El Tecolote Vol. 50 issue 11

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Vol. 50 No. 11

PUBLISHED BY ACCIÓN LATINA

June 4-17, 2020

LAS VIDAS NEGRAS

IMPORTAN PG. 6

BLACK LIVES Photo: Benjamin Fanjoy

MATTER


NEWS • NOTICIAS

2 El Tecolote

June 4-17, 2020

THE ADDED CHALLENGES THAT PEOPLE WITH DISABILITIES FACE DURING THE PANDEMIC Grady Duggan

El Tecolote

*Editor’s note: Grady Duggan is a journalism student in SF State’s Journalism 575 Community Media this spring. Taught by professor Jon Funabiki, the class is a collaboration with El Tecolote.

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he COVID-19 pandemic has shifted everybody’s world, some more than others. Certain communities have been impacted to a much greater extent, and the community of people with disabilities have been dealt with an extra layer of challenges. While life has slowed in recent weeks, the effort around people with disabilities has only picked up. “If anything, COVID-19 has made us busier than we would be at this time of year,” said Carrie England, the Executive Director at the State Independent Living Council (SILC). And the coveted services that people with disabilities have depended on have been altered more now than ever. “COVID-19 has impacted the disabled community in many ways,” England said. “I don’t think I could possibly capture it all. It has impacted the way they live, work, and play. It has impacted how they obtain services, where they obtain services, and has interrupted medical care. For some it has meant a complete change of life.” Since the coronavirus has spread through the state of California since early March, ventilator rationing has been at an all-time high, and this issue is not new for many people with

disabilities. “One of the concerns our community had was the medical rationing,” said Ligia Andrade Zúñiga, the vice president of the Center for Independence of Individuals with Disabilities. “A lot of people use ventilators to breathe normal for their everyday life. So, when there’s a shortage of that type of equipment, people are asked to give up their equipment or to donate any unused equipment.” However, with everything going on, Zúñiga did not know the exact number of people who were asked to give up their equipment, if at all. There is no denying that coronavirus has been problematic, and it has uncovered certain concerns within our society. The Disability Rights California organization voiced that in their letter to Gov. Gavin Newsom back in late April. “The COVID-19 pandemic has exposed long-standing racial and economic disparities in access to health care, technology, jobs, communication and social services,” read the letter. “These disparities intersect with disability, doubly disadvantaging adults and children with disabilities from immigrant communities, other communities of color and poor families.” This has been evident in the numbers released by local counties. In Santa Clara County, the Bay Area’s largest county, COVID-19 cases are slanted towards minorities. As of May 16, 39 percent of cases are Latinx, and 33 percent of the county’s deaths are Latinx. Zúñiga noted that such numbers could be due to a whole bunch of scenarios that all lead to oppression towards minorities. “It could have something to do

with, you know, systemic oppressions of people of color when it comes to inadequate health care… when it comes to documentation, like if it’s somebody that’s undocumented and they’ve been working under the table, they’re not going to qualify (for medical care),” she said. “Also, some people are afraid of asking for help because they don’t want to compromise their immigration status. If they’re trying to get their citizenship or anything like that because the Trump administration has said that anybody that’s eliciting or that receives any type of government assistance will no longer qualify to get their citizenship. So, that’s disturbing, especially right now.” The coronavirus pandemic has brought a plethora of issues to light for the disabled community, but there could be reason to believe that this could lead to advocacy progress in the future. When asked if this could lead to more awareness for the disabled community following the pandemic, England showed optimism that some positive could come out of these shelter-in-place orders that were enacted to stem the spread of the virus. “People with disabilities have been arguing for decades that telework as an accommodation would work,” England said. “Companies have pushed back against this. Now that we are all teleworking, this may offer opportunities for people with disabilities to work from home without the significant pushback previously received. We hope that teleworking opportunities for people with disabilities will continue once the pandemic is resolved.”

Ligia Andrade Zúñiga, vicepresidenta del Centro para la Independencia de Individuos con Discapacidades. Ligia Andrade Zúñiga is the vice president of the Center for Independence of Individuals with Disabilities. Courtesy: Ligia Andrade Zúñiga

NUEVOS DESAFÍOS PARA PERSONAS CON DISCAPACIDAD DURANTE LA PANDEMIA ese tipo de equipos, se pide a la gente que reEl Tecolote nuncie a sus equipos o que done cualquiera no utilizado”. Sin embargo, con todo lo que está pasando, *Nota del Editor: Grady Duggan es estudiante de periodismo, de la clase Medios de Comuni- Zúñiga no sabía el número exacto de personas cación Comunitarios. Impartida por el profe- a las que se les pidió entregar su equipo, si es sor Jon Funabiki, la clase es una colaboración que lo hacían. No se puede negar que el coronavirus ha sido problemático, y ha descubierto con El Tecolote. ciertas preocupaciones dentro de nuestra sociea pandemia COVID-19 le ha cambiado dad. La organización Disability Rights Califorel mundo a todos, para algunos más que otros. Ciertas comunidades han sido im- nia lo expresó en su carta al Gobernador Gavin pactadas en mayor medida, como la de perso- Newsom a finales de abril: “La pandemia de nas con discapacidades que debe lidiar con un COVID-19 ha expuesto las disparidades raciacarga extra de desafíos. Mientras que la vida les y económicas en el acceso a la atención mése ha ralentizado en las últimas semanas, el es- dica, la tecnología, los empleos, la comunicafuerzo en torno a las personas con discapacidad ción y los servicios sociales”, se lee en la carta. “Estas disparidades se cruzan con la discapacino ha hecho más que aumentar. “En todo caso, la COVID-19 nos ha tenido dad, perjudicando doblemente a los adultos y más ocupados de lo que estuviéramos en esta niños con discapacidades de las comunidades época del año”, dijo Carrie England, Directora de inmigrantes, comunidades de color y famiGeneral del Consejo Estatal de Vida Indepen- lias pobres”. Esto ha sido evidente en las cifras publicadiente (SILC, por sus siglas en inglés). Según explica, los codiciados servicios de los que han das por los condados locales. En el condado de dependido las personas con discapacidades se Santa Clara, el condado más grande del área de han alterado más que nunca: “La COVID-19 la bahía, los casos por la COVID-19 están inha impactado a la comunidad de discapacitados clinados hacia las minorías. Al 16 de mayo, el de muchas maneras. No creo poder referir todo. 39 por ciento de los casos son latinos, al igual Ha impactado la forma en que viven, trabajan que el 33 por ciento de las defunciones en el y juegan. En cómo obtienen servicios, dónde condado. Zúñiga señaló que tales números polos obtienen y ha interrumpido su atención mé- drían deberse a un montón de escenarios que todos llevan a la opresión hacia las minorías. dica”. “Podría tener algo que ver con, ya sabes, Desde que el coronavirus se ha propagado en el estado de California desde principios de las opresiones sistémicas de la gente de color marzo, el racionamiento de los respiradores ha cuando se trata de una atención médica inadesido el más alto de todos los tiempos, y esta cuada... cuando se trata de la documentación, cuestión no es nueva para muchas personas con como si se trata de alguien que es indocumentado y ha estado trabajando por bajo la mesa, discapacidades. “Una de las preocupaciones de nuestra co- no va a calificar (para la atención médica)”, munidad era el racionamiento médico” —dijo dijo. “Además, algunas personas tienen miedo Ligia Zúñiga, la vicepresidenta del Centro para de pedir ayuda porque no quieren comprometer la Independencia de los Individuos con Dis- su estatus migratorio”. Si están tratando de obcapacidades—, “mucha gente requiere venti- tener su ciudadanía o algo así porque la admiladores para respirar normalmente en su vida nistración Trump ha dicho que cualquiera que cotidiana. Por lo tanto, cuando hay escasez de esté obteniendo o que reciba cualquier tipo de Grady Duggan

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ayuda del gobierno ya no calificará para obtener su ciudadanía. Así que, eso es preocupante, especialmente ahora mismo”. La pandemia del coronavirus ha sacado a la luz una gran cantidad de cuestiones para la comunidad con discapacidades, pero podría haber razones para creer que esto podría conducir a un progreso en el futuro. Cuando se le preguntó si esto podría conducir a una mayor concientización hacia esta comunidad después de la pandemia, England mostró optimismo de que podrían salir algunos resultados positivos de estas órdenes de confinamiento impuestas con el fin de frenar la propagación del virus: “Las personas con discapacidades han argumentado durante décadas

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que el teletrabajo como una adaptación, funcionaría”, explicó y agregó: “Las empresas han retrocedido en contra de esto. Ahora que todos estamos teletrabajando, esto puede ofrecer oportunidades para que las personas con discapacidad trabajen desde casa sin el importante retroceso recibido anteriormente. Esperamos que las oportunidades de teletrabajo para las personas con discapacidad continúen una vez que la pandemia se resuelva”. La COVID-19 ha alterado la forma en que todo el mundo lleva su vida, pero Zúñiga e England parecen coincidir en que la gestión correcta podría conducir a un futuro mejor para las personas con discapacidades.


ARTS & CULTURE • ARTE Y CULTURA

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DESPITE PANDEMIC, VIRTUAL MARTIAL ARTS SESSIONS TRAIN PINAYS IN SELF DEFENSE Felicia Hyde

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*Editor’s note: Felicia Hyde is a journalism student in SF State’s Journalism 575 Community Media this spring. Taught by professor Jon Funabiki, the class is a collaboration with El Tecolote.

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efore the outbreak of COVID-19, womxn and young girls in the Filipino community would come together and train in the traditional martial art form of Pekiti Tirsia Kali (PTK) as a way to combat against violence. But now members of this community are learning to train and share stories through a virtual screen. The Survival Arts Academy, a training system for womxn and girls to protect themselves against sexual assault and all other forms of violence, has had to move from in-person workshops to virtual sessions—just as many other activities have shifted to virtual platforms. “There is no replacement for the love, care and energy exchanged during our sacred circles and training together, but students continuously say that our gatherings online are what’s giving them the life and strength to keep going, while providing a level of support and comfort during this time when everyone is physically isolated from each other,” said Jamie Yancovitz, creator, director, and head Instructor of Survival Arts Academy. “One amazing feat that we’ve been able to accomplish is to bring our students and facilitators together from NYC to California to the Philippines! Our warrior community stays connected worldwide through technology.” Originally established in Bacolod City, Philippines in 1897, the sacred family system of Filipino fighting arts known as Pekiti Tirsia Kali (PTK) was brought by Yancovitz, 31, to Los Angeles. Prior to COVID-19, training retreats were held in the Philippines, New York City, Los Angeles and the San Francisco Bay Area. Since the start of shelter-in-place, Survival Arts has offered virtual training sessions for anyone who had previously been involved with

in-person sessions. Jocyl Sacramento, community member and Survival Arts participant, got involved with the training initially in September 2019 when she was invited to a retreat. Verma Zapanta, co-facilitator of the Bay Area branch, reached out to Sacramento and others to participate in a daylong fighting arts training and healing retreat. The first virtual session Sacramento attended was Survival Arts Worldwide Virtual Training in March, which included participants from all over the world. Yancovitz hosted the Zoom call from the Philippines, and was joined by participants from the regions of New York (Lenape), the San Francisco Bay Area (Ohlone), Long Beach and Los Angeles (Tongva). Names such as Tongva, Ohlone and Lenape are in reference to the Indigenous tribes which inhabited those regions of California over thousands of years ago. Virtual training has allowed these womxn and others in the community to connect with people they never would have practiced with if they were limited to in-person sessions. Since moving to virtual training online due to the current pandemic, the Survival Arts team has found ways to check in with their warrior community and provide support during this difficult time. Yancovitz has worked hard in creating videos for their students to continue practicing PTK training tutorials, and sets aside time during each gathering to have a grounding meditation and small-group breakout sessions to check in with one another. “We have also created online challenges like the #10pushupchallenge for folks to continue building bodily strength and encourage everyone to stay fit, healthy, and safe during this time,” said Yancovitz. “Our goal is to keep folks motivated, in shape, and staying ready for whatever life throws at us. Keeping a strong mind, body, and spirit during this time is imperative to fight the virus, while preparing for the future.” Due to the physical aspect of training, lessons were really meant to be done in person. As in any sport or martial arts, there is a level of contact and energy exchange that cannot be replicated anywhere else.

Jamie Yancovitz (derecha), creadora, directora e instructora líder de Survival Arts Academy. Jamie Yancovitz (right), creator, director, and head Instructor of Survival Arts Academy. Photo: Darcey De Los Reyes (@delosphoto) “Survival Arts (SA) to me is more than just training. It’s become my family and deep source of grounding and healing. My SA family in Lenape—the New York City Area—has become inseparable (in spirit, and virtually that is) even amidst quarantine,” said Danielle Espiritu, Survival Arts member. “It goes so far beyond just physical training and I think that’s what’s really empowered us individually and collectively.” Espiritu, a freelance education, designer, yoga instructor, manager and creative problem solver for nonprofits, had known Yancovitz for a long time and followed her work through social media in bringing Survival Arts from the Philippines to Los Angeles. After Yancovitz invited Espiritu to Survival Art’s first retreat in March 2019, she believed something was calling her to join and has been training, healing and learning ever since. “The pandemic is bringing a lot of things up for all of us, the whole world. With that

comes a lot of mental, emotional and physical challenges,” said Espiritu. “In being with each other even virtually, and being able to come into our circle as we are, our healing process in this community has propelled us through the difficulties of the pandemic to be our truest, highest selves.” Although the pandemic has brought on physical separation between its community members, the bonds between them have not wavered. In anything, it has somehow brought these womxn closer worldwide. The change has allowed people to meet more frequently and has encouraged the members to fight through this pandemic as a collective, in hopes of there being a time when they will be able to meet in-person again. “Our work during COVID-19 has proved to be even more relevant and important than it has ever been. We advocate that everyone #STAYREADY for whatever life throws at us, See SURVIVAL ARTS, page 10

CON LA PANDEMIA, RECURREN A SESIONES VIRTUALES PARA ENTRENAR ARTES MARCIALES A PINAYS Felicia Hyde

El Tecolote

*Nota del Editor: Felicia Hyde es estudiante de periodismo, de la clase Medios de Comunicación Comunitarios. Impartida por el profesor Jon Funabiki, la clase es una colaboración con El Tecolote.

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ntes de la COVID-19, mujeres de la comunidad filipina se unían a entrenar el estilo de arte marcial Pekiti Tirsia Kali (PTK) como un medio para combatir la violencia. Ahora, deben continuar aprendiendo, entrenar y compartir historias a través de una pantalla virtual. La Academia de Artes de Supervivencia, un sistema de capacitación creado para que mujeres y niñas puedan protegerse contra la agresión sexual y demás formas de violencia, ha tenido que pasar sus talleres presenciales a la modalidad virtual, al igual que muchas otras actividades. “No hay sustituto para el amor, la atención y la energía intercambiados durante nuestros círculos sagrados y de entrenamiento juntas, pero las estudiantes continuamente dicen que nuestras reuniones en línea son lo que les da la vida y fuerza para seguir adelante, al tiempo que proporciona un nivel de apoyo y comodidad mientras están físicamente confinadas”, dijo Jamie Yancovitz, creadora, directora e instructora principal de dicha academia. “¡Una hazaña increíble el lograr reunir a nuestras estudiantes y facilitadoras de Nueva York, California y Filipinas! Nuestra comunidad guerrera se mantiene conectada en todo el mundo a través de la tecnología”. Establecido originalmente en la ciudad de Bacolod, Filipinas en 1897, el sistema sagrado familiar de arte de lucha filipino conocido como Pekiti Tirsia Kali (PTK) fue llevado por Yancovitz, de 31 años, a Los Ángeles. Antes de la COVID-19, se llevaron a cabo retiros de capacitación en Filipinas, las ciudades de Nueva York, Los Ángeles y San Francisco. Desde que comenzó la orden de confinamiento, Survival Arts ha ofrecido sesiones de capacitación virtual para cualquiera que haya participado anteriormente en sesiones presenciales. Jocyl Sacramento, miembro de la comunidad y participante de Survival Arts, se involucró en la capacitación inicialmente en septiembre de 2019 cuando fue invitada a un retiro. Verma Zapanta, co-facilitadora de la sede Área de la Bahía, se acercó a Sacramento y otras para participar en un entrenamiento y retiro de sanación de un día. La primera sesión virtual a la que asistió Sacramento fue la Capacitación virtual de Survival Arts Worldwide en marzo, con

Jamie Yancovitz, creadora, directora e instructora líder de Survival Arts Academy. Jamie Yancovitz, creator, director, and head Instructor of Survival Arts Academy. Photo: Darcey De Los Reyes (@delosphoto) participantes de todo el mundo. Yancovitz organizó la llamada Zoom desde Filipinas, y se unieron participantes de las regiones de Nueva York (Lenape), el Área de la Bahía de San Francisco (Ohlone), Long Beach y Los Ángeles (Tongva), nombres que refieren a tribus indígenas que habitaron regiones de California hace miles de años.

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La capacitación virtual ha permitido que estas mujeres y otras miembros de la comunidad se conecten con personas con las que nunca hubieran practicado si fuesen sesiones presenciales. Desde que se mudó a la capacitación virtual en línea debido a la pandemia actual, el equipo de Survival Arts ha encontrado formas de comunicarse con su comunidad guerrera y brindar apoyo en estos momentos difíciles. Yancovitz ha trabajado arduamente en la creación de videos para que sus estudiantes continúen practicando mediante tutoriales de capacitación PTK, y reserva tiempo durante cada reunión para tener una sesión de meditación y sesiones en grupos pequeños para comunicarse entre ellas. “También hemos creado desafíos en línea como el # 10pushupchallenge para que las personas continúen desarrollando la fuerza corporal y como una forma de alentar a todas a mantenerse en forma, saludables y seguras durante este tiempo”, explicó Yancovitz y agregó: “Nuestro objetivo es mantener a la gente motivada, en forma y estar preparadas para lo que la vida nos depare. Mantener una mente, cuerpo y espíritu fuertes durante este tiempo es imperativo para combatir el virus, mientras se preparan para el futuro”. Debido al aspecto físico del entrenamiento, las lecciones realmente debían hacerse en persona. Como en cualquier deporte o artes marciales, hay un nivel de contacto y de intercambio de energía que no se puede replicar en ningún otro lado. “Survival Arts (SA) para mí es más que solo entrenar. Se ha convertido en mi familia y fuente profunda de conexión con la tierra y la curación. Mi familia SA en Lenape, el área de la ciudad de Nueva York, se ha vuelto inseparable (en espíritu, y prácticamente eso es) incluso en medio de la cuarentena”, dijo Danielle Espiritu, miembro de SA. “Va mucho más allá del entrenamiento físico y creo que eso es lo que realmente nos fortaleció individual y colectivamente”. Espíritu, una diseñadora independiente, instructora de yoga, gerente y solucionadora creativa de problemas para organizaciones sin fines de lucro, conoció a Yancovitz durante mucho tiempo y siguió su trabajo a través de las redes sociales para llevar Survival Arts de Filipinas a Los Ángeles. Después de que Yancovitz invitó a Espíritu al primer retiro de Survival Art en marzo de 2019, creyó que algo la llamaba a unirse y ha estado entrenando, sanando y aprendiendo desde entonces. “La pandemia está trayendo muchas cosas para todos nosotros, y para el mundo entero. Con eso vienen muchos desafíos mentales, emocionales y físicos”, dijo Espiritu. “Al estar una con otra, incluso virtualmente, y poder entrar en nuestro círculo Vea PTK, página 10


EDITORIAL

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WHEN WE SPEAK THE LANGUAGE OF THE UNHEARD, THEY LISTEN Staff Editorial 2958 24th Street San Francisco, CA 94110 Tel: (415) 648-1045 www.eltecolote.org Member SF Neighborhood Newspaper Association Editor-in-Chief Alexis Terrazas Layout Design Korina Moreno English Copy Editor Atticus Morris Spanish Copy Editor Katie Beas Writers Adriana Camarena; Grady Duggan; Felicia Hyde Translators Arturo Ayala; Katie Beas; Jaqueline García; Tesalia Rizzo; Antonio Valencia Photographers Chris Cuadrado; Benjamin Fanjoy; Mabel Jiménez Distribution Johnny García Photo Archivist Linda Wilson Advertising Manager Valeria Olguín advertising@accionlatina.org Fundraising Kenneth La

Acción Latina Executive Director Josué Rojas El Tecolote Founder Juan Gonzales

El Tecolote uses 40% postconsumer recycled paper, soybased ink and is printed by Fricke-Parks Press. Accionlatina.org El Tecolote is published by Acción Latina, a San Francisco non-profit organization. The mission of Acción Latina is to promote cultural arts, community media, and civic engagement as a way of building healthy and empowered Latino communities. Please, send us your feedback: editor@eltecolote.org Ads published in El Tecolote do not necessarily reflect the views of the newspaper’s staff, volunteers, or its publisher Acción Latina

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here’s not much say about the evil that murdered George Floyd, at least not much that hasn’t been already said. Those familiar with El Tecolote should be familiar with our stance when it comes to the killing of unarmed Black, Indigenous and People of Color by police. But some of you may wonder why a legacy Latino publication such as this would dedicate space in its pages to denounce the murder of yet another unarmed Black man. The answer is simple: Our fight is the same fight. In the time since the video of George Floyd being murdered by Minneapolis police on May 25 went viral on social media, demonstrations have erupted across the U.S., with Americans taking to the streets to express their pain and frustration. From Minneapolis to Atlanta, from New York to the Bay and beyond, police precincts and patrol cars have been set ablaze. Windows of predatory banking institutions were smashed. The property of various corporations was appropriated and redistributed to the people. These uprisings are not, as elected officials from both sides of the isle have claimed, “disgracing the memory of George Floyd,” nor that of Amaud Abrey, nor Breonna Taylor, nor Tony McDade, all of whom were murdered by police last month. Rather, they are the spontaneous expression of collective outrage from people who’ve been told to sit patiently, that change is on the way, that police reform is possible if you vote for the lesser of two evils—this while Black and Brown men and women continue to die in the street and in their homes. Those who condemn this sort of uprising predictably invoke the spirit of Martin Luther King Jr. in their

La manifestación del 30 de mayo en San Francisco se sumó al movimiento nacional en contra de la brutalidad policiaca desencadenada tras la muerte de George Floyd en Minneapolis a manos (o rodilla) del policía Derek Chauvin. The May 30 protest in San Francisco was part of a nationwide movement against police brutality sparked by the killing of George Floyd by Minneapolis police officer Derek Chauvin. Photo: Mabel Jiménez calls for peaceful demonstrations, but such invocations always seem to omit that King’s pacifism was met with violence. Consider the following: How quick our elected leaders were to calculate the cost of broken windows and burning buildings, yet they have never bothered to calculate the sum owed to descendants of those whose forced labor built the foundation for the United States’ prosperity. How those in mainstream media condemned the destruction of luxury stores and corporate property, yet shrugged at the images of dogs being unleashed on Native Americans defending their land in Standing Rock. How quick reporters were to la-

bel the demonstrators as looters, conveniently leaving out that the land on which we stand today was looted, taken violently by force from the original inhabitants of this continent. Or that the United States has been looting Latin America and the Middle East for decades. Or that the rich in this country are looting the treasury, as evidenced most recently with a stimulus in which the lion’s share of the benefits went to millionaires, while the rest of us received $1200, if we were lucky. Also consider how law enforcement and their cheerleaders always expect, nay, demand accountability from Black, Indigenous and people of color, yet never offer any them-

selves, the problem is always a few bad actors, never the institution. These voices love to remind us that not all cops are bad, and yet for every officer Derek Chauvin, who knelt on George Floyd’s neck until the life was extinguished from his body, there are three officers watching, ignoring Floyd’s cries for mercy. Law enforcement are in the streets at this moment armed with military grade weapons, yet our doctors and nurses have to resort to garbage bags as replacers for Personal Protective Equipment. Violence is the language of the oppressor. Violence is the only language the oppressor understands. This language has been used to communicate with us for more than 400 years—the knee on our collective neck, all while we are pacified with scriptures that preach “peace.” We have been convinced it’s feasible and even righteous to counter this oppression peacefully. We have been taught to accept suffering on this earth as if suffering were a virtue. What we are witnessing now is the reality that there is a limit to how much oppression a people can take. There’s a limit to how many videos of unarmed men dying we can watch. And when that limit is reached, that’s when some will resort to speaking the oppressor’s language. The privileged have no right to tell the oppressed how to protest, cannot rightfully tell the descendants of enslaved people, whose exploitation gave rise to American capitalism, what can and cannot be destroyed. The privileged have a responsibility to investigate, and redistribute, the advantages they have benefitted from, which have come at the expense of someone else’s suffering. Taken in this light, what is happening now is an opportunity. There is a better way forward. For all of us. For our non-Black readers, be an accomplice. Rise for justice. It’s the right thing to do.

CUANDO HABLAMOS EL LENGUAJE DE LOS OLVIDADOS, LOS OTROS ESCUCHAN Editorial

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o hay mucho que decir sobre el mal que asesinó a George Floyd, al menos no mucho que no se haya dicho ya. Aquellos familiarizados con El Tecolote deberían estar familiarizados con nuestra postura cuando se trata del asesinato de negros, indígenas y personas de color desarmados por la policía. Pero algunos de ustedes pueden preguntarse por qué una publicación latina y reconocida como esta dedicaría espacio en sus páginas para denunciar el asesinato de otro hombre negro desarmado. La respuesta es simple: nuestra pelea es la misma. Desde que el video de George Floyd siendo asesinado por la policía de Minneapolis el 25 de mayo se hizo viral en las redes sociales, las manifestaciones han estallado en los EEUU, con estadounidenses saliendo a las calles para expresar su dolor y frustración. Desde Minneapolis hasta Atlanta, desde Nueva York hasta la Bahía y más allá, los recintos policiales y patrulleros han sido incendiados. Se rompieron ventanas de instituciones bancarias depredadoras. La propiedad de varias corporaciones fue apropiada y redistribuida a la gente. Estos levantamientos no son, como han afirmado funcionarios electos de ambos lados de la isla, “deshonrando la memoria de George Floyd”, ni la de Amaud Abrey, ni

Breonna Taylor, ni Tony McDade, todos ellos víctimas de la policía el mes pasado. Más bien, son la expresión espontánea de la indignación colectiva de a quienes se les ha dicho tomen asiento pacientemente, que el cambio está en camino, que la reforma policial es posible si vota por el menor de los dos males, esto mientras hombres y mujeres negros y morenos, siguen muriendo en la calle y en sus hogares. Aquellos que condenan este tipo de levantamientos invocan previsiblemente el espíritu de Martin Luther King Jr. en sus llamados a manifestaciones pacíficas, pero tales invocaciones siempre parecen omitir que el pacifismo de King se encontró con la violencia. Considere lo siguiente: Cuán rápidos fueron nuestros representantes electos para calcular el costo de las ventanas rotas y los edificios en llamas, sin embargo, nunca se han molestado en calcular la suma adeudada a los descendientes de aquellos cuyo trabajo forzado sentó las bases para la prosperidad de los EEUU. Cómo aquellos en los principales medios de comunicación condenaron la destrucción de tiendas de lujo y propiedades corporativas, sin embargo, se encogieron de hombros ante las imágenes de perros yendo sobre los nativos americanos que defendían sus tierras en Standing Rock. Cuán rápidos fueron los periodistas para etiquetar a los manifestantes como saqueadores, dejando de lado

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convenientemente que la tierra en la que nos encontramos hoy fue saqueada, tomada violentamente por la fuerza de los habitantes originales de este continente. O que los EEUU ha estado saqueando a América Latina y Oriente Medio durante décadas. O que los ricos en este país están saqueando el tesoro, como se evidencia más recientemente con un estímulo en el que la mayor parte de los beneficios fue para millonarios, mientras que el resto, los que tuvieron suerte, recibió $1,200. También considere cómo la policía y sus porristas siempre esperan, más aún, exigen la responsabilidad de los negros, los indígenas y las personas de color, pero nunca se ofrecen, el problema es siempre unos pocos malos actores, nunca la institución. A estas voces les encanta recordarnos que no todos los policías son malos, y sin embargo, por cada oficial Derek Chauvin, arrodillado para oprimir el cuello de George Floyd hasta extinguir su vida, hay tres oficiales que vigilan, ignorando los gritos de misericordia. Las fuerzas del orden público están en las calles en este momento armadas con equipo de grado militar, sin embargo, nuestros médicos y enfermeras tienen que recurrir a bolsas de basura como sustitutos del equipo de protección personal. La violencia es el lenguaje del opresor, el único lenguaje que entiende. Este lenguaje se ha utilizado para comunicarse con nosotros durante más de 400 años: la

rodilla en nuestro cuello colectivo, todo mientras nos pacifican con las escrituras que predican ‘paz’. Nos hemos convencido de que es factible, incluso justo, contrarrestar esta opresión pacíficamente. Se nos ha enseñado a aceptar el sufrimiento en esta tierra como si el sufrimiento fuera una virtud. Lo que estamos presenciando ahora es la realidad de que hay un límite en la cantidad de opresión que puede soportar un pueblo. Existe un límite para la cantidad de videos que podemos ver sobre hombres desarmados muriendo. Y cuando se alcanza ese límite, es cuando algunos recurrirán a hablar el idioma del opresor. Los privilegiados no tienen derecho a decirle a los oprimidos cómo protestar, no pueden decirle legítimamente a los descendientes de personas esclavizadas, cuya explotación dio origen al capitalismo estadounidense, qué puede y qué no puede destruirse. Los privilegiados tienen la responsabilidad de investigar y redistribuir las ventajas de las que se han beneficiado, a expensas del sufrimiento de otra persona. Desde esta perspectiva, lo que está sucediendo ahora es una oportunidad. Hay un mejor camino a seguir. Por todos nosotros. A nuestros lectores no negros: sean cómplices, levántense a favor de la justicia. Es lo correcto por hacer.


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COMMENTARY • COMENTARIO

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ESSENTIAL, SICK AND MARGINALIZED: LATINX PEOPLE REPRESENT NEARLY HALF OF ALL COVID-19 CASES IN THE CITY Adriana Camarena

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This report is published in two parts. Part 1 reviews the City’s timeline of response in the first three months of the COVID-19 outbreak and existing data on Latinx workers as essential workers in the City. Part 2 hears directly from six essential Latinx workers who contracted COVID-19 in San Francisco while on the job during the initial lockdown phase and about their experience seeking and accessing help when they were sick.

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ompared to other large cities, San Francisco has fared remarkably well in limiting infections since the first novel coronavirus cases were reported three months ago. The early shelter-inplace order issued across five Bay Area counties, including San Francisco, on March 16 was crucial to this outcome. In the last two weeks, the curve of daily confirmed COVID-19 cases and the number of patients hospitalized in acute care and intensive care units started trending down in the City. Last week, on May 28, Mayor London Breed drew a new timeline and plan for safely reopening San Francisco. This hopeful turn in the epidemic restrictions, however, came with strict health orders that indefinitely extended the shelter-inplace order and made wearing facemasks mandatory outside. For the rest of the year, the valve on health order restrictions will open and close; it will be touch and go, depending on the rise and fall of infections in the weeks to come. Officials will need to collect and share as much information as possible about the virus and how the virus is moving

Source: https://data.sfgov.org within our communities for everyone to be on board with the next steps. Lessons must also be swiftly gleaned from the first wave of contagion in San Francisco in preparation for a possible, or perhaps inevitable, second wave, including who has been most impacted by the virus and why. According to City data, as of June 1, 43 lives have been lost to the novel coronavirus. Ninety-three percent of these deaths involved people with one or more underlying health conditions, and 46.5 percent of those deaths are of Asian people. The specific health conditions of those lost lives have not been made known, but the Center for Disease Control (CDC) informs, based on currently available information and clinical expertise from across the country, that older adults and people of any

age who have serious underlying medical conditions, such as chronic lung disease or moderate to severe asthma, serious heart conditions, diabetes, severe obesity, chronic kidney disease undergoing dialysis, liver disease, and immunocompromised conditions, might be at higher risk for severe illness from COVID-19. Yet, in San Francisco, deaths have taken a toll on people in the prime of their life: 23 percent of lives lost were in the 31-40 age range, 19 percent among 18-30 years old, and 18 percent in the 41-50 age range. In other words, 60 percent of all lives lost have been of young to middle aged people. Nationwide—worldwide—the virus has yet to be fully understood. For example, is it just a respiratory illness or also a cardiovascular dis-

ease, which would explain why it severely aggravates the health of those with diseases like diabetes, and not only those with underlying respiratory illnesses. The medical jury is still out, and as a result, so is a consensus on the most effective course of treatment. Prevention, therefore, is the first line of defense when combatting a new epidemiological event like COVID-19. Prevention measures have unfortunately and disproportionately failed the Latinx community of San Francisco during the initial crisis. Per City data published on June 1, Latinx people represent 47.4 percent of all cumulative COVID-19 confirmed cases in the City since the start of March, despite representing only 15 percent of the City population. This percentage has been steadily increas-

ing, even as the contagion rates have slowed down and testing rates gone up. Understanding the timeline of the outbreak in San Francisco and taking stock of the government’s preparedness and capacity to deal with an epidemic can help explain why the Latinx people continue to be overexposed to COVID-19. The role of Latinx workers, both documented and undocumented, as essential laborers in the City is also a clear factor to consider. On May 28, the shelter-in-place order was indefinitely extended in the City. The City must provide a better response to all essential workers going forward, but especially, right now, to the Latinx community in order to beat back the spread of the virus within this community and protect Latinx people against grave health and economic consequences and greater social marginalization. Timeline of the Outbreak in San Francisco Acknowledging the high volume of travel to and from mainland China, the government of San Francisco began preparing for the appearance of the COVID-19 disease on Jan. 21 by activating the Operations Center of the Department of Public Health (DPH). The Operation Center supervises and coordinates health and medical responses in the epidemic. Preventive measures were also issued instructing the public to wash our hands, cover our sneezes and coughs, and stay home if we felt sick. Six days later, on Jan. 27, the Department of Emergency Management (DEM) opened its Emergency See ESSENTIAL, page 9

ESENCIALES, ENFERMOS Y MARGINADOS: LOS LATINXS REPRESENTAN LA MITAD DE CONTAGIOS POR COVID-19 EN LA CIUDAD Adriana Camarena

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Este informe especial se publicará en dos partes. La primera, revisa el cronograma de respuesta de la Ciudad en los primeros tres meses del brote COVID-19 y la información existente sobre los trabajadores latinx esenciales en la Ciudad. La segunda parte ofrece el testimonio de seis trabajadores latinx contagiados mientras trabajan durante la fase de cierre inicial, y sobre su experiencia buscando y teniendo acceso a ayuda durante su enfermedad.

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n comparación con otras grandes ciudades, a San Francisco le ha ido notablemente bien en limitar las infecciones desde que se informaron los primeros casos de coronavirus hace tres meses. La orden anticipada de confinamiento para cinco condados del Área de la Bahía, incluido San Francisco, emitida el 16 de marzo fue crucial para este resultado. En las últimas dos semanas, la curva de casos diarios confirmados de COVID-19 y el número de pacientes hospitalizados en unidades de cuidados intensivos, comenzaron a disminuir en la ciudad. La semana pasada, el 28 de mayo, la alcaldesa London Breed trazó un nuevo cronograma y plan para reabrir San Francisco de manera segura. Sin embargo, este giro esperanzador en las restricciones por la epidemia se produjo con estrictas órdenes de salud, con la extensión indefinida de la orden de confinamiento e hicieron obligatorio el uso de cubrebocas al encontrarse en el exterior. Para el resto del año, la válvula sobre restricciones en materia de salud se abrirá y cerrará; se tocará y se irá, dependiendo del aumento y caída de las infecciones en las próximas semanas. Los funcionarios deberán recopilar y compartir la mayor cantidad de información posible sobre el virus y su comportamiento en

nuestras comunidades para todos poder dar los próximos pasos. Las lecciones también deben extraerse rápidamente de la primera ola de contagio en San Francisco en preparación para una segunda posible, o quizás inevitable, que incluya a quiénes han sido los más afectado por el virus y las razones por las cuales lo fueron. Según datos de la ciudad, al 1 de junio, se perdieron 43 vidas por el nuevo coronavirus. Noventa y tres por ciento de estas muertes involucraron personas con una o más afecciones de salud subyacentes, y 46.5 por ciento son asiáticos. Las condiciones de salud específicas de esas vidas perdidas no se han dado a conocer, pero el Centro para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) informó, con base en la información actualmente disponible y la experiencia clínica en el país, los adultos mayores y las personas de cualquier

edad con graves antecedentes de afecciones médicas, como enfermedad pulmonar crónica, asma moderada a severa, afecciones cardíacas graves, diabetes, obesidad severa, enfermedad renal crónica que requiere diálisis, la enfermedad hepática y afecciones inmunocomprometidas, podrían estar en mayor riesgo de contraer la COVID-19. Sin embargo, en San Francisco, las muertes han afectado a las personas en la plenitud de sus vidas: el 23 por ciento de los decesos estaban en el rango de edad 31-40, el 19 por ciento entre 18-30 años y el 18 por ciento en el 41-50 años. En otras palabras, el 60 por ciento de los fallecidos han sido de jóvenes a personas de mediana edad. A nivel nacional —y el mundo— no se ha logrado comprender el virus por completo. Por ejemplo, ¿es solo una enfermedad respiratoria

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o también cardiovascular, lo que explicaría por qué complica gravemente la salud de las personas con diabetes, y no solo a personas con enfermedades respiratorias subyacentes. El veredicto médico aún está fuera, y como resultado, también existe un consenso sobre el curso de tratamiento más efectivo. La prevención, por lo tanto, es la primera línea de defensa cuando se combate un nuevo evento epidemiológico como la COVID-19. Lamentablemente, las medidas de prevención han fallado desproporcionadamente a la comunidad latina de San Francisco durante la crisis inicial. Según los datos de la Ciudad publicados el 1 de junio, los latinx representan el 47.4 por ciento de todos los casos acumulados confirmados por COVID-19 en la Ciudad desde principios de marzo, a pesar de representar solo el 15 por ciento de su población. Este porcentaje ha aumentado constantemente, incluso a medida que las tasas de contagio se han desacelerado y las de prueba aumentado. Comprender el cronograma del brote en San Francisco y hacer un balance de la preparación y capacidad del gobierno para enfrentar una epidemia puede ayudar a explicar por qué los latinx continúan sobreexpuestos al COVID-19. El papel de los trabajadores latinx, tanto documentados como indocumentados, como trabajadores esenciales en la ciudad también es un factor claro a considerar. El 28 de mayo, la orden de refugio en el lugar se extendió indefinidamente. La Ciudad debe proporcionar una mejor respuesta a todos los trabajadores esenciales en el futuro, pero especialmente, en este momento, a la comunidad latinx para combatir la propagación del virus entre ella y protegerla contra graves consecuencias económicas, de salud y de mayor marginación. Vea ESENCIAL, página 8


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OAKLAND

Photo: Chris Cuadrado

OAKLAND

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SAN FRANCISCO Photo: Benjamin Fanjoy

SAN FRANCISCO

SAN FRANCISCO Photo: Benjamin Fanjoy

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SAN FRANCISCO

Photo: Mabel Jiménez

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a muerte de George Floyd —el hombre de color de 46 años asesinado en Minneapolis por el policía blanco Derek Chauvin el 25 de mayo— desató levantamientos a lo largo del país. El Área de la Bahía, que ya cuenta con su propia historia de violencia policiaca, respondió con protestas en varias ciudades. Chris Cuadrado documentó los levantamientos en Oakland el 29 de mayo, mientras que Benjamin Fanjoy y Mabel Jiménez documentaron las acciones en San Francisco el día siguiente.

SAN FRANCISCO

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he murder of George Floyd—the 46-year-old black man who was killed in Minneapolis by white police officer Derek Chauvin on May 25—ignited uprisings across the country. The Bay Area, which has its own painful history of police violence, responded with protests in various cities. Chris Cuadrado photographed the uprisings in Oakland on May 29, while Benjamin Fanjoy and Mabel Jiménez photographed actions in San Francisco on May 30.

Photo: Mabel Jiménez

SAN FRANCISCO

Photo: Mabel Jiménez

SAN FRANCISCO

Cuenta conmigo Yo te protejo. Tú me proteges. Ahora es obligatorio cubrirse la cara para prevenir la propagación de COVID-19.

Photo: Mabel Jiménez

Ciudad y Condado de San Francisco

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CONTINUED STORIES • CONTINUACIÓN DE HISTORIAS ESENCIAL de página 5

Cronología del brote en San Francisco Reconociendo el alto volumen de viajes hacia y desde China continental, el gobierno de San Francisco comenzó a prepararse para la aparición de la COVID-19 el 21 de enero, mediante la activación del Centro de Operaciones del Departamento de Salud Pública (DPH, por sus siglas en inglés). Dicho centro supervisa y coordina las respuestas médicas y de salud en la epidemia. También se emitieron medidas preventivas para instruir al público a lavarse las manos, cubrirse los estornudos y la tos, y permanecer en casa. Seis días después, el 27 de enero, el Departamento de Gestión de Emergencias (DEM, en inglés) abrió el Centro de Operaciones de Emergencia (EOC, también por sus siglas en inglés). El EOC coordina las respuestas del gobierno durante un desastre activo, mientras que el DEM, en general, apoya a las agencias gubernamentales para garantizar se brinden servicios públicos esenciales después de un desastre, y a estar preparados para acelerar la recuperación y la reconstitución a largo plazo después del desastre. Los kits de herramientas del DPH publicados en línea tienen una perspectiva decisiva posterior al desastre, y quizás la más adecuada para eventos impredecibles como terremotos que pueden afectar la infraestructura. La capacidad de la Ciudad para evitar esta epidemia, requirió una respuesta preventiva decisiva al contagio. La prevención requiere pruebas generalizadas y rastreo de contactos para contener la propagación de un virus. El 25 de febrero, la alcaldesa Breed emitió una ‘declaración de emergencia local’, que legalmente permitió a la Ciudad una mayor agilidad en la movilización de recursos, acelerando la planificación de emergencias, los centros de respuesta de personal y las agencias de coordinación, entre otras acciones. Todavía no se habían informado casos de la COVID-19 en San Francisco, sin embargo solo era cuestión de horas o días dado que otros condados del Área de la Bahía habían comenzado a anunciar infecciones por propagación comunitaria: a Santa Clara y el condado de Sonoma le siguió, el 2 de marzo, San Mateo, con casos confirmados. En otras palabras, estos casos no estaban relacionados con el viaje a China, los pacientes no estaban relacionados entre sí y no tenían contacto previo con ningún portador conocido del virus COVID-19. El virus ya se había trasladado de persona a persona, lejos de la persona o comunidad afectada originalmente, y ya no era posible rastrear la fuente original de propagación. Para San Francisco y el Área de la Bahía en general, estas fueron malas noticias; significaba que se habían perdido muchos casos no identificados y que ya no podía verificarse el origen de transmisión del virus. Estaba en circulación y se extendía. El 3 de marzo, Twitter indicó a a sus empleados del Área de la Bahía comenzaran a trabajar desde sus hogares. Al día siguiente, Facebook y Google hicieron lo mismo. Las oficinas corporativas y financieras del centro de San Francisco cerraron al unisono. En coordinación con los CDC y como parte de la red nacional existente de vigilancia de la influenza, el Laboratorio DPH de San Francisco comenzó el 2 de marzo a analizar la COVID-19. Tres días después, los dos primeros casos en San Francisco fueron confirmados: un hombre de 90 años en estado grave y una mujer de 40 años en buen estado en tratamiento en dos hospitales diferentes. Habían contraído el virus a través de la transmisión comunitaria. El 8 de marzo, la ciudad confirmó un total de ocho casos. En los días que siguieron, el Oficial de Salud de San Francisco intensificó las recomendaciones de salud: se cancelaron grandes eventos con más de un centenar de personas, se instó a las poblaciones vulnerables a limitar las salidas, se pidió a las empresas limitar la exposición de los empleados y se instó al público a practicar el distanciamiento social y el lavado de manos. También se pusieron en marcha una variedad de medidas de seguridad social, incluida una moratoria sobre los desalojos, exenciones de sanciones por pagos morosos en agua y electricidad, y fondos para refugios para personas sin hogar y SRO. El lunes 16 de marzo, 11 días después de identificarse los primeros casos en San Francisco, el Oficial de Salud de la ciudad emitió una orden de confinamiento para limitar aún más la propagación de la enfermedad. La orden, a un paso de un cierre de emergencia total, permitió a los residentes salir de casa solo para negocios y viajes esenciales, y enumeró una serie de negocios esenciales que permanecerían abiertos. La orden de confinamiento fue una acción coordinada de los funcionarios de salud en cinco condados del área de la bahía, una orden que, sin duda, salvó vidas. Hay que considerar que la ciudad de Nueva York emitió una orden similar el 20 de marzo, pero para entonces, estaba reportando 2,952 nuevos casos diarios y 29 muertes por día con números aumentando exponencialmente. Dos semanas después de ordenarse a los trabajadores de la tecnología y corporativos, trabajar desde casa, los empleados esenciales continuaron trabajando más duro que nunca, viajando en las calles vacías de San Francisco. Por primera vez, nos despertamos para saber quiénes eran trabajadores esenciales: recolectores de basura, trabajadores de restaurantes, repartidores, conductores de grúas, trabajadores de la construcción, cajeros de supermercados y conductores de transporte, por nombrar algunos. Finalmente podríamos nombrarlos por lo que eran: esenciales para las funciones cotidianas de la Ciudad, ya sea documentados o no. Sin embargo, se encuentran entre los peor pagados. El 17 de marzo, el doctor Grant Colfax, jefe del DPH, explicó a la Comisión de Salud de la Junta de Supervisores que la capacidad de departamento para probar y contactar el rastreo de COVID-19 era limitada y agravada por la falta de kits. Fue entonces que inició un proceso para establecer un plan de pruebas en conjunto con la UCSF para rastrear la disponibilidad de pruebas (incluso en laboratorios privados) para determinar

a quiénes, cuántas y dónde se realizarían las pruebas. Tomás Aragón, Oficial de Salud de la Ciudad, en la reunión de la Junta de Supervisores ese día también enfatizó que la propagación real del virus en la Ciudad era desconocida debido a la falta de pruebas. El 24 de marzo, Aragón ordenó a los laboratorios privados y públicos en San Francisco proporcionar información completa de la prueba COVID-19 al DPH. Las pruebas disponibles también siguieron las pautas obligatorias de los CDC que priorizaron a los trabajadores de la salud sintomáticos, personas mayores y personas con afecciones crónicas o inmunocomprometidas subyacentes. Luego, las pruebas se pusieron a disposición de personas que presentaban síntomas graves: fiebre con enfermedad respiratoria aguda, como tos o dificultad para respirar, que requerían hospitalización. En otras palabras, una persona ingresada con fiebre o tos o falta de aliento que no requiriese hospitalización, debía ser rechazada para realizarle una prueba y debía ser enviada de regreso a casa. El problema obvio con este enfoque fue que los casos pasaron desapercibidos, incluso cuando las personas se sintieron lo suficientemente enfermas como para pedir ayuda en un hospital. Acceder a las pruebas para la COVID-19 se convirtió en un privilegio. A mediados de marzo, aquellos con seguro de salud o los medios para cubrir los gastos de su bolsillo podrían obtener una orden del médico para una prueba en un centro médico privado en el Área de la Bahía, como Stanford, Kaiser, John Muir Health y Forward. El resto tendría que esperar hasta el 23 de marzo, cuando las primeras pruebas gratuitas se pusieron a disposición en el Área de la Bahía, en la Estación de Bomberos de Hayward, sin embargo, aún se tenían criterios limitados para decidir a quiénes examinar de acuerdo con las pautas de los CDC. Mientras que en todo el mundo, los enfermos abrumaron la capacidad hospitalaria y el recuento de muertes aumentó exponencialmente, cada día que siguió en San Francisco parecía traer una nueva respuesta positiva del gobierno de la Ciudad: se contrataron enfermeras rápidamente, se proporcionó ayuda a los artistas, la Ciudad compró máscaras N95, y habitaciones de hotel estaban disponibles para aquellos enfermos que necesitaban permanecer en cuarentena. La respuesta de la Ciudad pareció gloriosamente exitosa y con visión de futuro, excepto por dos eventos: un brote preocupante en el hogar de ancianos más grande de San Francisco, el Hospital Laguna Honda, a fines de marzo, seguido de un brote en el más grande refugio para indigentes de San Francisco, el MSC Sur. El 13 de abril, la Ciudad confirmó que 90 residentes y 10 miembros del personal de ese refugio dieron positivo por COVID-19. La noticia llegó a semanas de que los expertos presionaron implacablemente y los supervisores instaran a la alcaldesa a resguardar a los 8 mil residentes sin hogar de la ciudad en habitaciones de hotel vacías y disponibles para reducir la propagación de la enfermedad. En lugar de resolver la falta de vivienda, Breed adoptó su postura duradera y obstinada contra la vivienda de esas personas, justo en medio de una pandemia histórica. Fue en los días de indignación pública por el brote de MSC Sur que también surgieron preguntas sobre si el virus acechaba sin ser detectado entre la población latina de la ciudad. Las preguntas comenzaron cuando Unidos en Salud, una asociación entre la UCSF, la Fuerza de Tarea Latina para la COVID-19, el DPH y la comunidad del Distrito 10 (D10), anunciara que el segundo tramo censal más denso de la Ciudad y el más alto con una significativo de población de latinx, había sido seleccionada para un primer esfuerzo de aplicar la prueba COVID-19 del 25 al 28 de abril. Se contactó a Unidos en Salud para preguntar sobre la propagación de la enfermedad en el Distrito de la Misión, pero las preguntas fueron desviadas. Se sintió, como muchos otros probablemente lo hicieron, que había ‘gato encerrado’, algo sospechoso. No hubo que esperar mucho por las respuestas. Antes de las fechas de las pruebas de Unidos en Salud, el 20 de abril, el DPH lanzó un ‘Mapa del impacto del coronavirus en la ciudad por código postal’. El código postal 94110, que cubre una gran parte del Distrito de la Misión, entonces y aún ahora, muestra el mayor número de casos de la COVID-19 y la tercera mayor densidad de casos en la Ciudad. En San Francisco, la población de latinx está más concentrada en ese distrito, así como en los distritos Tenderloin y Excélsior. Los corredores norte y sur del Distrito de la Misión se superponen con los códigos postales 94103 y 94112, respectivamente. El código postal 94103 cubre principalmente SOMA pero también el borde norte del Distrito de la Misión. Este código postal sigue teniendo la mayor densidad de casos en la Ciudad. El código postal 94112 que lleva hacia el Excelsior y la periferia de la Misión, mantiene el segundo mayor número de casos de COVID-19. Al publicar el mapa, la Ciudad informó que de 1,216 casos confirmados hasta el 20 de abril, los latinxs representaban el 25 por ciento de los casos positivos. Unidos en Salud citó estadísticas más altas: “~ 34% de los casos de COVID-19 (con raza / etnia conocida, a partir del 18 de abril) pertenecen a la población latina, a pesar de que esta representa solo el ~ 15% de la población total de SF”. Esta organización confirmó además que el 80 por ciento de los pacientes hospitalizados con el virus en el Hospital General de San Francisco eran latinx, el 30 por ciento de la población del hospital. Las estadísticas fueron alarmantes. Antes de eso, la Ciudad divulgó datos sobre la epidemia del Coronavirus, y la información sobre el impacto en la comunidad latinx era completamente desconocida. Si no fuera por el estudio de Unidos en Salud, ¿cuánto tiempo planeaba la Ciudad retener información estadística literalmente vital para la salud de la comunidad latina? ¿Cuántos casos podrían haberse evitado si la comunidad latinx hubiera estado mejor informada de la situación en desarrollo? Los funcionarios de la ciudad actuaron imprudentemente al no revelar la propagación del virus entre esta población en tiempo real. Al 31 de mayo, el número total de casos confirmados de coronavirus en San Francisco se ha más que duplicado, y la población de latinx ahora representa el

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47.3 por ciento de todos los casos confirmados por COVID-19 en toda la Ciudad. En cuatro días de pruebas, Unidos en Salud aumentó el número total de pruebas COVID-19 en un 29 por ciento, y días después dio a conocer los resultados iniciales de ese tramo del censo: de casi 3 mil personas examinadas, 62 dieron positivo. Si bien aparentemente era baja, la tasa de infección del 2.1 por ciento era 2 por ciento superior a la tasa reportada por la ciudad en ese momento. Además, de aquellos que dieron positivo 95 por ciento son Latinx y el 90 por ciento de esos correspondía a personas que no podían permanecer en casa pues debían trabajar. Los resultados destacaron el papel que las personas latinx estaban desempeñando como trabajadores esenciales, así como su vulnerabilidad económica que les impedía quedarse en casa. Una encuesta de 2017 realizada por Mission Promise Neighborhood a 584 hogares con niños en el Distrito de la Misión muestra que en el año anterior, dos de cada cinco familias se habían quedado sin necesidades básicas, como vivienda, atención médica, alimentos y cuidado infantil. El setenta y siete por ciento de los 447 que respondieron a las preguntas sobre los ingresos del hogar ganaban menos de $35 mil al año y el 30 por ciento vivía por debajo del umbral federal de pobreza. En ese momento, casi todas las familias gastaban más de la mitad de sus ingresos en alquiler, y los gastos relacionados con los alimentos eran el siguiente gasto más alto. El desempleo entre estas familias fue casi cuatro veces mayor que la tasa de la Ciudad, con el 21 por ciento de los padres teniendo más de un trabajo para llegar a fin de mes. Esta instantánea de las familias latinxs de la Misión ofrece una perspectiva preocupante para una comunidad que hoy enfrenta simultáneamente una epidemia y depresión económica. Siguiendo los resultados de Unidos en Salud, el Atlas de Equidad del Área de la Bahía analizó datos de la Encuesta de la Comunidad Americana 2014-2018 proporcionada por el Centro de Investigación Económica y Política que describe las características de los trabajadores esenciales en el Área de la Bahía de nueve condados. Los datos muestran que 1.1 millones de trabajadores esenciales de la zona representan el 28 por ciento de la fuerza laboral de la región. Entre estos trabajadores esenciales, las personas de color están sobrerrepresentadas: el 66 por ciento de los trabajadores esenciales eran personas de color, aunque solo el 58 por ciento de todos los trabajadores eran personas de color. De todos los trabajadores esenciales en el Área de la Bahía, el 43 por ciento son inmigrantes, y el 31 por ciento de los trabajadores esenciales son latinxs (aunque las personas latinxs son el 21 por ciento de todos los trabajadores del Área de la Bahía). Un desglose adicional por industrias esenciales específicas muestra que los latinx representan un porcentaje mayoritario del trabajo esencial en construcción, limpieza y recolección de residuos, supermercados, tiendas de conveniencia y farmacias, servicios domésticos, camiones, almacenes y servicios postales, y trabajos agrícolas en el Área de la Bahía. Con respecto a las mujeres, el Bay Area Equity Atlas encontró que “las trabajadoras latinas representan una décima parte de la fuerza laboral, pero casi la mitad de todas las trabajadoras domésticas (47 por ciento); 37 por ciento de los trabajadores de servicios de limpieza de edificios, trabajadores para la recolección de residuos, y 23 por ciento de los trabajadores de cuidado infantil y servicios sociales”. Según las cifras, la prórroga de la orden de confinamiento en el hogar emitida por la Ciudad y el Estado coloca la peor parte de nuestras necesidades de supervivencia en los hombros de los trabajadores esenciales de todos los sectores, y su trabajo los expone más al contagio. En el caso de San Francisco, es la población latina, tanto documentada como indocumentada, la que se ve más afectada por la enfermedad en la Ciudad, ya sea por exposición a la enfermedad o por falta de ingresos, sin ningún recurso de reserva. El acceso restrictivo a las pruebas existentes en la Ciudad dejó a los trabajadores esenciales latinx sobreexpuestos y con poca asistencia. La ciudad no amplió el acceso a las pruebas gratuitas en sus dos CityTestSF para los trabajadores esenciales (sin un requisito de referencia médica) hasta principios de mayo. Ahora que la Ciudad ha ampliado significativamente el número y al hacerlas accesibles para cualquier persona que habite o trabaje en la Ciudad, los latinx como porcentaje de los casos acumulados de COVID-19 continúan en aumento. Hay filas de más de 500 personas al día en los diversos bancos de alimentos en el Distrito de la Misión. Estas familias con estatus migratorio mixto o indocumentado no son elegibles para la mayoría de los fondos de ayuda federales y estatales ni a los beneficios de desempleo. En cualquier caso, las donaciones únicas de $500 de la Ciudad o el estado para indocumentados no pueden compensar adecuadamente su trabajo o sus pérdidas económicas en caso de enfermarse con COVID-19 por jugar un papel esencial en el mantenimiento de nuestra calidad de vida en San Francisco. El virus, incluso cuando no los ha enfermado, está llevando a la comunidad latinx hacia la pobreza extrema. En estos días, protestamos por la crisis humanitaria de personas sin hogar en la ciudad. Protestamos por el legado de brutalidad policial e inequidad contra la comunidad negra. Pero también debemos protestar por el sufrimiento desproporcionado de la comunidad latina y otras personas de color, ya que llevan la peor parte de la enfermedad en la ciudad como trabajadores esenciales. Haciéndose eco de las recomendaciones del Atlas de Equidad del Área de la Bahía, la clase trabajadora esencial de San Francisco debe ser apoyada garantizando sus derechos humanos básicos para salarios dignos, licencia por enfermedad pagada y ampliada, condiciones de trabajo seguras, pruebas y atención médica gratuitas, facilitadas por metodologías apropiadas, y vivienda estable, mediante moratorias de desalojo, cancelación del alquiler, de las hipotecas y los pagos de servicios públicos. Es el único camino humanitario a seguir.


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ESSENTIAL, from page 5

Operations Center (EOC). The EOC coordinates government responses during an active disaster. The DEM, in general, supports government agencies to ensure that essential public services are provided after a disaster, and that they are prepared to accelerate post-disaster, long-term recovery and reconstitution. DPH toolkits published online have a decisive post-disaster outlook, and one best suited perhaps to unpredictable events such as earthquakes that can affect infrastructure. The City’s capacity to avoid the disaster that struck—an epidemic—required a decisive preventive response to contagion. Prevention requires widespread testing and contact tracing to contain the spread of a virus. On Feb. 25, Mayor Breed issued a “declaration of a local emergency,” which legally allowed the City greater agility in mobilizing resources, accelerating emergency planning, staffing response centers, and coordinating agencies, among other actions. No Coronavirus or COVID-19 cases had yet been reported in San Francisco, but it was only a matter of hours or days given that other Bay Area counties had begun announcing infections from community spread: Santa Clara and Sonoma County were followed a week later, on March 2, by confirmations of cases from community spread in San Mateo. In other words, these cases were unrelated to travel to China, the patients were unrelated to each other, and had no prior contact with any known carriers of the COVID-19 virus. The virus had already moved from person to person, away from the originally infected person or community, and it was no longer possible to trace the original source of the novel virus. For San Francisco, and the Bay Area at large, this was bad news. It meant that many unidentified cases had been missed and the transmission of the virus could no longer be checked at its source. It was in circulation and spreading. On March 3, Twitter told its Bay Area employees to start working from home. The next day Facebook and Google followed suit. The corporate and financial offices of downtown San Francisco shutdown in tandem. In coordination with the CDC and as part of the existing national influenza surveillance network, the San Francisco DPH Laboratory (SFDPHL) began testing for COVID-19 on March 2. Three days later, the first two cases of COVID-19 in San Francisco were confirmed: a 90-year old man in serious condition, and a 40-year old woman in fair condition being treated at two different hospitals. They had contracted the virus through community transmission. On March 8, the City confirmed a total of eight cases. In the days that followed, San Francisco’s Health Officer escalated health recommendations: large events were cancelled of over 100 people, vulnerable populations were urged to limit outings, businesses asked to limit employee exposure, and the public was urged to practice social distancing and hand washing. A variety of social security measures were also put into motion, including a moratorium on evictions, penalty waivers for delinquent payments on water and power, and funding for homeless shelters and SROs. On Monday March 16, 11 days after the first COVID-19 cases were identified in San Francisco, the Health Officer of San Francisco issued a shelter-in-place order to further limit the spread of the disease. The order, one step down from a full emergency lockdown, allowed residents to leave home only for essential businesses and travel, and listed a series of essential businesses that would remain open. The shelter-in-place order was a coordinated action of Health Officials across five Bay Area counties of the order, and in it saved lives, it undoubtedly saved lives. Consider that New York City issued a similar order on March 20, but by then, it was reporting 2,952 new daily cases and 29 deaths per day with numbers exponentially climbing. Two weeks after tech and corporate workers were ordered to work from home by their employers, essential workers continued to work harder than ever, commuting on the empty streets of San Francisco. For the first time, we woke up to learn who beyond first responders were essential workers: garbage collectors, restaurant workers, delivery people, tow-truck drivers, construction workers, grocery cashiers, and transport drivers to name a few. We could finally name them for what they were: essential to the day to day functions of the City, whether documented or undocumented. And yet, they are among the lowest paid. On March 17, Dr. Grant Colfax, the head of DPH, explained to the Health Commission of the Board of Supervisors that the SFDPHL’s capacity to test and contact trace for COVID-19 was very small, compounded by a lack of CDC testing kits. The DPH initiated a process of establishing a testing plan with

UCSF to track the availability of tests (including at private labs) to understand who, how many and where people were being tested. Tomás Aragón, the Health Officer of the City, at the Board of Supervisors meeting that day also stressed that the real spread of the virus in the City was unknown due to the lack of testing. On March 24, the City’s Health Officer ordered private and public labs in San Francisco to report complete COVID-19 testing information to the DPH. Available testing also followed mandatory CDC guidelines which prioritized symptomatic healthcare workers, seniors and people with underlying chronic or immunocompromised conditions. Testing was next made available to people who showed severe symptoms: a fever with acute respiratory illness, such as a cough or difficulty breathing, requiring hospitalization. In other words, if a person came in with a fever or cough or shortness of breath but didn’t require hospitalization, a test was denied and they were sent back home. The obvious problem with this approach was that cases went undetected, even when people felt ill enough to ask for help at a public hospital. Access to testing for COVID-19 became a test of privilege. By mid-March, those with health insurance or the means to cover the out-of-pocket expense could get a doctor’s order for a test in a private medical facility in the Bay Area such as Stanford, Kaiser, John Muir Health, and Forward. The rest would have to wait until March 23, when the first free tests for active COVID-19, without doctor’s orders, were made available in the Bay Area at the Hayward Fire Station. Drop-ins were still heavily screened according to CDC guidelines. While around the globe the sick overwhelmed hospital capacity and the death count rose exponentially, each day that followed in San Francisco seemed to bring a new positive response from the City government: nurses were expeditiously hired, relief provided for artists, the City bought N95 masks, and hotel rooms were available for those ill with COVID-19 who needed to quarantine. The City response appeared gloriously successful and forward-thinking, except for two events: a worrisome outbreak at San Francisco’s largest nursing home, the Laguna Honda Hospital, at the end of March, followed by an outbreak in San Francisco’s largest homeless shelter, the MSC South. On April 13, the City confirmed that 90 residents and 10 staff members of the MSC South homeless shelter tested positive for COVID-19. The news came after weeks when experts relentlessly lobbied for and Supervisors urged the Mayor to shelter the 8,000 homeless residents of the City in empty and available hotel rooms to reduce the spread of the disease. Instead of solving homelessness, Mayor Breed went with her longstanding stance against housing the homeless of San Francisco, no less in the middle of a historic pandemic. It was in the days of public outrage over the MSC South outbreak that questions also arose about whether the virus lurked undetected among the Latinx population of the City. The questions began when Unidos en Salud—a partnership between UCSF, the Latino Task Force for COVID-19, DPH, and the District 10 (D10) community—announced that the second densest census tract in the City and the highest with a significant Latinx population had been selected for a first-of-its-kind COVID-19 testing effort from April 25-28. As a resident of the tract, I reached out to Unidos en Salud asking about the spread of the illness in the Mission District and specifically that tract, but my questions were deflected with a canned answer about researchers needing a densely populated census tract. I sensed, as many others probably did, that there was “gato encerrado,” something fishy going on. We didn’t wait long for answers. In advance of the Unidos en Salud testing dates, on April 20, the DPH released a “Map of the Coronavirus Impact in the City by Zipcode.” The 94110 zip code, which covers a vast part of the Mission District, since then continues to show the highest number of COVID-19 cases, and the third highest density of cases in the City. In San Francisco, the Latinx population is most heavily concentrated in the Mission District, but also in the Tenderloin District and Excelsior District. The north and south corridors of the Mission District overlap with the 94103 and 94112 zip codes, respectively. The 94103 zip code mostly covers SOMA but also the north edge of Mission District. This zip code then and now continues to have the highest density of COVID-19 cases in the City. The 94112 zip code that carries south into the Excelsior and Outer Mission sustains the second highest number of COVID-19 cases. In releasing the map, the City informed that of 1,216 confirmed COVID cases up to April 20, Latinxs represented 25 percent of the positive cases. Unidos en Salud cited a higher statistics: “~34% of COVID-19 cases (with known race/ethnicity, as of April 18th) are in Latinx population, despite Latinx

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people comprising only ~15% of SF’s total population.” Unidos en Salud further confirmed that 80 percent of the hospitalized coronavirus patients at San Francisco General Hospital were Latinx, where generally, Latinx people comprise 30 percent of the hospital population. The statistics were alarming. Before then, the City released data on the Coronavirus epidemic piecemeal, and information about the impact on the Latinx community had been entirely unknown. If not for the Unidos en Salud study, how long did the City plan on withholding statistical information literally vital to the health of the Latinx community? How many cases could have been avoided if the Latinx community had been better informed of the developing situation? The City officials acted recklessly in failing to disclose the spread of the virus among the Latinx population in real time. As of May 31, the total number of confirmed coronavirus cases in San Francisco have more than doubled, and the Latinx population now represents 47.3 percent of all COVID-19 confirmed cases in the City of San Francisco. In four days of testing, Unidos en Salud increased the total number of COVID-19 tests in the City by 29 percent, and days later released initial results from that one census tract: out of nearly 3,000 people tested, 62 people tested positive for active COVID-19. While seemingly low, the 2.1 percent infection rate was 2 percent above the city reported rate at the time. Moreover, of those who tested positive 95 percent where Latinx and 90 percent of those positive cases represented people who could not stay at home to work. The results highlighted the role that Latinx people were playing as essential workers, as well as their economic vulnerability that impeded them from staying at home. A 2017 survey by Mission Promise Neighborhood of 584 households with children in the Mission District shows that in the year prior, two in five families had gone without basic needs, including housing, health care, food and child care. Seventy-seven percent of the 447 respondents to questions on household income were earning less than $35,000 a year with 30 percent living below the federal poverty threshold at the time. At the time, almost all families were spending more than half their income on rent, with food related expenses being the next highest expense. Unemployment among these families was nearly four times that of the City rate, with 21 percent of working parents working more than one job to make ends meet. This snapshot of the Mission Latinx families provides a worrisome outlook for a community today simultaneously facing an epidemic and economic depression. Following up on the Unidos en Salud results, the Bay Area Equity Atlas analyzed data from the 2014-2018 American Community Survey provided by the Center for Economic and Policy Research that describes the characteristics of essential workers in the nine-county Bay Area. The data shows 1.1 million essential Bay Area workers account for 28 percent of the region’s workforce. Among these essential workers, people of color are overrepresented: 66 percent of essential workers were people of color, even though only 58 percent of all workers were people of color. Of all essential workers in the Bay Area, 43 percent are immigrants, and 31 percent of essential workers are Latinx (even though Latinx people are 21 percent of all Bay Area workers). A further breakdown by specific essential industries shows that Latinx people represent a majority percentage of essential work in construction, cleaning and waste management, grocery, convenience and drug store, domestic services, trucking, warehouse and postal services, and agricultural work in the Bay Area. In regards to women, the Bay Area Equity Atlas found that “Latina workers make up one- tenth of the labor force, but nearly half of all domestic workers (47 percent), 37 percent of building cleaning services/waste management workers, and 23 percent of childcare and social services workers.” By the numbers, the extended City and State shelter-inplace order place the brunt of our survival needs square upon the shoulders of essential workers of all stripes, and their labor exposes them the most to contagion. In the case of San Francisco, it is the Latinx population, both documented and undocumented that is most impacted by illness in the City, physically and economically, whether out of exposure to the illness or lack of income, without any fallback resources. The restrictive access to existing testing in the City left Latinx essential workers overexposed and under-attended. The City did not expand access to free testing at its two CityTestSF to essential workers (without a requirement for a doctor’s referral) until early May. Now that the City has significantly expanded its number of free and accessible testing to anyone who lives or works in the City, Latinx people as a percentage of cumulative COVID-19 cases continue to go up. There are lines of over 500 people a day at the various food pantries in the Mission District. These families with mixed or undocumented immigration statuses are ineligible for most of the federal and state relief funds and unemployment benefits. In any case, the one-time $500 City or state handouts for undocumented works cannot adequately compensate their high-risk labor or their economic losses after falling ill to COVID-19 for playing an essential role in sustaining our quality of life in San Francisco. The virus, even when it has not made them ill, but left them unemployed, is leading the Latinx community towards extreme poverty. These days, we protest the humanitarian homeless crisis in the City. We protest the legacy of police brutality and inequity against the Black community. But we must also protest the disproportionate suffering of the Latinx community and other people of color as they bear the brunt of the disease in the City as essential workers. Echoing the Bay Area Equity Atlas recommendations, the essential working class of San Francisco needs to be supported by guaranteeing its basic human rights to living wages, paid and expanded sick leave, safe working conditions. free testing and free health care, facilitated by culturally appropriate methodologies, and stable housing, through eviction moratoriums, cancelled rent, mortgages, and utility payments It’s the only humanitarian way forward.


CONTINUED STORIES • CONTINUACIÓN DE HISTORIAS

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June 4-17, 2020

BLACK EMPOWERMENT IS ALL OUR EMPOWERMENT

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ear El Tecolote readers and We can re-emerge and a new dawn with new possibilities can come with Accion Latina community, it. As we practice and share the healChange is calling. It is our duty at ing power of the arts, we will heal this time to answer the call. We ush- this land. Protesting is key, but it is er change in with art, songs, rhyme, not the endall. This is a long game verse–– not least of all by providing that requires intentional and consisa platform that elevates underrepre- tent action, every day, for the rest of sented voices via the power of mak- our lives. There is much to consider and ing community media. As I write this, there are thou- much to be done. We must also: sands of migrant families and children in detention, indigenous suffering goes unacknowledged, LGBTQ • Be reflective –– Acknowledge our own privilege and how we might voices muted—all as black families benefit or participate in the system mourn the loss of life. COVID-19 of white supremacy, patriarchy. has not magically disappeared, by • Research –– It is our own responthe way. sibility to educate ourselves about We acknowledge the pain of losrace and the complex history of ining our Black and Brown Brothers equality and inequity in this counand Sisters; George Floyd, Tony Mctry that has gotten us to this point. Dade, Breonna Taylor, Ahmaud Arbery, Oscar Grant, Michael Brown, • Commit –– Resolve to dismantling white supremacy and systemic Philando Castile, Amadou Diallo, racism wherever we may see it. Trayvon Martin, Sandra Bland, Nia Wilson, Tamir Rice, Walter Scott, • Show up –– become civically engaged. Alex Nieto, Amilcar Perez-Lopez, Luis Demetrio Góngora Pat, Mario • (That could mean volunteering, attending a community gathering or Woods, Jessica Williams and many rally or church. Yes it also includes more. voting and filling out the census). It is the responsibility of arts and cultural organizations to serve artists • Remember–– All Black, Indigenous, LGBTQ and peoples of and lead our community in imagincolor (and their intersectionalities) ing something different. Yes, espein this country are targets. Show cially during this triple crisis, we can solidarity. and must imagine something better.

• Stick with it –– Stay persistent in our fight to end racism. Talk about it with your people. • Believe –– Pray to the creator for grace, loving kindness and the will to practice patience. • Create –– New strategies, new economies and systems. Yes, this includes policing. Monumental tasks. Lastly, as El Tecolote Newspaper turns 50, we celebrate the people’s bi-lingial hub for community media — created by the same students who led the 1968 SFSU Ethnic Studies strike — let us also celebrate and uphold Black history, creativity, resilience and empowerment. Black lives matter, Black empowerment is all our empowerment. With amor,

—Executive Director, Acción Latina Manifestantes en San Francisco arrodillados en solidaridad y en apoyo a la exigencia de justicia por George Floyd, el 30 de mayo de 2020. San Francisco protesters kneel in solidarity to advocate justice for George Floyd on May 30, 2020. Photo: Benjamin Fanjoy

EL EMPODERAMIENTO NEGRO TAMBIÉN ES NUESTRO

E

stimados lectores de El Tecolote y comunidad de Acción Practicaremos y compartiremos el poder curativo de las artes ––y curaremos esta tierra. Protestar es clave, pero no es en sí el Latina, fin. Este es un esfuerzo de largo plazo que requiere una acción El cambio está llamando. Es nuestro deber en este momento intencional y consistente, todos los días, por el resto de nuestras responder al llamado. Inspiramos el cambio con el arte, las can- vidas. Hay mucho qué considerar y mucho por hacer. También deciones, la rima, el verso, y no menos importante al proporcionar una plataforma que eleva las voces subrepresentadas a través bemos: del poder de los medios de comunicación comunitarios. Mientras escribo esto, en este país hay miles de familias • Ser reflexivo/a/x: Hay que reconocer nuestro privilegio y las formas cómo podríamos beneficiarnos o participar en el sismigrantes y niños detenidos, el sufrimiento indígena no se recotema supremacista blanco y patriarcado. noce, las voces LGBTQ se silencian, todo mientras las familias • Investigar. Es nuestra responsabilidad educarnos sobre la afroamericanas están de luto por tantas vidas perdidas. raza y la complejidad de la historia de desigualdad e inequiPor cierto, COVID-19 no ha desaparecido mágicamente. dad en este país que nos ha llevado hasta este punto. Reconocemos el dolor de perder a nuestros hermanos y hermanas afroamericanxs y personas de color; George Floyd, • Comprometernos. Proponernos a desmantelar la supremacía blanca y el racismo sistémico donde sea que lo veamos. Tony McDade, Breonna Taylor, Ahmaud Arbery, Oscar Grant, Michael Brown, Philando Castile, Amadou Diallo, Trayvon • Hacer presencia. Comprometernos (Eso podría significar ser voluntario, asistir a una reunión comunitaria o Iglesia. Sí, Martin, Sandra Bland, Nia Wilson, Tamir Rice, Walter Scott, también incluye votar y completar el censo). Alex Nieto, Amilcar Pérez-López, Luis Demetrio Góngora Pat, • Recordar. Todos los negros, indígenas, LGBTQ y personas Mario Woods, Jessica Williams y muchos más. Es responsabilidad de las organizaciones culturales y artísti- • de color (y sus interseccionalidades) en este país son blanco fácil. Mostremos solidaridad. cas servir a los artistas y liderar a nuestra comunidad a imaginar algo diferente. Sí, especialmente durante esta triple crisis, pode- • Ser persistentes. Continuemos nuestra lucha para acabar con el racismo. Hablemos sobre esto con nuestra gente. mos y debemos imaginar algo mejor. Podemos resurgir –– y un nuevo amanecer con nuevas posibilidades puede venir con él. • Tener Fe. Orar al creador por gracia, bondad amorosa y la SURVIVAL ARTS, from page 3

the same way we stay ready for an attacker coming our way,” said Yancovitz. “Our teachings of survival and sacred ancestral knowledge have become even more potent during this time, when folks need it the most, and we’ve created a community that has provided strength and solidarity PTK de página 3

tal como somos, nuestro proceso de curación en esta comunidad nos ha impulsado a través de las dificultades de la pandemia a ser nuestro ser más verdadero”. Aunque la pandemia ha provocado la separación física entre los miembros de su comunidad, los lazos entre ellas no han flaqueado. En cualquier caso, de alguna manera ha acercado a estas mujeres a nivel mundial: el cambio ha permitido que se reúnan con mayor frecuencia y alentado a los miembros a luchar contra esta pandemia como colectivo, con la esperanza de que haya un momento en que puedan reunirse en persona nuevamente. “Nuestro trabajo durante CO-

voluntad de practicar la paciencia. • Crear. Nuevas estrategias, nuevas economías y sistemas. • Sí, esto incluye la policía. Tareas monumentales. Por último, este año el periódico El Tecolote cumple 50 años ––celebramos un faro de los medios comunitarios bilingüe, creado por los mismos estudiantes que lideraron la huelga de Estudios Étnicos de la universidad estatal de San Francisco de 1968–– también celebramos y defendemos la historia, la creatividad, la resistencia y el empoderamiento de los negros y afroamericano/a/x. Las vidas negras importan, el empoderamiento negro y afroamericano/a/x es nuestro empoderamiento. Con amor,

—Executive Director, Acción Latina

to one another in an apocalyptic moment where the future is uncertain, and we have no choice but to create a new world.” They have a number of videos available on their YouTube channel: youtube.com/SurvivalArtsAcademy.

VID-19 ha demostrado ser aún más relevante e importante que nunca. Abogamos por que todos #STAYREADY para lo que sea que la vida nos depare, de la misma manera que nos mantenemos listas por si un atacante viene en nuestro camino”, dijo Yancovitz. “Nuestras enseñanzas de supervivencia y conocimiento ancestral sagrado se han vuelto aún más potentes durante este tiempo, cuando la gente más lo necesita, y hemos creado una comunidad que se ha brindado fortaleza y solidaridad mutua en un momento apocalíptico donde el futuro es incierto, y no tenemos más remedio que crear un mundo nuevo”. Puede consultar toda una serie de videos de esta academia, disponibles en su canal de YouTube: youtube. com/SurvivalArtsAcademy.

Sesión en las Filipinas de Survival Arts Academy. Survival Arts Academy session in the Philippines. Photo: Darcey De Los Reyes (@delosphoto)

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COMMUNITY EVENTS • EVENTOS COMUNITARIOS

Junio 4-17, 2020

Please send calendar submissions to calendario@eltecolote.org Favor de enviar información a calendario@eltecolote.org Thursday, June 4 at 1 PM – 2:30 PM FREE Ethnic Studies: Protecting Our Youth with Policy and Practice Hosted by Jorge Pacheco Jr., Oak Grove School District Trustee and California Latino School Boards Association (CLSBA). Ethnic Studies: Protecting our Youth with Policy and Practice. Dr. Theresa Montaño, Lara Kiswani, and Dr. Andrew Jolivétte will explore how Ethnic Studies is a vital pathway for protecting our public school youth and advocating for their social-emotional learning through effective policy. Topics addressed will be: •

Implementing and Sustaining Ethnic Studies in K-16 Education

Representation and Inclusion in Ethnic Studies

Effective Ethnic Studies Policy (i.e., AB 331, AB 3310, AB 1460, and District Policy)

Register in advance via tickets on the Facebook event page. June 4th at 12 AM – Jun 5 at 12 AM FREE 50 Years of Pride (online) by The GLBT Historical Society and San Francisco Arts Commission Galleries. ONLINE - glbthistory.org. Curated by Lenore Chinn and Pamela Peniston. Presented by the The GLBT Historical Society and the San Francisco Arts Commission (SFAC) Galleries, with the support of San Francisco Pride, 50 Years of Pride features 100 photographs to celebrate five decades of San Francisco Pride, one of the city’s most beloved public festivals.

Encompassing examples of photojournalism, portraiture, fine-art photography, posters, and magazine covers, 50 Years of Pride honors how San Francisco’s LGBTQ community has come into its own since that first humble Pride gathering. The exhibition explores how Pride has reflected and refracted the community’s priorities, responses, and activism in times of hope and despair, triumph and setback. Images drawn from the GLBT Historical Society’s archives are joined by photographs held by other institutions, as well as works by over a dozen independent queer photographers. Note on Location: The ongoing COVID-19 pandemic has delayed the opening of the 50 Years of Pride exhibition in San Francisco City Hall. We plan to open the physical exhibition later in the year after the city’s shelter-in-place order has been relaxed. Thursday, June 4 at 5:30PM-6:30PM FREE End White Silence Hosted by El Cerrito Progressives. Please join us on Thursday, June 4th at 5:30 PM. END WHITE SILENCE. San Pablo Ave. and Manila- in front of CIty Hall and PD. We are here to peacefully seek justice for the brutal killing of George Floyd and many others who have lost their lives at the hands of a racist criminal justice system. We are respectful that many folks are socially distancing and ask that all who attend are well, and will respect the space of others, wear masks and carry the sign #EndWhiteViolence. City of El Cerrito Police Department. 10900 San Pablo Ave, El Cerrito 94530 Saturday, June 6 at 8PM-10PM FREE 6 Feet and Grieving: A COVID 19 Remembrance An evening to remember and

honor the lives lost to COVID-19. As the death toll approaches 100,000 in the US, and social distancing restrictions are lifted in a patchwork fashion nationwide, we will safely gather to grieve and remember those lost. Gather at the Lake Merritt Amphitheater on Saturday, June 6th, at 8pm for a candlelight vigil. We will remember individuals and groups of people who have passed, due to both action and inaction. Bring your memories, your joy, and your pain. Bring candles, flowers, and pictures, or anything else to hold or add to a community altar. Together we will honor our people while wearing masks and maintaining physical distance, because Solidarity is Safety. Artists with the SF Projection Dept. will honor victims lost to the virus by projecting outdoor #COVIDmemorial messages and photos shared by loved ones. 3401 East 12th Street, Oakland, California 94601. For more info: @ COVID19Remembrance / covid19remembrance@ gmail.com Sunday, June 7th from 8:00-9:00PM Honor Lives Lost - Candle Lighting Ritual to #FreeThemAll by Ella Baker Center for Human Rights. A ritual of remembrance towards releasing people incarcerated in California - #FreeThemAll. We invite you to the launch of #HonorLivesLost, an online weekly candlelighting ritual to uplift incarcerated people we have lost to COVID-19 and #DeathbyIncarceration in California. These gatherings will take place every Sunday at sunset via Zoom in both English and Spanish, and include an #HonorLivesLost facilitator and a rotation of experienced healers. They will also be live-streamed through the Ella Baker Center’s Facebook page. Organizers and advocates across the state have created this space so we can come together to mourn the lives of people we have lost and send light and love to families grieving the unnatural deaths of their loved ones. We hope this effort will grow and support our ongoing demands to release incarcerated people who face a potential death sentence amidst the COVID-19 pandemic. How to Join: bit.ly/honorliveslost Tuesday, June 9 at 6PM-9PM FREE OAK Volunteer Night We will now be meeting for Volunteer Night on Zoom, Tuesdays starting at 6pm. The Zoom line will be shared on the Critical Resistance email list. Please contact us both here and at info@criticalresistance.org if you would like to be added to this list. 1.

El Tecolote 11 2.

In addition, we’ll facilitate pod mapping exercises to help us identify those we can lean on and those who can lean on us during the coronavirus outbreak. We’ll hold space to share the mutual aid organizing we’re seeing, and to brainstorm for gaps in our lives.

3.

Finally we’ll share readings about Transformative Justice and explore more deeply how people and communities survive and heal from violence.

Readings will be shared at the start of Volunteer Night if we haven’t already shared them here. Thank you everyone. We’ll get through this together Wednesday, June 10, 2020 at 6 PM – 7:30 PM FREE Fighting Back: Testing, Contact Tracing & Quarantine Hosted by The GLBT Historical Society. In the early years of the HIV epidemic, mandatory testing, contact tracing and quarantine were hot-button issues rife with implications for civil rights, particularly given that the disease targeted marginalized groups already struggling for equal protections under the law. As with COVID-19, politics often threatened to trump public health science, and while mandatory quarantine of AIDS patients had to be defeated at the ballot box in California in the 1980’s, testing became a core prevention tool, and contact tracing also gained scientific support as an effective disease prevention methodology. How do these experiences translate to SARS CoV2? What are the implications of testing, contact tracing and quarantine for civil rights and disease prevention? A panel of HIV-prevention workers, COVID-19 prevention specialists and community historians will tackle these questions and more. Our “Fighting Back” series is an intergenerational discussion that brings together community leaders, experts, historians and activists to explore lessons from the past that might be useful in formulating “resistance” efforts today. HOW TO PARTICIPATE: This event will take place online. After you register, you will receive a confirmation email with a link and instructions on how to join the Zoom webinar as an attendee. The event will also be livestreamed, and then archived, on our YouTube page at https://bit.ly/2UyGVbG. ADMISSION: Free | Suggested donation of $5.00. Register online here: https://bit.ly/2WOASRt. The event is limited to 500 attendees.

We will read demands coming out of jails and prisons and identify how to support.

POTRERO YARD REIMAGINED Potrero Yard Modernization Project Spring 2020 Update

Actualización de la primavera del 2020 del Proyecto de Modernización de Potrero Yard

Join the Conversation!

¡Únase a la conversación!

We understand that sheltering in place makes community engagement more challenging, and we are working to provide opportunities to continue a transparent, open dialogue during this time.

Entendemos que la orden de no salir hace más difícil la participación de la comunidad y estamos trabajando con el fin de ofrecer oportunidades para continuar con un diálogo transparente y abierto durante este periodo.

Ask your questions, get project updates, and learn about our process to select a developer:

Haga sus preguntas, reciba actualizaciones del proyecto e infórmese sobre nuestro proceso para seleccionar a un socio de desarrollo conjunto:

Saturday, June 6 @ 11:00 AM (English), Call 877-229-8493 and enter 119593# Saturday, June 6 @ 1:00 PM (Spanish), Call 669-900-6833 and enter 81568997301#

Sábado, 6 de junio a las 11:00 a. m. (inglés), llame al 877-229-8493 e ingrese 119593# Sábado, 6 de junio a las 1:00 p. m. (español), llame al 669-900-6833 e ingrese 81568997301#

Learn more at SFMTA.com/PotreroYard To learn more about the project and sign up to receive updates, please visit SFMTA.com/ PotreroYard or contact Adrienne Heim, Public Information Officer, Adrienne.Heim@sfmta.com, 415.646.2564.

Aprende más en SFMTA.com/PotreroYard Para informarse más sobre el proyecto e inscribirse para recibir actualizaciones, por favor visite SFMTA.com/ PotreroYard o contacte a Adrienne Heim, Funcionaria de Información Pública, Adrienne.Heim@sfmta.com, 415.646.2564.

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