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Vol. 44 No. 19
Septiembre 25–Octubre 8, 2014
Published by Acción Latina
HISTORIC LATINO CHURCH CLOSING DOORS
Histórica Iglesia Latina Cierra Puertas
Sale of building forces end to homeless services and meals Venta termina los servicios y comidas a las personas sin hogar Roberto Sorzano reza antes de salir de la iglesia la Casa de Oración al Dios Viviente. Roberto Sorzano prays before leaving the Casa de Oración al Dios Viviente church. Photo Santiago Alexis Terrazas El Tecolote
T
he homeless and hungry bodies lined the sidewalk outside the modest, light-green, paintchipped church during the early morning hours in the Mission; they knew a hot and free meal awaited them inside the building at 856 Capp St. The Casa de Oración al Dios Viviente has offered breakfast to the homeless scattered along 24th Street every other Tuesday from 7 a.m. to 9 a.m., but the breakfast served by the church on the morning of Sept. 23 was the last that would be dished out. The Casa de Oración, a congregation of the Pentecostal and Evangelical variety that has occupied the building at 24th and Capp streets for the last twoand-a-half years, is being forced to vacate the premises by Sept. 30, as the owners—the Pacific Southwest Conference, a regional branch of the Evangelical Covenant Church—plan to sell the property. “This is what’s happening right now with this congregation, they are devoting themselves more towards economic matters than spiritual ones,” said Henry Flores, who serves as co-pastor of the Casa de Oración along with his sister Griselia. “That is the great failure.” The Casa de Oración, which is not being evicted in the legal sense because of its month-toSee cHURCH, page 10
Griselia Flores ofrece una comida a Scott en iglesia Casa de Oración al Dios Viviente, el 23 de septiembre. Griselia Flores delivers a meal to Scott at Casa de Oración al Dios Viviente church, Sept. 23. Photo Santiago Mejia Alexis Terrazas El Tecolote
I
ndigentes hambrientos se alineaban afuera de la iglesia modesta, cuya pintura verde claro resaltaba en las tempranas horas de la mañana en la Misión, sabiendo que un desayuno caliente los esperaba al interior del edificio ubicado en el número 856 de la calle Capp. La Casa de Oración al Dios Viviente ha ofrecido desayuno a personas sin hogar en la Calle 24, cada dos martes desde la 7 hasta
la 9 de la mañana, pero el desayuno que esta iglesia dio la mañana del 23 de septiembre fue la última en ser servida. La Casa de Oración, una congregación Pentecostal y Evangélica que ha ocupado el edificio en las calles 24 y Capp durante los últimos dos años y medio, está siendo forzada a abandonar dicho lugar a más tardar el 30 de septiembre, ya que los dueños —el Pacific Southwest Conference, una rama regional de la Evangelical Covenant Church—planean vender la propiedad. “Eso es lo que está pasando
ahorita en esta congregación. Se están dedicando más a lo económico y no a lo espiritual”, dijo Henry Flores, co-pastor de la Casa de Oración junto con su hermana Griselia. “Ésa es la gran falla”. La Casa de Oración, que en sentido legal no está siendo desalojada pues tiene un acuerdo de alquiler mes a mes, recibió una carta de la Pacific Southwest Conference a mediados de agosto para informarles que la fecha para desocupar era el 30 de septiembre. “Se decidió, hasta donde sé,
hace unos meses, que la propiedad sería puesta en el mercado y la notificación fue dada a los ocupantes actuales”, dijo Ed Gilbreath, director ejecutivo de comunicación estratégica de la Evangelical Covenant Church en Chicago. “Lo que entiendo es que no se ha vendido todavía, sino que se ha puesto a la venta”. Gilbreath hizo esta declaración el 17 de septiembre, pero una carta de la Pacific Southwest Conference a la Casa de Oración fechada el 14 de septiembre 2014, aparentemente lo contradice: “Hemos llegado a un acuerdo de vender la propiedad antes del fin de mes. Los compradores nos han informado que no están interesados en seguir alquilándola”, dico la carta, firmada por Paul Wilson, superintendente de la Pacific Southwest Conference. Wilson se negó a comentar la historia. “Fíjate cómo es la cosa. Eso es con Chicago, y los de aquí [Pacific Southwest Conference] nos están diciendo que nos vayamos el 30. Entonces, uno ya no sabe ni qué hacer”, dijo Flores. “Yo no quiero que el sheriff venga y nos haga pasar una gran vergüenza”. Pero a medida que Flores y su hermana han comenzado a mover las pertenencias de su iglesia y en la actualidad están buscando otro lugar para continuar, ellos temen por el futuro de la iglesia. Flores ha vivido en el Distrito de la Misión por los últimos 30 años y teme por el futuro del templo ubicado en el 856 dCapp. Vea Iglesia, página 10