release in advance of the rally last month, Hernandez cited increases in crime— including “murder,” “theft in stores,” and “car break-ins”—as evidence of the need for police support and a state of emergency. These numbers, however, don’t align with SFPD data.
In the Mission, total crime increased 0.7 percent last year, according to the San Francisco Police Department. But that total is 11 percent lower than it was in 2019, the pre-COVID year many use as a comparable baseline (in 2020, crime in San Francisco went way down— the likely result of a combination of factors including quarantine, eviction moratoriums, and more). If you compare the first few months of 2023 to the same window of time last year, total crime in the Mission has decreased by about 26 percent. Crime is not, as some local leaders have said, “at an all time high.”
Neither are homicides, which remained constant in the Mission from 2021 to 2022 and have been lower in the first two months of this year than last year; nor are robbery, motor vehicle theft, and larceny—all lower so far this year than last year.
Twisting crime statistics to call for increased policing isn’t new, or surprising. We saw it intensely last summer, during the billionaire-backed recall campaign of Chesa Boudin, when newspapers like the Washington Post portrayed homicide in the Tenderloin as out of control and up by double digit percentages— when in fact they increased by one case, from a total of 10 to a total of 11. We heard the same law and order rhetoric in the fall, when Mayor Breed scapegoated Honduran immigrants for an overdose epidemic, and this year, when the New York Times published an op-ed by billionaire Michael Moritz on “San Francisco’s decline.”
We heard it during the War on Drugs, and again in the 90s with California’s Three-Strikes law. But the result of increased policing has never been, and will not be, collective safety.
Instead, police expansion has often taken the place of policy that would actually make our communities better places to live in. Alex Vitale, a leading scholar of police, writes that “targeted criminalization of already marginalized populations…lifts the burden of structural change (providing housing, healthcare) from politicians.” What if we called not for police, but for housing for all instead? Free healthcare?
Lisette Sánchez, quien se identificó como trabajadora sexual, se pronunció durante la conferencia de prensa del 22 de febrero, condenando la criminalización de la “prostitución”. Lisette Sanchez, who identified herself as a sex worker, spoke up during the press conference on Feb. 22, condemning the criminalization of “prostitution”.
Places like the Tenderloin center? Protection and social services for sex workers, instead of their criminalization? Universal basic income?
Organized responses to both violence and community concerns about safety are urgent, and necessary—but part of that work needs to be reimagining what public safety looks like and expressing our demands accordingly. “We are gaslit into [thinking] that cops are going to keep us safe, while at the same time they’re kicking our asses and incarcerating our folk,” Cat Brooks says. “Safe communities are communities where people are housed, with healthcare, quality food, mental health and trauma supports, and quality education that is reflective of them, their lives, and their people’s history.”
interconnections to the land. Shelterwood will also focus on hosting BIPOC-disabled organizers and activists and developing educational resources on eco-ableism.
“When we say everybody is welcome we refer to everybody, including undocumented communities in Sonoma County and the Bay Area that do not have the privilege, opportunity, and access to safe outdoor spaces,” Camargo pointed out.
Camargo and Alexandre say Shelterwood is
proyectos como este: “El hecho de que existiera [Shelterwood] les hizo llorar. Por eso estamos haciendo todo el trabajo. Todo es por estos miembros de la comunidad”.
Shelterwood contribuye a nuevos discursos sobre soluciones climáticas a través del arte, la producción de contenidos y la organización cultural. El colectivo acogerá a artistas infrarrepresentados que creen contenidos centrados en el activismo climático con interconexiones con la tierra. También se centrará en acoger a organizadores y activistas discapacitados BIPOC y en desarrollar recursos educativos sobre ecologismo.
“Cuando decimos que todo el mundo es bienvenido nos referimos a todo el mundo, incluidas las comunidades indocumentadas del
Líderes comunitarios se reúnen en el Distrito de la Misión el 22 de febrero, en apoyo a Yolanda Melara —la maestra de 78 años que fue agredida días antes—, para pedir un estado de emergencia en la Misión. Community leaders gather in the Mission District on Feb. 22 in support of Yolanda Melara, the 78-year-old teacher who was assaulted days earlier, and called for a state of emergency in the Mission.
a generational project that will take the rest of their lives to work on, and that the work will likely continue beyond them.
“The next generation will come and keep making this a healthier, safer, more resilient, more liberated space,” Camargo said.
Website: https://www.shelterwoodcollective.org/
Instagram: Shelterwood Collective (@shelterwood_collective) • Instagram photos and videos
Email: info@shelterwoodcollective.org
condado de Sonoma y de la zona de la bahía que no tienen el privilegio, la oportunidad y el acceso a espacios seguros al aire libre”, señaló Camargo.
Camargo y Alexandre afirman que Shelterwood es un proyecto generacional que les llevará el resto de sus vidas, y que es probable que el trabajo continúe más allá de ellxs.
“La próxima generación vendrá y seguirá haciendo de éste un espacio más sano, más seguro, más resistente y más liberado”, aseguró Camargo.
Sitio web: https://www.shelterwoodcollective.org/
Instagram: Shelterwood Collective (@shelterwood_collective) - Fotos y videos de Instagram Correo electrónico: info@shelterwoodcollective.org
WWW.ELTECOLOTE.ORG STORIES CONTINUED • CONTINUACIÓN DE HISTORIAS +++
8 El Tecolote March 23-April 5, 2023
POLICING, from page 1
SHELTERWOOD, from page 2
“Policing is worse than unhelpful — it’s harmful.”
- Peter Calloway, San Francisco deputy public defender
Christian Balanzar contributed to the reporting for this article.
Photos: Christian Balanzar
COLECTIVO de página 2
POLICÍA, de página 1 do, con Chesa Boudin a la cabeza, la oficina del fiscal de distrito reabrió el caso de Góngora Pat y emitió citaciones del gran jurado, pero cuando Brooke Jenkins asumió el cargo tras su destitución, ese impulso se perdió. En otoño, las familias de Góngora Pat, Keita O’Neil —quien fue asesinado por el SFPD en 2017— y Sean Moore —quien fue asesinado por el SFPD el mismo año— exigieron a Jenkins procesar a los policías que mataron a sus seres queridos. Pero a principios de este mes, la fiscalía anunció que retiraría los cargos presentados por Boudin contra el oficial que mató a O’Neil. Como fiscal de distrito, Boudin también había presentado cargos contra el oficial que mató a Moore, pero bajo Jenkins el caso se retrasó. La madre de Moore, Cleo, escribió en el SF Chronicle: “Desde que Jenkins se convirtió en fiscal de distrito el año pasado, no he recibido actualizaciones sobre el caso y no sé si planea continuar con los cargos presentados en 2021. Cuando asumió el cargo, Jenkins despidió al abogado que había estado trabajando conmigo y que me mantenía informada sobre el caso de mi hijo. Ahora, no tengo idea de quién, si alguien, de la Oficina del Fiscal de Distrito, está trabajando en este caso”.
Los oficiales que mataron a Mario Woods en 2015 nunca enfrentaron disciplina alguna.
“Brooke [Jenkins], [la alcadesa London] Breed y los multimillonarios [están] exigiendo un aumento de la ley y el orden en San Francisco mientras que al mismo tiempo, y esto es lo peligroso, aseguran al SFPD que pueden matar, violar, mutilar, [y] hacer daño con impunidad porque Brooke [Jenkins] no va a hacer nada al respecto”, dijo a El Tecolote Cat Brooks, cofundadora del Proyecto Anti Terrorismo Policial con sede en Oakland.
Y mientras los funcionarios públicos aseguran la impunidad, el presupuesto de la policía sube. El verano pasado, San Francisco aumentó su presupuesto en $50 millones (más que todo el presupuesto anual de la Oficina del Defensor Público de la ciudad). Este mes, la alcaldesa London Breed presentó una legislación que aumentaría los salarios iniciales de la policía en un 10.75 por ciento durante tres años, y luego propuso un aumento de $27.6 millones en los presupuestos policiales además de eso para “financiar las horas extra de la policía”. Ambas políticas han sido impulsadas como respuesta a la “escasez de personal”, pero San Francisco tiene más oficiales per cápita que el 76 por ciento de los departamentos de policía de California. El informe que documentó por primera vez la falta de personal se realizó con el SFPD, no de forma independiente, y los investigadores del crimen señalan que “se basa en una serie de suposiciones” y no “muestra cómo un aumento en los oficiales podría traducirse en una mejor seguridad pública”, informó The SF Chronicle. Los estudios han demostrado repetidamente que los cambios estructurales, como la vivienda accesible y el acceso a la educación, tienen un im-
pacto mucho mayor en las tasas de criminalidad que la policía.
En términos de seguridad, “debemos asegurarnos de que reconocemos que las personas que corren el mayor riesgo de seguridad son las personas que no tienen puertas para cerrar con llave, [o] camas donde dormir, porque son muy susceptibles y vulnerables a cualquier persona que pase y quiera cometer actos de violencia”, dijo Friedenbach. “La razón por la que tenemos tanta gente sin vivienda es por los altos alquileres. No es más complicado que eso… si [las personas] tuvieran una vivienda que pudieran pagar, no estarían sin hogar”.
En cuanto al uso de drogas, la despenalización y los sitios seguros, han mantenido viva a la gente, no la aplicación de la ley. “No hay evidencia que respalde la afirmación de que se puede reducir el consumo de drogas, o incluso las ventas, si se despliegan policías para atacar el problema”, dijo Calloway a El Tecolote. “Es algo que se ha intentado durante 50 años. Algo que nunca ha funcionado”.
Cuando la alcaldesa Breed finalizó la financiación del Tenderloin Center, un espacio donde las personas podían acceder a servicios de vivienda y consumir drogas con supervisión médica, el promedio mensual de muertes por sobredosis en San Francisco aumentó un 16 por ciento.
Al igual que la criminalización del consumo de drogas, la vigilancia del trabajo sexual lo hace menos seguro, porque empuja a las personas a una economía clandestina menos regulada. En respuesta a los oradores de la manifestación que pedían el “fin de la prostitución”, Lisette Sánchez, una trabajadora sexual entre la multitud, preguntó en español: “¿Por qué no escuchan las voces de la comunidad? El trabajo sexual no tiene nada que ver con [esto]... Soy una trabajadora sexual por elección. Es mi opción. El trabajo sexual no es lo mismo que la trata de personas. Trabajo por elección, es mi decisión”. Si el objetivo es mejorar nuestra comunidad, el gobierno debe brindar a las personas ‘opciones y servicios’, en lugar de “criminalización”.
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El año pasado, la alcaldesa Breed declaró el estado de emergencia en el Tenderloin, continuando con la campaña para barrer los campamentos y aumentar las patrullas policiales. Durante las vacaciones, en Union Square los visitantes notaron un aumento visible de oficiales de policía. Como resultado, ambos vecindarios fueron “limpiados”, dijo Hernández. “... Hay personas que solían estar [en Tenderloin y Union Square] que vienen a la Misión. Y no se está haciendo nada. Estamos aterrorizados. Somos un vecindario que se ha convertido en libre para todos”.
También lamentó que la propuesta de tiempo extra del SFPD, que ahora asciende a $25 millones, se destinaría principalmente a los oficiales que operan en la Estación Central “para proteger a los ricos”.
PROSP(A)RITY, from page 4
ticipate in the cohort, one must fill out an application on the nonprofit website.
“We … look for the softer qualities, like what is it they want to get out of this experience? What is holding them back?” expressed Franklin. “We really are trying to figure out who are the next change agents that we can develop and … invest in and remove that burden out of their way so that they can make that impact.”
Franklin shared with El Tecolote advice that she would give to Black women who are currently struggling with financial disparity. “Trust your instincts, because a lot of people will try to tell you things like student debt is good debt and you should just be grateful that you have a degree, [but] debt is now a source of psychological trauma, it creates anxiety, it creates food insecurity, it even leads to homelessness, to suicide … so if you are feeling like it is crushing, you are completely justified to feel pained by that and to regret it even like that.”
Franklin encourages Black women to apply to the program. Currently, the Prosp(a)rity Project is looking to expand chapters to all major
Franklin: “Ahora se puede decir que este es un enfoque galardonado, e incluso antes de eso, ya estábamos buscando cómo atacar la crisis. Entonces, en lugar de solo hacer la parte retroactiva de ayudar a sacar a las personas de la deuda estudiantil, ahora también lo estamos evitando en primer lugar”, dijo.
El Proyecto Prosp(a)rity está buscando formas de trabajar con estudiantes de secundaria para ayudarlos a tomar decisiones mejor informadas para decidir si los títulos de cuatro años tienen o no sentido para ellos. Todo el trabajo
cities within the next five to seven years. As the Prosp(a)rity Project continues to grow, so do Franklin’s aspirations.
“You can now say that this is an award-winning approach, and even before that, we were already looking at how to attack the crisis. So instead of just doing the retroactive piece of helping fish people out of student debt, we’re also now preventing it in the first place,” she said.
The Prosp(a)rity Project is looking at ways to work with high school students to help them make better-informed, post-career decisions to decide whether or not four-year degrees make sense for them. All of the work that Franklin and her colleagues have put into the nonprofit has paid off.
Recently, on March 6, 2023, Franklin was awarded the 2023 Rising Visionary Award and a grant of $15,000 to further the organization’s work. The Prosp(a)rity Project was also a finalist in the SXSW Innovation Awards in Austin, Texas and has been contacted by the wellknown TV show Shark Tank. Franklin is hoping that through these recent achievements, the nonprofit can continue to grow and eventually cross over into the for-profit space.
que Franklin y sus colegas han realizado en la organización sin fines de lucro ha valido la pena. Recientemente, el 6 de marzo de 2023, Franklin recibió el premio 2023 Rising Visionary Award y una subvención de $15 mil para promover el trabajo de la organización. El Proyecto Prosp(a)rity también fue finalista en los Premios a la Innovación SXSW en Austin, Texas y ha sido contactado por el conocido programa de televisión Shark Tank. Franklin espera que a través de estos logros recientes, la organización pueda seguir creciendo y, finalmente, convertirse en una con fines de lucro.
Manifestantes en San Francisco reunidos en las escalinatas del Ayuntamiento el 16 de febrero para pedir justicia para Tire Nichols y otras víctimas de la brutalidad policial. San Francisco demonstrators gather on the steps of City Hall on Feb. 16 calling for justice for Tyre Nichols as well as other victims of police brutality. Photo: Christian
A pesar de las demandas de policía en la Misión, Hernández reconoce que la policía ha matado a personas y ha pedido la creación de un plan de seguridad comunitaria: “Sabemos que el otro extremo es [lo que pasó con] Alex Nieto, Mario Woods”, le dijo a El Tecolote En un comunicado de prensa previo a la manifestación del mes pasado, Hernández citó aumentos en la delincuencia, incluidos asesinatos, robos en tiendas y robos de automóviles, como evidencia de la necesidad de apoyo policial y un estado de emergencia. Estos números, sin embargo, no se alinean con los datos del SFPD.
En la Misión, el crimen total aumentó 0.7 por ciento el año pasado, según ese departamento. Pero ese total es 11 por ciento menor que en 2019, el año anterior a la COVID-19 que muchos usan como referencia comparable (en 2020, el crimen en San Francisco disminuyó considerablemente, el resultado probable de una combinación de factores que incluyen cuarentena, moratorias de desalojo y más). Si compara los primeros meses de 2023 con la misma ventana de tiempo el año pasado, el crimen total en la Misión ha disminuido en aproximadamente un 26 por ciento. El crimen no está, como han dicho algunos líderes locales, “en su punto más alto”.
Tampoco los homicidios, que se mantuvieron constantes en la Misión de 2021 a 2022; han sido más bajos en los primeros dos meses de este año que el año pasado; tampoco los asaltos, el robo de vehículos de motor y hurto, todos se reportan más bajos en lo que va del año en comparación con el año pasado.
Tergiversar las estadísticas delictivas para exigir una mayor vigilancia policial no es nuevo ni sorprendente. Lo vimos intensamente el verano pasado, durante la campaña de destitución de Chesa Boudin respaldada por multimillonarios, cuando periódicos como The Washington Post describieron los homicidios en el Tenderloin como fuera de control y aumentaron en porcentajes de dos dígitos, cuando en realidad
aumentaron en uno, de un total de 10 a un total de 11. Escuchamos la misma retórica de la ley y el orden en el otoño, cuando la alcaldesa Breed convirtió a los inmigrantes hondureños en chivos expiatorios de una epidemia de sobredosis, y este año, cuando el New York Times publicó un artículo de opinión del multimillonario Michael Moritz sobre “El declive de San Francisco”. Lo escuchamos durante la Guerra contra las Drogas, y nuevamente en los años 90 con la ley Three-Strikes de California. Pero el resultado de una mayor vigilancia policial nunca ha sido, y no será, la seguridad colectiva.
En cambio, la expansión de la policía a menudo ha tomado el lugar de políticas que en realidad harían de nuestras comunidades mejores lugares para vivir. Alex Vitale, un destacado estudioso de la policía, escribe que “la criminalización dirigida de poblaciones ya marginadas, elimina la carga del cambio estructural (proporcionando vivienda, salud) de los políticos”. ¿Qué pasaría si no pidiéramos policía, sino vivienda para todos? ¿Sanidad gratuita? ¿Lugares como el centro de Tenderloin? ¿Protección y servicios sociales para las/los trabajadoras/es sexuales, en lugar de su criminalización? ¿Una renta básica universal?
Las respuestas organizadas tanto a la violencia como a las preocupaciones de la comunidad sobre la seguridad son urgentes y necesarias, pero parte de ese trabajo debe ser volver a imaginar cómo es la seguridad pública y expresar nuestras demandas en consecuencia. “Nos entusiasma [pensar] que los policías nos mantendrán a salvo, mientras que al mismo tiempo nos patean el trasero y encarcelan a nuestra gente”, dice Cat Brooks. “Las comunidades seguras son comunidades donde las personas tienen una casa, atención médica, alimentos de calidad, apoyo para la salud mental y los traumas, y una educación de calidad que los refleje, a sus vidas y a la historia de su pueblo”.
Christian Balanzar contribuy ó al reportaje de este artículo.
WWW.ELTECOLOTE.ORG Marzo 23-Abril 5, 2023 El Tecolote 9 STORIES CONTINUED • CONTINUACIÓN DE HISTORIAS
Lisen Stromberg durante la reunión de El Proyecto Prosp(a)rity, llevada a cabo el 8 de diciembre de 2021. Lisen Stromberg during a The Prosp(a)rity Project gathering on Dec. 8, 2021. Courtesy photo
PROYECTO de página 4
Balanzar
NOTICIAS BREVES
OAKLAND’S CÉSAR CHÁVEZ LIBRARY
WEBSITE IS NEWEST HOME FOR SOCIAL JUSTICE POSTERS
Juan Gonzales
EL SITIO WEB DE LA BIBLIOTECA CÉSAR CHÁVEZ DE OAKLAND, EL MÁS RECIENTE HOGAR DE CARTELES SOBRE JUSTICIA SOCIAL
Juan Gonzales
El Tecolote
A50-year collection of Bay Area social justice posters has a home, thanks to an Oakland team composed of a neighborhood librarian, an artist, and an archivist.
The 250 plus collection has gone digital and is now available on the César Chávez branch library website. The Fruitvale neighborhood library, first known as the Latin American branch, was the first of its kind in the U.S.
A majority of the graphic posters are original prints that focus on Latino themes and events, such as a Cinco de Mayo celebration in 1979 at Laney College, a Puerto Rican festival featuring live music at what was then called Sanborn Park (now Josie de la Cruz Park) in 1980, and a dance concert in San Francisco benefiting farmworkers in 1969. Others are more political, like a print made by artist Malaquías Montoya that shows a drawing of Jose Barlow Benavidez, a 27-year-old man who was fatally shot by Oakland police in 1976. “Fue asesinado” — “He was assassinated” — is written in Spanish in red paint over Benavidez’s body, with details about a protest outside City Hall.
The team that launched the new site included Elissa Miller, a retired librarian and former manager at the Latin American branch, fellow Oakland librarian and artist Pete Villaseñor and Lincoln Cushing, an archivist and author of “All of Us or None: Social Justice Posters of the San Francisco Bay Area.”
El Tecolote
Una colección de 50 años de carteles sobre justicia social del Área de la Bahía ha encontrado hogar, gracias a un equipo de Oakland compuesto por un bibliotecario del barrio, un artista y una archivista. La colección de más de 250 piezas se ha digitalizado y está disponible en el sitio de internet de la Biblioteca César Chávez. La biblioteca del barrio de Fruitvale, primero conocida como la sede latinoamericana, fue la primera de su tipo en los EEUU.
La mayoría de los carteles gráficos consisten en impresiones originales enfocadas en temas y eventos latinos, como la celebración del Cinco de Mayo en 1979 en Laney College; un festival puertorriqueño con música en vivo en lo que entonces se llamaba Sanborn Park (ahora Josie de la Cruz Park) en 1980, y un baile en San Francisco a beneficio de los trabajadores agrícolas en 1969. Otros son más políticos, como un grabado realizado por el artista Malaquías Montoya que muestra un dibujo de José Barlow Benavidez, un hombre de 27 años que fue asesinado a tiros por la policía de Oakland en 1976. “Fue asesinado” se lee en español con pintura roja sobre el cuerpo de Benavidez, con detalles sobre una protesta frente al Ayuntamiento.
El equipo que lanzó el nuevo sitio incluyó a Elissa Miller, bibliotecaria jubilada y exgerente de la sede latinoamericana, el también bibliotecario y artista de Oakland, Pete Villaseñor y Lincoln Cushing, archivista y autor de Todos nosotros o ninguno: carteles de justicia social de el Área de la Bahía de San Francisco.
WWW.ELTECOLOTE.ORG 10 El Tecolote TECO BRIEFS • TECO BREVES March 23-April 5, 2023
NEWS BRIEF
Please send calendar submissions to calendario@eltecolote.org
Si desea anunciar o promover un evento, favor de enviar la información a calendario@eltecolote.org
Sunday, March 26 • 3–5pm • FREE Opening Celebration; Hechizos Incantation of Art & Poetry: Join us in our galeria tonight for the opening celebration of “Hechizos”, a show that gathers a powerful circle of hechiceras casting spells & offering interactive installation, photography, & poetry. Join us in celebration of our matrilineal kinships and the impulse to conjure, create, & heal. Presented by Leticia Hernández-Linares, Evelyn Orantes, & Anna Lisa Escobedo conjuring together with an amazing circle of artists & poets. Featured Artists: Leticia HernándezLinares, Evelyn Orantes, Anna Lisa Escobedo, Flavia Mora, Naomi Quinonez, Rebeka Rodriguez & Lucia Ippolito. Hechizos Opening Celebration hosted by Leticia Hernández-Linares. Featuring poetry by Naomi Quinonez, Genny Lim, & M.K. Chavez. Medicine for Nightmares Bookstore: 3036 24th Street, San Francisco, CA 94110.
Tuesday, March 28 • 10am–12pm • FREE • Explore and Learn: Join us and our partners, Edgewood Resource Center and Tandem Partners in Early Learning, during our monthly bilingual interactive workshop for Pre-K youth on the last Tuesday of every month (minus December). Explore the park on a guided sensory hike and settle into our cushy mats for story time. Event is free for Bayview Pre-K youth and daycares. Please register to attend. For more information and to register, contact EcoCenter staff at ecocenterhhp@sfgov.org or (415) 676-1394. San Francisco Recreation and Parks: 32 Jennings Street, San Francisco, CA 94124.
Tuesday, March 28 • 5–6:30pm • FREE • Trans Thrive – 50 & Fabulous: A group for all trans and gender non-conforming folks 50 and above who still feel fabulous, inside and out. Trans Thrive: 1460 Pine Street, San Francisco, CA 94116.
Wednesday, March 29 • 5–7pm • FREE • Queer Youth Meal Night: Open Mic! For LGBTQ+ youth
ages 16-24, join our next meal night for a fun night of talent and food. Bring your poetry, music, standup, art, and your friends! Open Mic slots are open to youth ages 16-24. If you are interested in performing, please fill out form on website. Someone from our youth services team will reach out to you about next steps. For any questions or access needs, please DM @sfcenteryouth on Instagram or email at youth@ sfcenter.org. Hope to see y’all here! SF LGBT Center: 1800 Market Street, San Francisco, CA 94102.
Friday, March 31 • 9–11am • $60 • 2023 Cesar
E. Chavez Holiday Breakfast: Commemorate & Celebrate the Life and Work of Labor & Civil Rights Leaders, Cesar E. Chavez, March 31,1927- April 23, 1993; and Dolores Huerta Day April 10. To RSVP or for more information, please call (415) 602.6269. ¡Si, Se Puede! Sponsors will be listed in Event Program. Tickets will be held at the door. Proceeds benefit the Cesar E. Chavez Holiday Parade & Festival. 400 North Point, Longshoremen’s Hall ILWU Local 10, San Francisco, CA.
Saturday, April 1 • 11am–4pm • $29.95–$39.95 •
Trans Day of Visibility: Celebrate Transgender Day of Visibility together at the Exploratorium! Observed on March 31, this international day of awareness highlights transgender achievements and greatness in response to intentional exclusion of transgender people, voices, and actions in the current societal culture and discourse. Transgender people exist in all corners of the world so it is important to emphasize their value. Today, we feature transgender individuals in STEAM fields, offer cultural and scientific context for transgender experiences, and celebrate the diversity of human expression with programs for all ages.
Transgender Day of Visibility at the Exploratorium is presented by our STARS program (Striving for Trans Inclusion and Anti-Racism in Science Learning). Exploratorium: (Embarcadero at Green Street), San Francisco, CA 94111.
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