El Artista Magazine

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FEBRERO - MARZO. XVI / .11

Precio de venta US$ 5.00

bio / ELMAR ROJAS el artista / SANTIAGO VALLADARES 01


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EDITORIAL Las actividades de Guatemala, Capital Iberoamericana de la Cultura finalizaron en noviembre con un gran protagonista: Elmar Rojas, que inauguró en el Paseo de La Reforma “El Itzul” (Andasolo), una escultura monumental de profundos significados artísticos, literarios, ecológicos e históricos, que enriquece la diversidad de atractivos de esa parte de la ciudad y el acervo artístico de la ciudad. El célebre artista, ganador del Premio Iberoamericano Cristóbal Colón en 1990, también participó en la exposición que celebraba los 25 años del grupo “Itzul”, integrado por los artistas que aten-

CONTACTO Mercadeo & Ventas / revista@elartista.org

CONSEJO EDITORIAL Gustavo Chacón Monika Bruch Osmin Valenzuela Juan B. Juárez

DISEÑO GRÁFICO Y DIAGRAMACIÓN Andrea Villagrán

DIRECTOR EDITORIAL Gustavo Adolfo Chacón

Portada - Obra Elmar Rojas

Juan B. Juarez

PERSONAJE

GABRIELA ALFARO CARLOS MENDOZA ENRIQUE CAY RoLo

LA OBRA DE

SANTIAGO VALLADARES

EL ARTISTA

DANIELA SIERRA Y PATRICIA JIMÉNEZ

LA EXPO

ELMAR ROJAS

BIO

dieron el taller de profesionalización e investigación que dirigió en la década de los 90 como parte de la proyección social de su trabajo artístico. Y, por último, acompañado de otros artistas jóvenes, presentó la obra con la que participó en la última edición de la Bienal de Venecia. El Artista magazine documenta esas históricas actividades. También nos complace presentar Santiago Valladares, un singular artista salvadoreño que ocupa ya un destacado lugar en el arte latinoamericano con su obra imaginativa que pone a las preocupaciones técnicas y conceptuales de la actualidad en una dimensión fantástica e intemporal. Completan este número los nuevos valores que apuntalan su talento con una admirable dedicación al trabajo y la investigación, descubriendo así las características de su estilo y de nuevas formas de expresión. El trabajo de Gabriela Alfaro ilustra muy bien esta actitud, con una obra que fusiona varias técnicas laboriosas para rescatar los hilos que dan sentido humano a la existencia. Enrique Cay, ha encontrado nuevas formas para recrear y expresar con mayor libertad los contenidos espirituales que se conservan vivos en las tradiciones y la vida cotidiana de los pueblos indígenas, especialmente en Sumpango, Sacatepéquez, su pueblo natal. Como contrapunto, el presente número incluye una reseña de la exposición del fotógrafo francés Yves Trémorin que se presentó en la Alianza Francesa en el marco de Guatephoto. El Artista magazine confirma de esta manera su compromiso con los lectores, los patrocinadores y, sobre todo, con los artistas de la región.

G.Chacón

Con el apoyo de:

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BIO

ELMAR ROJAS

LOS FULGORES & LAS PROFUNDIDADES DE SU PINTURA Por Juan B. Juárez

Por sus innumerables exposiciones en prestigiosas galerías y museos de América y Europa, y su participación en las subastas Sotheby’s y Christie’s de Nueva York, Elmar Rojas (1938) es sin duda el artista guatemalteco mejor conocido internacionalmente. Por la calidad técnica y la hondura y la riqueza cromática y poética con la que desarrolla de los temas, su obra la cultura profunda de Guatemala, la que sólo aparece en los sueños y las pesadillas, en un lenguaje es que se inscribe dentro del realismo mágico que caracteriza a lo mejor de la pintura y la literatura latinoamericana que desde los años 60 y continúa vigente, fecundo y actual.

ELMAR ROJAS

Su infancia en el medio rural lo llenó de vivencias del mundo indígena que reviviría posteriormente en su pintura; su paso por la Escuela Nacional de Artes Plásticas lo puso en contacto con la obra de Arturo Martínez y Carlos Mérida de quienes tomó el sentido poético y el rigor metódico del trabajo creativo, así como con Marco Augusto Quiroa y Roberto Cabrera, con quienes fundo en 1969 el grupo Vértebra que a pesar de que apenas duró un par de años con su espíritu crítico y rebelde, experimental y explosivo, marcó el arte de las siguientes cinco décadas, incluyendo a los artistas de la generación actual que se definen como conceptuales, posmodernistas o contemporáneos. Sus estudios de arquitectura en la Universidad de San Carlos y las diferentes escuelas de arte de Perugia, Italia, París, Francia y Madrid, España, lo convirtieron desde muy temprano en un artista con una visión del mundo y del arte de amplitud universal.

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BIO

LA HISTORIA DE LOS ESPANTAPÁJAROS SEÑALA EL INICIO DE SU MADUREZ, ENTENDIDA COMO UNA LIBERACIÓN DE LO CIRCUNSTANCIAL Y DE UNA ENTREGA CONSCIENTE Y DELIBERADA A LAS EXIGENCIAS QUE LE PLANTEABA SU OBRA.

Su obra de finales de los años 60 y de la década del 70 tenían un carácter documental, crítico y contestatario que refleja el clima de terror con que se inauguró el conflicto armado interno y el desapego total del arte de la generación del 40. En su caso particular, a diferencia del lenguaje descarnado que caracterizó a Cabrera y Quiroa, predomina el lenguaje poético teñido de onirismo que descubre y recrea la atmósfera mágica y el oscuro misterio que rodea la vida y la muerte, con lo que su testimonio pictórico supera lo circunstancial de la represión política del momento y el sesgo ideológico de la época, y alcanza una dimensión histórica y mítica que le sirve de fundamento a su verdad artística. A principios de los años 80, sin despegarse del todo de la crítica social y política, empieza a predominar la naturaleza poética de su lenguaje plástico. Sus exposiciones en Europa y Latinoamérica y los grandes premios internacionales lo puso frente a otro tipo de interlocutores más exigente que lo llevaron a desarrollar sus visiones poéticas, su lenguaje pictórico y su técnica pictórica con mayor rigor, amplitud y profundidad. De allí que el carácter tenebrista que tuvo su pintura durante la época temprana de su carrera, empezó de pronto a llenarse de fulgores que provenían no sólo de su entorno local sino de los que captó en sus viajes por Europa y América del Sur. Fue la época de los espantapájaros que instalados en los sembradíos de maíz del altiplano

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guatemalteco, se ven de pronto en Venecia, Madrid, París, Grecia, navegando en el Mediterráneo, o bien sumergidos en la atmósfera delirante y fantástica del trópico. Obra que tiene mucho de autobiográfico, la historia de los espantapájaros señala el inicio de su madurez, entendida como una liberación de lo circunstancial y de una entrega consciente y deliberada a las exigencias que le planteaba su obra. De allí, la serie del Torofuego, donde su pintura llega a ser todo fulgor que ilumina por un momento las maravillas y las atrocidades de la oscura noche de la humanidad que le tocó atravesar en el largo viaje que es su vida de artista y en el que encontró el camino que lo trajo de regreso a casa. En 1992 compartió sus experiencias de artista y de ser humano con jóvenes artistas que constituyeron el grupo Itzul (andasolo o pizote), en una actividad que era algo más que un taller: una convivencia de la que cada quien salió más convencido de sus propias visiones artísticas y más dispuestos a desarrollarlas con rigor y consecuencia. El Andasolo o pizote, que aparece transfigurado en muchas de sus obras, por otro lado, es también el nombre del último proyecto escultórico y urbanístico de Elmar Rojas: una enorme escultura monumental instalada en la Avenida Reforma de la ciudad de Guatemala como punto central del Paseo del Andasolo.

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FotografĂ­as por Osmin Valenzuela

BIO


el artista

SANTIAGO VALLADARES LA SENSUALIDAD & EL ENIGMA Por Juan B. Juárez

Lo que sucede en cada cuadro de Santiago Valladares (El Salvador, 1976) no se limita únicamente a la historia ejemplar que allí se cuenta con un lenguaje imaginativo, sino más bien y sobre todo de lo que se trata es del montaje de una escena (de la creación de un escenario, de los personajes que encarnan la representación de cada historia y de la iluminación fantástica que las sitúa como parte de un sueño), tarea compleja que implica, además de los secretos y los cuidados propios del oficio de pintor, el ingenio, la imagina-

Con esas raíces tan complejas no resulta extraño que cada obra tenga el carácter de solución, casi siempre inesperada, de un problema no sólo técnico o formal sino también moral; solución en la que tiene mucho que ver el sentido del humor con tintes irónicos y la actitud lúdica —imaginación y desenfado—con la que el artista enfrenta su trabajo. De allí que al contar una historia fantástica, lo haga la minuciosidad propia del realismo fotográfico y que, al mismo tiempo que muestra las voluptuosidades y refinamientos de la sensualidad, esconda con sutileza las claves simbólicas de la alegoría. Así, sus cuadros, fascinantes a nivel de los sentidos, plantean, por otro lado, un enigma que, como el de la Esfinge, desafía al intelecto y al inconsciente del espectador.

ción, la fantasía, la familiaridad con la historia del arte y de la literatura universales y cierta actitud crítica e irreverente con respecto a su entorno cotidiano con su mezcla, a veces grotesca, de tradición y novelería, de refinamiento y vulgaridad.

Las escenas circenses llenas de magia y humor, los personajes exagerados y absurdos, los animales fantásticos, las máquinas demenciales, objetos aparentemente inocentes y todo lo que aparece en sus cuadros, tienen, atrás de su convincente naturalidad, sin embargo, algo de utilería, de ilusión efectista, de juego de proyecciones inconscientes del que adquieren su levedad y su encanto, y también su significado oculto e inquietante.

Y es que, a la par de sus raíces puramente plásticas que la emparentan con el surrealismo, los ilustradores y grabadores franceses del siglo XVIII y XIX, la pintura flamenca, holandesa e italiana del Renacimiento y los iluminadores medievales, la inagotable pintura de Santiago Valladares desarrolla siempre temas de naturaleza literaria, que a su vez lo relacionan con Lewis Carroll, Franz Kafka, los fabulistas antiguos de Oriente y Occidente, la crítica de las costumbres y el teatro del absurdo.

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el artista

“...HOY POR HOY ESOS COLORES, EL AMARILLO, BLANCO, VERDE CON LA COMBINACIÓN DEL TONO ÓXIDO, SE VEN REFLEJADOS EN MI OBRA. ”

¿EN QUÉ AÑO TE INICIASTE EN LAS ARTES PLÁSTICAS? Fue muy joven; inicie como en los años 90, fue mucho antes pero en esa fecha empecé a usar los pinceles, la pintura y el color ya con cierta propiedad. Por iniciativa de mi papá ingresé a un taller donde se restauraba todo tipo de electrodomésticos, allí pude ver cómo la pintura dañada por el tiempo y por el óxido daba una mezcla interesante, y creo que hoy por hoy esos colores, el amarillo, blanco, verde con la combinación del tono óxido, se ven reflejados en mi obra.

¿A QUÉ ARTISTA NACIONAL O INTERNACIONAL ADMIRAS? Hay varios, entre ellos está el Maestro Elmar Rojas, y en mi país, a Benjamín Cañas. Hay muchos otros; me gusta ver la pintura que tiene mucho trabajo, que tiene búsqueda en cuanto a la forma y el color. ¿CUÁLES SON TUS SUEÑOS EN TU CARRERA ARTÍSTICA? A mediano plazo, ver mis esculturas en un lugar público, tanto en El Salvador como Guatemala, donde estoy trabajando mucho.

¿CÓMO TE DISTE CUENTA QUE QUERIAS SER ARTISTA? Cuando me enteré que podía sacar un bachillerato en arte fue que decidí estudiar, y entonces supe que quería vivir con el Arte en mi vida.

¿CUÁL CREES QUE ES TU OBRA MÁS SIGNIFICATIVA? Creo que esa obra está fuera de lo de lo pictórico. Es mi familia, ellos son mi mayor fuente de inspiración.

¿CUÁLES SON TUS MEJORES RECUERDOS DE ESTA ÉPOCA? Durante el bachillerato, sentir la libertad de hacer lo que me gusta, pasar horas durante la tarde con una materia de puro arte, lo disfrutaba hasta el último minuto.

¿QUE PIENSAS DEL ARTE PRODUCIDO ACTUALMENTE EN GUATEMALA? Hay muy buen arte centroamericano. Esta muy bien posicionado.

SI NO FUERAS ARTISTA, ¿QUÉ SERÍAS? Trabajaría en la madera, me gusta mucho la carpintería y hasta tengo proyectos para eso.

¿QUÉ MENSAJE DARÍAS A TODOS QUIENES SEGUIMOS TU TRABAJO? Que mantengan la expectativa, hay muchos proyectos grandes a futuro, hay mucho que ver y mucho que descubrir en cada obra.

¿QUÉ TE INSPIRA PARA CREAR UNA OBRA? Me inspiro básicamente en la naturaleza, siempre; desde que principié a pintar fue así. Allí veo proyectos a futuro, todas las nuevas ideas nacen allí.

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FotografĂ­as por Osmin Valenzuela

el artista


Fotografía por Osmin Valenzuela

laobra de

GABRIELA ALFARO LAS LÍNEAS DE SU VIDA Por Juan B. Juárez Las líneas que se entrecruzan en los dibujos, grabados, mapas y bordados de Gabriela Alfaro proceden, más que de sus manos, de su propia vida. De hecho, adentrarse en su obra equivale literalmente a desenredar el ovillo y atravesar las distintas capas que, como velos sutiles y transparentes, ocultan y muestran el núcleo de su intimidad. Tarea laboriosa que exige la misma delicada ternura con la que la artista trazó esas líneas vitales que la comunican con su pasado y le dan a su presente la más concreta sustancialidad espiritual.

tieron acceder a ellos y a expresarlos con una cálida exactitud en una especie de rememoración poética. Por ejemplo, el grabado en madera de un simple y sencillo vestido de niña con sus pliegues que indican la forma cuerpo que una vez cubrió, impreso sobre una tela blanca y algodonosa como un velo transparente, levemente fijado de manera que adquiera un aspecto quebradizo y delicado, que se muestra desplegado dentro de una caja de madera; o las hojas que contienen los versos de su abuelo, ahora convertidas en rosas y reordenadas ya no en un libro, sino apretadas en varias filas dentro de una especie de vitrina desde la que siguen exhalando emocionadas fragancias verbales. Se diría que sus obras son un esforzado y afortunado rescate de lejanas vivencias huidizas y casi fantasmales y, al mismo tiempo, un acto de expresión y conservación de sus afectos más íntimos.

Hecha de trazos finos que bordean las formas huidizas de las vivencias infantiles o que, por su intensidad, se hunden en la materia para grabar y celebrar los objetos y sucesos que llenan su vida cotidiana, o bien de hilos tensos, apretados y cálidos que cubren de flores la opacidad de los cuerpos desnudos, la obra de esta artista sensible e imaginativa es también una búsqueda del sentido y la plenitud de la existencia, perdidos en la caótica estridencia de la época contemporánea.

Y es en este punto donde se hace visible el carácter de búsqueda que tienen sus afanes creativos, pues la interioridad de cada quien no tiene un contenido estable y fijo sino que varía a cada momento de acuerdo al estado de ánimo, a las vivencias y al ambiente que nos rodea. De allí que Gabriela Alfaro trabaje no tanto para extraer temas de su pasado sino más bien para construir la palpitante subjetividad que hoy, en lo más tórrido de la actualidad, define su existencia. En ese sentido, las líneas que se entrecruzan en su trabajo intentan ubicar su más auténtico ser y el camino para llegar a él, y crear en relación a ese objetivo una especie de mapa del ser y el estar, de lo que somos, ese territorio desconocido y atemorizante que todos estamos en trance de atravesar.

En ese contexto, el silencio y la quietud que impone cada una de sus obras es quizás la primera experiencia que se desprende de ese trabajo laborioso y delicado que hunde sus raíces en la interioridad de la artista. Y de allí que el dibujo, el grabado, el bordado, la pintura a la encáustica no sean para ella simplemente los recursos técnicos que facilitan una expresión sino más propiamente los medios e instrumentos de una introspección. Así, tras la encantadora sencillez de sus obras terminadas se esconde no sólo sentimientos y significados diversos sino también distintos métodos introspectivos y técnicas proyectivas que le permi-

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laobra de

! S U S C R Í B E TE EN

Fotografías por MAFO - María Fotografía

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CARLOS MENDOZA LA CONSUMACIÓN DEL DESEO Por Juan B. Juárez

En el núcleo de la pintura de Carlos Mendoza Rodríguez (Guatemala, 1986) acontece un incendio que consume cuerpos y espíritus, pensamientos y sentimientos, en una especie de consumación total del deseo. Sus procedimientos imaginativos y sus formas plásticas hacen, de hecho, ciertas referencias metafóricas o reales a los juegos previos de acto sexual: una especie de cortejo en el que aparecen plumajes exóticos, trinos supuestamente seductores y ciertas desnudeces entre angélicas y provocativas, en medio de una naturaleza que despierta y, fresca y húmeda, destila belleza y sensualidad, es decir, deseo. Siguiendo esa metáfora, podemos encontrar ciertas imágenes cuya secuencia alude a un antes y a un después del incendio: por un lado, lo que describimos en el párrafo anterior y, por otro, ciertos paisajes espectrales que parecen, más que iluminados por la luz fría de la luna, congelados en las opacidades pétreas de un pasado casi geológico. Lo que se va a consumar y lo que se ha consumado. Pero en el centro, repito, lo que domina es el incendio. No son, sin embargo, los cuerpos el origen del fuego, que no pasan de ser la materia que se consume por un calor que tiene

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otra fuente: el deseo, en efecto, está en la mente y desde sus profundidades biológicas incendia los rostros de las mujeres, especialmente los labios mórbidos transfigurados que adivinan el apareamiento, las miradas ígneas y concentradas en el único objeto del deseo, y las llamaradas que se extienden por las cabelleras abriendo un camino de flores fosforescentes que seguramente conduce al cielo. ¿Un retrato erótico o una metáfora del deseo? Considero que, pese a su juventud, Mendoza Rodríguez aborda el tema del erotismo no sólo con sentido poético sino también con cierto sentimiento de lo sagrado. Nótese, por ejemplo, que no se trata de escenas sexuales anecdóticas utilizadas como pretextos machistas, sino propiamente de la energía amorosa en su estado más puro, como de esencia cósmica que emana de la mujer, creencia en la que coinciden muchas religiones antiguas, incluyendo la cristiana, aunque ésta última le atribuya connotaciones pecaminosas. El lenguaje poético-erótico de Mendoza, por otro lado, es intuitivo y “adivina” sus imágenes más sugerentes: el incendio amoroso se origina en las profundidades y no son los seres humanos los que lo dominan sino los que se consumen en él.

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FotografĂ­a por Osmin Valenzuela

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ENRIQUE CAY EL VÉRTIGO DE LA FIESTA & LA CELEBRACIÓN Por Juan B. Juárez

En la pintura de Enrique Cay (Guatemala, 1977) la cultura popular y tradicional de Guatemala encuentra el espacio, el colorido y las formas ideales para expresar el espíritu festivo y celebratorio presente en todas las manifestaciones de la vida comunitaria de los pueblos indígenas. En sus cuadros esta presencia de lo popular y tradicional, sin embargo, no es objeto de una descripción realista y documental sino que protagoniza una especie de puesta en libertad que de pronto hace que todo adquiera un dinamismo propio y vertiginoso, como los barriletes gigantes y los toscos caballos de los carruseles de las ferias de pueblo, que satura la atmósfera de las obras con los fulgores de ese espíritu festivo. Y es que Enrique no es un observador que ve desde afuera las costumbres de los pueblos indígenas sino que es alguien que las ha vivido desde siempre en su natal Sumpango.

De ahí que su intención de artista creativo no se limite a la descripción objetiva de los acontecimientos, ceremonias y rituales bajo cuya influencia se formó, sino que aspire a recrearlos con la misma intensidad con la que, durante su niñez, seguía el ciclo festivo de las celebraciones que marcaban la vida individual y comunal. Se trata de un verdadero torrente de experiencias y emociones a las que su posterior formación de arquitecto le está ayudando no sólo a ordenar y analizar sino sobre todo a articular dentro del espacio pictórico, de manera que ese espíritu festivo reviva y contagie a los espectadores más exigentes con aquella alegría ingenua con que los pueblos celebran el transcurrir de la vida entre los ciclos agrícolas, religiosos y cósmicos.

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Frente a ese torrente aparentemente caótico de experiencias de su niñez, Enrique, sin embargo, no perdió la noción de totalidad, de unidad y continuidad que tiene la vida comunitaria, en la que ningún acontecimiento o celebración se da aisladamente sino que todos se interconectan internamente. De allí que, por ejemplo, los barriletes gigantes que aparecen en sus cuadros o los caballitos de carrusel que ha realizado últimamente aludan de una manera u otra a la figura del círculo y porten, unos como decoración y otros como jinete, a otros personajes de la tradición popular que pertenecen al mismo universo mítico aunque pertenezcan a otro ciclo de celebraciones. Artista atento a su tiempo y fiel al tema arquetípico que se agita en las profundidades de su conciencia, Enrique Cay está preparando su próxima exposición en Santo Domingo del Cerro: una instalación construida con coloridos caballitos de carrusel hechos de resina y metal que dan forma a un enorme barrilete y que en su conjunto dejan ver la totalidad del universo mítico y festivo que su obra recrea y celebra con tanto júbilo.

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EN LA BUSQUEDA DE SU CAMINO ARTÍSTICO Por David Fuentes

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Rodrigo López Argüello (El Salvador, 1979) es un joven artista de muchos talentos, que a lo largo de su vida ha estudiado pintura y escultura con la misma pasión que teatro y administración de empresas en excelentes instituciones y con extraordinarios maestros, y lo que es más importante, con logros significativos en todos los campos en los que ha trabajado.

sity, Wisconsin de 1999 al 2001, enfocándose en estudiar Historia del Arte y en la creación y exposición de obras en acrílico sobre lienzo y esculturas de madera y piedra; al mismo tiempo que estudiaba en el Betty Otteson Theatre, donde participó en 4 obras y ganó el Betty Award como mejor actor de reparto en la obra “American Buffallo” y mejor actor en un papel principal en la obra “Li’l Abner”.

En artes plásticas, por ejemplo, realizó, como parte de un premio, un enorme mural en la Escuela Americana de El Salvador, donde estudio, y también una escultura de concreto de dos metros que donó a la misma institución. Continuó sus estudios en Art Center de Carroll Univer-

Aunque sus éxitos empresariales no se quedan atrás y lo retratan como una persona polifacética, emprendedora, exitosa y compenetrada en lo que hace, lo que en las páginas de El Artista magazine corresponde destacar es su talento en las artes plásticas. En este campo llama la

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atención su inquieta creatividad que no se conforma con las técnicas aprendidas en las instituciones en que se formó sino que se siente inclinado a la experimentación con otro tipo de materiales y otras temáticas muy personales y atrevidas. Se trata de verdaderas audacias técnicas y formales para lograr expresar la energía inagotable que se acumula en su interior y que intenta sacar de golpe en una especie de visiones alucinadas que, sin embargo, están perfectamente integradas a la materia de la que parecen surgir: texturas, movimientos gestuales, colores intensos y contrastantes en juegos en los que se trata de que lo fugaz quede fijado permanentemente en resplandores cegadores.


laobra de

Obra de RoLo

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& EL EJERCICIO DE LA CRÍTICA Por G. Chacón

Cuando el tema es el arte y los artistas de Guatemala, el escritor por excelencia es Juan B. Juárez. Durante más de tres décadas este prolífico escritor se ha dedicado a documentar y a interpretar el quehacer de los artistas plásticos en cuyas obras se concretizan formalmente, se expresan de una manera estética y se exponen al público las más diversas preocupaciones humanas, actualizadas por los hechos y las circunstancias históricas, sociales, económicas, políticas, culturales y artísticas que determinan su pertinencia, les sirven de contexto y les proveen de resonancia. Dueño de una amplia cultura humanística, lector incansable de temas literarios y filosóficos, siempre al tanto de los descubrimientos de la antropología, la lingüística, la psicología y la sociología, en sus escritos las palabras tienen no sólo un contenido conceptual claro y definido sino también una gran resonancia poética que sin duda delata sus pretensiones literarias. Su oficio, como le gusta llamarlo, tiene como base esta especie de sensibilidad cultivada y, a la par, un dominio de diversas técnicas de expresión literaria y de manejo y exposición de ideas y conceptos, que hace que sus ensayos sean rigurosos, coherentes y fluidos en el tratamiento del tema y, por otro lado, sabrosos y fáciles de leer y entender.

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Fotografía por Osmin Valenzuela

personaje

JUAN JUAREZ

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personaje

...NO ES DE EXTRAÑAR, ENTONCES, QUE ALGUIEN HAYA DICHO QUE ÉL ES “EL ESPECTADOR IDEAL QUE TODO ARTISTA QUISIERA PARA SU OBRA”.

Según él mismo confiesa, de los críticos que admira ha aprendido que el mejor texto crítico es el que no se nota o que desaparece cuando ha cumplido su función, es decir cuando la obra aparece frente al espectador en toda su plenitud y empieza a “hablar” por sí misma, o bien cuando el espectador entra en posesión de los “conceptos sensibles” que le permiten comprender la obra que tiene frente a él. En todo caso, de lo que se trata es de comprender la obra del artista, lo cual exige un esfuerzo de la sensibilidad y del intelecto para abrirse a lo que no comprende y para librarse de los prejuicios que le impiden la comprensión de lo nuevo. Pero la verdadera clave de sus escritos está no sólo en la sensibilidad, el oficio, los conceptos y el método sino sobre todo en el trato personal con los artistas, en la calidez de vivencia que tienen las lúcidas y penetrantes interpretaciones que hace del trabajo de los creadores, que parecen surgir de la profundidades de la cultura y del espíritu del artista. No es de extrañar, entonces, que alguien haya dicho que él es “el espectador ideal que todo artista quisiera para su obra”. “Comprender siempre exige un esfuerzo que no todos están dispuestos a hacer, sobre todo los que creen que ya lo saben todo—dice el escritor. En este sentido, la crítica no es un saber sino un permanente ejercicio de comprensión que requiere como prerrequisito la humildad para estar dispuesto a considerar que cuando hay cosas que no nos caben en la mente, no se debe a que esas cosas sean absurdas sino quizás a que nuestra mente es muy estrecha. Y claro, esto se ve y se aplica en todo momento, sobre todo pero no exclusivamente en cuestiones artísticas”.

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la expo

PUERTAS ABIERTAS AL

TALENTO FRESCO Texto por Christa Bollmann Dos artistas, dos exposiciones, diversas formas de expresión y un propósito común: la decisión genuina de Patty Jiménez y Daniela Sierra, de darse a conocer, abrirse a la interpretación y a la crítica; compartir pensamientos, sentimiento y emociones que permanecían guardados en sitios que solo ellas conocen. Coincidieron en el tiempo y el espacio para dejarlos ir, traducidos en esculturas, pinturas y dibujos, de reciente creación, que a partir de 2015 empiezan a tomar su lugar en el idioma del arte. Se habla de las Ataduras del Inconsciente, pintura y escultura de Patty Jiménez (1962) y de las Clausuras Liberadas, escultura y dibujos de Daniela Sierra. Las dos exposiciones permanecieron abiertas en el Museo Ixchel del Traje Indígena del 8 al 13 de diciembre pasado, y el tiempo se hizo corto para visitarlas y analizar cada propuesta, aun así, suficiente para reconocer creatividad fresca y talento nuevo en las más de 20 obras de cada una de las artistas.

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Detrás de cada pintura, de cada dibujo, escultura o instalación hubo mucho trabajo y entrega. Más que una exposición de obras, fue una puesta en escena impecable, en la que cada pieza recibió la atención de una protagonista, visible desde todos los ángulos, accesible, en espacios amplios, fáciles de transitar. Las expositoras dejaron claro que no había lugar para aquello que estuviera atado, querían abrir puertas y lo lograron. Ataduras del Inconsciente y Clausuras liberadas son términos para un nuevo diccionario creativo en el que caben sinónimos y antónimos. Incluye descripciones que hablan de dos artistas y de sus personalidades, de blanco y negro; de colores y formas intensos o de lo contrario, habla de estados de ánimo, momentos de luz y de sombras, de transparencia y de solidez, Todos son atributos capaces de convivir en espacios comunes, ideas que despiertan la imiganación y donde el deseo de expresarse es el hilo conductor entre una y otra propuesta de Paty Jiménez y Daniela Sierra.

PATY JIMENEZ GUATEMALA 1962 Nació en Guatemala. Desde los 10 años de edad comenzó a estudióar pintura al óleo con el maestro Víctor Arriola. Más tarde recibió clases con el maestro Oswaldo Cercado y Carlos Barreda. Al terminar sus estudios de secundaria y de Comercio Exterior, en Guatemala, estudio Bellas Artes en el Boston College, de Boston, Massachusetts, en Estados Unidos. Realizó estudios de Arte Plástica y Educación Artística en el Instituto Femenino de Estudios Superiores (IFES) de Guatemala. Recibió clases de escultura en la Escuela de Arte Toscana y en la Escuela Municipal de Escultura de la Ciudad de Guatemala, con el maestro Carlos González. Participó en el taller de pintura Experimental impartido por el maestro Marlov Barrios en la dicha Escuela. Ha estudiado pintura con los artistas Roberto Ríos, María André Barlett, Juan José Rodríguez, Omar de León y escultura con Brenda Estrada Abril. Entre otros cursos incluye el de creatividad, impartido por el artista guatemalteco Valens. Ha expuesto pintura y escultura en muestras colectivas e individuales en: Rozas Botrán, Mujer y Café; en Caos Galería, Casa Azul, el Centro de Formación de la Cooperación Española, la Fundación G&T, Continental y el Museo Ixchel del Traje Indígena. En junio de 2014, expuso en la Galería La Pigna, en Ciudad del Vaticano, Italia. Fue primera mención en la categoría Fugurativo, en el Primer Festival de Acuarela, en Quetzaltenango, realizado en abril de 2015. Nuevamente estará presente en el Museo Ixchel en la muestra: Ataduras del Inconsciente

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la expo

DANIELA SIERRA GUATEMALA 1979 Esculpe y expone desde 2014. Es escultora de vocación y abogada de profesión. Actualmente estudia arte. Su formación incluye cursos de pintura y escultura con el maestro Walter Peter Brenner, en la Academia Ars Artis; Xilografía, con el maestro Erick Menchú, en el Taller Experimental Tegg. Realizó estudios de Historia del Arte y arte actual con la Maestra Ana María Martínez Sobral y de escultura en arcilla y recina, con el Maestro Oscar Pérez. Ha tomado cursos de dibujo en la Escuela Nacional de Artes Plásticas –ENAP-. También hizo escultura en plastiscina con el Maestro Carlos Gonzáles. Estudió Derecho y Ciencias Sociales en la Universidad Francisco Marroquín. Ha participado en exposiciones colectivas nacionales e internacionales: GUATEMágica (noviembre); Angeles de Ayda, Fundación G&T Continental y Fundación Ayúdame a Vivir (Ayuvi), en la Galería Rozas Botrán (septiembre); Junkabal (agosto); Exposición Love Simphony,de la Fundación Margarita Tejada (julio) y la colectiva Entidades, del Museo Ixchel del Traje Indígena. También participó en el Art Auction CAG. En octubre, su obra estuvo presente en la exposición colectiva de pequeño formato de la Paul Fischer Gallery, de West Palm Beach, en Florida, Estados Unidos. En 2014 participó en la Noche de Arte en la Plaza, en el Distrito Cultural, en la Ciudad de Guatemala. Clausuras Liberadas es su primera exposición individual. www.danielasierra.net

Fotografías por Osmin Valenzuela

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