FREE//GRATUITO
Published by Acción Latina
eltecolote.org Vol. 47 No. 17
Agosto 24-September 6, 2017
NorCal White nationalist helped lead deadly Charlottesville demonstration Nacionalista blanco de NorCal ayudó a dirigir la fatal manifestación de Charlottesville Entonces, Damigo cruzó la calle para encontrar a la mujer y golpearla. Después de que ella cayó, Damigo se volvió, sonrió y regresó de nuevo a las riñas. La participación de Damigo en la ‘Batalla de Berkeley’ fue un momento importante para el movimiento de la supremacía blanca porque atrajo a los partidarios de todo el país. “Gran cantidad de la violencia que ha ocurrido puede deberse a las incursiones que estamos haciendo”, Damigo dijo a un entrevistador luego de los eventos de Berkeley. Este hombre frenético, violento, pero carismático con extremas opiniones racistas, ayudó a organizar el mitin de Charlottesville. Y está ayudando a movilizar a toda una generación de supremacistas blancos.
John Sepulvado and Bert Johnson KQED
B
efore White nationalists protested in Charlottesville over the weekend, before a man allegedly plowed a car into a group of people killing one and injuring at least 19, violent clashes in Berkeley offered a window into the motives and tactics of Identity Evropa, one of the White supremacist groups intimately involved in both protests. For leaders of this white nationalist movement, the April 15 “Battle of Berkeley” was a selfdescribed test run to see just how far they could push the bounds of protesting, according to numerous public statements from members of the White supremacist movement. Nathan Damigo is a founder of the California-based Identity Evropa, profiled by El Tecolote newspaper in December. A former Marine infantryman and convicted felon who lives in Stanislaus County, Damigo is being credited with helping to lead the Charlottesville protest, along with other White supremacists rallies around the country. Damigo has made these rallies a key driver for recruiting new members of the group. He did not respond to requests for comment on Saturday about his involvement in the Charlottesville event following his arrest there. Damigo, 31, said his group is engaged in peaceful, FirstAmendment protected protests. But before Charlottesville, Damigo was probably best known for punching a 19-year-old woman in the face in Berkeley. That moment was captured on video. In the video, Damigo — sporting a hipster haircut, collared shirt and clenched fists — runs up to a young, dreadlocked woman holding a camera and punches her. Over the course of multiple, hour-long interviews over several months Damigo told KQED he punched the woman because she was a threat; because she was going to attack his friends; because she was a member of Antifa, a leftist confederation of socialists and anarchists – some of whom have committed acts of violence and arson. Essentially, Damigo said he punched her because he had to. “She joined this organization and came with her local gang from Southern California, according to statements that she made on social media, to disrupt the events and to acquire scalps,” he said. “Furthermore, she was swinging around bottles, which is a deadly weapon, a foot long wine bottle at people.” That’s not what KQED witnessed at the scene of the attack, however. What began with Damigo shouting provocative calls into a megaphone quickly turned into an all out street brawl. Damigo was screaming “hold the line,” “guard the flank” and “advance!” Damigo violently moved through the crowd. Smoke bombs and flash grenades and glass bottles were thrown. Thick tear gas filled the air. Leftist protesters, many of them aging men,
Nathan Damigo, fundador del grupo nacionalista blanco Identity Evropa, durante una protesta de derecha el 15 de abril en Berkeley. Damigo ayudó a organizar la marcha en Charlottesville, Virginia donde un nacionalista atropelló un grupo de manifestantes, matando a una mujer de 32 años e hiriendo a 19 más. Nathan Damigo, the founder of White nationalist group Identity Evropa, at a right-wing rally in Berkeley on April 15. Damigo helped organize the recent white supremacist rally in Charlottesville, Virginia where one white nationalist rammed his car into a group of counter demonstrators, killing a 32-year-woman and injuring 19 other people. Photo: Bert Johnson/KQED were beat up. Police were hit with firecrackers. At one point, Antifa (wearing black hoodies and masks) and the far right (wearing red hats, flag capes, and paramilitary armor) fought over who could control a dumpster that was pushed down the street. Damigo found himself outside of the roaring street brawl he helped create. Alone for a moment, he stopped in the middle of the street. Then, Damigo ran across the street, right up to the woman, and hit her. After she fell, Damigo turned, smiled and jumped back into the rolling scuffles. Damigo’s involvement in the “Battle of Berkeley” is an important moment for the White supremacist movement because it attracted supporters from around the country. “A large amount of the violence that has occurred may be due to the inroads we are making,” Damigo told an interviewer after the Berkeley events. This frenetic, violent, yet charismatic man with extreme racist views helped organize the Charlottesville rally. And he’s helping to mobilize an entire generation of white supremacists. From suburban California kid to imprisoned felon Nathan Damigo was born in Lewiston, Maine. In a long conversation with KQED, he noted with irony that the community had accepted early groups of resettled refugees. “I wouldn’t call them refugees,” Damigo said. “It was one of the first places they started doing the Somali immigration relocation thing.” Eventually, his mother moved the family to San Jose. In the South Bay, Damigo traced the beginning of his “race realist” awakening to feeling out of place in a multiracial city. He said he would See DAMIGO, page 2
John Sepulvado y Bert Johnson KQED
A
ntes de que los nacionalistas blancos protestaran en Charlottesville durante el fin de semana, antes de que un hombre arrasara con un vehículo a un grupo de personas matando a una e hiriendo por lo menos a diecinueve, violentos enfrentamientos en Berkeley sirvieron como marco a los motivos y tácticas de Identidad Evropa, uno de los grupos de supremacía íntimamente involucrados en ambas protestas. Para los líderes de este movimiento blanco nacionalista, la ‘Batalla de Berkeley’ del 15 de abril fue una autodenominada prueba para ver hasta qué límites podrían llevar la protesta, de acuerdo con numerosas declaraciones públicas de los miembros de dicho movimiento. Nathan Damigo es uno de los fundadores de Identity Evropa con sede en California, cuyo perfil fue publicado por El Tecolote en diciembre. A Damigo, ex infante de marina y criminal convicto que vive en el condado de Stanislaus, se le acredita haber ayudado a dirigir la protesta de Charlottesville, así como otros mítines supremacistas en todo el país. Damigo ha hecho de estos eventos un factor clave de reclutamiento. No respondió a las solicitudes para dar su comentario sobre su participación en el evento de Charlottesville después de su detención allí. Damigo, de 31 años, dijo que su grupo está involucrado en pacíficas protestas apegadas a la Primera Enmienda. Pero antes de Charlottesville, Damigo era probablemente mejor conocido por golpear en la cara a una mujer de 19 años de edad en Berkeley, momento que fue capturado en video. En dicho registro, Damigo — luciendo un corte de pelo hipster, camisa de cuello y puños cerrados— corre hasta donde se en-
cuentra una joven, con cabello en rastas que sostiene una cámara y la golpea. Durante una serie de entrevistas de varias horas de duración y varios meses, Damigo le dijo a KQED que golpeó a la mujer porque era una amenaza; porque iba a atacar a sus amigos; porque era miembro de Antifa, una confederación izquierdista de socialistas y anarquistas, algunos de los cuales han cometido actos de violencia e incendios. Esencialmente, Damigo dijo que la golpeó porque tenía que hacerlo. “Ella se unió a esta organización y llegó con su pandilla local del sur de California, según declaraciones que hizo en las redes sociales, para interrumpir los eventos y para arrancar cabelleras”, dijo. “Además, andaba balanceando botellas, que es un arma mortal, una botella de vino a un pie de largo de la gente”. Sin embargo, eso no es lo que KQED presenció en la escena del ataque. Lo que comenzó con Damigo gritando provocaciones con un megáfono, rápidamente se convirtió en una pelea callejera. Damigo estaba gritando “mantengan la línea”, “protejan el flanco” y “avancen”. Damigo se movió violentamente entre la multitud. Se lanzaron bombas de humo, granadas de destello y botellas de vidrio. Los gases lacrimógenos llenaron el aire. Los manifestantes izquierdistas, muchos de ellos ancianos, fueron golpeados. La policía fue golpeada con petardos. En un momento, Antifa (que portaba sudaderas y máscaras negras) y la extrema derecha (con sombreros rojos, gorras de bandera y armamento paramilitar) pelearon para controlar un contenedor que fue empujado por la calle. Damigo se encontró fuera de la ruidosa pelea callejera que ayudó a crear. Solo por un momento, se detuvo en medio de la calle.
Del niño suburbano de California a criminal convicto Nathan Damigo nació en Lewiston, Maine. En una larga conversación con KQED, observó con ironía que la comunidad había aceptado a los primeros grupos de refugiados reasentados. “No los llamaría refugiados”, dijo Damigo. “Fue uno de los primeros lugares donde empezaron a hacer la mudanza de inmigración somalí”. Finalmente, su madre trasladó a la familia a San José. Es en la Bahía Sur donde Damigo ubica el despertar de su ‘realidad de raza’, al sentirse fuera de lugar en una ciudad multirracial. Dijo que se sentiría incómodo en situaciones donde era la única persona blanca. “Ibas a la casa de un amigo, o algo así, y todo el mundo hablaba un idioma diferente”, dijo Damigo, “y tú estás sentado allí torpemente. No hay conexión allí”. Damigo fue a la Liberty Baptist School en San José para su último año. Su madre trabajaba como maestra allí. Como tantos otros niños de California de su edad, escuchó bandas como Metallica y Soundgarden, vio Teenage Mutant Ninja Turtles, y soñó con ser un patinador profesional. Sin embargo, a medida que crecía, esos sueños se transformaron en aspiraciones de una carrera militar —su padre había servido en el Cuerpo de Marines. Damigo dijo que su deseo de servir se hizo más pronunciado después de los ataques del 11 de septiembre. “Casi estuve viendo en vivo mientras se atacaba la segunda torre”, dijo. “Eso fue algo muy grande”. Damigo también atribuyó a su familia, socialmente conservadora, el tener elevado orgullo por el país, como otro factor que influyó en su decisión de enlistarse. Sirvió en dos despliegues en Irak en la infantería. Fue en estos viajes que las opiniones de Damigo sobre la raza comenzaron a ser moldeadas por el violento conflicto que vio diariamente —asesinatos, explosiones y miseria. “Los vi en Irak, que también es una sociedad multi-religiosa y multicultural”, dijo Damigo. “Y generalmente lo veía crecer. Y fue
Esta edición es dedicada a la memoria de Heather Heyer // This issue is dedicated the memory of Heather Heyer
Vea BERKELEY, página 2
2 El Tecolote
Stories Continued
Continuación de Historias
Durante los enfrentamientos entre manifestantes conservadores y opositores de Trump, personas de ambos bandos lanzaron latas de Pepsi: Una referencia irónica a un comercial de dicha marca en la cual se disipan tensiones en una protesta que fue retirado después de considerarse insensible. During the clashes between conservative demonstrators and anti-Trump counter-protesters, people on both sides threw cans of Pepsi. It was an ironic reference to a commercial that featured the soft drink dissipating tensions at a protest and was withdrawn after it was called insensitive. On April 15, 2017 Berkeley police arrested at least 21 people after counter-protesters clashed with demonstrators. Photo: Bert Johnson/KQED DAMIGO, from page 1
feel uncomfortable in situations where he was the only White person. “You’d go over to a friend’s house, or something like that and everybody’s speaking a different language,” Damigo said, “and you’re just sitting there awkwardly. There’s no connection there.” Damigo went to Liberty Baptist School in San Jose through his senior year. His mother worked as a teacher there. Like so many other California kids of his age, he listened to bands like Metallica and Soundgarden, watched “Teenage Mutant Ninja Turtles,” and dreamed of being a pro skater. Yet, as he aged, those dreams morphed into aspirations of a military career — his father had served in the Marine Corps. Damigo said his desire to serve became more pronounced after the Sept. 11 attacks. “I pretty much watched live as the second tower was hit,” he said. “That was a pretty big thing to watch.” Damigo also credited his socially conservative family, who he said raised him to have pride in the country, for influencing his decision to enlist. He would serve two deployments in Iraq in the infantry. It was on these tours that Damigo’s views on race began to be shaped by the violent conflict he saw on a daily basis — killings, murders, explosions and misery. “I saw them in Iraq, which is also a multi-religious, multicultural society,” Damigo said. “And I generally saw it growing up. And it was certainly a more extreme form, but it definitely, I think it did make me think a bit more about race and population dynamics.” The violence that began to shape Damigo’s thinking on race BERKELEY, de la página 1
sin duda una forma más extrema, pero sin duda, creo que me hizo pensar un poco más sobre la raza y la dinámica de la población”. La violencia que comenzó a dar forma al pensamiento de Damigo sobre la raza también mató a dos de sus amigos cercanos en combate. Según documentos judiciales que KQED obtuvo de El Tecolote, Damigo comenzó a sufrir síntomas agudos de PTSD como resultado de su participación en la guerra de Irak. Damigo culpa a ese trauma en su decisión de robar a un taxista en San Diego a punta de pistola después de su regreso de Irak. Durante una evaluación psicológica llevada a cabo por el tribunal como parte del proceso
also killed two of his close friends in combat. According to court documents that KQED obtained from El Tecolote, Damigo began suffering acute symptoms of PTSD as a result of his exposure to the Iraq War. Damigo blames that trauma for his decision to rob a San Diego cab driver at gunpoint after his return from Iraq. During a psychological evaluation conducted for the court as part of the criminal case, Damigo said he attacked the cab driver, Changiz Ezzatyar, because he mistook him for an Iraqi. Damigo said the decision came after a night of solitary, heavy drinking. Psychologist Heidi Kraft conducted another evaluation of Damigo after the assault. In her clinical notes, which were included in court documents from his trial, she wrote: “While there is no evidence that the patient experienced psychiatric dissociation during the robbery, his PTSD symptoms were so disabling, and his use of alcohol to self-medicate was so heavy, it appears that the combination of these factors led to a serious and uncharacteristic breakdown in both insight and judgment the night of his arrest.” Kraft added that some PTSD patients engage in thrill-seeking behavior. “Based on this Marine’s history, which is free of any behavior even remotely similar to the night of his arrest, it is likely that he may have become one of those patients,” Kraft concluded. His family strongly defended Damigo during the court hearing, and his story was featured on the HBO documentary, Wartorn, as part of a broader series on posttraumatic stress disorder in veterans. “It was like being dropped in a nightmare,” his mother, Charilyn Damigo, told HBO. Damigo’s mother and others
wrote letters to the court, urging leniency and understanding from the judge. But worried that a defense centered on PTSD would fail, Damigo accepted a plea deal and was sentenced to six years in prison. It was during that time that he started reading the words of former Ku Klux Klan leader David Duke, who remains a White supremacist leader and was at the Charlottesville event. “I became disillusioned, after the Iraq War, with mainstream narratives,” Damigo said. “Most of [Duke’s] arguments I just couldn’t debunk, no matter how hard I tried.”
penal, Damigo dijo que atacó al taxista, Changiz Ezzatyar, porque lo confundió con un iraquí. Damigo dijo que la decisión vino después de una noche de beber en solitario. La psicóloga Heidi Kraft realizó otra evaluación de Damigo después del ataque. En sus notas clínicas, que se incluyeron en los documentos judiciales de su juicio, escribió: “Aunque no hay evidencia de que el paciente experimentara disociación psiquiátrica durante el ataque, sus síntomas de PTSD fueron tan incapacitantes, y su uso de alcohol para automedicarse tan pesado, que parece que la combinación de estos factores llevó a un grave y poco característico colapso tanto de la perspectiva como de juicio la noche de su
arresto”. Kraft agregó que algunos pacientes con PTSD se involucran en el comportamiento de búsqueda de emoción: “Con base en la historia de este Marine, que está libre de cualquier comportamiento incluso remotamente similar a la noche de su arresto, es probable que se haya convertido en uno de esos pacientes”, concluyó Kraft. Su familia defendió fuertemente a Damigo durante la audiencia, y su historia fue presentada en el documental de HBO, Wartorn, como parte de una serie más amplia sobre el trastorno de estrés postraumático en veteranos. “Fue como caer en una pesadilla”, le dijo a HBO su madre, Charilyn Damigo. Ella y otros es-
College students seen as the key to a separate, White homeland Damigo’s White supremacist group — Identity Evropa — is based in California but has chapters on college campuses throughout the country. The group has a high visibility on campuses from San Diego to Tuscaloosa to Charlottesville. On these campuses are fliers, banners, posters and bathroom graffiti advertising Identity Evropa videos. Damigo’s views on race and nationalism may have been shaped by the four years in prison, but in many ways they are clear echoes of older White supremacists such as Duke. In an interview with KQED, Damigo said he believes white people need their own, separate country. But, he added that he also wants his organization to be seen as more acceptable to a broader population. For example, Damigo has banned members of Identity Evropa from having tattoos on their faces, necks or hands. “We don’t want to be seen as overly threatening,” he said. Damigo also doesn’t swear, instead using words like “gosh” or “golly” in the place of expletives. And as other racists have argued
W W W.ELTECOLOTE.ORG
August 24-September 6, 2017
for forceful relocation or purging of minority groups from American society, Damigo avoided talking about how he would create a White-only homeland. But he doesn’t avoid conflict. Instead — as they did in Berkeley and Charlottesville — Identity Evropa and aligned White supremacist groups seem to revel in goading counter-protesters into violent clashes. Damigo also indicated that at this stage, he’s more interested in recruiting members and building a durable movement than hammering out specific policy. “I mean, this is the stuff that will likely never happen in my lifetime,” he said. To that end, Damigo said he is targeting college-educated White males as potential new members of Identity Evropa. That’s a big reason these rallies have been largely organized on college campuses. They’re not just protests, they’re recruitment drives. “Universities are institutions where the cognitive elite of the youth tend to bottleneck,” Damigo said. “They are going to be the ones who are going to be most likely to bring about change, long-term institutional change.” It’s a strategy shared by Damigo’s friend, Richard Spencer, one of the most outspoken and visible members of the White supremacist movement. Spencer heads the National Policy Institute, a White supremacy group. “For better or for worse, I am not trying to reach each and every person who goes to a Trump rally,” Spencer told KQED prior to this weekend’s violence. “There are certainly more populist versions of the alt-right. I think it’s abundantly clear that I’m going after an elite.” This approach appears to be working for Identity Evropa, which has recruited more than 500 members at colleges across the country, according to Damigo. KQED could not independently verify that claim. But Brian Levin — a noted hate-group researcher and professor at CSU San Bernardino’s Department of Criminal Justice — said he does not believe those numbers are accurate. “I wouldn’t believe any membership claims by Damigo,” Levin said. “Damigo is trying to not just be the opening act in the White supremacy movement. The membership of his group is far smaller.” However, several prominent social scientists who have begun studying the rise of hard-right said they, too, are seeing a significant uptick of participation in racist groups. One of those researchers is Jean Twenge, a psychology professor at San Diego State University who wrote the book “iGen.” She said her research shows that a minority of people younger than 24 hold racist beliefs, but there has been an increase in those numbers. “I looked at whether White people thought black people are
lazy and unintelligent, and there was an uptick in the youngest respondents,” Twenge said. “They’re showing a lot of prejudice, really,” she added. Twenge is unsure why this trend is happening. But she said anecdotally, there appears to be evidence that White nationalism is taking root among young men. Berkeley sociologist Arlie Hochschild agreed. During her research for the book “Strangers in Their Own Land: Anger and Mourning on the American Right,” she ran across a hardening of views among young men, specifically about Blacks and Muslims. “There was a great anger, especially with regards to groups like Black Lives Matter or American-Islamic groups,” Hochschild said. “There is a deep-rooted belief that in the past eight years, those groups have somehow cut to the front of the line, that their needs are being placed ahead of Whites, especially White men.” That anger — that somehow White history and status in society is being displaced by minority groups and women — was a driving force and rallying cry among white supremacists in Charlottesville, who marched with tiki torches lit to protest the removal of a Robert E. Lee statue. The event to celebrate confederate and white heritage was organized locally by Jason Kessler, a local White nationalist. According to Richard Spencer, who spoke to KQED a few weeks before the violence and deaths in Charlottesville, Damigo and his group took the lead to organize White supremacist participation among people from outside Charlottesville. “I’d love to take credit for it, but it was more Nathan,” Spencer said. But the outcome in Charlottesville is markedly different than it was in the Berkeley rally. Three people have died, including 32-year-old Heather Heyer, allegedly run over by an apparent White supremacist. Two Virginia State Police officers — Pilot Lt. H. Jay Cullen and Trooper-Pilot Berke M.M. Bates — died a few hours after when their patrol helicopter crashed en route to the scene of the violence. Damigo was arrested in Virginia for failing to disperse. He’s set up an online fundraiser for his legal costs related to what he describes as civil rights violations in Charlottesville. Prior to his arrest, Damigo said he was looking forward to more campus events. He told KQED one of his plans is to set up an event at U.C. Berkeley with Richard Spencer. “The more these people kick and scream and whine and cry, the more publicity we get,” Damigo said. “Publicity is a good thing. From a PR perspective we want people to talk about us.”
cribieron cartas a la corte, pidiendo clemencia y comprensión al juez. Pero preocupado de que una defensa centrada en PTSD fallara, Damigo aceptó un acuerdo de culpabilidad y fue condenado a seis años de prisión. Fue durante ese tiempo que comenzó a leer las palabras del ex líder del Ku Klux Klan, David Duke, quien sigue siendo líder de la supremacía blanca y estuvo en el evento de Charlottesville. “Me desilusioné, después de la guerra de Irak, con las narrativas principales”, dijo Damigo. “No podía desmentir la mayoría de los argumentos [de Duke], sin importar lo mucho que lo intenté”.
Universitarios vistos como la llave de una nación blanca separada El grupo de supremacía blanca de Damigo —Identidad Evropa— tiene su sede en California, pero cuenta con sucursales en los campus universitarios de todo el país. El grupo tiene alta presencia en campus de San Diego a Tuscaloosa a Charlottesville. En estos campus se encuentran folletos, pancartas, carteles y graffiti que promueven Identidad Evropa. Las opiniones de Damigo sobre la raza y el nacionalismo pueden haber sido moldeadas por los cuatro años de prisión, pero de muchas maneras son claros ecos de los supremacistas blancos más viejos, como Duke. En una entre-
Editor’s note: El Tecolote’s Alexis Terrazas contributed to this story, which is presented in partnership with the San Francisco newspaper.
Vea BERKELEY, página 10
Agosto 24-Septiembre 6, 2017
Commentary
El Tecolote 3
Comentario
Op-Ed: SB 562 will fix healthcare once and for all
Partidarios del proyecto estatal SB 562 ‘Medicare para todos’, se reúnen en frente del Capitolio en Sacramento. Supporters of California’s SB 562 “Medicare for all” bill rally in front of the State Capitol in Sacramento. Photo courtesy of Business Alliance for a Healthy California. Dan Geiger and Eric Leenson BAHC
O
ur print and electronic media inundate us almost daily with concerns about quality healthcare, or more accurately, the lack thereof, and in that flood there is a fair amount of misinformation. At the Business Alliance for a Healthy California (BA4HC) we believe there is an urgent need to unpack conflicting messages, and articulate a strategy for a high-functioning and equitable healthcare system from a business perspective. What we know In wealthy industrialized nations, except for the United States, healthcare is viewed as a citizen’s right guaranteed for all,
not unlike public education, or public safety. It is not considered a “product” or “service” to be exploited for profit. In the U.S. we pay far more for healthcare services—more than double the average of other developed nations—yet the results we get are inferior. The U.S. consistently ranks behind dozens of other countries in overall performance and accessibility. Millions of people remain uninsured or under-insured and therefore go without adequate care. Medicare, our federal program for those 65 and over, manages to provide efficient health insurance at a fraction of the cost of private health carriers. It does so by using a “single payer system,” one in which a single public or quasi-public agency
organizes the financing, but the delivery of care remains in private hands. In this way, costs can be aggregated to achieve major savings in drugs and medical services. Such public administration enhances the delivery of care by private practitioners. Just ask elderly participants. What we think Conservatively, it is estimated that between 18 percent and 20 percent of overall healthcare costs can be saved by replacing bloated private insurance companies with a single payer system that has the ability to negotiate and regulate prices paid to pharmaceutical companies, hospitals, and other service providers. Several academic studies back up these numbers, includ-
ing a recent study by the Political Economy Research Institute at the University of Massachusetts at Amherst. Such ongoing savings would permit all residents, documented or not, to receive affordable, quality healthcare without worrying about deductibles, co-pays, in system/out system providers or the full array of other constraints. More and more people are realizing that the time has come to adopt a “Medicare for all,” type healthcare system. This long overdue reform is now politically achievable, though not without what will surely be a fierce battle with the powerful health insurance, hospital administration and drug industries, all of which are looking out for their bottom lines. What we are doing in California Since it is highly unlikely that a systemic solution will come from Washington in the foreseeable future, The Healthy California Campaign, of which the Business Alliance is an active member, is supporting adoption of California SB 562, which is essentially Medicare for all. The bill has passed in the State Senate, but needs additional support to clear the Assembly and move onto the governor’s desk Healthcare is a business issue BAHC recognizes that our broken system is not simply a health and human rights problem, but also a crippling impediment to business expansion and employment growth. Healthcare costs can consume as much as 22 percent of payroll expenditures for small
businesses offering benefits. Famed investor Warren Buffet was right when he called healthcare the “tapeworm of the American economy.” The single payer approach is a money saver. By not promoting workers health, our system generates absenteeism that hurts workplace performance and moral. Far too many resources are squandered on time-consuming back-office administration. Lack of universal care creates barriers for startups as would-be entrepreneurs hesitate to launch for fear of losing company-tied health insurance. Despite what the insurance, hospital, and drug sectors may tell us, SB 562 is business friendly for the great majority of us. In fact, it is especially friendly for small business by leveling the playing field for employee hiring and retention. Make no mistake SB 562 will not become law without significant support from the 3.5 million small enterprises in California, which employ over six million people. We strongly encourage owners and workers at these businesses to inform themselves of what is at stake, and take action. —Eric Leenson, Dan Geiger Co-directors Business Alliance for a Healthy California BAHC is a fiscally sponsored project of the American Sustainable Business Council, a nonprofit organization. BAHC is dedicated to bringing universal care to Californians. Educational materials are available at BA4HCal.org
Op-Ed: SB 562 pondrá solución al tema de salud en California Dan Geiger y Eric Leenson BAHC
N
uestros medios impresos y electrónicos casi a diario nos inundan con preocupaciones sobre la calidad de los sistemas de cuidado de la salud o, siendo más precisos, la falta de uno, y en esa inundación hay una gran cantidad de desinformación. En la Alianza Empresarial por una California Saludable (Business Alliance for a Healthy California, BAHC) consideramos urgente aclarar los mensajes confusos y articular una estrategia que permita un sistema de cuidado de salud altamente funcional y equitativo, desde el punto de vista empresarial. Lo que sabemos En las naciones industrializadas ricas (excepto en los EEUU), el cuidado de salud es visto como un derecho garantizado a todos los ciudadanos que no difiere del derecho a la educación o la seguridad pública. La cobertura médica no es considerada un ‘producto’ o ‘servicio’ que se pueda explotar para obtener ganancias. En los EEUU pagamos mucho más por servicios de salud, más del doble que el promedio del costo en otras naciones desarrolladas, sin embargo, los resultados que obtenemos son inferiores. Este país se ubica por debajo de una docena de otros países en cuanto a calidad y accesibilidad. Millones de personas permanecen sin seguro o con baja cobertura, por lo tanto, viven sin el servicio adecuado. Medicare, nuestro programa federal para adultos de 65 años
o más, provee eficiente cuidado de salud a una fracción del costo que las aseguradoras privadas. Y lo hace usando el sistema de ‘Single Payer’ (Pagador Único) en el que una sola agencia pública, o semi-pública organiza la financiación, pero el servicio de atención médica queda en manos privadas. De esta forma, los costos pueden juntarse para obtener mayores ahorros en medicamentos y servicios médicos. Esta administración pública mejora el cuidado brindado por los practicantes privados. Solo pregúntele a los participantes de Medicare. Lo que pensamos Se estima que se podría ahorrar entre un 18 al 20 por ciento de los costos totales por cuidado de salud al reemplazar las compañías privadas por un sistema de ‘Single Payer’ que pueda negociar y regular los precios pagados a las compañías farmacéuticas, hospitales y otros proveedores de servicios. Varios estudios académicos apoyan estas cifras, incluyendo uno reciente del Instituto de Investigación de Economía Política, de la Universidad de Massachusetts, en Amherst. Tales ahorros permanentes permitirían a todos los residentes de California (documentados o no), recibir un cuidado de salud accesible y de calidad, sin tener que preocuparse por deducibles, co-pagos, entrar y salir de sistemas de proveedores y otra cantidad de restricciones. Hoy día, más y más personas se están dando cuenta que ha llegado el momento de adoptar un cuidado de salud tipo Medicare Para Todos (Medicare For All). Esta reforma que deberíamos haber tomado hace mucho tiempo
es ahora políticamente posible, pero no se va a lograr sin enfrentar una batalla fiera contra las poderosas compañías privadas de seguro médico, administraciones hospitalarias e industrias farmacéuticas, que solo buscan hacer ganancias. Qué está haciendo California Ya que es altamente probable que en un futuro cercano la solución sistemática provenga de Washington, la Campaña por una California Saludable (The Healthy California Campaign), de la cual la Alianza Empresarial de Negocios es miembro activo, está apoyando la adopción de la Propuesta de Ley SB 562, que es esencialmente Medicare Para Todos. Esta propuesta ya ha sido aprobada en el Senado Estatal. Ahora necesita el apoyo de la Asamblea y después pasará al escritorio del Gobernador Brown. El cuidado de la salud es un problema empresarial En BAHC reconocemos que nuestro averiado sistema no es simplemente un problema de derechos humanos y de salud, sino también un serio impedimento a la expansión de negocios y la generación de empleos. Para las pequeñas empresas que ofrecen beneficios, los costos de cobertura médica pueden consumir hasta el 22 por ciento de su nómina. El famoso inversionista Warren Buffet tenía razón al decir que el cuidado de salud es “el parásito de la economía estadounidense”. La implementación de ‘Single Payer’ es un ahorro. Al no promover la salud de los trabajadores, nuestro sistema genera ausentismo que daña la productividad y moral en el lugar de trabajo. Muchos recursos son
W W W.ELTECOLOTE.ORG
Courtesy: BAHC/LinkedIn malgastados por tiempo consumido en administración. La falta de un cuidado de la salud universal forma barreras en la creación de nuevas empresas dado que futuros empresarios temen iniciar una nueva empresa por temor a perder cobertura enlazada con su trabajo. A pesar de lo que puedan decir las amenazadas aseguradoras, hospitales y empresas farmacéuticas, la SB 562 es un negocio que beneficia a la gran mayoría de nosotros. De hecho, es especialmente benéfico para las pequeñas empresas al elevar su capacidad de competencia para emplear y retener trabajadores. No nos equivoquemos, la Propuesta SB 562 no se convertirá en ley sin el significativo apoyo de las 3.5 millones de pequeñas
empresas en California, que emplean a más de 6 millones de personas. Hacemos un llamado urgente a propietarios y empleados de estos negocios a informarse sobre lo que está en juego y a entrar en acción. —Eric Leenson y Dan Geiger, co- directores, Alianza Empresarial por una California Saludable (Business Alliance for a Healthy California, BAHC). BAHC recibe el auspicio fiscal de American Sustainable Business Council, una organización sin fines de lucro y libre de impuestos. BAHC está dedicada a brindar cuidado universal a todos los californianos. Materiales educacionales están disponibles en www. BA4HCal.org
Commentary
4 El Tecolote
Comentario
August 24-September 6, 2017
STAFF EDITORIAL // EDITORIAL
Charlottesville was about intimidation, not freedom of speech
2958 24th Street San Francisco, CA 94110 Tel: (415) 648-1045 www.eltecolote.org Member SF Neighborhood Newspaper Association and New America Media Editor-in-Chief Alexis Terrazas Photo Editor/Assistant Editor Mabel Jiménez Layout Design Mabel Jiménez; Alexis Terrazas English Copy Editor Atticus Morris Spanish Copy Editor Katie Beas Writers Destiny Arroyo; Carlos Barón; Bert Johnson; John Sepulvedo; Elizabeth Veras Holland Translators Arturo Ayala; Katie Beas; Jose Luis Caicedo; Cecilia Ciccone Photographers Bert Johnson; Estivali Moreno; John Sepulvedo; Jessica Webb Illustrators Sirron Norris; Gustavo Reyes Distribution Johnny García Photo Archivist Linda Wilson Advertising Manager Mabel Jiménez advertising@accionlatina.org Fundraising Peter Ho
Illustration: Gustavo Reyes Staff El Tecolote
T
he mob of White men who gathered in Charlottesville, Virginia on Aug. 11 to protest the planned removal of a Robert E. Lee statue, claimed they were doing so in the name of “free speech,” but the torches and guns they brought with them, along with their violent rhetoric, suggested otherwise. “You will not replace us!” they yelled as they marched
El Tecolote uses 40% post-consumer recycled paper, soy-based ink and is printed by Fricke-Parks Press.
El Tecolote
El Tecolote is published by Acción Latina, a San Francisco nonprofit organization. The mission of Acción Latina is to promote cultural arts, community media, and civic engagement as a way of building healthy and empowered Latino communities. Please, send us your feedback: editor@eltecolote.org Acción Latina Executive Director Josué Rojas El Tecolote Founder Juan Gonzales
Follow us! Facebook: El Tecolote Twitter: @elteco Instagram: @eltecogram
torches and yelled—likely resembled the last thing that the many lynching victims saw before they were murdered. The bodies of Black people hanging mutilated and tortured from trees were a common sight throughout the American South after the Civil War, and well into Reconstruction. The statue of Lee, like many other statues of Confederate figures across the South, wasn’t erected during reconstruction, but in the 1920s at the height of
Charlottesville fue un acto de intimidación, no de libertad de expresión Equipo
Accionlatina.org
through the streets. Just who would be doing this alleged “replacing,” and, what exactly is in danger of being replaced wasn’t explicitly stated, but it isn’t hard to read between the lines. The “who” is literally everyone else who isn’t a White man, and the “what” is the centuries-long White male domination of resources, culture and political power in the United States. The scene at Charlottesville—where hundreds of mostly young, angry white men carried
the Jim Crow era, as a monument to an existing social structure where Blacks were treated inherently inferior. The men who marched are White supremacists, and their “demonstration” was not in defense of freedom. The only freedom these men are interested in is the freedom to intimidate other groups of Americans, to continue a legacy of terrorism that was inflicted upon Black people, during slavery and well after emancipation. A legacy where the original inhabitants of this continent were told that they, and not the colonizer, were immigrants who were trespassing on this land. A legacy where all women (including White women) were forced into societal roles of servitude. A legacy where everything functioned fine so long as these groups “knew their place.” This is what these men were seeking to defend when they arrived in Charlottesville, and it’s exactly what needs to be defeated. Following the deadly violence that broke out in Charlottesville on Aug. 12, Confederate monuments in other cities like Durham, North Carolina have been torn down by the public. And on Aug. 19, 40,000 peaceful counter-demonstrators showed up to dwarf several dozen attendees at White nationalist rally in Boston. These undoubtedly positive signs may tempt some into believing our national dispute identity is well on the way to being settled. But as social justice activists continue to press for a more demographically equitable society, there will be more (and more forceful) pushback from the White nationalists clinging to the legacy of White supremacy. Let’s follow the example set in Boston, by continuing to peacefully demonstrate our superior strength in numbers, as we dismantle White supremacy one grand old statue at a time.
L
a multitud de hombres blancos reunidos en Charlottesville, Virginia el 11 de agosto para protestar por la remoción planeada de una estatua de Robert E. Lee, afirmó que lo estaban haciendo en nombre de la “libertad de expresión”, pero las antorchas y armas que trajeron consigo, junto con su retórica violenta, demostró lo contrario. “¡No nos reemplazarán!” — gritaron mientras caminaban por las calles. Quién está supuestamente “reemplazando”, y qué exactamente estaría en peligro de ser reemplazado no fue declarado explícitamente, aunque no fue difícil leerlo entre líneas. El ‘quién’ es literalmente todo aquel que no sea de piel blanca, y el ‘qué’ es la, por siglos, dominación de los recursos, la cultura y el poder político en los EEUU. La escena de Charlottesville —donde cientos de hombres blancos, en su mayoría molestos jóvenes portaban antorchas encendidas— probablemente se parecía a lo último que las numerosas víctimas de linchamiento vieron antes de ser asesinadas. Los cuerpos de los negros mutilados, torturados y colgados de los árboles fue algo visto al sur del país después de la guerra civil y durante la Reconstrucción. La estatua de Lee, al igual
que muchas otras estatuas de figuras confederadas del Sur, no fue erigida durante la Reconstrucción, sino en la década de 1920 en el apogeo de la era Jim Crow, como monumento a una estructura social existente donde los negros eran tratados como seres inferiores. Los hombres que marcharon son supremacistas blancos, y su “demostración” no fue en defensa de la libertad. La única libertad en la que estos hombres están interesados es la libertad de intimidar a otros grupos de estadounidenses, para continuar un legado de terrorismo que fue infligido a los negros, durante la esclavitud y después de la emancipación. Un legado donde se les dijo a los habitantes originales de este continente que ellos, y no el colonizador, eran inmigrantes que estaban invadiendo esta tierra. Un legado en el que todas las mujeres (incluidas las blancas) fueron obligadas a desempeñar papeles de servidumbre. Un legado donde todo funcionaba bien, siempre y cuando estos grupos “conocieran su lugar”. Esto es lo que estos hombres estaban tratando de defender cuando llegaron a Charlottesville, y es exactamente lo que necesita ser erradicado. Después de la violencia mortal que estalló en Charlottesville el 12 de agosto, monumentos confederados en otras ciudades como Durham, Carolina del
W W W.ELTECOLOTE.ORG
Norte han sido derribados por la población. Y el 19 de agosto, 40 mil manifestantes pacíficos se presentaron para contrarrestas las docenas de asistentes a la manifestación nacionalista en Boston. Estos signos, sin duda positivos, pueden tentar a algunos a creer que nuestra identidad de disputa nacional está en camino de ser resuelta. Pero a medida que los activistas de justicia
social continúan presionando por una sociedad más demográficamente equitativa, habrá más (y de forma más enérgica) contraataque de los nacionalistas blancos aferrados al legado de la supremacía blanca. Sigamos el ejemplo establecido en Boston, al continuar demostrando pacíficamente nuestra fuerza superior en números, mientras desmontamos la supremacía blanca de su gran y vieja estatua.
Commentary
Agosto 24-Septiembre 6, 2017
Comentario
El Tecolote 5
COLUMN: DEVIL’S ADVOCATE // COLUMNA: ABOGADO DEL DIABLO
“I read of a massacre leading to a coronation A nice write up for Death and selfishness, So I check the date of publication Didn’t I yesterday read the same mess? Excerpt from “Llover sobre — mojado,” by the Cuban singer Silvio Rodríguez Carlos Barón El Tecolote
I
read the newspaper daily. I pick it up, then I usually sit at my favorite coffee house and proceed to peruse what is up in the world. I believe that it was Lenin (or was it Lennon?) who said, “We have to read the enemy daily… but read him between the lines.” I agree. There is a large degree of critical thinking needed to extricate real meaning from what is printed. We must approach the reading of the newspaper armed with our own beliefs, ideologies and well-baked, or half-baked, passions. A newspaper might appear to be just an inanimate object, but it usually carries, in spite of the expressed declarations of neutrality by many of those who print it, a particular political persuasion, a heart that beats and a mind that analyses. So, we must approach the paper as if it were a living thing, capable of bending and/or expanding minds for the common good or, more commonly, for the good
of the few in control of most of the media in this country. Before getting involved with the front-page articles, or even with the comics (another favorite), the first section that I read is that green-colored segment, the sports page. I love sports and I love poetry. I also believe that in the sports section we are more likely to find poetry and creative writing than in any other section of the paper. The reason? Sports writers have to write daily about the same old games and the same awe-inspiring plays that most readers have already witnessed, in person, seen on TV or heard on the radio. And they want to make their stories fresh, or suggest angles and challenging insights. Thus, the writers in the sports section fill their articles with metaphors, analogies, or even Shakespearean quotes! We see phrases like: “Tigers annihilate the Lions,” “Indians destroy the Cowboys,” “Like Phoenix, Cardinals rise from the dead,” “All’s Well that ends Well: after trailing by 35 points the Warriors, like Lazarus, woke up and walk away, winners.” But that’s not all. Sports are also a mirror of our society. A mirror for the good, the bad and the ugly. Racism, domestic violence, police brutality, the meaning of patriotism, the struggle for gender equality—all that and more are daily issues featured in the sports pages. Many people would rather separate sports from the “real world,” where politics, religion, sexuality and violence (other than the expected on-the-field type, of course!) are daily occurrences. At the same time, some of those very same people expect that the players they idolize, should also be role models for the entire nation, not just for the children. Mute role models? Apolitical role models? Sanitized role
I love Sports…and I love Poetry
Marshawn Lynch, el famoso jugador local de los Raiders de Oakland, se sienta durante la entonación del himno nacional en un juego de pretemporada de la NFL contra los Cardenales de Arizona el 12 de agosto de 2017. El año pasado en una entrevista con Conan O’Brien, Lynch expresó su apoyo para el entonces mariscal de campo de los 49ers Colin Kaepernick, quien comenzó la protesta. Marshawn Lynch, the popular hometown running back for the Oakland Raiders, sits through the national anthem during an NFL preseason game against the Arizona Cardinals on Aug. 12, 2017. Last year in an interview with Conan O’Brien, Lynch expressed support for then 49ers’ quarterback Colin Kaepernick, who began the anthem protest. Photo: Mark J. Rebilas/USA TODAY Sports models? Politically correct role models? That is an impossibility. Those men and women athletes bleed and think and suffer and dream, like the rest of us. They are not cut out figures or mere entertainers for the masses. When Colin Kaepernick, the former quarterback of the Santa Clara 49ers, decided to sit (and then kneel) during the playing of the national anthem, he was exercising his freedom of expression, as a powerful tribune, an option that is rarely available to a young Black man in the United States. To many, he violated some sacred space. Recently, the running back Marshawn Lynch, an Oakland native and hero from the soonto-be Las Vegas Raiders, also sat down during the playing of
the national anthem. I had just seen the photo of Lynch sitting on a cooler during the national anthem, when my son joined me for breakfast. He was ecstatic, jumping for joy: “Papi! Did you see what Lynch did? Wow! Awesome! Great! He is a beast!” Strangely enough, some sports writers criticized Lynch, because he was not “as clear as he should be” with his protest! For my son for myself, there was no equivocation: what Lynch did was a clear gesture of protest. As clear as our president was clear in expressing his support for White supremacists and Nazis. The difference between the Lynch and Kaepernick gestures and #45, is that when those young Black men sit in protest, they are inviting us to stand up
and participate in a necessary conversation on the issue of police brutality and other ugly realities that infect the psyche of this nation. Forty-five causes a bigger wound. When poked by a nurse, we might cry out in pain, but we do not blame the nurse. She did not cause the wound, she is trying to heal it. The athletes who speak up are not inventing any issues. They are merely poking at old wounds, the way a nurse or a doctor might, trying to see where it hurts, in order to help our collective healing. Poetry, politics, mayhem! All that and more, daily, in the sports section!
Amo los deportes, amo la poesía “Leo que hubo masacre y recompensa que retocan la muerte, el egoismo, reviso pues la fecha de la prensa me pareció que ayer decía lo mismo” Extracto de “Llover sobre mo— jado,” del cantante cubano Silvio Rodríguez Carlos Barón El Tecolote
L
eo el periódico todos los días. Lo adquiero y luego, por lo general, me siento en mi cafetería favorita y procedo a leer lo que pasa en el mundo. Creo que fue Lenin (¿o fue Lennon?) quien dijo: “Tenemos que leer al enemigo todos los días... pero leerlo entre líneas”. Estoy de acuerdo. Se requiere de un gran grado de pensamiento crítico para develar el verdadero significado de lo que se publica. Debemos acercarnos a la lectura del periódico armados con nuestras propias creencias, ideologías y pasiones bien cocinadas, o medio cocinadas. Un periódico puede parecer un objeto inanimado, pero suele llevar, a pesar de las expresadas declaraciones de neutralidad de muchos de los que las publican, una persuasión política particular, un corazón que late y una mente que analiza. Por lo tanto, debemos abordar el periódico como si fuera una cosa viva, capaz de doblar o expandir mentes para el bien común o, para el bien de unos
pocos en control de la mayoría de los medios en este país. Antes de meterme con los artículos de la primera plana, o incluso con los cómics (otro favorito), la primera sección que leo es ese segmento verde, la página de deportes. Amo los deportes y amo la poesía. También creo que en la sección de deportes tenemos más posibilidades de encontrar poesía y escritura creativa que en cualquier otra sección del periódico. ¿La razón? Los periodistas de deportes tienen que escribir todos los días sobre los mismos viejos juegos y los mismos juegos impresionantes que la mayoría de los lectores ya han presenciado, físicamente, visto en la televisión o escuchado en la radio. Y quieren hacer sus historias frescas, o sugerir ángulos e ideas desafiantes. Así, los escritores en la sección de deportes, llenan sus artículos de metáforas, analogías, ¡incluso citas estilo Shakespeare! Vemos frases como: “Los tigres aniquilan a los leones”; “Los indios destruyen a los vaqueros”; “Como Phoenix, los cardenales se levantan de entre los muertos”; “Todo está bien que termina bien: después de ser arrastrados por 35 puntos los Guerreros, como Lázaro, despiertan, caminan y se van, campeones”. Pero eso no es todo. Los deportes son también un espejo de nuestra sociedad. Un espejo para lo bueno, lo malo y lo feo. El racismo, la violencia doméstica, la brutalidad policial,
el significado del patriotismo, la lucha por la igualdad de género, todos esos y más, son temas cotidianos que aparecen en las páginas deportivas. Muchas personas preferirían separar los deportes del “mundo real”, donde la política, la religión, la sexualidad y la violencia (distinta a la que se espera ver en el campo, ¡por supuesto!), son acontecimientos cotidianos. Al mismo tiempo, algunas de esas mismas personas esperan que los jugadores que idolatran, también sean modelos a seguir para toda la nación, no sólo para los niños. ¿Silenciar a los modelos a seguir? ¿Despolitizarlos? ¿Sanearlos? ¿Modelos políticamente correctos? Eso es imposible. Esos hombres y mujeres atletas sangran, piensan, sufren y sueñan, como el resto de nosotros. No son figuras cortadas ni simples animadores para las masas. Cuando Colin Kaepernick, antiguo mariscal de campo de los Santa Clara 49ers, decidió sentarse (y luego arrodillarse) durante la interpretación del himno nacional, ejercía su libertad de expresión, como una poderosa tribuna, una opción que rara vez está disponible para un joven negro en los EEUU, para muchos, violó un espacio sagrado. Recientemente, el corredor Marshawn Lynch, originario de Oakland y héroe de los próximos Raiders de Las Vegas, también se sentó durante la entonación del himno nacional. Acababa de ver la foto de Lynch sentado en una hielera, cuando mi hijo W W W.ELTECOLOTE.ORG
Michael Bennett de los Seahawks de Seattle, se unió a su compañero de equipo Justin Britt, que está entre el primer grupo de jugadores blancos de la NFL en mostrar apoyo a tales protestas. Michael Bennett of the Seattle Seahawks, was joined by his teammate Justin Britt on Aug. 18, 2017, who is among the first group of White NFL players to show support for the anthem protests. Courtesy: Seattle Seahawks me acompañó para el desayuno. Estaba extasiado, saltando de alegría: —¡Papi! ¿Viste lo que Lynch hizo? ¡Guau! ¡Increíble! ¡Estupendo! ¡Es una bestia! Curiosamente, algunos periodistas deportivos criticaron a Lynch, porque no fue “tan claro como debería ser” con su protesta. Para mi hijo y para mí, no había equívoco: lo que Lynch hizo fue un claro gesto de protesta. Tan claro como nuestro presidente fue claro al expresar su apoyo a los supremacistas blancos y nazis. La diferencia entre los gestos de Lynch y Kaepernick y el #45, es que cuando esos jóvenes negros se sientan en protesta, nos invitan a ponernos de pie y participar en una conversación
necesaria sobre el tema de la brutalidad policial y otras feas realidades que infectan la psique de esta nación. El Cuarenta y cinco causa una herida más grande. Cuando somos atendidos por una enfermera, podemos gritar de dolor, pero no culparla. Ella no causó la herida, sino está tratando de curarla. Los atletas que se manifiestan no inventan ningún problema. Simplemente están tocando viejas heridas, como una enfermera o un médico, tratando de ver dónde duele, para ayudar a nuestra curación colectiva. ¡Poesía, política, caos! ¡Todo eso y más, todos los días, en la sección de deportes!
6 El Tecolote
August 24-September 6, 2017
W W W.ELTECOLOTE.ORG
Community
Agosto 24-Septiembre 6, 2017
Comunidad
El Tecolote 7
Former client of Catholic Charities hired as CEO
Una instructora de Catholic Charities Maureen y Craig Sullivan Youth Services ayuda a un estudiante con una actividad en el programa después de la escuela. A teacher at Catholic Charities Maureen and Craig Sullivan Youth Services helps a student during an after-school enrichment activity. Courtesy: Catholic Charities
Jilma Meneses, nueva directora ejecutiva de Catholic Charities. Jilma Meneses, CEO of Catholic Charities. Courtesy: Catholic Charities Destiny Arroyo El Tecolote
J
ilma Meneses was only five when she left her homeland for the United States, but she still remembers the words her grandmother told her before she left. “‘You’re coming to the United States for two reasons: to reunite with your mother and to get an education,’” Meneses recalled her grandmother telling her. “And that’s exactly what I did.” On July 1, Catholic Charities—an independent, nonprofit organization with more than 30 programs throughout the counties of San Francisco, San Mateo and Marin—welcomed Meneses
as its new chief executive officer. After a national search, Meneses was appointed by the Archbishop of San Francisco, Salvatore J. Cordileone, and the Board of Directors of Catholic Charities of the Archdiocese of San Francisco. Founded in 1907, Catholic Charities provides services for homeless people, low-income families, youth, refugees and immigrants. And as a youth, Meneses was a recipient of those services. Though born in Mexico, Meneses identifies with her Nicaraguan roots from her mother’s side. As a child, she came to the United States to reunite with her mother, who was already living with a family member. Living
with their mother, she and her brother were raised in the Mission District. “Back then, you didn’t see the million-dollar condos that there are now,” Meneses said. “I remember seeing low-riders on the street as a child. The Chicano movement was very much alive.” Although the Mission is quite different today, Meneses is heartened by the fact that Latino culture has endured, and she is grateful to her family. The sacrifices her grandmother made to get her mother through school, and likewise the sacrifices her mother made for her, aren’t lost on Meneses; they were a key motivator in keeping education a top priority. After graduating from El Camino High School in South San Francisco, Meneses attended the University of California at Berkeley, where she studied political science and French for four years. She then attended the Lewis and Clark Law School in Portland, Oregon and completed the program in three years.
She has served in a variety of leadership positions. Her experience includes being the chief diversity officer at Portland State University, the director of risk management at Oregon Health Science University and the dean of the Concordia School of Law. She also has extensive experience working alongside the community, including involvement with United Way of the Columbia-Willamette, Latino Network, Adelante Mujeres, I Have a Dream Foundation and Partners in Diversity. Meneses is the founder of Our Family in Africa, a nonprofit that provides education and aid to orphans who are the products of disease, war and genocide. Meneses was a client for Catholic Charities; she attended its summer camp when she was 12. She also interned at Catholic Charities while at U.C. Berkeley. “Coming back to work here is exciting but also surreal,” she said. “It’s surreal because after all these years, I came back to Catholic Charities. It’s like I went around full circle.”
When she took the job with Catholic Charities, she had to leave her home in Oregon. Although she would miss the close contact with nature, she was excited to come back to her mother in San Francisco. She also looked forward to working with a company that focuses on helping youth, immigrants and the homeless. “We serve because we are Catholic,” said Meneses. “It’s a way to give back to the community.” Being Catholic is not a requirement for obtaining help or even employment at Catholic Charities, but it’s required for the job of CEO. “I hope [people] can take charge as a team to do more for the community to improve everybody’s lives,” said Meneses. “Not just those who suffer.” St. Joseph’s Family Center is one of Catholic Charities’ programs. Located in the Mission, its an emergency shelter, where families are provided with three meals daily, onsite case management, workshops on how to manage money and more.
Antigua cliente de Catholic Charities contratada como directora ejecutiva Destiny Arroyo El Tecolote
J
ilma Meneses tenía solo cinco años cuando dejó su país para venir a los EEUU, pero todavía recuerda las palabras que su abuela le dijo antes de irse: “‘vas a los EEUU por dos razones: vas a reunirte con tu madre y vas a estudiar”, y eso fue exactamente lo que hice. El 1 de julio, Catholic Charities (organización caritativa católica) —una organización sin fines de lucro, independiente con más de 30 programas a través de los condados de San Francisco, San Mateo y Marin —recibieron a Meneses como su nueva directora ejecutiva. Después de una búsqueda a nivel nacional, el Arzobispo de San Francisco, Salvatore J. Cordileone, y el Comité Ejecutivo de Directores de Catholic Charities de la arquidiócesis de San Francisco, designaron a Meneses. Catholic Charities se fundó en 1907 y proporciona servicios a la gente desamparada, familias de bajos recursos, jóvenes, refugiados e inmigrantes. Ella recibió esos servicios de joven. A pesar de haber nacido en México, Meneses se identifica con su raíz nicaragüense, que le viene del lado de su mamá. De niña, vino a los EEUU para reunirse con ella, quien ya estaba viviendo con un pariente. Ella y su hermano fueron criados en el Distrito de la Misión, con su mamá. “En ese entonces, no veías los condominios de un millón de dólares que se ven ahora”, dijo Me-
neses. “Cuando era niña recuerdo haber visto ranflas en la calle. El movimiento Chicano era muy activo.” A pesar de que la Misión es muy diferente hoy en día, el hecho de que la cultura latina ha perdurado tiene animada a Meneses, y está muy agradecida con su familia. Los sacrificios que su abuela hizo para que su madre tuviera una educación, así como los sacrificios que su madre ha hecho por ella, no son en vano para Meneses; fueron una motivación clave para mantener a la educación como prioridad. Después de graduarse de El Camino High School al sur de San Francisco, Meneses asistió a la Universidad de Berkeley, donde estudió Ciencias Políticas y Francés por cuatro años. Después asistió a la Escuela de Leyes Lewis and Clark en Portland, Oregon y completó el programa en tres años. Ella ha tenido una variedad de posiciones de liderazgo. Su experiencia incluye posiciones como Jefe Ejecutivo de Diversidad en la Universidad Estatal de Portland, Directora de Gestión de Riesgos en la Universidad de Ciencias de la Salud de Oregon y decano de la Escuela de Leyes de Concordia. Ella también tiene amplia experiencia trabajando con la comunidad, incluyendo la colaboración con United Way of the Columbia-Willamette, Latino Network, Adelante Mujeres, I Have a Dream Foundation y Partners in Diversity. Meneses es la fundadora de Our Family in
Clausura del Campamento de Verano de Catholic Charities, 2016. Closing of Catholic Charities’ CYO Summer Camp in 2016, one of many programs run by Catholic Charities. Courtesy: Catholic Charities Africa, una fundación sin fines de lucro que proporciona educación y asistencia a huérfanos derivados de enfermedades, guerra y genocidio. Meneses ha estado en cercanía con Catholic Charities: asistió a su campamento de verano cuando tenía 12 años. También ahí hizo su práctica mientras estudiaba en U.C. Berkeley. “Regresar a trabajar aquí es emocionante pero también surreal”, dijo ella. “Es surreal porque después de todos estos años regresé a Catholic Charities. Terminé donde comencé”. W W W.ELTECOLOTE.ORG
Cuando aceptó el trabajo con Catholic Charities, tuvo que dejar su casa en Oregon. A pesar de que extrañaría el contacto cercano con la naturaleza, estaba emocionada por regresar con su madre en San Francisco. También tiene muchas ganas de trabajar con una compañía que se enfoca en ayudar a la juventud, los inmigrantes y los desamparados. “Nosotros servimos porque somos católicos”, dijo Meneses. “es una manera de hacer algo por la comunidad”. Ser católico no es un requisito para obtener ayuda o empleo
en Catholic Charities, pero se requiere para un trabajo directivo. “Espero que [la gente] pueda tomar las riendas como equipo para hacer más por la comunidad y mejorar las vidas de todos”, dijo Meneses. “No solo de aquellos que sufren”. St. Joseph’s Family Center es uno de los programas de Catholic Charities. Ubicado en la Misión, es un refugio de emergencia, donde se les proporciona a las familias tres comidas diarias, administración de casos en sitio, talleres sobre cómo administrar dinero y más.
Community
8 El Tecolote
Comunidad
August 24-September 6, 2017
Latina strives to balance life as single mother and full-time student Destiny Arroyo El Tecolote
I
met Stephanie Ortiz, a 24-year-old student and single mother, on the first day of the spring 2017 semester at San Francisco State University. She was sitting near the front, close to the wall, when Professor Félix Kury asked her, “How’s the baby doing?” “She’s doing good, thank you for asking,” she replied. As a single mother, Stephanie faces the everyday challenges of raising her one-year-old daughter, Brooklyn. However, those challenges are amplified because she’s full-time student and working part-time at the Mission YMCA as a program leader. Stephanie is the definition of “chingona.” Stephanie was barely a month old when her parents brought her to the United States from Mexico. After living here for nine years, she and her mother were advised to return to Mexico to prevent deportation. They were promised the citizenship process would only take 1,000 days, but it took a total of 8 and a half years instead. Stephanie’s father was able to claim her and she was granted entrance into the United States. Upon arrival, she had already graduated high school and turned 18. Stephanie’s mom had to wait a few of months to receive residency. When Stephanie began thinking about returning to school, she was advised to apply for financial aid and attend City College of San Francisco (CCSF). But after one semester she had to leave because of her financial situation. She found work at Taquería Girasol at San Francisco State University and started saving money for school. After a year, she returned to CCSF while continuing to work. She then graduated in 2016, but with “something unexpected.” “I never expected to be a mom at this stage in my life.” When it was time to tell her parents of her pregnancy, she feared that she had disappointed them. “They really expected something from me,” Stephanie said, her
Mayra Stephanie Ortiz y su hija Brooklyn posan para una foto el sábado 19 de agosto, San Francisco, California. Mayra Stephanie Ortiz and her daughter Brooklyn pose for a portrait on Saturday Aug. 19, San Francisco, California. Photo: Jessica Webb head down. “They had raised me to do better.” After only being pregnant for three months, her baby’s father left her side, and remains absent to this day, offering nothing in financial support. Stephanie has had to find ways to budget to support Brooklyn. “Baby items are so expensive,” she said. “Diapers, wipes, clothes, food… it adds up.” Stephanie has a hard time explaining what being a mom is like. It’s a struggle leaving her daughter with her mom every morning when she leaves for work or school. She said it’s the best feeling getting home to her daughter after the end of a rough day.
“I get home and I see her smiling,” she said. “She has these eyes and it makes me realize that everything that I’m doing is for her.” Despite Brooklyn always being her priority, Stephanie constantly finds herself torn between work, school and her daughter. “Just like my parents didn’t give up on me, I’m not going to give up on Brooklyn,” she said, holding her daughter in her arms. Prior to having her baby, Stephanie had plans to leave the Bay Area to go to college for clinical psychology and to study abroad. She is now majoring in Latina/ Latino Studies at SF State and plans to apply for the psychology program to double major. She hopes to start volunteering at
Clínica Martín-Baró starting this fall. “I love every bit of my life,” she said. “I love who I’ve become because thanks to my past experiences and the lessons learned, I am stronger.” In a way, Stephanie reminds me of my mother: a woman who had an unexpected child at a young age but continues to do whatever they must do to follow their dream. “I tell myself to never give up no matter how hard it gets,” Stephanie said. “I constantly remind myself about my dreams and goals and at the end of the day, vale la pena.”
Latina se esfuerza para ser estudiante de tiempo completo y madre soltera
Destiny Arroyo El Tecolote
C
onocí a Stephanie Ortiz, una madre soltera y estudiante de 24 años, el primer día del semestre de primavera de 2017, en la Universidad Estatal de San Francisco. Estaba sentada al frente, cerca de la pared, cuando el profesor Félix Kury le preguntó, “cómo está el bebé?”
“Ella está bien, gracias por preguntar”, contestó. Al ser madre soltera, Stephanie enfrenta el reto diario de criar a su hija de un año, Brooklyn. Sin embargo, ese reto sobresale porque es estudiante de tiempo completo y trabaja medio tiempo en el YMCA de la Mision como líder de programa. Stephanie es la definición de ‘chingona’. Stephanie tenía apenas un mes de edad cuando sus padres
la trajeron desde México a este país. A ella y a su mamá se les recomendó regresar a México para evitar la deportación, después de vivir aquí nueve años. Les prometieron que el proceso de ciudadanía duraría solo mil días, pero se tardó un total de ocho años y medio. El padre de Stephanie la pudo reclamar y se le concedió entrada a los EEUU. Para entonces, ya se había graduado del colegio y había cumplido 18 años. En cambio, su mamá tuvo que esperar unos pocos meses más para recibir su residencia. Cuando Stephanie empezó a pensar en continuar con su educación, se le aconsejó tramitar para obtener asistencia financiera y asistir al City College de San Francisco (CCSF). Pero después de un semestre tuvo que desistir dada su situación financiera. Encontró trabajo en la Taquería Girasol en la Universidad Estatal de San Francisco y empezó a ahorrar para su educación. Después de un año regresó al CCSF mientras continuó trabajando. Entonces se graduó en 2016 pero con “algo inesperado”: “Nunca esperé ser mamá en esta etapa de mi vida”, declaró. Cuando llegó la hora de contarle a sus padres acerca de su embarazo, temía haberlos defraudado. “Ellos realmente esperaban algo de mí”, dijo Stephanie cabizbaja. “Me habían criado para ser mejor”. A tres meses de su embarazo, el padre de su bebé la abandonó y continúa ausente hasta la fecha, sin haber recibido oferta alguna de su parte de ayuda económica. Stephanie se las ha tenido que ingeniar para planear su presuW W W.ELTECOLOTE.ORG
puesto y mantener a Brooklyn. “Los productos de bebé son tan caros”, dijo ella. “Pañales, toallas, ropa, comida... se acumula”. A Stephanie se le ha hecho difícil explicar cómo se siente ser mamá. Es un sacrificio dejar a su hija con su mamá cada mañana cuando se va a la universidad o al trabajo. Regresar a casa y ver su hija después del final de un día difícil es la mejor sensación, dijo: “Regreso a casa y la veo sonreír”, dijo. “Son sus ojos los que me hacen dar cuenta que todo lo que hago es por ella”. A pesar de que Brooklyn siempre es su prioridad, Stephanie se ve ante el dilema del trabajo, la universidad y su hija. “No voy a dejar de dedicarme a mi hija, así como mis padres no dejaron de dedicarse a mí”, dijo con la niña en brazos. Antes de tener a su bebé, Stephanie tenía planes de dejar
el área de la bahía para acudir a la universidad y estudiar psicología clínica en el extranjero. Ahora cursa materias en Estudios latinos en la SF State y planea aplicar para el programa de psicología para tener dos carreras. Espera empezar como voluntaria en la Clínica Martín-Baró este otoño. “Amo cada pedacito de mi vida”, dijo. “Amo en quien me he convertido porque gracias a mis experiencias pasadas y las lecciones aprendidas, soy más fuerte”. De cierta manera, Stephanie me recuerda a mi madre: una mujer que tuvo un hijo a una edad temprana pero quien continúa haciendo lo que debe hacer para cumplir su sueño. “Me digo a mi misma que nunca debo rendirme a pesar de las dificultades”, dijo Stephanie. “Me recuerdo a mi misma mis sueños y mis metas y, al final del día, vale la pena”.
Mayra Stephanie Ortiz y su hija Brooklyn posan para una foto el sábado 19 de agosto, San Francisco, California. Mayra Stephanie Ortiz and her daughter Brooklyn pose for a portrait. Photo: Jessica Webb
Commentary
Agosto 24-Septiembre 6, 2017
Comentario
El Tecolote 9
COLUMN: COMMUNITTY IN FOCUS //COLUMNA: COMUNIDAD EN FOCO
Going back to school means learning humility
Elizabeth Veras Holland El Tecolote
I
have a dear friend who went back to school in her 50s. I call her my “Mama Bear,” but her actual name is Karen and she is who always pops into my head when I think about going back to school. Karen has been my person in so many ways. She has let me sleep on her couch in tears after breakups. She holds all my secrets and always has a hot cup of coffee ready for me in the morning if I need it. Throughout our friendship, I have watched her go from being a freshmen at City College of San Francisco (CCSF) full of doubts, to a confident, hardworking student, who now has dreams of getting a bachelor’s degree. My friend, despite her age and other barriers, made the choice to show up for herself through her education, and I think that I can show up for myself in this way too. My own relationship with education has been complicated. I can’t say that I have had the excuse of “barriers” though. My barriers have mostly been
“self-made.” Some of these have included the following: “I don’t need a degree,” “I’m too broke,” “I’m too fat” (one of my favorite writers says that we all think we are too fat to do something so I’m including it), and the big finale: “I’m too old” (I’m 29, not a “traditional age” for college, I suppose, but saying I’m old is ridiculous. I’ll even admit that!) The biggest (self-made) barrier though has been my relationship with math. When I took the placement test at CCSF, I placed into the lowest possible math class. My ego has been too big to let me sit in a basic math and pre-algebra class, so I continued to put off school coming up with all the aforementioned excuses. But there are people who have real barriers preventing them from pursuing an education. I’ve had to check my privilege. I’m living at a time where there is no time for self-made barriers. Have you seen our government? I have a responsibility to pursue an education and try to figure out how to help those facing actual barriers. I have a responsibility to myself and to my community. Basically I need to “get over it and go to school!” as my dad says. I’ve never been strong at academics, I doubt myself constantly and I’ve always been afraid to ask questions. Asking questions has meant to me that I’m dumb or I should already know these things. I have had people look at me in shock when I tell them I don’t know dates or specifics about wars or presidents, but I have never taken the time to learn these things. Learning takes
a certain humility that has taken me awhile to acquire. But then I think about Karen. Sitting in her little apartment seeing her school books scattered across her floor and her excitement at everything she is learning. Last semester she took a Latin American Studies class with Greg Landau, a notable professor who also teaches music and takes students to Cuba every summer. And that sealed the deal for me. I want to study in Cuba! Or I at least want to learn about it. I want these things to be a possibility for me. I want these things to be a possibility for everyone who wants it. So I finally decided to take the first step. I’m enrolled for two classes at CCSF’s Mission campus. I specifically chose the Mission campus because the Mission is home to me and I love the idea of walking to class with Spanish being spoken around me. I’m very excited about my Music of Latin America class because my professor is known for being a talented musician and has the reputation of making it a really fun class. I actually watched a video of her playing the piano and she exuded a passion and energy that seems contagious. And my other class is math because I knew if I didn’t take math then I wasn’t really serious about committing myself to learning. To top it all off, I am a San Francisco resident so my tuition is free due to the new “Free City” tuition program. So I really can’t use the “I’m broke” excuse on this one. It’s time to show up for myself. Thanks for paving the way, Mama Bear.
Karen y Elizabeth en casa de la primera el 18 de agosto. Las amigas comparten un fuerte lazo y se animan una a la otra para mantenerse positivas y alcanzar sus metas. Karen and Elizabeth at Karen’s home on Friday, Aug. 18. The friends share a strong bond and encourage each other to be positive and reach their goals. Photo: Estivali Moreno
Volver a la escuela significa aprender humildad
Elizabeth Veras Holland El Tecolote
T
engo una querida amiga que regresó a la escuela a sus cincuenta años. La llamo mi ‘Mamá Osa’, pero su nombre es Karen y es quien primero me viene a la mente cuando pienso en regresar a la escuela. Karen ha sido mi persona de muchas maneras: me ha dejado dormir en su sofá empapada en lágrimas tras rupturas. Guarda todos mis secretos y siempre tiene una taza caliente de café listo para mí en la mañana si la necesito. A lo largo de nuestra amistad, la he visto pasar de ser estudiante de primer año en el City College de San Francisco (CCSF) llena de dudas, a una confiada y trabajadora estudiante que ahora sueña con obtener una
licenciatura. Mi amiga, a pesar de su edad y otras barreras, tomó la decisión de sobresalir por sí misma mediante su educación, y creo que puedo hacerlo de la misma manera. Mi relación con la educación ha sido complicada. No puedo decir que he tenido el pretexto de las ‘barreras’. Mis barreras han sido en su mayoría ‘auto creadas’: “No necesito un título”, “No tengo dinero”, “Estoy demasiada gorda” (uno de mis escritores favoritos dice que todos pensamos que somos demasiado gordos para hacer algo así que lo incluyo), y la última, “Soy demasiado vieja” (tengo 29 años, no es una “edad tradicional” para la universidad, supongo, pero decir que soy vieja es ridículo, ¡eso lo admito!). Sin embargo, la mayor
barrera auto inventada ha sido mi relación con las matemáticas. Cuando hice el examen de nivel en el CCSF, me colocaron en la clase más baja de matemáticas. Mi ego era demasiado grande para quedarme en una clase básica de matemáticas y pre-álgebra, así que continué aplazando mi educación con todas las excusas antes mencionadas. Pero hay personas que tienen verdaderas barreras que les impiden seguir su educación. He tenido que analizar mi privilegio. Estoy viviendo en un momento en que no hay tiempo para ese tipo de barreras. ¿Has visto a nuestro gobierno? Tengo la responsabilidad de seguir con mi formación y tratar de averiguar cómo ayudar a aquellos que enfrentan barreras verdaderas. Tengo una responsabilidad conmigo misma y con mi comunidad. BásicamenW W W.ELTECOLOTE.ORG
te tengo que “¡Superarlo e ir a la escuela!”, como dice mi papá. Lo académico no ha sido mi fuerte. Dudo de mi constantemente y siempre he temido preguntar. Al hacerlo, considero que soy tonta o que ya debería saber cosas. Hice que la gente me mirara sorprendida cuando les dije que no sabía las fechas o detalles sobre guerras o presidentes, pero nunca había tomado el tiempo para aprender estas cosas. El aprendizaje toma cierta humildad que me ha llevado tiempo adquirirlo. Pero entonces pienso en Karen. Sentada en su pequeño apartamento viendo sus textos esparcidos por el piso y su entusiasmo por todo lo que está aprendiendo. El último semestre tomó una clase de estudios latinoamericanos con Greg Landau, un profesor destacado que también enseña música y lleva a los estudiantes a Cuba cada verano. Y eso selló el trato para mí. ¡Quiero estudiar en Cuba! O al menos quiero aprender sobre el país. Quiero que estas cosas sean una posibilidad para mí. Quiero que estas cosas sean una
posibilidad para todos los que la quieran. Así que finalmente decidí dar el primer paso. Estoy inscrita en dos clases en el CCSF, campus Misión. Elegí específicamente esa sede porque para mí la Misión es mi hogar y me encanta la idea de ir rumbo a clases escuchando hablar español a mi alrededor. Estoy muy entusiasmada con mi clase de Música de Latinoamérica porque mi profesora es conocida por ser talentosa y su clase cuenta con la reputación de ser muy divertida. Vi un video de ella tocando el piano y rebosaba una pasión y energía que parece contagiosa. Y mi otra clase es de matemáticas porque sabía que si no la cursaba entonces no estaría tomando en serio el compromiso con el aprendizaje. Para acabar, soy residente de San Francisco, entonces mi colegiatura es gratuita debido al nuevo programa de inscripción, Free City. Por lo tanto, no puedo usar el pretexto “No tengo dinero”. Es hora de destacar por mí misma. Gracias por mostrarme el camino, Mamá Osa.
SUBSCRIBE NOW 1 Year (25 issues): Seniors $35 Individuals $45 Organizations $100 Call (415) 648-1045 or e-mail fern@accionlatina.org El Tecolote is a publication of Acción Latina, 2958 24th Street, SF, CA 94110
Stories Continued
10 El Tecolote
Continuación de Historias
Un voluntario médico limpia con leche la cara de un manifestante luego de haberse expuesto a spray pimienta, el 16 de abril de 2017. La policía de Berkeley arrestó a por lo menos 21 personas luego de una manifestación a favor de Trump que terminó en violencia luego de que opositores se enfrentaron a manifestantes. A volunteer medic washes a protester’s face with milk after he was exposed to pepper spray on April 15, 2017. Berkeley police arrested at least 21 people during a pro-Trump rally that became violent after counter-protesters clashed with demonstrators. Photo: Bert Johnson/KQED
BERKELEY de la página 4
nificativo de la participación en grupos racistas. Uno de esos investigadores es Jean Twenge, una profesora de psicología de la Universidad Estatal de San Diego que escribió el libro iGen. Ella dijo que su investigación muestra que una minoría de personas menores de 24 años tienen creencias racistas, pero ha habido un aumento. “Analicé si los blancos pensaban que los negros son perezosos y poco inteligentes, y hubo un repunte en la respuesta de los más jóvenes”, dijo Twenge. “En realidad están mostrando muchos prejuicios”, agregó. Twenge no está segura de la razón de esta tendencia. Pero dijo que parece haber pruebas de que el nacionalismo blanco está arraigando entre los jóvenes. El sociólogo de Berkeley Arlie Hochschild estuvo de acuerdo. Durante su investigación para el libro Los extraños en su propia tierra: ira y luto por la derecha americana, se encontró con un endurecimiento en los puntos de vista entre los jóvenes, específicamente sobre los negros y los musulmanes. “Hubo una gran ira, especialmente con respecto a grupos como Black Lives Matter o grupos islamistas estadounidenses”, dijo Hochschild. “Hay una creencia profundamente arraigada de que, en los últimos ocho años, esos grupos han cortado de alguna manera al frente de la línea, que sus necesidades están siendo colocadas por encima de los blancos, especialmente hombres blancos”. Esa cólera —que de alguna manera la historia blanca y el estatus en la sociedad está siendo desplazada por grupos minoritarios y mujeres— fue una fuerza motriz y grito de protesta entre los supremacistas blancos en Charlottesville, que marcharon con antorchas tiki encendidas para protestar por la remoción de una estatua de Robert E. Lee. El evento para celebrar la herencia confederada y blanca fue organizado localmente por Jason Kessler, un nacionalista local. Según Richard Spencer, quien habló con KQED unas semanas antes de la violencia y las muertes en Charlottesville, Damigo y su grupo tomaron la iniciativa de organizar la participación de la supremacía blanca entre personas de fuera de esa localidad. “Me encantaría tomar el crédito por ello, pero fue más Nathan”, dijo Spencer. Pero el resultado en Charlottesville es marcadamente diferente de lo que era en la protesta de Berkeley. Tres personas han muerto, incluyendo Heather Heyer, de 32 años, supuestamente atropellada por un supremacista. Dos oficiales de la policía del estado de Virginia —el teniente piloto H. Jay Cullen y el soldado piloto Berke M.M. Bates— murieron unas horas después de que su helicóptero de patrulla se estrellara en el camino a la escena de la violencia. Damigo fue arrestado en Virginia por no replegarse. Ha creado una recaudación de fondos en línea para sus gastos legales relacionados con lo que describe como violaciones de los derechos civiles en Charlottesville. Antes de su arresto, Damigo dijo que esperaba más eventos en el campus. Le dijo a KQED que uno de sus planes es crear un evento en UC Berkeley con Richard Spencer. “Cuanto más estas personas patean y gritan y lloran y lloran, más publicidad recibimos”, dijo Damigo. “La publicidad es algo bueno. Desde una perspectiva PR queremos que la gente hable de nosotros”.
vista con KQED, Damigo dijo creer que los blancos necesitan su propio país. Sin embargo, agregó que también quiere que su organización sea vista como más aceptable para una población más amplia. Por ejemplo, Damigo ha prohibido a los miembros de Identidad Evropa tener tatuajes en sus caras, cuellos o manos. “No queremos ser vistos como demasiado amenazantes”, dijo. Damigo también no utiliza improperios, en su lugar usar palabras como ‘gosh’ o ‘golly’.Y mientras otros racistas han argumentado en favor de la reubicación o purga de los grupos minoritarios de la sociedad estadounidense, Damigo evitó hablar sobre cómo crearía una patria blanca. Pero no evita el conflicto. En cambio, como lo hicieron en Berkeley y Charlottesville, Identidad Evropa y los grupos alineados de supremacía blanca parecen deleitarse en incitar a los contra-manifestantes a enfrentamientos violentos. Damigo también indicó que, en esta etapa, está más interesado en reclutar miembros y construir un movimiento duradero que martillando una política específica. “Quiero decir, esto es lo que probablemente nunca sucederá en mi vida”, dijo. Para ese fin, Damigo dijo que está apuntando a los hombres blancos educados en la universidad como posibles nuevos miembros de Identidad Evropa. Esa es una gran razón de estos comicios han sido en gran medida organizados en los campus universitarios. No son sólo protestas, sino campañas de reclutamiento. “Las universidades son instituciones donde la élite del saber de la juventud tiende a formar cuello de botella”, dijo Damigo. “Ellos van a ser los más propensos a lograr cambios, a largo plazo el cambio institucional”. Es una estrategia compartida por el amigo de Damigo, Richard Spencer, uno de los miembros más francos y visibles del movimiento de la supremacía blanca. Spencer encabeza el Instituto de Política Nacional, un grupo supremacista. “Para bien o para mal, no estoy tratando de llegar a todas y cada una de las personas que van a un mitin Trump”, dijo Spencer a KQED antes de la violencia de este fin de semana. “Ciertamente hay versiones más populistas de la alt-derecha. Creo que está claro que voy a buscar a una élite”. Este enfoque parece estar funcionando para Identidad Evropa, que ha reclutado a más de 500 miembros en colegios en todo el país, de acuerdo con Damigo. KQED no pudo verificar independientemente esa afirmación. Sin embargo, Brian Levin —un conocido investigador de grupos de odio y profesor del Departamento de Justicia Criminal de la CSU San Bernardino— dijo no creer que esos números sean exactos. “No me gustaría creer ninguna afirmación de Damigo”, dijo Levin. “Damigo está tratando de no ser sólo acto de apertura en el movimiento de la supremacía blanca. La membresía de su grupo es mucho menor”. Sin embargo, varios científicos sociales prominentes que han comenzado a estudiar el surgimiento de la derecha dura dijeron que Nota del editor: Alexis Terrazas de El Tecolote ellos también están viendo un aumento sig- contribuyó a esta historia, que se presenta en colaboración con el periódico de San Francisco.
W W W.ELTECOLOTE.ORG
August 24-September 6, 2017
Agosto 24-Septiembre 6, 2017
Community Events
Actividades Comunitarias Saturday, Sept. 2 • 5 p.m. BRUJA BY VANESSA SANCHEZ / LA MEZCLA a theater performance showcasing and empowering Xicanas and Latina women of the Bay Area through rhythm, music, and dance. An exploration of the history of the Xicana experience through non-stereotypical artistic expression with a cultural and historical context spanning from the 1940’s (early Xicana history) through today. • Eastside Alliance, 2777 International Blvd., Oakland
Please send calendar submissions to calendario@eltecolote.org Favor de enviar información a calendario@eltecolote.org Saturday, Aug. 26 • 6 p.m. - 7:30 p.m. • $11 “AL OTRO LADO (TO THE OTHER SIDE)” FILM SCREENING Following an aspiring corrido composer from the drug capital of Mexico facing the choice to better his life or traffic drugs into the United States, “Al Otro Lado” explores the world of drug smuggling, illegal immigration and the corrido music that chronicles it all. Featuring Los Tigres del Norte, Chalino Sanchez Jenni Rivera, Jessie Morales (El Original de la Sierra) • Q&A following the film with director Natalia Almada • The Roxie Theater, 3117 16th St., San Francisco • Roxie.com Sunday, Aug. 27 • 10:30 a.m. - 12:30 p.m. BAY AREA RALLY AGAINST HATE Join residents of the Bay Area—people of color, working class people, immigrants, queer, lesbian, gay, bi, and trans people, liberals, leftists, and others, in celebrating our differences in solidarity, and peacefully speaking out against the hateful currents in American society. Fascists and white supremacists are meeting in Berkeley to try to intimidate us and incite violence. We’re meeting near UC Berkeley campus, blocks away and on the other side of the downtown, for a peaceful rally to speak to each other about the world we want. Join us, bring snacks, bring signs! • Crescent Lawn, U.C. Berkeley Sunday, Aug. 27 • 1 p.m. - 3:30 p.m. FREE WOMEN’S SELF-DEFENSE CLASS Join in for a free women’s self defense class and learn some basic self defense skills and strategies from 3 experts in martial arts! To RSVP send email to gianshaktikaur@gmail.com
Sunday, Aug. 27 • 2 p.m. - 5 p.m. • Free RUMBEROS DE RADIO HABANA: MONTHLY COMMUNITY RUMBA Rumba music originated in the Afro-Cuban neighborhoods of Havana and Matanzas as the soundtrack to community, partnered dancing and get-togethers as a means of cultural expression. Its global diaspora means rumba rhythms have found their way into other genres of music such as country, rock, and blues, and continue to impact the genres of today. Rumberos de Radio Habana are bringing their own contribution to the Red Poppy for a free afternoon of beatmaking, hip-shaking, and good company. Friday, Sept. 1 - Sunday, Sept. 3 HOLA MEXICO FILM FESTIVAL 2017 The Hola Mexico Film Festival is back at the Roxie! Featuring an excellent program of films including: “Treintona, Soltera y Fantástica,” Tempestad,” La Vida Inmoral de la Pareja Ideal,” “Sueño en Otro Idioma” and “La Habitación” • The Roxie Theater, 3117 16th St., San Francisco • roxie.com Saturday, Sept. 2 • 12 p.m. - 5 p.m. • Free XICANA POWER BLOCK PARTY EastSide Arts Alliance presents a free family event celebrating Generations of Xicanas Revolucionarias of Califas, with live performances, DJs, art exhibits, food vendors, car and bike shows, activities for the kids and more, supported in part by The California Endowment and the William & Flora Hewlett Foundation. • 23rd Avenue between International Boulevard and E. 12th Street, Oakland
Sunday, Sept. 3 • 11 a.m. - 6 p.m. • Free 16TH ANNUAL SAN FRANCISCO ZINE FEST 200 plus “zinesters” showing their work and being themselves at Northern California’s oldest and largest DIY publishing festival. Founded in 2001, San Francisco Zine Fest seeks to advance the do-it-yourself ethos by fostering community throughout the Bay Area, and celebrate independent writers, artists and creators, by allowing them to share their work with an ever-growing audience in exhibitions and public events. • County Fair Building in Golden Gate Park, 1199 9th Ave., San Francisco • sfzinefest.org Sunday, Sept 3 • 2:30 p.m. - 10 p.m. • $15-$30 2ND ANNUAL SONIDO CLASH MUSIC FEST The second full fledged music festival following the sonic direction of artists that have performed on a Sonido Clah stage of the past. The fest is all ages and will feature a live performance stage, DJ stage on the gardens, poetry stage, cumbia dance lessons, mercado (vendor market), live art, kids activities, workshops, full bar, food y más! • School of Arts & Culture at MHP, 1700 Alum Rock Ave., San José Tuesday, Sept. 5 • 7:30 p.m. • $5 LUNADA LITERARY LOUNGE: JAVIER ZAMORA & SOPHIA MABELITINI The Bay Area’s only full moon bilingual literary ritual and performance gathering devoted to spoken word, música, song, and story is proud to host the book release or Salvadorean poet Javier Zamora’s anticipated first collection of poetry “Unaccompanied.” The evening opens with a short Open Mic, and a featured performance by musician Sophia Mabelitini. • Galería de la Raza, 2857 24th St., San Francisco
W W W.ELTECOLOTE.ORG
El Tecolote 11 Wednesday, Sept. 6 • 7 p.m. - 9 p.m.THE SOUNDS OF RESISTANCE: PUERTO RICO HOSTED BY JOHN SANTOS. An ongoing series that uncovers Latin America’s long history of musicians who have defined their art through progressive movements of social change. As Cuba’s sister island, Puerto Rico shares the same colonial history of resistance, forging a symbiotic relationship with Cuba that is celebrated by poets, dancers, musicians and statesmen.The Afro-Puerto Rican styles known as Bomba and Plena have always been on the front line of the movement against slavery and oppression. • Museum of the African Diaspora, 685 Mission St., San Francisco • sfjazz.org Thursday, Sept. 7 • 3 p.m. - 6 p.m. HEMLOCK ALLEY MURAL UNVEILING Join us for food, drinks, music, art and community as we celebrate the unveiling of six large- scale murals created by a diverse, talented group of local artists, unified around the theme: “San Francisco: Its History and its Diversity.” The unusually elongated building facade was split into six separate panels, allowing for each artist or artist team to contribute their unique talent and vision to this neighborhood. • Hemlock St. (between Polk St. and Van Ness Ave.), San Francisco Thursday, Sept. 7 • $30 SF BOTANICAL GARDENS FULL MOON WALK Enjoy the best of the season’s wild flowers and discover the garden’s nocturnal sights and scents on a docent-led tour under the full moon. Learn about the Garden and what’s currently in bloom—each walk is sure to be different from the last! Herbal tea and light refreshments will be served. Bring a flashlight. Walk occurs if sky is foggy or clear, but heavy rain cancels. • San Francisco Botanical Gardens in Golden Gate Park, Martin Luther King Jr Dr., San Francisco • www.sfbotanicalgarden. org Saturday, Sept. 9 • 5 p.m. • Free ENCUENTRITOS Leading up to its annual Encuentro del Canto Popular music festival, Acción Latina is hosting a series of “Encuentritos,” free concerts where nine selected bands will perform before an audience and a panel of judges. Two of these bands will be selected to appear at the 36th Annual Encuentro del Canto Popular on Dec. 3, 2017 at The Chapel. • Accíon Latina, 2958 24th St., San Francisco • accionlatina.org
12 El Tecolote
August 24-September 6, 2017
W W W.ELTECOLOTE.ORG