El Tecolote Vol. 52 Issue 8

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PUBLISHED BY ACCIÓN LATINA

April 21-May 4, 2022

Vol. 52 No. 8

LEGISLATION APPROVES PERMITS NUEVA LEY APRUEBA PERMISOS PARA FOR SOME STREET VENDORS

ALGUNOS VENDEDORES AMBULANTES Lorena Garibay

L

Luis Ledesma muestra su permiso del departamento de policía que le fue otorgado en 2015. Trabaja junto a su esposa y dice que actualmente no está en el lugar exacto que se le asignó originalmente porque otros vendedores han ocupado su lugar. Luis Ledesma shows his police department permit that was granted in 2015. He works alongside his wife and says he is currently not in the exact location granted to him in the permit because other vendors have taken his spot. Photo: Jeremy Word Lorena Garibay

S

El Tecolote

treet vendors at the intersection of 24th and Mission streets are continuing their normal activities. The vendor selling chopped fruit continues to attract her customers, while the man selling shampoos continues to offer products at discounted prices. Maybe these sellers will continue doing business with the new legislation that will help street vendors obtain the proper permits. Or maybe not. On March 8, the San Francisco Board of Supervisors unanimously approved legislation that requires a permit for anyone selling merchandise on the street. In order to be eligible, the seller will have to prove that the merchandise was legally acquired. Without

this verification, the authorities may confiscate the goods and after three months, they will be donated if the seller cannot prove they are the legal owner of the merchandise. “There’s no way to tell those who bring us the merchandise to give us a receipt,’’ a street vendor told El Tecolote, who has been trying to get a permit. For safety reasons, El Tecolote is keeping this vendor anonymous. At 42, this vendor has been selling on the street without a permit for nearly two years. He worked as a construction worker and day laborer before becoming a street vendor. Unfortunately, he suffered an infection in his foot that later required surgery. This, in addition to the COVID-19 pandemic, contributed to him stopping work as a day laborer. Originally from Mexico City, he has lived alone in the United States for

eight years while his family and four children remain in Mexico. He tries sending money to them, but admits that lately it has been difficult to support his family and pay for the education of his four children. He lived for six months in a tent between South Van Ness and 24th Street. “I have to send them money because they are studying and for them to eat because nothing is free there. Here you get a little help but there they don’t.” He has asked Calle 24 about new legislation that seeks to help sellers get a permit as long as the sellers have proof the merchandise was obtained legally. He admits that he gets his merchandise on the black market because he doesn’t have enough money to buy wholesale merchandise. See VENDORS, page 7

La familia de Martha Regidor descarga su carpa, mesas y mercancía de su camioneta. En su esquina se venden papas fritas, miel, medicinas y otros artículos. Martha Regidor’s family unloads their tent, tables and merchandise from their white pickup truck. Chips, raw honey, medicine and other items are being sold on her corner. Photo: Jeremy Word

El Tecolote

os vendedores ambulantes que se encuentran en la intersección de las calles 24 y Misión continúan con sus actividades normales. La señora de la fruta picada sigue atrayendo a sus clientes, mientras que el señor de los shampoos continúa ofreciendo productos a precios rebajados. Con la nueva legislación que permitirá el acceso a un permiso quizás vendedores como ellos podrán continuar haciendo negocio, quizás no. El 8 de marzo, la Junta de Supervisores de San Francisco aprobó por unanimidad la legislación que requerirá un permiso para todo aquel que venda mercancía en la calle. Para poder ser elegible, el vendedor tendrá que comprobar que la mercancía fue legalmente adquirida. Sin esta comprobación, las autoridades podrán confiscar los bienes y después de tres meses serán donados si el vendedor no puede demostrar ser el dueño legítimo de la mercancía. “Ni modo de decirles a los que nos traen la mercancía que nos den un recibo’’, dijo a El Tecolote un vendedor ambulante que ha estado tratando de conseguir un permiso y que por razones de seguridad, se mantendrá en anonimato. Con 42 años de edad, ha estado vendiendo en la calle sin permiso por casi dos años. Antes se dedicaba a trabajos de construcción como jornalero. Lastimosamente A sufrió una infección en su pie que después requirió de cirugía. Esto, aunado a la COVID-19, provocó que él tuviera que dejar su trabajo como jornalero. Originario de la Ciudad de México, ha vivido solo en los EEUU por ocho años, mientras que su familia y cuatro hijos permanecen en México. Procura mandarles dinero pero admite que últimamente ha sido difícil mantener a su familia y pagar la educación de sus cuatro hijos. Estuvo viviendo por seis meses en una casa de campaña entre las calles South Van Ness y la 24. “Tengo que mandarles porque están estudiando y pues para comer, porque allá nada es gratis. Aquí tan siquiera ayudan, pero allá no”. Él ha preguntado a Calle 24 sobre la nueva legislación que busca ayudar a los vendedores a conseguir un permiso siempre y cuando los vendedores tengan comprobantes de que la mercancía se obtuvo legalmente. A admite que su mercancía la consigue en el mercado negro porque no tiene dinero suficiente para conseguirla al mayoreo. Dice que el dinero que reúne con sus ventas se lo manda a su familia. A la semana les manda aproximadamente $200, pero reconoce que hay veces que se queda sin dinero para

cubrir sus propias necesidades. Algunos de sus familiares requieren de servicios médicos costosos. Su esposa padece de cáncer y su madre tiene artritis y problemas de memoria. También es diabetico y no ha podido recibir medicamentos. “Se me hace pesado porque hay veces que no tengo trabajo y aquí las ventas están tristes, me quedo a veces sin dinero. El cáncer es caro”, dijo. Martha Regidor ha estado vendiendo frutas, bacalao y dulces en la esquina de la 24 y Misión. Perdió su trabajo de empacadora de comida para las aerolíneas al principio de la pandemia y fue así que su familia comenzó a vender en la calle. Fue a pedir el permiso de vendedor en agosto del año pasado en la alcaldía de San Francisco. Dice que en esa ocasión no pudo obtenerlo porque durante la pandemia los servicios no estaban disponibles. Regidor volvió a aplicar para el permiso el 15 de marzo de este año a través de internet. Recibió ayuda estando en las oficinas para llenar el formulario que viene con la opción de ser llenado en español. Según la aplicación, ella recibirá el permiso en 30 días vía correo y tendrá que ser renovado cada año. “Me siento bien porque ya una puede estar un poquito más segura de que si vienen a preguntarme por algún permiso pues ya voy a tener el permiso”, compartió. Los vendedores que sí tienen el permiso ahora están preocupados por el nuevo número de vendedores ambulantes que no lo tienen y que toman los lugares señalados específicamente para quienes sí cuentan con él. Rafael Fernández ha estado vendiendo en la Misión por 21 años. Su puesto de gorras está localizado en las calles 23 y Misión. En 2013, sacó su licencia de vendedor. El departamento de policía le otorgó un permiso en 2015. Dice que al principio ponía su mercancía en el piso enfrente de los negocios, pero que no ponía una mesa porque se le hacía como una falta de respeto pues en ese entonces él no contaba con permiso. Luego, empezó a colocar una mesa cuando ya tuvo su permiso: “Hay mucha gente que pone mesas y ni siquiera tienen permiso, eso es una falta de respeto”, declaró. Algunos vendedores han necesitado acomodarse fuera de sus puestos porque han sido tomados por otros que no cuentan con el permiso adecuado. Luis Ledesma es un vendedor de joyería que se encuentra al lado del puesto de Fernández. Ledesma cuenta con un permiso similar al de Fernández y ha estado vendiendo en la calle por ocho años. Él ha escuchado sobre el proyecto de Calle 24, ‘Calle Limpia, Corazón Contento’, que busca limpiar las calles y ayudar a los vendedores a Vea PERMISOS, página 9


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