Nuevas maneras de narrar
De un día para el otro las rutinas y hábitos cambiaron de forma drástica para todos y todas, debido a la pandemia del Covid-19, y los eventos culturales se vieron suspendidos por tiempo indeterminado. El grupo de narración oral Germinacuentos de nuestra ciudad había estrenado, días antes de que se iniciara el aislamiento social, un nuevo espectáculo y tenía previstas próximas presentaciones, cuando todos debimos quedarnos en nuestras casas. El grupo de narración oral Germinacuentos, que lleva ya varios años de trabajo ininterrumpido, está integrado por María Adela Morón, Marta Rueda y María Laura Morón, y hoy cuenta con la dirección y el entrenamiento escénico de Natalia Arturo. Adela, Marta y Laura, las “germinadoras”, contaron que desde que descubrieron esta maravillosa posibilidad de compartir historias a viva voz, sintieron el deseo de pulsar los cuentos al ritmo de sus corazones, porque cada una de las historias elegidas las atraviesa, les toca de alguna manera en su fuero interno, y desde allí, la trabajan para poder compartirla. Días antes a que se estableciera el aislamiento social en el país, Germinacuentos había estrenado el
espectáculo “Gracielas que ríen los viernes”, con textos de Graciela Cabal, bajo la dirección de Natalia Arturo. Pero, de pronto, como todos los hacedores culturales, se vieron frente a una situación antes impensada, inmersas en sentimientos y estados de ánimo desconocidos. Explicaron que en un primer momento se quedaron paralizadas pensando qué hacer y cómo seguir compartiendo narraciones en este nuevo contexto; luego, frente a la adversidad, comenzaron a buscar nuevas maneras de encontrarse para contar cuentos, reinventando y aprendiendo códigos totalmente nuevos para ellas. Han pasado ya más de 100 días y aún los eventos culturales continúan suspendidos. No hay teatro, no hay
funciones, no hay eventos sociales y tampoco se sabe cuándo se podrá estar juntos nuevamente para disfrutar del convivio, es decir, disfrutar con otros un espacio y tiempo determinado en una sala. “Siempre creímos que el estar juntos, el estar con otros, el poner el cuerpo, son condiciones esenciales para la narración –señalaron- porque cada vez que alguien se dispone a escucharnos, nosotras no solo les entregamos un relato, una voz, sino también nuestras emociones. Es entonces cuando el cuento se hace presente, sin importar el tiempo ni el espacio, porque está vivo”. Sin embargo, hubo que adaptarse a una nueva situación. Para ello, continuaron con el entrenamiento escénico con Natalia Arturo a través de una plataforma virtual, con el acercamiento a ciertas teorías o técnicas de la actuación. “Estamos trabajando el lenguaje propio de cada una –señaló Natalia-; para que la voz sea una experiencia de matices y emociones y no la transmisión vacía de la palabra de otro”. Quien narra es responsable de cada palabra que dice, por eso hay que asumir cada palabra, cada historia; no solamente contarla, hay que sentirla, porque esa historia habla de lo que pienso o de lo que no pienso, pero lo asumo palabra por palabra. Frente a esta realidad tan atípica, Germinacuentos tomó la decisión de filmar cuentos en sus casas, y compartirlos a través de las redes sociales. De esta manera subieron vídeos a la página del facebook de Germinacuentos; también compartieron cuentos en la página de la Secretaría de Cultura Municipal y participaron del Festival en Pijamas, que organizan conjuntamente Mablan y la Secretaría de Cultura. “Sorpresa fue para nosotras, ver cómo los cuentos llegaban a un amplio número de personas que habitualmente no se acerca a una sala a escuchar cuentos -señalaron-. Después de la pandemia, nuestro desafío será lograr que esa gente que se acercó a los cuentos durante la cuarentena, se acerque a una sala para que conozcan efectivamente el arte de la narración oral escénica, para que nos podamos mirar a los ojos y vivenciar esa sensación única e intransferible, escuchando un cuento al compartir un tiempo y un espacio únicos”. No hay duda que el aislamiento social permite tomar conciencia de la importancia de estar físicamente con el otro, de estar cerca, de poder mirarse. CONTINUA EN PAGINA : 9